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El librero de] Carmen Villoro

Ve la entrevista en mascultura.mx y en YouTube revistaleemasdegandhi

Carmen tenía 17 años cuando ingresó a su primer taller literario: el del poeta Juan Bañuelos. Desde ese momento, fue en busca de sus maestros y de sus amigos enseñantes, hasta formar una lista que, entre otros, incluiría a Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Eduardo Lizalde, Vicente Quirarte, Antonio del Toro y Ricardo Yánez, por sólo mencionar a algunos de los más notorios. Estas voces —que se entreveran con las de la Generación del 27, las de los Contemporáneos y las de Octavio Paz y Rosario Castellanos— le permitieron crear una obra en la que se mezclan el amor y la nostalgia; éstos dieron paso a poemas, prosas y libros infantiles. Conocer el librero de Carmen Villoro implica adentrarse en sus diálogos y sus querencias, en sus recuerdos y en la certeza de que la poesía no es una creación única, pues se revela como una construcción de todos los que comulgan con ella.

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Es muy difícil pensar cuáles son los libros predilectos que están en mis estantes. Hay muchos que me gustan y son parte de mis favoritos; sin embargo, hay Todo lo que hay en mi biblioteca me ha servido de inspiración que arriesgarse a pensar en esto: la predilección por alguno tiene para mis libros, justo como sucede con los Contemporáneos, que que ver con su contenido, con el descubrimiento de su autor o formaron parte de las lecturas que realicé en uno de mis primeros sus autores y, por supuesto, también está profundamente unida talleres con Vicente Quirarte. Lo mismo me pasa con Octavio Paz, a una historia sentimental, a los hechos que explican cómo ese con Rosario Castellanos y con algunos otros poetas que me resul- libro llegó a tus manos. La antología de poesía femenina en espataron indispensables. Sin embargo, lo primero que influyó en mi ñol de 1939 a 1950 que forma parte de mi colección tiene estas obra no fue la poesía, sino la narrativa, en particular los cuentos cualidades: me la regaló mi gran amigo Antonio del Toro cuando que fui descubriendo cuando era muy joven. En la preparatoria me invitó a ser parte de la tertulia a la que pertenecía y donde he tuve muy buenos maestros de literatura, que me llevaron a leer, hecho amigos con quienes sigo reuniéndome. Me regaló este libro por ejemplo, a Julio Cortázar. Ellos fueron mis primeros guías de porque notó que mi poesía podía alimentarse de las escritoras que trabajo y de vida, a tal grado que, durante toda la prepa, cargué en estaban reunidas en ese volumen. Lo he leído y disfrutado y, adeel morral —como si fuera un amuleto— la Rayuela, que con el paso más, ha dejado grandes huellas en mi alma y en mi trabajo. Otra del tiempo se convirtió en una gran ausente en mi biblioteca, algo de mis autoras preferidas es Wisława Szymborska, una poeta que que no ocurre con los autores de mi generación. En mi biblioteca me permite aprender de ella. están todos mis amigos. Incluso escribí un libro que se llama Leer Yo sí presto libros, siempre me ha gustado compartir con mis a los amigos, en el que reuní algunos textos que hablan de ellos. amigos, con mis hijos y con mis alumnos. Algunos regresan, Estos compañeros de generación me acompañan, pues los poetas otros nunca vuelven. Su posible pérdida ya formaba parte de la nos concebimos como una gran familia y unos abrevamos en la idea del préstamo. Lo que más me gusta de esto es que vuelven obra de los otros. La poesía es una construcción colectiva. con un comentario, con una conversación. Yo leo todos los libros

Mi libro más querido me ha acompañado durante toda la vida. en físico, aún no entro al mundo moderno de la lectura digital. Estuvo en mi librero de infancia y en el de mi adolescencia y, ade- Evidentemente, sí leo artículos y notas en la computadora; inmás, perteneció a mi madre: son las Obras completas de Federico cluso esto me ha provocado el gran antojo de tener un lector de García Lorca. Si hubiera un incendio y tuviera que salir corriendo, libros electrónicos y descargar muchas obras, aunque los imprey me dijeran: “Salva algo porque todo se va a quemar”, yo salvaría sos tienen un encanto que nunca tendrán los digitales. Por esta este ejemplar, que no sólo reúne poesía, prosa y teatro, pues a él razón creo que las bibliotecas personales seguirán siendo como también se sumaron dibujos y partituras. Es un libro bellísimo, que son, pequeñas y capaces de reunir los libros verdaderamente ennos permite conocer a un creador que tenía una enorme versati- trañables, los que uno quiere tocar, hojear y leer. Ésos nunca van lidad, un homo ludens, un autor que nos invita a jugar, a inventar a desaparecer y, al mismo tiempo, uno puede tener acceso a muincesantemente. Hay que tener cerca un libro como éste para ver chos libros digitales que forman una amplísima biblioteca de todos si, por lo menos por ósmosis, algo se nos pega. y que no necesariamente son entrañables. +

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