Amor por la formación

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Revelaciones

Amor por la formación

Estas mujeres se prepararon toda la vida para compartir sus conocimientos, y dedicarse a la educación y formación de los niños más pequeños, quienes contribuirán para mejorar la sociedad y la naturaleza en el futuro. Texto: William Morales Ruiz. Fotos: Edison Guacollante.

María José Jervis

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Pasión por la enseñanza

aría José, directora de Kikirikids Learning Center, estudió en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, tiene una licenciatura en Educación Parvularia y también una maestría en Educación. Recuerda que desde pequeña siempre le interesó interpretar el rol de profesora: “Jugaba con mis primos, me encantaba la idea de poder ‘enseñar’ a los más chiquitos”. Su experiencia como educadora empieza en 1996, cuando inició la carrera de Párvulos. Luego, en 1997, fue elegida Reina de Quito, donde enfocó su labor social a la guardería de la cárcel de mujeres de la capital y a diferentes centros infantiles que atienden niños con necesidades educativas especiales, en sectores vulnerables de la ciudad. Entre finales de 2004 y comienzos de 2005, junto a Carla Contag y Mónica Baratau, amigas, mamás y educadoras, encontraron “un lugar para que nuestros hijos crezcan y disfruten de sus primeros años rodeados de la naturaleza y la magia de descubrir. Así nace Kikirikids Learning Center. Surgió la inquietud de crear un lugar en el valle de Cumbayá, un lugar diferente para brindar la mejor atención y experiencias a los más chiquitos”, dice María José. “Llevo más de dos décadas trabajando con niños desde los tres meses de edad. Comencé mis primeros años como profesora, hasta que desde el 2005 vengo desempeñando el cargo de Directora en Kikirikids. Sigo capacitándome en nuevas tendencias para siempre mantenerme en la vanguardia de la Educación Inicial y brindar la mejor estimulación a los niños”, agrega. Kikirikids es un centro de desarrollo infantil que por

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medio del contacto de la naturaleza busca formar, en un ambiente seguro y cálido, niños auténticos, alegres, sensibles, con confianza en sí mismos, solidarios, respetuosos y capaces de resolver problemas. “Durante 12 años de constante investigación y actualización de las nuevas tendencias en Educación Inicial hemos generado una filosofía propia de Kikirikids, donde buscamos aprovechar diferentes metodologías (Montessori, Reggio Emilia, Waldorf, Brain Gym) para brindar a nuestros niños las mejores experiencias vivenciales para un óptimo desarrollo”, afirma. El centro infantil atiende a niños desde los seis meses de edad hasta los cinco años, ciclo inicial dos. Los métodos de enseñanza apropiados para el desarrollo se basan en el conocimiento de cómo aprenden los chicos y qué necesitan para su edad. El currículo se deriva de diversas fuentes, como el aprendizaje multisensorial, conocimiento básico de varias disciplinas, la sociedad, la cultura y el deseo de los padres. Cada niño es tratado como una persona única, con un patrón individual de su propio período de crecimiento y desarrollo, explica. El anhelo de María José es hacer la diferencia en el sistema de educación en la primera infancia, donde pueda “brindar a todos los niños un espacio para que puedan crecer felices y seguros, que pueda ser una guía y ayuda a todos los padres de familia. Yo atribuyo mi amor por la enseñanza, y el amor a todos los niños, a mis hijos (Valentina, Carlos Xavier, Emma y Mía), mi afán por siempre ver la mejor manera de brindarles todo el cariño, cuidado y experiencias enriquecedoras que los ayuden a crecer felices y seguros para prepararlos para la vida”.

Mónica Baratau, Carla Contag y María José Jervis, quien lleva más de 20 años trabajando con niños desde los tres meses de edad. Valles 35


María Soledad, María Isabel y Carolina Pérez

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Vocación de familia

aría Soledad es la fundadora de Playtime en 1997; luego se sumó su hermana, María Isabel, y en 2007, su prima Carolina. Ellas trabajan en conjunto para que su “amor por la enseñanza, el conocimiento y metodología” sea replicado en el país. María Soledad es licenciada en Educación Infantil por la Universidad Tecnológica Equinoccial y cuenta con una maestría en la misma especialidad por la Universidad de Boston. María Isabel estudió Educación en la Universidad San Francisco de Quito; mientras que Carolina siguió la carrera de Educación Parvularia en la Universidad de Boston, además de tener una maestría en Administración en España. “Queremos ser un referente de educación y es por eso que los últimos 17 años nos hemos pasado estudiando”, dice María Isabel respecto a Playtime. “Queremos ser un lugar donde la educación cambie no solamente con el juego, que es su herramienta básica, sino también en la comprensión, el amor y la personalidad del niño para que tenga éxito en la vida, no solo en la escuela, sino como ser humano. Formamos a estas personas que van a manejar el mundo”. María Isabel añade que viene de una familia muy grande, de 10 hermanos, “donde todos los eventos eran con niños y siempre había que cuidar a uno. Es una familia de muchas educadoras”, por eso su vocación por la enseñanza. Por su parte, María Soledad sostiene que la educación es aprendizaje y servicio: “Desde pequeñas nos enseñaron a servir, pero también está el conocimiento. Desde los tres meses hasta los cuatro años de edad es más vulnerable el ser humano y tienes un poder de transformación en los niños. Los infantes desarrollan el 95 % del cerebro hasta los cinco años y la personalidad se forma en esta primera etapa de vida”. En cambio, Carolina asevera que la educación en su familia siempre fue muy importante: “Mi abuela y mi mamá tienen títulos universitarios. Mi abuela siempre me hacía leer, investigar, y su propuesta siempre fue de aprender no solo del conocimiento, sino desde tus cualidades, que en los más pequeños se da a través de los juegos y de las experiencias”. En septiembre, Playtime cumplirá 20 años. María Soledad dice que la metodología del centro infantil tiene la base en el juego sensorial, “en el cual se prenden los sentidos, porque cuando los niños nacen, tienen las fibras neuronales desconectadas y cada vez que huelen, sienten, escuchan, prueban o tocan, se conectan las neuronas. Ese proceso neuronal se da en un 80 % hasta los tres años de edad; pasada esa etapa se termina el proceso y solo nos queda un 20 % para conectar”. María Isabel explica que manejan técnicas educativas tanto estadounidenses como europeas; dentro de las últimas se busca el contacto del niño con la naturaleza y los espacios: “No solo como una forma de juego, sino también como una forma de vida para crear chicos con conciencia conservacionista, que tengan prácticas apropiadas hacia el mundo. Tienen que sentir el sol, oler la hierba, tocar los diferentes elementos que la naturaleza nos trae, no solo para que sean más conscientes sino porque los espacios naturales son sanadores, hacen que las personas sean más reguladas, tranquilas y felices”. Carolina agrega que todo lo que se enseña en Playtime es a través del juego. “Aquí no tenemos cuadernos, libros; nada es escolarizado. No hay que llenar planillas, ni hojas, sino que todo es a través de experiencias”, puntualiza. Una de las claves del éxito para este emprendimiento ha sido justamente el trabajo en familia. “La unión y energía que hemos desarrollado es porque cada una forma la pieza perfecta. María Soledad es mi guía, gracias a ella aprendí. Yo soy la creativa y cada una pone su granito”, dice María Isabel. Carolina cree que el legado de Playtime es que sea un referente educativo en el país: “No tanto por ego o por fama, sino porque si se tiene un conocimiento que es válido, por qué no compartirlo. Funciona y ayuda a mucha gente”.

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María Isabel Pérez, María Soledad Pérez y Carla Pérez dedican sus conocimientos y amor por la formación a los más pequeños. Valles 37


Piedad Cordero de Chiriboga

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Piedad Córdoba, directora de Cumbayá Valley: “Mi amor por la enseñanza es parte de la esencia que me ha acompañado siempre, parte de lo que soy”·

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Un amor de toda la vida

iedad es educadora desde hace muchos años y se ha formado en innumerables instituciones; pero la mejor de las escuelas, a su criterio, es la experiencia adquirida con sus alumnos a lo largo de los 13 años que lleva como directora de Cumbayá Valley Childhood Learning Center. “Cada vez que comienza un año lectivo nacen anhelos con cada uno de los niños que entran a nuestro centro de Educación Infantil, anhelos de prosperidad y crecimiento para ellos y cada una de sus familias, de que cada uno de los días se llene de aprendizajes significativos, de valores maravillosos, y sobre todo, de que mis pequeños alumnos forjen su autoconfianza y estima en un lugar en donde son respetados y queridos desde su individualidad única y especial”, relata. Piedad dice que siempre tuvo vocación por compartir con niños pequeños: “Mi madre me relataba que en mi infancia no existía mayor alegría para mí que cuidar de los bebés de la familia, y conforme crecía también aumentaba mi interés por formarlos. Siempre me gustó la Medicina, y de no haber sido educadora, me hubiera gustado ser pediatra. Me casé muy joven y a los 20 años ya era madre de gemelas; poco después nació mi tercera hija, y con mi cuarto y último varón me ‘gradué’ de madre. Ellos fueron siempre un aliciente para seguir aprendiendo y formándome. Mi amor por la enseñanza es parte de la esencia que me ha acompañado siempre, parte de lo que soy”. Cumbayá Valley nació hace más de una década, de un sueño de Piedad y de sus tres hijas, María Pía, María Caridad y María Gabriela, socias fundadoras de la institución. Las dos primeras estudiaron Psicología, Pedagogía y Educación Infantil, mientras que María Gabriela se especializó en Pedagogía Artística. Piedad cuenta que en aquella época sus tres hijas tenían niños pequeños y buscaban una institución de educación preescolar en donde los pequeños se sintieran valorados y amados, en donde ellas tuvieran la oportunidad de dejarlos con la mayor tranquilidad posible dentro de un ambiente seguro, lleno de estímulos y diversión. “Tenían muchos requisitos y no todas las guarderías existentes en ese momento cumplían con todas sus expectativas, por ello decidimos fundar un centro infantil con altos estándares de calidad educativa y formativa. Es así como nació Cumbayá Valley Childhood Learning Center”, puntualiza. La Directora del centro, que tiene algunas décadas de experiencia como educadora infantil, señala que este proyecto ha sido el más importante de su vida pues “me ha brindado una invaluable formación. Cuando estudiamos Educación, aprendemos muchas y diferentes teorías sobre la manera de entender a los niños, sobre las distintas formas en que ellos aprenden, y es en el día a día en donde aquellos aprendizajes teóricos cobran validez, es únicamente en el manejo diario del aprendizaje en donde podemos decir que somos educadoras”. Agrega que en Cumbayá Valley utilizan varias metodologías que comparten filosofías educativas. “La integración, el respeto por las diferencias, la formación en valores de seres aptos para autogobernarse y, ante todo, para llegar a ser seres humanos felices, son los ejes fundamentales para la aplicación de cualquiera de las metodologías utilizadas. Actualmente estamos aplicando la pedagogía Reggio Emilia, filosofía de vanguardia en la que los niños son los protagonistas de su aprendizaje, para lo cual el uso y diseño de cada rincón y espacio los motiva e invita a crear y descubrir”, finaliza. V Valles 39


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