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CUANDO EL CUERPO HABLA, HAY QUE ESCUCHARLO

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DECIUDADÁNGELES

DECIUDADÁNGELES

En el quinto mes del año, mayo, se celebra, específicamente el día 30, el Día de Mundial de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad que ataca el cerebro y la médula espinal y la cual padezco desde hace varios años.

Para que tengan una idea de este padecimiento, según un artículo de la Mayo Clinic, “con la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario ataca la vaina protectora (mielina) que recubre las fibras nerviosas y causa problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo”.

¿Ha sido difícil para mí desde que lo descubrí? Pues sí, y mucho. Yo soy extremadamente activa y me condicionó un poco tener que bajarme de ese carro de carrera y decir, un momento, esto no está bien. Todos me conocen como alguien libre, alegre, activa, pero necesitaba darme tiempo.

Sin embargo, ese diagnóstico que recibí ya con 29 años, en lugar de detenerme, me permitió ver la vida de otra manera. Hay que tomar riesgos y seguir. Eso hice. No me iba a quedar tranquila y esperar a que la vida pasara.

Decidí ver lo bueno de este capítulo y en vez de preguntarme por qué, decidí preguntar para qué. Y bueno, dirán que esta noticia puede afectar a cualquiera y dejarlo sin aliento, pero me di cuenta de que la vida es hoy y es lo que cuenta. Para nadie está asegurado el mañana. Sea cual sea el padecimiento, no se debe bajar la guardia.

También me di cuenta de que primero está la salud por sobre todas las cosas. Puedes tener miles de ideas y proyectos y que sean excelentes para aplicar, pero si la salud está inestable, es poco o nada lo que podrás hacer.

Mi consejo es que tomes tu salud como prioridad. Nada mejor que tenerla y gozar de la independencia. No es un lujo, por el contrario, es algo vital. Es como una planta que para que esté en óptimas condiciones hay que regarla todos los días.

Toma tiempo para el sano esparcimiento, para ejercitarte, para escoger bien tus comidas, tus horas de sueño. Descansar es necesario, no somos unas máquinas.

El descanso es como la gasolina de todo nuestro cuerpo.

Igualmente, deja el estrés a un lado. Es un enemigo silencioso que trabaja como hormiga en nuestro cuerpo y hasta que no explota no lo tomas en serio.

Siempre digo que debemos reposar en Dios, después de hacer lo que nos toca. Cuando se acaban nuestras fuerzas, comienzan las de Él.

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