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AGUSTINA SAN MARTÍN, TALENTO ARGENTINO
from Mustique 71
by MUSTIQUE
Dulce, suave, fuerte, libre, oscura, iluminada, sencilla, compleja… así se la escuchó a Agustina San Martín. Una mujer apasionante, con una carrera corta e intensa, joven y apasionada, agradecida, humilde, pero con una fuerza que avasalla. Profunda y sencilla, conversó con nosotros expresando su interesante forma dual de ver el mundo, que inspira a los demás y a ella misma. Tiene una habilidad privilegiada para describir situaciones y pensamientos, y para generar climas. Así, de esa manera, logra sorprender al espectador.
Agustina San Martín es realizadora audiovisual, guionista y directora de fotografía. Egresó de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido, en la Universidad de Buenos Aires. Su primer corto, No hay bestias, se estrenó en Cartagena; el segundo, La prima sueca, en Berlín; y el tercero, Monstruo Dios, debutó en Cannes, donde obtuvo la Mención Especial del Jurado. Dirigió además Matar a la bestia, película presentada este año con gran éxito. El festival de arte multidisciplinario, presentado en el campus de BAM (Brooklyn Academy of Music), celebrará la finalización del último ciclo de la Iniciativa Artística Rolex, que une a jóvenes artistas altamente talentosos de todo el mundo con grandes figuras en su campo, lo que genera un diálogo entre generaciones, culturas y disciplinas, y vela por el patrimonio artístico mundial. Desde que se estableció la Iniciativa Artística Rolex, en 2002, se ha creado una comunidad internacional incomparable de 58 mentores y 58 protegidos.
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Es así como los días 9 y 10 de septiembre, esta iniciativa de Rolex junto a BAM presentará el Rolex Arts Weekend. Los dos días habrá conversaciones públicas, actuaciones e instalaciones que contarán con la participación de artistas de renombre mundial, como Spike Lee, Phyllida Lloyd, Lin-Manuel Miranda y Carrie Mae Weems. Destacando el Rolex Arts Weekend habrá una discusión moderada entre ellos titulada “De generación en generación” sobre la experiencia de la tutoría en las artes. Además, participarán importantes artistas jóvenes que se han comprometido con estos mentores durante dos años de colaboración creativa.
Rebecca Irvin, directora de la Iniciativa Artística Rolex, dijo: “Después de varios años de celebrar el Rolex Art Weekend en grandes centros artísticos desde la Ciudad de México hasta Berlín y Ciudad del Cabo, estamos encantados de regresar este año a Nueva York, donde el programa fue presentado por primera vez al público. Muchos de nuestros mentores y protegidos en este ciclo tienen profundas conexiones con la ciudad de Nueva York y con Brooklyn”.
Una de las protegidas de Rolex, Agustina San Martín, sorprende con su creatividad e innovación a la hora de dirigir o contar una historia, y tuvimos el privilegio de conversar con ella.
¿Cómo ha sido tu niñez en relación con las artes?
He tenido una niñez bastante acompañada por mis padres, ya que ellos no han podido de alguna manera experimentar esta libertad que yo pude tener de elegir lo que me gusta. He ido a obras de teatro y he consumido mucho cine, y ellos siempre me han respetado estas inquietudes. Han tenido una vida dura, vivieron la represión militar, y se dedicaron a las ciencias, que en ese momento era el camino más fácil para avanzar. Tengo una hermana ocho años mayor.
¿Qué cosas te inspiran?
Me inspira mi niñez de alguna manera, he tenido una infancia compleja en el sentido que no he dormido bien durante muchos años. Con pesadillas y fantasmas y realidades que yo creaba y por las que viajaba, horas pensando e imaginando situaciones fantasmagóricas, en la oscuridad y el silencio. Eso de alguna manera me ha inspirado o me ha dado la inquietud que tengo hoy de experimentar lo profundo del pensamiento y las diferentes realidades.
¿Cuál ha sido tu mejor experiencia hasta el momento?
Mi experiencia universitaria, en la UBA, con mis compañeros, esa diversidad de culturas que experimenté, con colombianos, brasileros, venezolanos, chilenos. Todos éramos distintos, pero se generaban conversaciones increíbles entre nosotros. Fueron momentos de inspiración absoluta y de disfrute que marcaron mi vida. Más que de los profesores, aprendí de ellos.
¿Qué se siente cuando uno termina una película?
La verdad es que al terminar mis cortometrajes sentí esa sensación de alivio y relajación, pero Matar a la bestia tuvo una pausa muy grande, porque me agarró la pandemia cuando terminé de hacer la película, entonces fue como encerrarla en un cajón y no poder mostrarla.
Matar a la bestia te ha llevado muchos años… ¿Cómo es la Agustina cuando comenzó a escribir ese guion y la Agustina de ahora?
La Agustina de antes era una Agustina muy segura, que avanzaba sin dudas. Pero a medida que fue pasando el tiempo, fui teniendo cada vez más dudas, más conocimiento de todo, pero más reflexiones sobre lo que estaba haciendo y cómo avanzar… Creo que la madurez me llevó a este aprendizaje de explorar sin tanta seguridad.
¿Qué te provoca el terror o ese universo oscuro nostálgico que mostrás en tu trabajo?
El terror de alguna manera me provoca adrenalina, así lo siento desde chica. Esas noches oscuras y de soledad en mi cama, cuando todos se iban a dormir, y mi imaginación volando fueron un poco las cosas que me generaron esta adrenalina del terror. De sentirla. Vi una película de terror a los nueve años y después no pude parar, me fanaticé un poco con sentir esa sensación de misterio.
¿Cómo y cuándo comenzó tu relación con la marca Rolex?
Rolex me llamó un día para decirme que participara, y yo al principio no entendía mucho de qué se trataba, pero luego comencé a investigar y por supuesto que presenté mi trabajo y quedé seleccionada con tres personas más. Luego viajamos y conocí al mentor de todo esto, con quien tuve una excelente relación. La verdad es que con miedo e inseguridades avancé y pude recibir el apoyo de ellos, que fue inspirador y muy gratificante. Todavía no lo puedo creer.
¿Qué se siente que una marca como Rolex decida apostar y apoyarte en lo que más amás hacer?
Fue una felicidad enorme haber sido seleccionada, no solo por lo que significa la marca, sino por toda la filosofía que representa y el apoyo a las artes que realiza. Estar acompañada en este camino por ellos es increíble.
¿Cómo será tu participación en Rolex Art Weekend?
Será una instalación de entrevistas que fui haciendo, un documental en vivo con una experiencia increíble que estamos preparando para el espectador. Algo inspirador.
¿Cuál creés que es tu misión en este mundo?
¿Qué creés que hay después de la muerte?
Creo muchas cosas y no creo en ninguna puntualmente. Creo que vamos a ser lo que somos hoy… esa materia orgánica que luego desaparece, pero también creo que hay energías y lugares abstractos que no puedo definir tampoco. Tengo una confusión, no podría describirlo ni saber verdaderamente cuál es mi creencia.
¿Si tuvieras que escribir una escena ideal para tu vida, cómo sería? ¿En dónde? ¿Con quiénes y haciendo qué?
Sería en Italia, en una casita, cerca del mar. Escribiendo durante la mañana, el mediodía y la tarde. Caminando a la mar descalza, volviendo a mi casa a cocinar y a recibir amigos. Tener largas charlas, risas, con unas ricas copas de vino y linda música. Ese sería mi escenario ideal.
Fue una felicidad enorme haber sido seleccionada, no solo por lo que significa la marca Rolex, sino por toda la filosofía que representa y el apoyo a las artes que realiza. Estar acompañada en este camino por ellos es increíble.
¿Alguna vez imaginaste tener este reconocimiento?
La verdad es que siempre luché por este reconocimiento, desde que comencé tuve tanta convicción en lo que elegí y lo que hacía. A pesar de haber tenido momentos de confusión, siempre supe que en algún momento iba a llegar, además siempre imaginé que iba a morir joven, entonces esa idea me aceleró en mi lucha por lo que yo quería lograr y hacia dónde quería ir. Después me di cuenta de que seguramente mi vida sea larga y ahora me encuentro en un lugar de momentos reflexivos en donde mis pasos son más elaborados, meditados.
¿Qué es lo que más te preocupa del mundo en el que vivimos?
Me preocupa la falta de empatía, que eso lleva al ser humano a lugares oscuros, feos, del caos.
¿De qué manera colaborás con el cambio climático?
Es algo que todos sabemos. No somos conscientes de su dimensión, de la gravedad en la que estamos parados, desde hace años que reciclo, intento evitar el plástico. Un día alguien me dijo: “Todos los cepillos de dientes que usaste hasta el momento todavía están en algún lugar”. Esa imagen de alguna manera me hace tomar conciencia de que debemos reaccionar. Pero si las industrias y los gobiernos no se involucran más, es muy difícil que el cambio sea drástico como para salir de esta crisis ambiental.
¿Mientras manejás qué música escuchás? ¿Cómo es tu relación con la música?
El momento de escuchar la música es clave, no es lo mismo cuando uno sale de trabajar con la cabeza atormentada que durante un atardecer ya relajada…
¿Qué consejo les darías a los jóvenes que están iniciándose en el mundo del cine? Que persistan, que luchen por lo que les gusta, que no bajen los brazos. Que siempre van a recibir millones de “no” a lo largo de su carrera, y esas respuestas negativas son las que les van a dar fuerzas para avanzar y decir “Sí, puedo”. Que es un camino de mucha convicción.
¿Cuál es tu relación con Brasil?
He vivido un tiempo en Brasil por una pareja que tuve y trabajé de camarera; sin que supiera portugués me contrataron porque dije que sabía hablar, y a medida que iban pasando los días fui aprendiendo el idioma. Fue una experiencia increíble, porque conocí la música brasilera, que es apasionante, la cultura, esa alegría y esa libertad que tienen.
¿Quién es Agustina San Martín?
Agustina es alguien que avanza, que está segura de lo que quiere, pero que también tiene sus dudas, que aprende de los demás, de sus amigos, que disfruta esas conversaciones, que absorbe constantemente lo que le interesa, con una amplitud mental y creativa que la lleva a lugares inesperados e inspiradores.