Revista NU2 Nº58

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rafa mesa albérto hugo maría de la cruz heleci ramírez kris vallejo pepe betancort victor medinadelli fran rodríguez luis miguel coloma mario m. relaño francis pérez carlos battaglini david gp francisco castro óscar valido roberto batista medín martín marta von marianna lopes sergio villalba fabián lópez isabel duarte

SEPTIEMBRE NOVIEMBRE 2020

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Editorial

Cuenta mi madre que siendo niño, regresé de la escuela, la miré y tras una breve pausa le arrojé la siguiente frase: “soy el más tonto de los listos y el más listo de los tontos”. Hoy observando el horizonte, mientras me sacudía la arena de los pies, he pensado lo mismo. Mi biblioteca tiene huecos, pero no se decora con souvenirs vacacionales. No soy el candil que sujeta un pirata iluminando un cofre repleto de oro ni la linterna que cuelga del cinturón de un funcionario de prisiones. Ante el silencio majestuoso del humilde mantengo la respiración, frente al rugido del necio alzo la voz. Ni combato desnudo en primera línea, ni oculto mi bandera bajo la gabardina. Mis principios no se precipitan por un barranco sombrío pero mis

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EDITOR y DIRECTOR Fernando Barbarin REDACCIÓN María Larumbe

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manos no sostienen todas las pancartas. Mis zapatos no alcanzaron las más altas cimas pero conocieron laderas y montañas, no lucieron en bailes de salón pero acompasaron alegres el bullicio de las tabernas. Me acomplejo frente al espejo pero no frente a los escaparates. Paso desapercibido entre la sabiduría del ser humano y la necedad de los hombres, me pueden encontrar cabalgando entre Sancho Panza y Don Quijote. No soy el más avezado de los capitanes ni el más torpe de los grumetes, ni aventurero ni vagabundo, ni guapo ni feo... No he sido un Don Juan pero he pernoctado en más sábanas que Juanito. En fin, no soy escritor, pero... escribo.

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IMPRESO EN PAPEL ECOLÓGICO Joder, ¡recicla! DEPÓSITO LEGAL: G.C.1067/2007 Las opiniones, notas y comentarios son exclusiva responsabilidad de los firmantes, de las entidades y/o asociaciones.



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SUMARIO

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MAR DE LAVA Nuestra historia se escribe a lo largo de nuestra vida, quedando impresa para siempre a la espera de ser leída o contada.

SALITRE >

MI ISLA >

Alberto Hugo Rojas · 12

Silencio cristalizado · 22

Dos hombres caminan hacia el muro...

Como una mariposa de la luz atrapada en...

ARTÍCULO >

ABC SUB >

Mª de la Cruz Jiménez · 14

Amnesia · 23

Mito de origen de los Bimbaches...

Apenas recuerda la escena. Lo único...

CAPTURA >

MAR ADENTRO >

Heleci Ramírez · 16

Carlos Battaglini· 24

Mi pecho azul toma pequeños alientos...

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Sobre tobillos trémulos he vuelto

DESDE EL RINCÓN >

ALMACENADAS >

Pepe Betancort· 18

Francisco Castro · 25

Diré que yo no tendría más de ocho años.

"Lo camp" es una categoría que proviene

LA ORILLA >

CAPTURA >

Fran Rodríguez · 20

Arte móbil· 26

Paseo sumergido en recuerdos cuánticos...

En muchas ocasiones la belleza

Óscar Valido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

MAR Y ARTE · 31

Roberto Batista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Espacio de intercambio artístico donde el punto de referencia para el desarrollo creativo es el mar.

Medín Martín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos, ilustraciones e imágenes incluidos en esta publicación sin permiso por escrito del editor.

Marta Von . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Marianna Lopes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Sergio Villalba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Fabián López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34



LA FOTOGRAFÍA EN LANZAROTE

MAR DE LAVA, UNA HISTORIA QUE CONTAR Fotografía: Marcos González

Nuestra historia se escribe a lo largo de nuestra vida, quedando impresa para siempre a la espera de ser leída o contada. Esas huellas de recuerdos, esas cicatrices adquiridas llenarán las páginas de ese libro que escribimos todos, y que jamás deberíamos dejar en blanco. En el verano de 1975 comencé a redactar el prólogo de mi libro, tenía seis años y era mi primer verano azul. Todos los días, desesperados, me llevaban a la playa de la Garita pero para mí nunca era suficiente y en ese verano estuve a punto de terminar mi libro antes de comenzar a escribirlo. Experimenté por primera vez qué se siente al tragar agua salada: el vómito, la

semiinconsciencia… pero sobre todo el tremendo temor a la reacción de mi padre cuando leyera mi prólogo. Desde entonces no he dejado de escribir mi libro, mi reguero de recuerdos, mi baúl de experiencias. Hoy necesito echar la vista atrás, hoy necesito hablar sobre una historia que surge en el 2009 y que merece ser recordada y contada. El Open Fotosub Lanzarote Mar de Lava es una historia diferente, es una de esas historias que solo se pueden escribir con pasión desmedida y convicción ciega en tus principios. Con dinero escribir por encargo siempre es fácil, aunque el contenido de lo escrito suene a hueco.

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Irene Pérez


Fotografía: Yeray Delgado

urante los primeros años del siglo XXI en Lanzarote se escribieron algunos de esos libros de fotografía submarina a golpe de cheque, libros que resultaron ser un fracaso pasando por la historia de la isla sin pena ni gloria.

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tiempo, una reputación merecida. El Mar de Lava es uno de los pocos concursos que ha creado su propia filosofía de trabajo, forjando durante diez ediciones su propia identidad.

Joaquín G. Vera y quien les escribe decidimos apostar por redactar una historia diferente. Teníamos claro que el valor humano debía primar por encima de todo lo demás y que un evento como el Open Fotosub Lanzarote Mar de Lava debía contar, ante todo, con el sentir y la opinión de los participantes.

El Mar de Lava es una competición sensible con el medio ambiente. Por ello, sus bases limitan o prohíben ciertas fotos a especies extremadamente sensibles, como el caballito de mar o el pez rana. Además pretendemos ser divulgadores: mostramos la naturaleza salvaje y la fragilidad de un entorno que ante todo hay que conservar.

Prácticamente sin presupuesto pero con grandes dosis de imaginación y multitud de colaboradores, las primeras ediciones del Mar de Lava consiguieron ver la luz; un concurso de fotografía submarina basado en el conocimiento y respeto de nuestro medio marino, del buceo deportivo y de la fotografía submarina.

En el aspecto participativo no nos consta que haya eventos de esta naturaleza tan volcados como el Mar de Lava con los participantes. Y es que nuestra filosofía siempre ha apostado por un cuidado minucioso de todos los detalles para que los equipos puedan centrarse en lo más importante: hacer fotos.

Un concurso atípico, diferente e innovador, que trató de romper con normativas obsoletas y que se apoyó en el frescor de las nuevas ideas para marcar diferencias, labrándose con el

Gestión de material de buceo, logística y carga de botellas, alojamientos, descuentos, etc. Ayudamos en todo aquello que podemos para mejorar en cada edición. Somos pioneros en la gestión

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Fotografía: Tanausu Motas

Fotografía: Anna Jetmarova

Fotografía: Arturo Telle

Fotografía: Eladio Frías

del tiempo disponible para la toma de fotografías. Ningún concurso de fotografía ofrece tantas horas a los participantes para bucear tantas veces como puedan. La flexibilidad nos define como evento; cada año hemos ido adaptando los lugares donde poder bucear. Actualmente los participantes pueden desplazarse a las tradicionales zonas de buceo, como Playa Chica o Playa Blanca, o si lo prefieren subir al Archipiélago Chinijo. Este es uno de los aspectos que más nos diferencia del resto de eventos, donde la zona de competición en la que los buceadores tienen que hacer sus inmersiones, está muy definida y controlada. Siempre nos hemos manifestado en contra de esta política de control y restricción, ya que en zonas de buceo tan delimitadas nos encontramos con colecciones fotográficas, donde se repiten temas y especies. Nos consideramos un evento serio y respetuoso con todos nuestros buceadores. Es por ello que confiamos en la buena fe de las personas y flexibilizamos al máximo los controles de cámaras, formateo y fotos de control. Con ello pretendemos

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El librimeros fotógrafos de la isla, autores casi olvidados pero que nos dejaron imágenes de gran valía limitar las situaciones de estrés que solo llevan a la comisión de errores, tensiones y en definitiva suponen una merma en la concentración necesaria para culminar un buen concurso. Cada año hemos tratado de innovar, ya sea con mejoras en las bases, cambios en el formato de la colección de fotos, calendario, horarios, etc... Sin embargo, la inclusión de nuevos concursos generados en paralelo al Mar de Lava, ha demostrado en las últimas ediciones la extrema flexibilidad de un evento tan especial. La creación del Museo Atlántico en las aguas de Papagayo (Playa Blanca) por parte de Cabildo Insular de Lanzarote y la


Fotografía: Tomás Romero

declaración de la isla como “Geoparque”, han supuesto un antes y un después en el devenir del Mar de Lava. Estos dos concursos online con sus propias bases y premios, Museo Atlántico y Lanzarote Geoparque, fotografía submarina y fotografía terrestre, ambos en formato online y de libre participación, son el complemento perfecto a nuestro Fotosub, que sigue creciendo al tiempo que mantiene su singularidad.

historias, aquellas que hablan de pasión y amor por lo que adoras y de convicción y determinación en lo que crees.

Con el apoyo del Cabildo Insular de Lanzarote, de Promotur y del Ayuntamiento de Arrecife, el Open Fotosub Lanzarote Mar de Lava se ha alzado con la mayor de las preseas al que un evento deportivo-cultural como nuestro fotosub puede aspirar: la Guía European Sports Destination (Turismo de Lanzarote). Esta guía concentra en el calendario deportivo anual de Lanzarote los mejores eventos deportivos que en ella se dan cita; nuestro Mar de Lava está ahí, fiel a su cita de finales de junio.

Nuestro agradecimiento a todas las instituciones que nos han apoyado, al CAS Pastinaca y a todos aquellos que de una forma u otra han participado en la redacción del Open Fotosub Lanzarote Mar de Lava.

En estos momentos vivimos uno de los capítulos más complicados y duros de nuestra historia. Todos, inmersos en la parálisis de la pandemia, esperamos poder retomar muy pronto la pluma y el fino lienzo para continuar redactando nuestras

Un día tuvimos muy claro que se podía hacer y que lo haríamos a nuestra manera. Cientos de páginas escritas componen nuestra historia, una historia inacabada que comienza a escribirse desde este momento.

Rafael Mesa Hernández

“Las mejores fotos son las que guardamos en nuestro interior” Ver video https://vimeo.com/346169114

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> salitre

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fotografĂ­a y texto: alberto Hugo rojas


> salitre

fotografía y texto: alberto Hugo rojas

Derechos Humanos...

Dos hombres caminan hacia el muro del “Bloque 11”, en el campo numero uno de Auschwitz, es el momento de la ofrenda en memoria de las personas que allí murieron ejecutadas tras un autentico calvario de torturas y vejaciones. Cada uno lleva en su espalda un pañuelo, con el numero de prisionero que llevaban tatuado en un brazo y un triangulo rojo con una P (preso político polaco), sistemas creados por los nazis para clasificar a los prisioneros. El 27 de enero de 1945 fue liberado este campo de concentración y exterminio alemán de Auschwitz Birkenau. El 27 de enero 2020 se conmemoró el 75 aniversario, con la presencia de una delegación de aproximadamente doscientos supervivientes de Auschwitz y del Holocausto llegados desde Estados Unidos, Canadá, Israel, Australia y varios países europeos que participaron en la conmemoración principal junto a un grupo de exprisioneros polacos. Todos ellos son memoria viva de uno de los episodios más terribles e inhumanos de la historia. Fueron acompañados por una gran representación de jefes de estado y de gobierno, por más de dos mil invitados de cincuenta países y más de mil periodistas acreditados. El campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau en Polonia, fue el verdadero ejemplo de la deshumanización, por las aberraciones que sufrieron las personas prisioneras que llegaron allí. Algunas murieron tras una lenta agonía y otras inmediatamente tras llegar en los trenes de la muerte dirección a las cámaras de gas. Asesinados por centenares y cremados tras la ejecución, no sin antes despojarles de todo lo que fuese útil: sus pertenencias, dientes de oro, pelo, e incluso de las mujeres toda la sangre posible, usada para los soldados en el frente. También deshumanización la de millones personas que participaron en la maquinaria de estado, perfectamente engrasada del Tercer Reich alemán, que hicieron real “la solución final” de Adolf Hitler y sus dementes seguidores nazis. La educación fue una de las vías para que la sociedad alemana entendiera que el racismo, la xenofobia y la eugenesia tocaban contra quienes el régimen consideró inferiores y no merecían vivir: discapacitados, homosexuales, gitanos, judíos, intelectuales, políticos y toda aquella persona contraria a la ideología nazi y

fascista. Este caldo de cultivo caló en una sociedad descontenta tras la Gran Guerra, reforzada por la manipulación de la realidad social y las noticias falsas de los medios de comunicación de la época. Auschwitz-Birkenau es hoy un museo y memorial, donde 75 años después de su liberación y del final de la Segunda Guerra Mundial queda patente esa “historia que nunca más debe repetirse”; pero esta frase tan manida y repetida por todos los gobernantes está lejos de ser real. Los Derechos Humanos siguen siendo la asignatura pendiente en todos los países, cuando tendrían que ser la base de la educación. De contar con este conocimiento, entenderíamos que la verdadera solidaridad empieza por el cumplimento de las Convenciones y los Tratados que defienden la vida, que los gobiernos firman y no cumplen, y que lo contrario es hacer caridad. Tanto en ese momento de la historia que rememora la fotografía, hasta este tiempo presente de pandemia, queda demostrado que sin empatía por parte de todas y todos como sociedad fracasamos, una vez más. Benjamin Lesser, uno de los supervivientes del genocidio nazi que tras bajar del vagón de tren fue separado de sus padres y hermanos a los que nunca más volvió a ver, pues los condujeron directamente a las cámaras de gas, dedica su vida a rememorar lo que sufrió en Auschwitz-Birkenau. Pide más educación para que las nuevas generaciones sean garantes de la historia, pues los supervivientes dentro de poco ya no estarán. “La gente se olvida rápido de los momentos malos”, dijo compungido. No hay que vivir anclado en al pasado, pero sí tenerlo presente y aprender de esa historia para ser mucho mejores. Ese es el destino de este trabajo fotográfico volcado en “Paz En Construcción”, que desde el año 2002 refleja los testimonios de las personas que hacen algo para cambiar la vida de otras personas, de seres humanos que con sus acciones cambian la sociedad en la que vivimos y en algunas ocasiones, la historia.

Twitter.com/albertohrojas Facebook.com/albertohugorojas www.pazenconstruccion.org 13


Mito de origen de los Bimbches, primeros habitantes de la isla de El Hierro ¿Quiénes eran? ¿De dónde vinieron? ¿Por qué salieron de su tierra de origen? ¿Cuándo llegaron a El Hierro? ¿Cómo vivieron? Hasta el momento sabemos que se trata de unas gentes oriundas del norte de África, sin que aún se haya podido establecer su localización más o menos aproximada en el continente, y tampoco, las causas que motivaron su llegada a la isla. Las preguntas que surgen de inmediato son muchas, si bien la que ha sido una constante entre los estudiosos de las poblaciones aborígenes canarias es: ¿Cómo vinieron? ¿Por sus propios medios? ¿Fueron traídos? Las investigaciones históricas y arqueológicas barajan diferentes posibilidades: de tipo ecológico, y/o de tipo político e ideológico, siendo estas últimas las que actualmente cobran más fuerza a medida que avanzan los estudios sobre la conquista y expansión romana a comienzos de nuestra era, en el norte de África. Algunos de los posibles motivos de esta migración los encontramos en los intereses comerciales y la búsqueda de nuevos territorios donde producir determinados alimentos (especialmente cereales y viñas) para asegurar el abastecimiento de las necesidades alimentarias de la población asentada en sus territorios europeos. Un hecho trascendental que repercutió sobremanera en las poblaciones bereberes que habitaban en esta zona norteafricana. El resultado, con toda probabilidad, fue el detonante que motivó el obligado desplazamiento que sufrió la población autóctona, bien relegándolos hacia el interior del continente, bien desterrando a los que se sublevaban más allá de su tierra, donde no pudieran regresar, llevándolos a través del mar a tierras lejanas y desconocidas. Quizás fuera este último el castigo 14

más penoso pues suponía un destierro permanente del que no podrían retornar, pues no eran constructores de barcos e ignoraban el dominio del arte de navegación para afrontar las dificultades náuticas propias del océano Atlántico. 5 En los vestigios arqueológicos hallados en la isla, no existe resto alguno entre sus pertenencias que permitiera relacionarlos con la existencia de barcos que pudieran apoyar su llegada voluntaria por sus propios medios. Por el contrario, sí tenemos datos de tipo ideológico contenidos en los textos etnohistóricos, referidos a la memoria de su lugar de origen y a que conocían la existencia de barcos de cierta envergadura, provistos de velamen. Según dichos documentos esta añoranza, junto a las precarias condiciones de subsistencia que les ofrecía la isla, motivaron en ellos un estado anímico triste y, como revelan las investigaciones arqueológicas, una vida estancada en los modos de subsistencia que habían creado en el nuevo territorio. Como contrapartida, en sus creencias tenían un mito que desde antiguo les había relatado un divino, llamado Yone, que les prometía expectativas para volver a lugar de origen: “un mito de retorno”. Son varias las versiones recogidas al respecto, si bien su contenido solo difiere en detalles secundarios. El texto más completo, recogido en 1632 por Fr. J. de Abreu Galindo, narra lo siguiente: “Muchos años antes que esta isla se convirtiera hubo en ella un adivino que se decía “Yone”, y al tiempo de su muerte llamó a todos


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Grabados rupestres y tagoror en “El Julan”. Lugar de ceremonias político-religiosas de los bimbaches. Fotografía 1 y 2: José Gavilán / Fotografía 3: Tarek Ode

los naturales y les dijo cómo él se moría, y les avisaba que después de muerto él y su carne consumida y hechos cenizas sus huesos, había de venir por mar Eraoranhan, que era al que ellos habían de adorar, que había de venir en una casa blanca, que no peleasen ni huyesen, porque Dios los venía a ver, y como daban crédito a sus palabras, quedó estos entre los naturales muy en su memoria, con gran deseo siempre de verificar este caso, y porque los huesos de Yone no se trocasen y se conociesen cuales eran, los tenían separados en una cueva con mucho recato. Pues como los naturales vinieron al puerto y vieron venir los navíos blanqueando con las velas, teniendo en la memoria el pronóstico de Yone, y lo hallaron todo hecho polvo y ceniza. Visto el pronóstico cumplido (…) volvieron (…) a recibir tanto bien como les había de traer Eraoranhan, su Dios (1940, p. 64)”. Otro relato complementario del anterior es el que recogió por esos mismos años L. Torriani, en el que se dice que en el tiempo que les señaló el adivino: “(…) vendría desde lejos por mar, vestido de blanco, el verdadero Eraoranhan, a quien debían de creer y obedecer. Y, después de muerto, lo pusieron, según era costumbre, en una cueva bien tapada, y al cabo de cien años lo hallaron hecho cenizas. De allí a pocos meses aparecieron los cristianos, en sus naves con velas blancas; los cuales, por este signo, fueron creídos por estos bárbaros ser verdaderos Dioses, y no hombres mortales como ellos; por lo cual no hicieron ninguna resistencia, sino que los ado-

raron y les obedecieron, como Yone les había dicho.” (1959, p. 214)”. Y, efectivamente, el tiempo llegó en que vieron en el horizonte “¡los navíos blaqueando con las velas, entendieron que en ellos venía su salvador, para sacarles de aquel encierro!”. La llegada de Gadifer de la Salle y de Jean de Bethencourt en 1404 para conquistar la isla fue una fiesta; eso sí, después de comprobar que los restos de Yone ya eran cenizas, acudieron a la playa donde les recibieron con danzas y manifestaciones de alegría. No fue una conquista propiamente dicha, ¡fue una apropiación indebida!. Luego, con la convivencia, vinieron los desencantos: “pero, así y todo, no renunciaron a la verdad de lo que Yone les había dicho; no perdieron la esperanza del retorno a su tierra de origen, siguieron esperando”. Cuarenta y tres años después de la llegada y marcha de los conquistadores en 1447, el navegante Lázaro Vizcaíno, “apartado de su derrota estando camino de las Indias llegó a la vista de la isla y decidió entrarla y reconocerla para capturar esclavos”. En su deambular por ella oyó que Osinisa, al parecer el entonces rey de la isla, refería a sus súbditos este mismo relato. ¡Después de tantos siglos seguían esperando su retorno al paraíso que sus ancestros les habían relatado! Mª de la Cruz Jiménez Gómez

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> captura

FOTOGRAFÍA: HeleCi raMíreZ www.heleciramirez.com POEMA: Kris Vallejo

BITÁCORA DE UN COMETA Mi pecho azul toma pequeños alientos, sorbiendo gotas del fuego sagrado. Habito en esta caja de arena por las noches, Para, cuando llegue el día, no equivoque la cifra del recuento que hice de los caminos astrales. Mamá, Di a luz una constelación, y modifiqué el paisaje que alguna vez fue riguroso, para abrirle paso a esta cruz valiente que cae sobre el crepúsculo.

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Cambio mi piel por un cordón umbilical. Siento que su herencia salada en mi boca me enseña otro lenguaje. El nacimiento y la muerte de mi patria está en las estrellas. Seré por siempre, y nunca, huérfana, Hija tuya mamá y del extraño idioma que aprendí. Por siempre, y nunca, hija del sol, que tengo entre las manos. No habrá necesidad de tristezas. Llegaré con éxito al final de este territorio. Viajaré por siempre en la forja incandescente de un meteoro.



> Desde el rincón

TEXTO: PePe betanCort FOTOGRAFÍA: VíCtor Medinadelli

Una tarde en El Charco Diré que yo no tendría más de ocho años. No más. Mis tías, que habían decidido pasar el día de San Ginés en la casa materna de El Charco, le pidieron a mi madre que me dejara ir y allí fui. Fui solo. Yo ya sabía perfectamente el camino. Había ido desde Valterra montones de veces con mi padre, a la pela, cuando era más chico y de su mano, ahora que era más grande. Íbamos siempre por la calle El Sarambeque, que siempre se me antojaba interminable, hasta que llegábamos a la casa de Tinilla, la curtía. En ese momento en que nos topábamos con la polvorienta calle Jacinto Borges ya sabíamos que estábamos en El Charco. No fui por el Morro, como hacíamos cuando íbamos a casa de Tío Santiago, sino por el callejón de la casa de mi abuela. Debí llegar al mediodía. Levanté la aldaba de una de las puertas que daban al baldosado y entré como lo hacía con mi padre, cuando íbamos a buscar las cañas, las fijas, los aparejos o los remos de la faluga que él siempre colocaba detrás de la puerta. Ya por aquel entonces, yo conocía perfectamente la casa de mi abuela Margarita Morera. Todavía hoy, si cierro los ojos, recuerdo la casa perfectamente tal y como era. Incluso me acuerdo de todos los olores. Olía a polvo, a tierra seca, a maderas ancianas, a mar, al tabaco de mi tío Tino, a muebles viejos, al petróleo

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de la cocinilla que había en el poyo de la cocina, al hollín de la enorme campana de madera y mampostería que terminaba en una chimenea diminuta en el techo, a leche hervida, a café recién hecho, a ropas guardadas en cómodas y arcones, a jabón de lavar la ropa, a jareas y a orines de gatos. Y, entre todos esos recuerdos, las imágenes de muchos cuadros con fotografías de parientes de otros tiempos, junto a un enigmático cuadro con la imagen de la que sospecho que sería la reina Victoria Eugenia de Inglaterra, que no sé por qué extraña razón estaba en aquella casa. Nadie me oyó entrar. En la cocina había una gran algarabía alrededor de la preparación del sancocho, que ya estaba al fuego. A contraluz, mi silueta oscura en el quicio de la puerta de la cocina y junto a la destiladera fue reconocida de inmediato y con gran alegría por todas ellas. Me mandaron a quitar la ropa en la habitación de atrás y que bajara a bañarme al Charco, donde ya estaban los otros primos. Ese día, lo recuerdo perfectamente, mi prima Cristina Gopar me enseñó a nadar entre dos enormes barcazas amarillas que había en la playa, donde hoy se encuentra la Casa del Miedo. Hasta que llegó la noche, tuve en mi piel como un curioso cosquilleo, la maravillosa sensación de la ingravidez que se siente al flotar en el agua.


“Ante mí, allá abajo, una lámina de mar azul celeste claro se alarga hasta llegar a La Puntilla, para levantarse luego al cielo infinito, dejando tras de sí la silueta blanca de las casas, de la iglesia y de la torre de San Ginés"

Tras la comida, a los más chicos nos llevaron a la habitación de atrás para que hiciéramos la siesta, mientras las mujeres se tumbaban en las camas de las habitaciones que daban al callejón que bajaba al Charco. Ni qué decir tiene que yo no me dormí. Jamás he podido conciliar el sueño después del almuerzo, porque luego siempre me he levantado de malhumor, como lo hacía Antonio, el cojo, el zapatero de El Lomo. Para no contrariar a mis tías, me hice el dormido sobre unas frescas y lisas sábanas que cubrían la desaparecida y elegante cama que tenía tallada la letra c en un detalle del cabecero, quizás porque aquel catre habría sido de mi tía Claudina Betancort. Mientras jugaba con los dedos entre los finos y torneados barrotes del cabecero, examinaba exhaustivamente y en silencio cada detalle de aquella habitación en penumbra. Para mí, lo que más me fascinaba era recorrer con la mirada las vigas de madera del techo, atravesadas por un entablillado menudo de listones rudos que recorrían de lado a lado las paredes de la estancia y por las que se colaba el agua cuando llovía fuerte, dejando canelas y atormentadas siluetas que simulaban riberas de ríos imaginarios marcados en las paredes hasta perderse en el suelo de cemento, a modo de mar y que debería ser también el morir. También mis ojos se perdían en el largo paseo por la geografía nevada de cal que dejaba la rugosa y atormentada piel de las paredes, después de haber sido albeadas cientos de veces por las mujeres de la casa a lo largo de tantísimos años. De repente, la mirada se detenía ante el encuentro de alguna tacha olvidada donde una vez hubo un cuadro colgado o un juego de llaves de puertas que ya no se abrían. Pero, sobre todas las cosas, nada me atraía más que una pequeña pieza de escayola que representaba a la clásica imagen de la sagrada familia. Tenía un niño Jesús, ya mayorcito, que iba de la mano de sus padres. El conjunto estaba pintado con vivos colores y descansaba sobre una repisa esquinera, junto a un fanal de cristal empañado con

un sagrado corazón de Jesús que lucía muy estropeado y descascarillado. En vano me levanté y me alongué sobre la cama para intentar llegar hasta la pieza religiosa. En ese momento el colchón de paja seca se hundió entre las tablas del somier que lo soportaba y tuve que levantarme para colocarlo bien, sin despertar a mis primos que dormían plácidamente, bajo la fresca oscuridad de aquella habitación, asesinada por los pequeños haces de luz que entraban por las rendijas de la puerta que nunca se lograba cerrar del todo. Descalzo y sin hacer apenas ruido, salí al patio donde el sol crujía en lo alto, devolviéndome al calor seco de agosto en Arrecife. Crucé frente a la cocina también a oscuras, de donde salían aún los olores del resto del pescado y del mojo que había sobrado del sancocho. A un lado del patio, sobre una mesa destartalada ardía al secarse la loza que había sido fregada tras la comida, espejeando los brillos de los cristales de los vasos y de la vieja cubertería de aluminio. Sin llegar a la puerta, ya oía los gritos de la chiquillería que aún seguía bañándose, tirándose, ahora con la marea llena, desde el Morro de la Elvira y sin descanso. Al caminar siento que mi bañador aún está húmedo del último baño. Con mucho cuidado para no despertar a mis tías, que dentro de un rato se levantarán para hacer café, descuelgo la aldaba y abro la vieja puerta, mientras pienso en las veces que mi padre, de niño, habría abierto aquella misma puerta como yo lo hacía ahora para ver El Charco. Ante mí, allá abajo, una lámina de mar azul celeste claro se alarga hasta llegar a La Puntilla, para levantarse luego al cielo infinito, dejando tras de sí la silueta blanca de las casas, de la iglesia y de la torre de San Ginés. Arriba, unas gaviotas impertérritas y ausentes vuelan ajenas al discurso helénico de la luz y del calor tórrido que el sol deja caer para incendiar toda la ribera del Charco. Es verano y son las cinco de la tarde.

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> la orilla

fran rodrígueZ @franrodriguezilustracion

PLAYA HONDA abril 2020 (Confinado)

Paseo sumergido en recuerdos cuánticos de naturaleza ondulatoria y corpuscular, frecuencias del espectro visible y también del invisible en proporciones únicas e irrepetibles. Las proporciones siempre difieren, sin embargo distingo fácilmente el sabor de esa parte cargada de dualidad propia, reflejos de sujetos conocidos. Paredes, casas y muros blancos. Barcas, arena, mar y basalto. Sombras de palmeras, gaviotas, zarapitos y charranes. Días inciertos en los que la luz nos espera, para volver a bañarnos en ella, y en mi caso, pedirle susurrando que me acompañe desnuda a su universo submarino.

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DiseĂąo: www.fernandobarbarin.com


> mi isla

luis Miguel ColoMa http://islaflipica.blogspot.com

Fotografía: Raúl Mateos

SILENCIO CRISTALIZADO Como una mariposa de la luz atrapada en la cintura pérfida de un reloj de arena. Ironía macabra del tiempo, que pasa ante mí pero mi realidad permanece estancada. Una cascada incesante de arena fina transita a lo largo de mi cuerpo, rodeada de reflejos, de formas ondulantes y distorsionadas que susurran apenas la realidad exterior como sombras de una hoguera. Arriba, un embudo absorbente que todo lo arrastra hacia las profundidades. La luz, fría, tenue. Como un dolor crónico. Abajo, la columna de polvo menudo y ocre que desemboca y se acumula formando una duna efímera. Dentro, el rugido atronador de un hilo de arena cayendo sobre más arena en la inmensidad de un tedio incurable. Y cada vez que asumo lo que veo, lo que siento y me rodea, en su forma y en su tempo, la vida me lo pone todo bocabajo y vuelta a empezar. Aprender y desaprender ante una cadena de espejos enfrentados. Espero la noche pero no llega. Existir puede resultar agotador. Siento desde hace tiempo una sed insaciable de paz y soledad en un entorno inédito. Una playa salvaje de arena sin huellas. Con dunas crestadas de fina hierba despeinada. Con paredes de roca que nacen caprichosamente del suelo y ríos como trenzas que se marcan en la orilla de la bajamar. Y quedarme dormido. Hibernar allí. Sentir el salitre en mi piel, el rugido del mar, la espuma como nieve sobre las cumbres de agua y el viento cabalgando en el horizonte tormentoso. Lo sueño pero no lo alcanzo. Extiendo mis manos y no llego ni a tocar el cristal fino que me encierra. Como un niño asustado en medio de un bosque de sombras sin rostro que tapan el sol. Una pared impenetrable que me separa del agua vital. Ruido amniótico persistente. Estridente. Infinito. Y las horas que se arrastran. Y los días que no avanzan.

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Mi última bocanada de oxígeno por un horizonte inhóspito. Atmósfera, luz y silencio. Silencio… Deliciosa ausencia de interferencias a mi pensamiento. A mi quietud. Envolverme en mí mismo y bucear en el flujo de mi existencia. Silencio en sus múltiples formas naturales. El que habita en el interior de las rocas. El que genera el crecimiento de los árboles o el de la majestuosa presencia de los glaciares. Silencio como el que aguarda durante milenios en el interior del hielo azul, prisionero feliz del frío. Silencio ancestral. Silencio espacial. Silencio abisal. Como una cura urgente. Como pide agua la tierra cuarteada. Silencio, soledad y horizonte. Uno siempre desea lo contrario de lo que padece.


> abc sub

FOTO: franCis PÉreZ www.francisperez.es TEXTO: Mario M. relaÑo http://hisaetuvalu.wix.com/mariomrelano

"Francis Pérez by I love the Sea"

AMNESIA Apenas recuerda la escena. Lo único que recuerda es que estaba junto al mar, no porque lo viera, sino porque lo olía. El inconfundible olor a mar. Hacía dos días que Martín había despertado del coma que lo mantuvo casi muerto o como un muerto durante dos semanas. Con varios cables y una mascarilla, todo a su alrededor era de color blanco o, como mucho, verde pálido. El olor era extraño, no desagradable, pero extraño. Él siempre se había guiado por los olores para detectar si le gustaban o no las cosas y los lugares. Aquella estancia no le desagradaba, pero bien sabía que no quería permanecer allí durante mucho tiempo. Y menos ahora que le habían dicho que se encontraba mucho mejor y que estaba fuera de peligro.

damente sin tocar en un lugar vital. Esa bala le había producido una amnesia la cual no sería para siempre, según le había dicho la doctora que le trataba. Pero ahora, lo único que él podía contarles a esos policías era que olía a mar. No recordaba otra cosa. Martín y sus tres hermanos eran conocidos en el puerto como "los rateros del pescado". Con su pequeña barca aprovechaban las noches oscuras para robar en cuantas más nasas mejor. Y aunque todos lo sabían, nunca nadie les había denunciado. Como el mal era menor, se hacía la vista gorda en la zona, pero el gremio se las tenía jurada. Tarde o temprano se sabía que algo pasaría.

Dos hombres vestidos casi iguales le miraban desde los pies de su cama y le hacían preguntas. Él no tenía mucho más que decirles, ya les había explicado que fue una escena de mar como único protagonista.

Y vaya si pasó. Una tarde que andaba por las cercanías del muelle se encontró de frente con Toño, que ya le había advertido en ocasiones. Martín salió corriendo, pero tropezó al mismo tiempo que Toño sacaba un arma y disparaba tres, quizás cuatro veces. Los de alrededor se escondieron donde pudieron, nadie dijo haber visto nada.

Dicen que aquella fue una tarde calurosa de principios de junio, ya casi tarde de verano. Le cuentan que hubo un tiroteo entre dos o más personas en esa ciudad de playa y él fue alcanzado. Un proyectil le atravesó la cabeza afortuna-

El caso se llegó a cerrar. Martín, a su salida del hospital, y su hermano, terminaron mudándose a un pequeño pueblo de campo, bastante alejados de sus antiguos vecinos. Los pequeños hurtos siguieron, a pesar de todo. 23


> mar adentro

Carlos battaglini www.carlosbattaglini.es

REGRESO Sobre tobillos trémulos he vuelto al lugar que no me vio nacer. Es un minúsculo territorio con patas de mosquito que expulsa un aliento local de sosa cáustica. Las caras de toda la vida, tan cambiadas. Es la tierra que me tendió la alfombra de mi niñez, la casa, un cariño. Marché siempre que pude a la búsqueda de un enigma inexistente. Ahora ya lo sé, y continúo sin saber, creí hallar la salvación en playas lejanas, en acentos fineses, en risas perdidas. Regreso con las manos vacías de rica experiencia, caminando solitario a la caza de un irreal placer retrospectivo, de la disección inútil del pretérito anterior. ¿Puedo entrar en alguna verdad? Soy los tumbos y la certeza del desconcierto. Viaje cerebral, apártate. He vuelto con todas las respuestas. Llámame, pues sigo perdido.

Carlos Battaglini es escritor. Su libro de relatos, “Me voy de aquí” estará pronto en las librerías. www.carlosbattaglini.es

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> almacenado Francho

pRÓXIMANTE podrá disfrutarse en el CIC El Almacén el trabajo de un artista que sOlo pinta cuando realmente tiene algo transcendente que contarnos, convirtiendo su pintura en verbo o palabra plástica Francho, siempre te he considerado como un maestro de la pintura y, en más de una ocasión, te he escuchado a ti y al artista Alby Álamo, hablando de Susan Sontag, de “lo camp” y de algo que ustedes llaman algo así como la “pincelada inteligente”. ¿En qué consiste eso? "Lo camp" es una categoría que proviene de los años veinte, de la estética del cabaret. Se refiere a que algo es extravagante sin llegar a ser grotesco. O que algo ridículo está realizado con tal solemnidad que acaba resultando interesante. Sontag actualiza la categoría en los años sesenta, por referencia a muchos y diferentes ejemplos de su tiempo. A mí y a Alby nos interesaba porque esta categoría abre la puerta a la lectura de muchas obras de arte, a primera vista, herméticas e inclasificables. Por poner un ejemplo, las canciones de Freddy Mercury y Montserrat Caballé es muy probable que sean camp. En cuanto a la pincelada inteligente no tiene que ver inmediatamente con lo camp. Se trata de una pincelada que te permite economizar otras cien pinceladas más o menos. Pero, aunque cien pinceladas no han sido ejecutadas, todas están ahí, por eso es inteligente. Lo llamo brochazo inteligente porque lo hago con un pincel ancho o con una brocha. En cierta ocasión que visitamos tu taller, te comenté que tu trabajo va más allá de la mera representación formal y que había algo en los procesos de creación que me recuerda a una gramática interna o una filosofía propia que busca desmontar o despojar todo lo que parezca artificioso o gratuito, como una necesidad vital tuya de quedarte sólo con lo fundamental o significativo. ¿Es eso así? Sí, así es. A riesgo de parecer pedante, identifico mi praxis pictórica con la filosofía, la cual es desde el principio una pregunta por el arjé, esto es, una pregunta por el origen, por lo fundamental, una pregunta por aquello sobre lo que esto se funda. La curiosidad que plantea esa pregunta es la misma que me mueve a pintar. ¿Qué papel juega la figura bíblica de Jafet, hijo de Noé, en el contexto de esta exposición? Si tenemos en cuenta que entre Caín y Abel no hubo un tercer hermano para mediar, resulta notable que entre Sem y Cam medió Jafet. Esto hace que la historia de los hijos de Noé exceda el simple maniqueísmo en que se inscribe la historia de los hijos de Adán, lo cual nos obliga a revisarla con detenimiento. El papel de Jafet, como tercero en discordia es el de mediador, y yo he querido hacer de esto el emblema de esta exposición. Pues, aunque la pintura se basa en el contraste, la mediación en el choque que es todo contraste es tan fundamental como el choque mismo para la aparición de la figura. Si no hay mediación, no hay nada que nos obligue a revisar la pieza con detenimiento. Y su revisión cuidadosa es algo a lo que siempre obliga la buena pintura.

Entrevista: Pepe Betancort / Área de Cultura del Cabildo de Lanzarote. Fotografía: David GP

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Roberto Batista

Medín Martín

Marta Von

Marianna Lopes

Sergio Villalba

Fabián López

Óscar Valido

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esta seCCiÓn es Posible graCias al PatroCinio de:

La sección “MARTE, mar y arte” ofrece un espacio de diálogo para artistas canarios o residentes en Canarias, cuyas obras estén inspiradas en el mar. Aquí tienen cabida las diferentes disciplinas artísticas que habitan en las islas.


ÓSCAR VALIDO

“SARDÍMETRO” COLLAGE

DIGITAL.

Los animales son el mejor indicativo del cambio climático. Nos avisan de que algo grave está pasando en el planeta. Debemos observarles y cambiar lo que estamos haciendo mal. Estamos a tiempo.

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ROBERTO BATISTA

“SIN TÍTULO”DE

LA SARIE

DES-SIGNACIÓN, 2019. ÓLEO

SOBRE LIENZO

Si fuera este el último amanecer de mi vida, si fuera esta la última imagen vista, la sensación postrera, si este fuera el fin de mi recorrido, si sobre los reflejos del mar me desvaneciera antes de entrar en la deslumbrante luz que todo lo ciega, si fuera posible mantenerme, por un instante, en este todo iniciático, cuando Todo era lo que ahora llamamos Nada, si fuera posible, pensó el caminante con los pies hundidos en la húmeda arena, crear Pensar y pensar Creando… si fuera posible.

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MEDÍN MARTÍN

“SIN TÍTULO” DE MADERA

LA SERIE

ATRAPA,2019.

SAPELY Y LÁMINAS DE ALUMINIO.

Lo que la vida no ha sido puede ser.

Como el lenguado y la rémora La quimera y el pez luna El caballito de mar La estela de la merluza La elegancia del delfín La concha del mejillón El mar de la madreperla Y el sueño del caracol

POEMA DE LA CREACIÓN (1951)

Agustín Millares Sall

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MARTA VON

“CODICIA”

ÓLEO SOBRE LIENZO

El cuadro muestra la codicia humana sobre el medio ambiente, cómo el dinero para determinadas empresas o personas está por encima de la salud medioambiental. Está basado en un fragmento de un cuadro de Vermeer y su entorno en Delft. Una mujer pesando unas monedas de oro, mientras el agua inunda el entorno.

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MARIANNA LOPES

Hay palabras que tienen agua Hace calor en la madrugada. El cielo amenaza lluvia fuerte pero es un engaño. El agua no volverá a caer este mes. Tal día como hoy nuestros antepasados estaban en pavorosa coreografía. Apañando barreños. Preparando los orificios anchos de las tinajas. Sobre esto no comenta nadie. La intimidad ha sido secuestrada por la Historia. El cielo de aquí está rajado por aviones. Si lo observas bien, ves que está roto. De madrugada no hay vuelos, cielo intacto. Las galerías de mi isla tienen polvo. De estrellas, como mi pensamiento. La querencia de mis piernas cuando caminan la isla son intensas. Aquí se pisa fuerte. Cualquier herramienta en esa tierra nace llena de tiempo. Y provoca temblor en la piel todos los días.

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SERGIO VILLALBA

“MEDÁNO” Tenía muchas ganas de esto. Llamésmola ‘antigua normalidad´si prefieres. Soñé durante meses con esa sensación, nada más que una simple tarde despreocupada de verano con amigos. Sin estadísticas, rebrotes, ni noticias sobre vacunas. Solo mis amigos y yo saltando al mar en la más absoluta y pura libertad..

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FABIÁN LÓPEZ

“destino” Llegas surcando hasta el límite, orilla que se desvanece ante los ojos como delirio y anhelo. Rompe la ola, rompe el espíritu al arribar. Pedazos de ti, de alma, de sueños, madera...

Isabel Duarte Patrón

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DiseĂąo: www.fernandobarbarin.com / FotografĂ­a: www.bruto.es



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