Juan Pablo Velasco
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“Historias que se convierten en legado”
na boda debe ser un evento inolvidable, y para que ese instante pueda inmortalizarse se debe tener un buen fotógrafo que logre plasmar la emoción del momento en hermosas imágenes. Para Juan Pablo, fotógrafo de bodas de 36 años, lo importante es perpetuar la ocasión: “Lo que busco es que los novios, los invitados o cualquier persona que mire las fotografías, se acuerden del momento que vivieron en la boda, y que si alguien no asistió, igual pueda sentir lo que se vivió en ese instante”. Saber que un evento tan especial como una boda puede ser compartido con otras personas o pueda ser recordado a través de la fotografía es importante para los novios, por eso es necesario saber a quién elegir para realizar este trabajo. “Las parejas deben sentirse cómodas con el fotógrafo independientemente de los costos, de si son o no conocidos. Lo que deben ver es que el fotógrafo les brinde lo que ellos buscan, si va con su estilo, con lo que desean. Y deben saber que hay fotógrafos para cada tipo de parejas”, afirma Juan Pablo. Añade que, en lo personal, busca “contar una historia real que se transforme en un legado, en una herencia, que sin importar el tiempo, sea uno, dos o 10 años, las
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personas que las vean sientan lo que se vivió en ese momento”, comenta el fotógrafo. Para lograr aquello, dice, es importante estar siempre a la vanguardia: “Lo más difícil de la fotografía de bodas es siempre estar innovando, y para eso hay que estudiar, investigar, siempre buscar nuevas cosas. La constante capacitación es importante para presentar un buen trabajo”. La ceremonia y recepción tienen momentos determinados, por lo que tomar las fotos se vuelve un trabajo un tanto complicado. Sin embargo, hay que saber cómo encontrar el momento, dice Juan Pablo: “Las fotos con los novios las podemos hacer antes o después de la ceremonia, como prefieran, y en la boda siempre se trata de no intervenir en cada momento, sino de buscar el instante propicio para no interrumpir”. Juan Pablo dice que siempre ha sido aficionado a la pintura, a la escultura y al arte en general. “Cuando mi padre me regaló mi primera cámara empecé a hacer fotografía para mí, pero desde hace cinco años un amigo me pidió que hiciera sus fotos de la boda y me gustó muchísimo todo el proceso, desde los preparativos, los adornos, la comida, la gente ya arreglada. Siento que es como un guion de una película y yo soy quien tiene que darle la forma”, concluye. V