EDITORIAL ...Tenemos un ministro de defensa que hasta hace muy poco, era consejero de una firma que fabricaba y comercializaba bombas de racimo, explosivo indiscriminado que ha matado o mutilado a unas 100.000 personas, la tercera parte de ellas niñas y niños.
Tenemos a decenas de touroperadores vigilantes en cada playa, que no dudarán en buscar otros destinos para sus clientes ante cualquier pequeño derrame, con el consiguiente caos que esto generaría en un archipiélago ya de por sí castigado severamente por el desempleo.
Tenemos un ejército premeditadamente endeudado, que pintan banderitas en el cielo durante onerosos desfiles militares y cuando actúan en casa, lo hacen asaltando violentamente una zódiac, poniendo en peligro la vida de una tripulación formada por activistas medioambientales, ¿qué no harán en remotos territorios alejados de cámaras y observadores?
Y para todo esto, tenemos enfrente argumentos prefabricados tan frágiles como falaces:
Tenemos un exministro cavernícola y machista, actual comisario europeo de medio ambiente, estrechamente vinculado a diversas empresas petrolíferas a través de sus familiares. Tenemos un ministro canario más preocupado por la cartera de energía que por la de turismo, empeñado personalmente en que empresas de capital privado puedan (como si de sanguijuelas marinas se tratasen), succionar y extraer todo el crudo de las entrañas de nuestras costas. Tenemos una empresa como Repsol, envuelta en una gran bandera española, cuando la realidad es que más del 50% está en manos de capital extranjero, es decir, de empresas y fondos de inversión ubicadas fuera de la madre patria. Tenemos unas islas que, debido a la gestión cómoda y facilona de sus dirigentes, su única industria gira entorno al turismo. Unas islas frágiles frente a los touroperadores debido a la enexistencia de alterna tiva económica. Un archipiélago energéticamente dependiente, aun siendo este rico en fuentes alternativas limpias como son el viento, el sol y el mar. Tenemos a una mayoría social y a toda la comunidad científica que se oponen con argumentos veraces y contundentes a este atropello medioambiental. Tenemos un santuario marino donde están representados el 33% de los cetáceos a nivel mundial, ahora en riesgo, debido a la voracidad insaciable de intereses económicos.
- Generarán puestos de trabajo: Canarias recibió en 2013 más de diez millones de turistas extranjeros; proporcionalmente la plataforma generá los puestos que puede requerir un hotelito en temporada alta. - Podrían hallar reservas correspondiente al diez por ciento del consumo de crudo en España: Repsol no es una empresa “estatal”, es una empresa “privada” española, son cosas totalmente diferentes. Nadie nos va a rellenar el tanque del coche. - Es absurdo, si no lo hacemos nosotros lo hará Marruecos. Las prospecciones autorizadas en Marruecos conllevan menor peligro. Están previstas en la plataforma continental, es decir, a una profundidad no superior a 200 metros. En el caso de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, se van a llevar a cabo en lo que es el “talud continental”, a una profundidad cercana a los 3.500 metros. También podemos ocupar el Sahara Occidental y así someter a otro pueblo... si no lo hacemos nosotros, lo hará Marruecos. - Pero a las manifestaciones bien que vas en coche. Las multinacionales compran compulsivamente todas las patentes de nuevas tecnologías energéticas, ¿alguien piensa realmente que no existe alternativa al petróleo? - Hay otros destinos turisticos donde se realizan perforaciones. Ninguno es tan dependiente como en Lanzarote o Fuerteventura, donde el agua dulce proviene de la desalación del agua marina. A más de tres kilómetros de profundidad, la capacidad tecnológica para hacer frente a una situación no prevista es experimental. Una cosa es segura, el crudo jamás llegará a las lujosas mansiones de los grandes directivos de estas empresas. El peor absolutismo es aquel que mediante maquillaje democrático consigue tapar su verdadero rostro.
Ahora también en facebook.com/nu2revista EDITOR y DIRECTOR Fernando Barbarin REDACCIÓN María Larumbe
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SUMARIO
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Montañas submarinas
Las montañas submarinas Dacia y Tritón, al norte de La Graciosa, albergan asombrosas especies que han sido fotografiadas en una expedición de la organización conservacionista Oceana
ARTÍCULO>
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Pacho Lasso · 20
Aqueología submarina, un viaje en el tiempo: el reloj marca las ocho de la mañana...
Espacio para la muestra de obra realizada por los alumnos y alumnas de la escuela.
MI ISLA >
Gregrorio Cabrera · 21
Agazapado entre las palabras y las notas musicales. Entre las ráfagas de viento...
Es como un ratoncillo moviéndose entre las mesas del bar. Debe tener seis años,...
FICHA >
Francis & Mario · 13
Bicuda · 22
Cada vez que naufragaba, inventaba una isla pequeña y solitaria cuyas cálidas...
Los juveniles de esta especie pueden ser observados en aguas muy someras.
MENSAJE PARA... >
Oscar Presilla · 16
Myriam Ybot· 24
... Siguen navegando y llevando una vida nómada en sus barcos casa, los gitanos del mar.
Hola, cariño, ¿cómo estás? Perdona mi tardanza en contestarte...
ARTÍCULO>
N CAPTURA >
El mareo · 17
Carlos Suárez · 25
Todas las maravillas que ofrece un viaje por mar se anulan por este síntoma.
Un pez payaso se refugia en una anemona gigante en un canal de las Islas Maldivas.
FOTO DENUNCIA >
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DIARIO ATLÁNTIDA>
Luis Miguel Coloma · 12
ARTÍCULO>
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2NU2 >
Rafa Mesa · 10
ABC SUB >
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TABLA DE MAREAS ... >
Vergüenza y orgullo · 18
Diciembre, enero y febrero · 26
Actividades en cuidado del medio ambiente.
Tablas con horarios de las mareas.
MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE · MAR Y ARTE ·
POESÍA > Miguel Ángel Morales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 FOTOGRAFÍA > José J. Torres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 PINTURA > Dominga Santana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
MAR Y ARTE · 27 Espacio de intercambio artístico donde el punto de referencia para el desarrollo creativo se genera en torno al mar.
PINTURA > Romana Brunnauer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 PINTURA > José Rosales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 FOTOGRAFÍA > Carla Victorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 FOTOGRAFÍA > Holga Herreros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Morena (Muraena helena) y coral negro (Stichopathes sp.). Esponja carnívora Chondrocladia
Montañas submarinas Las montañas submarinas Dacia y tritón, aL norte De La Graciosa, aLberGan asombrosas especies que han siDo fotoGrafiaDas en una expeDición De La orGanización conservacionista oceana
RELIEVE SUBMARINO La montaña más alta del planeta no es el Everest, sino el Mauna Kea que mide 9754 metros; nace bajo el mar y sobrepasa la superficie del agua. Las montañas submarinas son en su mayoría de origen volcánico y superan alturas de más de mil metros sobre el suelo oceánico; a pesar de su enorme interés biogeográfico y su alto grado de endemismo, apenas unos centenares han sido investigados. Estas formaciones obligan a las aguas profundas a subir hasta la superficie al chocar contra sus empinadas laderas, lo que permite el ascenso de nutrientes hasta la superficie (conocido como aflojamientos o upwellings), y los convierte en alimento accesible para el plancton. EXPEDICIÓN OCEANA El barco partió el 3 de septiembre de Sagunto (Valencia) rumbo a Lanzarote, donde llegaron una semana después. Al norte de la isla de la Graciosa se encontraron con las dos montañas submarinas que comenzaron a explorar el 14 de septiembre. Se llaman Dacia y Tritón y, según explica el biólogo Ricardo
Aguilar, líder de la expedición, aunque en ellas se habían realizado algunos estudios geológicos para determinar su edad y su vinculación con las Islas Canarias y con Madeira, su biología no había sido estudiada hasta ahora. DACIA Y TRITÓN Dacia es redonda, como si fuera un volcán, mientras que Tritón es más alargada, como una cordillera. Las montañas submarinas del norte de Canarias, Dacia y Tritón, han sido documentadas por primera vez durante la expedición que Oceana está llevando a cabo en la zona. Las imágenes obtenidas muestran extensos bosques de corales negros en la cima de Dacia y una gran diversidad de esponjas en las laderas de Tritón, incluyendo espectaculares esponjas cristal y esponjas carnívoras así como diferentes gorgonias, corales, peces de profundidad, tiburones, etc. La alta concentración de cetáceos cerca de esas dos montañas submarinas nos recuerda que son zonas con un gran valor biológico, además de indicar que se tratan de lugares adecuados para su alimentación.
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Esponjas hexactinélidas (Aphrocallistes beatrix y Regradekka sp.)
Rape bostezador (Chaunax suttkusi)
Coral negro (Stichopathes s.p.)
Esponja carnívola (Chondrociadia s.p.)
“Encontramos muchos cachalotes. Y si hay cachalotes, hay calamares. Vimos bastantes ballenas, sobre todo rorcuales boreales [Balaenoptera borealis], que suelen ir a bancos de pequeños pelágicos que se concentran en torno a las montañas submarinas. Son, por tanto, sitios interesantes en los que hay gran riqueza”, comenta Ricardo Aguilar. La investigación se está llevando a cabo a través de inmersiones con ROV (vehículo operado a distancia), que documenta desde la cima de Dacia, a cerca de 100 metros de profundidad, hasta los casi 1.000 metros en la ladera de Tritón. Estas montañas están situadas a 190 mn y 110 mn al norte de la isla de La Graciosa, respectivamente. Cuentan con más de 2.000 m de altura y se elevan sobre un fondo a unos 3.000 metros de profundidad. Tritón consta de dos cimas y se extiende a lo largo de unos 60 kilómetros de longitud, mientras Dacia tiene un diámetro de poco más de 20 km. Dacia y Tritón forman parte de un conjunto de montañas situadas entre Canarias, Madeira, la Península Ibérica y Marruecos, sirviendo como puntos de conexión para las especies que viajan entre estas zonas.
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Para estudiar Dacia bastaba con que el vehículo se sumergiera a unos cien metros: se trata de la montaña submarina más cercana a la superficie, está a sólo ochenta metros de profundidad. Los biólogos a cargo de la campaña señalan que hace millones de años era probablemente una isla. RECOGIDA DE MUESTRAS Además de las muestras que recoge el vehículo robótico a gran profundidad, emplean un tipo de draga denominada Van Veen con la que toman muestras de sedimento y pequeños organismos. Y como ya resulta habitual, también se han topado con residuos. “Es muy difícil hacer una inmersión donde no encuentres basura o aparejos de pesca. Hemos visto sedales abandonados, botellas, latas, embalajes...”, cuenta Ricardo Aguilar. Entre los hallazgos filmados por el vehículo en las montañas submarinas de Dacia y Tritón destacan una gran variedad de esponjas y extensos bosques de coral negro. Su nombre, coral negro, se debe tan solo al esqueleto; por fuera, los corales negros tienen vivos colores y su aspecto recuerda al de una cuerda, como se aprecia en la foto en la que se ha retratado a
GRACIAS A ESTA RIQUEZA EN NUTRIENTES Y LA VARIEDAD EN EL TIPO DE SUSTRATOS, LAS MONTAÑAS SUBMARINAS DEBEN SER CONSIDERADAS COMO ENORMES OASIS EN MEDIO DEL MAR ABIERTO, LO CUAL EXPLICA LA GRAN ABUNDANCIA DE AVES MARINAS Y DE OTRAS ESPECIES PELÁGICAS COMO TORTUGAS, TIBURONES O CETÁCEOS QUE SE REÚNEN PARA ALIMENTARSE ALREDEDOR DE LAS MONTAÑAS SUBMARINAS.
Soplido de rorcual boreal cerca de la montaña submarina de Tritón, al norte de Lanzarote CARLOS MINGUELL / OCEANA
Rorcual boreal (Balaenoptera borealis).
una morena mediterránea (muraena helena). “Los corales negros están muy distribuidos por todo el planeta y pueden llegar a habitar a profundidades de 5.000 o 6.000 metros. Hay especies tremendamente longevas, que pueden tener más de 4.000 años de antigüedad. Ahora estamos empezando a saberlo. Son también especies muy sensibles”, nos ilustra Aguilar. También han visto narcomedusas, uno de los tipos de medusa más desconocidos, porque se encuentran a profundidades de entre 300 y 800 metros, donde su picadura no supone un peligro para el hombre. Otra criatura que se deja ver a los 400 metros de profundidad es el cabracho de abanicos, denominado así por los curiosos movimientos que realiza con sus largas aletas. Los colores vivos como el naranja o rojo se vuelven casi invisibles en la profundidad del océano, por lo que muchas especies son de esos colores para camuflarse, como es el caso del mero bostezador. PROTECCIÓN DE ÁREAS DE ESPECIAL BIODIVERSIDAD La protección de los mares ha comenzado muy recientemente. Hasta hace poco solo estaba protegida el 0,5% de la superficie mari-
na total del mundo y en la actualidad se estima que está en entre el dos y el cuatro por ciento. En nuestro país el porcentaje es similar. “Estas montañas pueden ser consideradas como las otras Islas Canarias, algunas de las cuales, aunque sumergidas en la actualidad, llegaron a emerger” declara Helena Álvarez, científica marina de Oceana. España debería estudiar y proteger estas montañas marinas para que, junto a Portugal, Europa pudiera contar con una extensa área marina protegida donde decenas de elevaciones submarinas albergaran una de las faunas más ricas y diversas del planeta. Como todos sabemos a estas alturas, la incompatibilidad que existe entre la explotación de recursos petrolíferos y el ecosistema marino, máxime en un área tan sensible donde se pone en peligro el equilibrio natural, es una evidencia. Las actividades petroleras significan un serio riesgo y queda patente cómo en muchos casos han afectado a la biodiversidad de la zona donde han desarrollado su actividad; su conservación exige por parte de las autoridades una protección máxima para un medio que no solamente nos pertenece a nosotros, sino que también pertenece a las generaciones venideras. Fotografías: Oceana 9
Fotografía: Rafa Mesa
ARQUEOLOGÍA SUBMARINA, UN VIAJE EN EL TIEMPO
“ Habíamos perdido la noción del tiempo y sobre la tripulación planeaba un ambiente de desánimo. Los hombres, curtidos y férreos marinos se aferraban a la vida con la fortaleza que sólo un marino posee. Fue una desgracia divina que tras levar anclas en San Fernando, aquella galerna infernal nos llevara casi al fondo del abismo. Ahora, sin suministros y con importantes daños materiales en la nao, oteamos el horizonte a la espera de una señal que nos permita albergar alguna esperanza. Días después, lo habíamos logrado, estábamos a salvo fondeados en una isla conocida como Lanzarote, resguardados de los elementos y protegidos por la orografía singular. Sobre aguas turquesas poco profundas dedicamos los siguientes días a reparar el navío y aprovisionarnos de víveres. Varios candiles de iluminación y ánforas de aceite se habían roto tras la tormenta siendo lanzados por la borda dada su inutilidad. Corría el año del señor de 1690”. El reloj marca las ocho de la mañana y el sol no ha despuntado en el horizonte, escondiéndose aún entre algodones. Es temprano, pero la ocasión lo requiere, no todos los días podemos realizar un viaje a otra dimensión. Mientras sacamos los equipos, los primeros rayos solares iluminan nuestras caras a modo de bienvenida; no hace frío pero la cercanía de la mar lo inunda todo con su habitual fragancia. Hoy nos espera el azul, un buceo más en nuestra dilatada experiencia pero que sin embargo, nos llena de desasosiego. Esa especial sensación de estar a las puertas de algo mágico y misterioso no se separa de nuestras mentes mientras nos pertrechamos con los complejos equipos de buceo. El océano receloso de descubrir sus secretos, guarda celosamente
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una parte de nuestras historia. Esa historia está ahí abajo, paciente e inmutable a la espera de que alguien narre lo acontecido, hace quizás, miles de años. Todo comenzó con las civilizaciones antiguas que florecieron y desarrollaron la cuenca del mar Mediterráneo. Griegos, fenicios y romanos se disputaron el control, el poder y el dominio en el entonces, primer mundo. La expansión de estas civilizaciones dio pie a un floreciente comercio y al desarrollo de una poderosa cultura del mar. Surgían así las primeras flotas de comerciantes y de guerra: birremes, trirremes y galeras se disputaban el control estratégico del Mare Nostrum para imponer su dominio sobre el resto de comunidades. En algún momento de la historia comenzó la exploración del gran desconocido, el Océano Atlántico. Inmenso y mitológico, cubría el horizonte creando una muralla infranqueable que poco a poco comenzó a ser explorada por diferentes pueblos y culturas. Estas historias de expansión, logros y fracasos han cubierto el lecho marino de innumerables restos que como fiel huella han marcado la actividad humana a través de siglos de historia. Hubo un tiempo, en el que el tonelaje de una embarcación se medía por el número de “ánforas” que era capaz de transportar. De este modo existían galeras capaces de albergar más de 5000 unidades, soportando pesos entres 100 y 200 toneladas de registro. La ánforas y la cerámica en general forman parte indivisible en la historia del Homo Sapiens que comenzó a crear herramientas y utensilios, no sólo para cazar o cultivar, sino para conservar los excedentes de alimentos. Estos materiales arcillosos tienen la particularidad de conservarse muy bien en el medio natural y ofrecer al arqueólogo una extraordinaria visión de las diferentes culturas y sociedades que han existido a lo largo de la historia. Una vez equipados, el grupo ultima detalles, comentando todos los pormenores de la inmersión. Cada buceador repasa meticulosamente su cometido, ilusionados por descubrir que se esconde ahí abajo, en las oscuras profundidades. El agua fresca golpea nuestra cara mientras hacemos un último chequeo; no hay vuelta atrás, estamos a punto de comenzar un viaje hacía la historia. Ajusto mi cámara de fotos y oriento los flashes, ya estoy listo para descubrir qué se esconde en el azul. Las islas Canarias albergan ricos yacimientos arqueológicos sumergidos. Lanzarote, por su especial orografía, características e historia, cuenta con dos importantísimos yacimientos. “El Rio” en la isla de La Graciosa y “La Bahía de Arrecife” frente a la capital de la isla. Ambas áreas cuentan con un valor arqueológico de primer orden, valores que deben ser respetados por todos y estudiados y divulgados como se merecen. No podemos permitirnos agredir o destruir nuestro patrimonio arqueológico, sepultando bajo escombros o depositando a gran profundidad una parte de nuestra historia reciente. El pueblo que no valora y estudia su pasado, está condenado a no tener futuro. Rafael Mesa Presidente del CAS. PASTINACA
Montaje: Nicolás Melián
mi isla Luis Miguel Coloma
http://islaflipica.blogspot.com.es
COMO EL SILENCIO… Agazapado entre las palabras y las notas musicales. Entre
a los ojos. Lo han visto en el fondo de un vaso de whisky o
las ráfagas de viento, disfrazado de vacío, juega a ser el
de una taza de café. Unos lo llaman soledad. Otros, remor-
hombre invisible pero sabe que jamás podrá alcanzar la
dimiento, desesperación, odio, rencor..., olvido. Los hay
grandeza de la nada absoluta. ¿De qué color es? ¿negro
que ya saben que está en cada uno de nosotros. Por eso
como la noche, tal vez?. No, porque al igual que esta no
buscan permanentemente ruido y distracciones que le
está exenta de luz, el silencio es mucho más que la ausen-
disuadan de mirar hacia adentro. Muchas veces nos da
cia de sonido. Es un espacio, una dimensión en la que habi-
miedo asomarnos a ese espejo interior. A vernos reflejados
tan las respuestas más esperadas, esas que nunca recibi-
en la superficie del agua de ese pozo que somos. O igual a
mos. Un espacio carente de tiempo o un tiempo que reside
la posibilidad de que no alcancemos a vernos.
en un no-lugar. Aunque tal vez sólo pasa por allí de vez en cuando, de retiro vacacional…
El silencio es mucho más que la ausencia de ruido. Mucho más que la oscuridad. Es paz. Es inspiración… es plenitud.
Mientras, se desliza sigilosamente como el humo por nues-
Es, como decía, una dimensión en la que navegan juntas las
tras mentes. Nos tortura con llamadas que no llegan, con
preguntas y las respuestas. Un mar que se puede beber, que
llantos que no acaban de surgir… Y se ha especializado en
se puede tocar y sentir. Es un instante que se le escapó al
devorar ‘te quieros’. Sí, le encantan… primero los endulza
reloj, por eso no se puede medir.
con sutiles miradas, los adereza con un puntito picante de sensualidad… y cuando alguna de las partes lo espera
Pero es cuando llegas a entender su idioma que te das
como la guinda del pastel… llega él, el silencio, y lo
cuenta de su auténtico poder. Como si el universo te hubie-
envuelve como una sombra hasta tragárselo como un agu-
ra dotado del don de hablar el lenguaje de la naturaleza. Tu
jero negro del espacio.
sensibilidad se potencia y se expande. Y eres capaz de percibir, de sentir sin tener que definir, ni precisar, ni traducir
Y tal vez sea esta su verdadera naturaleza. La de una mate-
en palabras. Te basta con una mirada. Entonces, sólo enton-
ria tan densa que no permita nada más en su camino. Por
ces, sí podrás escuchar. Porque el silencio es en realidad el
eso se nos forma un nudo en la garganta cuando tratamos
idioma que hablan todos los seres que no pronuncian soni-
de pronunciar unas palabras que le pertenecen. Son pala-
dos. El aire, el agua, las piedras, las plantas, la tierra, la
bras prisioneras. Por eso a tanta gente le da miedo. Porque
noche, las nubes, las estrellas… ¿te imaginas las cosas que
lo confunden con la oscuridad, o porque ya lo han mirado
te podrían contar?
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ABCSUB
FOTO: FRANCIS PÉREZ www.uwatercolors.com TEXTO: MARIO M. RELAÑO http://hisaetuvalu.wix.com/mariomrelano
LA ISLA DE LOS NÁUFRAGOS Cada vez que naufragaba, inventaba una isla pequeña y solitaria cuyas cálidas arenas doradas recogían mi cuerpo herido y agotado, y donde el mar, con el jugueteo constante de sus olas, me despertaba despacio de los sueños -esos de luces al final del túnel- que me provocaba el sopor del casi ahogamiento. Nunca dijeron que fuera fácil despertar tras horas de continuas brazadas y bajo un sol que, por momentos, me hacía ver espejismos como si de un oasis en el desierto se tratara. Para eso estaba allí mi isla, para abrazarme tras el agotamiento y darme una calurosa bienvenida. Mi pequeño territorio inventado era diferente. Cuando llegué decidí que en la isla no cabría cualquier persona. Esta sería la isla de las historias. De cada naufragio que tuviera lugar en sus costas, yo mismo haría una selección de las personas que podrían o no descansar o incluso llegar a residir en ella. La selección sería de un modo muy especial: cada individuo que me supiera contar una bonita historia sería arrastrado por mí mismo hasta tierra firme y los incapaces de narrar o que incluso se mofasen de la belleza de un cuento se arrepentirían de ello y el mar se volvería amargo para cada uno de ellos. Eso sí, después de este primer obstáculo superado y una vez pisada tierra firme, todas estas personas se encontrarían con una segunda prueba. Los que lograsen llegar vivos a la isla y quisieran permanecer en ella, deberían de representar con mimos, gestos o incluso música y bailes, esa misma historia que anteriormente me habían contado.
Los mejores cuentistas son también los mejores utopistas. Si el cuento era bueno y me gustaba su narración y representación, yo les cedería unos acres para comenzar una nueva vida en la isla. Si su narración no me convencía les ayudaría a construir una balsa que aguantase la travesía hasta el primer nuevo destino costero que figurase en mis mapas. Después de varios meses solo y aburrido en mi isla, un día, tras una aterradora y eléctrica tormenta, llegó agotada y casi desfallecida una joven de tez muy blanca aunque ligeramente quemada por el sol que hacía ya unas horas calentaba cielo, mar y tierra. Levantó sus ojos hacia mí cuando detectó que mis desnudos pies casi le rozaban, abrió la boca, movió apenas unas alas que le sobresalían de la espalda y casi muriendo entre palabra y palabra me dijo: “No soy mujer de tierra, tampoco sirena. Levanté el vuelo para atravesar el océano y llegar al Río Éufrates antes del invierno. La tormenta me sorprendió y gracias a esta isla he sobrevivido. Mi nombre es Inna, soy un Sirin”. De repente, se puso a cantar hermosas canciones anunciando futuras alegrías. De fondo sonaban campanas, o quizás fueran ruidos de cañones. Y entonces temblé y recordé, y de la memoria de mis lecturas mitológicas de adolescente emergió la sombra oscura de una amenaza. Estaba ante un Sirin, y supe que mi final estaba cerca a pesar de que ese día... no me venía bien morir.
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Los Gitanos del mar Texto y fotografía
Oscar Presilla EN
http://unbilletedeida.blogspot.com.es
EL SUDESTE ASIÁTICO, POR ALGUNAS DE LAS ISLAS EN EL
MAR DE
ANDAMÁN
Y LA ZONA DE
BORNEO,
SIGUEN NAVE-
GANDO Y LLEVANDO UNA VIDA NÓMADA EN SUS KABANG, SUS BARCOS CASA, LOS GITANOS DEL MAR
También conocidos como moken, bajau, urak lawoi o chao le, dependiendo de los lugares donde se van asentando. Sólo quedan unos dos mil, y las presiones de los gobiernos de la zona o de las industrias pesqueras y compañías petrolíferas, les están obligando poco a poco a abandonar su original modo de vida y vivir en tierra, algo a lo que no están acostumbrados y que sólo llevaban a cabo en época de monzones, cuando construían unas chabolas en la costa y aprovechaban para reparar sus barcos. El resto del año navegaban entre Birmania, Tailandia, Malasia e Indonesia aprovechando vientos y corrientes. Carecían de nacionalidad, simplemente eran gitanos del mar. Parece ser que provienen de China, desde donde llegaron hace unos cuatro mil años bajando por tierra hasta que encontraron el mar. Tienen su idioma propio y una religión animista, su mundo es el universo. Nunca han oído las palabras medio ambiente, ecología o sostenibilidad pero saben vivir perfectamente de lo que les ofrece la naturaleza sin explotarla. Se dieron a conocer en el mundo durante el tsunami de 2004 que devastó gran parte del sudeste asiático; no murió ninguno de ellos. Su conocimiento del mar y la naturaleza les hizo prever lo
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que venía con anticipación. Los que se encontraban en tierra subieron a las colinas más cercanas, los que se encontraban navegando pusieron rumbo mar adentro para evitar la gran ola. Y están convencidos de que aquel desastre fue un castigo de los espíritus debido al mal uso que hacemos los humanos del planeta. Sólo pescan lo que van a comer y conocen todas las especies marinas; utilizan redes lo bastante anchas para que no queden atrapados los peces pequeños; no tocan delfines o tortugas, son sus hermanos del mar; jamás echan el ancla en los arrecifes para no estropear el coral. Y si alguna vez tienen pescado de sobra lo ponen a secar y lo venden para conseguir el poquito dinero que necesitan para llevar su modo de vida. Los niños casi aprenden a bucear antes que a caminar, su foco visual se acostumbra con rapidez al salitre y no necesitan gafas para ver el fondo. También saben cómo aprovechar al máximo su respiración y son capaces de aguantar muchos minutos buceando sin oxígeno. Por desgracia es una de esas civilizaciones que poco a poco tiende a desaparecer a causa de las prisas y la codicia de este nuevo mundo. A muchos de ellos no les queda otro remedio que adaptarse a la civilización moderna. Acaban buscando algún trabajo en lugares turísticos y se sienten algo enjaulados llevando un estilo de vida tan diferente. Dicen que antes se sentían más ricos y sobre todo más libres, pertenecían al universo y el universo era suyo.
El mareo desagradable sensación de inestabilidad Todas las maravillas que ofrece un viaje por mar se anulan, e incluso pueden llegar a convertirse en maldiciones para una serie de seres humanos aquejados de una propensión intrínseca: la del mareo. No se sabe por qué extraña razón esa característica de algunos se considera prueba de debilidad inaceptable en el hombre y por el contrario, resulte muy en su punto la vanagloria de su dominio. –Tuvimos una tempestad... con decirte que se marearon todos, incluso el capitán... y yo, tan tranquilo. El mareo tiene etapas muy claras para el avezado a moverse en un barco. La primera se trasluce en la seriedad aparecida en la cara del afectado, una seriedad que se convierte en dramática, a medida que las olas balancean el casco del barco. El interlocutor del así atacado observará que frunce el ceño y parece poner más atención a lo que uno está diciendo. Lo que ocurre, en realidad, es que
la víctima está estudiándose a sí mismo con atención profunda, atención que se concreta en dos puntos importantes: su estómago y la línea del horizonte que sube o baja en relación con la borda. El monólogo interior del enfermo, mientras por fuera intenta proseguir la conversación a base de “ah, ah... claro, claro...” viene a ser algo parecido a: “Parece que se está moviendo mucho... qué curiosa sensación... en el estómago, ¿no me iré a marear? ¡qué tontería! un hombre como yo, marearme...” En esta etapa se queda afortunadamente la mayoría de los mareados, reposo completo, comen unas frutas y capean el temporal, esta vez sin simbolismos, en posición horizontal. Cuando este ha cedido y su estómago se ha habituado al movimiento surgen a cubierta con un paso inseguro y advierten a los que les preguntan por su ausencia que han estado resfriados. Nunca he visto más resfriados que cuando se mueve el barco. Texto: Manual del imperfecto viajero.
Causas del mareo: Habitualmente se define como mareo a la desagradable sensación subjetiva de inestabilidad y desequilibrio, asociado generalmente a náuseas y a una impresión personal de absoluta incapacidad física. Sensación ésta bien conocida por todos aquellos que en un momento u otro la hemos padecido, ya sea en barcos de gran porte, como quizá de forma más frecuente en barcos pequeños en el curso de jornadas de pesca. La medicina reconoce dos tipos fundamentales de mareo, el fisiológico, que es el que nos ocupa, y el patológico, cuyo principal representante es el vértigo. Sólo nos referiremos y de forma breve, al primero de ellos. El órgano responsable de la coordinación espacial del organismo es el oído interno y concretamente los canales del conocido comúnmente como caracol. Este sistema, llamado vestibular, proporciona información relacionada con la orientación espacial debido a la existencia de partículas en suspensión en el líquido de los conductos semicirculares, denominados otolitos. La información recogida por el sistema vestibular se integra con la información visual a través del sistema nervioso central y el sistema visual y el locomotor informan de la dirección de la vertical del cuerpo en relación a las estructuras vecinas, que mediante los movimientos laterales de la cabeza pretende mantener la estabilidad postural. Por tanto, son distintos los puntos de posible anomalía funcional que puede dar como consecuencia la aparición del temido mareo: vestibular, visual, integración de los mismos, mecanismos de respuesta muscular, etc.
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1. Oído interno 2. Conductos semicirculares 3. Oído medio 4. Oído externo 5. Trompa de Eustaquio 6. Membrana del tímpano 7. Conducto externo del oído
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.. VERgUENZA FotogRaFía: NU2
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ntamente, extraer áridos ilegalmente Maquinaria abandonada en un barranco tras, presu Localización: Lat 29º 02´ 48´´ Lon 13º 28´ 25´´
y
y
orgullo
Festival Langaia 2014, actividades de sensibilizaci贸n ambiental
1潞 del CFGS de Ilustraci贸n. T茅cnica: Lin贸leo
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LA TURBIA ORILLA Sumario: La historia de pequeños seres perdidos en la más oscura marea humana
Es como un ratoncillo moviéndose entre las mesas del bar. Debe tener seis años, siete a lo sumo. Vende libros desplegados en una cesta que cuelga de sus hombros. “¿Books?”, pregunta. Hay un poco de todo. Del montón asoma una edición de bolsillo de Moby Dick y otra de Romeo y Julieta, textos que jamás conocerá porque probablemente nunca sabrá leer. La explotación infantil ha transportado a Melville y a Shakespeare hasta las turbias aguas del delta que forman los ríos Mekong y Sap al abrazarse en la capital de Camboya, Phnom Penh. Un camarero expulsa con brusquedad a la niña, que sin inmutarse repite su danza en la terraza de al lado. Les pregunta a los turistas por su país de procedencia. “Madrid, un, do, tes, catro, cinca, se…”, les dice a los españoles. “París, un, du, trua…”, responde a los franceses. Otro camarero. Otra vez en la calle. De nuevo los ojos tristes sin luz que se pierden entre las mesas de otro restaurante, un drama que Shakespeare nunca imaginó. Luces rojas Dos calles más atrás, en un callejón que sería oscuro como el fondo del Mekong si no fuera por las lámparas rojas que cuelgan de las paredes, asistimos a otra escena. En las mesas se sientan hombres solitarios, mayores, muy mayores, de hasta setenta años. A veces se les ve en grupos de dos, tres o cuatro. Hay millones en todo el mundo. Son la raíz del árbol corruptor. A su alrededor, convidadas a una bebida, toman asiento también jóvenes camboyanas. La mayor parte de ellas parecen menores de edad. El velo de luz roja no hace sino teñir el ambiente de sospechas. La prostitución de menores es una de las lacras sociales del país asiático. Carteles en los baños públicos En los baños públicos, sobre todo en los lugares de interés turístico, las autoridades han colocado carteles que alertan a los hombres sobre la prostitución infantil y animan a dar parte a los agentes de la policía en el caso de que les sean ofrecidos estos servicios o cuando tengan cualquier sospecha. ¿A dónde llevan los libros que no se leen? Unicef y otras organizaciones destacan que la extrema pobreza y la explotación labo-
ral son el caldo de cultivo perfecto para que las niñas acaben siendo víctimas de las mafias de la prostitución en cualquier momento de su vida. Por eso muchas de las niñas que ahora venden libros y recitan de memoria las capitales del mundo pueden terminar sus días de una de las peores maneras imaginables. Es motivo de debate, por cierto, que la propia Unicef cite la explotación sexual infantil como “una de las peores clases de trabajo infantil”, pues desde varios colectivos se entiende que así se otorga categoría de trabajo a la prostitución. Cada año un millón de menores de edad (niñas en su mayoría, pero también muchos niños) caen en las redes de las mafias de la prostitución, según los cálculos de Unicef. El baile sobre la mesa Siem Reap bulle de noche. Esta ciudad es la puerta a los templos de Angkor Wat. Entre el resplandor de una civilización perdida se filtran de nuevo las oscuridades del presente. “¿Drugs? ¿Girls?”. Un camboyano de unos treinta años se acerca a los grupos de extranjeros ofreciendo estos servicios. Unos pasan de largo. Otros se interesan y se pierden con él por las callejuelas, entre sombras todavía más espesas que la propia noche. Cerca, en un bar para extranjeros, suena una música estridente electrónica, puro chunda chunda. Dos chicas camboyanas con poca ropa bailan sobre una mesa, jaleadas por un grupo de extranjeros donde esta vez se mezclan hombres y mujeres. Las niñas de los libros, las hijas de las que nunca supieron Shakespeare y Homero, también bailan. Es terrible pensar que algún día pueden estar también sobre esa mesa. O en sitios peores. Una cabaña maltrecha de Siem Reap. Sentadas a lo largo de un banco de madera se exponen a sí mismas chicas de todas las edades. Se pueden hacer apuestas sobre si alcanzan los 18. El dueño del prostíbulo vive con su familia en la casa aledaña. Estos locales esconden historias mil veces contadas y mil veces repetidas día tras día. Comienzan a trabajar haciendo de chicas para todo. Las mafias les dicen que le envían dinero a su familia y que algo tienen que hacer para cubrir el coste. Es entonces cuando se encienden las luces rojas, llegan las sombras y el Mekong sigue fluyendo como si nada turbio sucediera en sus orillas. Gregorio Cabrera, Periodista y director de www.diarioatlantida.com 21
BICUDA
ESPECIES MARINAS DE CANARIAS
POSIBLES CONFUSIONES LA BICUDA EUROPEA, SPHYRAENA SPHYRAENA, ES OCASIONAL EN AGUAS DE CANARIAS: TIENE EL PREOPÉRCULO ENTERAMENTE ESCAMOSO, MIENTRAS QUE LA BICUDA PRESENTA EL BORDE POSTERIOR DEL PREOPÉRCULO DESNUDO (SIN ESCAMAS).
Lomo gris azulado a verdoso plomizo, pasando a blanco plateado en lados inferiores; 20 a 22 franjas oscuras cruzadas en los flancos superiores
Boca con numerosos dientes afilados
Cola en V
Cuerpo alargado y cilíndrico
FUENTE: “Guía visual de Especies Marinas de Canarias”
Franjas oscuras transversales en los flancos
Cabeza grande, con hocico largo y puntiagudo
Mandíbula inferior más larga que la superior
BIOLOGíA y ECOLOGíA Los juveniles de esta especie pueden ser observados en aguas muy someras, tanto sobre el cinturón de algas fotófilas como sobre blanquizales, en bahías resguardadas e incluso penetrando en los puertos. Los adultos se localizan en zonas abruptas como bajas y veriles o alrededor de roques; también, en arrecifes artificiales y en pecios. Forman cardúmenes, por lo general, abiertos y relacionados con el desove y/o la alimentación, mientras que los grandes ejemplares aparecen en solitario o en grupos de muy pocos individuos, que se desplazan hacia aguas litorales profundas en invierno. Suelen cazar en grupo, nadando en círculos alrededor de sus presas, generalmente cardúmenes de bogas, gueldes, chicharros, caballas u otros pelágicos litorales de pequeño tamaño. Para capturarlos, se abalanzan a gran velocidad sobre ellos.
OCEANOGRÁFICA DIVULGACIóN, EDUCACIóN y CIENCIA.
www.oceanografica.com
CURIOSIDADES Es un pez inofensivo, tanto para bañistas como para buceadores, a diferencia de su congénere del Caribe Sphyraena barracuda. Se reproduce desde finales de la primavera hasta el otoño. Longitud máx.: 1,3 m. Talla mín. captura: No regulada Peligrosidad: Ninguna
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Protección en Canarias: Ninguna Amenazas: Pesca indiscriminada Rango de profundidad: 0 a 100 m.
Mensaje para
una botella Myriam Ybot
Lanzarote, 25 de septiembre de 2016
Hola, cariño, ¿cómo estás? Perdona mi tardanza en contestarte, pero últimamente he estado fastidiada con unas jaquecas densas e interminables. Dice el médico que ahora es normal, que le pasa a muchas mujeres de mi edad e incluso más jóvenes, así que no te preocupes. Hoy ha soplado el Alisio, aquel viento que tanto nos molestaba antes, y el alivio ha sido tan inmediato que he aprovechado para escribirte. Por aquí las cosas siguen igual, tratando todos de adaptarnos a la nueva situación. Bueno, todos no, cada día me entero de familias, amigos, antiguos compañeros de trabajo que deciden abandonar y marchar lejos. ¡Cuánto me alegro que cuando sucedió todo esto te pillara fuera! Así que ni te plantees venir a visitarme, al menos por ahora. A ver si llegan las ayudas prometidas, aunque va para seis meses y no parece que se mueva nada después del escándalo de los primeros días. Dicen que en los tiempos que corren no puede destinarse mucho presupuesto, que hay otras prioridades, que se ha creado una comisión al efecto para buscar vías de financiación plurianual, planes de empleo y subvenciones para las familias más afectadas... ¡Eso lo he copiado del periódico, lo habrás notado! También nos piden que colaboremos. Aseguran que de esta crisis saldremos reforzados, que una sociedad responsable debe arrimar el hombro para contribuir a la vuelta a la normalidad y a un futuro de progreso para todos, algo así. Y creo que la mayoría de los que quedan lo hace en función de sus posibilidades. Me vienen a la cabeza aquellas mañanas de sábado limpiando Famara de plásticos y restos de redes, niños y
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mayores con guantes, arrastrando enormes bolsas de residuos, las risas y esa sensación de formar parte del mar, del risco, del jable... Ahora no es lo mismo. El trabajo es muy duro, prohibido para los menores y personas con alergias o problemas respiratorios. Tampoco el ambiente de alegría y colaboración de entonces ha vuelto. Los gestos son de tristeza, enfado o incluso resignación, pero nunca de felicidad, nunca de conexión con la naturaleza. Tampoco reconocerías el Charco que disfrutaste tan bullicioso y animado, con tanta gente paseando, haciendo deporte o charlando en una terraza. Ya sabes que el desastre nos alcanzó de lleno y se coló hasta nuestros pies, hasta el borde de la ribera. A marea llena se lleva mejor pero cuando baja es horrible: el olor nauseabundo de los peces muertos alcanza hasta Altavista. Te lo tengo que confesar, cariño, porque si no, reviento. No sabes cuántas veces he recordado tu insistencia para que saliera a la calle a exigir que se parara eso del petróleo. Que te acompañara con una de esas pancartas a reclamar, según decías, que no se pusiera en riesgo nuestra isla, nuestra vida. Y yo que nada. Que no había para tanto, que seguro que al final no ocurriría. Por eso, tesoro mío, aunque insistes en que me vaya a vivir con ustedes lejos de todo esto y te lo agradezco, no puedo hacerlo. Tengo que quedarme a reconstruir la isla que conocimos y evitar que se desaparezcan para siempre la memoria dichosa de tu infancia y los años más felices de mi vida, embadurnados de piche y desconcierto. Muchos besos a Isa y a los niños y uno muy, muy especial para ti. Mamá
pez payaso
Fotografía y texto: Carlos Suárez
Un pez payaso se refugia en una anemona gigante en un canal de las Islas Maldivas. Estás paradisíacas islas del Océano Índico viven exclusivamente del turismo. Las autoridades ,conscientes de ello, han creado una red de reservas marinas y han prohibido la pesca de tiburones y rayas en las 1200 islas que componen esta república.
mareas Diciembre
Enero
Febrero
MIGUEL ÁNGEL MORALES
Marea llena
Marea vacía La orilla nunca en su sitio se limpia a sí misma dibujándose y borrándose (y borrando también estos versos a cada trazo, a cada abrazo de su lengua interminable).
Jose Luis Fernández
Desordenada, con los peces por el suelo y su espuma por hacer y su luna y su acné de estrellas y de vuelos. Caprichosa, empieza siempre por el final por los pies contiene la respiración y se atraganta con todos los silencios.
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Tú también eres orilla piel medio mojada, piel medio seca medio cuerpo fuera del agua
Tú también eres orilla piel medio mojada, piel medio seca medio cuerpo fuera del agua
y los ojos llenos de charcos como caleidoscopios intangibles siempre queda agua siempre queda tierra.
y los ojos llenos de charcos como caleidoscopios intangibles siempre queda agua siempre queda tierra.
Y aquí llega el sol para que te recoja como una costra de sal antes de que suba la marea.
Y aquí llega el sol para que te recoja como una costra de sal antes de que suba la marea.
JOSE J. TORRES
“Nido_AmNésico” Se avista un búnker. Se avista el (maldito) mar. Se avista el silencio.
Adonay Bermúdez
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DOMINGA SANTANA
“el_puerto” El puerto alberga la esperanza El noray la paciente espera.
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ROMANA BRUNNAUER
“stefANo” Misterioso y audaz, el gran azul, un enigma por resolver
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JOSÉ ROSALES
“A_lA_derivA”
dormido... navego a la deriva por calmas inquietas, arribo a orillas de exótica belleza, alzo mi rostro hasta el verde salvaje de tus ojos esperando que mi agitada mente confunda una mueca de tus labios con una sonrisa... y cuando estoy a punto de celebrar mi dicha… despierto Tomás Pérez-Esaú 32
CARLA VICTORIO
“vAleNtiNo” El agua, sustancia esencial para la vida... invitación al encuentro del origen
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OLGA HERREROS
Reunión de ausencias...
mi compañera de todos los días.... su inocencia.... su nana que me serena.... su belleza que me anima a resistir... su vida... dentro y fuera ... su generosidad... todo eso quieren destruir! S.O.S. la mar se esta ahogando...
Al mal tiempo buena cara y muchas ganas!
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