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MUJER 8 MARZO

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De la calle a los balcones: Madrid se viste de MORADO en un 8M sin manifestaciones

Mismo día, misma lucha, mismas reivindicaciones, pero sin manifestaciones. La pandemia ha impedido la celebración del 8M en las calles, lo que ha llenado los balcones de morado y los barrios de carteles pidiendo como cada año el fin la violencia de género, del techo de cristal, salarios iguales o la igualdad real, esa que la ONU nos recuerda que se demorará al menos 130 años en llegar.

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Con el intento incansable de la derecha política de criminalizar al movimiento feminista, al que responsabiliza descaradamente y sin evidencias científicas de la expansión del Covid 19 el año pasado, este año el 8M se ha celebrado en Madrid rodeado de polémica, con un impacto más discreto porque se prohibieron todas las manifestaciones, pero con el rumor sordo de una protesta pacífica y reivindicativa, que ya no va a parar.

Había mucha curiosidad por saber cómo se iba a celebrar este año el 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer. España, y sobre todo Madrid, han sido referencia en Europa cada 8M por las multitudinarias manifestaciones de los últimos tres años. Había pues, muchos ojos mirando, y mucha presión mediática. Entre todo el debate, la primera decisión de la Delegación de Gobierno fue autorizar todas las movilizaciones con menos de 500 participantes, pero días después reculó y decretó la “prohibición de celebrar todas las manifestaciones por el 8M” en la capital. El Tribunal Constitucional respaldó este cambio de criterio, mantuvo la prohibición, pero acordó también estudiar con tiempo y en profundidad si esta prohibición es proporcional a las medidas ya toma-

das por la emergencia sanitaria, o si, como denuncian los sindicatos, es una medida excesiva que vulnera los derechos fundamentales de reunión y manifestación.

Sea lo que sea lo que decidan, Madrid se quedó sin su reivindicación feminista en las calles, mientras en el resto de España, en multitud de ciudades como Valencia, Bilbao, Sevilla, Málaga, Santiago de Compostela o San Sebastián, las mujeres en filas, con mascarilla y distancia, bailando y cantando se organizaron en decenas de movilizaciones. Muy llamativa fue la principal concentración celebrada en el Paseo de Gracia de Barcelona que se dividió en 8 tramos diferentes, reuniendo a 4.500 personas según la Guardia Urbana. Esta fue la más grande, pero hubo más de 60 convocatorias sólo en la Ciudad Condal.

De la calle a los balcones

cretas pequeñas, y mucho activísimo en las redes sociales. La única organización que no desconvocó su concentración en Madrid, en la Puerta del Sol, fue el Sindicato de Estudiantes que además organizó una huelga estudiantil.

Feminismo y pandemia

Como en los peores tiempos de confinamiento por el Covid, también hubo convocatoria para salir a los balcones y ventanas a las 20:00 para aplaudir por los derechos de las mujeres. Porque queda mucho por hacer y mucho por reivindicar y porque la misma pandemia que ha provocado la prohibición de las manifestaciones de Madrid, se ha cebado especialmente en la mujer. El desempleo, la temporalidad, la precariedad, los ERTE han afectado más a las mujeres, que además han aumentado más todavía el tiempo que han dedicado a la casa y a los hijos durante el confinamiento.

Las cifras hablan por sí solas: la tasa de paro femenina es del 17,4% frente al 13,8 de los hombres, y aumenta la brecha de las pensiones, cobrando ellas una media de 858 euros de pensión de jubilación frente a los 1.312 euros que cobran los hombres. Y, la violencia que no cesa. Según cifras oficiales, desde que empezó el recuento en 2003, 1083 mujeres han sido asesinadas por sus parejas y exparejas.

En este 8M atípico, los detalles de morado en la vestimenta de hombres y mujeres salpicaban de color el ya de por sí colorido metro de Madrid. Pañuelos, bufandas, mascarillas, broches, guantes, medias, bolsos…. Y este mismo color adornaba los balcones, las verjas, muchas farolas, con mensajes y símbolos feministas.

Muchas mujeres se organizaron en los barrios para hacer pequeñas concentraciones, gritando consignas feministas, y adornado las paredes con símbolos morados. La estrategia del Movimiento Feminista de Madrid fue adaptarse a las circunstancias y a las prohibiciones, reduciendo el aforo de sus acciones, ya que menos de 20 personas no se consideran una concentración. Decenas de organizaciones feministas de barrio se apuntaron a estas acciones de micro reivindicación, sin incidentes, y de tono festivo. Y, desde la Comisión 8M, que es la organizadora de las grandes manifestaciones de los últimos años, recomendaron también acciones conMientras sigan vandalizando la visibilidad de las mujeres, como pasó con el mural feminista del distrito de Ciudad Lineal, con los rostros de 15 mujeres icónicas como Frida Kahlo, Nina Simone o Rigoberta Menchu, que amaneció con todas las caras pintadas de negro, hay una señal clara del negacionismo de la desigualdad de género. El partido de ultraderecha Vox, pidió que se borrara, y ha pedido también que el 8M se celebre como el día nacional por las víctimas del coronavirus en un intento inútil por acallar un movimiento, el feminista, que está aquí para quedarse.

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