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¿Harto de tus malos hábitos?
Así puedes frenarlos, según la neurociencia.
Los malos hábitos son especialmente difíciles de detener y modificar. Algunas veces, incluso son difíciles de identificar, porque quizá los hemos realizado durante tanto tiempo que ya no podemos trazar la raíz de cuándo comenzamos a hacerlos parte de nuestra vida ni de qué manera nos afectan en la rutina.
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Por ejemplo, si nuestro mal hábito consiste en no dormir lo suficiente, es probable que no nos resulte sencillo encontrar una sola causa o momento específico en que esto comenzó a suceder, pero sin duda nos afecta todo el tiempo en la calidad de vida que tenemos.
Por eso, es muy importante aprender a reconocer y eventualmente cambiar o detener los malos hábitos que nos puedan estar causando problemas al momento de convertirnos en una buena versión de nosotros mismos y de alcanzar todo nuestro potencial, o incluso simplemente para lograr estar saludables y aprovechar el tiempo de forma productiva.
Los malos hábitos se caracterizan por afectar nuestra vida de manera negativa, ya sea por hacernos perder tiempo, por alejarnos de una vida saludable o por provocarnos daño.
La ciencia ha demostrado que cuando la motivación es intrínseca, o sea, que dicha motivación viene del interior y su recompensa (aquello por lo que mente sabe que vale la pena mantener ese hábito) está asociada al crecimiento personal, a nuestros verdaderos valores y al placer que se siente al realizar dicho hábito, éste será más sólido que cuando la recompensa es externa, como dinero, halagos, etc…, o sea, mediada por una motivación extrínseca.
Por eso es tan importante comenzar por identificar cuáles son nuestros malos hábitos, partiendo del reconocimiento de qué tipo de conductas nos están alejando de nuestras metas o intereses y de qué manera las hemos convertido en parte de nuestra rutina. Una vez que vayamos comprendiendo cuáles son estos malos hábitos en nuestra vida, el siguiente paso es trabajar en frenarlos, para lo cual nos podemos apoyar en las teorías de la neurociencia.
TEN CLARA LA INFORMACIÓN:
Para poder cambiar tus malos hábitos y sustituirlos por otros mejores, es muy importante que comiences por tener clara la información con la cual estás trabajando. ¿Qué tipo de conductas tienes que te hacen daño y quieres cambiar? ¿Puedes identificar en qué contexto las realizas o si hay algo que las provoca? ¿Qué emociones te generan? ¿Qué hábitos positivos te gustaría tener en tu vida? ¿Qué necesitas para acercarte a ellos? Este tipo de preguntas son un excelente primer paso. Incluso, la autoevaluación puede ser un hábito positivo que puedes integrar a tu rutina.
CONDICIONAR TU MENTE A NUEVOS HÁBITOS:
Si has escuchado hablar de la psicología cognitivo-conductual, entonces probablemente ya sabes cómo funciona el cambio de malos hábitos mediante una especie de entrenamiento mental en el que sustituyes estos por algunos más positivos. Básicamente se trata de repetir conductas hasta que estas se vuelvan hábitos, como sucede tanto con lo positivo como con lo negativo en nuestra vida, y es que está demostrado que al hacerlo, modificamos la mente para esperar cierto tipo de reacciones y condicionarnos a repetirlas después. Bajo estos principios, puedes cambiar un mal hábito intercambiando este por otro más positivo mientras te acostumbras a que esto sea rutinario.
ESTABLECER HORARIOS DIARIOS:
Si tus malos hábitos están vinculados, por ejemplo, con el tipo de información que consumes o la manera en que pasas tu tiempo, entonces puedes aprovechar el hack de establecer horarios.
Digamos que lo que quieres modificar es pasar menos tiempo en tu celular y más leyendo un libro. Entonces para crear nuevos hábitos puedes establecer horarios en el que todos los días avances un poco en tu meta.