CINE

David Pérez Sañudo: ‘’Es importante que haya producción interna sobre ETA y el conflicto vasco’’

Patricia López Arnaiz. Foto de Tamara Arranz

David Pérez Sañudo (Bilbao, 1987) ha debutado en el largometraje con Ane, película que ha conseguido tres Premios Goya este año (guion adaptado, actriz principal y actriz revelación), más otras dos nominaciones (película y dirección novel). Una ópera prima con personalidad, ambientada en la Euskadi de la primera década de este siglo. Antes de que se celebrara la ceremonia, charlamos con el director para que nos contara sus impresiones sobre el sorpresivo éxito de su ópera prima.

Coincidimos viviendo en París en un momento bastante candente a nivel social. En paralelo, teníamos interés por contar cómo el contexto influye en lo más íntimo, a las relaciones familiares. Así que lo aplicamos a una realidad que conocíamos.

-El largometraje tiene poco que ver con el corto. ¿Cómo fue esa evolución?

-La película tiene su origen en un cortometraje del mismo nombre, que fue la primera colaboración con la guionista Marina Parés. ¿Cómo surge esa colaboración?

En el corto lo que hicimos fue, sobre todo, divertirnos y explorar maneras de desarrollar el conflicto vasco desde distintas perspectivas. Fue una herramienta de aprendizaje, una manera de mostrar que sabíamos rodar.

Patricia López Arnaiz y David Pérez Sañudo Foto de Tamara Arranz

-El tema principal es la incomunicación. ¿Teníais claro desde el principio que los personajes para desarrollar esto serían madre e hija?

Salió de forma bastante espontánea. Nos interesaba mucho desarrollar una mujer de cierta edad, quizás por los referentes que teníamos en casa. La decisión de que fuera una hija, y no un hijo, se debió a querer emparejar los personajes. Construirlos como un espejo, una hija que en el fondo fuese el mismo personaje que la madre 17 años antes.

-Me gustaría que me hablaras de las dos actrices. Especialmente, Patricia López Arnaiz, que ha encandilado a todo el mundo. ¿Durante el rodaje ya veíais que iba a llamar tanto la atención?

Veíamos que había algo muy poderoso. También en montaje, que prácticamente todo lo que has rodado te vale. Tiene la capacidad de los grandes intérpretes. Es capaz de ofrecerte algo extraordinario en cada toma, y a la vez con ligeros matices que diferencian una de otra. En el rodaje hablábamos de la pena de no poder presentarle como actriz revelación. No pensábamos en principal con una película tan modesta.

-Aparte del tema principal, también sobrevuela el fantasma de ETA. Curiosamente, ha sido un año en el que se han estrenado muchas obras sobre el tema. ¿Qué te han parecido?

Cuando empezamos a escribir el guion, todo el mundo nos decía que nadie lo iba a querer producir, que era alergia para la taquilla. Y ahora se oyen comentarios de que todo es sobre ETA o el conflicto vasco. Creo que es necesario y bueno. Lo mejor que puede pasar que haya muchísimas, desde diversos puntos de vista. Pero también es muy necesario que haya producción interna. Estas series a las que haces referencia no dejan de ser planteamientos externos. Que está muy bien, pero es importante que salgan miradas desde un contexto vasco. Con esos discursos multidireccionales se construirá un relato mucho más certero que con la búsqueda de un gran discurso. Me parece peligrosa la idea de “la gran película/libro/serie sobre ETA”.

El caso de Jone Laspiur fue bastante curioso. La estrategia fue mantenerla oculta, tanto de los materiales promocionales como de las entrevistas. Aún sabiendo que poníamos en riesgo sus opciones de candidatura. Una vez estrenada en cines, se le dio esa visibilidad. Ahí te das cuenta de lo importante que es que los medios hablen de algo. De no aparecer en ninguna quiniela, empezó a aparecer en todas.

Mikel Losada y Patricia López Arnaiz. Fotograma de la película

-Supongo que no esperabais la gran recepción que ha tenido la película. ¿Ha superado vuestras expectativas?

Totalmente. Yo estaba ya muy contaminado, bastante frustrado. Seguramente es un proceso normal, con todo el tiempo que lleva la posproducción. Al final lo quieres quitar todo. O lo que no está tan mal, incluso es bueno, a ti ya te cansa. Pero una vez llegamos a San Sebastián notamos que había pasado algo bueno. Hay algo que te hace notar cuando una acogida es protocolaria o sincera y apasionada.

-Hablamos de una película que no es fácil y que esta casi íntegramente rodada en euskera. ¿Fue una decisión que también tenías clara desde el principio?

un poco más en castellano, e incluso en francés. Pero por motivos financieros hay que ir encajando la película en lo que te van pidiendo. Llegamos a ese punto y creo que mantiene su esencia. Y la propuesta estaba clara, porque se hacía complicado pensar el contexto de Ane en castellano.

-Para más dificultad, estrenáis en plena pandemia. ¿Cómo ves el panorama de los cines?

El mundo del cine está siempre con esta etiqueta de amenaza de crisis, pero está siendo complicado para muchos sectores. El foco se está poniendo por la llegada de las plataformas. Pero creo que volveremos a convivir. Habrá películas que se estrenen en salas, otras en plataformas e incluso las dos opciones.

Sí. Hay alguna secuencia en castellano, que es importante para mostrar la variedad lingüística. Nos hubiese gustado Texto: Manuel Barrero Iglesias

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Ni Adanes ni Evas ni pecados concebidos, materialistas convencidos sostenemos con el puño en alto que el cuerpo está para disfrutarlo, sin vergüenzas, sin pudores, sin remilgos y sin culpas. Para no volver nunca atrás, a la oscuridad de la virginidad (de la mujer, claro) como único bien que ofrecer, al ‘no es por vicio ni por fornicio sino por dar un hijo a tu servicio’, a la doble moral y al misionero con la sábana agujereada en medio. Para que no haya mujeres sin orgasmos ni hombres frustrados, para normalizar todo lo que sea consentido y luchar contra la normatividad impuesta. Apostamos por el exceso, de gozo, de felicidad, de educación, de conocimiento, por coger lo que es nuestro y no volver a soltarlo, por gritarlo a los cuatro vientos, por una vida en la que el placer supere al miedo.