Revista Pensum 2

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REVISTA PENSUM | ISSN: 2469-0724 | volumen 2 | noviembre 2016 |

revista pensum

autoridades faud

La presente publicación ofrece una perspectiva de temáticas relacionadas a los debates actuales en materia de arquitectura, diseño ciudad y territorio en el contexto regional e internacional. Se propone generar un espacio de intercambio que visibilice la producción

Decano: Arq. Ian DUTARI Vicedecano: DI. Daniel CAPELETTI Secretario General: Arq. Marcos ARDITA Subsecretario General: Arq. Roberto Leonardo TAMBUSSI Secretaria Académica: Arq. Carolina VITAS Subsecretaria Académica Arquitectura: Arq. Carolina FERREIRA CENTENO Subsecretario Académico Diseño Industrial: DI. Romina Andrea TARTARA Secretario de Investigación y Subsecretario de Relaciones Internacionales: Dr. Arq. Hugo PESCHIUTTA Secretario de Extensión: Arq. Germán BAIGORRÍ Subsecretario de Extensión: DI. Marisa NAVARRO Secretaria de Asuntos Estudiantiles: Arq. Cecilia CHIOSSO Directora Escuela de Graduados: Dra. Arq. Cecilia MARENGO

una política editorial que prioriza la calidad de las colaboraciones a co. Fotografía de tapa: Emmanuel Amerise Editor jefe: Dra. María Cecilia MARENGO

Dra. Ines TONELLI (Universidad Nacional de San Juan) Dra. Daniela GARGANTINI (Universidad Católica de Córdoba) Dr. Aníbal PARODI REBELLA (Universidad de la República – Uruguay) Dr. Carlos BURGOS (Universidad Nacional del Nordeste) Dra. Claudia GÓMEZ LÓPEZ (Universidad Nacional de Tucumán) Dra. Ana María RIGOTTI (Universidad Nacional de Rosario) Dra. Graciela NOZICA (Universidad Nacional de San Juan) Dr. Miguel BARRETO (Universidad Nacional del Nordeste)

honorable consejo directivo Consejeros titulares Arq. Celina Caporossi Arq. Elvira Fernandez Arq. Diego Ceconato Mgter. Mariela Marchisio D.I. Federico De La Fuente Mgter. Ing. Eduardo Bellitti Arq. María Celeste Guerrero Arq. Silvina Mocci Arq. Marcos Barboza Arq. Natalia Borello Arq. Martin Lemma María José Antuña Florencia Del Río Samuel Seguel Juan Scarpaci Juan Manuel Villanueva Leandro Iturrioz Micaela Barbero

Comité editorial: Esp. Lic. Elizabeth ARNOLD Dra. Ana Laura ELORZA Dra. Virginia MONAYAR Mgter. Miriam LIBORIO Consejo editor: Prof. Consulto Esp. Alba DI MARCO Dra. Ana María FALÚ Dr. Fernando FRAENZA Dr. Arturo MARISTANY Diseñador: Arq. Marcos BOSETTI

Consejeros suplentes

Asistentes comité editorial: Arq. Marcos BOSETTI Prof. Osvaldo FERNANDEZ Sr. Ricardo MADOERY Encargados de soporte técnico y corrección de textos: Coordinadora: Arq. Silvia AREVALO Co-coordinador: Lic. Valentina LAFUENTE Equipo de trabajo: Arq. Silvia AREVALO, Bib. Micaela CIDALE, Lic. Belén CORTES, Lic. Valentina LAFUENTE, Bib. Diego TOLEDO. Diseñador o Diagramador de texto: Arq. Marcos BOSETTI Arq. Alejandro BRUNELLI

D.I. Fernando Rosellini Arq. Juan Manuel Bergallo Dr. Arq. Fernando Díaz Arq. Santiago Copertari Arq. Mariana Inardi Arq. Sergio Priotti D.I. Javier Parra Arq. Emiliano Gastón Mitri Arq. Cristina Debat D.I. Denisse Gari Jonneret Arq. Marta Luisa Brossa Osvaldo Fernandez Paula Méndez Valentin Sahar Mariano Mendoza Franco Mantovani Ariel Garzón Diego Veglio Consiliarios FAUD Titular: Arq. Arturo Maristany Suplente: Arq. Ines Girelli

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INDICE Editorial María Cecilia Marengo

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Artículos arbitrados Utopía y proyecto en la historia americana. Roberto Fernández

9-23

Teoría del diseño: categorías y enfoques epistémicos para una nueva imagen de la disciplina. Carlos Burgos

25-40

Paisaje sonoro urbano “Soundwalk” como método de análisis integral. Arturo Raúl Maristany

41-56

de la ciudad de Córdoba en el siglo XXI. Luciana Buffalo - Ana Laura Rydzewski

57-80

Los límites como dispositivo metodológico para el análisis de las prácticas socioespaciales en la casa y barrio. Caso de estudio: barrios cerrados de Córdoba . Jael Bengualid

81-95

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INDICE

Experiencias didácticas Análisis del comportamiento de tipologías estructurales no convencionales en proyectos en zonas sísmicas. Silvina Ines Pradós - Yohana Elizabeth CicaréKatya LlopJoeks Diseño de un espacio curricular interdisciplinario para el primer año de la carrera de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura de la UNLaR. Beatriz Danon - María Inés Farías Barros Lelia Vietto - Marcela Zalazar

97-110

111-124

Exploraciones proyectuales Desarrollo de modelos para refugio modular en base a estandarización de prototipos pre-fabricados. Análisis de una experiencia constructiva con módulo incremental. Omar Cañete Islas - Felipe Mateo López

127-144

Geometría y forma arquitectónica en lógicas proyectuales contemporáneas. Aproximación a nuevos órdenes bajo el paradigma de la complejidad. Pablo Fernando Almada

145-155

De lo virtual a lo tangible: transformaciones de la Lucas Períes

157-166

Las bodegas de los modernistas catalanes, una mirada desde la estructura. Hugo O. Bonaiuti

167-191

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EDITORIAL María Cecilia Marengo

Presentamos el segundo número de la Revista Electrónica “Pensum” editada por la Escuela de Graduados de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. La revista tiene como propósito publicar contribuciones originales de alta calidad, privilegiando aquellas que sean producto de investigaciones cientíicas, como también otras que sean resultado de trabajos académicos en los trayectos formativos de cuarto nivel1. En esta edición, se convocó a postular artículos con temática libre. Se presentan once contribuciones, en las tres secciones que integran la revista: Artículos, Experiencias Didácticas y Exploraciones proyectuales. En todos los casos se ha priorizado la calidad de las contribuciones en función de los resultados surgidos del arbitraje de pares revisores, utilizando el sistema doble ciego. La edición de la revista ha sido posible gracias a la colaboración de un amplio equipo de trabajo, en el que participan integrantes de la Escuela de Graduados; becarias de CONICET e integrantes del área de Revistas Digitales de la Biblioteca Mario Fernández Ordoñez, de la FAUD – UNC, asumiendo las funciones de comunicación, revisión, edición y diseño de la revista. En este segundo número se integran además contribuciones de autores de otras universidades y centros académicos del país y a la región, lo que auguramos colaborará a visibilizar la producción en la materia. Las temáticas incluidas en este número son amplias y diversas; se integran con artículos extensos en materia de arquitectura, diseño, ciudad y territorio, resultado de investigaciones en la temática tanto de investigadores formados como de aquellos que cursan actualmente estudios de doctorado. En la primera sección se presentan artículos relacionados con las teorías, tanto desde la concepción de los proyectos utópicos en la generación de las ciudades americanas, como en lo que respecta a la teoría del diseño como perspectiva que se propone para repensar enfoques epistémicos y sus efectos en el proyecto arquitectónico. Se abordan cuestiones urbanas, centradas en la noción de paisaje sonoro y las variables que inluyen en la percepción acústica de los espacios abiertos, como también (en otra escala analítica) los conlictos territoriales derivados de la reconiguración funcional-espacial en los sectores de expansión suburbana, en el caso de la ciudad de Córdoba. Las prácticas socio-espaciales en

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RD 485/15 FAUD – UNC.

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un barrio cerrado son tema de análisis en el último artículo que integra esta sección. Desde los discursos, las representaciones y prácticas sociales de los habitantes que eligen este tipo de residencia, se busca comprender el sentido que toman las actividades cotidianas para los sujetos y como incide la cuestión de la representación en el uso del espacio. La segunda sección, Experiencias Didácticas, ofrece relexiones en relación a la práctica docente, especíicamente surgidas en el proceso de formación de posgrado que están llevando adelante los autores. Se presentan dos artículos; el primero relexiona sobre las metodologías y herramientas adquiridas durante la formación de grado y su validez para el análisis del comportamiento de tipologías estructurales no convencionales, en zonas sísmicas. El segundo aborda la propuesta de diseño de un espacio curricular interdisciplinario en el nivel I de la carrera de arquitectura, transiriendo herramientas didácticas para la enseñanza, desde la concepción holística del proceso de diseño basada en la complejidad. La tercera sección, Exploraciones Proyectuales, está integrada por cuatro artículos. Centra el foco analítico relexivo en lo proyectual y presenta cuestiones que indagan sobre diferentes aspectos. El primer artículo, aporta una mirada de la estructura en tanto atributo esencial de una tipología signiicativa como patrimonio cultural de España, las bodegas que materializan los modernistas catalanes. Las innovaciones estructurales son analizadas como procedimiento para construir con arcos de mampostería de ladrillos, contextualizadas históricamente y explicitadas desde su funcionamiento y eiciencia. El segundo artículo presenta una experiencia proyectual de aplicación de metodologías de diseño paramétrico. Las experiencias de modelización y desarrollo se aplican a diferentes exploraciones morfológicas para inalizar con el diseño y construcción material de un prototipo para un refugio en la zona central de Chile. El tercer artículo, que sintetiza avances de una tesis doctoral en curso, trata sobre las geometrías y forma arquitectónica en las lógicas proyectuales contemporáneas, buscando una aproximación al paradigma de la complejidad. Propone repensar la arquitectura desde el proyecto como instrumento cognitivo y abierto a las transformaciones actuales en su propio episteme. Finalmente, el artículo que cierra esta sección, presenta los principios conceptuales de los sistemas de fabricación digital y analiza casos de estudio vanguardistas del contexto arquitectónico y artístico. Partiendo de las categorías de coniguración formal estereotómica y tectónica,

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aborda las transformaciones en la coniguración morfológica basadas en la aplicación de la lógica digital en las diferentes etapas del proceso de diseño. Invitamos a los investigadores y académicos a postular artículos para el próximo número de la revista, relacionados con los debates actuales en materia de arquitectura, diseño, ciudad y territorio en el contexto local, regional e internacional así como experiencias didácticas o exploraciones proyectuales que contribuyan a fortalecer nuestra disciplina y abrir puentes con otros centros de investigación y formación en el campo de la Arquitectura y el Diseño.

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artĂ­culos arbitrados

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UTOPIA Y PROYECTO EN LA HISTORIA AMERICANA

UTOPY AND PROJECT IN AMERICAN HISTORY

Roberto Fernández 1

RESUMEN

ABSTRACT

Si bien la noción de utopía aparece en Europa con Thomas More a inicios del siglo XVI, rápidamente se articula con América con cuyas operaciones de conquista y colonización tiene mucho que ver. No solo More utiliza en la portada de su edición original un plano de Tenochtitlán sino que Europa adjudica a su reciente colonia un espacio propicio para concretar sus ideas utópicas desde una noción sistémica de ciudad hasta distintas versiones de asentamientos y sociedades utópicas en manos de las órdenes religiosas. Desde entonces no sólo se articula tal primera globalización alrededor de este concepto renacentista forjado en Europa sino que luego se extiende en otras manifestaciones de las prácticas utópicas desde las mayormente frustradas experiencias socialistas hasta anarquistas o la iguras del paternalismo productivo para desembocar en ciertas expresiones de modernidad, desde las versiones felices de la vivienda colectiva hasta el experimentalismo tecnológico, tipológico y urbano de utopistas consagrados como Sergio Bernardes o Amancio Williams.

While the notion of utopia appears in Europe with Thomas More in the early sixteenth century, it quickly articulates with America whose operations of conquest and colonization has much to do. Not only More used on the cover of the original edition a schematic map of Tenochtitlan but Europe gives to recent colonies an enabling space to realize their utopian ideas from a systemic notion of the city to different versions of settlements and utopian societies by actions of the religious orders. Since then not only this irst globalization is articulated around this Renaissance concept forged in Europe but then spreads to other manifestations of utopian practices from the largely frustrated socialist experiences to anarchists or igures productive paternalism to lead to certain expressions of modernity from the happy versions of collective housing to technological, typological and urban experimentalism of great utopians as Sergio Bernardes or Amancio Williams.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Utopia socio-espacial / Experimentos europeos en América / Utopismo experimental / Modernidad americana

Socio spatial utopy; European experiments in America; Experimental utopism; American modernity

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Roberto Fernández es Arquitecto y Doctor por FADU-UBA, Director del Doctorado FAUD.UNMDP en Mar del Plata, Director del Doctorado FADU-UdelaR en Montevideo, Director del CAEAU-UAI y del IHAM-UNMDP y Asesor Cientíico del Doctorado FAUDI-UNC en Córdoba.

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Introducción En la condición propia de la Conquista y la diicultosa relación entre la expansión europea y el mundo americano originario, se dio una estrecha articulación del viejo y nuevo mundo en torno de la idea de utopía, sobre todo bajo la hipótesis del ideal americano como un laboratorio enteramente maleable para concretar lo imaginado en Europa, desde las fantásticas nociones de una mega catequización en las ideas de Vasco de Quiroga, hasta las construcciones teóricas de muchos de los cronistas-proyectistas (desde Las Casas o Fernández de Oviedo hasta los frailes Motolinia –Toribio de Benavente- o Sahagún), todo bien desarrollado en los clásicos tratados de Brading (1991) y Gerbi (1992). Al inal de la etapa colonial, la exportación del ideal utópico de matriz socialista alrededor de las ideas de Fourier y tal como lo describen los Ungers (1978), es más bien una historia de fracasos. Estos estudiosos europeos analizan las 9 corrientes de fundación de comunidades utópicas en USA, a saber: las amana de los alemanes Metz y Heinemann, instalados desde 1842 hasta 1932 en Amana, Iowa y 7 aldeas; las hutteritas, inspiradas en la acción del alemán Jakob Hutter, radicados desde 1874 en 172 colonias de USA y Canadá, algunas pocas de las cuales todavía subsisten; las perfeccionistas, bajo la orientación del norteamericano John Noyes, fundador de Oneida en 1848, que existió hasta 1880; las owenistas, basadas en las ideas del inglés Robert Owen, que fundó New Harmony en 1825 y sólo duró 3 años; las fourieristas, que bajo el liderazgo del francés Charles Fourier alcanzaron a crear desde 1842 unas 40 falanges en varios estados de USA que no duraron más allá de 1858; las shakers, instaladas a instancia de la inglesa Ann Lee desde 1770 en 18 comunas, en varias localizaciones la mayoría ya extinguidas; las rapistas, lanzadas en 1805 con tres emplazamientos, inspiradas en las ideas religiosas del alemán Georg Rapp y que desaparecieron un siglo después; las moravas, basadas en las enseñanzas del Hemano Zinzendorf, profeta germano que organizó desde 1740 varias aldeas en Pennsylvania hasta su extinción hacia 1850 y las icarianas, fundadas a instancia del francés Etienne Cabet, en 6 colonias instaladas desde 1848 y que desaparecieron medio siglo más tarde. De las cerca de 270 fundaciones utopistas, entre las religiosas y las socialistas (de tres protagonistas del socialismo utópico europeo: Owen, Fourier y Cabet) solo sobreviven, muy transformadas, apenas una docena de aldeas hutteritas. En cambio a su manera, uno podría estudiar el concepto utópico latente en el ideario de las Leyes de Indias y en la creación de alrededor de un millar de asentamientos en torno de la práctica de los xumétricos, fruto de extrañas fusiones de saberes tardomedievales, junto a los conocimientos topográicos de los ingenieros militares y de las disposiciones de reparto legal de escribanías asociadas al proyecto colonizador, al amparo de cierta inluencia de los ideales renacentistas.

Utopías y proyectos de los conquistadores de América De las casi 1200 ciudades fundadas por españoles, portugueses, ingleses y holandeses en América, más del 80% de las mismas tuvieron éxito y todavía subsisten; algunas, como el caso de Panamá, fueron obstinadamente corregidas para que sobrevivieran y esa ahora capital americana, se refundó tres veces –con sendos proyectos y emplazamientos– en menos de un siglo. El estudio de las utopías de origen europeo, que en general remite a una constatación de esfuerzos infructuosos, conduce a analizar dos derivaciones de la idea fundante, a saber: las utopías enlazadas con los proyectos neorreligiosos –como el caso de las ciudades mormonas (y desde luego el caso de los intereses urbanos de jesuitas y domínicos en América, como subtema de su política de defensa de los aborígenes decantada en la idea de organizar pueblos de Indios)– y las relacionadas a proyectos ligados a formulaciones socialistas -desde la colonia correntina de Blasco Ibáñez hasta las ciudades ideales comunistas y socialistas descriptas por Félix Weinberg (1982)- para referirnos en este caso, a ejemplos argentinos en las utopías políticas del socialista Julio Diettrich y el anarquista Pierre o Pedro Quiroule. 2

En Terán (1989) se incluye una nómina de todas las fundaciones y su destino exitoso o no.

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En el libro Utopías Libertarias Americanas (1991) irmado por Luis Gómez Tovar, Ramón Gutiérrez y Silvia Vázquez,3 se realiza un registro documental de las comunas utópicas de origen europeo (excluidas las fundaciones vinculadas a las ordenes monásticas católicas) donde también queda comprobada, por una parte, la idealización preigurada por la Utopía de Moro (concretar en el nuevo mundo americano la utopía pensada en Europa, que se llegó a leer bastante en América y donde fue publicada desde la imprenta cordobesa de los jesuitas en la primera mitad del SXVII, es decir menos de medio siglo después de su edición lamenca original) y por otra, el fracaso de la mayoría de los intentos fundacionales. Este trabajo registra unas 30 utopías en Canadá e identiica más de 110 colonias utópicas (entre políticas y religiosas no católicas) en USA y luego detalla los casos latinoamericanos: en Argentina, una colonia comunista cristiana en 1903, varias colonias menonitas y de exiliados rusos hacia 1900, Nueva Valencia en Corrientes y Cervantes en Neuquén promocionadas por el novelista español Blasco Ibáñez hacia 1910, la colonia de sabatistas ruso-alemanes Libertad en Misiones hacia 1923 y una colonia anarquista en Chaco hacia 1924; en Brasil las colonias Cecilia (1890), Kosmos (1900), Hansa (1904), Guararema en San Pablo a inicios del SXX, Monte Sol (1906) y varias colonias comunistas alemanas en Rio Grande hacia 1912; en Chile la colonia anarquista harmonista de San Felipe (1906); en Costa Rica la Granja Far Away hacia 1920; en Cuba la Glory Colony hacia 1924; en México el falansterio El Esfuerzo promovido en Aguascalientes hacia 1850 por el fourierista mexicano José María Chávez, la Tobolampo Colony fundada a ines del SXIX por un nieto de Owen, varias colonias mormonas en Chihuahua hacia 1903 y la colonia de Alfred Sors en Durango hacia 1927 disuelta por la revolución mexicana; en Panamá la Cooperative Colony hacia 1916; en Paraguay la colonia owenita Cosme Colony o New Australia que subsistió entre 1893 y 1904, unas 15 comunas menonitas desarrolladas desde 1930 y una colonia anarcocomunista creada efímeramente en 1913 (Figura 1). Un punto singular es el proyecto utópico (incluso reactivo frente al poder imperial) de los jesuitas en sus misiones de indios, no solo por su peculiaridad antropológica-política sino también por sus innovaciones urbanísticas en torno de ideas avanzadas sobre la vida colectiva. Si bien desde mediados del SXVIII fueron expulsados, sus experiencias culturales subsisten sobre todo en el grupo de misiones de Moxos y la Chiquitanía, en actual territorio del oriente boliviano.

Fig.1: La ciudad anarquista de Quiroule En este volumen se transcribe completo el folleto editado en 1914 del anarquista francés aincado en el Rio de la la Plata, incluyéndose el plano de Las Delicias – el modelo de ciudad preconizado por el urbanista aicionado Quiroule como ejemplo de su utopía- un ensayo de Silvia Vázquez sobre el ideario político-social de Quiroule y un estudio de Ramón Gutiérrez que encuentra mucha semejanza de la propuesta de Quiroule con Victoria, la ciudad ideal de 10.000 habitantes (que podía evolucionar hasta un tope de unos 72.000) propuesta por el higienista inglés James Silk Buckingham a ines del SXIX. 3

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Y también serán a su modo signiicativas, las diferentes modalidades del desarrollo de las colonias de inmigración que lorecen en la segunda mitad del XX por toda América, en alguna de las cuales –como Esperanza, en Santa Fe– la noción de utopía remite a la voluntad de construir junto a la ciudad nueva cierto remedo o alusión a la cultura originaria y su identidad consecuente, perdida y supuestamente renacida. Si bien la noción misma de utopía debe ser atribuida, en su creación conceptual y etimológica, al célebre libro del obispo inglés Thomas More, no debe descartarse la existencia de una idea semejante en la América originaria en donde la búsqueda peregrinacional y geo-ritual de sitios a caballo entre la realidad y el imaginario que se percibían, a veces de manera inalcanzable, como destino y inalidad o una suerte de no-lugares que eran como interfases con la muerte y la eternidad, supusieron una importante materia no sólo del imaginario religioso sino de las construcciones etno-territoriales. Estudios muy diversos, como los del holandés Tom Zuidema4 para el caso andino, o los de etnólogos como el italiano Carlo Severi5, o el caso de las numerosas creaciones lingüísticas precolombinas estudiadas por el inglés Gordon Brotherston6, reieren casos de lo que podríamos describir como formas utópicas americanas originarias. Durante la primera época de la conquista, ésta fue alimentada por mitos e ilusiones que incluso dieron pie a aventuras en su búsqueda, como el caso de las diversas e infructuosas expediciones de Narváez, Cabeza de Vaca, Coronado, Soto, Oñate y el fraile Marco de Niza por el actual sud de USA, en busca de las 7 ciudades de Civola y Quivira supuestamente fundadas para acoger los tesoros que siete obispos trajeron desde Mérida, en España, cuando ésta cayó ante los moros en 713 y que diera lugar al encuentro de las tribus zunis y del Cañón de Colorado pero no de fortunas, aunque toda la historia dio pié para que el nombre de algunos conquistadores como De Soto y Coronado sirviera para bautizar modelos de autos lujosos de los 40 o del renacido mito que vincula las ciudades de oro de Civola con Las Vegas (Figura 2).

Fig. 2: Disney y Civola 4

En el ensayo Un viaje al encuentro de Dios: narración e interpretación de una experiencia onírica en la comunidad de Choque-Huarkaya, en donde se presenta etnológicamente la relación entre no-lugar (u-topos) e imaginario onírico (que puede ser asimismo imaginario estimulado en forma alucinógena). 5 Esta es una compilación de estudios que, bajo orientación warburgiana, buscan exaltar el valor de la imagen (por sobre la de la palabra) en las culturas amerindias. Esta revaloración de la imagen, en la construcción de la memoria social, por sobre la (inexistente) textualidad es también la valoración del espacio sobre el tiempo, del desplazamiento sobre la cronología y esa idea de imagen-espacio es asimismo la idea mítica del espacio ideal, el u-topos de consumación de un origen o un destino. 6 En Brotherston (1997) se incluyen varios análisis sobre las formas de representación iconológica del espacio y las derivas por ellos de los pueblos a la búsqueda de condiciones de identidad y de subsistencia/trascendencia, entre ellas, de los llamados quincunce, que son una suerte de cartografías indianas en que se registra tanto la historia y la naturaleza como la religión y el deseo, mapas pues, tanto de lugares visibles y alcanzables, cuanto de polaridades inherentes a cierta consumación del ser-ahí, como los lugares utópicos de los huicholes cuya aprehensión inal solo es posible mediante la experiencia hipnótica del mezcal.

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La ubicación de la mítica Atlántida de Platón en tierras americanas también fructiicó a ines del S XV como motivación adicional de las expediciones americanas y el caso de Cesárea, la ciudad de los Césares, Trapalanda o Elelín fue otro mito utópico, en este caso en la Patagonia, mencionado por cronistas como Díaz de Guzmán o Toribio Medina y explorado infructuosamente por viajeros como Alcazaba, Plasencia o Mascardi. El Dorado (Figura 3) es otro de los grandes mitos utópicos americanos, aparentemente una región del oro en el área antillana de Colombia probablemente situado en la laguna Guatavita, sede de la etnia muisca, de quien se conocieron piezas ceremoniales de oro, lo que dio paso a muchas expediciones como las montadas por Belalcázar desde Quito o por Jiménez de Quesada desde Bogotá, e incluso las auspiciadas por Pizarro desde Quito a favor de emisarios de los banqueros alemanes Welser, inancistas de varias expediciones como las de Federman y Van Hütten a aquellas regiones. Las recientemente descubiertas ruinas urbanas de la etnia tayrona en las sierras de Santa Marta también podrían conectarse al infructuoso mito de El Dorado (Figura 4). El Paititi fue otro de los grandes mitos utópicos de tesoros precolombinos, quizá incaicos o preincaicos instalados en las regiones de ceja de selva amazónica y que motivaron menciones, expediciones de Vaca de Castro, Gamboa y Maldonado y la edición de las Crónicas de Lizarazu, que en 1635 ubicó este sitio de atesoramiento de oro y piedras preciosas en la cuenca del rio Guaporé, hoy en el estado brasileño de Rondonia.

Fig. 3: Sergio Bernardes, Ciudad El dorado 1951

Fig. 4: El Dorado y Ruinas de la ciudad de Tayrona en Santa Marta

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También América se convirtió en el lugar ideal –la eutopía- que iguraban las modelísticas de la Tierra Prometida, formas de encarnación del paraíso que emergieron en la Europa milenarista y que después conluyeron con la fundamentación de la Conquista como necesidad de poseer este supuesto grado cero de la cristiandad. Sería uno de los cronistas mayores de Indias, el fraile Antonio de León Pinelo, descendiente de una culta familia de judíos lisboetas conversos y radicado varios años en Lima, quien a su regreso a la metrópolis en 1622 empezó a escribir diversos tratados exegéticos de lo americano (como uno que preconizaba la virtud del chocolate tal que podía consumirse durante los ayunos religiosos), del cual el más conocido aparece editado en dos tomos en Madrid en el año 1656 bajo el título El Paraíso en el Nuevo Mundo. Historia Natural y Peregrina de las Indias Orientales, en el que se formula, recurriendo a fuentes diversas como el poeta Ovidio, las Escrituras y muchos textos de cronistas, la teoría de América como el Edén originario, donde por caso sus cuatro grandes ríos (Amazonas, Paraná, Orinoco y Magdalena) materializan la cuaternidad hídrica del Parnaso bíblico. Ya mencionamos la signiicación que la Utopía de Moro tuvo en América, cuya expresión más acabada se daría en las ideas y obras de Quiroga. El castellano Vasco de Quiroga, nacido presumiblemente en 1470, parece haber conocido y frecuentado, durante sus estudios salmantinos de leyes, la obra del canciller británico Thomas More, a través de la edición impresa en Lovaina en 1516. Esa Utopía podría haber motorizado una idea política de sesgo milenarista y erasmiana tal que le hace aceptar la convocatoria que Isabel le propone, para ser Oidor de la Audiencia de México, lugar al que llega en 1531, presuntamente para revisar la sangrienta gestión de la primera Audiencia colonial. Poco después de su llegada, funda a las afueras de la capital su primer pueblo de indios: será el llamado Hospital de Santa Fe que con el tiempo albergará 30.000 habitantes (que llamará Hospitales, utilizando un concepto que aúna salud física y moral y organización autónoma de los aborígenes, mucho de ello derivado de su voluntad de poner en práctica el manual político del inglés). Después de la catastróica campaña que Nuño de Guzmán emprende contra los tarascos –incluyendo el salvaje martirio de su rey Catzontzin, quemado vivo- que ya habían adoptado la cristiandad y aceptado la dominación, Carlos V decide nombrar Obispo a Quiroga (que tenía formación como abogado y que nunca había pertenecido a la iglesia), quien asumirá la diócesis de Michoacán en Patzcuaro en 1538, cuando tenía 68 años de edad, con la instrucción de paciicar las etnias agredidas. Quiroga rápidamente emprende su política de erigir poblados de indios, empezando por el Hospital de Santa Fe de La Laguna, y desde entonces eslabonada de múltiples fundaciones, quizá unas 200 en toda su región apostólica. Piensa asimismo la construcción de la Catedral de Patzcuaro -en forma de un panóptico de cinco naves para practicar misas hasta para diez mil personas-, proyecto abandonado por diicultades de fundación y del cual queda solamente una única nave, la de la actual Basílica (Figura 5). Además, encarga a un colectivo de artesanos indígenas que hacían ídolos paganos, que diseñen y construyan la imagen de la patrona, Nuestra Señora de la Salud, y pide expresamente se haga en el tradicional procedimiento aborigen de pasta de caña de maíz. Esta gestión de Quiroga despierta la oposición de colonos españoles, que no pudiendo hacerle frente políticamente, abandonan Patzcuaro y fundan un poblado ortodoxo que con el tiempo será Morelia, la actual capital de Michoacán. Quiroga entretanto, con 75 años, emprende un viaje propagandístico a España en el cual entre otros contactos, urgirá a los jesuitas – en la persona de Pedro Fabro, uno de los primeros discípulos de Ignacio- para que adhiera a su plan socio-urbanístico americano que luego verá sus frutos en el proyecto de las Misiones de tal orden. El programa quirogiano es preciso y comprende una especie de contrapunto con las ideas totalmente teóricas de Moro, con cuyo trabajo se planteará un cuidadoso análisis para indagar en sus perspectivas prácticas. Bajo esa dirección redactará un manual para la fundación de pueblos-hospital, conocido bajo la síntesis de su título como Reglas y Ordenanzas.

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Allí dirá que no habrá propiedad privada (sólo propiedad comunitaria), que se vivirá en formas habitativas colectivas priorizando la vida en común de las familias grandes, que deberán ijarse reglas sociales tales como el matrimonio monogámico -aceptado desde los 14 años en varones y 12 en mujeres-, que será obligatoria una educación básica -induciendo a toda la población a conocer las artes de la agricultura-, que se regulará una jornada de trabajo obligatoria de 6 horas y una forma de gobierno ejercida por un Rector (único español y eclesiástico), un Principal y varios Regidores (autóctonos y ancianos, elegidos por su propia comunidad). También estimuló que sus redes de poblados tuvieran especialidades productivas – por ejemplo pueblos que trabajasen la madera o que produjeran papel de las plantas locales y otros que fueran artesanos del metal o del cerámico- y que todo ello, sumado a la base común de la habilidad agrícola que garantizara sustentabilidad, diera paso a un intenso comercio regional basado en el intercambio lejano y en muchos casos sustentado en el trueque y la valoración del costo de cada producto según el tiempo de su manufactura. Planteó que cada persona debía poseer solamente dos pares de vestimentas, una de iesta y otra de trabajo, ambas blancas y austeras, de algodón y lana, pensadas de tal forma que cualquier familia pudiera confeccionarlas. Quiroga rechazó activamente el paternalismo político-religioso del modelo educativo patrocinado por agustinos y domínicos en la creación de los Colegios de Naturales, que según su crítica, se ocupaban de instruir al modo occidental a jóvenes indígenas y romper los lazos de afecto y pertenencia a sus familias originarias. Esto también dio paso a numerosas confrontaciones con la oligarquía política y religiosa de la capital colonial, lo que también se agudizó con algunos escritos de Quiroga, como un tratado de Jurisprudencia en el que usaba su formación en leyes para fundamentar una propuesta de régimen político que propiciara una total autonomía de los pueblos originarios.

Fig. 5. San Salvador de Patzcuaro según la idea de Vasco de Quiroga.

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En la lengua tarasca existe el mote tata que quiere decir afectuosamente padre –que se ha generalizado a numerosos dialectos populares hispanos actuales- y fue usado por los indios para rebautizar a Quiroga, que en esas tradiciones se entronizó como el Tata Vasco. El Tata recorría permanentemente sus poblados, revisaba su progreso y departía con sus pobladores acerca de la construcción de un canal o del inicio de nuevo cultivo. En uno de esos continuos viajes se sintió inesperadamente mal y falleció en el Hospital de Uruapán, uno de los tantos pueblos que fundó. Tenía entonces 95 años. Las diversas gestiones proindianas de dominicos como La Casas (otro longevo que muere a sus 92 años, abogado y encomendero para cumplir funciones políticas en La Española, en Cuba y luego en el obispado de Chiapas, ordenado sacerdote cerca de los 40 años), con sus fundaciones de pueblos en su obispado, o las reducciones de las misiones jesuíticas, podían devenir en utópicas máquinas o laboratorios sociales, a veces dentro de los asentamientos coloniales como la fundación de El Cercado de Lima a instancias del Virrey Toledo (según unas normas y plan levantado por Diego de Porres en 1571), con un recinto amurallado dentro del cual debían estar los indios limeños a determinada hora y con una curiosa plaza en forma de rombo que parece establecer una deliberada diferencia con el trazado ortogonal de las convencionales plazas mayores. Este pueblo funcionó como reducción (noción que reiere a forma de control reclusivo de los naturales) y quedó a cargo de la orden jesuítica.

Utopías y proyectos contemporáneos El conjunto de Pampulha, dentro del suburbio residencial de Belo Horizonte del mismo nombre, promovido por Juscelino Kubitschek cuando era alcalde de esa ciudad, fue un claro motivo de arrastre y prestigio que la arquitectura debía otorgar al emprendimiento mayor que obedecía a una lógica de ciudad de partes de inspiración corbusierana, ya que hubo dos cités residenciales de élite (Pampulha y Cidade Jardim), una cité universitaria y otra industrial, ninguna con éxito contundente. Todos los emprendimientos carecieron de planiicación estricta (ese iba a ser el eje de la dura crítica de Max Bill en los 50) pero incluyeron obras tan signiicativas como la pequeña Iglesia de San Francisco o la Casa de Baile, de 1942, que operan como aperturas de un discurso moderno empirista-regionalistaorganicista muy imbricado en la cultura igurativa propia –desde el barroco mineiro de O Aleijadinho hasta la reelaboración del manuelismo portugués en Cándido Portinari, que por cierto trabajó en Pampulha con Niemeyer, quien también integró en su equipo a Burle Marx y al ingeniero-poeta Joaquim Cardoso que más tarde sería uno de los más vigorosos defensores del rol social del conjunto-, que en origen fue nítidamente un programa elitista que contemplaba 5 ediicios alrededor de un lago artiicial, la capilla y la casa de bailes citadas, el casino, un club de yates para navegar en el lago y un hotel que no llegó a ejecutarse, más el agregado posterior de una casa para Kubitschekque. Dicho sea de paso generó un duro cuestionamiento de Burle, lo que daría pie a una larga enemistad del paisajista con el ulterior presidente que limitaría los trabajos de Burle en Brasilia a sólo lo encargado por Niemeyer y bajo su directa protección. Carlos Dias Comas (2000) destaca la diferencia entre las tres laicas grillas de hormigón armado y plantas libres y el ediicio religioso, una cáscara continua como si se quisiera airmar una diferencia de modernidad entre unos y otro: No es casual que Pampulha fuera presentada como una empresa modernizadora. Niemeyer acepta los términos del encargo y trata de arquitecturizar sin moralismo un conjunto de instituciones capaces de polarizar una ciudad jardín para ricos. Pampulha reelabora el circuito de delicias del parque aristocrático inglés en el siglo XX sin el eclecticismo que haría muy evidente la arbitariedad del gusto individual. Gozó de una naturaleza artiicial más natural que la Naturaleza misma. Una línea de trabajo que mezcla expresionismo monumental con relexión sobre el contextualismo con

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el paisaje y las estéticas populares, predominante lo primero en los grandes monumentos públicos de Niemeyer y lo segundo, en obras de pequeña escala que no requerían excesiva imposición de imagen o protagonismo urbano, como el caso de su propia casa en Gavea, Rio de Janeiro, de 1953. Niemeyer resuelve de manera ortodoxa –estructuras reticulares de hormigón– los ediicios laicos y recurre a una bóveda parabólica en la iglesia, remitiendo tal como solía hacerlo Corbu, a extrapolar criterios devenidos de la ingeniería, en este caso explícitamente el hangar de Orly que había construido Eugene Freyssinet en París. Es interesante observar como Niemeyer manipula la estructura (angostándola hacia el sitio del altar) así como la luz para enmarcar y potenciar el fresco franciscano de Portinari, aunque la contribución más signiicativa de éste iba a ser el revestimiento exterior de la pared del altar, resuelta con los motivos manuelinos en azul y blanco. Pampulha resultó un fracaso en toda la línea desde el punto de vista de su intención programática: el hotel no se hizo, el club de yates nunca funcionó porque el lago no resultaba navegable y prontamente se contaminó, el casino no se inauguró porque el juego no estaba autorizado, debiéndose convertir en museo, la sala de bailes –resuelta en la isla artiicial– no era apta para acoger públicos importantes. Curiosamente, los argumentos de Cardoso cuando valora Pampulha como equipamiento popular, unas dos décadas después de hecha, remite a considerar las cuestiones de la intención inicial que debieron ser cambiadas, siendo ésta una pieza de uso más o menos popular y más tarde, una suerte de parque temático arquitectónico de interés, incluso hasta turístico, precisamente como adaptación y respuesta a los sucesivos fracasos de la idea inicial. El polémico Sergio Wladimir Bernardes (1919-2002) expresa contundentemente el síndrome de Luis XVI, aquel deseo de un gran y autoritario cliente sapiente y poderoso que Le Corbusier añoraba para hacer arquitectura y revolución. El carioca, graduado en Rio en 1948, fue tempranamente publicado en L´Architecture d´Aujourd´Hui por su proyecto de Country Club en Petrópolis de 1946, revelando así una especial proximidad a la vanguardia experimental de la modernidad, que sería airmada con la célebre casa que proyecta en 1951 para Lota Macedo en dicha ciudad, que esta activista cultural de izquierda (promotora principal del MAM de Reidy en Flamengo), compartiría con su pareja la poetisa norteamericana Elizabeth Bishop y que visitó la creme internationnal para visualizar una ingeniosa combinación de high tech pobre (techo de canaleta de aluminio apoyada en vigas de celosía de hierro redondo, soldado en diagonal, todo calzado sobre delgadas columnas de acero) con el color local de un fuerte basamento de piedra lugareña, mosaicos, tejas, abundante vegetación y piezas de la cultura popular, casa que la II Bienal de San Pablo premió como revelación, con menciones entusiastas de jurados como Aalto, Gropius y Ernesto Rogers. Tres años más tarde Bernardes, promediando su tercera década, erige temporalmente el Pabellón que le había encargado la Compañía Siderúrgica Nacional en el paulistano parque Ibirapura: un volumen metálico concebido como puente sobre un curso de agua con un arco de metal y una estructura reforzada con tensores a cada orilla. Este artefacto liviano e industrial, armado y desarmado en seco, competía con las mayores audacias de su época, por caso: Prouvé o Fuller, (a quien iba a conocer en los 50 y frecuentar en los 60) y se dirigía a presentar el ideal de una arquitectura pensada como constructo industrial, como si fuera un auto, idea que más tarde iba a transformar en la recomendación no de un design de casas-objeto sino de partes que pudieran combinarse libremente. Sus pasiones tecnológicas fueron diversas: aprendió a volar y hacer acrobacia aérea a sus 17 años y pilotaba desde 1950 un monomotor; proyectó un planeador llamado avión-gaviota; pensó una biocicleta que conjuntara el esfuerzo de piernas y brazos (con el tripulante en posición horizontal); diseñó en 1960 el llamado carro mole, un auto de geometría continua –parecido al ulterior Picasso de Citroen- que además aceptaba deformaciones elásticas de acuerdo a la teoría de mitigar el impacto confrontando formas absorbentes en vez de rígidas, auto que llegó a desarrollarse en la Escuela de Diseño de Ulm en 1963, utilizando un nuevo material elástico de la Bayer, el policarbonato Lexan. Cuando ganó un premio en la Bienal de Venecia de 1964 (donde conoció a Fuller y quedó deslumbrado por sus ideas) canjeó el metálico por una Ferrari, con la que corrió carreras en Europa y cometió

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infracciones de tránsito en Río. El Pabellón de Brasil en la Expo Bruselas del 56 contuvo otros de sus alardes, como una cubierta de doble curvatura negativa apoyada en cuatro pilares de metal compuesto, debajo de la cual ingresaba una rampa amarelha que llamó arrastrapié y encima de ella lotaba un globo aerostático del mismo color, de 7 metros de diámetro, pensado como tapón de un agujero cenital de la cubierta, que obturaba en caso de lluvia. Hizo muebles como la cadeira-rampa, que tenía una cubierta lexible montada sobre dos rodillos que se adaptaban al cuerpo sedente y diversos proyectos experimentales, como el llamado Casa Alta -torres de lofts de armado variable de 300 metros de supericie-, o el proyecto Apartamento Elevador de Santa Tereza, en el que cada apartamento podía variar su posición en altura, como la caja de un ascensor. El Hotel Tambau en Joao Pessoa (1966), una rueda gigante apoyada en la playa, retoma su idealismo utópico de arquitecturas urbanas autosuicientes y pensadas como mandalas simbológicos de integración y vida maquínica en común. Ya en esa época había vuelto de una visita a USA, imbuído del mesianismo tecno-utopista de Fuller y sus seguidores -como McHale- y poco a poco se separa de la actividad profesional para insertarse en el plano ideal de la investigación proyectual, fruto del cual serán sus trabajos teóricos como las Torres Verticales para Río (proyecto que recupera el GrupoSP para su Porto Olimpico de 2011) (Figura 6), un aniteatro-isla en la Laguna de Freitas, la torre de un kilómetro de altura en Cotunduba o el Puente Habitado Barra-Cabo Frío. En los 80 será candidato a Prefeito de Río y crea el LIC (Laboratorio de Investigaciones Conceptuales), se dedica a escribir, dar clases y exponer proyectos urbanísticos y políticos como los barrios verticales o los anillos de equilibrio a cota 100 (que elabora los célebres dibujos de Corbusier del viaje del 29). Un estudio monográico de L. Calvacanti (2004) resumido en el artículo A importancia de Ser(gio) Bernardes (2008), registra detalladamente los avatares de esta vida compleja y, así como presenta sus graves contradicciones políticas, también hace justicia con sus innovaciones proyectuales.

Fig. 6: Grupo SP Porto Olímpico. Río 2011 (Elaboración sobre ideas de S. Bernardes)

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Bernardes fue el único arquitecto importante que no concursó para Brasilia ya que no admitía la nueva capitalidad y quizá envidiaba la posición de Niemeyer como Arquitecto del Príncipe. En los 70 detecta que podría tener su cuarto de hora político-proyectual y se hace afín a la dictadura militar a través de su eminencia gris, el General Goldbery, con quien se verá a diario y empezará a pensar proyectos altamente utópicos como el llamado 17 Islas, para el cual pasará innumerables horas volando sobre las cuencas de los ríos. Nada de eso prosperará salvo algunos encargos que Castelo Branco, otro general nordestino, le hará para Fortaleza, entre ellos su propio Mausoleo construido en 1972, un excepcional alarde en voladizo comprensiblemente ninguneado por la crítica dado su condición de homenaje a un personaje clave de la historia dictatorial. En esa época de frecuentación con los líderes militares, SB está imbuido de un destino maniiesto y de lo que llamará “la necesidad de conformar un Patrimonio Universal de artefactos salvíicos que mejorarían la vida del común”. Al inal de su vida, retornada la democracia, recibirá un generalizado descrédito por su postura colaboracionista, la que relativizará deiniéndose como anarquista de derecha. Curiosamente en esos últimos años de desafecto y tinieblas, queda casi ciego por un error en una operación de cataratas y al mismo tiempo diseña su Caja Negra, un apartamento en Barra que debía tender a ser una casa invisible.

La utopía de la vivienda colectiva Al contrario de los generalizados fracasos socio-habitacionales de los intentos de generación de los llamados conjuntos de vivienda social (ese ideal utópico de vida colectiva o en comunidad que seguramente arraiga en un cuasi romántico elogio de las comunas medievales y que se constituyó en deseo irrealizado de la conjunción entre socialismo y modernidad en el arco que va de los hof austríacas o los siedlungs weimarianos hasta el optimismo sesentista del Team X y Candilis y los remezones de las propuestas corbusieranas), hay un puñado de casos en que la experiencia no sobrevino en desastre, ya sea por virtud del proyecto (como en el conjunto Byker en Newcastle de Ralph Erskine) o por la encendida autodefensa del artefacto en cuestión por parte de sus usuarios (como en la Colonia Dammerstock en Karlsrhue –1928- de Gropius y Haessler, preservada por sus actuales vecinos como si fuera un auto de colección). Por el contrario, muchas experiencias de vanguardia en su hora (desde el proyecto PREVI en Lima hasta la obra del grupo Staff en Argentina, e incluso masterpieces de la heroic modernity laborista británica, como el conjunto Robin Hood de los Smithson) se debaten en una degradación física y social camino en algunos casos a su desaparición, como ocurriera con la demolición del conjunto Pruit Igoe en Saint Louis, construido por Yamasaki en 1955 (lamentablemente asociado más que a la aparición, a la des-aparición violenta de sus ediicios), criminalizado-tugurizado en los 60 y inalmente demolido con explosivos en 1972, hecho saludado por el divulgador derechista Charles Jencks como inicio de la posmodernidad. Dentro de esa historia, tan reciente como azarosa, el caso de la colombiana Ciudadela Colsubdidio debería ponerse en la lista de las propuestas aliadas al ideal utópico colectivista del vivir juntos, que al menos hasta ahora, han progresado favorablemente antes que recaído en ghettos peligrosos. El proyecto se originó en la disposición de la Ley 21 (1982) que obligaba a las cajas de compensación previsionales a utilizar sus activos pro-jubilatorios para inanciar conjuntos de vivienda, con prioridad pero no exclusividad para los ailiados a cada caja. Usando tal ley, el ente Colsubsidio decidió erigir un vasto conjunto que llevaría ese nombre en la zona noroccidental bogotana de Engativá, donde se adquirieron 130 hectáreas entre dos conjuntos ya existentes –Santa Bárbara y Bolivia- y lindantes con la Carretera a Medellín. Germán Samper, como socio a cargo del despacho profesional que integraba, se hizo cargo del proyecto urbanístico, arquitectónico y social, afrontando la idea de crear un conjunto compacto

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e integrado de relativa alta densidad que tuviera resuelta una adecuada relación entre movilidad mecánica y peatonal y una razonable integración con el centro urbano (que hoy garantiza la conexión de metrobus) pero adicionando a esa voluntad de reducir la marginalidad urbana, el programa de dotar al conjunto de condiciones especíicas de equipamiento que le dieran cierta calidad de centralidad, tales como equipamiento sanitario, educativo, religioso, deportivo y cultural y hasta un shopping center importante a nivel metropolitano. El conjunto debía alojar a 35.000 personas en unas 14.000 unidades habitativas, que se distribuyeron entre bloques compactos de unos 5 pisos y viviendas unifamiliares arracimadas en conjuntos de dos niveles. Todo agrupado en un tejido adhoc armado en relación a 5 megabloques circulares atravesables y segmentado en una veintena de subespacios barriales bautizados con nombres de árboles nativos. La trama generó, a pesar de la relativa compacidad del tejido, un 60% de espacio público, cuya clave sin embargo fue a su vez, una disposición variada y más bien acotada de cada espacio. Samper diría que estudió trazados urbanos diversos desde las propuestas que Karl Brunner había estudiado para Bogotá en los 30, hasta los estudios teórico-urbanísticos de Aldo Rossi y cierta voluntad -diríamos utópica- de emular las pequeñas plazoletas belgas u holandesas que parecen surgidas de talladuras en la masa edilicia. Hay muchos dibujos y esquemas de Samper que traducen esa vocación en que lo público no es ininito ni abierto, sino que siempre queda cerrado y acotado por las geometrías construidas, que deinen pequeños pasos, corredores o puertas entre plazuela y plazuela, siempre recorribles y acotadas a un número pequeño de usuarios. El otro conjunto social de vivienda colectiva bogotano que caliicaríamos de exitoso es Santa Fe, que erigió después de no pocas polémicas Rogelio Salmona, reactivando 9 manzanas del tugurizado barrio histórico fundacional de La Candelaria. Lo novedoso de ese proyecto es que cada manzana tiene un patio central dividido en 4 parcelas que se van eslabonando entre manzana y manzana a través de su recorrido. Samper también dotó a la Ciudadela de Engativá (Figura 7) de una cuidadosa dosiicación de eslabones de pequeños espacios públicos y una teoría como en Santa Fe, de bordes continuos pero no cerrados respecto del contexto. Asimismo Samper, miembro del club rojo ladrillero colombiano, por así decirlo adoptó el recurso del ladrillo maquinado llamado tolete (con agujeros circulares) que también ayudó a construir un paisaje variado por su geometría pero regularizado en su textura y color, así como hacían los expresionistas del Wendingen en su proliferación de pequeños grupos de vivienda social en Amsterdam.

Fig. 7: German Samper Ciudadela Colsubsidio Bogotá

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Otra clave del éxito fue sin duda su construcción gradual ya que se levantó casi durante un cuarto de siglo, concluyéndose las 14.000 viviendas en 2006 y librándose de a tramos la llegada de nuevos habitantes de acuerdo, si cabe, a cierta ingeniería social de integración de familias de diferentes estratos sociales. Hay muchos dibujos de Samper hechos a lo largo de todos esos años, en que se muestran iguras mandálicas de las grandes manzanas circulares con un sabor medievalista visible además en las notas manuscritas que bordean las ilustraciones, así como pequeños esbozos de patios y calles bien lejanos al geometrismo abstracto tipo tierra de nadie, inaugurado por las máquinas habitativas corbusieranas como el Plan Voisin. La forma anacrónica de esos registros agiganta si se quiere, un modo de segregarse de la fallida tradición moderna racionalista del hábitat colectivo y permite avizorar alternativas de vida comunitaria aún en esta actualidad tan inhóspita en lo público y lo convivencial. En 2014 comenzaron a erradicarse, como parte de la llamada Operación Zamora, las primeras familias de las casi 1.200 que ocupan desde mediados de la década pasada este fallido intento de erigir una suerte de World Trade Center caraqueño iniciado por el fulgurante empresario inanciero David Brillembourg (el Rey David) en los años 90 con el nombre oicial Centro Financiero Coinanzas. Sin que lo golpeara ningún avión, el conjunto no terminado, fue abandonado desde 1993, cuando murió el Rey David y quebró su fantasmático grupo inanciero: el complejo estaba compuesto por 6 bloques, de los cuales el más avanzado era la llamada Torre A, de 45 pisos de altura y unos 120.000 metros cuadrados, más una Torre B de 16 niveles y otros ediicios menores (Figura 8). Su proyectista había sido Enrique Gómez y primero sufrió la degradación-hormiga de partes del ediicio, por ejemplo, de sus marcos metálicos y luego, desde aproximadamente 2005, una progresiva ocupación invasiva que llegó al orden de las casi 2.000 familias –unas 12.000 personas pululando por las ruinas- y el desarrollo de una compleja auto-organización con jefes de piso y una serie de arreglos para conseguir servicios básicos.

Fig. 8: Torre David, Caracas

Por ejemplo se consiguió llevar agua hasta el piso 22 (que fue asumido como el tope de ocupación por la asamblea de ocupantes), se determinó un criterio para procesar los residuos (deben ser bajados a determinadas horas; alguna gente los subía después del 22 y fue sancionada por ello), se estableció un medio de circulación vertical –los ascensores nunca llegaron a instalarse- consistente en un sistema de moto-taxis que llevan a la gente a las alturas por un valor de 40 bolívares, equivalente a unos dos dólares el viaje, usando unas rampas de las torres en torno de algunos patios circulares y se acordó instalar lo más abajo posible a las familias con personas inhábiles o muy adultas, aunque tratando de respetar el orden de llegada al complejo.

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También se perfeccionó un mecanismo de selección de la gente, tratando de evitar la llegada de, por ejemplo, dealers de droga u otros indeseables, aunque el ediicio muy tempranamente perdió su condición de pura residencia y empezó a alojar toda clase de actividades, como gimnasios, comercios, talleres de artesanos, pequeños servicios sanitarios o educativos informales, etc. En muchos blogs que fueron armándose sobre esta experiencia se indica, en un medio urbano muy golpeado por la inseguridad y el delito, las condiciones aceptables de convivencia que aquí se lograron, atrayéndose también un grupo variopinto de artistas populares callejeros, músicos, bailarines, artistas circenses y por así decirse, una cierta bohemia bizarra y subalterna. El hijo del Rey David, Alfredo, arquitecto instalado en el Politécnico de Zürich, se asoció con el suizo Hubert Klümpner para pasarse más de un año (2011) en la torre, prácticamente viviendo allí, interactuando con sus habitantes y documentando sus actividades. De ello surgió un libro (Torre David: Informal Vertical Communities) que explica y apologiza el proceso de apropiación de una suerte de ruina urbana y su conversión auto-gestionaria en una comunidad marginal, con sus reglas de convivencia y cierto nivel de experimentalidad en el tipo de actividades sociales que se fueron generando –desde las deportivas hasta las culturales y productivas- mostrando que quizá se conseguían más actividades y de más diversidad que en los programas de torres multifuncionales de alto standing. También diseñaron una muestra para presentar en la Bienal de Venecia de 2012, donde armaron un espacio de documentación de la experiencia, pero además reconstruyeron un lugar público tipo bar popular, llevado en partes de su instalación original en la Torre e incluso frecuentado con algunos habitantes de ella que fueron llevados a Venecia para esta suerte de acting. Consiguieron un premio en esa Bienal, que valoraba no tanto el experimento estético-urbano sino más precisamente, la capacidad de auto-organización comunitaria y su creatividad colectiva. El grado de desarrollo de las unidades familiares y productivas que fueron instalándose tuvo, en efecto, un alto nivel de capacidad para resolver en unos pocos metros, con escasos materiales livianos y construcción en seco, el desarrollo de múltiples formas de acomodar grupos familiares en una suerte de mini-lofts, que en muchos casos (como también ocurre en las villas miseria) consiguieron ingeniosas maneras de acomodar personas y sus actividades diversas. Lo cierto es que por otra parte debieron afrontarse condiciones de funcionamiento (el desplazamiento en altura o el abastecimiento diario, por ejemplo) bastante adversas así como en algunos casos, la ausencia de los paramentos verticales de las oicinas originales plantearon condiciones de inseguridad. En 2014 el presidente Maduro se reirió a la Torre David y dijo que deberían discutirse las alternativas que había al respecto, considerando por una parte el proceso social que se fue generando y por otra, las difíciles o hasta peligrosas condiciones de vida que allí se daban, e invitó a un debate para considerar las opciones de consolidar la ocupación y mitigar sus inconvenientes o proceder a su erradicación. Por entonces también se difundió el interés de un grupo económico chino en recuperar el complejo edilicio para su función original de centro inanciero. La decisión que parece haberse tomado es la erradicación y, desde mediados de ese año, comenzaron los desplazamientos de familias a viviendas periféricas. Ya habría menos de 800 en el singular vertical slum que despertó tanto interés social como cultural (además de lo de Venecia y el libro citado también se ilmó un extenso documental multipremiado). Como un nítido signo de época y lugar, este proyecto global y propio de las new economics y las fragilidades que estos desarrollos afrontaron en el mundo y en la región, tuvo, al menos por un período, la rara cualidad de trocarse en la torre de los pobres.

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Nota La mayoría de las imágenes fueron cedidas por sus autores y otras provienen de sitios web de acceso libre.

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TEORÍA DEL DISEÑO: CATEGORÍAS Y ENFOQUES EPISTÉMICOS PARA UNA NUEVA IMAGEN DE LA DISCIPLINA

Design theory: Categories and epistemic approaches for a new image of a discipline

Carlos Burgos 1

RESUMEN

ABSTRACT

Este artículo parte de una crítica a la concepción clásica de la teoría del diseño y a los fundamentos ontoepistémicos que condicionan la posibilidad de una mejor comprensión de sus procesos constitutivos, así como de los impactos que genera sobre la transformación del hábitat construido. Los objetivos básicos son revisar la asunciones más relevantes del cuerpo teórico vigente y relexionar sobre la necesidad de generar nuevas bases para las disciplinas proyectuales en general y para el diseño arquitectónico en particular. A través de estrategias metodológicas basadas en el método ilosóico, la elucidación de problemas conceptuales y la sistematización teórica, se investigan nuevas categorías consistentes con el in de renovar la imagen del diseño en el contexto actual. Los resultados muestran tres nuevas categorías para avanzar en una nueva imagen de la teoría del diseño: la problematización, la representación y la investigación proyectual.

This article reviews the classical conception of design theory and onto-epistemic foundations that determine the possibility of a better understanding of its constituent processes and impacts for the habitat transformation. The objectives are to review the mainstream in design theory and relect on the need to create new bases for design studies in general and for architectural design in particular. Through philosophical method, conceptual elucidation and theoretical systematization the new categories for a new design image in the current context issues are addressed. Results show three new categories to advance a new image of the design theory as problematization, representation and design research.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Re-presentación; Problematización; proyectual; Epistemología; Diseño.

Investigación

Representations; Problem-setting; Design research, Epistemology; Design.

Carlos Eduardo Burgos, Aquitecto (UNNE 1986), Magister en Epistemología y Metodología de la Investigación Cientíica (UNNE 2000) Especialista en Docencia Universitaria (UNNE 2002) Dr. por la Universidad del País Vasco-España (UPV/EHU 2012), Profesor Titular Regular de Teoría del Diseño I y II Fau-UNNE, Categoria II en el Programa de Incentivos SPU-2009. Director del Instituto Interdisciplianrio de Investigación en Diseño Fau-UNNE. 1

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Introducción Este artículo aborda de modo parcial algunos resultados de un trabajo de investigación que ha intentado ofrecer una nueva imagen del diseño arquitectónico, en particular, y de las disciplinas proyectuales, en general2. Considera la problemática del diseño/proyecto3 como una praxis representacionalconstructivista y no como una mera actividad profesional dotada de procesos expertos –más o menos rutinarios- de resolución de problemas del mundo exterior. En un registro crítico-relexivo se intenta avanzar sobre las concepciones clásicas de la disciplina y aportar resultados hacia la investigación, la formación y la profesión. La teoría del diseño que se presenta como dominante hoy día está condicionada por imperativos culturales originados en la primera etapa del período postindustrial y por categorías epistémicas derivadas de la lectura poco crítica de la ilosofía de la ciencia de la primera parte del siglo XX. Este contexto epistémico-cultural, incoherente con la complejidad de la construcción de la cultura actual, promueve una imagen de las prácticas proyectuales que no permite una comprensión profunda de sus dimensiones ontológicas, epistemológicas y metodológicas. Por otra parte, existe una tendencia actual y creciente a pensar que el rol del diseño en nuestra época no se restringe a la producción de objetos funcionalmente adecuados o formalmente signiicativos que se adecúen o “amolden” a los parámetros de un contexto externo, sino que se vincula con la capacidad de acción cognitiva y tecnológica humana desde la que se posibilitan nuevos niveles de producción y transformación de la propia cultura. Este es el escenario general de esta contribución, que intenta ofrecer nuevas categorías para repensar la teoría del diseño desde una crítica a la concepción dominante y una relexión sobre sus dimensiones fundamentales: la factibilidad para el abordaje y resolución de los problemas del mundo, los procesos exploratorio-representacionales implicados en el proyecto y la importancia de los modelos ontoepistémicos sobre los que se funda. El objetivo principal del artículo es realizar una crítica sobre los fundamentos implícitos de la actividad y proponer nuevas categorías comprensivas para ofrecer una imagen distinta de la teoría del diseño actual, aportando un marco teórico transdisciplinar descentrado del encapsulamiento conceptual que rodea a la concepción dominante. La hipótesis que pongo en juego aquí airma que los modelos conceptuales que se utilizan en la disciplina se derivan de un momento fundacional de la teoría del proyecto de principios del siglo XX y que se fundan en nociones ontoepistémicas derivadas de una recepción poco consistente de la ilosofía de la ciencia más conocida como la concepción heredada o “received view”, generando marcos teóricos y paradigmas poco apropiados para entender el rol que el diseño tiene en nuestro tiempo. La metodología empleada conjuga los procedimientos de la crítica ilosóica en la elucidación de problemas conceptuales y la sistematización teórica de modelos disciplinares. Estrategias que son pertinentes para trabajar con el “aparato epistémico” de cualquier teoría, pero que se utilizan especíicamente en el escenario de “lo proyectual”. En este sentido, las fuentes, los “datos” o los “resultados” de investigación se obtienen del “aparato crítico conceptual” que ha producido la teoría del diseño en los últimos años, con el aporte de contribuciones clásicas de la especialidad y de otras disciplinas cognitivas. Los marcos teóricos que se emplean tienen dos aluentes principales: (i) El mainstream o posición extendida sobre la teoría del diseño que recoge los aportes fundacionales de Herbert Simon y Bruce Archer. Este enfoque ha tenido repercusiones e impactos a nivel global, generando programas inluyentes de investigación en la actualidad: la “Designerly Ways of

Me reiero a mi tesis doctoral: “La praxis constructiva del diseño tecnológico: un análisis de sus dimensiones ontológicas, epistemológicas y metodológicas”, UPV/EHU, Donostia-España, 2014 3 En lo que sigue utilizaré diseño y proyecto de modo indistinto. Reconozco que es una decision que puede ser controversial, aunque no realizaré aquí ningún aporte a un posible debate sobre esta decisión. 2

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Knowing” desarrollada por Nigel Cross (creador y director de la revista Design Studies) y la “dual nature of Technical artefact” desarrollada en Delft por Peter Kroes y Richard Meijers como autores principales. Ambas posturas coinciden en una posición dicotómica de la realidad (mundo objetivo vs. representación simbólica) y con la concepción generalizada del diseño como planiicación de lo artiicial en la resolución de problemas. (ii) Nuevos aportes que muestran anomalías en el paradigma dominante y que sostienen la diicultad para sostener la noción de problemas como fundamento de la disciplina. En esta línea encontramos los trabajos de Gabriela Goldschmidt en el campo de las representaciones proyectuales y de Richard Coyne en la discusión sobre la posibilidad de abordar los problemas del mundo que son siempre indeterminados (ill-structured o wicked problem). Desde el punto de vista ontoepistémico se incorporan nuevos aportes (descentrados del ámbito del diseño y la arquitectura) para comprender la naturaleza de los objetos proyectuales centrados en la visión constructivista de Ian Hacking o Nelson Goodman. Además, es relevante en la construcción de este marco teórico interdisciplinar la teoría del actor-red (ANT Theory) de Bruno Latour-Michael Callon y la concepción pragmaticista de John Dewey o Ernst Cassirer en la comprensión de las instancias decisionales del proyecto, vinculados a la manipulación y transformación simbólica de los procesos de operación-comprensión sobre el mundo. Para articular este marco teórico con la metodología mencionada se deinen tres aspectos problemáticos que se abordan en los apartados que siguen: 1) La vigencia del concepto de problema y de problem solving como noción clásica de la actividad proyectual, derivados de la consideración de la distinción dicotómica realidad-conocimiento como dos esferas ónticas independientes. 2) La idea –no clásica- de re-presentación y su rol en el proceso de diseño como aspecto clave para determinar la magnitud del impacto de la actividad en la constitución de la cultura, ya que no solo se representan las ideas del objeto que se diseña, sino también se representa de modo original la situación de intervención, el usuario, las demandas, los contextos, etc. 3) El análisis de los procesos de coniguración-determinación de cada propuesta y de síntesis creativa del proyecto como instancias derivadas de un proceso genuino de investigación proyectual. En el inal aporto precisiones sobre las nuevas categorías que podrían dar lugar a la consideración de una imagen alternativa para comprender los procesos y productos que participan en la producción arquitectónica en particular y en la dinámica proyectual en general.

¿El problema de-la-realidad o los procesos-de-problematización como base de la acción proyectual? En el campo de la teoría del diseño actual se discute la vigencia de aquellos enfoques que intentan explicar al diseño como un problem-solving, es decir como un proceso de resolución de problemas del mundo. Esto nos permite abrir la posibilidad de explorar nuevos marcos conceptuales y exponer nuevas visiones sobre la actividad proyectual. En este sentido, algunos autores han comenzado a replantear la pertinencia de la dicotomía tradicional problema-versus-solución en el campo del diseño, aportando algunas líneas de investigación alternativas. Ahora bien, ¿Qué es lo que se discute o se cuestiona en la actualidad? Sintéticamente, la concepción clásica vinculada al problem-solving airma la existencia de dos entidades separadas entre sí: por un lado la realidad con sus problemas ya existentes y, por el otro, las propuestas arquitectónicas como camino de solución. La calidad o pertinencia de las propuestas estarían dadas por su “adecuación” (incluso por un “amoldamiento”) a los problemas “relevados” de una realidad empíricamente “objetiva” (Simon1973, Kroes 2006, Cross 2011). En una línea diferente Harield (2007) focaliza en la noción de problema proponiendo una distinción entre dos categorías posibles: (i) el problema-dado en la realidad y, (ii) el problema-de-proyecto que el diseñador resuelve como objetivo de su tarea. Aunque esta idea signiica un avance sobre la visión tradicional, se advierte todavía la inluencia del concepto heredado de problema-dado sobre el de problema-formulado por el diseñador sobre la base

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de sus preferencias, expectativas y prejuicios, donde se deinirían las condiciones para la evaluación de los resultados. Si bien aquí se mantiene el sesgo de la concepción heredada, es interesante la tendencia a no aceptar la primacía de un problema desprendido ingenuamente del contexto externo como entidad a resolver por el proceso de diseño. En este sentido propongo la consideración de una función proyectual diferente a la de acreditar o relevar los problemas “reales” del contexto, pensándola como una instancia de problematización, que daría lugar a comprender o considerar el problema del proyecto como una entidad dinámica propia y derivada de la praxis proyectual, a partir de actividades de investigación sobre el objeto o situación problemática que es lo que da origen a la actividad4. Es claro para Harield que los problemas no son impuestos desde afuera (aunque reconoce que la demanda o necesidad del cliente es un punto de partida externo), sino que es el mismo diseñador quien los construye, aunque sosteniendo el clásico concepto de “inteligencia” o “experticia” individual derivado de la concepción históricamente dominante en la teoría del diseño, sobre todo desde la visión de la Designerly Ways of Knowing (una manera propiamente diseñadora de conocer, hacer y pensar) sostenida por múltiples autores y trabajos (Cross, Christiaans, Dorst 1996, Cross 1999, 2011, Lawson, Dorst 2009). Desde este punto de vista el diseñador operaría sobre el problema sobre la base de sus intenciones y habilidades “creativas”, de lo que es “capaz” de “ver” y analizar (Harield 2007, p. 170). La propuesta sería el resultado de esta acción -de racionalidad- limitada que se desencadenaría en cada nuevo proceso, dejando un espacio para la manifestación de aquellos elementos que no logra controlar y que constituyen un resultado colateral de la actividad. Este tipo de intencionalidad y de auto-constitución del problema “(…) is precisely what informs and structures design thinking and design problemsolving in architecture. By imposing upon the problem-as-given their views, positions and preferences, architects construct the problems they seek to solve while at the same time deining and limiting the solution possibilities available to them” (Harield 2007, pp. 171s). Por otra parte, dentro de la concepción dominante o clásica en la teoría del diseño, Buchanan, Doordan et al. (2010) airman que la cuestión que genera mayor consenso en la comunidad de investigación es la que entiende al diseño como la concepción y planiicación de lo artiicial; mientras que por su parte, Harield sostiene que esta condición de acuerdo general se produce sobre la base de la noción clásica de problema y en la consideración del diseño como un proceso de problem-solving5. Asimismo, existen estudios y enfoques diversos que producen líneas divergentes en el abordaje de las cuestiones relevantes, que intentan discutir el hecho de que “[t]he majority of discussions and analyses in the literature thus rest on a common assumption, namely, that the act of design is initiated by and predicated on problems” (Harield 2007, P. 161). Salta a la vista que la concepción disciplinar gira en torno de la identiicación de los problemas a resolver y de la adecuación de las propuestas arquitectónicas a sus elementos condicionantes. Para poder renovar la imagen de la teoría del diseño y ser más consistentes con los desafíos que afronta hoy, es necesario dejar atrás esta noción de problema como entidad pre-existente a resolver. Ciertamente, no es lo mismo considerar al diseño como un proceso de resolución de problemas-delmundo, que considerarlo como un proceso de problematización o de reconstrucción de situaciones problemáticas de intervención constituidas relacionalmente, considerando la compleja trama de agencias, factores y aspectos que la constituyen. Y es en el mismo proceso de proyecto donde esta estrategia de vinculación relacional tiene lugar, atendiendo a las dinámicas propias de la tarea, en el marco de una situación compleja, incierta e indeterminada.

Mercader cita a Joan Martorell Montels (1833-1906), de quien fuera auxiliar Gaudí, como el introductor en España de los estudios de Estática Gráica que sirvieron de base para el desarrollo de las estructuras de este último. 5 https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_(arquitectura) 4

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La primera versión (el diseño como problem-solving) se reconoce ya como incapacitada para capturar el indeterminismo y la complejidad de las condiciones existenciales y situacionales que el diseño aborda y, en este sentido, esa indeterminación se transiere a los problemas que el diseñador intentaría estructurar. De allí la preocupación teórica de la concepción tradicional sobre los problemas borrosos o poco estructurados, concebidos por la literatura como ill-structured-problem o wicked-problem (Coyne2005). Lo que ha llevado a una suerte de paradoja para el diseño que intentaría deinir o estructurar lo que, por naturaleza, es inestructurado e indeinible. La noción de problematización –tal como la presento aquí- nos ubica en un escenario alternativo para avanzar en una propuesta teórica diferente sobre el diseño, en un registro tanto epistémico como metodológico de mayor consistencia. En este escenario no se intentaría resolver stricto-sensu problemas-del-mundo, sino reconstruir las tramas de sus contextos de aplicación, uso y apropiación para producir nuevas condiciones de posibilidad para la vida humana y la transformación del hábitat construido. En lo que sigue vincularé la acción de problematización proyectual con la de coniguración o instanciación creativa de la situación de intervención (derivada del abordaje sobre el dominio empírico) y su representación en el dominio proyectual (simbólico), a través de la construcción de signos que se producen en contextos relacionales complejos6. Esta propuesta permite considerar al diseño como una investigación proyectual, y no como un proceso metodológico estándar de búsqueda de soluciones adecuadas a problemas de la realidad (problem-solving), permitiendo gestionar la complejidad de las diferentes agencias (humanas y no-humanas) que surgen en el proyecto y manejar los conlictos que se generan en la instancia de articulación y representación.

El diseño como resolución de problemas: una concepción heredada de la ilosofía de la ciencia. Quizás no se haya extendido suicientemente el hecho de que tanto la investigación sistemática como la teoría del diseño han construido sus bases y fundamentos epistémicos principales a partir de la incorporación (poco crítica) de algunos aportes generados por la ilosofía de la ciencia de la primera mitad del siglo XX. La literatura es profusa en este tópico, por ello solo presentaré un ejemplo de esta cuestión. Hacia 1980 los estudios sistemáticos sobre el diseño comenzaron a generar una imagen consistente para la disciplina, en este marco se airmaba que los avances y ““the intervention of Science [y de la ilosofía de la ciencia] in the little design and method relects its role in the developing philosophy of design”” (Jackes; Powell, 1980, p. xi, el agregado es mío). En algún momento nuestra actividad necesitó conquistar credenciales de legitimidad y validez y las encontró en un difícil camino de analogías que produjo con la imagen de objetividad, racionalidad y eicacia de la actividad cientíica. Cuando desde la teoría del diseño se intentó construir un fundamento consistente para la actividad se utilizó una “lectura” sesgada de estos aportes y se arribó a una elaboración ontoepistémica que aún sostiene algunos errores que aquella ilosofía de la ciencia ya ha superado hace mucho tiempo (Burgos 2014). Expongo a continuación algunos de estos insumos que, derivados de la teoría de la ciencia, infundieron a nuestra teoría del diseño de un ADN fundacional difícil de alterar y que ha instalado la idea de la resolución de problemas de la realidad, en un contexto claramente dicotómico entre el mundo y el diseño.

6 Uno de los aspectos críticos de la teoría clásica del diseño es la vinculación poco coherente entre los contextos externos, inciertos, complejos e indeterminados de la “realidad” y, los escenarios proyectuales internos, signados por condiciones deterministas, sistémicas y bajo la inluencia de metodologías prescriptivas. En el giro que propongo aquí, la actividad proyectual no elimina de su praxis productiva la incertidumbre o la indeterminación del contexto sino que, por el contrario, los incorpora como instancias metodológicas de producción y avance, al intentar representar en sus acciones y productos las interacciones complejas que se producen en el dominio empírico y articularlas en modelos multi-actorales y multi-agenciales en los que se expresan relaciones de diferente índole, nivel y grado de signiicación.

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Según el relato vigente, todavía usamos aquel paradigma clásico que nos informa sobre cómo es el mundo conocido como el modelo de los dos niveles (Carnap 1956): por un lado, el nivel de las cosas, de los datos objetivos o de la-realidad y, por el otro, el nivel de los conocimientos, de los constructos simbólicos o de la teoría. En esta concepción heredada (received view), los conocimientos nos permitirían solo acceder (describir-comprender-explicar) a ese mundo previo que existiría allíafuera. La condición esencial de este enfoque es que el conocimiento obtenido por medio del análisis y la manipulación de “datos observacionales” se correspondería con un mundo real pre-existente y, con ello, conseguiría su estatus de verdad o, al menos, un aceptable nivel de verosimilitud7. En esta posición, impregnada de un marcado realismo ontoepistémico, idea-conocimiento y realidad-mundo son dos entidades ónticas claras y distintas, presentadas en un escenario dicotómico en el cual se juega la búsqueda del “conocimiento objetivo” sobre las cosas que ya existirían en la naturaleza; idea que Popper, (1972) difundiera de modo inluyente a mitad del siglo XX y que tuviera impactos en múltiples disciplinas como el caso del diseño. Se sostiene así el supuesto de una distinción nítida para comprender la relación hombre-mundo, donde la constante búsqueda de la verdad implicaría, también, la permanente búsqueda de una correspondencia entre las representaciones que nos hacemos del mundo (conocimiento-proyecto) y los datos empíricos observados y relevados ielmente de él. Esta idea, derivada de la lectura de la ilosofía de la ciencia de principios de siglo XX promovió posiciones teóricas dominantes en el campo del diseño como el Programa de la Dual Nature of Technical Artefacts –DNTA- que aplica esta distinción en la producción de los objetos del mundo (Kroes, Meijers 2002) en general, y de los objetos arquitectónicos en particular. Por ello, las concepciones teóricas dominantes sobre el diseño –en línea con esta ilosofía realista y dicotómica de la ciencia- han puesto el acento en la búsqueda de las condiciones de validez externa de las propuestas, devenidas en soluciones técnico-arquitectónicas para satisfacer (por vía de su adecuación) los problemas de “la realidad” (Simon 1996, kroes 2006). Estas propuestas deben alcanzar un cierto nivel de eicacia, fundadas en su capacidad de adecuación, ajuste, respuesta o incluso “amoldamiento” a los parámetros de una situación concreta y supuestamente “dada” (Cross 2011). A esta concepción dominante en la teoría del diseño actual la denominaré la teoría de la correspondencia entre el mundo y los objetos creados por la actividad proyectual, en la que los fundamentos de la actividad centran su atención en la necesidad de clariicar un territorio ontoepistémico y metodológico para el diseño, sosteniendo la distinción polar entre los ámbitos empíricos -la realidad- y los procesos proyectuales -la representación. Sin embargo, en la búsqueda de una posición alternativa, la idea de la representación indica, en esta contribución, un campo amplio de posibilidades de expresión de nuevas coniguraciones que lograrían materializar las propuestas arquitectónicas, a través de diferentes medios de expresión, tanto digitales como analógicos (Porter, Goldschmidt 2001). En este sentido, representar excede en mucho la idea de dibujar, implica también la función de modelizar la realidad, es decir traducirla a esquemas de interpretación y coniguración conforme a determinados marcos de referencia. Por ello, la representación no solo muestra de manera dócil como es el mundo o cómo es el nuevo “objeto diseñado”, sino que también crea nuevos contenidos, signiicados y conocimientos que transforman la realidad. Esta es la idea que está implícita en el trabajo de Capdevila (2012) cuando plantea que “hacer símbolos en la actividad proyectual implica también construir nuevos mundos o, al menos, nuevas porciones de él”. En este modelo de la representación en el campo del diseño ya no advertimos la distinción mundo-símbolo o realidad-propuesta arquitectónica, dado que esta última sintetiza y articula fenoménicamente elementos empíricos y conceptuales en un proceso dialéctico de constitución.

El primero en utilizar la expresión “concepción heredada” fue Hilary Putnam en su conocido trabajo What Theories are Not de 1975. 7

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Esta idea de representación como modelización constructiva está descentrada de la posición tradicional que acepta la existencia de los dos contextos que alimentaron la agenda de la ilosofía de la ciencia en la primera mitad el siglo XX y la del diseño de los últimos 50 años: el contexto de descubrimiento y el contexto de justiicación (Reichenbach 1938). Según esta idea, -y considerando la analogía epistemológica- el diseño crearía nuevos objetos y formas de acuerdo con sus procedimientos heurísticos de innovación o descubrimiento, pero luego debería validarlos de acuerdo con una lógica centrada en los mecanismos de contrastación y equiparación según las condiciones normativas explícitas del contexto de intervención y sobre las demandas establecidas para la generación de los nuevos objetos arquitectónicos. Esta concepción va en el mismo sentido que la noción clásica del problem-solving, por lo que presentaré una perspectiva diferente, coherente con la idea de construcción y problematización ya enunciada y alejada de una posición realista y demarcatoria de la actividad proyectual; más orientada hacia un registro pragmático y constructivista de la actividad proyectual. En este nuevo modelo la representación funciona como un escenario para construir en el las instancias de descubrimiento y validación, pero no como etapas o esferas separadas, sino como un movimiento (dialéctico) de la misma manifestación y acción proyectual. Este giro se orienta a construir una visión del diseño desvinculada de sus anclajes ilosóicos tradicionales centrados en la vieja ilosofía de la ciencia y orientada a nuevos enfoques epistémicos relacionados con una dinámica representacional (en el sentido de la construcción de modelos), para la cual ya no tiene sentido una función de correspondencia y validación sino una de construcción-constitución, generada en dos planos concurrentes: uno cognitivo-tecnológico, como proceso representacional e interventivo, y otro cultural, como espacio de interacción compleja de agencias, actores, procesos y discursos múltiples (Burgos, Ibarra 2014). Aquí la atención ya no estaría restringida a las lógicas de los objetos sino que se orientaría a la consideración de las lógicas de los procesos constitutivos. Esta perspectiva habilita la posibilidad de considerar que tanto la propuesta-arquitectónica como la realidad-mundo se co-constituyen en el proceso mismo de diseño, por eso no sería ya necesario recurrir a aquellas entidades “claras y distintas” que se deben ajustar, según la teoría de la correspondencia, sino que podríamos pensar un mundo (empírico, fenoménico y simbólico) que se constituye en el mismo momento en que el proyecto expone sus formatos representacionales y modelizantes. Este argumento nos lleva a sostener que pensar, representar, simbolizar y modelizar el mundo signiica también construirlo o, al menos en términos de Goodman (1978:7ss), construir nuevas visiones del mundo, que modiican nuestras modalidades de acción, percepción, comprensión y adaptación. Esta es la noción fundamental que propongo en esta contribución y que nos permite indagar en la posibilidad de avanzar en una nueva imagen del diseño como disciplina proyectual. En este marco, creo necesario desplazar el foco de los mecanismos proyectuales que se preocupan solo por la especiicación técnica de los objetos materiales y sus performances adaptativas, hacia las dinámicas que logran capturar las inter-acciones de la situación problemática y que generan nuevas estructuras signiicantes en el proceso proyectual, articulando instancias complejas de relación entre agentes, ideas y dominios de índole diversa. Esta instancia en la que se promueven –mediante el proyecto- nuevas formas de inter-acción entre personas, objetos, ideas y valores pone las condiciones de posibilidad para que se formen nuevos cursos de acción futura en el desarrollo de las dinámicas sociotécnicas y culturales que promoverá el nuevo objeto arquitectónico. De este modo, las inter-acciones que se coniguran en el proyecto pueden dar lugar a nuevas dinámicas proyectantes (cognitivas, socio-técnicas y culturales) que no solo coniguran las especiicaciones de un objeto, sino que también construyen nuevas dimensiones del mundo. Sobre esta base, podríamos explicar el modo en que opera el proceso de diseño, oponiendo la clásica teoría de la adecuación, de la correspondencia o del problem-solving a una teoría representacionalista y constructivista del diseño. Desde este marco podríamos comprender la acción del diseño como la de re-presentar el mundo, es decir volver a presentar o re-construir de modo original las relaciones entre sujetos, ideas, cosas, valores del dominio de la situación de intervención. Por ello re-presentar

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no es mostrar –como en un dibujo- lo que ya existe en la ciudad, la calle, el terreno o el entorno, sino proponer nuevas maneras en que diferentes agencias condicionantes del proyecto pueden relacionarse y producir con ello, cambios en los signiicados, en las formas de vida, en las formas de uso, en la percepción del espacio arquitectónico en particular y del hábitat en general. Ahora bien, ¿porqué estas representaciones producidas por el diseño permitirían modiicar la clásica concepción de los dos niveles? En respuesta a esta cuestión enunciaré una hipótesis potente aunque no del todo original: el mundo es una construcción simbólica, en la cual no existen datos objetivos sino re-construcciones representacionales y fenoménicas de la información que manejamos en interacción con él (Cassirer, 1953; Capdevila 2012, Burgos 2014). No trabajamos con datos-del-mundo sino con hechos o constructos fenoménicos producidos por instancias de mediación/modelización cognitivo-simbólicas. Nuestras representaciones no se producen por la observación dócil y atenta del funcionamiento de una realidad externa, sino por una intervención sistemática y productiva en la dinámica de esa realidad a través de la actividad representacional implicada en el proyecto. Solo a título de ejemplo de este modelo de funcionamiento, traigo a consideración la visión de un físico que entiende la condición relativa de todo “dato” de la experiencia al airmar que cuando observamos –por ejemplo- un cuerpo que cae o muchos cuerpos que caen ““[…] tomamos el cuerpo típico bajo custodia mental y lo equipamos con las propiedades abstractas expresadas en la ley de gravitación. Ya no es el cuerpo originariamente percibido, porque le hemos añadido propiedades que, ni son inmediatamente evidentes, ni empíricamente necesarias. Si existe alguna duda de que estas propiedades son arbitrarias en algún sentido, solo necesitamos recordar que existe una teoría física alternativa, igual o incluso más exitosa –la de la relatividad general-, que adscribe a los cuerpos típicos la capacidad de inluir en la métrica del espacio, es decir, con propiedades completamente diferentes a las expresadas en la ley de gravitación de Newton”” (Margenau 1935, p. 57; la traducción es mía). En este mismo sentido, la teoría del diseño, con un registro representacional, es capaz de modelizar acciones e inter-acciones entre aspectos diversos, más allá de meros “lugares” o situaciones físicas concretas. Se aleja así de la concepción clásica que plantea la dualidad de los contextos de descubrimiento y justiicación, implicando una relación no dicotómica entre representación (proyecto) y realidad (problemas del mundo), y contradiciendo la visión ingenua de la concepción teórica actual, que todavía persiste en la idea de asignar a la realidad una dimensión validatoria externa basada en una supuesta dimensión óntica independiente, consistente con el realismo ontoepistémico que impregna toda su perspectiva. Esta visión está ya amenazada –desde el punto de vista ilosóico- con el desarrollo de diferentes puntos de vista, como el de Hacking (1983), para quien (en sintonía con la posición de Margenau) la realidad es ““(…) la segunda creación humana, la primera es la representación. Una vez que hay una práctica a representar, viene inmediatamente a continuación un concepto de segundo orden. Este es el concepto de la realidad, un concepto que tiene contenido solo cuando hay representaciones de primer orden”” (1996, p. 163). Con estos marcos teóricos, el proyecto puede ser considerado como un escenario para la interacción de diferentes entidades, cargadas con registros semióticos diversos y traducidos en sustratos simbólicos derivados de lenguajes múltiples y de una praxis proyectual exploratoria. Los procesos representacionales canalizan los resultados de las interacciones hacia formatos simbólicos, expresados en diferentes medios como el lenguaje natural, los esquemas gráicos, las animaciones y las herramientas de modelado, los prototipos y los cálculos, las operaciones digitalizadas por programas de computación (tanto analíticas como propositivas), etc. Con ellos, el diseño conduce sus prácticas diagnósticas e interventivas sobre la situación problemática que se focaliza en el proceso. Un diagnóstico en el cual es posible advertir diferentes coniguraciones de actores, relaciones, interferencias y conlictos. De esta compleja trama de interacciones se construye una situación original representada en el territorio

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proyectual, que es clave para dar consistencia a la propuesta de nuevos artefactos y objetos técnicos.8 En todos los casos, esta nueva situación, constituida por medio de las interacciones proyectuales, es original y expresa una constelación singular de valores, expectativas, cosmovisiones y pautas que se tejen en el “laboratorio” proyectante del diseño. Por ello, no es necesario adherir a ninguna idea de correspondencia con la “realidad”, considerada como un juez externo para validar resultados y procesos, sino atender a las dinámicas culturales que el diseño mismo construye en su itinerario evolutivo-constructivo. Un modo de producir conocimiento sustantivo derivado de las interacciones, que se incorporarán a los sistemas de creencia propios de las instancias de uso y apropiación de los artefactos creados por la acción proyectante. Por ello, las actividades que involucra la disciplina proyectual van más allá de dibujar objetos y especiicar sus características para que pueda ser construido. El diseño tiene un rol clave en la creación de la realidad, y en la creación de mundos. Re-presentar de manera original la realidad implica reorganizar las relaciones humanas, proponer nuevos espacios de posibilidad para la acción, dar lugar a nuevas experiencias derivadas de la transformación de signiicados de las cosas producidas proyectualmente. Este proceso creativo (no en el mero sentido inspiracional) actúa como un fenómeno de “determinación” y síntesis de la realidad, en el cual lo diverso, lo incierto, lo in-determinado se reconstruye, reconigura y cobra nuevos sentidos en el proyecto, a través de la creación de una estructura, una idea o un modelo. Lo que hace posible este fenómeno de crear nuevas entidades, tanto signiicativas como tecnológicas, es la índole exploratoria y experimental que tiene el diseño y que se desprende de su naturaleza investigativa.

La investigación proyectual como función de traducción re-presentacional y superación de las concepciones teórico-realistas del diseño. Para presentar una alternativa a la concepción dicotómica de la realidad voy a sostener con Latour (2005) y Callon (2001) una concepción relacional de la realidad, para la cual el mundo está conformado por una compleja red de inter-acciones entre actores (sujetos humanos), agencias (actantes, cosas, objetos, normas, etc.), discursos (conceptos, valores, teorías, modelos) y paradigmas (modos de hacer y de pensar). En este escenario relacional, las acciones representacionales del proyecto se ocupan de traducir estos elementos a nuevos “objetos” arquitectónicos a través de procesos de modelización simbólica9. Las relaciones de coherencia que las diferentes agencias mantienen en sus escenarios existenciales o empíricos son re-presentadas en el dominio proyectual, por lo que las representaciones logran capturar estas relaciones y traducirlas en redes que se constituyen, a su vez, como entidades constituyentes de nuevas relaciones de coherencia dentro del modelo proyectual.10 Al ser representadas esas relaciones de coherencia (interacciones) los constructos semióticos del proyecto generan nuevas

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Esto se aplica de modo directo a la denominada etapa de relevamiento o diagnóstico en el campo proyectual, considerada regularmente como una etapa previa a la de creación. En realidad nadie “releva” objetiva y asépticamente un lugar tomando notas de sus cualidades intrínsecas, no existe este dato-objetivo, lo que existe es un dato-fenómeno o fenoménico que es capturado por el diseñador con cierta intencionalidad para incluirlo en el proceso de proyecto. Las “lecturas” de un sitio están tamizadas por iltros de intencionalidad proyectual que buscan exponer cualidades vinculadas con la percepción, las condiciones de apropiabilidad, las posibilidades de uso, las vinculaciones con el resto de la trama urbana, etc. Es decir que la emergencia aparentemente “objetiva” del relevamiento de los datos y la información preliminar de una obra no son ni inmediatamente evidentes ni empíricamente necesarias como se hacía referencia en la idea de Margenau. 9 Este es el concepto base de la teoría del actor-red (actor-network theory -ANT) sostenida por Bruno Latour entre otros. 10 Solo para poner un ejemplo podríamos pensar que en el contexto empírico existen relaciones e inter-acciones entre los objetos y las personas: distancias, percepciones, relaciones entre magnitudes, dimensiones, etc. En el lenguaje del proyecto estas agencias pueden traducirse en la noción de “escala”. A partir de allí, la idea de escala se constituye como escenario de posibilidad para pensar nuevas relaciones vivenciales y perceptuales entre las personas y los objetos. La noción proyectual de escala es manipulada por el diseñador y es utilizada para “crear” nuevas experiencias de usuario y nuevas coniguraciones del objeto arquitectónico. Quizás Ronchamp sea uno de los tantos ejemplos que esta explicación podría proponer.

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estructuras relacionales, coherentes entre sí, y no meros agrupamientos aislados de factores, parámetros, objetos o “datos” del contexto. Es lo que posibilita la emergencia de la famosa idea de “síntesis” que toda propuesta debe tener y es lo que permite al proyecto generar nuevas condiciones de posibilidad para la acción humana en el complejo proceso de adaptación y transformación del mundo en el que se inscribe. En este escenario cultural no se intenta descubrir y validar algo ya-dado, sino construir nuevas entidades proyectantes (derivadas de las inter-acciones) que aportarán nuevos contenidos signiicativos a los artefactos proyectuales (cognitivo-tecnológicos-culturales). La actividad clave en este punto de vista es la construcción de nuevos signos, “equipados” con nuevas estructuras signiicantes, desarrolladas a partir de los sentidos y contextos que traen consigo las múltiples agencias que se van poniendo en relación en la dinámica interactiva-evolutiva del diseño arquitectónico. En este sentido, la función exploratoria del diseño genera condiciones de posibilidad para la construcción de representaciones sobre los diferentes dominios empíricos que coniguran la situación problemática de intervención, consistente -a mi juicio- con una acción genuina de investigación proyectual. Para sostener esta hipótesis re-constructiva y relacional de la realidad, generada sobre la base de una concepción exploratoria y experimental del diseño, me apoyaré en la propuesta aportada por Dewey (1938), que pone las condiciones de posibilidad para entender que la lógica de la investigación no es propiedad exclusiva de la ciencia, sino que dinamiza a múltiples campos de la acción humana. Utilizaré algunas de sus airmaciones para aportar elementos que contribuyan a la deinición de un enfoque alternativo para la teoría del diseño en un registro metodológico-complejo, relacional y no aislado a sus condiciones restringidas (aisladas) de realización. Partiré para este propósito de la redeinición de la noción de lo “re-presentacional”, desplazada de los meros mecanismos de especiicación gráica de los objetos materiales, y orientada hacia una lógica de modelización de las acciones e interacciones de producción de artefactos cognitivo-tecnológicos por medio de la investigación proyectual. En esta dirección se dan procesos de “conquista” y estabilización de nuevas entidades signiicantes y sus posibilidades de interacción por medio de instancias de indagación-experimentación especíicas de la praxis proyectual. Dentro de esta perspectiva, el diseño se conduce como una exploración sensible para la consideración de nuevas entidades representacionales, en las cuales juegan un rol protagónico actores, actantes y discursos en el sentido de Callon-Latour, vehiculizando sus contenidos en las estructuras representacionales y reticulares que se producen en el laboratorio de modelización, investigación y experimentación proyectual. De un modo análogo al proceso realizado por Dewey, intento vincular las prácticas proyectuales con las prácticas investigativas. El objetivo de Dewey se centra en la idea de vincular las prácticas del sentido común con las prácticas de la ciencia, aun cuando los resultados o los objetos con los que trabaja cada una sean claramente diferentes. Es interesante, no obstante, el modo en que localiza la investigación en el marco de un proceso de diálogo o interferencia entre expresiones tales como la música, la danza, la escultura, la literatura, entre otras expresiones artísticas, artesanales o profesionales. De allí, su propia deinición de investigación da lugar a la presencia de una instancia de constitución o “determinación” de una nueva situación, en la cual ““inquiry is the controlled or directed transformation of an indeterminate situation into one that is so determinate in its constituents distinctions and relations as to convert the elements of the original situation into a uniied whole”” (Dewey 1938, pp. 104s, resaltado mío). En el mismo momento en que se produce la construcción de cierto entramado de representaciones, también se constituye la situación problemática que se intenta elucidar e intervenir, lo que daría un fuerte contenido cognitivo-interpretativo a esta instancia de la praxis proyectual. Una situación inicialmente indeterminada, abierta e indeinida, en la que sus elementos no son “descubiertos” (como en la fase descubrimiento de la teoría de la correspondencia), sino producidos por medio de una práctica constitutivo-relacional, con la expectativa de lograr una nueva situación, coherente, totalizadora: una nueva síntesis propositiva. Una síntesis en la que, como plantea Dewey (1938), deben ser explicitados los elementos (agencias diversas) que la constituyen

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y el conjunto de sus relaciones, a la luz de nuevas estructuras signiicativas sobre la situación de intervención, considerada como inicial o como un punto de partida. Esta situación construida en el dominio representacional del proyecto no es solo un nuevo agrupamiento de los componentes de la situación “original” sino una re-construcción original de nuevos sentidos y signiicados, canalizados por los distintos formatos representacionales (signos y cadenas de signos) que se tejen en la dinámica proyectual (gráicos, esquemas, diagramas, memorias, cálculos, modelos, programas, etc.) del diseño11. Lo que dispara la evolución de instancias investigativas y de síntesis es la condición indeterminada y compleja de la situación que nos interesa, aquella donde el diseño tendrá su escenario de aplicación y en la cual se producirá la evolución socio-técnica de las trayectorias innovativas y transformadoras de los resultados del proyecto12. Como ya he airmado, esta indeterminación aporta condiciones iniciales apropiadas para desplazar el foco desde una lógica de la práctica (profesional) a una lógica epistémico-cultural de búsqueda y exploración, de problematización y cuestionamiento, de reconstrucción y constitución, lejos de las rutinas y mecanismos “expertos” de la teoría clásica o de iluminaciones “inteligentes” con sede en las “cabezas” de los diseñadores (Cross 1999). Lo incierto, lo no establecido, lo abierto, lo perturbador, lo contradictorio y complejo es la mayor riqueza de la praxis proyectual. El abordaje de este punto de partida constituye su mayor desafío y su logro más signiicativo. Además, el despertar de una duda, una incertidumbre o un cuestionamiento es el impulso que ha guiado siempre los procesos de conocimiento y transformación de la cultura, cuestión que se aplica al fenómeno proyectual que debe evolucionar sobre un escenario que se va construyendo “en movimiento” a partir de la representación de las relaciones complejas que se dan en el dominio empírico de la situación problemática y que sirven para conigurar estructuras reticulares que reconstruyen lógicamente la situación inicial. Resulta obvio que estas situaciones problemáticas confusas, complejas y abiertas a la indeterminación no puedan ser determinadas por elaboraciones individuales y mecanismos exclusivos expertos de nuestra mente. Es preciso incorporar la dinámica de las interacciones que se producen entre actores y actantes diversos que protagonizan cada situación proyectual, y que no son formulados a priori, sino que van integrándose mutuamente en una coniguración reticular, relacional y constitutiva. Se produce, así, un giro desde posiciones mecanicistas o deterministas que anuncian la necesidad de seguir secuencias de pasos/etapas y de atender a listados previos de condicionantes o parámetros proyectuales, a posiciones más complejas (consistentes con la complejidad del dominio empíricofenoménico) en las cuáles la constitución de la realidad, sus actores, agencias y objetos tiene lugar en un escenario de interacciones con base en relaciones y no en entidades o “relatos” preestablecidos. Por ello, las acciones proyectuales de re-construcción de la situación “original” no son meramente subjetivas, sino que pueden dar cuenta de un conjunto de interacciones que se producen en el escenario mismo del proyecto, inmersas en un verdadero laboratorio experimental de re-construcción, modelización y signiicación, donde la praxis proyectante requiere de la acción protagónica, fenoménica y corporizada del diseñador, pero también su interacción con estructuras contextuales de asignación de sentido, formas de pensar y razonar proyectualmente, etc. La condición problemática de una situación proyectual así presentada dista mucho del concepto de problema en la visión clásica asumida por el

11 Relevar un área o entorno urbano en función de los hitos, los nodos, los lugares signiicativos, las imágenes de alto contenido perceptual-signiicativo, etc., ya es registrar fenómenos (no solo datos) que surgen a partir de utilizar una categoría, un concepto o una idea de búsqueda, para luego “cartograiarlos” en el relevamiento presuntamente “objetivo”. Lo que se captura ya es una primera forma de relacionar las interacciones y asignar valor a sus resultados. 12 La indeterminación de los contextos ha sido la principal “anomalía” señalada por la crítica hacia el modelo del problemsolving, y el principal obstáculo para explicar el diseño con categorías derivadas de la concepción dicotómica tradicional (Coyne 2005). En mi propuesta, la indeterminación de la situación es el componente esencial, un insumo para visualizar al diseño desde un rol constructivo, y un rasgo clave en la innovación socio-técnica de la cultura actual. Por ello, los problemas típicos y rutinarios que también resuelve el diseño arquitectónico no son de interés aquí, ya que no permiten explorar el potencial que tiene la actividad, más allá de sus competencias básicas asociadas a la resolución de problemas simples.

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problem-solving y sus enfoques teóricos derivados, en los cuales se la presenta como una entidad típica, causal y con determinaciones rígidas (Kroes 2002). Por el contrario, en esta propuesta la condición problemática de una situación adquiere una categoría dinámica, dialéctica, evolutiva y relacional. Desde esta perspectiva, presento una idea de diseño que incorpora la condición problemática de la situación como escenario de posibilidad para su transformación, con la expectativa de “determinar” (en términos de Dewey) o de constituir (en los de esta propuesta) nuevamente la situación, como una función de transformación que el diseño ejerce sobre sus campos de intervención13. Ahora bien, ¿cómo funciona este proceso de síntesis y transformación? La idea de una nueva síntesis no se reiere a lo que en la concepción teórica extendida sobre el diseño se relaciona con un “objeto” o producto que es capaz de extinguir un problema dado. Una síntesis es una nueva forma (en sentido amplio), un nuevo escenario de posibilidades, de creencias y de valores. Una síntesis es, entonces, una re-construcción original, no una respuesta adecuada o coherente con las condicionantes derivadas del contexto. Dewey da a esta posibilidad la categoría de “idea”, un nuevo marco de posibilidades creado sobre la investigación de una situación problemática. En sus propios términos, ““an idea is irst of all an anticipation of something that may happen; it marks a possibility”” (1938, p. 109). La posibilidad que se juega en esta instancia inicial de toda praxis proyectual aleja la idea normativa del debiera/ debería-ser, como una condición a cumplir por la propuesta y que requiere de instancias concretas de evaluación y validación14. Aunque, las ideas no son meras sugestiones o inspiraciones que se producen en la mente de los diseñadores, imágenes vagas, difusas o coniguraciones intuitivas. Si bien una idea puede surgir de una sugerencia ““but not every suggestion is an idea. The suggestion becomes an idea when it is examined with reference to its functional itness; its capacity as a means of resolving the given situation”” (Dewey 1938, p. 110). La idea se mide por las consecuencias pragmáticas que habilita, por los procesos a los que da lugar, por su capacidad funcional y no meramente sustantiva. Es decir que las ideas proyectuales no deben entenderse como entidades aisladas dotadas de sentido, sino como estructuras relacionales (pragmáticas) que dan lugar a dinámicas de interacción con otras ideas, en una evolución no determinista sino relacional de cada situación de proyecto. Pero, estas ideas deben ser portadas por un sustrato signiicativo, una entidad que sea capaz de transportar su contenido semiótico: un símbolo. Solo a condición de “encarnar” en un símbolo (o en un signo) puede “materializarse” una idea de proyecto, ““because suggestions and ideas are of what which is not present in given existence, the meaning which they involve must be embodied in some symbol. Without some kind of symbol no idea”” (ibídem). Estos símbolos no son copias mentales o relejos especulares del mundo o de la situación problemática, sino nuevas coniguraciones portadoras de sentidos, que tienen la capacidad de remitirnos a otros símbolos o signos, a través de sus disposiciones semióticas. En esta propuesta, lo perceptual-fenoménico y lo lógico-cognitivo son dimensiones convergentes de la elaboración de los nuevos símbolos o signos a los que alude Dewey, y por ello estas representaciones (ideas) son, a la vez, cognitivas y tecnológicas. Esto signiica que los procesos de intervención y modelización son concurrentes con los procesos de conocimiento y representación y son las representaciones proyectuales las que permiten realizar acciones de interpretación y de transformación al mismo tiempo.

Esta idea ya no sigue la dirección teórica que le asigna al diseño un papel restringido a la planeación de experiencias y artefactos futuros, sino un rol activo en la construcción del presente, a través de formas de organización y modelización de la situación actual. De allí uno de sus fundamentos epistémicos más relevantes se hace explícito al desarrollar nuevas categorías y aproximaciones cognitivas (no solo técnicas) sobre la realidad. 14 Tanto el concepto de síntesis como el de idea son considerados por la teoría clásica del proyecto con otros signiicados. Ambas se producen cuando la propuesta de diseño tiene una entidad gráica-visual o comunicacional y expone los rasgos distintivos que el nuevo objeto tendrá al materializarse. La idea de diseño o la síntesis proyectual son considerados en un momento muy posterior al que analizo aquí. Por ello sostengo que es en esta instancia inicial donde los procesos de síntesis e ideación juegan un valor trascendente para la disciplina, pero no son generalmente considerados en los estudios sobre sus dinámicas y procesos metodológicos constitutivos.

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De algún modo, este concepto está implícito en la deinición que Ladrière (1978) propuso tanto para la ciencia como para la tecnología como una “intervención sistemática en el curso de las cosas” (p. 31), ya que conocer no es el resultado de una mera contemplación (teórico-especulativa) o hermenéutica, sino un proceso dinámico, donde la modelización de la “realidad” ya es una instancia de intervención y, de algún modo, la altera. Por ello, todo el proceso de diseño en esta instancia de síntesis reconstructiva desarrolla signiicados implicados en las ideas (simbólicas) y en sus “vocaciones” relacionales con otras ideas también simbólicas, por lo que todo este proceso opera con entidades semióticas diversas en una cadena o red de re-signiicación continua, donde la categoría clásica de “realidad” pierde su connotación tradicional. Si bien en el dominio proyectual se representan entidades y relaciones del dominio empírico-fenoménico, no son estas las únicas representaciones que se producen en el proyecto. Pueden producirse otras que enriquecen la síntesis situacional y que funcionan como “excedentes” que inducen nuevos niveles de complejidad a la situación problemática considerada como punto de partida. En este territorio proyectual, los denominados mecanismos de descubrimiento y justiicación no pueden ser ya distinguidos como dimensiones polares del diseño. Esta etapa representacional, en oposición con la teoría clásica del proyecto, es plenamente experimental; en ella algunos rasgos de la situación problemática se vinculan con las ideas a través de estructuras semióticas a manera de redes de signos que reieren a otros signos. Las dinámicas reticulares permiten en este “laboratorio” producir la interacción entre: (i) “hechos-fenómenos” construidos a partir de la situación y devenidos en problemáticos por su indeterminación, (ii) sujetos protagonistas, cargados con experiencias, demandas, valores y formas particulares de percibir, adaptarse y experimentar el hábitat, (ii) ideas encarnadas en signos o símbolos que capturan nuevos sentidos o signiicados, y (iii) discursos, razonamientos, conexiones y elaboraciones proyectuales que analizan las consecuencias pragmáticas de estas articulaciones a in de avanzar en el proceso de síntesis. Los “hechos-fenómenos” a los que se alude en esta construcción no son entidades preexistentes o “datos objetivos” sino re-presentaciones originales que se constituyen en la actividad de proyecto. No se da una distinción ontológica entre hechos y constructos bajo la lógica del cartograiado, sino un entramado reticular de diferentes descripciones de distinto nivel de sentido y con la participación de estructuras constitutivas diversas. Para Dewey, ““the carrying on of inquiry requires that the facts be taken as representative and not just as pre-sented. This demand is met by formulating them in proposition - that is, by means of symbols”” (ibíd., p. 114). La construcción simbólico-representacional del mundo en el campo proyectual se explica entonces por medio de la función exploratoria o investigativa de sus prácticas. Sin embargo, esta idea no posee consenso en la teoría del diseño actual, aunque esta cuestión no será abordada aquí ya que su tratamiento requiere un desarrollo que excede el espacio y los objetivos de esta contribución. Sin embargo, considero que si es posible sostener –aunque de modo controversial- que proyectar es investigar proyectualmente, re-construir el mundo a partir de nuevas formas de relación entre sus componentes (humanos y no humanos). Por ello el proyecto es tanto una actividad tecnológica de transformación e intervención sistemática como de conocimiento e interpretación del mundo. Quizás los arquitectos no hemos aprovechado todavía esta compleja condición y no hemos explotado suicientemente su dimensión cognitiva, para acreditar estos nuevos saberes en el contexto clásico de la investigación cientíica de nuestra disciplina. En particular, considerando que el conocimiento no es solo discursivo o sapiencial, sino que también puede ser constituido en el proceso de relaciones que se dan en la dinámica de la construcción cultural, cuestión que Hutchins (1996) ha concebido como conocimiento expandido y que se prolonga más allá de las mentes de las personas y tiene lugar. Las condiciones están dadas, el desafío continúa vigente.

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Conclusión En función de los objetivos ijados es posible realizar las siguientes conclusiones sobre las categorías que se proponen para la búsqueda de una nueva imagen de la disciplina. 1. Los aportes actuales en teoría del diseño no han revisado aún el fundamento sobre el que se asientan la mayoría de sus airmaciones. El elevado consenso que aún se tiene sobre la noción de problem solving y la planiicación de lo artiicial descansa sobre un paradigma ontoepistémico realista y dicotómico de la realidad. La separación aparentemente nítida de la naturaleza del mundo como sede de los “problemas de la realidad” y del proyecto como espacio de creación y concepción simbólica de los nuevos objetos arquitectónicos da lugar a una teoría que requiere de una correspondencia y validación externa de las propuestas. En este sentido he aportado la categoría de problematización para pensar la relación mundo-proyecto desde un paradigma dialéctico-constructivo, en el que se sostiene un monismo representacional y una co-constitución coevolutiva de la realidad en el mismo momento en que se opera el proceso proyectual. Esto permite abandonar la idea de problema como entidad previa al diseño y reconstruir el camino metodológico como una dinámica de constitución original de las variables que intervienen en la situación de intervención proyectual. Este avance no es trivial, ya que permite visualizar al diseño como un proceso de construcción del mundo, no solo en una dimensión material sino también simbólico-signiicativa. Es decir que las relaciones e interacciones que se representan en el proyecto implican ya una modiicación de la realidad al habilitar nuevas condiciones de posibilidad para la experiencia vital. Por lo tanto, conocer e intervenir no son ya dinámicas contrapuestas sino complementarias. Desde este punto de vista el proyecto se instala como un proceso de conocimiento del mundo, aunque no contemplativo o hermenéutico sino interventivo y tecnológico, situándose en el concepto de conocimiento expandido introducido por Hutchins. 2. La noción clave para la comprensión de este nuevo escenario es la categoría de re-presentación. Tradicionalmente, en la teoría del diseño la representación se vincula a formatos de registro gráico, ya sea por medios analógicos o digitales. Sin embargo, la representación es un concepto con una larga tradición en la ilosofía, en las teorías del arte, en las ciencias cognitivas y en la semiótica. En estos campos, ha perdido su connotación de registro y ha cobrado signiicatividad como proceso de modelización original de las dimensiones empíricas del mundo a través de sus procedimientos simbólicos. La re-presentación convierte al contexto empírico en un ámbito fenoménico, cuyas entidades ya no son datos “objetivos” de la realidad, sino constructos tanto objetivos como subjetivos, al expresar también los encuadres y perspectivas que los sujetos ensayan cuando abordan el análisis de “lo real”. Es por ello que incluso Hacking ha planteado a la representación como la condición en que la realidad puede manifestarse y no a la inversa. La construcción de la “situación de intervención proyectual” es ya una creación, una entidad original emergente de los procesos de problematización y representación. Por la propia naturaleza de este proceso representacional, es el mismo proyecto el que constituye en su dinámica a los componentes básicos de la actividad: los sujetos, las demandas, la situación, los objetos, los parámetros, etc. Por ello la representación es un modo de crear nuevos contenidos, objetos y discursos y no de mostrar de modo diferente lo que ya existe. 3. El mecanismo que permite tanto la representación como la problematización es una función básica del pensamiento proyectual que aquí he presentado como investigación proyectual. Todo proceso de coniguración, determinación, creación o síntesis de algo indeterminado es, por naturaleza, un proceso de investigación. He mostrado a partir de la propuesta de Dewey, la posibilidad de pensar que diseñar es investigar proyectualmente, en tanto que la investigación que se produce en el proyectar permite dar entidad tanto a la situación de intervención como a la estructura de la propuesta arquitectónica, incluso de modo co-evolutivo. Es la investigación la que permite desarrollar procesos exploratorios y experimentales para revelar las instancias de relación que cada propuesta expone y, con ella, la coherencia de sus elementos vinculados entre sí. Así, la naturaleza relacional del mundo se condice con

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la naturaleza relacional de la arquitectura y de los procesos proyectuales. Por ello es posible analizar una obra y distinguir en ella “empotrados” algunos elementos claves de la cultura que la generó, de las pautas sociales y de uso que se derivan de su coniguración y las ideas o valores que acompañaron sus condicionantes expresivas. Cada objeto arquitectónico es un signo que puede connotar signiicados ocultos e implícitos de la cultura que le da sentido. Estos contenidos simbólicos se entrelazan en el proyecto mediante la investigación, es decir, la determinación relacional de entidades cognitivas, valores, disposiciones materiales, registros perceptuales, etc. En deinitiva, considero que las categorías de problematización, representación e investigación coniguran un camino plausible para renovar la imagen simpliicada de la teoría del diseño y adecuarla a una concepción más compleja, relacional y epistémica; abierta a producir un diálogo con otras expresiones vinculadas con el proceso representacional y más crítica con la imagen heredada de sus instancias fundacionales como disciplina epistémica.

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PAISAJE SONORO URBANO “SOUNDWALK” COMO MÉTODO DE ANÁLISIS INTEGRAL

Urban sound landscape “Soundwalk” as a method of integral analysis

Arturo Raúl Maristany 1

RESUMEN

ABSTRACT

Este trabajo se orienta al estudio de las variables que inluyen en la percepción acústica de los espacios exteriores, los tipos de sonidos, y el nivel de aceptación que los mismos producen, mediante el uso de descriptores acústicos y psicoacústicos. Los resultados alcanzados permiten veriicar que el nivel sonoro objetivo por si mismo no es indicador suiciente de la calidad acústica de un espacio urbano, se identiican una serie de variables que inluyen en la caracterización acústica de un ámbito urbano: la actividad desarrollada y su relación con los niveles de percepción de sonidos naturales, humanos y tecnológicos. El estudio de la calidad acústica en el área central de la ciudad de Córdoba permitió analizar las diferentes reacciones y grado de aceptación de los usuarios de espacios urbanos abiertos en los que las condiciones acústicas objetivas son similares. El enfoque implica un desarrollo metodológico integral que tenga en cuenta la interacción entre personas, sonido y contexto. Se propone un enfoque metodológico para el análisis del paisaje sonoro, basado en una mecánica práctica para la evaluación objetiva, la integración y la interrelación de cuatro descriptores acústicos seleccionados: nivel sonoro, sonoridad, nitidez y contenido de baja frecuencia, relevados mediante la técnica del soundwalk.

This research aims to deepen the study of variables that affect the acoustic perception of urban open spaces, the types of sound sources and the level of acceptance they produce on users, by means of acoustic and psychoacoustic descriptors. The obtained results allow verifying that the objective sounds levels on their own are not adequate indicators of the acoustic quality of an urban space. There are a number of variables that inluence the urban acoustic features such as: the main developed activity and its relationship with the levels of perception of natural, human and technological sounds. The study of the acoustic quality of urban public spaces in the central area of Córdoba, when the objective acoustic conditions are similar, allows the analysis of the different reactions and degrees of users’ acceptance in outdoor spaces. The perspective also involves a comprehensive methodological development which takes into account the interaction among people, sound and context. A methodological approach is proposed for the analysis of the soundscape, based on a mechanical practice for objective evaluation, integrating and interrelating four acoustic descriptors selected: sound level, loudness, sharpness, the low frequency content, collected by applying the soundwalk as a research tool.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Paisaje sonoro; espacios urbanos; percepción sonora

Soundscape; urban open space; sound perception

Arquitecto (FAUD / UNC, 1989). Doctor en Ingeniería Acústica. Universidad Politécnica de Madrid – UPM (2013). Magíster en Energías Renovables, Aplicaciones en la Construcción, UNIA (2000). Profesor Titular DE por Concurso de la Cátedra de Instalaciones IIB, FAUD-UNC. Director del Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (CIAL-FAUD-UNC). Director de la Carrera de Posgrado Especialización en Tecnología Arquitectónica Escuela de Graduados, FAUD-UNC. Profesor de posgrado en la Especialización en Tecnología Arquitectónica, en la Especialización en Planiicación y Diseño del Paisaje y en el Doctorado en Arquitectura en la Escuela de Graduados, FAUD-UNC. Director de proyectos de investigación con subsidio SeCyT desde 2004. Presentación y publicación con referato de trabajos en revistas, congresos y encuentros nacionales e internacionales. 1

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Introducción La problemática acústica urbana Los estudios e investigaciones en relación al problema del ruido en las ciudades y sus efectos en la población, han seguido en general dos grandes líneas prioritarias: la evaluación cuantitativa de los indicadores acústicos y el análisis subjetivo de la respuesta que tiene los habitantes (Arana, 2009; Sommerhoff, 2004; Suarez Silva, 2002; Recuero, 1998). El análisis cuantitativo ha tenido un gran desarrollo, desde el relevamiento a partir de mediciones en los sitios en estudio hasta las actuales técnicas de simulación que permiten predecir el comportamiento acústico objetivo de la ciudad frente a cambios urbanísticos o de tráico (Suarez, 2000). La evaluación subjetiva tiene como objetivo la búsqueda de una relación entre los indicadores de ruido y los efectos de daño o molestia que el ruido tiene en los habitantes. Esta relación en general es identiicada como dosis-efecto o, de acuerdo a la OMS, “exposición-respuesta”. El análisis subjetivo se realiza principalmente a nivel de la molestia, basado en la importancia que la misma tiene en relación a la cantidad de personas afectadas. Los estudios subjetivos, basados en deinir los niveles de molestia, han permitido un importante avance en la evaluación del impacto que el ruido urbano tiene sobre las personas, sin embargo aún falta profundizar en la relación entre los indicadores acústicos objetivos y las variables personales subjetivas (Germán González, Santillán, 2006). Para la Organización Mundial de la Salud (Berglund, 1995) el manejo del ruido en las ciudades en desarrollo debiera contemplar entre otros el siguiente paso: Evaluar la efectividad de las políticas de ruido en cuanto a reducir la exposición y los efectos adversos a la salud, y a mejorar los paisajes sonoros que brinden apoyo. En la misma línea se observa que, junto con los parámetros físicos objetivos analizados normalmente en los estudios cuantitativos (intensidad y análisis en frecuencia), es necesario contemplar otros factores subjetivos en relación a las maneras que se percibe el sonido, no solo respecto a la respuesta subjetiva de los habitantes en sus viviendas o espacios institucionales, sino también en el confort acústico de los ámbitos exteriores que conforman el paisaje urbano. Es así que en los últimos tiempos existe la tendencia a poner atención no solo en los aspectos negativos del ruido, principalmente la molestia, sino también en la calidad acústica del espacio. Este enfoque implica el concepto de diseño del ambiente sonoro como etapa superadora del control o reducción del ruido a límites aceptables. El enfoque implica un desarrollo metodológico integral que tenga en cuenta la interacción entre personas, el sonido y contexto (Raimbault, 2005; Zhang, 2007; Szeremeta, 2009). El Comité Internacional de Efectos Biológicos del Ruido (ICBEN) considera que un ambiente sonoro debería promover la salud, la interacción social y proporcionar bienestar físico, mental y social (Gjestland, 2002). Los estudios con esta orientación comienzan a relejar que “cada situación urbana se deine por su propio paisaje sonoro, cada uno releja una cultura urbana que evoca experiencias de vida y una conexión sensible con el ambiente” (Quintero, Recuero, 2007, p.5). Esta cultura urbana es particular y propia de cada sociedad.

Soundscape o paisaje sonoro El criterio de paisaje sonoro (del inglés soundscape) traslada la problemática del estudio del ambiente acústico desde los espacios o áreas habitacionales, enfocado desde la molestia que produce el ruido, a los espacios urbanos abiertos de uso colectivo, estudiado a partir de la capacidad de los sonidos dar identidad y calidad a un espacio. El concepto de paisaje sonoro o soundscape fue propuesto por Raymond Murray Schafer en 1969 bajo el principio de que el sonido debería ser considerado como un medio de comunicación entre el hombre y el ambiente urbano (Schafer, 1969). El concepto acuñado por Schafer es expresado como el “entorno sonoro concreto de un lugar real determinado, y que es intrínsecamente local y especíico a cada lugar” (Schafer, 1994, citado por Rodrigues, 2013, p.28), (Fig. 1). La terminología de Schafer ayuda a expresar la idea de que el sonido de una localidad

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particular puede manifestar la identidad de una comunidad de tal manera que los asentamientos pueden ser diferenciados por su paisaje sonoro. Los ambientes urbanos se caracterizan por la multiplicidad de fuentes sonoras, con diferentes características acústicas, temporales o semánticas. La calidad sonora de una escena urbana se caracteriza por un equilibrado balance entre las fuentes. En los ambientes acústicos de alta idelidad, los sonidos positivos se destacan sobre un sonido de fondo con menor entidad y calidad que queda en segundo plano. Cuando ese sonido de menor calidad deja la condición de fondo para pasar a primer término el ambiente acústico se deine como de baja idelidad o baja calidad ambiental.

Fig. 1. Conceptualización del paisaje sonoro

Por lo anterior es necesario que las fuentes sonoras, presentes en un ambiente urbano, sean reconocidas y organizadas, tanto por sus características físicas acústicas objetivas, como por su contenido semántico. Para Kang (2010) es importante buscar los signiicados que las fuentes sonoras tienen para los habitantes de un lugar especíico. Estos signiicados se evidencian de manera directa en las reacciones de los habitantes frente a los estímulos sonoros, con asignación de atributos tales como apropiado, irritante, agradable, entre muchos otros. Diversos autores han trabajado sobre la relación entre fuente sonora y reacción subjetiva (Schulte-Fortkamp, 2007; Guastavino, 2006), determinando el impacto que tienen estos atributos subjetivos en la evaluación del paisaje sonoro y demostrando que el nivel de molestia causado no puede ser el único indicador de evaluación. Este tipo de estudio obliga al análisis cualitativo del ambiente sonoro, por lo general a partir de encuestas realizadas de manera simultánea a las mediciones de ruido (Zannin, 2003; Llimpe, 2006). El análisis y evaluación del paisaje sonoro de un espacio público abierto es complejo y puede ser realizada clasiicando los diferentes factores a partir de cuatro componentes básicos: los sonidos, el espacio, la gente y la interacción entre los parámetros acústicos y otros elementos físicos del ambiente (Yang, Kang, 2005). A su vez, los sonidos que componen el paisaje sonoro de un ambiente pueden ser clasiicados según su origen en sonidos naturales, tecnológicos y humanos. El estudio de los sonidos de un espacio sonoro basado en esta clasiicación permite identiicar el origen de aquellos sonidos que son considerados positivos y caracterizadores del paisaje. En la igura 2 se muestra una serie de sonidos típicos de los espacios abiertos basada en los relevamientos y encuestas realizadas en el área central de la Ciudad de Córdoba (Maristany et al. 2016).Del estudio citado, surge que los sonidos de origen natural son mejor recibidos que los de origen tecnológico o culturales generados por el hombre. Los niveles de aceptación son variables evidenciándose una tendencia de mayor aceptación a los sonidos naturales y humanos por encima de los tecnológicos. El nivel de aceptación o molestia depende en todos los casos del tipo de actividad, los espacios destinados a las ferias o actividades recreativas poseen un nivel de aceptación superior a los sonidos de origen

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humano como las conversaciones o la música. Los espacios destinados al paseo o descanso son caliicados positivamente cuando el nivel de presencia de los sonidos naturales aumenta y por lo tanto los sonidos de origen humano son caliicados como molestos cuando su nivel de presencia tiende a enmascarar los naturales. Es esperable que los sonidos naturales sean los de mayor aceptación y los de origen tecnológico los menos reconocidos como identiicadores de un paisaje. En general la calidad de los ambientes sonoros denominados “hi-i” está determinada principalmente por la claridad con que los sonidos positivos, que caracterizan y dan identidad al ambiente, son escuchados y se destacan como imagen por sobre un fondo sin llegar a ser enmascarados.

Fig. 2. Niveles de presencia y aceptación de sonidos humanos, naturales y tecnológicos en espacios urbanos del área central de la Ciudad de Córdoba

Técnicas e indicadores de análisis del paisaje sonoro La evaluación del paisaje sonoro es un proceso multidisciplinar complejo, donde la acústica se relaciona con otras disciplinas como la sociología, la psicología y las estadísticas. (Yu, Kang, 2008). El nivel sonoro es un factor importante para la evaluación subjetiva de un entorno acústico aunque se ha demostrado en muchos estudios que los descriptores referidos a las molestias por ruido y los indicadores acústicos físicos no se correlacionan totalmente. Para M. Raimbault (2005) la calidad del sonido no se puede determinar solamente por una medida simple, tal como el nivel de presión sonora (LAeq). La opinión humana respecto al ruido, en contraste con un instrumento físico tal como un medidor del nivel sonoro, no es absoluta y se basa principalmente en el signiicado de los sonidos en el marco de la relación entre las fuentes que emiten el ruido y las personas que se exponen a él. El nivel de presión sonora (LAeq) deja información estandarizada. Sin embargo, aún desde un punto de vista físico, la noción de la intensidad global para estímulos acústicos complejos como paisajes sonoros urbanos son problemáticos. Los parámetros estadísticos tal como magnitud y el nivel de fondo dan mayor información sobre los paisajes sonoros urbanos. (Raimbault, 2003). Un ruido de

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fondo bajo puede hacer que la gente se sienta más tranquila, aun cuando el ruido en primer plano alcance eventualmente altos niveles. A partir de determinados niveles, según Yang aproximadamente 73 dBA, existe una buena correlación entre la evaluación subjetiva y el Laeq, siendo esta correlación pobre para niveles inferiores (Yang, 2005). Diversos trabajos van siguiendo en los últimos años una línea de investigación, orientada a articular las mediciones objetivas de ruido urbano con criterios de confort acústico de los espacios urbanos exteriores analizados. En su mayoría se basan en un estudio comparado entre parámetros acústicos objetivos medidos y encuestas simultáneas de la reacción de los usuarios de los espacios exteriores analizados (Raimbault, 2003; Yang, 2005; De Coensel, 2006; Rychtarikova et al, 2008). La calidad del ambiente acústico de un espacio urbano depende de los niveles de presencia y/o molestia de determinados sonidos naturales, humanos y tecnológicos y del nivel sonoro, LAeq, del ambiente en general. Pero también es evidente que este parámetro no es suicientes por si solo, y que es necesario incorporar variables que tengan relación con los mecanismos de percepción de los usuarios. En este sentido se propone el análisis de los escenarios acústicos mediante indicadores psicoacústicos, destinados al estudio de la calidad, con el objetivo de veriicar la interrelación con los indicadores objetivos y subjetivos relevados. Los descriptores psicoacústicos como la sonoridad (loudness), la aspereza (roughness), la nitidez (sharpness) y la fuerza de luctuación (luctuationstrength), permiten disponer de indicadores objetivos con capacidad de ser aplicados para evaluar las propiedades de los sonidos y relacionarlo con la calidad subjetiva que poseen. Estos descriptores derivan de los análisis estadísticos de test subjetivos de calidad. Por el momento solo la sonoridad (loudness) ha sido estandarizada (ISO 532 B) el resto aún se encuentran en proceso de estudio de su capacidad predictiva y iabilidad. Sea por medio de descriptores, o de manera empírica a partir de los test subjetivos, la psicoacústica estudia el sonido desde el punto de vista de su percepción subjetiva buscando las relaciones existentes entre el estímulo físico y la respuesta psicológica que provoca en las personas. Los descriptores psicoacústicos se han desarrollado inicialmente para deinir la calidad acústica como uno de los parámetros de importancia en la calidad de un producto, tratando de satisfacer al mayor grupo de consumidores (Keiper, 1997; Orield, 1992; Schulte-Fortkamp, 2007b). Diversos autores han comenzado en los últimos tiempos a aplicar los criterios de análisis psicoacústicos, originalmente destinados a la calidad de productos, a la evaluación de situaciones de carácter ambiental como los paisajes sonoros. La sonoridad y la nitidez dan información importante del carácter de una escena sonora con información sobre los componentes del sonido: nivel y frecuencia (Semidor, 2005). La sonoridad aumenta con el nivel de ruido ambiente, mientras que la nitidez lo hace en función de las componentes de media o alta frecuencia y de los sonidos provenientes de actividades sociales humanas. En evaluaciones realizadas con escenas sonoras grabadas en los espacios reales y reproducidas en laboratorio se observa una relación entre estos descriptores objetivos y la opinión subjetiva de los oyentes sometidos a las pruebas (Chartier, 2005). Klaus Genuit (2006) considera que el paisaje sonoro es la superposición compleja de sonidos naturales, humanos y tecnológicos, y su forma de percepción. El ruido que produce cada fuente de manera individual se puede medir y evaluar a partir de parámetros objetivos. Sin embargo, el efecto producido por cada una de las diferentes fuentes de sonido individuales que se superponen en un ambiente sonoro no puede ser transferido a la molestia global del entorno sonoro completo. Se deberán evaluar también los efectos producidos por el enmascaramiento, el refuerzo sonoro, entre otros. También “deben ser adecuadamente considerados los aspectos físicos, los aspectos psicoacústicos, teniendo en cuenta el procesamiento humano de las señales y cognoscitivo, los aspectos psicológicos, observando variables tales como contenido de información, aceptación de las fuentes sonoras, actitud del oyente” (Genuit, 2006, p.6). La aplicación de descriptores psicoacústicos permitirá avanzar en las evaluaciones del paisaje sonoro mejorando la evaluación perceptual relacionando la calidad del sonido ambiental con el nivel de molestia esperada.

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“Soundwalk” como herramienta de análisis de un paisaje sonoro El método del recorrido sonoro, o soundwalk, es una técnica apropiada y cada vez más utilizada en el campo de la exploración subjetiva de los componentes del paisaje sonoro. La práctica fue ideada en la década del 60 por Schafer, en la Universidad Simon Fraser en Canadá, como un método empírico destinado a identiicar los componentes y características de un paisaje sonoro en diferentes localizaciones. Hidelgard Westerkamp (1974), profundiza las posibilidades de la práctica del recorrido sonoro y desarrolla bases metodológicas para su aplicación como herramienta de análisis. Deine el recorrido sonoro como una caminata o excursión destinada principalmente a escuchar el ambiente. Destaca la importancia de la técnica para un producir un mayor acercamiento entre el hombre y el ambiente en ciudades donde el contacto con la naturaleza tiende a ser reducido. Varios equipos de investigación posteriores han rescatado la técnica del recorrido sonoro como herramienta para el relevamiento de datos (Venot, Semidor, 2006; Lee, Jeon, 2008; Adams et al., 2008; Nilsson et al., 2012; Stasko-Manzur, 2015). Éstos desarrollan y amplían la técnica original de Schafer o Westerkamp, pasando del primer concepto de recorrido perceptual a un método integral que permite el relevamiento sistemático y organizado de datos objetivos y subjetivos destinados a caracterizar un paisaje sonoro. La técnica del recorrido sonoro es, en su esencia, coherente con la estructura dinámica y en permanente cambio de una escena sonora urbana. Es así que la técnica fue y es utilizada para el diagnostico individual, donde el investigador se involucra directamente en el relevamiento perceptual, o en grupos, con el objetivo de obtener datos estadísticos; también con posible uso de grabaciones y/o mediciones. De tal manera que el recorrido sonoro es una herramienta para el diagnostico sonoro que permite múltiples diseños metodológicos, en su dinámica e indicadores analizados, adaptados a lo que el investigador pretende relevar del paisaje sonoro.

Recorrido sonoro – caso de estudio en Córdoba Como primer paso, para el diseño de un recorrido sonoro, es necesario deinir con anterioridad: uno o varios transcursos con puntos singulares posibles en donde las características de la escena sonora puedan diferenciarse, y también los indicadores o parámetros que serían relevados, junto con la técnica o instrumental a utilizar. Las iguras 3 y 4 muestran dos trayectos sonoros, realizados en el marco de un estudio de paisajes sonoros en el área central de la Ciudad de Córdoba. El primero (igura 3), articula sectores peatonales, plazoletas, avenidas y diferentes puntos de la plaza San Martín, con un total de ocho escenas sonoras. El segundo (igura 4), se corresponde con el conjunto Paseo Sobremonte y plazas Italia e Intendencia, con un total de once escenas diferentes desde el punto de vista acústico perceptual, pero similares en su condición de ruido urbano objetivo. Para la instrumentación de los recorridos sonoros se propuso, en cada punto o escenario preestablecido, la implementación de las siguientes técnicas de recopilación de datos objetivos y subjetivos: aplicación de cuestionario, grabación de los eventos sonoros y medición de los niveles sonoros. La técnica, aplicada en el trabajo de campo realizado en el área Central de la Ciudad de Córdoba (Argentina), ha permitido detectar y reconocer la existencia de espacios exteriores o escenas urbanas donde, a pesar de poseer idénticas condiciones acústicas objetivas, la respuesta desde el punto de vista del confort acústico es diferente. Los espacios urbanos abiertos adoptados para el estudio poseen sensibles diferenciaciones en aspectos tales como fuentes sonoras, características espaciales y de coniguración, tipos de usuarios y condiciones ambientales generales. Los casos de estudio seleccionados han permitido el relevamiento de datos objetivos y de la respuesta subjetiva del usuario, lo cual ha sido fundamental para la búsqueda de indicadores adecuados para determinar el potencial semántico de los sonidos estudiados y su interrelación con los componentes del paisaje urbano.

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Fig. 3. Recorrido sonoro (soundwalk) – Córdoba – Peatonal – Plaza San Martín

Fig. 4. Recorrido sonoro (soundwalk) – Córdoba – Paseo Sobremonte – Plazas Intendencia - Italia

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Los recorridos se realizaron con un grupo de referencia previamente capacitado, las encuestas realizadas en cada punto son aplicadas al grupo de referencia como también a potenciales usuarios del sector. La aplicación del un cuestionario en cada punto singular o espacio permite deinir el nivel de confort de los usuarios de los espacios exteriores analizados. El cuestionario, basados en preguntas abiertas y cerradas están dirigidos a aspectos generales sociológicos y particulares en relación al espacio físico a evaluar y la caracterización del paisaje sonoro del mismo. El cuestionario aplicado en el marco de este trabajo ha tomado como referencia general el desarrollado en el proyecto europeo Silence (Semidor et al., 2007). Contiene una estructura con preguntas iniciales destinadas a caracterizar el peril sociológico del usuario, luego la evaluación general del paisaje del espacio urbano analizado y inalmente la caracterización de las fuentes sonoras y el grado de molestia (Maristany, Recuero, 2010). Siguiendo los criterios ijados por trabajos similares se adoptaron para la caracterización la aplicación de escalas semánticas de cinco categorías como máximo (Raimbault et al., 2003; Nilsson et al. 2007).

Fig. 5. Síntesis de datos de una escena sonora – Interior Plaza San Martín

A los efectos de la evaluación objetiva de las escenas acústicas en estudio se realizaron mediciones estadísticas. Los parámetros medidos fueron el nivel sonoro continuo equivalente (LAeq) en bandas de tercio de octava desde 12,5 Hz a 20 KHz. En general se han respetado los lineamientos dados por la norma ISO 1996 para la descripción, medición y evaluación del ruido ambiental. En forma simultánea a las mediciones de parámetros físicos y encuestas subjetivas se realizó una grabación de cada escena sonora en estudio destinada a su posterior análisis. Las grabaciones fueron realizadas con un grabador digital con dos micrófonos de condensador dispuestos en posición estéreo X/Y y grabación de audio hasta 24bit/96kHz en tarjetas SD/SDH. El formato de grabación utilizado es .wav con una frecuencia de muestreo de 44.1 Khz. A partir de los archivos de audio se calculan los parámetros psicofísicos (sonoridad y nitidez) y se graican los espectrogramas. La igura 5 sintetiza, para una escena sonora, los aspectos relevados e indicadores resultantes de uno de los puntos del recorrido analizado.

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Relaciones entre descriptores acústicos y psicoacústicos La descripción de la calidad sonora subjetiva de un espacio urbano mediante indicadores objetivos, que permitan en última instancia prever variables paisajísticas que inluyan positivamente, requiere el manejo simultáneo de descriptores físicos acústicos (como el nivel de presión sonora, la composición espectral, y la variación temporal) y descriptores psicoacústicos (como la nitidez y la sonoridad). De tal manera que se propone el uso combinado de cinco descriptores o parámetros, indicados en la igura 6.

Fig. 6. Descriptores para la calidad sonora del paisaje

La caliicación sonora de cada descriptor por separado no puede ser extendida al ambiente sonoro, dado que en realidad interactúan para dar el carácter sonoro deinitivo al espacio urbano. En deinitiva cada indicador o descriptor inluye de manera diferente según sea la relación con los otros parámetros a considerar. Cuando el nivel de intensidad sonora (LAeq) se encuentra por debajo de los 60 a 70 dBA comienza a tomar importancia el concepto de nivel de aceptación en combinación con el de molestia. Los 60-70 dBA tomados como límite de referencia se corresponden al nivel sonoro en el espacio urbano y siempre que el sonido característico del ambiente, que en ningún caso es el ruido de tránsito, no se encuentre enmascarado. Esta situación por lo general se corresponde con una buena relación igura fondo (L10-L90). En algunos espacios, niveles de ruido de tránsito por debajo de estos valores siguen siendo caliicados como negativos, debido a la falta de sonidos propios característicos. En cambio niveles altos son considerados positivamente en situaciones donde el nivel de referencia es superado por fuentes particulares como: música: propia del espacio y relacionada con la actividad, conversaciones, ruido de feria o sonido del agua. En estos casos el sonido positivo es enmascarante del sonido intruso. Para la evaluación de los ambientes sonoros, las dos magnitudes básicas psicoacústicas, sonoridad y nitidez, han demostrado ser eicaces para evaluar el volumen y la coloración tonal de los sonidos.

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En general altos valores de nitidez se relacionan con una calidad acústica positiva. La nitidez (sharpness) es el parámetro psicofísico que relaciona de manera inmediata el ambiente acústico de los espacios exteriores con su calidad sonora subjetiva. Es un parámetro que depende del contenido de alta frecuencia del sonido analizado, permitiendo evaluar, entre otros aspectos, la coloración tonal. En general una disminución de la nitidez implica una pérdida en la calidad sonora del espacio. La presencia, permanente o transitoria, de sonidos con contenido importante de altas frecuencias modiica de manera inmediata el valor de la nitidez. Los componentes del paisaje que contribuyen a la mejora de la nitidez son, desde el punto de vista físico, las fuentes de agua, los arboles y aquellas instalaciones urbanas capaces de producir sonidos con un importante contenido de frecuencias medias y altas. Las voces y la música son otra alternativa desde el punto de vista de la componente social, la composición armónica de estos sonidos son fundamentales para el aumento de la nitidez.

Fig. 7. Inluencia del agua en movimiento en la nitidez y calidad del paisaje sonoro

Las fuentes de agua, surtidores o agua en movimiento es una de las fuentes sonoras que se destacan como de mayor aceptación por parte de los usuarios. Su composición espectral eleva de manera importante el valor de nitidez. En la igura 7 se muestran las variaciones de la nitidez para dos escenas sonoras (en Plaza San Martin - escena 7 y Paseo Sobremonte - escena 3). La nitidez de la escena 7 se compara con una zona alejada de la fuente. Se observa así que los pequeños sectores cercanos a las fuentes de agua presentan una calidad sonora muy diferente al resto de la plaza. En la caliicación subjetiva se observa como la calidad en esos sectores aumenta considerablemente, de 2.4 (regular) a 4.7 (muy buena). La caliicación subjetiva alcanzada en la escena 3 del paseo Sobremonte se modiica substancialmente estando o no la fuente de agua en funcionamiento. Ello demuestra que no es suiciente el control de ruido exterior para aumentar la calidad sonora, sino también, principalmente por las actividades que se realizan en este caso, incorporar una fuente de ruido propio característica. Como resultado, se observa que la calidad acústica del espacio pasa de “hi-i” en (a) a “lo-i” en (b), se destaca el aumento de la nitidez de un valor promedio de 2,2 acum a 3.6 acum.

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La diferencia LCeq-LAeq es muy buen descriptor del contenido de bajas frecuencias de la escena sonora urbana. Una diferencia alta representa una alta presencia de sonidos de baja frecuencia que en la totalidad de los casos analizados se relaciona con la presencia de ruido de tránsito. Toda fuente sonora involucrada en un espacio urbano inluye en la sonoridad inal, sobre todo cuando los sonidos incorporados tienen componentes en frecuencia diferentes. Se suele considerar que valores altos de sonoridad implican una caliicación acústica negativa del espacio urbano. Pero no siempre es así, es necesario evaluar la sonoridad a la par de otros parámetros como la nitidez. En la igura 8 se compara la sonoridad y la nitidez de una misma escena sonora. Se observa que en los intervalos 1 y 2 la sonoridad alcanza niveles similares, pero la nitidez es muy superior en 2 que 1. El intervalo 1 está dominado por el ruido de transito mientras que el 2 está dominado por el canto de los pájaros. El contenido energético espectral en ambas situaciones aumenta la sonoridad, pero la nitidez varia de manera diferente, dando una caliicación de calidad sonora también diferente. La variación temporal de los niveles de intensidad permite la combinación de sonidos de diferente origen y su alternancia, lo cual otorga calidad sonora al espacio urbano. Esta posibilidad se veriica principalmente cuando los niveles de nitidez son medios o altos y el contenido de baja frecuencia (relación LCeq-LAeq) es bajo.

Fig. 8. Plaza San Martín - Cba. Ruido de tráico y canto de aves. Sonoridad vs. Nitidez

Una relación alta de L10-L90 signiica que los niveles de intensidad sonora, en el intervalo de tiempo analizado, tienen una variación signiicativa. La importancia de la relación L10-L90 en la calidad sonora de los espacios exteriores se puede comprender mejor a partir de la comparación de los parámetros o indicadores que deinen objetivamente esa calidad. Una relación L10-L90 alta no es parámetro suiciente para asegurar la calidad sonora del espacio. Si la luctuación del nivel en el intervalo está ocasionada exclusivamente por sonidos no deseados, por ejemplo luctuación en el tránsito vehicular, la calidad será indistintamente baja. Si bien una diferencia alta implica una relación igura fondo más deinida, aspecto que se relaciona con la calidad positiva del ambiente sonoro, no siempre los escenarios sonoros con buena clasiicación poseen una diferencia L10-L90 alta. Los espacios serán caliicados subjetivamente como buenos siempre que la diferencia signiique el destaque

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como igura de los sonidos característicos del espacio por sobre el ruido de fondo y no sea el resultado de variaciones temporales del ruido intruso. Por lo tanto es necesario identiicar cuáles son las fuentes sonoras involucradas en la deinición de estos parámetros estadísticos. En algunos casos existe una diferencia importante de L10-L90 producida por la luctuación temporal del ruido ambiente, si la fuente es de origen tecnológico el ambiente igualmente es considerado como negativo.

Conclusiones - Aportes para el diseño acústico de los espacios urbanos Se destaca la compleja relación existente entre los componentes del paisaje urbano y la calidad del paisaje sonoro resultante. La relación entre los componentes del paisaje urbano y el sonoro no es directa. No se puede establecer un vínculo entre determinados factores físicos del espacio, como pueden ser su forma, proporciones, materiales o equipamiento con la respuesta subjetiva que da lugar a la calidad acústica del paisaje sonoro. Los factores físicos tienen una inluencia acústica indiscutible, ampliamente estudiada por múltiples autores que en muchos casos han alimentado las bases de datos y algoritmos necesarios para la elaboración o simulación de mapas sonoros. Esta inluencia física se reiere a las condiciones de propagación, reverberación y/o patrones de relexión del sonido en un espacio urbano abierto, aspectos que dependen de las proporciones, altura o materiales constitutivos del espacio; paralelamente al control de potenciales sonidos externos que dependen de la capacidad de protección de las eventuales barreras artiiciales o naturales. Así como los componentes físicos inluyen en la propagación, atenuación o intensiicación de los sonidos, a los efectos de dar calidad acústica al paisaje sonoro es necesario incluir las componentes perceptuales y socio-culturales identiicando el origen, formación y composición de estos sonidos (propios al espacio o externos), su relación semántica con el uso del espacio, su signiicado para los usuarios, si son de fondo o marcas sonoras características. Se demuestra que la calidad sonora de los espacios exteriores no dependen de reglas de coniguración físicas preestablecidas sino que por el contrario depende de la interrelación de una serie de factores combinados: físicos y sociales que dan por resultado la calidad acústica inal. En el análisis realizado se ha determinado el alto nivel de aceptación de los sonidos de origen natural y eventualmente humanos por sobre los de origen tecnológico. Aspecto claramente identiicable con el contenido de información de este tipo de sonidos. Se evidencia una interrelación muy clara entre algunos de los componentes del paisaje urbano y el origen de los sonidos involucrados. Los sonidos naturales dependen del equipamiento del espacio urbano: arboles – vegetación. Sonidos de hojas, insectos, aves, fuentes y canales de circulación de agua. La componente física natural es aquí la que juega el rol predominante. Los sonidos tecnológicos dependen de la conformación física del espacio (componente física arquitectónica) y su relación con la trama vehicular, de la superposición de actividades, patrones urbanos y sistemas de apantallamiento o control de la propagación del ruido. Por último, los sonidos humanos dependen de la componente socio-cultural, de la actividad a desarrollar y de las posibilidades que el espacio brinda. Se identiican tres fases o etapas necesarias para abordar el diseño de los espacios urbanos desde el punto de vista de su paisaje sonoro, igura 9: (A) Control de ruido exterior al espacio urbano, (B) Preservar sonidos propios característicos y (C) Incorporar fuentes signiicantes. El control del ruido exterior es el primer paso en la estrategia de diseño. El objetivo es reducir o mitigar el sonido proveniente de fuentes sonoras exteriores, principalmente de origen tecnológico. En general son los sonidos identiicados como desagradables o no deseados en la totalidad de los espacios urbanos exteriores. Una vez superadas las necesarias acciones previas de control de ruido en la fuente, la estrategia se orienta al control en el medio de propagación por distancia o apantallamiento. La distancia implica la implementación de áreas de amortiguamiento cuyos usos sean compatibles con los sonidos de origen tecnológico del las áreas urbanas circundantes. La distancia es acompañada o

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reemplazada por las técnicas de apantallamiento basadas principalmente en la topografía o en el uso de la masa edilicia como barrera. Este primer paso deine el carácter y la composición del ruido de fondo (background). En esta fase la componente del paisaje urbano involucrada es exclusivamente física y los parámetros acústicos afectados son la sonoridad o directamente el LAeq.

Fig. 9. Niveles de intervención en el paisaje sonoro

El segundo paso es preservar o desarrollar sonidos propios que dan carácter al espacio urbano. Son sonidos generados por fuentes propias que de acuerdo a la actividad o uso del espacio son considerados positivos, deseables o agradables. Estos sonidos que conforman el ambiente sonoro de primer plano (foreground) se relacionan de manera directa con la percepción y las condiciones subjetivas de los usuarios. La actividad tiene una importancia fundamental pues es el componente que deine el ambiente sonoro más adecuado. Se corresponde con la expectativa de respuesta en función del destino. En general se relaciona con sonidos de origen natural o de origen humano relacionados con la actividad. La zoniicación de los espacios urbanos según su uso y destino es una de las estrategias de diseño importante, junto con la deinición de usos en relación a los sonidos propios. En esta fase el componente físico de diseño sigue presente en la zoniicación, deinición de límites e incorporación de equipamiento urbano como agua en movimiento y vegetación. Los parámetros acústicos involucrados en la calidad sonora son la nitidez (sharpness) y la relación de contenido de baja frecuencia (LCeq-LAeq) Finalmente, la incorporación de fuentes sonoras signiicantes es el tercer paso. Son las marcas sonoras (soundmarks) las que terminan de dar identidad. En general son sonidos de cualquier origen, pero signiicativos para el grupo social y cultural de destino del espacio. En esta fase las componentes de diseño son casi exclusivamente perceptuales y socioculturales, dependen de la incorporación de sonidos de alto contenido semántico que se destaquen sobre el fondo. Se rescata en esta fase el concepto de igura-fondo, en donde el sonido destacado puede ser por diferencia de nivel o frecuencia. El parámetro acústico utilizado en el análisis para esta fase es la diferencia entre L10-L90. En síntesis, se propone que la calidad acústica de un paisaje sonoro puede ser caracterizada a partir cuatro descriptores combinados: Sonoridad, nitidez, L10-L90 y LCeq-LAeq. Habiendo veriicado que el nivel de presión sonora LAeq no supere los 65 a 70 dBA. La sonoridad (loudness) es un

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descriptor que se correlaciona mejor con el concepto de desagrado. La tendencia general es de mayor caliicación para los ambientes con valores de sonoridad menores. Las condiciones ideales se ubican en valores de sonoridad medios con una buena relación igura – fondo. En cuanto a la nitidez (sharpness) En general valores altos se correlacionan de manera más ajustada con la apreciación positiva del espacio. El centro de gravedad espectral CoG alto o la diferencia LCeqLAeq baja implica mayor presencia de componentes medias y altas en el espectro y en estos casos la calidad sonora de los ambientes urbanos es positiva. L10-L90 representa la relación señal-ruido. Figura fondo. Diferencias altas se relacionan con mayor destaque de los sonidos positivos por encima del fondo y por lo tanto mayor calidad. Un ambiente sonoro “hi-i” implica una nitidez alta, una sonoridad media, bajo contenido de bajas frecuencias (LCeq-LAeq) y suiciente relación igura fondo (L10-L90). Figura 4.11. La distinción entre ambientes sonoros “hi-i” y “lo-i” fue propuesta por Schafer para diferenciar aquellos ambientes sonoros de alta idelidad, donde los sonidos no se sobreponen, tienen perspectiva, primer plano y fondo, de aquellos de baja idelidad donde los planos compositivos se empastan y es difícil discernir entre igura y fondo. Inicialmente Schafer consideraba que los ambientes “hii” eran propios de los pasajes rurales, mientras que la ciudad, principalmente debido al ruido de tránsito, derivaba en ambientes “lo-i”. Una espacialidad marcada es una de las particularidades principales de un paisaje sonoro deinido como “hi-i”. La espacialidad es la característica por la cual percibimos sonidos distantes que se componen con otros que están en un primer plano. Los sonidos en primer plano tienen un ritmo y variación temporal propio que hace que se complementen unos a otros y sean distinguibles por sobre los demás. Gran parte de los sonidos son de baja intensidad. Este tipo de alternancia en muchos casos no es solo temporal, sino también frecuencial. En el paisaje sonoro o ambiente “lo-i” el sonido se percibe como un continuo de alta intensidad que enmascara sonidos distantes o propios característicos. Se ha observado que los parámetros acústicos físicos no pueden por si solos deinir el carácter del paisaje sonoro. Dentro del rango de niveles sonoros aceptables, donde no se produce molestia, el agrado o desagrado de un determinado escenario acústico depende de otros factores relacionados principalmente con la respuesta subjetiva del los usuarios condicionados por patrones culturales o sociales. Evidentemente los sonidos y su capacidad evocativa y caracterizadora del ambiente no pueden ser dejados de lado en la construcción y recuperación de los lugares antropológicos. Esta cultura urbana es particular y propia de cada sociedad. Los espacios públicos, con su paisaje sonoro, forman parte de la construcción de la identidad urbana de una ciudad.

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CONFLICTOS TERRITORIALES EN LA PERIFERIA SUR DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA EN EL SIGLO XXI

Territorial conflicts in the southern periphery of the city of Cordoba in the XXI century

Luciana Buffalo 1 Ana Laura Rydzewski 2

RESUMEN

ABSTRACT

La ciudad de Córdoba, desde inales de la década del noventa experimenta una nueva etapa de expansión urbana, que trae aparejada una reconiguración territorial de la periferia tanto en modalidades de usos de suelo, como en intensidades de ocupación del mismo. En la zona Sur de la ciudad, se registra un avance del uso de suelo residencial que se despliega sobre un sector ocupado tradicionalmente por actividades productivas agrícolas e industriales, y en menor medida por barrios que corresponden a loteos realizados durante el periodo de industrialización en la década del cincuenta. En un contexto de expansión urbana, este trabajo busca aproximarse a la comprensión de conlictos territoriales en la zona sur de la ciudad de Córdoba, en tanto procesos históricos decontinuidades y rupturas, entendiendo al conlicto territorial como un proceso de lucha que toma estado público, entre agentes sociales que pugnan por los recursos materiales y simbólicos existentes.El conlicto emerge cuando actores sociales colectivos inician un proceso de lucha sustentado en un imaginario territorial anhelado, desde una realidad territorial indeseada.

The city of Cordoba, since the late nineties experienced a new phase of urban expansion, which brings about a territorial reconiguration of the periphery in both modes of land use and occupation thereof intensities. In the southern area of the city, an increase of residential land use that unfolds on a traditionally occupied by agricultural and industrial productive activities sector and to a lesser extent neighborhoods corresponding to loteos made during the period of industrialization recorded the ifties. In a context of urban expansion, this paper seeks to approach the understanding of territorial conlicts in the southern part of the city of Cordoba, as historical processes of continuities and ruptures; understanding the territorial conlict as a process of struggle that takes state public, between social agents vying for existing material and symbolic resources. The conlict emerges when collective social actors initiate a process of sustained ighting in a territorial imaginary desired from undesired territorial reality.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Conlictos territoriales; expansión urbana; recursos territoriales

Territorial conlicts; urban sprawl; land resources

Doctora en Geografía de la Universidad Nacional de La Plata – Especialista en Municipio y Desarrollo Territorial de la Universidad Nacional del Comahue - Licenciada en Geografía de la Universidad Nacional del Comahue. Docente Adjunta concursada en grado. Departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba Argentina. Docente de posgrado e Investigadora en la Universidad Nacional de Córdoba. Correo electrónico: lubuffalo@gmail.com 1

Licenciatura en Geografía (Tesista) Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba. Becaria Instituto Nacional del Agua- Centro de la región semiárida, Área de Geomorfología. Cuenta con publicaciones y participación en congresos sobre conlictos territoriales y expansión urbana , y mitigación de amenazas hidrometeorológicas. Correo electrónico:chicheski@gmail.com 2

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Introducción Desde 1990 la periferia sur de la ciudad de Córdoba registra un avance del uso del suelo residencial, en un área ocupada tradicionalmente por actividades productivas agrícolas e industriales, y en menor medida por barrios residenciales con mixtura de usos, que tienen sus inicios o se consolidan hacia la década del `50; en coincidencia con el proceso de industrialización generado a partir de la radicación de iliales automotrices en el área de estudio (Mapa 1).

Mapa 1: Área de estudio: abarca un polígono de 161,73 km2 en el arco sur del ejido municipal de la ciudad de Córdoba; cuyos lados quedan deinidos al Norte por la intersección de la Av. de Circunvalación y calle La Donosa, al Este por la Ruta Nacional Nº9 y inalmente en las direcciones Sur y Oeste por el limite del ejido municipal. Fuente: Elaboración propia

La etapa de expansión urbana iniciada en los`90 y con continuidad en los años subsiguientes, se materializa en el territorio bajo dos lógicas espaciales; una de tipo continua y otra de tipo discontinua. La primera de ellas, se desarrolla bajo la modalidad de barrios abiertos, en colindancia con el espacio urbano consolidado, o por ocupaciónde las áreas intersticiales remanentes al interior de la mancha urbana.La segunda, está constituida por productos inmobiliarios que dinamizan y capitalizan la suburbanización de grupos sociales de ingresos medios altos, en enclaves urbanizados con perímetro cerrado o semi cerrado y loteos rurales. En este caso, la lógica de ocupación se corresponde con el antiguo parcelado agrícola,cuyo vínculo con la trama urbana esta dado solo por las principales vías de acceso de la zona sur de la ciudad. Al año 2016 morfológicamente presentan contigüidad espacial, sin embargo, siguen constituyendo fragmentos homogéneos a su interior (tipología de uso y supericie ocupada) con escasa integración funcional con el entorno territorial inmediato. Estos procesos, acompañado por una (re)deinición de la periferia urbanaasociada a una valoración social positiva3, implican una readecuación del territorio bajo nuevas funciones, formas y normas, que son motorizadas por distintos agentes, con intereses diversos y muchas veces contrapuestos, inmersos en un marco regulatorio que delimita sus márgenes de actuación y que es objeto de luchas. Bajo este contexto, el presente trabajo busca aproximarse a la comprensión de conlictos territoriales

“Las nuevas periferias actualmente no se deinen ya de un modo negativo respecto al centro. En las preferencias de los sujetos que las escogen y las habitan, éstas presentan cualidades medioambientales que el centro no tiene” (Dematteis G., 1998) 3

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en la zona sur de la ciudad de Córdoba4, identiicando continuidades y rupturas con los conlictos históricos existentes. En éste sentido, la construcción de antecedentes sobre los distintos abordajes y posicionamientos epistemológicos en torno al conlicto constituyen un objetivos subsidiario y relevante a los ines que persigue este trabajo. Entendemos al conlicto territorial como un proceso de lucha que toma estado público, entre agentes sociales que pugnan por los recursos materiales y simbólicos existentes.

Un aporte conceptual al conlicto desde el territorio En la actualidad, existe una marcada polisemia de la categoría conceptual “Territorio” tanto en su signiicado, como en los usos de las diferentes disciplinas que abordan esta temática. Autores como Benedetti (2011) y Manzanal (2006), sostienen que en la producción teórica contemporánea el territorio está de moda, lo que se releja en su uso irrelexivo que conlleva a una disociación entre la teoría planteada y los marcos analíticos utilizados. En este sentido, los autores reieren: “El territorio se ha convertido en un fetiche de las ciencias sociales, profusamente utilizado, la más de las veces de forma irrelexiva” (Benedetti 2011, p. 12). “Es común que el territorio pierda su sentido heurístico y conceptual y pase a ser utilizado como sinónimo de espacio o región según el caso (…) se sostiene la necesidad de distinguir el espacio y el signiicado del territorio como un concepto de análisis”(Manzanal2006, p.13). Pese a las diferentes perspectivas vigentes, existe un sustrato de consenso, bajo el cual es concebido como una construcción social a partir de relaciones asimétricas de poder, que incluye a diversos agentes y no solo al poder hegemónico estatal. De este modo se toma distancia de las conceptualizaciones que lo conciben como sinónimo de territorio nacional4 o en su defecto, como una mera materialidad, un escenario continente de la vida social; y pasa a ser abordado como una forma-contenido, donde las materialidades y subjetividades están mutuamente determinadas. Milton Santos plantea que la categoría de análisis dentro de las ciencias sociales no es el territorio, sino el territorio usado, “ya que no son las cosas, sino las cosas, hombres y relaciones lo que lo constituyen”, las acciones, los intereses sobre parte del territorio e incluso las representaciones atribuidas a él, tienen una relación con el valor que se le da a lo que está allí presente. En realidad lo que existe es “relación social, sociedad en cuanto territorio, sociedad en cuanto espacio” (Santos 1999, p.18). El autor, recupera los aportes de François Perrouxy propone pensarlo como un campo de fuerzas, como un lugar de ejercicio, de dialécticas y contradicciones entre lo vertical y lo horizontal, entre Estado y mercado, entre uso económico y uso social de los recursos, lugar de conlicto entre localidades, velocidades y clases (Santos, M.1999, p.20). Asimismo reiere a la inexistencia de la relación dialéctica entre sociedad –naturaleza, ya que la sociedad no actúa sobre la naturaleza en sí misma, sino que actúa sobre una naturaleza valorada por la sociedad (Santos, M. 1999, p.18). Esta perspectiva de análisis relacional,implica que “el territorio, es condicionante no solo en su signiicación física, dimensional y contenedora de recursos (condición), sino que es condicionante en

Sin pretender abarcar todos los conlictos existentes, en éste trabajo se mencionan lo de mayor difusión en medios de divulgación masiva. 5 A inales del siglo XIX y principios del XX bajo el marco de la constitución de los estados nacionales, el territorio es deinido como el espacio ocupado por una nación, en donde el estado es el agente que detenta el poder, mediante el control de ese espacio, el cual queda delimitado materialmente a través de límites , fronteras. Bajo este contexto el conlicto territorial ha estado asociado a los enfrentamientos entre Estados nacionales por establecer la posesión sobre un área determinada en donde la frontera es el eje estructurante de la lucha.

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las características que asume por el dinamismo de las relaciones sociales (como contenido); que lo deinen y redeinen permanentemente. Es decir, que estamos en presencia de un territorio tan dinámico como la sociedad misma porque su comprensión radica en los procesos inherentes y propios de la sociedad que lo produce (como forma-contenido)” (Buffalo: 2013, p. 76). Los procesos de expansión de la periferia sur de la ciudad de Córdoba implican una readecuación y recualiicación del territorioque se da en un espacio de lucha y que cristaliza bajo nuevas formas, funcionesy normas materiales - simbólicas. Los conlictos territoriales son emergentes de esas relaciones asimétricas de poder o territorialidades, cuando dos o más agentes colectivos entran en disputa por la apropiación de los recursos materiales y simbólicos presentes. Para su análisis es necesario identiicar los agentes, las estrategias, y recursos que detentan, ya que como sostiene Sousa Santos,el territorio es ante todo un instrumento de ejercicio del poder; “poder entendido como capacidades y recursos que permiten generar transformaciones o perpetuar continuidades” (Sousa: 1995, p.79). En este sentido, la temporalidad de los conlictos territoriales es relevante en su análisis, en tanto la estructuración del espacio es un proceso atravesado por las relaciones de poder y, por consiguiente, nunca acabado (Peña Reyes: 2008, p.89-115). Las rupturas y continuidades de los conlictos reieren entonces a un tiempo, un tiempo dinámico y procesual de construcción del espacio, un devenir de espacio-tiempo que solo puede disociarse con ines operativos pero nunca explicativos.

¿Conlicto social o conlicto territorial? Existe una extensa bibliografía con fuerte peso disciplinar en torno a la categoría de conlicto como un fenómeno social. Dentro de las cuales, la sociología ha formulado las bases teóricas y analíticas para su estudio. A mediados del siglo XIX, se diferencian dos corrientes de perspectivas teóricas: por un lado, la de base marxista -con referentes como Karl Marx y Federico Engels en Alemania - cuya explicación radica en el concepto de clase social, alrededor del cual se explican las luchas de clases6 y los conlictos sociales. Por otro lado, la de base liberalista, cuyo precursor fue Georg Simmel a comienzos del siglo XX en Alemania y luego hacia mediados de siglo se difunde en Estados Unidos con RalfDahrendorf. Esta corriente se articula sobre las limitaciones analíticas de la categoría clase social para el análisis contextual del siglo XX, y aborda el conlicto desde la concepción de grupo social constituido por una agrupación de actores sociales pertenecientes a diferentes clases. No obstante, ambas sostienen la presencia de las relaciones de poder en la sociedad pero la diferencia radica “en la forma como enfocan el poder y las disidencias que comparten en torno a las diversas lecturas políticas que hacen sobre las contradicciones sociales” (Silva Garcia, 2008, p.30). El concepto de clase social tiene una base económica, y no todos los conlictos sociales se desencadenan sobre intereses económicos. Más tarde, durante los ‘40 y ‘50 las discusiones van a concentrarse entre dos corrientes, la teoría sociológica estructural funcionalista y las corrientes conlictualistas. La primera, a través de Emil Durkheim y Talcott Parsons ponía atención en las relaciones de cooperación presentes en la sociedad, en busca de explicar el orden y la estabilidad social. La segunda, surge como respuesta al conservadorismo de la primera sosteniendo que la competencia en la sociedad y la búsqueda de beneicios generaba conlictos y disputas.

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“La lucha de clases en los distintos periodos o fases de la historia aparece motivada en contradicciones principales y secundarias. Las contradicciones principales, son aquellas que tienen un carácter antagónico, puesto que no pueden ser conciliadas y solamente se resuelven por una pugna entre contrarios que conlleva a un nuevo estado de cosas, o superación de la contradicción mediante la destrucción dialéctica de los opuestos” (Silva Garcia: 2008, p.31).

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Por otro lado, Cadarso realiza un recorrido histórico sobre las propuestas teóricas recientes de conlicto social procedentes de las ciencias sociales y de la sociología. En base a ello lo deine como “un proceso de interacción contenciosa entre actores sociales que comparten orientaciones cognitivas, movilizados con diversos grados de organización y que actúan colectivamente de acuerdo con expectativas de mejora, defensa de la situación preexistente o proponiendo un contraproyecto social” (Cadarso: 2001, p.12). Para este autor, la precondición que permite caliicar un conlicto como social es la lucha abierta entre grupos sociales, que implica: -Un nivel ideológico cultural, que comprende compartir orientaciones cognitivas, compartir ideas, expectativas asimilables y objetivos (entendidos tanto en su dimensión táctica como en su relación con procesos sociales más amplios). Esta dimensión también suele denominarse marcos interpretativos, e incluye a la identidad colectiva. -Un nivel de acción colectiva: reiere a sus formas, a los repertorios tácticos empleados. -Movilización: abarca las estructuras de movilización que emplea el grupo, las formas y niveles de compromiso de los actores sociales con el movimiento. -Organización: es el grado de institucionalización de las entidades que gestionan el conlicto ya sean preexistentes o gestadas a partir del propio movimiento. Desde esta perspectiva el conlicto debe ser abordado como un proceso, inscripto en una sucesión lógico-causal de hechos históricos, ya que no es un fenómeno autónomo, ni se reduce a las acciones de protesta que toman estado público. El autor enfatiza que el requisito excluyente para caliicar un conlicto como social, es la lucha abierta entre grupos sociales, lo cual permite abordar una amplia gama de procesos, muchos de los cuales no son territoriales. En base a las propuestas teóricas que analiza, establece una tipología o formas de conlicto social dentro las que incluye ”conlictos dentro de la esfera de la privacidad”, “conlictos anómicos” (el suicidio), entre otros (Cadarso:2001, p.64). Otra perspectiva, reiere al conlicto social desde las problemáticas ambientales, cuyo eje de análisis se centra en él modelo de desarrollo y en las consecuencias ecológicas- ambientales que este produce, tanto en una escala local como regional. Aborda las externalidades asociadas actividades productivas tales como; agricultura intensiva, actividades extractivas, producción industrial, degradación de recursos naturales, entre otras temáticas. A modo de ejemplo Sabattini, deine que “los conlictos ambientales son, en esencia conlictos territoriales distributivos y políticos que generan tensiones en las líneas de desarrollo histórico de cada comunidad o región y ponen en cuestión los mecanismos de expropiación y apropiación de los recursos naturales. En esos conlictos no están en disputa sólo los impactos ambientales, sino también los impactos económicos, sociales y culturales, por esa misma razón, estas disputas generan una fuerte colisión entre el espacio económico y el espacio vital” (Sabattini, 1997, p. 77). La ecología política7 es la disciplina que aborda los conlictos distributivos ecológicos, es decir, aquellos relacionados con las desigualdades en el acceso a los bienes y servicios que proporcionan los recursos naturales y el ambiente. Trata temas como el comercio ecológicamente desigual, la deuda ecológica del Norte con el Sur, los pasivos ambientales de las empresas papeleras, mineras o petroleras por los daños que han producido, entre otros (MartinezAlier, J., 2008). Esta perspectiva se enmarca en la superación delanálisis del impacto de la economía sobre la naturaleza ampliándola hacia la

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Esta disciplina nació a partir de estudios de casos locales de la geografía y antropología rurales.

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sociedad, y busca visibilizar la justicia ambiental8 a partir de la medición (metodología especíica) el daño ambiental en términos económicos9. Por otra parte autores como Melé (2003), Azuela (2013) yMerlinsky (2009), reconocen la construcción social del territorio. Sin embargo, en sus abordajes analíticos la dimensión territorial queda subsumida en la construcción de identidades colectivas durante el proceso de lucha o en su defecto en la deinición de un territorio en común que debe ser defendido. Melé sostiene que “en la trayectoria de confrontación se redeine y resigniica el lugar del territorio como ámbito político: en ese proceso de construcción social se atribuye valor ambiental a un subensamble espacial y de ese modo se territorializa el conlicto” (Melé, 2003, p.12). Merlinsky analiza la dimensión territorial como el “escenario de manifestación” y como espacio “valorizado” por el conlicto (Merlinski 2009, p.12). En esa misma dirección, Azuela, investiga la resistencia vecinal de un barrio ante un proceso de densiicación urbana, analizando tres aspectos; la productividad del conlicto social, la irrupción del conlicto en el espacio público, la territorialización y la actualización local del derecho y reiere por territorialización a la “deinición territorial que delimitó el espacio que era preciso proteger y preservar“ a partir de un desacuerdo sobre las representaciones y los usos del espacio emergentes del proceso de conlicto (Azuela, 2013, p.152). Si bien existen puntos de encuentro con las perspectivas expuestas, la principal diferencia respecto al abordaje que aquí se propone, radica en que bajo esos marcosanalíticos-conceptuales los procesos económicos, normativos, y la construcción de nuevas materialidades, son contextuales, o en su defecto son analizados como los objetivos del proceso de lucha que permiten redeinir el territorio a partir del conlicto. Desde nuestra mirada, esos elementos son parte de los recursos territoriales que los agentes sociales ponen en juego a través de prácticas y estrategias, en la búsqueda de un proyecto territorial anhelado y desde una realidad territorial indeseada. En esa búsqueda emerge el conlicto territorial. En este contexto, el conlicto territorial es social, y se explicita en luchas sociales que toman estado público, e implican un proceso de movilización y construcción de una identidad colectiva. Sin embargo no todo conlicto social es territorial. La precondición para clasiicarlo como territorial es la presencia de los recursos territoriales como objeto de lucha entendiendo por recursos territoriales a las formas, funciones y normas materiales o simbólicas existentes.

Recursos territoriales como categoría analítica del conlicto El territorio por deinición está en constante transformación; Santos reiere que deber ser analizado como algo que está en proceso. “constituye el trazo de unión entre el pasado y el futuro inmediatos” (Santos: 1999, p.19).Es una categoría interpretativa que capta el dinamismo de las relaciones sociales y las dinámicas espaciales.

“MartinezAlier (2004) menciona a la justicia ambiental en la misma corriente ambientalista (tercera) que el “ecologismo popular” y las diferencia por su origen. Mientras la primera nació en Estados Unidos en la década del`80, la segunda abarca todo el conjunto de movimientos en los países del Sur Global que “luchan contra los impactos ambientales que amenazan a los pobres” (Espinosa González A., 2012). “En los países pobres hay un “ecologismo de los pobres” (histórico y actual) que intenta conservar el acceso de las comunidades a los recursos naturales y a los servicios ambientales de la naturaleza. Dicho acceso está amenazado por el sistema generalizado de mercado o por el estado” (Martínez Alier 1998) 9 Los balances y las cuentas de resultados de las compañías petroleras, mineras y madereras no incluyen los pasivos ambientales. Por ejemplo, en Ecuador hay pasivos ambientales no compensados por la exportación de lores, por la exportación de bananos, por la exportación de camarones y la destrucción de manglares, por los daños causados por plantaciones de eucaliptos para la exportación (...) El pasivo ambiental es la deuda ecológica no pagadapor la empresa durante todo el tiempo de operación de la mina, sumada al gasto necesario para impedir daños una vez cerrada la operación”. (MartinezAlier, Joan, 2008: 20-21). 8

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La coniguración territorial alude al conjunto de elementos naturales y artiiciales, que deinen un sistema interdependiente de factores, determinantes y condicionantes, susceptible de ser analizada para un recorte espacio-temporal especiico.Constituye un sustrato referencial que brinda condiciones de posibilidad para que emerjan transformaciones o se perpetúen continuidades ya que restringe o facilita determinados usos, funciones, materialidades y subjetividades. El conlicto emerge cuando agentes sociales colectivos inician un proceso de lucha sustentado en un imaginario territorial anhelado, desde una realidad territorial indeseada. O expresado de otro modo, cuando existe una disociación entre lo que es y el deber ser colectivo.El proceso de lucha se centra en aquellos que permiten resolver lo que se pretende; ya sea unanecesidad concreta ollevara cabounproyecto territorial determinado. Cuando esto sucede, esos elementos se transforman en recursos territoriales, ya que actúan como satisfactores de los requerimientos que sustentan el conlicto que toma estado público (Tabla 1 y Fig.1).

Tabla 1: Recursos Territoriales. Fuente: elaboración propia

Fig. 1: Dinámica de los Recursos Territoriales. Fuente: elaboración propia. Mapa de sombras realizado a partir de MDE SRTM (Shuttle Radar Topography Mission- NASA) provisto por el Instituto Geográico Nacional de la Republica Argentina.

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Consideraciones Metodológicas El trabajo se desarrolla sobre una metodología cualitativa de análisis. En una primera instancia se realizaron tareas de recopilación de antecedentes, análisis bibliográico y un relevamiento de conlictos que hubieran tomado estado público, en medios periodísticos locales. Los mismos, fueron compilados en esquemas de síntesis cuya lógica estructurante fue evidenciar los principales nudos críticos, continuidades y rupturas en su desarrollo temporo- espacial. Cabe mencionar, que si bien se realizó una búsqueda exhaustiva de información, no implica que en ellos se encuentren todas las noticias publicadas por los medios en torno a la temática tratada. Esta exploración previa, permitió generar el primer acercamiento a los conlictos territoriales presentes en el área de estudio. Posteriormente, los datos obtenidos fueron triangulados con fuentes de información primaria y secundaria (Censo nacional de población 2010). Las tareas de recolección de datos primarios consistieron en entrevistas en profundidad a expertos y miembros representativos de la comunidad y recorridos de campo donde se realizaron registros fotográicos con las principales demandas mencionadas por los vecinos. La representación gráica de los datos se realizó con un Sistema de Información Geográica (Software libre Q Gis 2.14)para generar la cartografía temática especíica con apoyo de imágenes satelitales Landsat 5 y Quick Bird de Google Earth.

Conlictos por incompatibilidades de usos de suelo y regulación La lógica de ocupación del espacio en los últimos años se sustenta en marcos normativos y políticas neoliberales implementadas en los años noventa donde la desregulación del mercado y un estado desregulado, permiten lexibilizar las estrategias de los agentes privados dando lugar a prácticas que se intensiican en el período post convertibilidad (Buffalo, L, Rydzewski A. y Garay M., 2012). Esta dinámica se materializa en construcción de barrios cerrados, loteos rurales, grandes proyectos urbanos y barrios ciudad ejecutados por el gobierno provincial, en localizaciones periféricas habilitadas por normativa para el desarrollo de actividades industriales y agrícolas. El creciente proceso de ocupación de las áreas rurales, motivó a que el municipio (12 de diciembre de 2003, a través del decreto 13/1) suspenda la aprobación de Urbanizaciones Residenciales Especiales y Loteos Rurales por un período de 90 días, en el área rural o industrial dominante (Patrones K, L, N de la Ordenanza 8252/86). Periodo durante el cual se realizaron estudios de base para readecuar el marco normativo y de este modo, ordenar el proceso de urbanización. Dicha prohibición abarcaba el arco Este y Sur, por fuera de la Avenida Circunvalación, en el área comprendida desde la Ruta Nº 9 Norte en sentido horario hasta la Ruta Nº 20. Es decir comprendía el sector en donde se había consolidado el proceso de expansión de urbanizaciones cerradas, y loteos rurales. Hasta esa fecha había tramitados expedientes para la concreción de 12 barrios cerrados10, sumado a los loteos rurales en Villa Eucarística. Más tarde (9 de septiembre de 2004) el Concejo Deliberante sanciona Ordenanzas (10760,10761, 10762, 10763 y 10764) modiicatorias de la regulación de ocupación de suelo vigente, a partir de cual se establece que “las Urbanizaciones Residenciales Especiales no podrán localizarse en la zonas M L y N e incorpora la zona N1 destinada a la extensión de la urbanización de baja densidad, con uso residencial de vivienda individual exclusivamente, sujeta a control del número de unidades y usos rurales compatibles con el uso residencial (Mapa 2) Barrios: Fortín del Pozo 1991, La cascada 1996, Quintas del Sur 1997, Los algarrobos 1997, EL viejo algarrobo 1998, El arado 2000, Fincas del sur 2001, Ayres del sur 2003, Manantiales 1 2004, Cañuelas 2004, La santina 2004, Campiña del sur 2004. 10

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Mapa 2: Regulación de la ocupación del suelo Año 2004 . Fuente: elaboración propia en base a anexo gráico zoniicación de Usos de Suelo Ord Nº 8256/85 y modiicatorias. Secretaría de desarrollo Urbano- Municipalidad de Córdoba.

Este cambio de zoniicación generó una concentración de Loteos rurales en el área de estudio, especíicamente entre los Caminos a 60 Cuadras, San Carlos y San Antonio (Mapa 3 y 4). “Esta modiicatoria en vez de contrarrestar la ocupación de suelo en baja densidad institucionalizó esta práctica. Cabe destacar que esta tendencia se consolida al analizar el proceso a escala urbana ya que hacia el oeste se encuentran tierras de propiedad militar y hacia el norte y noreste la expansión a estado propiciada por la localización de industrias y parques empresarios” (Buffalo, Rydzewski, Garay, 2012). Este proceso de revalorización del precio del suelo periférico implicó, que su acceso sea cada vez más difícil para sectores sociales empobrecidos y un desplazamiento de las actividades históricamente radicadas en el área. En este sentido, entrevistas realizadas a productores locales fundamentan este proceso por la disminución de la rentabilidad en relación al uso residencial y por la incompatibilidad de usos: “(...) Cuando uno está cerca de un country, no puede producir más porque, entre otras cosas, no se pueden pulverizar los cultivos. No hay muchas opciones”(...)“Nos están cercando”(...) “Las tierras valen mucho pero no vamos a poder trabajar (...)”.En relación a esto, en la última década, la cantidad de hectáreas productivas ha ido disminuyendo por el avance de los desarrollistas que compran hectáreas para construir barrios privados; sumado al avance de la soja y la falta de agua. Según el presidente de la ilial local de la Federación Agraria Argentina, “15 años atrás existían 12 mil hectáreas destinadas a la producción; hoy, en el Cinturón Verde Norte, debe haber unas tres mil hectáreas, y en la Zona Sur otras 1.500 aproximadamente, dedicadas principalmente a la producción de papa”.

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Mapa 3: 1- Área urbana consolidada zona sur año 1990. Imagen satelital Landsat5 (combinación de bandas 321), Clasiicación supervisada- fecha de toma 11 enero 1990. 2- Expansión urbana al año 2000. L uso de suelo industrial, N uso de suelo Rural. Imagen QuickBird Google Earth 3- Mancha urbana año 2016 donde se observa una concentración espacial de barrios cerrados y loteos rurales.Imagen QuickBird Google Earth.

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Mapa 4: Expansión de Uso de suelo residencial, zona sur de la Ciudad de Córdoba. Fuente: elaboración propia .Análisis temporal de imágenes de Google Earth periodo 2000-2016.

La expansión del uso de suelo residencial también ocasiona la emergencia de conlictos que se vinculan a la cercanía con actividades productivas industriales, y que son manifestadas por los vecinos mediante reclamos vinculados a la percepción de riesgo: ruidos molestos, tráico y olores. Un ejemplo de esto es la incompatibilidad de usos industrial y residencial, en el que emerge como un conlicto de proximidad desde el año 2012 entre la industria Porta Hermanos S.A. y los barrios residenciales colindantes a ella. Esta empresa produce alcoholes y licores desde el año 1882, en la década del ‘90 se traslada a su ubicación actual en la conluencia del camino a San Antonio con la Avenida de Circunvalación (mapa 5), en colindancia con los barrios “Parque San Antonio” e “Inaudi Anexo”, ambos ubicados dentro del patrón para uso industrial IVa: “Actividades que producen molestias importantes al medio, que deben ser controladas mediante disposiciones urbanísticas o tecnológicas, por lo que su asentamiento limita la localización de usos residenciales. Actividades que podrán localizarse en áreas predominantemente industriales donde se admitirán sólo en forma condicionada usos residenciales”. En agosto del año 2012, la fábrica incorpora a sus procesos productivos tradicionales la fabricación de bioetanol a partir de molienda de maíz, dos meses más tarde se inicia el conlicto con los vecinos a partir del olor que percibían. Desde esa fecha hasta la actualidad los vecinos maniiestan su descontento en medios locales y en cortes parciales en el acceso a la planta: “Nos gustaría que se hagan estudios sobre lo que sale de las calderas de la empresa, porque si esto es algo tóxico hay que actuar ahora”. Uno de ellos mencionó que cuando adquirió el lote donde construyo su casa, Porta no estaba instalada en el sector. “Ahora vivo a 80 metros de silos de alcohol. Son peligrosos”11.

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Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/ambiente/piden-que-justicia-investigue-posible-contaminacion

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Mapa 5: Ubicación Planta Industria Porta y Barrios “Parque San Antonio” (sur) e Inaudi Anexo (sur oeste). Fuente: elaboración propia en base a ordenanza 8133/85 e imágenes google earth 2001-2012

Al respecto el Secretario de Desarrollo Urbano de la Municipalidad, ratiicó que la empresa está ubicada en una zona apta para el emprendimiento que lleva a cabo, ya que la zona IVb permite actividades “industriales e industriales-rurales (...), en donde no se admitirá el uso residencial”, dice la ordenanza N° 8.133, que data de 1985. Y contempla como actividades posibles la destilación y fraccionamiento de alcoholes. Es importante aquí referir al proceso de residencialización de la periferia y las implicancias sobre el suelo industrial. El avance del uso de suelo residencial legitimado por la normativa a través de la lexibilización de los usos e intensidades de ocupación, ha generado una revalorización del suelo y una competencia por sus usos. De esta manera, la localización de actividades industriales se encuentra supeditada al uso residencial a partir de dos condicionantes principales: diicultad para acceder al suelo por su costo elevado y conlictos potenciales por incompatibilidades de usos, como el ejemplo mencionado. Asimismo, la Unión Industrial Córdoba (UIC) expresa como problemática del sector, la “falta de espacio físico para la instalación de nuevos emprendimientos en la ciudad de Córdoba”. El proceso de urbanización de la periferia bajo la modalidad de barrios cerrados o semicerrados ya no depende de las externalidades negativas. Las internaliza y las transforma en positivas al proveer de infraestructura, servicios, equipamiento y ganancias de ubicación al interior de la urbanización. De este modo no está condicionado por las características de su entorno territorial inmediato, (excepto por las principales vías de comunicación). Esta lógica de ocupación implica un aumento del valor del suelo periférico ya que las antiguas externalidades positivas y negativas ahora se resuelven al interior de los loteos.

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En ese sentido el subdirector de Políticas Urbanas de la municipalidad de Córdoba reiere en una entrevista que “Los countries comenzaron a urbanizar las periferias de la ciudad, levantando enormemente el precio de los terrenos en sectores que antes eran habitados por las clases bajas” (subdirector de Políticas Urbanas de la Municipalidad de Córdoba)12. Asimismo en una entrevista realizada a un informante clave del área técnica de la Dirección de Planeamiento urbano de la Municipalidad airma “(...) De pronto surgieron estas grandes urbanizaciones de muchas hectáreas y patio el tablero de cómo se debería gestionar el espacio de la periferia, entonces tenemos que hacer ajustes porque bueno por más que uno no quiera el mercado también te obliga a hacer determinados ajustes (...)” (entrevista realizada año 2015). A nivel general, estas nuevas lógicas de apropiación del espacio en la ciudad de Córdoba están asociadas a un incremento generalizado del precio del suelo ya que ahora el capital crea sus propias externalidades para su localización.

Conlictos de infraestructura y servicios El acceso diferencial a la infraestructura y servicios públicos que poseen los distintos barrios de la ciudad de Córdoba y, en este caso en particular la zona sur de la ciudad, ha sido un factor de desigualdad. Esta inequidad es una construcción histórica y se vincula a inercias territoriales materiales y simbólicas, coniguradas por procesos que tienen sus inicios en el segundo periodo de expansión de la ciudad. Esta etapa de crecimiento urbano es coincidente con el proceso de industrialización de la década del ‘50. En la periferia sur, a partir de la instalación de las fábricas IKA (Oeste) y FIAT (Este), se generó una concentración sectorial-espacial de industrias automotrices y metalmecánicas que inluyeron directamente en el surgimiento de nuevos barrios y en el crecimiento y consolidación de los ya existentes (Bischoff,E. 1986:78). Entre 1954 y 1970, en el sector Suroeste se emplazan los barrios Santa Isabel I; II y III sección, Vicor, Residencial Sur, Alejandro Carbó, Santa Rosa y Mirizzi, y se expanden Villa El Libertador y Barrio Comercial. Mientras que en el sector S-E se coniguran los barrios Ituzaingó, San Lorenzo, Deán Funes, Avellaneda, Los Sauces, Almirante Brown, San Lorenzo Sud, Los Eucaliptus, Ituzaingó Anexo, entre otros. Este crecimiento, no fue acompañado desde un principio con la infraestructura, servicios y equipamientos necesarios. Recién en el año 1985 se sanciona el cuerpo normativo que regula el fraccionamiento, ocupación y usos de suelo para la ciudad de Córdoba. Hasta entonces, no se exigía a los loteadores la provisión de infraestructura, y esta debía ser asumida por el municipio. Así, la expansión de la periferia se identiicó por su “carácter aleatorio, no planiicado, respondiendo no a un proyecto urbano, sino a varios emprendimientos de loteadores diversos, que en general se limitaron a un trazado o subdivisión de la tierra” (Retarolli 2000:23) consolidando de ese modo una periferia con serios déicits de infraestructura y servicios. En el trabajo de observación realizado en el área de estudio la infraestructura, equipamientos y servicios urbanos aún se encuentra sin cubrir las demandas existentes. La infraestructura y servicios barriales fueron a destiempo del proceso de urbanización y han sido históricamente motivo de protestas. En las entrevistas realizadas los vecinos mencionan: “…todo lo que se ha conseguido en el barrio, todo fue una lucha, todo… desde el dispensario, la lucha por el agua también”

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Fuente: http://www.diaadia.com.ar/content/temporada-alta-de-ocupacion-de-tierras-0

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Dentro de las luchas históricas se destacan; el abastecimiento de agua potable y el servicio de cloacas. La primera de ellas se inicia en la década del ‘60, con el movimiento barrial denominado “Comisión Pro-Agua de los Barrios del Sur de Córdoba”, cuyo objetivo era lograr un adecuado abastecimiento de agua potable, ya que existía un solo tanque que proveía agua de origen subterráneo. Los vecinos, la recuerdan como “salada y dura”, por lo cual reieren que la mayoría se abastecía del agua del Canal Maestro Sur o comprándole a aguateros particulares. La comisión inicialmente estaba conformada por representantes de los barrios Villa el Libertador y Comercial, a los que progresivamente se sumaron vecinos de los barrios Carbó, Mirizzi, Santa Rosa, Santa Cruz, Santa Isabel (Primera, Segunda y Tercera Sección), Residencial Sur y los barrios del Sureste de la ciudad: Ituzaingó, San Lorenzo, Ferreyra y Avellaneda. Tras numerosas gestiones, en 1974 logran la habilitación de la red y el abastecimiento de agua corriente, el cual es identiicado por los vecinos como el primer logro colectivo. Respecto al servicio de cloacas, el conlicto toma estado público en el año 2000. Por condicionamiento natural el sector sur-oeste es una zona anegable, de suelos colapsables que presenta el nivel freático próximo a la supericie. En ese año, a partir de un periodo de intensas precipitaciones el ascenso del nivel freático generó el hundimiento de pozos sépticos, derrame de eluentes en las calles del sector, y agrietamientos de viviendas (Esquema 1). En marzo de 2001 ante la falta de respuestas del municipio, se crea la Comisión del Inodoro Gigante, constituida por representantes de los barrios afectados. Estos elevaron al concejo deliberante un petitorio de las obras necesarias, acompañadas de informes técnicos que incluía un relevamiento de casos de hepatitis vinculado a los derrames de líquidos cloacales. Dentro de las acciones realizadas por los vecinos se destaca la impresión del voto inodoro, durante los comicios realizados en julio de 2001 por el plebiscito que proponía transformar el poder legislativo unicameral. En cuanto a las respuestas del gobierno municipal, el 24 de marzo de 2001, debido a los casos de hepatitis y a los problemas de higiene vinculados a los pozos negros desbordados,el Concejo Deliberante de la ciudad declaró la emergencia sanitaria en los barrios Santa Rosa, Alejandro Carbó, Comercial e Inaudi (Ordenanza 10382). En agosto, el municipio licitó una planta de tratamiento de eluentes y la red cloacal que cubriría a los barrios Carbó, Santa Rosa, Inaudi, Comercial y San Antonio. Las obras se inician, pero se paralizan por falta de pago. En el año 2005 se reanudan las tareas y inalmente a 5 años de iniciado el proceso de lucha, en agosto de 2006, se inaugura la planta de tratamiento de eluentes.Pese a la ejecución de la red de cloacal, este conlicto sigue vigente por los continuos desbordes cloacales que registran los barrios del sector y por el colapso reiterado de la planta de tratamiento de Barrio Inaudi. En estas situaciones los eluentes sin tratamiento son vertidos en el Canal Anisacate que desagua en el arroyo La Cañada. En esta etapa del conlicto, entran en juego nuevos agentes; el gobierno provincial y urbanizadores privados. La planta de tratamiento fue proyectada y ejecutada para servir a los barrios: Las Huertillas, Residencial Santa Rosa, Comercial, Inaudi, 2 de Abril, Posta de Vargas, Parque San Antonio, Inaudi Anexo, Mirizzi y Alejandro Carbó y tiene una capacidad de tratamiento de eluentes de 2.100 m3 diarios. Actualmente procesa líquidos provenientes de esos barrios sumados a los aportes de las urbanizaciones Tejas II (loteo privado), Posta de Vargas anexo y de los barrios Ciudad Obispo Angelelli 1 y 2. Estos últimos, son barrios construidos por el gobierno provincial, presentan plantas de tratamiento propias que funcionan mediante un sistema centralizado e independiente a nivel de cada unidad barrial. Fueron proyectadas de modo tal que los eluentes, luego de ser tratados, son reinyectados a las napas subterráneas. No obstante, la zona sur posee un nivel freático próximo a la supericie, y este método de tratamiento ocasionó la surgencia de los mismos a la supericie.

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Esquema 1: Formas materiales y conlicto de infraestructura y servicio 2008-2016 Fuente: propia a partir del seguimiento en medios masivos de comunicación de distribución local.

Para resolver esta problemática, el 13 de junio de 2007 se irma un convenio entre Redes Sanitarias Municipal y la ex Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas) mediante el cual, se permitió el vertido de dichos eluentes en la planta municipal de Inaudi. En contraprestación la provincia se comprometió a construir un nuevo módulo para ampliar su capacidad. Sumado a las quejas por el mal funcionamiento de la planta, olores y los continuos desbordes, se han realizado denuncias por contaminación del arroyo La Cañada, ya que los líquidos tratados y no tratados en la planta de Inaudi son derivados hacia ella por medio del canal Anizacate. Cabe mencionar que dicho aporte representa cerca de la mitad del caudal que pasa por su cauce en situación de estiaje. En el año 2016 el ciclo del conlicto vinculado a la ausencia de cloacas se activa nuevamente. En barrio Villa el Libertador se agravan los problemas de ascenso del nivel freático, ocasionando hundimiento, rajaduras en viviendas y el colapso de pozos negros (Esquema 2). Los condicionantes del proceso se asocian a características del medio natural no contempladas en el proceso de urbanización. Este barrio se encuentra entre los que presenta mayor crecimiento urbano y demográico de la ciudad de Córdoba (Mapa 6), al año 2010 según el censo provincial su población ascendía a 29.535 habitantes, no poseen cloacas (mapa 8), por lo que se produce una recarga del nivel freático a partir de los aportes de eluentes, pluviales y por el canal maestro sur.

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Mapa 6: Cantidad de habitantes por barrio - zona sur de la Ciudad de Córdoba- Año 2010. Fuente: elaboración propia según datos Censo Nacional de Población y Vivienda 2010. Indec.

Mapa 7: Arriba porcentaje de cobertura servicio de cloacas, por barrio. Abajo Cobertura de servicio de cloacas en barrios con más de 1000 hogares- zona sur de la Ciudad de Córdoba - Año 2010. Fuente: elaboración propia en base a datos de Estadísticas y censos de la Provincia de Córdoba.

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El desarrollo del conlicto presenta similitudes con el proceso de la planta de barrio Inaudi, en ambos casos se logra legitimación de la lucha y respuestas del estado una vez que se judicializa el conlicto. En este caso, el 5/7/16 la Cámara de Primera Nominación da lugar a la medida cautelare presentada por los vecinos y ordena a la Municipalidad y a la Provincia la implementación de colocar bombas, desagotar pozo negros, sanear el canal maestro sur. El 07/07/2016(decreto 2118) la municipalidad declara la emergencia ambiental y sanitaria por 180 días, en su fundamentación hace alusión expresa al fenómeno del niño como detonante del ascenso del nivel freático. El 19/08/2016 se anuncia obras de cloacas para el barrio Villa el Libertador inanciadas por el Estado Nacional. Cabe mencionar que por los déicits históricos de infraestructura y servicios en los años 2011, 2014 y 2016; la Asociación Civil Villa El Libertador Ciudad de Mi Ciudad, instalo mediáticamente el proyecto de autonomía del barrio, cuyo objetivo consistía en independizarse de la jurisdicción de Córdoba Capital para conformar un municipio autónomo, avalado por la cantidad de habitantes que posee mediante un referéndum por el consejo deliberante. Habían juntado más de 4500 irmas e instalado el tema en agenda pública pero no prosperó. En el conlicto vigente, vuelve a relotarse la idea independentista.

Esquema 2: Formas materiales y conlicto de infraestructura y servicio 2008-2016 Fuente: propia a partir del seguimiento en medios masivos de comunicación de distribución local.

En síntesis, podemos decir que existe la permanencia del conlicto territorial vinculado a las formas materiales de servicios y equipamientos urbanos, que se releja en el sentir de los propios vecinos, quienes airman “somos ciudadanos de segunda”. El conlicto pone en evidencia la segregación urbana existente en la zona sur, ya que la provisión de los servicios se da de manera diferencial para los barrios cerrados o privados. Los barrios que presentan hogares con cobertura cercanas al 100% corresponden a los que sirve la planta de Inaudi y a los barrios ejecutados por el estado provincial (mapa 7). En ambos casos las plantas son deicitarias ya que estan sobrepasadas en cuanto

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a su capacidad de tratamiento de eluentes. Se observa en el trabajo de campo y en airmaciones en entrevistas a vecinos, la frecuencia de desbordes por las calles públicas lo que ocasiona una situación de insalubridad para los vecinos. En el caso de los barrios cerrados, los que poseen cobertura total son Cañuelas, La Santina y Ayres de Sur, mediante plantas de tratamiento propias. En el resto de los barrios cerrados o loteos rurales hay pozos absorbentes domiciliarios que son mantenidos por los propietarios.

Resultados y discusiones Este trabajo constituye una aproximación a la comprensión de los conlictos territoriales que se pueden identiicar en un área de expansión urbana. Los conlictos territoriales plasmados son un revelador de relaciones sociales complejas en donde se ponen en relieve prácticas de agentes que orientan y promueven el uso de suelo urbano hacia determinadas actividades y bajo ciertas lógicas e intereses. En las últimas décadas estas prácticas, se materializan e institucionalizan con las normativas del gobierno local, dando lugar a una coniguración territorial desarticulada cada vez más compleja. En base a los conlictos analizados se puede concluir que la normativa es post conlicto y solo limita o intenta anular el proceso que le dio origen, pero no reordena el territorio de modo prospectivo, sino que remite a soluciones aisladas a partir del conlicto explicito y de las estrategias de reclamo desplegadas por los vecinos. Los conlictos territoriales descriptos a lo largo de este trabajo presentan características comunes en cuanto a las formas: los modos de protesta y reclamo por parte de los vecinos, la estrategia de construcción del problema para visibilizarlo en medios públicos con la participación de ONG o Fundaciones y la demanda de la norma, por parte de los agentes con menor poder, como recurso territorial que empodera a quienes se ven afectados. Otro punto en común identiicado en aquellos conlictos vinculados a una percepción de contaminación es la falta de estudios de base que permitan fehacientemente establecer la existencia o inexistencia de ella. La dinámica de los conlictos territoriales existentes da cuenta de un proceso de fragmentación socio territorial en dos aspectos relacionados: por un lado el acceso diferencial a la infraestructura y servicios públicos, y por otro lado la valorización del suelo en barrios cerrados por inversiones propias que eleva el valor del suelo en la zona sur y genera un acceso desigual al recurso. En este contexto, la percepción de los vecinos respecto a su entorno ambiental es un revelador de las condiciones de la calidad de vida desigual presente en el área de estudio y consecuentes al proceso de fragmentación socio territorial. En un nivel más general profundizar en la comprensión de los conlictos territoriales desde los recursos materiales permite abordar la complejidad de los procesos de reestructuración urbana, y de este modo aportar información objetiva que sirva de insumo para establecer políticas públicas especíicas, tendientes a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Por otra parte la reconstrucción teórica desarrollada en este trabajo en relevantes en tanto, la complejidad del concreto empírico abordado lejos está de poder ser analizado desde una linealidad teórica tradicional. Hacer explícitas las distintas corrientes de pensamiento en torno al signiicado de conlictos (sociales, ambientales, ecológicos) en un vaivén con el trabajo de campo y los conlictos visualizados, permite reforzar la noción del posicionamiento sobre el conlicto, desde la territorialidad sobre la cual se sostiene (recursos territoriales en pugna).

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[5] 06/04/2001 La Voz del Interior Empezaron a instalar bombas para que bajen las napas de la zona sur http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=25651&high=inodoro%20gigante [6] 10/04/2001 La Voz del Interior Cuatro barrios sufren por un ambiente degradado http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=26476&high=hepatitis [7] 10/04/2001 La Voz del Interior El ambiente enferma a vecinos de cuatro barrios http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=26370&high=hepatitis [8] 16/04/2001 La Voz del Interior Desde hoy, vacunan a niños de tres barrios contra la hepatitis A http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=27721&high=freatica [9] 20/04/2001 La Voz del Interior La Provincia compró 1.500 vacunas más para inmunizar contra la hepatitis A http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=28242&high=napas [10] 20/04/2001 La Voz del Interior Las obras municipales que no satisfacen a los vecinos http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=28269&high=napas [11] 20/04/2001 La Voz del Interior Recién dentro de 90 días bajarán las napas http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=28267&high=inodoro%20gigante [12] 25/04/2001 La Voz del Interior Declaran emergencia en el sur http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=29184&high=napas [13] 26/04/2001 La Voz del Interior Construirán una planta de cloacas en el sur http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=29379&high=inodoro%20gigante [14] 06/05/2001 La Voz del Interior Asoma una solución para los barrios del sur http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=31108&high=freatica [15] 09/06/2001 La Voz del Interior En 60 días comienzan las cloacas para el surhttp://archivo.lavoz.com.ar/2001/0609/grancordoba/ nota37563_1.htm [16] 09/06/2001 La Voz del Interior Las napas están más bajas http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=37564&high=napas [17] 08/07/2001 La Voz del Interior Sólo habrá dos boletas válidas en el cuarto oscuro http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=45540&high=inodoro%20gigante [18] 22/07/2001 La Voz del Interior Siempre es tarde si hay una emergencia http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=45516&high=napas [19] 08/08/2001 La Voz del Interior Las cloacas del sur costarán $ 1.000 promedio por frentista http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=48821&high=freatica [20] 29/09/2001 La Voz del Interior También es noticia http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=58458&high=freatica [21] 06/10/2001 La Voz del Interior “Voto microbio”

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http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=59804&high=napas [22] 20/10/2001 La Voz del Interior En barrio Vicor dicen que el sur no termina en el “inodoro gigante” http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=62270&high=inodoro%20gigante [23] 09/02/2002 La Voz del Interior El sur sigue reclamando por sus cloacas. http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=81682&high=cloacas [24] 12/02/2002 La Voz del Interior Dos casos emblemáticos http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=82262&high=cloacas [25] 22/03/2002 La Voz del Interior Volvió el inodoro y preparan nuevas protestas http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=88216&high=cloacas [26] 28/03/2002 La Voz del Interior Continúan las disputas por las obras de saneamiento http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=89058&high=cloacas [27] 20/04/2002 La Voz del Interior Otro capítulo para la pelea entre vecinos del sur y el municipio http://archivo.lavoz.com.ar/2002/0420/grancordoba/nota92996_1.htm [28] 22/04/2002 La Voz del Interior En la obra de cloacas del sur, algo huele mal http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=88215&high=barrio%20inaudi [29] 30/07/2002 La Voz del Interior Terminar obras en marcha costará el doble http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=110651&high=cloacas [30] 09/08/2002 La Voz del Interior Un año esperando dispensario y cloacas http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=112609&high=cloacas [31] 15/12/2002 La Voz del Interior El caso más polémico http://archivo.lavoz.com.ar/2002/1215/grancordoba/nota136648_1.htm [32] 15/12/2002 La Voz del Interior Los cambios de zoniicación aprobados por el Concejo http://archivo.lavoz.com.ar/2002/1215/grancordoba/nota136656_1.htm [33] 15/12/2002 La Voz del Interior Ordenanzas a medida http://archivo.lavoz.com.ar/2002/1215/grancordoba/nota136647_1.htm [34] 01/11/2003 La Voz del Interior Desesperanza, contaminación y olvido en barrio Alejandro Carbó http://archivo.lavoz.com.ar/2003/1101/grancordoba/nota200837_1.htm [35] 16/10/2004 La Voz del Interior Cloacas para cinco barrios de la zona sur http://archivo.lavoz.com.ar/2004/1016/grancordoba/nota276994_1.htm [36] 10/05/2004 La Mañana de Córdoba Ni obras ni limpieza para barrios del Sur http://www.lmcordoba.com.ar/ed_ant/2004/04-05-10/3_infogral_04.htm [37] 27/10/2005 La Mañana de Córdoba Temen colapso sanitario por falta de cloacas en barrios del sur http://www.lmcordoba.com.ar/ed_ant/2005/05-10-27/8_sociedad_01.htm [38] 18/01/2006 La Voz del Interior Angelelli, un barrio-ciudad que parece un desagüe cloacal http://archivo.lavoz.com.ar/NotaAnterior.asp?nota_id=385803&high=barrio%20hogar%20III

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[39] 21/09/2006 La Mañana de Córdoba Vecinos piden inanciación para pagar la obra http://www.lmcordoba.com.ar/ed_ant/2006/06-08-21/1_cba_03.htm [40] 03/01/2007 La Voz del Interior Viviendas sin conexión cloacal para los vecinos de la ex villa Richardson http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=32549 [41] 04/06/2008 La Voz del Interior La planta cloacal de Inaudi está al borde de su capacidad http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=209249 [42] 24/09/2010 La Voz del Interior La planta cloacal de Inaudi funciona casi al límite http://www.lavoz.com.ar/barrio-inaudi/la-planta-cloacal-de-inaudi-funciona-casi-al-limite [43] 29/11/2010 La Voz del Interior Polémica por la planta de Inaudi http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/ambiente/polemica-por-la-planta-de-inaudi [44] 10/01/2011 La Voz del Interior Cloacas, eterno problema en el sur de la Capital http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/cloacas-eterno-problema-%EF%BF%BDen-el-sur-%EF%BF%BDde-la-capital [45] 06/04/2011 La Voz del Interior Desborde de cloacas en Inaudi http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/desborde-cloacas-inaudi [46] 23/02/2012 La Voz del Interior. Desborde cloacal en Inaudi http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/desborde-cloacal-inaudi [47] 06/03/2012 Día a Día. Los derrames cloacales llegaron a Tribunales http://www.diaadia.com.ar/cordoba/derrames-cloacales-llegaron-tribunales [48] 16/10/2012 Día a Día Las tres plantas cloacales, desbordadas http://www.diaadia.com.ar/cordoba/tres-plantas-cloacales-desbordadas [49] 25/04/2013 La Voz del Interior Las cloacas, un problema sin solución en Barrio Ciudad Angelelli. http://www.youtube.com/watch?v=xBNmV4qH1r4 [50] 04/01/2014 La Voz del Interior. Quejas por colapso de cloacas en algunos barrios http://www.lavoz.com.ar/cordoba-ciudad/quejas-por-colapso-de-cloacas-en-algunos-barrios http://www.youtube.com/watch?v=xBNmV4qH1r4 [51] 20/12/2015 La Voz del Interior. Suquía: un Río multicontaminado http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/suquia-un-rio-multicontaminado?cx_level=loginfb#_=_ [52] 29/06/2016 La Ranchada. Villa el Libertador y la falta de red cloacal http://laranchada.com.ar/villa-el-libertador-y-la-falta-de-red-cloacal/ [53] 07/07/2016 La Voz del Interior Villa El Libertador, el barrio que se hunde http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/villa-el-libertador-el-barrio-que-se-hunde [54] 27/07/2016 Cadena 3 Protestan por hundimientos de pozos negros en Córdoba http://www.cadena3.com/contenido/2016/07/27/Protestan-por-hundimientos-de-pozos-negros-en-Cordoba-166874. asp [55] 28/07/2016 Día a Día Villa El Libertador: se hunden en pozos negros, hacen relevamiento de sus viviendas

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http://www.diaadia.com.ar/cordoba/villa-el-libertador-se-hunden-en-pozos-negros-hacen-relevamiento-de-susviviendas [56] 29/07/2016 Día a Día Villa El Libertador: la Justicia quiere que Municipalidad aclare el alcance de la emergencia sanitaria http://www.diaadia.com.ar/cordoba/villa-el-libertador-la-justicia-quiere-que-municipalidad-aclare-el-alcance-de-laemergencia [57] 06/07/2016 Día a Día De la nariz: La Justicia obliga a Muni y Provincia a sanear 20 manzanas de Villa El Libertador http://www.diaadia.com.ar/cordoba/de-la-nariz-la-justicia-obliga-muni-y-provincia-sanear-20-manzanas-de-villa-ellibertador [58] 07/07/2016 Digesto Municipal Decreto 2118- Declara la emergencia ambiental y sanitaria en B° Villa El Libertador por 180 días. https://servicios.cordoba.gov.ar/DigestoWeb/Page/Documento.aspx?Nro=57192 [59] 12/08/2016 Día a Día-Una mujer cayó en un pozo negro cuando barría en el patio de su casa http://www.diaadia.com.ar/cordoba/una-mujer-cayo-en-un-pozo-negro-cuando-barria-en-el-patio-de-su-casa [60] 16/08/2016 Día a Día - Villa El Libertador: si no hay cloacas, no pagan los impuestos http://www.diaadia.com.ar/cordoba/villa-el-libertador-si-no-hay-cloacas-no-pagan-los-impuestos?cx_level=lee_mas [61] 18/08/2016 Día a Día - Oicialismo rechazó tratar este jueves la exención de impuestos a Villa El Libertador http://www.diaadia.com.ar/cordoba/oficialismo-rechazo-tratar-este-jueves-la-exencion-de-impuestos-villa-ellibertador [62] 25/07/2016 La Voz del Interior - Villa El Libertador: Mestre pidió la obra a la Nación http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/villa-el-libertador-mestre-pidio-la-obra-la-nacion [63] 19/08/2016 La Voz del Interior - Sin exención, pero con promesa oicial de cloacas http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/sin-exencion-pero-con-promesa-oicial-de-cloacas [64] 24/08/2016 Día a Día - Villa El Libertador: Municipalidad y Provincia no cumplieron con la Justicia http://www.diaadia.com.ar/cordoba/villa-el-libertador-municipalidad-y-provincia-no-cumplieron-con-la-justicia [65] CBA 24n - Justicia rechazó informe sobre cloacas en Villa El Libertador http://www.cba24n.com.ar/content/justicia-rechazo-informe-sobre-cloacas-en-villa-el-libertador

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LOS LÍMITES COMO DISPOSITIVO METODOLÓGICO PARA EL ANÁLISIS DE LAS PRÁCTICAS SOCIOESPACIALES EN LA CASA Y BARRIO. CASO DE ESTUDIO: BARRIOS CERRADOS DE CÓRDOBA

Limits as a methodological device for the analysis of socio-spatial practices in the house and neighborhood. Case study: closed neighborhoods of Córdoba

Jael Bengualid 1

RESUMEN

ABSTRACT

El presente artículo expone los avances y primeras aproximaciones a campo, con el objetivo de narrar cómo, a partir del recorrido del cuerpo erudito y las entrevistas exploratorias, se redeinen metodologías de abordaje al tema de investigación. Se realiza un análisis a partir de los discursos y del plano de las representaciones y las prácticas sociales y espaciales de los habitantes de la urbanización privada seleccionada, asumiendo las distancias y diferencias entre modos de habitar y estilos de vida en el barrio cerrado. Se busca incorporar la dimensión espacial, teniendo en cuenta la producción y apropiación de los actores y cómo éstas acciones reinvindican su autoría en el espacio. Para ello, se diseña una herramienta metodológica a partir de los modos de uso de los espacios domésticos y las diferentes formas en que se maniiestan sus límites en relación a la casa y al barrio. Se adopta una perspectiva etnográica, basada en entrevistas en profundidad a los residentes de un barrio cerrado de la ciudad de Córdoba y observación participante. El sentido inal es intentar comprender qué sentido toman las actividades cotidianas para los sujetos que las realizan y cómo se construyen simultánea y recíprocamente las representaciones de los espacios de vida que las albergan y los sentidos que le dan los sujetos en diálogo.

This article describes the advances and the irst approach to ield work with the purpose of showing how the approach to investigation is redeined thanks to the theoretical framework and exploratory interviews. An analysis is conducted on the basis of the speech, representantions and from the social and spatial practices of the inhabitants in a chosen gated community, bearing in mind the distances and differences of habitats and lifestyle in the gated community. The spatial dimension is taken into account regarding the production and appropriation of the participants and how those actions assert their ownership in the space are taken into account. To accomplish this, a methodological tool has been developed considering the manner in which domestic spaces are used and the different ways the limits of domestic spaces occur in relation to the home and the neighbourhood. The approach is ethnographical, based on participating observation and thorough interviews to the inhabitants of the gated community in the city of Córdoba. The purpose of this research is to comprehend the meaning of the everyday activities for the people that perform them, how the representations of the living spaces are built simulteneously and reciprocally in the place that contains them and the meaning that the participants assign to those everyday activities in their speech.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Prácticas socio-espaciales; representaciones; cotidiana; barrios cerrados; límites

Socio-spatial practices; Representations; daily life; closed neighborhoods; limits

vida

Arquitecta FAUD – UNC. Doctorando en Estudios Urbanos, ICo – UNGS con beca interna doctoral CONICET bajo la dirección de la Dra. Cecilia Marengo. Maestranda en Antropología Social FFyH – UNC. Adscripta egresada en Morfología 2 A y Arquitectura Paisajista B, FAUD – UNC. 1

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Puntos de partida Durante las últimas décadas, hemos presenciado grandes replanteos en numerosas disciplinas, desde las ciencias sociales, a la arquitectura y el urbanismo, tanto en sus ideologías como la puesta en crisis de la veracidad de los metarrelatos y los enfoques con que se los analiza. El campo de lo urbano es tal vez, uno de los más difusos y complejos. De hecho, ocurren muchas superposiciones y agregaciones con otras como la antropología, la sociología, la ecología, la psicología social, e incluso con el mismo urbanismo, pero sucede que suele caracterizarse a las sociedades urbanas en términos puramente inespaciales y abstractos, dejando de lado los actores y sus prácticas. La investigación en curso propone un abordaje complejo y transversal entre los temas, evitando enfoques endógenos, incorporando tanto las facetas espaciales-territoriales, como las que tienen que ver con los diferentes ámbitos de la vida social, desde una mirada etnográica. Se orienta al estudio de ciudades, en especíico a las formas de vida social que emergen en espacios periféricos y suburbanos; desde la perspectiva de aquellas personas que viven en barrios cerrados, poniendo bajo nueva luz, el entorno barrial y cómo son habitados. Se observa una carencia de estudios etnográicos enfocados en esta temática, en el medio local, por contraposición a la profusión de producción académica existente concentrada en el conurbano de Buenos Aires. En este artículo se presenta una propuesta de herramienta metodológica para ser usada y corroborada su utilidad en trabajo de campo. Primeramente, se caracteriza el barrio cerrado como ciudad amurallada, a partir de una articulación entre el espacio físico -de la arquitectura y el barriopara avanzar luego con el espacio social mediante el estudio de las prácticas cotidianas; utilizando como lugar para la recolección de datos empíricos, un barrio cerrado de la ciudad de Córdoba.

Introducción: consideraciones generales y problematización Si bien el fenómeno de la suburbanización de la metrópoli viene siendo estudiando por numerosas disciplinas, a los ines de este artículo no interesa tratar los enfoques y aportes sobre el tema. Estas relexiones no son ajenas a la ciudad latinoamericana, ya que se reconocen múltiples factores que hacen que estas converjan en las perspectivas de “lo fragmentado”, con matices regionales propios. Esto se resume en modelos de ciudad desconcentrada y segregada, hablando en términos tanto espaciales como sociales, con numerosas formas de exclusión social, tomando a ines de este trabajo de investigación, el fenómeno de los barrios cerrados. Mucho se ha hablado de cómo la tipología de ciudad amurallada se acopla bien a los principios del modelo neoliberal, que deviene en el territorio urbano insular: privatización de servicios, desregulación pública, mono funcionalidad de usos, individualismo, socialización selectiva y privilegio de los medios de transporte privados. Para situarnos contextualmente, se plantea escuetamente el marco del que emerge: las transformaciones del capitalismo desde los años 70 que en el caso de Argentina tuvieron su mayor impacto en la década de los 90 con el desarrollo de políticas neoliberales, que devinieron en grandes transformaciones económicas y estructurales del Estado, así como en el rol de las ciudades. Las nuevas construcciones de lo urbano llevaron a un abandono progresivo de la planiicación en pos de una estrategia basada en la producción de una imagen de ciudad (Carman, 2006). En este contexto de crecimiento de las desigualdades, el éxito de los barrios cerrados puede comprenderse como la manifestación espacial de la brecha (económica, cultural y política) que separa a los “ganadores” de la nueva economía post industrial y globalizada, y los “perdedores” del juego (Svampa, 2001). De modo que, aunque la fragmentación se materializa espacialmente de otras maneras además de los barrios cerrados, su aceptación por parte de los grupos sociales y la cristalización de sus representaciones, los convierten en un objeto digno de ser estudiado. Esto es porque se presentan como objetos especíicos de consumo a partir de los regímenes de valor que se les atribuyen en su ubicación en el espacio y tiempo analizado. La circulación de objetos en el mercado nos resulta útil para relexionar acerca del barrio cerrado, sus viviendas y espacios interiores en tanto

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mercancías; y su imagen como objeto de distinción y manifestación del ser social de quien los habita. Así como los modelos de estilo de vida e imaginarios urbanos (o representaciones de la ciudad) que son recibidos por los agentes sociales y circulan constantemente entre ellos a través de la experiencia directa de vivir en el barrio; y a través de los medios, que hacen que las reproducciones de estas imágenes sean apropiadas, ajustadas e incorporadas a la vida práctica, o modo de habitar. Este trabajo se acerca a las nociones de ciudad desde una perspectiva antropológica, estudiando los sentidos de lugar y la subjetividad espacial en torno a la casa y los ámbitos externos a ella, en tanto primer lugar de construcción de sentidos.

Procesos de encapsulamiento y breve periplo de deinición de postura metodológica Si tomamos la acepción de Pedro Buraglia (1995), el barrio tradicional abierto presenta las siguientes características: * Articulador entre las diversas escalas de la vida social urbana, del individuo a la interacción entre grupos de personas. * Integrador de la vida familiar, adoptando la estructura urbana, donde cierta ainidad geográica deviene en relaciones más fuertes de compadrazgo. * Referente espacial, como porción deinida de territorio referente de localización física y existencial. Por su estructura y la forma, ofrece la posibilidad de orientación, indicándole donde se encuentra, qué puede hacer y cómo y cuándo se conectan otros lugares con el que uno se encuentra. * Generador de identidad; cierto principio de apropiación colectiva, rasgos de diferenciación de grupo y sentido de territorialidad, surge en un territorio deinido como propio o como extensión del “espacio vital”. * Articulador entre diversos grados de privacidad; regulados mediante diversos niveles de cerramiento del espacio, en este caso, expresados mediante la muralla. Gradientes de privacidad entre lo público y privado, entre “el espacio propio” y “la vida mundana”. El barrio se constituye como elemento intermedio entre la vivienda y la ciudad. * Soporte para el desarrollo de las diversas fases del ciclo vital, como posibilidad de interacción y de soporte mutuo entre personas de diversa edad o condición. * Integrador de las redes sociales de solidaridad y apoyo a pautas de convivencia, donde ciertos comportamientos sociales consensuados circunscrito a un territorio físico, pueden trascender a formas de organización y gestión autónomas. Según Guy Thuillier (2005), el espacio colectivo de ailiación para la población ya no es ni la localidad, ni el barrio (teniendo en cuenta su enfoque tradicional que implica diversidad socioeconómica), sino que este lugar de fraternidad se reduce a un enclave pequeño socialmente homogéneo, desligándose de la alteridad del resto de la ciudad. Todas estas funciones del barrio abierto mencionadas por Buraglia (1995), se consideran inaplicables o insuicientes para interpretar plenamente la dinámica y realidad actual de los barrios cerrados. Sin embargo, arrojan luz sobre muchos aspectos como las condiciones particulares en las que se desarrollan estas situaciones, como el aislamiento e inaccesibilidad de extraños a estos lugares y la sociabilidad en su interior. Asimismo, las imágenes bucólicas en su interior, el soporte mutuo para el desarrollo de ciertos valores, la seguridad en un contexto de desenvolvimiento en el cual el eje pareciera ser la calidad de vida, evocan la vida de barrio abierto. Esta particularidad de inaccesibilidad implicó que las primeras entrevistas exploratorias se realizaran en el barrio al cual se tenía posibilidades de ingreso por relaciones de conianza previa. Estas primeras entrevistas permitieron observar elementos cotidianos de los habitantes, maneras de nombrar los fenómenos, prácticas banales, objetos o lugares a los que se les daba importancia, formas en que utilizan sus viviendas y los espacios aledaños y las formas en que se vinculan con sus vecinos inmediatos. Los emergentes surgidos de esta primera aproximación dieron pautas para elaborar nuevas lecturas que

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diieren de las explicaciones legitimadas. Tal como se mencionó, se reconoce relacionado al estilo de vida propuesto en los barrios cerrados, una recreación de estos aspectos intrínsecamente vinculados a la sociabilidad barrial de la ciudad abierta, basada en el cultivo de las relaciones de vecindad, la conianza y la seguridad, supuestamente perdidos y relacionados a épocas pasadas. Aunque los barrios cerrados se desentiendan de los lugares comunes de la ciudad abierta, sus habitantes buscaban emular sus vivencias. Si bien la metodología es meramente cualitativa, se incorporarán métodos complementarios para dar un seguimiento al proceso socio-territorial de los barrios cerrados, como la observación directa continua tanto en imágenes satelitales como en el lugar, como censos de vivienda y otros datos; dando una mirada excéntrica, o en palabras de Lindón (2000) “exógena”. Se propone un método de trabajo de campo, con herramientas fundadas en la etnografía, a in de hacer visibles elementos no encuadrados en explicaciones generales o en otros métodos, como, por ejemplo, las “perspectivas nativas”. Esas últimas deberían ser entendidas más como un punto de vista “vivencial” (formas de hacer y crear vida social) y menos como un punto de vista “intelectual” (formas de concebir y signiicar mundos), especialmente teniendo en cuenta que lo que estudiamos son los modos en que la gente habita. La idea de incorporar las dimensiones subjetivas tiene que ver con evitar una mirada desde afuera, meramente teórica. El trabajo de campo es la clave que permitirá comprender la presencia de otros fenómenos y procesos a nivel micro y no tangibles. A estos efectos, nos detenemos en la airmación de Guber (1991: 79) donde aquel que investiga debe tomar una actitud comprometida frente a “contrastar y reformular sus sistemas explicativos, a partir de los sistemas observados”, o sea, que predomina la “perspectiva del actor” como fundamento empírico, frente a las construcciones analíticas. Esto es útil en la medida que prioriza la perspectiva del actor como un “universo de referencia compartido —no siempre verbalizable— que subyace y articula el conjunto de prácticas, nociones y sentidos, organizados por la interpretación y actividad de los sujetos sociales”. Suponiendo que ese universo “tiene existencia empírica, aunque su formulación, construcción e implicancias estén deinidas desde la teoría” (Guber, 1991: 75). Así se supone una producción intersubjetiva de conocimientos coprotagonizada por el etnógrafo y los sujetos con que toma contacto durante el curso de su trabajo de campo (Clifford, 2003). En el diseño de la herramienta metodológica que se expondrá a continuación, se tuvo en cuenta el análisis del discurso como fuerza performativa estructurante de la realidad (Laclau y Moffe, 1979) en la que la explicación de los sujetos y su acción de grupo se piensa a partir de una producción social de signiicaciones. Desde esta visión, sus dos características principales, por un lado, la perspectiva comunicacional, y por el otro, lo discursivo, fueron muy útiles para pensar los lugares a partir de cómo se habla de ellos. Especialmente, se entiende lo discursivo como algo que no es meramente lingüístico, por lo que el espacio urbano y el espacio doméstico también pueden considerarse un discurso ya que dependen de las disputas en el terreno y los modos de estar en él. Se procura rastrear aquellas regularidades dentro de la gran dispersión de discursos para detectar aquellas articulaciones que dan forma y sentido a la ciudad. Éstos discursos coniguran las distintas entidades vecinales, en este caso un barrio cerrado, junto con las coniguraciones de la ciudad y su adición o separación de ella. Por otro lado, se complementa con la perspectiva comunicacional basada en la producción de signiicaciones que entiende los procesos sociales como fenómenos que no pueden desvincularse de sus dimensiones signiicantes, devenidas de un proceso continuo e ininterrumpido, no atribuidas a un grupo o individuo en particular. Por eso los sujetos se constituyen y diferencian dando forma a su entorno en un proceso permanente de resistencias para poder establecer “lo que las cosas son”. Entonces entendemos que las identidades son efectos de procesos que no provienen de una única fuente que origina su sentido y que muchas veces se establecen mediante metáforas, que tienen la virtud de ampliar nuestra mirada de una manera creativa. De más está decir que estos discursos no agotan las posibles coniguraciones de identidades barriales,

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sino que existen en relación de mutua determinación y en permanente coniguración y transformación con otros. En síntesis, en términos metodológicos, se propone una investigación cualitativa de carácter exploratorio, cuyo abordaje se inició con entrevistas individuales y grupales a residentes de barrios cerrados que llevasen más de cinco años viviendo en el lugar y datos extraídos de observaciones de campo, a in de dar cuenta de la construcción de representaciones y las posibles tensiones y quiebres presentes en su reproducción.

Representaciones, vida cotidiana y ser social de los habitantes La vida cotidiana en las sociedades occidentales no puede ser reducida a una dinámica simple, ya que es la plataforma en la que las actividades humanas modelan las relaciones sociales en pos de su reproducción. Podemos establecer un paralelismo entre las representaciones y las legitimaciones de los gustos, ya que tanto la vida cotidiana como las representaciones sociales dotan al individuo de un conocimiento, que le dicta cómo actuar, guiando sus comportamientos, decisiones y prácticas en un sistema tanto de anticipaciones como de expectativas (Bourdieu, 1991). Sin embargo, el hecho de que las representaciones sean generadas y compartidas socialmente, no implica que sean genéricas y homogeneizantes, en el sentido que no son universales para todos los sujetos de la misma realidad social. Éstas no son objetos en sí mismos, y mucho menos se encuentran suspendidas al libre albedrío en el espacio social, sino que se incorporan al pensamiento de los agentes. No son una simple interpretación de la realidad, sino que son un proceso de su producción, y viceversa, también la realidad social impone condiciones de interpretación y construcción de signiicados. Así como la vida cotidiana, las representaciones se coniguran por dos mecanismos: la objetivación y el anclaje (Goffman, 1959). La primera, como un proceso de transformación de información abstracta en conocimiento concreto a través de la comunicación, que culmina con la conformación de signiicados igurativos, metafóricos y simbólicos que son puntos de referencia compartidos acerca de un objeto. El segundo, como un proceso mediante el que las imágenes y signiicados del objeto de representación -constituido en el proceso anterior- pasa a formar parte de los conocimientos y creencias del agente (Clémence, 2001), permitiendo clasiicar los acontecimientos en tipos respecto a los que se deinirán a los otros individuos o grupos. Aquí se explica cómo las representaciones sociales, en cuanto a imágenes y signiicados que se le adjudican al objeto representan la ideología de grupo. En efecto, las representaciones tienen un doble in: hacer que lo extraño resulte familiar y lo invisible, perceptible (Farr, 1986: 503), signiicando que una de las funciones de las representaciones sociales consiste en que el agente perciba su realidad como algo dado (normal, natural), siendo este sistema de códigos, una parte de uno con la que se siente plenamente identiicado, contribuyendo a la coniguración de la identidad de los agentes tanto individual como grupalmente. En resumen, las representaciones terminan funcionando como una especie de lente a través del que se dota de signiicado a la realidad social, así como también para poder elaborar esta realidad social. Estos códigos expresan una ideología de grupo, siendo un conjunto de códigos que maniiestan una síntesis simbólica de todos los ámbitos del campo social, como condición para su producción. Entonces, las representaciones sociales, al llevar en su contenido los códigos del grupo, maniiestan sus formas ideológicas, por lo que, para conocerlas, hace falta analizarlas. Siguiendo estos pensamientos, una vez superado el valor de la casa como mero lugar donde vivir, se supone una inversión extra de valor en la producción del producto-casa que tiene que ver con los gustos, practicidad, economía, calidad, etc. Entonces, las propiedades del producto-casa son deinidos por la relación entre sus características objetivas y los esquemas estéticos y éticos que estructuran cómo se percibe y aprecia, ya que su objetivo es hacer resurgir las experiencias en torno a la casa que son “comunes, triviales” -en relación a la tradición cultural, como la relación estructura de los espacios interiores, la relación entre el espacio doméstico y el público- y a su vez, “singulares y únicas” por formar parte de la historia personal, parafraseando a Pierre Bourdieu (1991). De modo que las valoraciones de las casas como productos

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para ser consumidos, dependen más de su valor signo (de distinción) en un espacio y tiempo, que de su valor de uso determinado por las propiedades objetivas intrínsecas del objeto (Appadurai, 1986). Una clase se deine por su ser percibido tanto como por su ser; por su consumo –que no tiene necesidad de ser ostentoso para ser simbólico– tanto como por su posición en las relaciones de producción. La relación entre agentes, espacio doméstico y signos de distinción van de la mano con la sociedad de consumo, ya que esta ha colonizado cada vez más en los ámbitos privados, inluyendo en sus conductas y aspiraciones, siendo la vivienda uno de los ejes fundamentales del espacio privado. La construcción de un tipo ideal de vivienda y espacios colindantes, permite analizar las percepciones en torno al barrio, zona, tipo de casa y ambientación, así como vislumbrar los imaginarios que reieren al gusto legítimo, en los contextos mencionados de fragmentación social, espacial y posicionamiento social basada en la homogeneidad, diferenciando a los de adentro y a los de afuera. Mencionamos la importancia de la imagen de la ciudad en cuanto a sus representaciones y legitimaciones y como estas se trasladan al estilo de vida en el barrio cerrado. Tal vez la mejor manera de abordar esta temática, es insertar a los barrios cerrados en el lugar que los colocó la retórica publicitaria de los años 90, con ciertas actualizaciones de discursos respecto a cómo se apunta a producir estilos de vida estandarizados, condensados con determinadas fórmulas que sintetizan “nueva calidad de vida”, en términos de seguridad privada, contacto con la naturaleza, relacionado a los clubes de campo, a la vida deportiva, colaborando con los procesos de homogeneización cultural y respondiendo a la consigna de “vivir bien” que articula las transformaciones culturales del espacio doméstico, emergiendo la casa como fachada del estatus y manifestándose como el ser social del habitante. Estas representaciones tienen un impacto masivo en estos los grupos que ocupan estos barrios, dando un nuevo marco para la cultura y la vida cotidiana. Esto produce una nueva atracción por las formas de vida urbana, antes estigmatizadas, resemantizando los aspectos negativos de los suburbios, que no representan ni al campo ni a la ciudad (Strathern, 1993: 191), de modo que sus representaciones se terminan instalando como elementos constitutivos de los procesos culturales, mediante su difusión mediática de imágenes, conductas y estéticas y aianzándose mediante las culturas materiales. Muchos de los signos que se adoptan, imprimen en la manifestación física del habitar, la casa, el signiicado de un progreso nuevo y privilegiado, cuyas representaciones responden a lógicas que tienen que ver con la globalización. Pero, llegar un barrio cerrado con lo que Arizaga llama “imaginario de llegada” (2004), construido y acuñado por los medios, presenta un gran problema en cuanto a lo que el habitar es para el sujeto antes de ocupar efectivamente la vivienda; aquella que habita antes de mudarse al barrio cerrado, aquella que está habitando antes de que exista -formada de imaginarios cuando se la pide el arquitecto y cuando éste la diseña. Parte de este trabajo de investigación relativiza la eicacia del estilo de vida en los barrios cerrados y los verdaderos modos de habitar en cuanto a las prácticas familiares y sus representaciones en los espacios domésticos. Más allá de las consecuencias prácticas que estos fenómenos que he explicado han tenido en la sociedad, es interesante ver la huella profunda que han dejado en las representaciones de la vida en un barrio cerrado. Cuando se ocupa la vivienda se plantea un nuevo habitar que exige múltiples relexiones, sobre todo en el caso de sujetos que se están sumando al consumo de estas representaciones y se plantean como pregunta crucial: ¿por dónde se empieza? ¿Qué se incorpora y qué se deja de lado? ¿De qué se desliga el habitante? Las representaciones a veces están tan arraigadas que pareciera que los habitantes del barrio cerrado actúan con una limitada oferta, bajo la tutela del grupo que habita el resto del barrio y a quienes tienen que responder como leyes normales de la ciudad. Casi como si los consumidores tuvieran que cumplir una obligación con la industria y la publicidad. Sin embargo, a pesar de que las representaciones asociadas al estilo de vida en el interior de las urbanizaciones cerradas se plantean como homogéneas, pareciera que no todas se cumplen al pie de la letra como la plantean las publicidades y el discurso externo a los habitantes.

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El límite, el doble límite y los espacios intermedios para el análisis de la fragmentación de la ciudad Históricamente, si observamos la casa burguesa, que comenzó a sufrir grandes transformaciones a principios del siglo XX, iniciando un proceso de diferenciación entre lo público y lo privado y con ello un importante cambio en la organización de la vida cotidiana de quienes las habitaban. Un factor que determinó esta diferenciación de lugares fue la salida del trabajo de la esfera doméstica, cambiando las normas de uso y comportamiento en sus ámbitos. La casa se constituyó en el espacio privado, el espacio de la familia y deinió que lo que ocurra en el universo doméstico, pertenece estrictamente a la vida íntima: la vida privada, manifestada dentro de sus límites. Esto también se visibilizó en los medios aconsejando al público sobre la construcción de los interiores modernos y la nueva forma de utilización de los espacios ante la reducción de sus dimensiones respecto a las viviendas tradicionales. Si la casa burguesa tenía límites bien deinidos, siendo esta su característica principal; la casa de hoy empieza a buscar desdibujar sus límites físicos a partir de las prácticas que se realizan en los espacios, que hacen que ciertos lugares se extiendan hacia el público y otros lugares se replieguen. Hoy en día muchas imágenes, relaciones o hábitos familiares y de espacio doméstico producen inlexiones y confusiones entre lo que es la ciudad abierta y la ciudad cerrada que deviene en una realidad distorsionada donde el límite ya no es tan importante en su parte material y física de muralla que separa el barrio cerrado del resto de la ciudad abierta, sino los matices de su rol que se empiezan a manifestar hacia dentro que permiten la interacción de los grupos sociales que habitan el barrio cerrado. A continuación, se expondrá brevemente cómo diferentes nociones de límites manifestadas en los barrios cerrados sirvieron como dispositivos para pensar la relación de los espacios de las casas. En cuanto a sus espacios hacia adentro, las casas hacia afuera en relación al barrio y el barrio en relación a la ciudad, y principalmente, los gradientes que permitieron comenzar a ver que esta no es una realidad determinante, sino más bien matizada, a través de diferentes ejemplos, autores y preguntas que surgieron en las primeras aproximaciones al objeto empírico. Por otra parte, cómo estas sirvieron para comenzar a delinear una herramienta metodológica que será puesta a prueba en futuras visitas a campo para poder veriicar sus posibles utilidades y ajustes.

El límite y no-límite Ampliando lo desarrollado, Girola (2005) establece que a partir de los 90, los conjuntos residenciales con seguridad implicaron un traslado de los sectores medios y altos hacia espacios alejados de la ciudadcentro, generando una nueva forma de ocupación material y simbólica de los suburbios de las grandes ciudades. Lo desarrolla a partir de dos categorías analíticas en relación a los barrios cerrados: la nueva segregación/fragmentación urbana y el urbanismo ainitario. La acepción del término segregación da cuenta de situaciones urbano-residenciales extremas y contrastantes como el aislamiento que padecen los sectores desfavorecidos y, por otro lado, el aislamiento voluntario de los sectores acomodados en las urbanizaciones privadas o cerradas. Este segundo efecto produce como resultado, un doble proceso: el cerramiento de un espacio mediante barreras físicas y la conformación de un grupo socialmente homogéneo. El cerramiento del espacio mediante barreras físicas (fragmentación) genera separaciones rígidas entre el adentro/ afuera, lo privado/público, la seguridad/inseguridad. Asumiendo al límite como una línea que parte el plano en dos, sin espesor ni entidad en sí misma, adquiere la identidad que los sujetos deciden darle: si la línea se cierra sobre sí misma se genera un espacio positivo y uno negativo, deiniéndose por oposición un adentro/afuera. En este caso, las diferencias se acentúan aún más, ya que el interior quedará contenido en el exterior. Nos encontramos con líneas cerradas en sí mismas, muralla alrededor del barrio con seguridad que lo separa del resto

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de la ciudad, las líneas de parcela que determinan legalmente dos propiedades diferentes. Pareciera que el deber de la ordenación urbanística consistiese en deinir líneas, establecer entidades y marcar distancias, sea de concreción física, arquitectónica, constructiva o social. Sin embargo, teniendo en cuenta que, en el interior de estos barrios, el sentimiento de ainidad y de seguridad hace que la gente se “relaje”, haciendo que los símbolos de distinción entre iguales sean mucho más evidentes y que los límites se diluyan, exponiendo los gustos legitimados frente a los vecinos sin temor. Resultó muy útil para ilustrar esquemáticamente las diferencias entre privado/público y adentro/afuera, la obra de arte de Dan Graham, en su trabajo “Alteration to a suburban house” (1978-1987) (Figura 1) donde critica la arquitectura de los suburbios norteamericanos, no en cuanto a problemas formales de la vivienda, sino ideológicamente respecto a la percepción y al sentido del espacio habitable: los adentros y afueras, lo que se deja ver y lo que no se deja ver de uno, el exhibicionismo de símbolos y vida privada, permitido solamente dentro de los fuertes muros y murallas de un barrio cerrado. Asimismo, representa el constante monitoreo al que están expuestas las personas, especialmente en los barrios cerrados, como una mediación de presencia intensa entre el sujeto y el espacio habitado, siendo esta vigilancia una suerte de sometimiento al espacio arquitectónico. Detectar esta noción de cómo “lo expuesto”, “lo público”, tiende a penetrar cada vez más en lo privado, parte de cómo se expresa la fachada de una típica casa suburbana, que se ha eliminado y sustituido por un plano completamente vidriado. Un espejo paralelo a la fachada de vidrio hace el espacio de la vivienda doblemente público, en cuanto público, lo que se exhibe. Como el espejo mira a la fachada de vidrio y a la calle, releja no sólo el interior de la casa, sino también la calle y el entorno exterior de la casa. Las imágenes relejadas de las fachadas de las dos casas opuestas “rellenan” la fachada ausente. Las personas “en el exterior” son expuestas doblemente. No sólo se exponen a que las vean las que están adentro, sino que se ven a sí mismas expuestas y vistas por otras siendo público y actor, exhibido y voyeur. El sujeto no está ni dentro ni fuera de la casa.

Fig. 1: | Dan Graham | “Alteration to a suburban house” (1978-1987) Fuente: Graham, D. (1978) Alteration to a Suburban House [Figura] Recuperado de http://www.moma.org/collection/works/147054?locale

Esto ilustra que las alteraciones de la vivienda siempre implican cierto momento de proceso, exponiendo elementos previamente ocultos a la vista. Al eliminar la fachada se revelan tanto la estructura física del interior de la casa, la social de quienes la habitan y las relaciones hacia afuera que sustentan esa estructura social. La fachada es una “ventana a la domesticidad” que permite conocer la vida de la gente que la habita, ya que no se expone el interior ni un espacio privado (o por lo menos, no más privado que una vidriera, un showroom, o una celebridad a quien se le hace una entrevista en su casa para una revista), sino que termina revelando una representación pública de vida doméstica convencional en un barrio cerrado. En palabras de Graham (1993 [1978]): “una imagen de la normalidad socialmente aceptada, que vende el sueño americano de la clase media y como una valla publicitaria en la que los ojos de los transeúntes no se detendrán demasiado, darán una ojeada fugaz y furtiva, como no queriendo saber demasiado o detectar algo fuera de lo ordinario”. Según esta descripción del autor,

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no es que el espectador sea cortés al no mirar hacia adentro, sino que no lo hace porque es su propia identidad lo que está en juego. A su vez, esta sobre exhibición es paradójica y lleva a hacerse preguntas ya que se asume que, en los barrios cerrados, todo transeúnte es un sospechoso y un intruso. En estas urbanizaciones, los ventanales se convierten en una suerte pantalla de identiicación, una forma de espejo de sí mismos. En estos ámbitos tan herméticos y de cercanía en campo social, sus habitantes no se guían solo por la publicidad para conformar su modo de habitar, sino que sus conductas y hábitos de consumo son en parte también determinados por sus vecinos. La obra de Graham es un recurso más a analizar como texto y discurso del modo de habitar y del estilo de vida. Airmamos, por ello, que la casa es otro medio de comunicación de estas categorías.

El doble límite Alicia Lindón (2006) plantea que a partir de la expansión metropolitana y el proceso de suburbanización se produce la deconstrucción de la ciudad, implicando, a su vez, una deconstrucción de la vida social y simbólica imbricada en las formas espaciales urbanas. La autora, así como esta investigación, se enfoca en el punto de vista del habitante, estudiando los espacios domésticos en tanto espacios vividos, planteando que “las grandes ciudades actuales han llevado a redeinir el sentido de la casa, pero esa nueva concepción tiene implicaciones considerables en la ciudad misma” (Lindón, 2006:24), porque el fenómeno de resemantización de la casa construye la ciudad, ya que esta fragmentación de la que hablamos se ve manifestada en una adición de casas próximas unas a las otras vinculándose, la mayoría de las veces, entre desconocidos. Existe además una alta valoración social y estima social en los cerramientos de fronteras (con una fuerte carga simbólica) de la manera más hermética respecto al exterior (Lindón 2006: 27). Para trabajar con los valores del producto barrio-cerrado se hace imprescindible tener en cuenta el ideal, desarrollado anteriormente, de una comunidad puriicada que el enclave intenta sostener tras las murallas (vínculo de comunidad con identidad común y hacer desaparecer el conlicto de la alteridad, con hincapié en construir un nosotros acabado y deinitivo para resguardarse de los cambios y desplazamientos sociales). Por ello, la coherencia grupal basada en el sentido de pertenencia, da orden. Cuando realmente existe un conlicto entre lo público y lo privado; cuando lo público se vuelve agresivo, y lo privado receloso, la línea se erige fuerte y sin franjas de tolerancia, como observamos en la muralla que separa el barrio cerrado. Entonces, el cerramiento de los barrios, si bien es una modalidad que se ha impuesto en muchas ciudades del mundo desde hace décadas, en el caso de Córdoba reviste un cambio cualitativo en cuanto al uso del espacio ya que tradicionalmente responde un paradigma de ciudad abierta, un lugar de intercambio heterogéneo con otros múltiples. Siguiendo esta idea, los procesos de suburbanización privada se presentan como efectos de esta época en cuanto a actitudes, prácticas y representaciones particulares de los habitantes. Es aquí donde se asume la riqueza del objeto de estudio, que simboliza e impacta en la materialidad de lo cotidiano -como sistema de creencias, costumbres, ediicación y otras formas de vida social-, que interactúan dinámicamente modiicando los cambios en los modos de habitar y en las representaciones de los estilos de vida en un barrio cerrado. Más aun, como mencionamos anteriormente, siguen emulándose los rasgos de la ciudad abierta como auténtico modo de habitar la ciudad cordobesa, regulado por esta doble protección de este doble cerramiento. Se considera por ello altamente signiicativo el análisis de los aspectos socioculturales y su vinculación con el resto de la ciudad y la dinámica de la realidad cordobesa respecto a la fragmentación socioespacial y sus procesos de homogeneización/fragmentación. Se asume que el hombre produce su mundo -de los usos, cosas y lenguajes- y el medio ambiente donde habita. Ambos son espacios de interacción de las actividades humanas y permiten la reproducción de la vida cotidiana, como prácticas espontáneas y repetitivas. La casa es la zona de praxis para ello. La voz de los consumidores del discurso publicitario para interpretar el tipo legitimado de vivienda

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como espacio del “buen vivir”, es fundamental para la interpretación del énfasis entre los procesos de distinción en el interior y el exterior de los barrios cerrados, y poner en evidencia la producción de signiicados en su interior, que es mucho más franca al tener esta doble frontera protectora. Los sujetos que habitan su casa pueden construir, simbólicamente y/o materialmente, muros o fuertes murallas para sentirse seguros y protegidos dentro de estos. En estos conjuntos residenciales de bajísima densidad, existen simbólicamente y materialmente dos murallas entre cada casa, una el límite de la vivienda con respecto al espacio común del barrio y otra, mucho más fuerte y marcada con respecto al “afuera” (Lindón, 2006: 27). En este sentido, en los barrios cerrados existe una doble frontera: si bien en su interior no se mantienen estas separaciones herméticas de la casa respecto al medio circundante, mientras que luego sí se interpone una segunda frontera que separa al conjunto del barrio con el exterior de manera fuerte y determinante. ¿Cómo son las fronteras simbólicas entre lo “privado” y lo “público” dentro del barrio cerrado? ¿Cómo se enfatizan y cómo se materializan los límites? ¿Cómo se perciben esos límites? ¿Cómo percibe cada persona esta fragmentación y la multiplicidad de muros y barreras?

Los espacios intermedios Pensando en esta dualidad de posibles y diferentes “adentros” y “afueras”, la inclusión y exhibición que permite esta apertura hacia adentro del barrio cerrado, genera una discusión sobre la disolución de los límites entre lo privado y lo público. Esto es porque en el interior de un barrio cerrado, las líneas entre las viviendas y el espacio del barrio parecieran volverse discontinuas, existiendo cierta permeabilidad entre interior/exterior, siendo estos espacios activos donde las prácticas salen de la casa a la calle y a su vez, estas entran en la vivienda. En las primeras aproximaciones a campo, el ámbito de la ciudad se hizo inabarcable e inabordable por lo que se hizo necesario un abordaje al tema, no desde la micro escala, sino desde la escala de un barrio cerrado de pocas manzanas. A su vez, a medida que iban surgiendo planteamientos de los habitantes del barrio relacionados a cómo se utilizaban los espacios de la casa, (y más importante, cómo se utilizan los espacios de afuera de la casa en relación al resto del barrio cerrado), éstos sirvieron como dispositivos para hacerme preguntas sobre los posibles “adentros” y “afueras” del barrio en sí mismo y respecto al resto de la ciudad, así como el carácter de las fronteras simbólicas entre lo “privado” y lo “público” de las casas en el barrio y del barrio respecto a la ciudad; las prácticas que se desarrollaban en ellos y cómo se deinían, para poder integrar una apertura a esta escala de análisis. Siguiendo con los razonamientos planteados, así como una línea continua podría ser un muro, otras veces esta línea es mucho más sutil, mucho más débil, siendo una línea discontinua. Los tramos ausentes de la línea: ventanas, puertas, vanos, entre otros, no tienen una translación física muy palpable: por ello el límite se transforma en una franja con espesor que no pertenece ni a un lado ni a otro, pudiendo considerársela como una entidad propia, entonces aparecen como lugares con calidades espaciales. Membranas que son una entidad en sí misma, no sólo el límite donde termina cada uno de los lados. Outro mundo (Da Matta, 1997), engawas japoneses, llamados thresholds en inglés, o espacios intermedios, en nuestro caso. Los espacios, aparentemente estáticos que nos dicen cómo actuar en este objeto cultural arquitectónico, lo duro (De Certeau, 1987) comunican plenamente el espacio activo de los medios de comunicación y se ligan a la experiencia de las acciones que suceden adentro, la esfera de lo cotidiano. En cuanto la acción cesa, el espacio desaparece. Quedan solo como ideas, ya que son representaciones de símbolos, lo blando del espacio, las prácticas culturales, las maneras de hacer casi insigniicantes, temporales, ocasionales que proliferan diseminadas en los espacios de la constricción que nos plantea el programa duro de la arquitectura. Aquí es donde aparecen las brechas y las resistencias de las que hablamos,

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que se maniiestan como apropiación plena del espacio, donde el sujeto es propietario y creador de ese espacio intermedio, sin ser un receptor pasivo, sino su reconstructor. Roberto Da Matta (1997), plantea que existen diferentes esferas de signiicación social que separan contextos y coniguran actitudes y contienen visiones del mundo o “éticas particulares”. ¿Estas esferas de sentidos son la casa, la calle y otro mundo, que ordenan nuestra forma de actuar en determinados contextos regulando nuestro comportamiento? El autor además esgrime que existe una oposición compleja, dinámica y relativa de la casa y la calle, ya que ambas se reproducen mutuamente “puesto que hay espacios en la calle que pueden ser cerrados o apropiados por un grupo, categoría social o personas, volviéndose su “casa”, o su “punto”. Así como la calle tiene espacios de “moradia” 2 y/o de ocupación, la casa también tiene espacios “arruados” (Da Matta 1997: 55)3. Estos espacios intermedios se construyen con elementos que establecen relaciones a modo de puentes entre el interior y el exterior, pero no forman parte de ninguno de los dos lados; son otro tipo de espacio -como las ventanas, balcones, galerías, las salas de visita, las cocinas, las entradas de servicio, patios, jardines, invernaderos o porches. De esta manera se generan espacios intermedios entre lo “público” y lo “privado”. No forman parte del interior ni del exterior. Se piensan a partir de la voluntad de construir una franja de tolerancia a partir de la duplicación de esta línea discontinua que mencionamos. Una estrategia encaminada a difuminar los límites público/privado, casa/barrio, barrio/ciudad; una estrategia que favorezca espacios con sensación de cobijo, y a la vez, de intercambio, un lugar que puede resultar acogedor para la persona y, al mismo tiempo, ser ajeno; cohabitación entre cobijo e intemperie. La permeabilidad de este espacio membrana tanto hacia el exterior como hacia el interior hace posible que usos y objetos de los dos lados la contaminen. Aire y plantas del exterior, sillas y libros del interior, adquiriendo una identidad tan potente como cada uno de los dos lados. Son un lugar donde la apariencia personal puede ser controlada, un espacio donde la gente que no sea invitada puede ser recibida y que se exhiba ante ellos solamente una porción controlada por el sujeto de su ser social. Además, mientras que los espacios externos son profanos, la vivienda es simbólica, ya que los umbrales no solamente controlan el acceso y la visibilidad entre estos dos dominios, sino que también, desde la perspectiva antropológica, regulan la materia “contaminada”. En suma, son un espacio ambiguo, ni público ni privado, ni sagrado ni profano, al cual se atribuye una forma espacial y funciones rituales para impedir que una materia no deseada contamine la casa. Al preguntar sobre el uso de estos lugares, en las respuestas se ve implicado el efecto borroso que se obtiene tanto destruyendo la claridad de las iguras de los niveles a los que estamos acostumbrados transitar, la legibilidad del piso, techo, muro, ventana y puerta, como el desdibujamiento de las actividades que en teoría les corresponde que debiésemos realizar en ellos. Los actores que utilizan estos espacios parecen relexionar sobre la (in)deinición de los límites físicos tanto de la casa como de su uso, reparando en los dilemas duales sobre fondo/igura, adentro/afuera, público/privado, mueble/ inmueble, etc., que, disolviéndose a partir de la ambigüedad, desde su formalización espacial y desde lo programático. Estos espacios intermedios retienen novedosamente un signiicado en cuanto a espacios “en blanco”, posibles de conigurar y reconigurar. Una suerte de silencio que es apropiado al discurso propio sobre el modo de habitar dentro del barrio cerrado. De modo que los muros, lo duro, las delimitaciones de las coniguraciones espaciales y funcionales de la arquitectura son solo formas para que los habitantes digan lo indecible a través de sus prácticas, lo blando, lo que desaparece apenas el sujeto deja de ejercerlas, permitiéndonos percibir diferencias de sentido, intención, emoción, etc. Aquí las prácticas son integradoras (interior + exterior), distintivas (casa + ciudad), y demarcativas (privado + publico). Moradia: habitación, residencia. Arruado: que forma parte de la calle o dispuesto en el espacio público Fuente: Vocabulário Ortográico da Língua Portuguesa, quinta edição, 2009, http://www.academia.org.br/nossalingua/busca-no-vocabulario 2 3

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Las categorías planteadas por Michel De Certeau (1999), nos permiten la visión simultánea de los aspectos duros y blandos de la casa, en cuanto abarcan tanto la producción como la apropiación del habitar. Hablamos de “lo duro” cuando tenemos en cuenta las coniguraciones espaciales, el espacio objetivo y abstracto de la geometría, la generalidad y abstracción del programa. Este programa es una forma de ordenamiento espacial (que podría estar inscripto en una planta arquitectónica) indica qué se hace, mas no cómo se hace, permanece sin usuario ni espectador. Aparecen separados de la práctica humana. Por otro lado, cuando nos referimos a “lo blando” se implican los modos singulares, subjetivos y diferenciales de las maneras de hacer y practicar el espacio, ya que este es siempre un espacio practicado desde una noción de cultura y de habitar donde el sujeto lo signiica y le da sentido. De modo que la concepción pasiva del habitante que no aporta ni construye, con sus prácticas, modos de hacer y de signiicar el espacio, entran en tensión dos lógicas de la cultura de la creación del espacio: la producción (representado en este caso por el arquitecto) y apropiación (del habitante, también en condición de autoría). Se suman a estas nociones, la de otro mundo de Da Matta (1997) respecto a los espacios intermedios denotando algo inequívocamente desconocido para nosotros cuando invocamos lo “intermedio entre ciudad y casa”. Esta incomprensibilidad, puede ser revelada espacialmente, ya que, pese a que no hay nada concreto en este “entremedio”, aquello que constituye sus dos extremos tiene carácter muy corpóreo. Así como las representaciones no deinen por completo las prácticas de las personas, tampoco la arquitectura. Pese a su carácter tectónico, no las condena a un formalismo, opacidad y coninamiento. A pesar de conformarse como “lo duro”, se habilitan a que las prácticas sean ininitas. No vemos la casa como objeto, sino que vemos su relación con las prácticas del sujeto. Estos espacios que se erigen en la indeinición y casi residualidad, emergen desde sus sedimentos. En este sentido, los espacios “arruados” y domesticados de la vivienda, constituyen su loci bajo un concepto clave que es el de gradaciones. Por ejemplo, la ininita escala de grados cromáticos entre el blanco y el negro o los innumerables valores entre el 0 y el 1. El espacio no es capaz de cambiar de 0 a 1 binariamente de inmediato, sino que enriquece mediante todos los gradientes nuevas formas de espacio intermedias: interior/exterior, mueble/arquitectura, privado/público, casa/calle, materia/espacio, compresión/ incomprensión, dinamismo/inmovilidad. Innumerables multitudes de conceptos que tienen gradientes de posibilidades encierran signiicados que ayudan a la comprensión directa de la existencia humana. Construyendo, a su vez, otros espacios en esos procesos de apropiación. Según estas interpretaciones, estos lugares tienen además un orden y propósito espaciales que son explícitos y especíicos, que es regular el acceso y visibilidad de gente y objetos en los dominios privados y públicos. El papel de transición de es un componente espacial fundamental en cuanto a los dominios públicos y privados del ser social del habitante, en cuanto a que todo el espacio exterior compartido que se encuentra más allá de la puerta de entrada de cada vivienda es libremente accesible y visible, mientras que el espacio interior privado no es ni libremente accesible ni visible. Esto considera la transición del dominio público y exterior de las áreas residenciales a los espacios privados interiores de la vivienda en términos del modelo socio-cultural subyacente. En este sentido, el diseño de una vivienda es el escenario en el que los habitantes crean su vida doméstica cotidiana y en el que establecen contactos con la comunidad más extensa. El modo como se lleva a cabo no depende solamente de las características espaciales de las viviendas, sino de otros factores que incluyen las metas, los propósitos y la experiencia residencial anterior de la gente. Por lo tanto, el estudio de la organización del espacio doméstico debería ampliarse para incluir un análisis de cómo se comporta la gente según normas y reglas y códigos y controles, dotados de valores y signiicados. En general, ambos tipos de reglas, que pueden estar siempre cambiando durante largos períodos de tiempo, ayudan a deinir la cualidad de los espacios intermedios. Lo cual es valioso para comprender cómo se construyen las clasiicaciones y

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las jerarquías cruzando las propiedades sociales objetivas de los sujetos y las representaciones, que las clases o grupos ofrecen de sí mismos. Basta con tener presente que los bienes se convierten en signos distintivos, desde el momento en que son percibidos relacionalmente, para ver que la representación que los individuos y los grupos maniiestan inevitablemente mediante sus prácticas y sus propiedades forma parte integrante de su realidad social. Entonces, estas representaciones se comparten y se socializan y se incorporan a los individuos, dependiendo de su origen, trayectoria y pertenencia, asociándose con dominaciones que son posibles gracias a la perpetuación de las representaciones que fundan su legitimidad. Sin embargo, existen lugares, donde se agrietan o fracturan, que es cuando es pensable la crítica y la ruptura, sometiendo la coerción de su eicacia a prueba. Entonces el sujeto se dispone a pensar el modo de habitar o a pensarse.

Pensamientos inales Es inherente a la determinación de lo cotidiano plantear el uso de una herramienta muy importante, que es el estudio de las contradicciones. Para ello, estudiando no sólo la teoría producida en referencia a estos temas, sino las prácticas en las situaciones concretas, cuyos datos se recolectan mediante el trabajo de campo, tomando como marco de referencia la vida cotidiana, tratando de entender cómo las teorías construidas en torno a las situaciones van de la mano o no con las prácticas. Por eso el investigador, desde una posición crítica debiese tratar de demostrar cómo las teorías y las prácticas son constitutivas y determinantes, permitiendo que el trabajo de campo aporte las informaciones sobre las cuestiones, sin dejar que ninguna de las partes se sobreponga irrelexivamente. Mediante estas palabras, no se quiere decir que no son importantes los trabajos macroestructurales, estadísticos y cuantitativos ya desarrollados (y por desarrollarse). La profusa producción teórica sobre el tema ha sido sumamente útil para caracterizarlo y encontrar brechas inexploradas; parafraseando a Zygmunt Bauman (2007) estos tipos de conocimiento ideales no son descriptivos de la realidad, sino que las herramientas utilizadas para analizarla son buenas para hacernos pensar. Por ello, nuestro conocimiento de la realidad se replantea a partir del conocimiento de otros, que complementa este tipo de indagación. Mas esta clase de estudios no siempre son veriicados en la realidad, sino que siguen operando con una fuerte retórica y son utilizados para reproducir un statu quo académico, donde los sujetos quedan invisibilizados. A partir de un enfoque etnográico, prolongado, crítico y comprometido es posible apreciar la propia capacidad de organización y realización de nuevas condiciones de producción de prácticas de los protagonistas de la vida en un barrio cerrado. Nos impone a los investigadores sumar a la observación: los procesos de resistencia, de reivindicación, de recuperación de capacidades, redescubrimiento de habilidades, de restablecimiento de vínculos sociales, redeinición de las propias identidades frente a las representaciones creadas por otros, etc. y, por ende, reivindicar también la autoría de los habitantes en sus propios espacios a través de las prácticas. El propósito central de este artículo, como se plantea desde un inicio, no muestra resultados concretos de un trabajo de articulación teórica y de campo extendido en el tiempo, sino que representa el itinerario metodológico-conceptual seguido y sus primeras aproximaciones, para deinir el objeto de estudio. Por ello, el dispositivo metodológico propuesto, que son los límites y sus gradientes, son un punto de partida para el análisis, puesto a prueba en futuras visitas a campo. El desafío en torno a todo lo que no conocemos de la vida en los barrios cerrados, es intentar comprender qué sentido toman las actividades cotidianas para los sujetos que las realizan y cómo se construyen simultánea y recíprocamente las representaciones de los espacios de vida que las albergan y los sentidos que le dan los sujetos a unas y otros en diálogo. El análisis distingue en los discursos donde se coniguran diferentes identidades de barrio en relación a múltiples factores que tienen que

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ver con concepciones de ciudad, de política, de seguridad, de modo de vida, distinción, etc. asimismo comienzan a destacarse rasgos comunes asociados a una reivindicación de los saberes de la gente común que son sabios por vivirse cotidianamente. Ese saber legitima a los habitantes en un modo de habitar, concordante con el estilo de vida country o no. Considero que hasta ahora el trabajo evidencia que la naturalidad que posee hoy la igura y representación del estilo de vida country es un efecto del discurso que nunca está exento ni escapa a la conlictividad o tensión. Como avance futuro se plantea, desglosar como se interpela a los habitantes, atendiendo a las legitimaciones de discurso y las exclusiones que forman a diario al espacio de la ciudad y los modos de habitarla. Se cree necesaria una perspectiva etnográica y crítica, enfocándose en los discursos y prácticas de las personas que residen en estos conjuntos privados, con el objetivo de comprender su modo de vida; ya que, en deinitiva, las experiencias de estos sujetos son más complejas de lo que suponen los planteos teóricos. De esta manera, se podría revelar la heterogeneidad presente en los conjuntos residenciales privados en donde “… si bien el vecino no es una persona anónima por el hecho de la proximidad y la visibilidad, tampoco suele estar totalmente integrado en relaciones electivas” lo que lleva a reconsiderar la noción de “comunidad de aines” supuestamente presente en estas urbanizaciones cerradas.

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Bibliografía de imágenes FIGURA 1 | Alteration to a Suburban House, 1978 en Dan Graham: Public/Private, Filadelia, Galería Goldie Paley, 1993, p 36. (La traducción es propia) | Recuperada en http://bordercrossingsmag.com/article/dan-grahammirror-complexities el 21 de mayo de 2016.

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experiencias didรกcticas

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ANALYSIS OF THE BEHAVIOR OF non CONVENtional STRUCTURAL TYPOLOGIES iN PROJECTS in SEISMIC AREAS

ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO DE TIPOLOGÍAS ESTRUCTURALES NO CONVENCIONALES EN PROYECTOS EN ZONA SÍSMICA Silvina Inés Prados 1 Yohana Elizabeth Cicaré 2 Katya LlopJoekes 3

RESUMEN

ABSTRACT

Los desafíos estructurales que se plantean a partir de las tendencias arquitectónicas actuales, nos motivan a

The structural challenges that arise from the current architectural trends motivate us to reflect on the skills or criteria acquired during the degree of architecture, when selecting the tools and methodologies of analysis to apply for their correct evaluation. This turns especially evident with the study of seismic mechanisms using simplified methods suchs as the static equivalent proposed by the regulation for buildings located in areas with seismic risks. Simplified analysis procedures are tools for checking for predictable structural behavior, according to design parameters, over the life of a building and its level of approximation to actual behavior will always depend on the criteria of the designer. In the following text, a building is analyzed showing the scope of the methods learned during the academic training of the architect.

durante la formación de grado del arquitecto al seleccionar las herramientas y metodologías de análisis a aplicar para su correcta evaluación. Esto sobre todo se evidencia al estudiar mecanismos sismoresistentes equivalente propuesto por el reglamento para las construcciones ubicadas en zonas con riesgo sísmico. herramientas de comprobación del comportamiento estructural previsible, según parámetros de diseño, a lo largo de la vida útil de una construcción y su nivel de aproximación al comportamiento real dependerá siempre del criterio del proyectista.

aprendidos durante la formación académica del arquitecto.

PALABRAS CLAVE Diseño estructural; Arquitectura

Estructura

KEYWORDS Structural design; Earthquake structure; Architecture

sismorresistente;

1

Ingeniera Civil. Actualmente cursando la Especialización en diseño estructural de obras de arquitectura. Profesora titular por concurso de la cátedra de Estructuras IIB de la FAUD-UNC. Docente investigadora desde el año 2007 a la fecha de proyectos acreditados y subsidiados por SECyT-UNC. 2 Arquitecta. Actualmente cursando la Especialización en diseño estructural de obras de arquitectura. Adscripta en la cátedra de Estructuras IIB de la FAUD-UNC. Investigadora desde el año 2014 a la fecha de proyectos acreditados y subsidiados por SECyT-UNC. 3 Arquitecta. Actualmente cursando la Especialización en diseño estructural de obras de arquitectura. Adscripta en la cátedra de Estructuras IV de la FAUD-UNC.

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Introducción El siguiente articulo presenta el desarrollo del trabajo realizado durante el cursado de los módulos “Tipologías estructurales frecuentes” y “Sismorresistencia - Mitigación de desastres” de la “Especialización en Diseño Estructural de Obras de Arquitectura” (FAUD & FCEFyN - UNC4), en los que se requirió el análisis de un ediicio en altura ya construido para el ensayo de los contenidos especíicos de dichas asignaturas. El equipo de trabajo se integró por dos arquitectas y una ingeniera posibilitando un trabajo interdisciplinar. El ediicio seleccionado es “El Cubo” (Figura 1), de uso residencial y 50 metros de altura, proyectado por el estudio holandés Orange Architects que se encuentra ubicado en la ciudad de Beirut en el Líbano y cuya construcción inalizó en el año 2015. Ganador del premio al mejor ediicio alto 2016 de Medio Oriente y África concedido por el consejo sobre ediicios altos y hábitat urbano (CTBUH). La coniguración estructural no convencional en su perímetro que permite la liberación de visuales en sus 4 caras y el desarrollo de tipologías libres, fue el principal motivo de su elección. La misma se materializa a partir del apilamiento de pares de vigas vierendeel paralelas alternando su dirección en 90º piso a piso. A lo largo del trabajo se evaluaron diferencias en el comportamiento del ediicio frente a las acciones sísmicas entre distintas metodologías de análisis, las simpliicadas estudiadas durante la formación de grado y otras más precisas, permitiendo apreciar sus alcances al estudiar este tipo de arquitectura.

Fig. 1: Ediicio El Cubo - Fuente: http://www.plataformaarquitectura.cl

Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño y Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba 4

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Descripción de la arquitectura La idea generadora de esta torre parte de la rotación de volúmenes alrededor del núcleo central de circulación vertical, logrando así crear una imagen de apilamiento ‘’descentrado’’. Esta rotación a 90° genera que la fachada cambie nivel a nivel (Figura 2), intercalando un plano acristalado de casi 12 metros de ancho con otro más cerrado, blanco con grandes perforaciones irregulares de piso a techo.

Fig. 2: Idea generadora. Fachada - Fuente: elaboración propia y http://www.orangearchitects.nl/

Este tipo de coniguración permite que el ediicio cuente con vistas panorámicas a 360° hacia el paisaje urbano y el mar Mediterráneo y amplias terrazas en altura para todos los departamentos. La torre, implantada en un terreno con gran desnivel topográico, consta de 14 niveles. La planta es cuadrada de 15 metros de lado y posee 19 departamentos que varían su supericie de 117 a 234 m2 (Figura 3) dependiendo si se trata de medio piso (planta en C) o de piso completo (planta en O). Debido a la centralización del núcleo de circulación se logra gran libertad en la organización de las tipologías conigurándose las plantas desde el centro hacia las fachadas, ubicando los servicios -áreas húmedas- cercanas al núcleo para optimizar de esta manera el diseño de las instalaciones y los espacios técnicos. En planta baja se encuentra el ingreso, enmarcado por un gran volumen en voladizo y por debajo tres niveles de subsuelo para cocheras.

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Fig. 3: Tipologías e interiores - Fuente: http://www.orangearchitects.nl/

Descripción de la estructura La estructura se materializa completamente en hormigón armado blanco. Su coniguración es de ‘’tubo en tubo’’, liberando la planta de la presencia de columnas. El tubo central es ciego de grandes proporciones con respecto a la planta, ocupando el 15% de su supericie total, y el perimetral de fachada posee una coniguración no convencional, ligero, compuesto por el apilamiento de vigas vierendeel enfrentadas (Figura 4).

Fig. 4: Organización estructura - Fuente: elaboración propia y http://www.orangearchitects.nl/

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Analizar espacialmente el ediicio permitió determinar cualitativamente los mecanismos resistentes a fuerzas verticales y horizontales y deinir los métodos de análisis convenientes para evaluar la eiciencia de su comportamiento. • Mecanismo resistente a fuerzas verticales: Las losas se resuelven macizas de 30cm de espesor con luces no mayores a los 5 metros y vuelos que no superan los 2,50 metros y refuerzos de vigas contenidas en su espesor resueltas ambas con armadura postesada. La transferencia de cargas hasta las fundaciones está garantizada por el núcleo central y el tubo perimetral donde, en dos lados la losa apoya por encima de las vigas vierendeel y en los opuestos por debajo (Figura 5). Esta organización de la fachada garantiza la continuidad estructural para acciones gravitatorias en toda su altura veriicando el equilibrio. No obstante, la transmisión de las acciones en este perímetro no es directa ya que su coniguración no admite la materialización de columnas en las esquinas que posibilitaría una coniguración convencional de planos verticales como por ejemplo los pórticos. En las transiciones entre los planos resistentes de fachada localizados en los encuentros entre vigas se mejora su resistencia macizando la estructura y consecuentemente, optimizando su comportamiento frente a las cargas verticales (Figura 5).

Fig. 5: Mecanismo resistente a acciones verticales - Fuente: http://www.orangearchitects.nl/ y elaboración propia

Como para las acciones verticales el mecanismo relevado y descripto es claro, correcto y coherente con el diseño arquitectónico es posible evaluarlo mediante los métodos habituales y herramientas dictadas durante el grado. En estos métodos, con la aplicación de coeicientes que consideran la esbeltez geométrica de los elementos y el trazado de áreas tributarias para determinar las acciones actuantes y las resistencias requeridas, es posible deinir seccionalmente los distintos elementos que componen el sistema resistente.

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• Mecanismo resistente a fuerzas horizontales: Beirut se encuentra en una región de elevada sismicidad por lo que se considera que la acción horizontal es la preponderante para su diseño. El momento de vuelco y el corte generado por las acciones horizontales equivalentes, producto de la aceleración sísmica, sólo son resistidas por el tubo central de hormigón armado que posee continuidad en toda la altura de la torre y una vinculación directa con el sistema de fundaciones profundas mediante pilotes (Figura 6).

masa y el centro de rigidez (Figura 6).

Fig. 6: Organización estructura - Fuente: elaboración propia y http://www.orangearchitects.nl/

Las discontinuidades de los planos rígidos -vigas vierendeel- de la fachada, según el reglamento altura.

Estudio del mecanismo resistente a fuerzas horizontales En este caso se emplearon dos métodos de análisis y compararon la veracidad de sus resultados y el

• Método estático equivalente Este primer procedimiento aplicado corresponde al estudiado durante la formación de grado. El método estático consiste en la representación de la acción sísmica mediante un sistema de fuerzas estáticas equivalentes paralelas a la dirección analizada y proporcionales a las masas de cada nivel y a una forma supuesta del primer modo de vibración.

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• en altura: el método es APLICABLE en nuestro caso ya que el centro de masas coincide siempre con el centro geométrico de la planta sin manifestar excentricidades en elevación. • y en altura: el método NO ES APLICABLE si se considera la estructura de fachada ya que la rigidez piso a piso disminuye abruptamente. Es por eso que para poder aplicar este método se 7) incluyendo la estimada para el tanque de agua empotradas en la gran losa de transición de planta baja (nivel considerado para la transferencia total del esfuerzo de corte). resistente consiste en tabiques en una dirección y tabiques acoplados en la otra, es: (1) Para calcular la masa vibrante de cada nivel (2) se estima una participación de la sobrecarga en función del uso, resultando: (2) Adoptándose: D= 1 t/m2 y L= 0,2 t/m2 y donde =0,25 para vivienda, =1 para tanque de agua y sala de máquinas y =0 para azotea.

Fig. 7: Distribución de masas en altura. Corte. Fuente: http://www.orangearchitects.nl/ y elaboración propia

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Figura 8: Mecanismo de colapso para ambas direcciones de análisis. Fuente: elaboración propia

A efectos de aplicar la reglamentación CIRSOC 5 se indagaron sobre las características geográficas de Beirut y otras cuestiones propias del terreno de implantación, definiendo los siguientes datos para enmarcarlo en parámetros de diseño locales:  Zona sísmica 3 (peligrosidad sísmica elevada)  Tipo espectral II (considera la influencia del suelo) Del espectro de diseño puede leerse una pseudo-aceleración Sa= 0,627 veces la aceleración de la gravedad. Además, teniendo en cuenta que: - Factor de riesgo para edificio de viviendas (Categoría B): d= 1 - Factor de reducción en función de los tipos estructurales (tabiques en una dirección y tabiques vinculados en la otra): = 4 El coeficiente sísmico (3) de diseño resulta: (3) Y el corte en la base (4) (5): (4) ∑

5

(5)

Centro de investigación de los reglamentos nacionales de seguridad para las obras civiles del sistema INTI (instituto nacional de tecnología industrial).

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La distribución de fuerzas en altura (Figura 8) asociada a la masa de cada nivel se determina con la siguiente fórmula (6): ∑

(6)

Se modelaron los planos resistentes y se obtuvieron los desplazamientos elásticos para todos los niveles en las dos direcciones (Figura 9): A partir de los desplazamientos elásticos por piso obtenidos con el software se calcularon los desplazamientos últimos y se controlaron las distorsiones para compararlas con los valores límites indicados en el reglamento (Tabla 1).

Tabla 1: Control de las distorsiones de piso. Fuente: elaboración propia.

Es decir que con la sola aplicación de este método la factibilidad constructiva de este edificio sería nula. Al tratarse de un edificio construido se puede concluir que los resultados obtenidos no son verídicos. Obras de vanguardia como estas constituyen muchas veces los antecedentes de los ejercicios proyectuales desarrollados durante el grado los cuales no son posibles de evaluar en su totalidad con los métodos disponibles induciendo en la mayoría de los casos a decisiones desacertadas de proyecto.

 Análisis dinámico (modal espectral) Las incertidumbres detectadas con los métodos simplificados motivaron a un estudio más exhaustivo y preciso del mecanismo resistente a fuerzas horizontales.

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Figura 9: Modelado con y sin estructura perimetral. Fuente: elaboraciรณn propia.

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En este caso se analizó el edificio en tres dimensiones mediante la realización de dos modelos diferentes: uno con solo el núcleo central y otro incorporando la estructura perimetral (Figura 9), evaluando el aporte de rigidez de la exo-estructura al sistema, comparando deformaciones y periodos de vibración. Conociendo las propiedades dinámicas del edificio se calcularon las aceleraciones para cada modo de vibrar teniendo como dato el espectro de diseño del reglamento. Para obtener valores comparables entre ambos métodos se modifica el módulo de elasticidad del material de los tabiques para considerar la inercia de la sección fisurada o inercia efectiva como se indica en el reglamento, ya que los métodos simplificados contemplan al hormigón en estado último. La influencia en el sistema de los planos formados por las vigas vierendeel es apreciada modificando la inercia flexional y no axial de los elementos verticales componentes. Evaluando la masa involucrada es posible identificar los modos de vibración significativos resultando el modo 1 para la dirección Y y el 2 para la dirección X, ambos traslacionales compatibles con los modos de vibrar que asume el método estático equivalente (Figura 10).

Figura 10: Modos de vibrar significativos para cada dirección de análisis. Fuente: elaboración propia.

En el modelo completo con las anteriores consideraciones se obtiene un período para el modo 1 igual a 2,70 segundos (aproximadamente 0,15 segundos por piso) y un corte basal en la dirección “X” igual a 248 toneladas y en la dirección “Y” igual a 211 toneladas o sea el 30% del obtenido con el método simplificado. Además, la sumatoria de las reacciones horizontales en los tabiques del núcleo resultan igual al 90% del corte basal para las dos direcciones de análisis lo que demuestra la ineficiencia de la estructura perimetral en el mecanismo resistente. Se observan en general menores deformaciones elásticas que las obtenidas con el método simplificado verificando las deflexiones (Tabla 2) en todos los niveles:

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Tabla 2.Control de distorsiones horizontales de piso para las direcciones X e Y. Fuente: elaboración propia.

Es decir que métodos más precisos determinan la factibilidad constructiva del edificio lo cual es imposible de justificar con los métodos simplificados. En el modelo donde se considera solo el núcleo pero se conservan las masas totales, se obtiene un período igual a 3,17 segundos dando muestras del aporte en la rigidez del sistema de la estructura perimetral (Figura 11). Así mismo se observan mayores deformaciones que las obtenidas con el modelo completo. Esto deja en claro que una configuración irregular conforma mecanismos alternativos para la transmisión de las acciones sísmicas que resultan imprevisibles. Estos mecanismos son menos eficientes que los proporcionados por tipologías convencionales pero no despreciables como puede evaluarse en el estudio precedente.

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Figura 11.Esquema comparativo de los períodos de vibración obtenidos con los 3 modelos de estudio. Fuente: elaboración propia.

Conclusiones Del análisis realizado se concluye que los mecanismos resistentes a fuerzas verticales y su determinación seccional, a pesar de la complejidad del edificio, son posibles de evaluar con aplicación de métodos simplificados. Para el mecanismo resistente a fuerzas horizontales puede concluirse que si bien la estructura perimetral no es convencional y presenta una marcada irregularidad en altura su comportamiento frente a las acciones sísmicas resulta aceptable aportando mayor rigidez al conjunto. Esto no fue posible de evaluar con los métodos simplificados. Observando comparativamente los períodos de vibración obtenidos con las 3 metodologías aplicadas para la evaluación de los mecanismos resistentes a fuerza horizontales se evidencia la ineficiencia del método estático equivalente en estos casos ya que el comportamiento que describe no es representativo del comportamiento real del edificio frente a las acciones sísmicas. Es por eso que la elección de las herramientas de evaluación del comportamiento estructural debe realizarse siempre de acuerdo al tipo de diseño planteado y según el caso de estudio. Una mala elección y/o interpretación de los resultados puede significar adoptar decisiones desacertadas de proyecto. Si bien el estudiante de arquitectura recibe instrumentación en el grado en cuanto al análisis de edificios frente a solicitaciones sísmicas la complejidad del proyecto arquitectónico de un edificio en altura en algunos casos los vuelve insuficientes debiendo corresponderse con un trabajo interdisciplinario que involucre especialistas en el tema con formación específica.

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Referencias bibliográficas Applied Technology Council (1996) Sismic evaluation and retrofit of concrete buildings. California. Arnold C., Reitherman R. (1987) Configuración y diseño sísmico de edificios, México, Limusa. Material didáctico de la cátedra de Estructuras III FAUD-UNC (2014) El edificio en altura, Córdoba, Publicación digital http://uncavim10.unc.edu.ar/course/view.php?id=43&section=14 Moisset, D. (1999) Intuición y Razonamiento en el Diseño Estructural, Córdoba, Argentina, Ed. Ingreso. Moisset, D., Goytia, N. (2002) Diseñar con la Estructura. Córdoba, Argentina, Ed. Ingreso. NILSON, A. (2001) Diseño de estructuras de concreto. Ed. Mc Graw Hill Paulay T.; Priestley N. (1992) Sismic design of reinforced concrete and masonry buildings Reboredo, A. (2000) Manual de construcción sismo resistente. UNC Reglamento INPRES-CIRSOC 103 – Parte I (Julio 2013) Reglamento Argentino para construcciones

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REVISTA PENSUM | ISSN: 2469-0724 | volumen 2 | noviembre 2016 | pp. 111/124

DISEÑO DE UN ESPACIO CURRICULAR INTERDISCIPLINARIO PARA EL PRIMER AÑO DE LA CARRERA DE ARQUITECTURA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTURA DE LA UNLAR1

INTERDISCIPLINARY CURRICULUM UNIT DESING FOR THE FIRST YEAR OF THE ARCHITECTURE COURSE OF STUDY AT THE SCHOOL OF ARCHITECTURE IN UNLaR

Beatriz Danon2 María Inés Farías Barros3 Lelia Vietto4 Marcela Zalazar5

RESUMEN

ABSTRACT

El propósito del presente trabajo es presentar una

The intention of this paper is to present a proposal for planning an interdisciplinary educational space for knowledge transfer and the learning of Synthesis, following the logical steps of any systematic inquiry, under the Interdisciplinary Curricular Design Module (Diseño Curricular Interdisciplinario) of CESEAD; which enables the knowledge and transference of educational tools to build interdisciplinary designs for teaching architecture and design from the holistic conception of the design process based on the paradigm of the complexity of reality. We worked under the slogan of designing an interdisciplinary educational route, basing pedagogical and didactic reasons under which this work is framed in the context of a teaching of architecture and design that enables an experience of articulated integration of disciplines from different knowledge areas with a common design problem. This articulated integration aims to stimulate in students a comprehensive view

interdisciplinario para la transferencia de conocimientos y el aprendizaje de la Síntesis, siguiendo las etapas lógicas de toda indagación sistemática, en el marco del Módulo Diseño Curricular Interdisciplinario de la CESEAD que posibilita el conocimiento y transferencia de herramientas didácticas para construir diseños interdisciplinarios para la enseñanza de la arquitectura y el diseño desde la concepción holística del proceso de diseño basada en el paradigma de la complejidad de lo real. Se trabajó bajo la consigna de diseñar un trayecto didáctico interdisciplinario, fundamentando las razones pedagógicas y didácticas por las cuales el trabajo se encuadra en el contexto de la enseñanza de la arquitectura y el diseño que posibilitará una experiencia de integración articulada de disciplinas de distintas áreas de conocimiento con una problemática de diseño común. Esta integración articulada apunta a procurar en los estudiantes la mirada integral sobre el temaproblema a resolver, para lograr una visión enriquecida,

on the subject-problem to solve, to achieve a rich, output.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Interdisciplina – Diseño curricular – Transferencia de conocimientos – Aprendizaje de la Síntesis

Interdisciplinary studies - Curriculum design Knowledge Transfer - Learning of Synthesis

Trabajo realizado en el Módulo Laboratorio de Diseño Curricular Interdisciplinario dictado por la Prof. Lic. Lilians Fandiño. Carrera de Especialización en la Enseñanza de la Arquitectura y el Diseño, (CESEAD) FAUD, Universidad Nacional de Córdoba. Cohorte 2015. 2 Arquitecta- Prof. Adj. Cátedra de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR). 3 Arquitecta- Prof. Adsc. Cátedra de Ambiente y Ecología de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR). 4 Arquitecta- Prof. JTP Cátedra Taller de Diseño Arquitectónico I de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR). 5 Arquitecta- Prof. JTP Cátedra Taller de Diseño Arquitectónico I de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR). 1

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Introducción I. MARCO CONCEPTUAL La interdisciplinariedad, un desafío para la Educación Superior y para la Arquitectura como saber El Siglo XXI determina un nuevo terreno de juego complejo y dinámico que exige a la formación superior nuevas maneras de enseñar, de aprender, nuevas capacidades y competencias para adaptarse y hacer posible la vida de las personas más justa, sostenible y solidaria. Uno de los cambios más profundos que experimenta la sociedad actual es la presencia constante y ubicua de las tecnologías de la información y la comunicación en prácticamente todos los ámbitos de la vida social y personal. Mientras el mundo va a hacia la convergencia de campos disciplinares, nuestro modelo educativo se basa en el planteamiento de la psicología conductista que considera que se aprende mejor a partir de fragmentos que se van añadiendo unos con otros en distintas asignaturas. Cada vez más crece la necesidad de las articulaciones disciplinares para dar respuesta a la complejidad de los problemas actuales y resulta imposible pensar por separado soluciones pertinentes, mucho menos en un campo complejo como es la Arquitectura. La interdisciplinariedad redimensiona el trabajo docente ya que transforma en la práctica el currículo establecido sobre las teorías de aprendizaje de enfoque conductistas. En este contexto, la interdisciplinariedad es entendida como el diálogo y la colaboración de distintas disciplinas para lograr como meta un nuevo conocimiento en el cual la cooperación entre éstas conlleva interacciones reales, reciprocidad en los intercambios y enriquecimiento mutuo. Es una estrategia pedagógica de carácter orgánico y sentido pragmático que cobra valor en la medida en que lexibiliza y amplía los marcos conceptuales de referencia de la realidad a partir de la permeabilidad entre los saberes que cada disciplina aporta desde una perspectiva múltiple donde no se suma sino que se asocia para el bien común. Rolando García deine la interdisciplinariedad como una metodología deinida por la investigación, donde la búsqueda de formas de organización que posibilitan el trabajo interdisciplinario surge como reacción contra la excesiva especialización que prevalece en la actualidad y hace imposible realizar el trabajo de síntesis necesario para interpretar una realidad compleja. La interdisciplinariedad signiica ante todo, un cambio de actitud frente a los problemas de conocimientos, es una forma de organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje que promueve la participación activa de los estudiantes en su proceso de aprendizaje y la superación del docente tanto desde el punto de vista pedagógico como investigativo, ya que requiere de la recaliicación y auto superación permanente para responder a las exigencias del alumnado. En este proceso debe existir vinculación que entre las disciplinas que conforman el plan de estudios, no puede ser el resultado de la actividad espontánea, aislada y ocasional, sino una de las bases de una concepción pedagógica centrada en el sujeto, meditada, instrumentada y ejecutada por el colectivo pedagógico. Hoy sabemos que se aprende mejor a partir de suministrarle al estudiante una visión holística del tema a abordar, para luego analizarlo en las partes y relaciones que lo componen. El conocimiento progresa por su capacidad de totalizar y contextualizar, capacidades a desarrollar en el estudiante para que pueda considerar y afrontar la problemática propia de su tiempo. “El desafío es transformar y esfumar las fronteras de las disciplinas” (Morín, 2015, p.47). El diseño arquitectónico, un espacio curricular interdisciplinario, de transferencia y de síntesis El diseño arquitectónico es una disciplina cuya complejidad y práctica entrelaza conocimientos de disciplinas diversas de carácter cientíico, artístico y técnico. Se deine por las relaciones, transferencias, experiencias de síntesis integradoras, conjunción de conceptos duros o centrales y conceptos blandos o periféricos. La multidimensionalidad, la complejidad de variables y unidades de análisis, el pensamiento complejo, son algunas de las cuestiones epistemológicas que condicionan las propuestas didácticas para afrontar los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Como señala Fandiño (2009) “la singularidad que presenta esta disciplina es la índole de su objeto de estudio, cuyo requerimiento más fuerte son los conocimientos y los procedimientos de

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orden interdisciplinario, que constituye la razón de una teoría y práctica distinta a las tipologías y categorías más convencionales de la enseñanza” (p. 7). En el campo proyectual, la construcción de conocimiento requiere de instancias de análisis, relexión, conceptualización y transferencia con el in de veriicar la validez de los conocimientos adquiridos y construidos que podrán operar como lógicas proyectuales en el proceso de síntesis que exige el diseño arquitectónico. Es un aprendizaje muy complejo que sucede cuando el estudiante comprende qué es la arquitectura, qué es el espacio arquitectónico, lo identiica, lo representa y al operar con él establece criterios propios de calidad, situación que no siempre se da en el primer tramo de la carrera. Con la mirada interdisciplinaria se inician las actividades de identiicación, selección y organización de conocimientos, propias de la síntesis y que no pueden lograrse sin su presencia; los estudiantes arriban a buenas resoluciones desde la evocación, transferencia y encuentro de los conocimientos y procedimientos que fueron enseñados en las otras disciplinas concurrentes que podrán operar como lógicas proyectuales en el proceso de diseño arquitectónico. La síntesis es el armado de algo nuevo con las representaciones que ya se tienen, dónde hay integraciones múltiples y parciales de aspectos y dimensiones que se conjugan, el momento en que todas las variables empiezan a articularse en una totalidad, es un producto personal de quien lo sintetiza como respuesta al problema de diseño.

II. Marco metodológico 1. Introducción Diseño curricular de un espacio interdisciplinario para el Primer año de la Carrera de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura de la UNLaR. Abordar el aprendizaje de la Arquitectura implica desterrar el proceso lineal de aprendizaje con que llegan los estudiantes con los conocimientos encapsulados en compartimentos estancos con producción dirigida externamente, para pasar a un proceso espiralado con producción autodirigida, donde la construcción del conocimiento es un proceso dialéctico, constante e inacabado. Supone poner en crisis principios y procedimientos que por su vigencia se han naturalizado, supone unir lo desunido en un proceso de enseñanza integral de manera que el aprendizaje sea funcional (que el estudiante lo vea funcionando), contextualizado (en una situación o problema real), donde el estudiante tenga una actitud activa en la construcción propia del conocimiento y construya las estrategias cognitivas que le permitan establecer nuevas relaciones entre contenidos derivados de distintas disciplinas. Los estudiantes iniciales al realizar su primer viaje introspectivo, se enfrentan con el problema especíico objeto de estudio, el proyecto arquitectónico, con la complejidad que plantea el primer año del ciclo básico de la carrera. En esta instancia y entendiendo el proyecto arquitectónico como un proceso de integración y síntesis, los estudiantes, en su mayoría, maniiestan diicultades para resolver las distintas dimensiones que involucra desde la evocación, transferencia y encuentro de los conocimientos y procedimientos que fueron enseñados en las otras disciplinas concurrentes. Atendiendo esta realidad y partiendo de la premisa de fortalecer los procesos de integración y transferencia de conocimientos, proponemos una actividad didáctica interdisciplinaria transversal a desarrollarse en el primer cuatrimestre, desde la asociación de las siguientes asignaturas que se imparten en el primer año de la carrera y que forman parte del ciclo básico o inicial: Taller de diseño arquitectónico I (Área de conocimiento del Proyecto y Planeamiento): es en su concepción la materia troncal, de síntesis e integradora horizontal y verticalmente de los contenidos curriculares de las distintas asignaturas que componen cada nivel y ciclo del plan de estudio vigente, uniendo la teoría y la práctica como ámbito constitutivo que deine para la enseñanza y el aprendizaje la dinámica especíica propia de la carrera. Genera un espacio de conluencia de saberes

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desde el aporte de las demás asignaturas del Nivel I al que pertenece. Su carácter introductorio al años superiores. Ambiente y Ecología (Área de conocimiento Ciencias Básicas Tecnología Producción y Gestión): al alumno, con alto grado de conocimiento y compromiso hacia lo ambiental y ecológico. Sienta precedentes hacia los distintos enfoques con consideración de la problemática ambiental y ecológica que se realiza en otras asignaturas de la carrera, promoviendo articulaciones con el campo disciplinar de la Arquitectura y el Urbanismo. Su carácter introductorio al campo del saber ambiental, sustenta los contenidos y las prácticas de materias Introducción a los Tipos Constructivos (Área de conocimiento Tecnología, Producción y Gestión): urbano-arquitectónico. Su carácter introductorio al campo del saber tecnológico, sustenta los uperiores. Las tres disciplinas propuestas se asocian a partir de los criterios de compatibilidad y correspondencia del tema-problema propuesto ya que las atraviesa transversalmente, permitiendo que conceptos, marcos teóricos, prácticas y procedimientos con los que tienen que trabajar profesores y estudiantes se organicen en torno a una estructura conceptual y metodológica compartida, para construir progresivamente el soporte o andamiaje que habilite al estudiante inicial a entender a la arquitectura como la disciplina encargada de generar el ambiente apropiado para el desarrollo de aspectos formativos esenciales de la temática ambiental. Partimos de entender que el contexto ideal para el ciclo inicial es el de la Heurística, ejercitando la percepción sincrética (intuición) como primera fuente de información que propicia la formulación de preguntas (problematización del aprendizaje), para aproximar e introducir al estudiante en tensión razonable.

Fig. 1: Disciplinas asociadas para la práctica didáctica interdisciplinaria y sus lógicas de enlace. Fuente: elaboración propia.

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Lógicas de enlace entre las disciplinas La complejidad del mundo actual requiere de la solución de problemáticas que están más allá de las constricciones de una sola disciplina. Un proceso interdisciplinario implica sobrepasar la visión tradicional en donde los conocimientos se imparten de forma aislada e individualizada para dar paso a la mirada e interpretación integrada del objeto de estudio, dejando en claro que cada disciplina que hace parte de este proceso debe ser valorada, respetada y reconocida como un saber que posee coherencia, metodología y singularidades propias. La arquitectura es un campo de actuación complejo, exige el análisis y la interpretación de las acciones derivadas de las necesidades vitales y del desarrollo de las distintas actividades humanas, el habitar. Supone tomar postura frente a los problemas y operar en una realidad compleja, el ambiente humano, entendido como el campo articulado entre naturaleza y sociedad. Su accionar impacta e involucra múltiples variables, exige conocimientos y procedimientos que integran diversos campos disciplinares desde una visión integradora (complejidad) que parte de los enfoques de racionalidad y sustentabilidad ambiental. Entendida como agente de transformación social, constructo humano dinámico donde se materializa la interrelación dialéctica hombre/ambiente/ naturaleza, como un objeto de consenso social, como la proyección de la sociedad en el espacio, como un sistema integrador que hace posible la vivencia y convivencia. Para que el estudiante del primer año pueda familiarizarse con una metodología de aproximación, análisis y propuesta de resolución del problema, son necesarias competencias de tipo cognitivo a partir de la introducción a tres saberes que operarán como lógicas de enlace en esta propuesta y o trazado en el plan de estudio: Saber proyectual que aporta la disciplina Taller de diseño arquitectónico, es el saber fundamentador que aporta la teoría de la arquitectura. Supone un hacer que implica la práctica consciente fundada as para la vida humana. Saber ambiental que aporta la disciplina Ambiente y Ecología, desde la aproximación a nuevos paradigmas interpretativos de lo ambiental, basados en una visión holística, integradora e interdisciplinaria del campo socio-cultural y físico-natural. Saber tecnológico que aporta la disciplina Introducción a los tipos constructivos, para comprender el hábitat desde los recursos materiales, las técnicas y las tecnologías que permiten su materialización.

2. Marco integrador o supra-eje El Plan de Estudio en vigencia (Ordenanza 325/07) de la Carrera de Arquitectura de la UNLaR, tanto en su disciplina troncal (Taller de Diseño Arquitectónico) como en las demás asignaturas que convergen en ella en las distintas etapas o ciclos de formación, desarrolla contenidos teóricos y metodológicos particulares que construyen la base conceptual del estudiante que será el sustento en la toma de decisiones y en su capacidad de elaborar criterios de valoración de su propio hacer. Promueve y propicia el logro de la formación y potenciación del pensamiento creativo; el en equipos interdisciplinarios; la investigación, el diagnóstico y la propuesta en cuestiones ambientales, urbanas y arquitectónicas; la intervención y administración del patrimonio urbano, arquitectónico y cultural de las ciudades, poniendo en valor sus cualidades estéticas, culturales y sociales; respuestas técnicas en correlato a las condicionantes del medio y las posibilidades de las tecnologías apropiadas, energías no convencionales y el diseño sustentable.

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Entre los objetivos centrales se consigna “promover la formación de profesionales con sentido ético, crítico y de valores hacia el hombre, la sociedad y el ambiente, valiéndose de los recursos que éste le brinda, transformando equilibradamente el medio ambiente con el in de proteger la vida en comunidad”. El peril del egresado deinido enfatiza que el arquitecto se forme desde las precisiones que faciliten la creatividad y el ejercicio investigativo asistidos por las herramientas informáticas como recurso o medio para expresarla, desarrollando especíicamente respuestas técnicas en correlato a las condicionantes del medio y el diseño sustentable, tecnologías apropiadas, energías no convencionales, habilitando consecuentemente su capacidad para una reformulación de tipologías arquitectónicas y urbanas. En función de lo estipulado, la teoría de la arquitectura con enfoque en la racionalidad ambiental debería ser esencial en la formación de nuestros estudiantes, no como una materia sino como formación transversal en todos los niveles de la misma (esto no sucede), ya que no es más que la integración del trabajo intelectual y el trabajo práctico arquitectónico que permite dar continuidad al proceso evolutivo de construcción del hábitat del hombre.

3. Tema-Problema El ambiente humano: la ciudad, síntesis de la relación habitar/hábitat. El tema-problema, eje central de la propuesta, se caracteriza por su condición de transferibilidad, evocación y aplicación de los nodos conceptuales de las disciplinas asociadas, introduciendo al estudiante en la comprensión de la arquitectura como disciplina que sintetiza cultural y materialmente la relación del hombre como ser social y los procesos de transformación técnica del ambiente que habita. Desde esta propuesta, se plantea la introducción a la arquitectura a partir de la relexión sobre la relación habitar/hábitat desde los enfoques de complejidad y racionalidad ambiental. Esta relación depende de la expresión de los modos de habitar deinidos culturalmente en el territorio, siendo en la dimensión del hábitat en la que se comprende y explica la arquitectura. La arquitectura es una de las prácticas técnicas esenciales desarrollada por el hombre, construimos en tanto habitamos. Las acciones que se ejercen sobre el ambiente (campo articulado entre naturaleza y sociedad) conforman una estructura físico espacial temporal, la ciudad, entendida como un sistema complejo compuesto de espacios y sistemas materiales, posibilita y al mismo tiempo condiciona las prácticas sociales. La ciudad es el centro de la relación entre Habitar y Hábitat, es donde se resuelven las cuestiones acerca del modelo de sustentabilidad que adoptará cada sociedad y está implicada en las consecuencias de una mejor calidad de vida. El modo como la ciudad se organiza caracteriza a una determinada sociedad y esto implica concebir la cuestión de la calidad como socialmente aceptable, culturalmente identiicable y ambientalmente sustentable. La problemática inherente a la relación entre habitar/hábitat es el punto de partida para deinir una teoría esencial pertinente en toda carrera que da sustento al peril del egresado planteado en el plan de estudios de la carrera y que debemos abordar desde el ciclo básico inicial. Aportar desde esta teoría trae de la mano la conciencia de que el arquitecto debe ser el procurador de los marcos signiicativos para el desarrollo de las actividades que sustentan la vida cotidiana sobre la base de una cultura capaz de sostener un nuevo pacto que tome como eje la calidad de vida sobre un ambiente sustentable con principios de equidad, que permitan el desarrollo sostenible y sea constructor de hábitos saludables en el hombre y en su convivencia.

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Fig. 2: Síntesis del Tema-Problema propuesto. Fuente: elaboración propia.

Deiniciones operacionales Arquitectura: respuesta espacial a las necesidades y actividades del hombre, como el soporte físico tangible de la vida humana compuesto por espacios habitables, accesibles y construibles. Habitar: se reiere a los comportamientos humanos, las prácticas sociales y los procesos técnicos implicados. Representa en este campo lo esencialmente humano, los modos de vida. Hábitat: se reiere al conjunto de modiicaciones introducidas por el hombre en el medio natural desde su cultura, con el objeto de satisfacer las necesidades humanas. Representa en este campo lo esencialmente proyectual, el medio de vida. Ambiente humano: se reiere a las interacciones entre el hombre, la sociedad y su medio que determinan la calidad de vida. Representa en este campo las condiciones y consecuencias implicadas en el accionar arquitectónico. Ciudad: es un sistema complejo que articula los elementos físicos naturales con la producción del hombre y que se estructura como sistema de signiicados, constituyendo los universos simbólicos de cada sociedad. Enfoque desde la complejidad: la teoría del pensamiento complejo desarrollada por Edgar Morín, aborda el conocimiento como un proceso en el que la realidad se comprende y se explica en su relación de inseparabilidad respecto de su entorno cultural, social, económico, político y físicoambiental. Este enfoque aporta profundidad acerca del proceso de elaboración de la arquitectura como soporte de la experiencia humana y del conocimiento del campo de acción de la misma. La noción de complejidad como un enfoque metodológico sirve para comprender la realidad arquitectónica y abordar el proyecto arquitectónico, organizar el conocimiento, comprender las relaciones reciprocas involucradas en el todo y en las partes, abordar lo puntual y lo general, lo conceptual y lo concreto. Pensar desde y para la complejidad según Morín, va más allá de observar lo aparente, es pensar tanto en los elementos constitutivos como en el todo y en la reciprocidad de sus relaciones, es superar las visiones fragmentadas.

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Enfoque desde la racionalidad ambiental: atendiendo el peril de egresado estipulado en el plan de estudios tanto para los trayectos de formación horizontales y verticales, proponemos introducir al estudiante inicial en el escenario de las profundas transformaciones emergentes en el siglo XXI que requiere de la formulación de nuevos paradigmas de conocimiento interpretativos de lo ambiental, donde las actuaciones en el territorio deben estar orientadas a resolver la complejidad inherente a la problemática urbana-ambiental de la región, potenciando la equidad y la justicia social, para formar un criterio de trabajo que contemple el ambiente humano en su complejidad y diversidad, y el impacto de las acciones que desde este campo de la arquitectura se ejercen sobre el ambiente.

Deinición de los Sub-Ejes que se abrirán en el tratamiento del Tema-Problema Sustentan y otorgan densidad al eje central (tema-problema) de la propuesta, permiten articular transversalmente y de manera subyacente los nodos conceptuales de las distintas disciplinas que componen esta propuesta, operar la teoría con la práctica para relexionar, analizar, comunicar y sintetizar. El estudiante es enfrentado a encontrarse con el mundo, con él mismo y con el temaproblema, para descubrir señales sobre las cuestiones más importantes o signiicativas de la realidad, contemplar la totalidad y la complejidad del ambiente humano, los ines y medios del quehacer arquitectónico. Sub-Ejes conceptuales: HABITAR – HABITAT – AMBIENTE HUMANO – CIUDAD • Taller de Diseño Arquitectónico I - Área de conocimiento Proyecto y Planeamiento: ¿Qué diseña y construye el hombre? El hábitat. La ciudad ¿Para qué diseña y construye el hombre? El Habitar. Los modos de vida. Organizadores: Aproximación a la deinición de la arquitectura, su alcance e implicancia en la vida humana La mirada totalizadora (holística). La mirada racional y sustentable de las acciones humanas. El ambiente humano como sistema complejo que sintetiza la relación habitar-hábitat. El Habitar, los modos de vida. El hombre como ser social, usuario y destinatario. La cultura. El Hábitat, el medio de vida. El ambiente físico natural y el ambiente físico construido cultural. La ciudad como producto cultural, como marco de referencia emocional, social y cultural que le da un signiicado existencial a la arquitectura como soporte físico tangible. La calidad de vida. Prácticas: Operar con el problema a partir de descomponer y recomponer para identiicar, seleccionar, organizar, analizar, comunicar y relexionar desde la mirada proyectual para que los estudiantes hagan un diagnóstico a manera de síntesis totalizadora. • Ambiente y Ecología - Área de conocimiento Ciencias Básicas Tecnología Producción y Gestión Ambiente y Ecología ¿Qué condiciones y consecuencias implica lo que diseña y construye el hombre? El ambiente humano, la ciudad. La calidad de vida. Organizadores: El hábitat como red vivencial desde el enfoque de racionalidad ambiental y sustentabilidad de las acciones del habitar. El hombre y la sociedad como componentes de la complejidad ambiental. La ciudad como un sistema de relaciones. El desarrollo de las ciudades y los problemas de complejas características ambientales, sociales, económicas y culturales.

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La lectura del paisaje, la diversidad de sistemas, los espacios del hombre de nuestros tiempos para tomar una postura crítica y desarrollar una nueva ética ambiental. Prácticas: Operar con el problema a partir de descomponer y recomponer para identiicar, seleccionar, organizar, analizar, comunicar y relexionar desde la mirada ambiental para que los estudiantes hagan un diagnóstico a manera de síntesis totalizadora. • Introducción a los Tipos constructivos - Área de conocimiento Tecnología, Producción y Gestión ¿Cómo y con qué recursos diseña y construye el hombre? El medio de vida. Los procesos técnicos y tecnológicos involucrados en la materialización del Hábitat desde la cultura. Organizadores: La ediicación como un organismo vivo que respeta las leyes naturales. Las relaciones entre hechos materiales y espirituales, cientíicos y artísticos, tangibles e intangibles Las tecnologías apropiadas y la relación entre ecología, hombre y arquitectura. El impacto de las nuevas tecnologías y las infraestructuras sobre el medio ambiente, la vida humana y la ciudad. Prácticas: Operar con el problema a partir de descomponer y recomponer para identiicar, seleccionar, organizar, analizar, comunicar y relexionar desde la mirada constructiva tecnológica para que los estudiantes hagan un diagnóstico a manera de síntesis totalizadora.

Sub-ejes instrumentales de la propuesta: mirar y comunicar • Mirar: introducir al estudiante en la construcción de la mirada disciplinar, la mirada inteligente que implica superar las visiones fragmentadas desde un camino que va desde la percepción sincrética (intuición) al análisis; implica la interpretación de los datos y señales de la realidad que se vuelven signiicativos para construir una mirada que requiere una intención, una decisión personal (mirar es ver pensando), para crear imaginativamente múltiples relaciones con las ideas que darán paso al pensamiento proyectual. • Comunicar: introducir al estudiante en el uso del lenguaje disciplinar. Desarrollar en el estudiante la destreza en el uso de los recursos técnicos y herramientas como código de comunicación o lenguaje propio de la disciplina que le facilitará exteriorizar las imágenes mentales, conectar y organizarlas mediante el uso del lenguaje gráico-conceptual (o al menos intentarlo) apoyado en el escrito y oral. En el juego didáctico la utilización del lenguaje gráico favorece la comprensión del estudiante y da al docente la posibilidad de mostrar en pocos trazos, conceptos, ideas, posibilidades, alternativas, como así también veriicaciones y ajustes en un verdadero ejercicio del oicio. Cuantos más medios se conozcan, se puedan y sepan utilizar, más y mejores posibilidades de indagación y de resolución de problemas se obtendrán. Es en el uso combinado de los distintos medios donde se logran los mejores resultados. La práctica propuesta se plantea como una metodología lexible y dialéctica entre las tres disciplinas, para generar en el estudiante desde la interpretación perceptual y vivencial, preguntas dilemas a través de la evidencia y la refutación, con instancias didácticas de transferencias como herramientas válidas para la comprensión de los sistemas complejos (la ciudad, la arquitectura).

III. Marco propositivo 1. Primera instancia de aportes y transferencia por áreas de conocimiento La matriz diseñada esquematiza el proceso espiralado que exige la enseñanza y el aprendizaje de la arquitectura.

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Fig. 3: Mediador didáctico (para la Síntesis), aportes y transferencias por área de conocimiento. Fuente: elaboración propia.

2. Croquis curridular de la propuesta Organizadores y prácticas que acompañarán cada disciplina a partir de los criterios de secuencia, coherencia, compatibilidad y correspondencia de cada disciplina interviniente.

Fig. 4: Croquis curricular de la propuesta organizadores y prácticas que acompañarán cada disciplina.

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3. Etapa de síntesis integral totalizadora

Fig. 5: Síntesis parciales que aportan a la construcción de la Síntesis integral totalizadora. Fuente: elaboración propia.

4. Tablas de apoyo y monitoreo Los enfoques integrales de evaluación del desempeño combinan conocimiento, entendimiento, solución de problemas, habilidades técnicas, actitudes y ética de la evaluación. Una evaluación integrada se caracteriza por estar orientada a ser interdisciplinaria, cubrir grupos de competencias, exigir habilidades analíticas y a combinar la teoría con la práctica.

Tabla de apoyo y monitoreo de las competencias del Estudiante La interdisciplinariedad permite en el estudiante formar competencias cognitivas para:

Fig. 6: Tabla de apoyo y monitoreo de las competencias del Estudiante. Fuente: elaboración propia

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Tabla de apoyo y monitoreo externo de las competencias y del peril del Docente La evaluación sobre la práctica docente quizás sea la mejor vía posible de formación permanente, supone pensamiento, interacción y relexión. Implica realizar los controles permanentes sobre la pertinencia de los contenidos, procedimientos y criterios de evaluación para instalar el debate y hacer acuerdos programáticos sobre las decisiones y actuaciones futuras. Para la construcción de una interdisciplina colaborativa y participativa es necesario por parte del docente:

Fig. 7: Tabla de apoyo y monitoreo externo de las competencias y del peril del Docente. Fuente: elaboración propia.

IV. Comentarios inales Cada vez crece más la necesidad de las articulaciones disciplinares para dar respuesta a la complejidad de los problemas actuales que se presentan y resulta imposible pensar por separado soluciones pertinentes, mucho menos en un campo complejo como es la Arquitectura. El peril del egresado deinido por la Escuela de Arquitectura de la UNLaR enfatiza los aspectos formativos esenciales del diseño sustentable y la temática ambiental en correlato a las posibilidades de las tecnologías apropiadas y energías no convencionales. De acuerdo a esta realidad, la Teoría de la Arquitectura con enfoque en la complejidad y en la racionalidad ambiental debería ser esencial en la formación de nuestros estudiantes, no como una asignatura aislada sino como formación transversal en todos los niveles de la misma, abordada desde el ciclo básico inicial. De nuestra experiencia como docentes, surge la percepción de que no solo existe una marcada disociación entre los contenidos teóricos y los prácticos, sino que, salvo honrosas excepciones, cada vez se aporta menos teoría apelando en su lugar a la ejempliicación basada en la referencia a modelos mediáticos emblemáticos. Esto evidentemente atenta contra la valoración de la teoría perdiéndose de vista la relación de ésta con la futura práctica profesional, cuya representación para los estudiantes termina concentrándose en la mera solución de problemas sin que se desarrolle un mínimo de sentido crítico frente a la realidad donde se debe actuar. Aportar desde esta teoría trae de la mano la conciencia de que el arquitecto debe ser el procurador de los marcos signiicativos para el desarrollo de las actividades que sustentan la vida cotidiana sobre la base de una cultura capaz de sostener un nuevo pacto que tome como eje la calidad de vida sobre un ambiente sustentable con principios de equidad y desarrollo sostenible. Procuramos desde el diseño de la estrategia didáctica que se presenta en este trabajo que la problemática inherente a la relación habitar/hábitat sea un instrumento conceptual-operativo que posibilite la comprensión y explicación de la realidad arquitectónica, sus procesos y productos contextualizados en el espacio y el tiempo, además de posibilitar en el estudiante inicial una

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experiencia de integración articulada de disciplinas de distintas áreas de conocimiento con una problemática de diseño común para lograr una visión enriquecida, compleja, relexiva y crítica sobre lo propio producido. El tema-problema, eje central de la propuesta, se caracteriza por su condición de transferibilidad, evocación y aplicación de los nodos conceptuales de las disciplinas asociadas, introduciendo al estudiante en la comprensión de la arquitectura como disciplina que sintetiza cultural y materialmente la relación del hombre como ser social y los procesos de transformación técnica del ambiente que habita. Con la mirada interdisciplinaria se inician las actividades de identiicación, selección y organización de conocimientos, propias de la síntesis y que no pueden lograrse sin su presencia; los estudiantes arriban a buenas resoluciones desde la evocación, transferencia y encuentro de los conocimientos y procedimientos que fueron enseñados en las otras disciplinas concurrentes que podrán operar como lógicas proyectuales en el proceso de diseño arquitectónico. La interdisciplinariedad representa uno los nodos críticos de la educación contemporánea, revelándose como parte de los desafíos de pertinencia y calidad que debe afrontar a partir de la necesidad de fomentar nuevas formas de conocimiento, en un tránsito de orden paradigmático transversal a todos los dominios de conocimiento que permitan la relación y convergencia de las distintas áreas y dimensiones del conocimiento. Dichos desafíos suponen procesos epistemológicos que involucran la educación en general y las dinámicas relacionales de los docentes y estudiantes; suponen una prospectiva hacia la integración de saberes dispersos en distintas disciplinas, con énfasis no en la acumulación sino en la organización y contextualización cognitiva. Proponer recursos pedagógicos y didácticos alternativos puede ser la vía para redimensionar el trabajo docente. La crisis educativa nos mira de frente, pero aún no la hemos enfrentado, continuamos haciendo lo mismo esperando resultados diferentes. Hoy sabemos que se aprende mejor cuando se suministra al estudiante una primera visión global, holística del tema a abordar, ver el todo para luego analizar las partes con sus interrelaciones e interacciones. La problemática de la interdisciplinariedad no es nueva, pero reairma en el contexto de una escuela tan joven como la nuestra, la necesidad de búsqueda de recursos que motiven investigaciones pertinentes y abran el debate para proponer recursos pedagógicos y didácticos alternativos que puedan ser la vía para redimensionar el trabajo docente de frente a la complejidad de mundo actual que requiere de la solución de problemáticas que están más allá de las constricciones de una sola disciplina.

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DEvelopment of models for shelter BASEd on STANDARIZAtioN of pre-cast prototypes. ANaLySis from a constructive experience with increasing module.

DESARROLLOS DE MODELOS PARA REFUGIO MODULAR EN BASE A ESTANDARIZACIÓN DE PROTOTIPOS PRE-FABRICADOS. ANÁLISIS DE UNA EXPERIENCIA CONSTRUCTIVA CON MÓDULO INCREMENTAL. Omar Cañete Islas 1 Felipe Mateo López 2

RESUMEN

ABSTRACT

El presente artículo busca sistematizar una experiencia proyectual de diseño paramétrico, en base a la idea de prototipo experimental para un refugio en la zona central de Chile, un pabellón vertical, cuya modulación espacial, podría aplicarse al diseño de modelos de vivienda unifamiliar e incremental de autoconstrucción, el cual ha sido abordado desde estudios de diseño basado en lenguaje de patrones y morfologías de transformación, asistidas por softwares 3D y experiencias Cad/Cam, reunidas desde diversos proyectos de artes visuales que han ejecutado los propios autores, tomando como referencia temáticas de morfología y crecimientos geométricos complejos.

Present article shows experience in parametric design, working problem of non-geodesic dome, applied to model single familiar shelter. Model is aboard since parametric design based in pattern language and transformational morphology, using 3D software and all own experience from authors in visual arts using morphological approach.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Modelo morfológico; Diseño paramétrico; Cúpula no geodésica; Enfoque del paisaje

Morphological modeling; Parametric design; Non geodesic dome; Landscape approach

1

Docente Escuela de Arquitectura. Universidad de Valparaiso (Chile) de diversas càtedras en Talleres de Territorio, Ciudad, módulo de Forma,

FONDART, años 2011, 2012 y 2015. Diversas publicaciones en revistas indexadas en temas de forma, habitar, territorio, psicología y artes visuales. 2 Arquitecto Universidad de Valparaíso, 2013. Workshops Diseño paramétrico, fabricación y modelación de datos Dumdum Lab, 2013-2015. Co-ejecutor Fondart de artes visuales 2012-2015. Arquitecto en Bio-casa arquitectura y construcción, años 2013-2014. Arquitecto en Kreen arquitectura y construcción, 2016. Publicaciones en Colombia, Chile y Uruguay, 2012, 2013, 2015. Mail: felipemateolopez@gmail.com

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Antecedentes “El cristal empuja, se mueve hacia afuera siguiendo las formas teóricas de la geometría, y el hombre se complace en esta disposición porque parece hallar la justiicación de sus concepciones abstractas de la geometría, el hombre y la naturaleza encuentran un factor común, un terreno de armonía en el cristal”. (Ozenfant y Jeanneret; cit. En Marchan Fiz; (2008). “La Metáfora del Cristal en las artes y en la arquitectura”.)

Primeras experiencias de modelación 3D por parte del equipo A mediados del año 2011, en el marco de los talleres de fabricación digital WS1, realizamos las primeras experiencias de construcción de maquetas en papel y poli-estileno de alto impacto, para propuestas concretas de modulación en serie y proyectos de construcción de pequeña escala. Esto en el marco del proyecto de artes visuales inanciado por FANDART, titulado: “Exploraciones morfológicas”.

Fig. 1 y 2: Curvas de nivel para plantillas de corte, vectorizada a partir de un modelo virtual 3D. Proceso de corte computarizado y modelo inal de prueba, ensamblado.Al lado. Morfologías fractales generadas a partir de crecimiento y fragmentación modular vectorial. Ver Cañete 2012.

En ello se utilizó una seriación de plantillas, numeradas y diagramadas en software, las que luego fueron impresas, en conjunto con el desarrollo (simultáneo) de una estrategia constructiva de anclajes simples, vinculando las piezas por medio de remaches pop metálicos o correas plásticas. Estos primeros y sencillos ejercicios, llevaron a una evidencia de la importancia de concebir procesos globales e integrados de diseño y construcción, a diferencia de los tradicionales métodos, que separan el diseño (como un ejercicio abstracto) de modo independiente al proceso constructivo, proposición de detalles y montajes. Luego en una segunda instancia práctica, se fabrican tres modelos laminares, mediante corte computarizado, utilizando una RoutterMulticam 1000 Series; modelos de tablero MDF de 15 mm de espesor, en base a serie de paneles apilados y encolados de acuerdo al diseño virtual –tridimensionalpropuesto. Estos resultados fueron expuestos como parte del proyecto del equipo Morfologías Digitales 2012, en el marco del FONDART regional de artes visuales, durante los años 2012 y 2013, en diversos centros de exposición de la región. En dicha propuesta, la geometría de base

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provino desde una serie de curvas fractales (Mandelbrot, 2005; Arguedas, 2012), obtenidas mediante vectorizaciones (Cañete, 2012, 2014; López, 2012, Cañete y López, 2015; López, 2012) las que luego generación de volumetrías, de acuerdo a operaciones tales como el uso de puntos atractores (externo a la trama vectorial), el cual se sitúa en el espacio virtual, fuera de la grilla, tomando una distancia precisa en eje Z. La forma así extruida (modelación por atractor), se ordena en función de una serie de paneles o plantillas de corte, de acuerdo a la variación de las alturas de cada componente del módulo. Con esto, se obtiene una suerte de puzle, que a la vez, es un plano bidimensional de los componentes

ítem asociado a presupuestos y tiempos de ejecución del proyecto, además de ser un procedimiento de un encargo de diseño de interior. La estandarización del procedimiento es puesta a prueba en este nuevo ejercicio, que consiste en diseñar y ejecutar una piel-revestimiento, en base a placas de acero de 2 mm de espesor, (vinculadas mediante anclaje, al tabique que compone la barra de la sala principal del local) diseñados de forma similar, pero donde cada uno tiene diferencias particulares, en la acentuación tridimensional del pliegue. Esto permite que en su unión, generen una unidad mayor distintiva. Se proponen 32 placas cortadas y perforadas mediante tecnología plasma, plegadas en taller y ancladas al tabique in-situ. Primero se investigan las posibilidades de plegar la placa, usando el trazo (curvo) principal de los recorridos interiores de las salas, es decir; la curva longitudinal al tabique, por lo tanto responsivas al recorrido (del observador) entre ellas y el sector del baño; mientras se va en una dirección el pliegue de las placas se aprecia abierto, mientras que caminando

de diferentes perforaciones que se trazan en cada pieza, permite el paso tenue de la luz -cintas de luz led- a través de estas, en el total del largo (10 m) del módulo instalado. Así cada pliegue posee, sutilmente, distinta acentuación tridimensional y diferentes texturas, que varían de acuerdo al punto ejecución, presupuestos y espaciales proyectadas en el inicio del encargo.

Fig. 3: Modelos de estudio para panelización y ensamble de volúmenes, usando sistemas iterados. Fuente: López, Felipe; en Cañete, Correa y López, 2016.

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El problema del domo. Exploraciones morfológicas actuales. Usando la modelación digital en base a patrones (Alexander, 1991)geométricos especíicos y dando cuenta de la estandarización de los procedimientos constructivos, es que volvemos a experimentar dentro de este nuevo proyecto de arte Fondart 2015 (Cañete, Lopéz y Correa, 2016, en prensa), abordando el problema clásico, de la modelación de un Domo, pensado como una instalación que incluya el diálogo de la luz, con el material y las maquetas en bases de distintas geometrías fractales propuestas (ver imágenes 9-12). Búsqueda que nos permite, mediante el uso de los diferentes dispositivos modulares y diagramación de paneles, generar los volúmenes y sus detalles, tanto en la modelación virtual, como su fabricación a escala y explorar sus posibilidades estéticas. Como parte de este proceso debe reiterarse que; mediante el algoritmo gráico diagramado, las formas fractales seleccionadas se convierten en volumetría extruida según parámetros especíicos, como parte de la serie de operaciones ejecutadas, también son modeladas por diferencias de sólidos de revolución diseñados (imágenes 18-20). Las primeras observaciones que surgen acerca de los modelos generados, se desprenden de la continuidad de la estructura irregular – no geodésica- del módulo, para lo que se deben ajustar las curvas y tramas iniciales o geometría de base, de modo que se tenga una cierta cantidad de entrecruces y así generar mayor cantidad de uniones o ensambles, que garanticen autoestabilidad. Se diferenciaron tres posibilidades de discriminación a aplicar: I. Trabajar la continuidad de las curvas iniciales, desde la planta. II. Trabajar el volumen, desde la supericie envolvente del sólido de revolución (interior y exterior). En este caso (ver imágenes 18-20) el semi-elipsoide, de modo que la cáscara sea una estructura geométrica y constructivamente estable en si misma, como una malla ensamblada, adecuada para tales efectos. III. Mixta. Se opta por ambas; modiicar la volumetría propuesta, o escalarlo de modo no uniforme, respetando un plano de referencia o base del escalamiento y el centroide. Posteriormente se experimenta ajustando las curvas iniciales y las extrusiones que se obtienen con diferencias de supericies toroidales, paraboloides, elipsoides, esferas y semi-esferas, a modo de cúpulas o domos no geodésicos. En esta etapa se exploran las posibilidades de recorrer visualmente, algunos modelos en animación 3d, posteriormente editados en software. Las que son musicalizadas por el destacado pianista Aníbal Correa, para efectos de la instalación inal del trabajo. De esta manera, el proceso abarca desde la exploración morfológica al ensamble constructivo de unidades, como parte de un único proceso que incluye la solución de problemas de diseño constructivo. En este marco, nos hemos planteado, un ciclo de Investigación de Estandarización paramétrica de modelos constructivos en torno a la clásica problemática del Domo, donde primero se realizan exploraciones morfológicas, en base a softwares de modelación de patrones y lenguaje iterado de funciones (imágenes 11-12) para luego ser importadas, volumetrizadas y parametrizadas en Grasshoper (imagen 13), hasta deinir unidades constructivas de ensamblaje con sus respectivas medidas. Respecto a la modelación, se trabaja una trama de patrones vistas en planta o 2D, las que son extruidas desde un punto atractor externo, con valores circundante decrecientes de atracción desde dicho punto focal, formando una trama 3D más alta en su centro y menos alta en su periferia. Luego, se intersecta con diversos sólidos de revolución a in de abordar en problema de la doble curvatura (imagen 18-20) explorando diversas posibles soluciones, para inalmente, asignar valores y medidas a las partes y ensambles modulares, deiniendo sus alturas para cada unidad, a in de proceder a corta sus piezas en un router, y proceder al ensamble de paneles, que dan origen a la instalación y domo inal. Esto, junto con deinir materiales, costos y prototipos o modelos previos.

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Fig. 4: Modelación de Patrones en base a Sistemas Iterados. Fuente: Elaboración propia.

Metodología y resultados. El domo generativo Primera parte: De las artes visuales al diseño generativo La presente modelación morfológica, puede ser resumido en los siguientes pasos: Estudio de patrones (I.F.S.). Primeros esbozos morfológicos. Estos se realizaron en los softwares I.F.S. de sistemas Iterados y editados en RHINO.

Fig. 5: Modelaciones de doble curvatura. Fuente: Elaboración propia

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Primeras extruciones y modelaciones 3d. Estas se realizaron luego de ser importadas como imágenes vectoriales a diversos softwares Cad, y luego en editor de algoritmo gráico.

Fig. 6: Panelización y modelización de ensambles en diferentes volúmenes derivados de sistemas iterados. Fuente: Elaboración propia

Panelización y ensamble de unidades. Esta etapa también se realizó en editor de algoritmo gráico, pudiendo separar e identiicar las partes, componentes y áreas de ensamble entre sus partes.

Fig. 7: Modelaciones para fabricación CAM. Fuente: Elaboración propia.

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Modulación de Doble Curvatura. A in de dar la curvatura a la supericie (interna y externa de una de las caras del domo) se hizo interactuar la trama fractal ya extruida, con diversos sólidos de revolución, sustrayendo luego dicho sólido, a in de obtener y fabricar solamente la nervadura resultante del domo. a.- Curvaturas de diferentes sólidos.

Fig. 8: Modelaciones de doble curvatura. Fuente: Elaboración propia.

b.- Intersecciones de sólidos y generación del entramado.

Fig. 9: Modelaciones de doble curvatura. Fuente: Elaboración propia.

c.- Semi-esfera.

Fig. 10: Modulación, intersecciones o encajes del entramado. Fuente: Elaboración propia.

Maquetas Virtuales. En base a diversoss softwares de edición se exploraron las formas generadas desde sus posibilidades de expresión y presentación constructiva.

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Fig. 11: Modelaciones de doble curvatura. Fuente: Elaboración propia.

Primeros modelos y prototipos materiales.. Finalmente, los modelos virtuales, se pasaron a modelos constructivos, en base a la identiicación de sus partes, corte en materiales como cartón primero, y planchas de madera después, a in de ensamblar sus partes en un modelo más deinitivo.

Imagen 12-13. Primeras maquetas de entramado auto-portante. Distribución basada en sistema de geometría iterada. Fuente: Elaboración propia.

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Junto con mostrar este adelanto del trabajo en su estado actual, debemos señalar que el domo inal, en tanto instalación en su tamaño y materialidad real, fue parte de la exposición deArtes Visuales que se realizó desde ines de agosto y hasta noviembre de 2015, en diversos lugares de la región, en el marco del proyecto de Morfologías digitales, titulado: “El Laberinto en el centro del mandala”, inanciado por FONDART y patrocinado por la Escuela y Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso. Además, ha iniciado una serie de pequeños encargos y construcciones experimentales en terreno.

Segunda fase Diseños constructivos y generación de modelos de vivienda Una vez realizada la experiencia de prototipos basados en lenguaje de patrones y estudios morfológicos, se abordó el problema de cómo dar cabida y programa al espacio arquitectónico y proyectual.

Fig. 14: Primeros modelos con sentido constructivo a partir de modelación formal para un domo parabólico de dos cáscaras. Fuente: Elaboración propia.

Proceso de diseño y construcción 1.El carácter del encargo - Refugio en el bosque; Estrategias de pre-diseño: modulación e incrementalidad.

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Fig. 15: Maqueta virtual del modelo. Fuente: elaboración propia.

Fenómenos como el abandono de la ciudad por medio de segundas viviendas o la ocupación de las periferias rurales en torno a ellas constituyen modos de crecimientos orgánicos, incipientes en algunos países sub-desarrollados, no por ello sucesos de baja importancia ya que consisten en procesos localesde ocupación y ordenación del paisaje. Aunque sin ser permanente ni masivo, poblaciones urbanas consolidadas buscan espacios de retiro en estas periferias de la conurbación, las que posteriormente, con el tiempo se convierten en sectores urbanizados o pequeños micro-centros, donde el valor del suelo tiende a incrementar rápidamente con el paso del tiempo, dependiendo se los segmentos económicos que cohabitan, generándose muchas veces nuevos centroides de población de “segundas viviendas”, bajas densidades de habitación al inicio, incrementándose conforme al valor del suelo, conectados a polos urbanos de relativa proximidad.

Fig. 16: Maquetas de exploración del modelo. Fuente: Elaboración propia.

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2. Ubicación Dentro de este marco macro surge la propuesta para plantear el diseño y construcción de un prototipo de estructura experimental de bajo costo, que satisfaga las necesidades de una familia de tres integrantes, se hace primordial cubrir necesidades esenciales de estabilidad, de temporalidad, programáticas, climático/espaciales de paisaje y de costos, para la instalación de un refugio en el bosque del valle Fundo El Sauce, colindante al sector de Laguna Verde y Casablanca; zona de baja densidad de habitantes, que desde algunos años se viene convirtiendo en sector de segundas residencias e incipientes poblaciones.

Fig. 17: Mapa referencial del lugar; ubicación del proyecto, 5ta Región de Valparaíso, zona central de Chile. Fuente: Elaboración por Felipe Mateo López y Luis Pineda / software: Q-Gis

3. Procesos constructivos Se requiere una implementación del refugio en poco tiempo, carácter incremental (interior y el exterior) que se traduce en su verticalidad, la adaptación al paisaje del lugar queda en esta relación, con la posibilidad de usar dos altillos. Climatización pasiva y materiales de baja huella de carbono, materialidades orgánicas. Un solo espacio continuo, sala de estar/estudio y un altillo en doble altura, para pernoctar suspendido, en retiro entre la vegetación agreste del lugar. Con la presencia de una pequeña porción del océano, bajo el horizonte de la vista a cinco kilómetros de la orilla, a una altura de 255 metros. Fig. 18: Proceso constructivo visto desde el SurPoniente. Fuente: Elaboración propia.

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Se desarrolla un refugio modular auto-portante, que por un lado minimice la supericie de construcción, maximice el volumen interior y resista las condiciones locales de clima mediterráneo/ seco. Se propone desarrollar una estructura elástica, construida mediante arcos prefabricados en cajones, compuestos por madera aserrada y y tablero de astillas aglomeradas o OSB (por sus siglas en inglés). El diseño se ha modulado con software de 3D y el editor de algoritmo gráico Grasshopper. Luego, estas piezas son prefabricadas artesanalmente en taller, construyendo 16 piezas de arcos parabólicos (a modo de cajas curvas), que tienden a describir la mitad de sección del sólido para generar una abertura de luz cenital en la cúpula, posteriormente a eso se trasladan en un camión de tamaño estándar y se ensamblan a un envigado de 16 lados, sobre poyos de fundación aislada, en su parte inferior y a una pieza octogonal en su extremo superior.

Fig. 19 y 20: Esquemas de estructura y entramados preliminares. Fuente: Elaboración propia.

Evidentemente la curvatura de la supericie generada maximizaría la exposición al sol, minimizando la orientación sur, para lo cual se jerarquizará la dirección norte con aberturas de vanos en el sentido longitudinal del módulo y aberturas pequeñas al oeste y noreste a modo de conseguir ventilaciones cruzadas. Al poseer 16 puntos de apoyo en planta, sumado al punto central, se convierte en una planta de segmentos equidistantes que tienden al círculo, minimizando los cortes por torsión que puedan devenir de los fuertes sismos del país. La conluencia de las 16 piezas de 6.7 mt de alto, 25cm de ancho y 8cm de espesor, en el octágono central y posterior amarre mediante

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anillos de madera aserrada, los cuales se disponen cada 1mt. salvan la discontinuidad natural de la estructura, debida a los módulos comerciales del tablero OSB y los listones estándar de 3.20 mt de largo. Para lo cual se debe prever un arriostramiento en sectores estratégicos de la supericie del módulo, a in de garantizar una continuidad en la distribución de cargas y sobre-cargas de uso. En conjunto a estas ideas de pre-diseño se evalúa un criterio estructural mediante arriostramiento en los principales vanos de puertas; accesos y futuros crecimientos y especialmente en los puntos basales de la supericie de 16 lados, es decir, en la llegada a la plataforma del envigado sobre poyos, y donde se anclará la plataforma del altillo.

Fig. 21 y 22: Algunos planos tipo del Domo Refugio del Sol. Fuente. Elaboración propia.

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De este modo la estrategia consiste en reforzar los puntos donde el corte de la estructura sería mayor, es decir a medida que la estructura de la cúpula se vuelve más alta también se vuelve más discontinua, pero también mucho más liviana. Esta experiencia nos permite vincular una estrategia de diseño vinculada al high-tech, como lo es el diseño paramétrico tridimensional asociadas a las herramientas de cad (diseño asistido por computador), hacia el low-tech o técnicas de fabricación artesanal o de bajo costo. La incrementalidad del módulo se prueba en la solicitud de ampliación, cuando tuvimos en pié la obra gruesa principal, ante lo cual se trabaja con la grilla octogonal, (desde la cual devinieron los 16 puntos con los que se plantea el envigado principal) lo que permite, adaptarse a los nuevos programas requeridos, sin romper el diseño original del módulo; un dormitorio y un módulo de baño + cocina, conectados entre sí mediante enlaces de pequeños pasillos futuros. Se propone una pequeña pasarela contigua, que deviene de la modulación octagonal y que conecta sur con norte dando continuidad al acceso principal con el secundario, comunicados con el vano alto que indica el norte como una brújula territorial.

Fig. 23: Fotos del desarrollo constructivo de entramados y modulación incremental; posibilidad de doble/triple altura.

En paralelo a este encargo surgió otro de similares características, el cual consistió en un módulo de doble altura de espacio público, vinculado a otro que contendría los programas de intimidad; dormitorios y baños. En este caso se optó por diseñar cáscaras parabólicas, montadas independientemente y vinculadas por una estructura metálica que funcionaría como conector y espacio de dilatación entre las supericies, al mismo tiempo generaría un vano curvo direccionado hacia el norte. Utilizando la misma técnica de pre-fabricación artesanal. Plan que inalmente no se pone en obra, pero que queda planteado en diseño de modelo, detalles y cálculos de ingeniería. (Ver imagen 14; Se presenta parte del modelo propuesto).

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4. Acerca del paisaje y del montaje Refugio en el bosque; materialidad y recursos de baja tecnología o bio-construcción Las características del lugar de emplazamiento ofrece un suelo muy arcilloso y pequeños cursos de agua entre las quebradas de las laderas sur. En un principio resulta imposible plantear cualquier montaje de construcción en un terreno sin recursos de agua. Si bien la estructura sería prefabricada de acuerdo a la modulación Cad. El montaje requeriría de varios días continuados de trabajo por parte del equipo. Frente a estas condiciones se propone usar el material más abundante y de baja huella de carbono; La tierra, a modo de aislante térmico y acústico, rescatando técnicas tradicionales de arquitectura en barro, como son la quincha de doble malla, conocida localmente como ensardinado; técnica que consiste en disponer un palillaje de piezas de despunte del pino radiata, en doble malla, entre pies derechos, en este caso las nervaduras o piernas estructurales en forma de cajas, en los sectores donde pensamos que el corte era mayor, por los encuentros ya sea con la base del envigado o el altillo, allí se dispondrían en diagonal, logrando una sub-estructura rigidizante, de doble piel, al exterior y al interior dejando una cámara de vacío que recibe el barro arcilloso tratado con paja de trigo picada y aglomerada con el agua del arroyo de la quebrada, la que fue colectada mediante un dique de polines que hubo que construir como obra complementaria al módulo. De este modo garantizábamos el carácter ecológico de la obra, buena aislación térmica, balance entre humedad interior /exterior, además de un arriostramiento complementario de la supericie del módulo. Posteriormente se utilizaría el mismo material sumado a un tratamiento de fermentación, con arena y materia orgánica para lograr una mezcla de masa impermeable de tierra cruda, curada con aceite de linaza y secado natural al sol. Una técnica localmente conocida como revoque ino de tierra cruda, el que se dispone en un espesor de 3 a 5 cm. que debe garantizar un revestimiento como una cáscara o piel impermeable, que dé soporte frente las lluvias de la temporada invernal, precipitaciones que en el clima costero de esta latitud, tienden a surgir entre los meses de Mayo y Agosto.

Fig. 24 y 25: Diseño de tabiquerías interiores. Fuente: elaboración propia.

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Fig. 26 y 27: Interior en construcción y vista exterior. Fuente: elaboración propia.

Fig. 28 - 32: Detalles proceso constructivo, con uso de barro. Fuente. Elaboración propia.

Finalmente las terminaciones exteriores (aleros de vanos y pasarela), se realizarían en base a placa de tablero OSB revestido con pasta de arcilla tratada, previa aplicación de imprimante, que den mayor resistencia al efecto de las lluvias del invierno. Actualmente el modelo se encuentra en proceso de obra y evaluación de soluciones de detalles constructivos.

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Fig. 33: Interior en construcción y vista exterior. Fuente: elaboración propia.

Conclusiones Hoy en día, pueden trazarse cada vez más y de manera más intensiva recorridos entre el proceso creativo, apoyado en uso de exploraciones morfológicas puras, con un proceso de pre-diseño proyectual y constructivo analógico/digital, digital/analógico. Esto en base al apoyo de técnicas de modelación basadas en uso de softwares de modelación tridimensional y en especial, del llamado diseño generativo. En el presente caso, exploraciones morfológicas iniciadas en el marco de un proyecto de artes visuales, sirven, en paralelo, para experimentar en el diseño de un módulo habitable, interpretado iterados (IFS) (Prusinkiewicz y Lindenmayer, 1996, Fedel, 2002, los cuales fueron posteriormente fabricados con uso de sistema CAD-CAM (Housmand et al, 2010). La propuesta programática que hemos denominado incialmente como “refugio generativo”, se implementa en esta instancia como un pabellón experimental, un habitáculo vertical en forma de paisaje. En este plano habitacional, resulta pertinente revisar con mayor profundidad el carácter uni o multifamiliar de estos prototipos según el tipo de uso y solicitación estructural que se le asigne. En este marco, también resulta relevante explorar las posibilidades de crecimiento de los módulos en base a trazados generativos, ya sea desde condiciones formales propias o parámetros/fuerzas del lugar, que los conecten y relacionen entre sí y/o con el medio. En el presente artículo, se muestran algunos detalles de dicho proceso de desarrollo constructivo experimental, y de sus diversas fases, emplazamiento, planos y detalles. Esta experiencia también lleva a plantearnos este tipo de intervenciones desde el punto de vista de su reproductibilidad y uso en diversas formas de intervención. Ya que se trata como proceso de diseño generativo o en base a patrones.

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Finalmente, y como es natural, el modelo también presenta una evolución desde el punto de vista de su emplazamiento, lujo de aire cruzado en dos niveles, orientaciones oriente/poniente, sur/ norte, aplomo en el terreno natural del lugar, uso de materiales y detalles de diseño constructivo artesanal, aprovechando, en este caso las condiciones que el medio natural del lugar ofrece.

Agradecimientos Al equipo colaborador: Felipe Saavedra, Francisco Rubio, Luis Pineda, Ángel Palma, J. Pablo Cisternas, Oscar y Pablo Jerez, Alejandro Saldías, Rodrigo Segura, Ale Tello, Camila Bidart y Mario Varela.

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REVISTA PENSUM | ISSN: 2469-0724 | volumen 2 | noviembre 2016 | pp. 145 / 155

GEOMETRÍAS Y FORMA ARQUITECTÓNICA EN LÓGICAS PROYECTUALES CONTEMPORÁNEAS. APROXIMACIÓN A NUEVOS ÓRDENES BAJO EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

GEOMETRIES AND ARCHITECTURAL FORM IN CONTEMPORARY LOGICS’ PROJECT. APPROXIMATION TO NEW ORDERS UNDER THE PARADIGM OF THE COMPLEXITY

Pablo Fernando Almada 1

RESUMEN

ABSTRACT

El tema se inscribe en el área de convergencia de saberes históricamente ligados: geometría y arquitectura. La geometría, en tanto sistema axiomático resemantizado, contribuye al conocimiento de la realidad proporcionando un esqueleto formal adecuado para describirla, interpretarla e intervenir sobre ella. Dota de forma y orden a la arquitectura. Las relaciones entre geometría y arquitectura guardan la riqueza de una visión del mundo característico de cada tiempo y cada espacio. Indagar en la utilización de geometrías del orden cartesiano y complejas en los modos del proyecto permite nuevas aproximaciones a la arquitectura dentro de una complejidad asumida como punto de partida y en la dirección de la recuperación de la base epistemológica del proyecto. El principal interrogante de este trabajo es: ¿cómo repensar el rol de las geometrías en relación a ciertas lógicas proyectuales en el contexto del nuevo paradigma contemporáneo?

The topic registers in the area of convergence of knowledge historically tied: geometry and architecture. The geometry, as axiomatic system, contributes to the knowledge of the reality providing a formal skeleton adapted to describe it, to understand and to control it. It provides with form and order to the architecture. The relations between geometry and architecture keeps a vision of the world typical of certain time and space. To investigate in the usage of Cartesian or complex geometries in the project allows new approximations of the architecture inside a complexity assumed as the starting point and in to the recovery of the epistemological basis of the project. The principal question of this work is: how to rethink the role of the geometries in relation to certain logics’ project in the context of the new contemporary paradigm?

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Geometría – Forma arquitectónica – Paradigmas.

Geometry - Architectural form - Paradigms

1

Arquitecto y doctorando por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD- UNC) Prof. Adjunto Cátedra de Matemática de Diseño Industrial y Matemática 1B de Arquitectura en FAUD-UNC y Prof. Adjunto Cátedra de Matemática de Arquitectura de la Universidad Blas Pascal. Coordinador del Curso de Ingreso FAUD-UNC por Arquitectura. Investigador SECyT- UNC y codirector de proyecto de investigación del Ministerio de Ciencia y Técnica (MinCyT) de la provincia de Córdoba. Ha realizado numerosas publicaciones académicas. almada1970@yahoo.com.ar

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Introducción “Nuestro universo, nuestras ciudades, nuestros comportamientos, nuestro tiempo incluso, responden mayoritariamente a procesos dinámicos, no lineales. El campo de la arquitectura, sin embargo, sigue coniando en modelos de orden basados en estructuras rígidas y preestablecidas implícitamente inalterables, permanentes: puras, estrictas e inapelables…que genera una situación de alejamiento entre la nueva ciencia y la vieja arquitectura” Gausa (1999).

El contexto de producción del presente artículo es el Doctorado en Arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. El autor, en tanto doctorando, aborda el tema de su Tesis en la fase de construcción del marco teórico y el objetivo principal es aproximarse a la relación entre forma arquitectónica y geometría, vinculándola con los distintos paradigmas o formas de conocer el mundo. La metodología, en esta instancia, se basa en el análisis bibliográico y en la vinculación de ideas de distintos autores en relación al tema de interés, enmarcados en el estado de situación de la teoría de la arquitectura en la contemporaneidad. Los conceptos son orientativos, abiertos y en construcción, y los autores y obras que se mencionan son casos individuales, no representativos estadísticamente. Para este trabajo, se propone comenzar con una relexión acerca del estado de situación de la teoría de la arquitectura hoy. Roberto Fernández (2011), en uno de los capítulos de su libro Mundo Diseñado -El vacío de la teoría. Argumentos para la investigación proyectual como refundación teórica de la Arquitectura-, aborda en profundidad esta problemática e incluye una agenda de temas de investigación proyectual dentro de la cual se inscribe el de este trabajo, en lo que allí se denomina Geometrías. Posicionamiento, soporte. La forma geométrica como a priori proyectual (p.263). Luego, aproximarse a la noción de forma arquitectónica que asume ciertas coniguraciones como respuestas a las ideas de hombre y de mundo que es posible desentrañar en el área de conluencia de la ilosofía, los estudios culturales, la ciencia, la disciplina y, fundamentalmente, de la crítica proveniente del seno de la propia arquitectura –con conciencia de su debilidad epistemológica y de la carencia de plataformas teóricas sólidas desde la cual repensarse-. Aparece aquí la geometría como soporte de la forma arquitectónica y la posibilidad de revisar, en perspectiva histórica, cómo se relacionan los modelos de concebir el mundo o paradigmas con el papel de la geometría en la generación morfológica. Así, geometrías euclidianas y geometrías complejas se asocian a los paradigmas de la simplicidad y la complejidad (Morín, 2007). Tras el breve marco de referencia, y ubicados en la contemporaneidad, se abordan dos núcleos conceptuales que vinculan forma arquitectónica y geometría. El primero, relaciona arte contemporáneo y forma, y cristaliza las derivas emergentes en momentos arquitectónicos caracterizados por encuadres esteticistas o por determinado orden diagramático de arquitecturas tras-funcionalistas. A modo de hipótesis, se asocian dichos momentos con órdenes geométricos que tienden a la simpliicación o a la complejización de la forma arquitectónica. El segundo núcleo conceptual, encuentra asidero en el desarrollo de las lógicas del proyecto que propone Fernández (2007), acercándose a aquellas que se emparentan con mayor fuerza con el tema: el análisis como lógica autónoma y la forma como lógica heterónoma. Finalmente, tras el encuadre, podrán darse algunos aspectos relevantes del proyecto que nos permitan hablar de orden cartesiano o complejo desde la visión planteada en este artículo y arribar a ciertas conclusiones emergentes de lo trabajado.

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Desarrollo Arquitectura y teoría El tema de la forma arquitectónica en relación al uso de la geometría como soporte ha sido de un tópico de interés de múltiples autores de distintas épocas. Basta citar a modo de ejemplos la obra Los cuatro libros de la Arquitectura (1570) del arquitecto y tratadista renacentista Andrea Palladio preocupado por la determinación de proporciones o Matila Ghyka en Estética de las proporciones en la naturaleza y en las artes (1927) que vincula naturaleza, arte y arquitectura en torno a la proporción áurea o más acá en el tiempo la publicación Sincronizar la Geometría de Borja Ferrater y su afán sistematizador de una línea genealógica alternativa a la canónica para abordar la arquitectura el siglo XX desde un análisis de la forma en torno a las geometrías irregulares. La particularidad hoy, a diferencia de otros períodos históricos, radica en la ausencia de plataformas teóricas únicas que actúen como marco de referencia. De allí la necesidad de comenzar con una breve relexión contemporánea sobre la teoría en arquitectura Partiendo de la idea expresada por Fernández (2011: p.255) en relación al vacío de la teoría en arquitectura al decir: “La situación contemporánea en Arquitectura como Institución (pensum disciplinar pedagógico, sistema de validación de las experiencias, producción disciplinar teórica, crítica e historiográica) presencia un extremo desprecio por la condición relexiva propia de la producción de la teoría”, puede airmarse que, a diferencia de otros momentos históricos en los que se contaba con un cuerpo de conocimiento que daba sentido a la práctica desde una intelectualidad producida en el seno de la arquitectura, nos encontramos en una fase que se sustancia sobre una base fragmentaria, de experimentación, con acento en el hacer. Y en este contexto, de pérdida de consistencia del discurso especíico disciplinar –cuando no del discurso mismo-, cobran relevancia fuerzas externas que terminan por modelar el presente de la arquitectura hoy, entendido como “un deslizamiento de decisiones inherentes al gusto y la orientación del consumo de los diseñadores convencionales a miembros de equipos formadores de opinión mucho más soisticados y con intereses manipulatorios habitualmente atados a cuestiones de marketing” (Fernández, 2007: p.15). La debilidad epistemológica actual de la arquitectura induce a pensar solo sobre lo realizado y el proyecto pierde su poder de instrumento cognitivo para quedarse en el plano de lo instrumental. El estudio del objeto de conocimiento debe re-pensarse de manera más articulada, más convincente, para otras comunidades y abierta al diálogo con otras disciplinas. Este tipo de conocimiento, si bien no es el de mayor utilidad para la arquitectura como oicio, incrementa y fortalece el nivel de crítica y autoconciencia disciplinar, en pos de alcanzar su autonomía que permita enjuiciar sus propias producciones y determinar en deinitiva, los valores de sus prácticas y productos (Fraenza, 2013). El valor de la propia crítica radicará, tal como lo expresa Josep María Montaner (2013:p.19), en: “… desvelar las raíces y antecedentes, las teorías, métodos y posiciones implícitos en el objeto. Además con esta contextualización se contrarresta la tendencia al individualismo y creacionismo en el que se escudan muchos artistas y arquitectos, rechazando interpretaciones y clasiicaciones”. Cabe aquí la relexión de Montaner (2014) en su texto Del diagrama a las experiencias, hacia una arquitectura de la acción respecto a la necesidad de un cambio epistemológico y la renovación de un vocabulario en el proceso actual de revisión. Conceptos básicos de la arquitectura como forma, estructura, sistema, geometría, diagrama, experiencia o acción deben ser reformulados a partir de las complejidades contemporáneas. Así, la forma arquitectónica puede ser una de las puertas de entrada al vasto mundo de la arquitectura en plena redeinición de sus epistemes. Es un recorte, una mirada parcial e incompleta. La compleja realidad contemporánea presenta innumerables prácticas arquitectónicas que ya no pueden reducirse a simples sistemas de taxonomías formales.

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Forma arquitectónica A continuación se presenta una temática emergente de la mencionada agenda de temas de investigación proyectual que puede contribuir a la construcción de un campo de legitimidad de la propia teoría: las relaciones entre geometría y forma arquitectónica contemporánea a la luz del paradigma de la complejidad. Este acercamiento está asociado, necesariamente, a otros campos de conocimientos -como saberes externos que pueden dar cierta cobertura epistemológica y metodológica- y, que a la vez que ayuden a investigar cómo se produjo el proyecto, posibiliten una aproximación al mismo como instrumento cognitivo. Se busca profundizar sobre una de las variables arquitectónicas –la forma- bajo el ala del paradigma de la complejidad del mundo contemporáneo. Interesa repensar la forma como expresión de una estructura interna, de una posibilidad de ser de las cosas que se asume en una determinada coniguración en un tiempo y en un espacio –también determinados-. No se trata de una visión formalista, que solo pone el acento en la apariencia exterior, ni en el estudio de la forma como composición, asociado a conceptos de belleza como resultante del manejo de reglas y patrones establecidos como válidos, y que terminan diluyendo la aproximación esencialista a la forma. Se adhiere a la manera de abordar la forma de Josep María Montaner (2002: p.9) en su libro Las formas del siglo XX, en la que expresa: “…nada tiene que ver con la forma como igura exterior o apariencia visual, como contorno o silueta, ni mucho menos con la forma como género o estilo artístico. La concepción que se adopta como seminal es la de la forma entendida como estructura esencial e interna, como construcción del espacio y de la materia”. Las formas refractan una cosmovisión del hombre, en consonancia “con las relexiones ilosóicas, con los paradigmas cientíicos y con la continua evolución de la sociedad” (Montaner, 2002: p.2).

La geometría como soporte de la forma arquitectónica La geometría es el instrumento que viabiliza el hecho arquitectónico en pos de su in último ligado a la generación, evolución y adaptación del hábitat a un contexto determinado. Dota de forma y orden a la arquitectura, y se hace ciencia aplicada en ella. Klimovsky (1997:p.292) expresa: “Lo que justiica la importancia de la matemática para la ciencia y la cultura contemporánea es ser una suerte de museo de posibilidades al servicio de los ejemplos concretos que se presentan en cada disciplina o teoría que trata acerca de la realidad”. Ha contribuido desde sus orígenes -geometría euclidiana, de concepción aristotélica en la que axiomas y postulados proponían verdades evidentes-, y hasta la actualidad, en sus diversas formas -euclidianas y no euclidianas-, al conocimiento de la realidad, dotando de un esqueleto formal adecuado para describirla, interpretarla e intervenir sobre ella. Las relaciones entre geometría y arquitectura guardan la riqueza de una visión del mundo característico de cada tiempo y de cada espacio. Puede indagarse, entonces, en las profundidades de las relaciones entre geometrías de un orden diferente, denominadas complejas, y la concepción de un nuevo espacio y tiempo arquitectónico –dentro de una complejidad asumida como punto de partida-. Y en este contexto, la variable de análisis está ligada a la generación de la forma arquitectónica, que se constituye en el eje sobre el cual se aborda tanto el estudio de las composiciones -bajo la forma de dispositivos instalados- como las experimentaciones e investigaciones proyectuales como resistencia a los dispositivos (Fanlo, 2011; Sarquis, 2013). Se propone, al decir de Gausa (1999:p.6): “…una mirada “transversal” sobre el propio escenario contemporáneo capaz de relacionar la deinición y la organización del hábitat y del entorno (esencia última de la arquitectura) con la propia interpretación –cientíica, social, ilosóica y artística- del espacio y el tiempo a él asociados”.

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Marco de referencia Este planteo cobra sentido dentro del breve marco de referencia, en perspectiva histórica, que relaciona los modelos de concebir el mundo o paradigmas con el papel de la geometría en la generación de la forma. Desde los griegos y hasta entrado el siglo XX, la ciencia denominada clásica ha privilegiado el orden y la estabilidad, identiicando al conocimiento con la idea de certidumbre. El universo explicado desde las teorías de Galileo, Kepler, Newton y Laplace expresan un conocimiento ideal, objetivo y completo. Se trata de un orden que responde a una concepción idealizada del cosmos y el modelo o paradigma del orden o de la simplicidad (Morin, 2007) asociado a esta manera de relacionarse con la realidad se caracteriza por ser fomal, universal, lineal, determinista y cerrado. Bajo esta mirada las formas ideales de la geometría de Euclides y Descartes garantizan el orden perfecto, y el campo de la arquitectura se erige sobre modelos de orden basados en estructuras rígidas y pre-establecidas, inalterables y permanentes. El orden cartesiano se cristaliza partir de la geometría euclidiana. Hacia inales del siglo XIX comienzan a generarse ciertas isuras en el seno de las ciencias clásicas que dan paso a una nueva ciencia, que rompe la simetría entre pasado y futuro, y en donde las leyes fundamentales dan cuenta de posibilidades y no de certezas. Prigogine (1998) lo expresa en El in de las Certidumbres: “Asistimos al surgimiento de una ciencia que ya no se limita a situaciones simpliicadas, idealizadas, más nos instala frente a la complejidad de un mundo real…”. El inicio de la transición entre la ciencia clásica y la nueva ciencia puede ubicarse hacia mediados del siglo XIX, en donde el físico vienés Boltzman intenta realizar una descripción evolucionista de los fenómenos físicos. Es en el desarrollo de la física de no equilibrio y de la dinámica de los sistemas inestables, asociados a la idea de caos, en donde se generan conceptos como el de la auto-organización y las estructuras disipativas, aplicados en la actualidad tanto en el campo de las ciencias exactas, físicas y naturales, como en el campo de las ciencias sociales. En este contexto, se gesta el paradigma de la complejidad, caracterizado por un nuevo orden, informal, múltiple, no-lineal, indeterminista y abierto en lo que a la nueva concepción del universo se reiere. Paralelamente en arquitectura se da un proceso de exploración de la complejidad formal desde el cuestionamiento y puesta en dudas de los postulados del movimiento moderno –incluida su pretensión de universalizar y democratizar la forma-. La obra Complejidad y contradicción en arquitectura de Venturi, publicada en 1966, da cuenta de la necesidad de una nueva mirada. Inés Moisset (2003) expresa la idea de Venturi: “La complejidad de la forma para Venturi es resultado de las distintas maneras en que puede leerse e interpretarse. El origen de la ambigüedad y de la pluralidad está en la capacidad de algunos elementos arquitectónicos de expresar varios signiicados a la vez…”. Más acá en el tiempo, textos como Las Formas del siglo XX de Montaner (2002) o Lógicas del proyecto de Fernández (2007) relejan también una preocupación por intentar entender la complejidad del escenario arquitectónico contemporáneo a partir de modos de hacer –no excluyentes entre sí, pero con lógicas diferenciadas-. El papel de las geometrías complejas utilizadas en los procesos creativos para la generación de la forma arquitectónica ha sido de vital importancia. Al respecto, Borja Ferrater (2006) propone una línea genealógica alternativa para abordar el devenir de la arquitectura en su publicación Sincronizar la geometría. Las geometrías complejas -asociadas a lo irregular o fragmentado, a múltiples direcciones, a la deinición topológica de supericies curvilíneas o quebradas, a la generación de volúmenes de sección variable- permiten formas dinámicas, abiertas, a jerárquicas (muchas veces) y lexibles que admiten la superposición, la ambigüedad, las certezas cambiantes, el crecimiento, características tan propias del nuevo paradigma.

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Arte contemporáneo, arquitectura, geometrías y derivas Asumida la complejidad como paradigma, cabe incorporar a este escenario el rol del arte y su estrecha vinculación –histórica- con la forma arquitectónica. Tomando como base el planteo de Fernández (2014), puede asociarse arte contemporáneo y arquitectura como forma de comprender las derivas de momentos ligados a órdenes geométricos de simpliicación y complejización del escenario arquitectónico de las últimas décadas. A diferencia de gran parte de la arquitectura actual –denominada del consumo y el espectáculo (Sarquis, 2013)-, el arte conceptual contemporáneo intenta asumir un papel crítico, y si bien este último no puede fugar de la mercancía, sí lo puede hacer el artista de la acción –y no del objeto-, a través de producciones que se ligan a procesos. Y justamente, esta potencialidad de fuga de su estadio de mercancía del arte conceptual contemporáneo puede servir de brújula para el proyecto, que en su búsqueda de mayoría de edad disciplinar, construya cierta autonomía e instituya un espacio de mirada crítica. Luego de la fase de modernidad social, la anticipación del arte sobre la arquitectura y el diseño engendra dos momentos de impacto del primero sobre la segunda. Uno es del orden de los encuadres esteticistas – manieras del gusto-, que puede interpretarse como cierta simpliicación o retracción hacia el orden euclidiano, y cuya expresión más acabada es la obra minimalista. Fretton, Ando, Souto de Moura (Fig.1), Chipperield (Fig.2) entre tantos otros, se enrolan en esta línea proyectual.

Fig.1: Souto de Moura. Casa das Históras, Protugal, 2008. Croquis. Elaboración propia.

Fig.2: David Chipperield. Galeriehaus, Berlín, 2007. Croquis. Elaboración propia.

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El otro momento, se vincula con el proceso de desenvolvimiento del orden diagramático de arquitecturas tras-funcionalistas: la des materialidad, los eventos transitorios, las perfomances situacionistas. Aquí, a la tendencia a la simpliicación se sobrepone la complejización que busca un nuevo orden y que se lleva a cabo a través de búsquedas formales en torno a geometrías complejas, explorando el orden no euclidiano, asumiendo el doble aspecto orden/desorden del paradigma de la complejidad contemporáneo. Koolhaas (Fig.3), Van Berkel (Fig.4), Tschumi, Holl, Ferrater, Ito, Roche (Fig.5), entre otros, se enilan en esta búsqueda.

Fig.3: Reem Koolhaas. Biblioteca Jussieu, Paris, 1992. Croquis. Elaboración propia.

Fig.4: Ben van Berkel. Casa Moebius, Países Bajos, 1990. Croquis. Elaboración propia.

Fig.5: Francios Roche. Museo B_Mu, Bankok, 2002. Croquis. Elaboración propia.

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Lógicas de proyecto: análisis y forma Las lógicas de proyecto, planteadas por Fernández (2007) -tipo/análisis, forma/discurso, estructura/ eventos, producción/contexto- intentan explicar la relación entre cultura y arquitectura actual, en un mundo globalizado, en el que se reconocen dos escenas que se vinculan básicamente a las experiencias euro céntricas o a la realidad americana respectivamente. Estas escenas no reeditan antiguas dicotomías sino que reconocen características salientes y diferenciadas para cada una de las lógicas planteadas, “no buscando exaltar una autonomía absoluta de cada escena ni una determinación radical de una sobre otra, sino más bien una dialéctica de choques, absorciones, mezclas e hibridaciones” (Fernández, 2014). Deinidas las lógicas del proyecto como “conjunto de orientaciones prácticas para el proyecto contemporáneo en fase con la economía/cultura globalizada” (Fernández, 2014) que se ubica en el espacio intersticial entre el ejercicio de la profesión –como oicio- y la disciplina, pueden reconocerse en el complejo panorama actual, ciertos modos de realización en los procesos de producción de proyectos. Estas matrices o armazones recurrentes de un hacer y pensar arquitectura pueden ayudarnos a mirar determinados aspectos de interés, que contribuyan a la construcción de una teoría de la arquitectura desde la propia disciplina contrarrestando la endeble base epistemológica del estado actual. Dentro del marco de este artículo, cobran especial interés dos de las ocho lógicas. La primera, el análisis, lógica autónoma de fuerte contenido conceptual y metodológico en el campo del pensamiento y su traducción a la esfera de la arquitectura. La segunda, la forma, lógica heterónoma basada en cierta omnipotencia del atributo de la forma. La selección de estas lógicas radica en que ambas, de una manera u otra, han considerado fuertemente aspectos de la geometría del proyecto, valiéndose, por momentos, de conocimientos provenientes de otros campos de conocimiento cuando la arquitectura no ha podido dar respuesta desde su propia especiicidad a la complejidad del mundo global contemporáneo. Respecto del análisis, nos dice Fernández (2007): “El desarrollo conceptual y metodológico de los criterios del pensamiento deconstruccionista como una posible lógica proyectual ha tenido como elemento central el despliegue de procedimientos de experimentación formal como modo de correlacionar la arquitectura con los modelos descriptivos de la ciencia en tanto intentos de describir la complejidad y la indeterminación” (p.75). La lógica deconstruccionista parte de la idea derridiana que sostiene que el comentario de un texto es tan bueno o legítimo como el texto comentado y propone un análisis de intertextualidad -como conjunto de acciones de analogización de componentes de uno y otro texto, el original y el consecuente-. Y en esta lógica, el punto de partida puede ser un modelo de descripción de la realidad ajeno a la propia disciplina, por ejemplo los fractales provenientes del campo de conocimiento matemático. Acudir a un sistema de diagramas externos al proyecto encuentra validez en un momento en que la arquitectura carece de modelos que le permitan describir las complejidades del mundo e intervenir en consonancia sobre él. La contribución de modelos externos, cruzados con los propios, pueda dar como resultados producciones o investigaciones de productos culturales rebeldes -al decir de Fernández (2007)- o resistencias a los dispositivos -según Sarquis (2014)-. Respecto a la lógica formalista, esta se caracteriza por identiicarse con el carácter dominante de la obra de arte contemporánea, que intenta escapar a su condición de objeto/mercancía, para hacer foco sobre el modo de producción como proceso, a costa de restringir su comprensión comunicativa. En consonancia con esta lógica, pueden abordarse obras de arquitectura concebidas como procesos, lejos de la producción mimética de lo precedente. Se busca la innovación reconociendo la complejidad, “que es por otra parte el mismo camino que va a seguir la física y la matemáticas contemporáneas en los cuales los quarks o los fractales no son sino modelos más precisos de descripción e fenómenos o manifestaciones de la forma natural compleja” (Fernández, 2007: p.94). Y dentro de las operaciones

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propias de esta lógica, conceptos tales como desorden y caos, entropía y neguentropía, emergentes de las teorías del paradigma de la complejidad, encuentran cause en la geometrías complejas. A continuación se enumeran algunas obras de arquitectos -de la centralidad deinida por Fernández (2014)- que pueden ubicarse dentro del área de conluencia de las lógicas descriptas, y que se constituyen en casos interesantes de profundizar para interpretar la intertextualidad entre geometrías complejas y arquitectura bajo el actual paradigma. Ellos son: Jardín Botánico (Fig.6) en Barcelona de Carlos Ferrater y Josep Canosa (1991), Biblioteca Jussieu en Paris de Reem Koolhaas (1993), Ampliación del Instituto de Ciencia en Cranbrook (1993) y oicinas Sarphatistraat (Fig.7)) de Steven Holl (1996), Proyecto Concurso Centro Direzionale de Pietralata en Roma de Paolo Portoghesi (1996), Proyecto Ciudad Vertical en España de Javier Pioz y María Rosa Cervera (1999), Aulario de la Universidad de Vigo en Valencia de Enric Miralles (1999), Pabellón Serpentine en Londres de Cecil Bamond y Toyo Ito (2002), B-Mu Museo de Arte Contemporáneo en Bankok de Francois Roche (2002), Parque de La Gavia en Vallecas en Madrid de Toyo Ito (2013).

Fig.6: Carlos Ferrater y Josep Canosa. Jardín Botánico, Barcelona, 1991. Diseño basado en el fractal “triángulo de Sierpinski”. Croquis. Elaboración propia.

Fig.7: Steven Holl. Oicinas Sarphatistraat, Amsterdam, 1996. Diseño basado en el fractal “esponja de Menger”. Croquis. Elaboración propia.

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Conclusiones Este artículo da cuenta de la complejidad de pensar la arquitectura contemporánea en el estado de situación actual de una teoría que intenta construir plataformas desde las cuales operar. La pérdida de importancia de la función socio productiva de la arquitectura como profesión junto a la concepción de la misma como mercancía del consumo y el espectáculo parecen las características salientes de esta época. No obstante, existe un colectivo interesado en recuperar un espacio que permita repensar la arquitectura desde la propia disciplina, pero no sólo de manera autorreferencial a partir del proyecto como instrumento para hacer, sino desde un abordaje que sitúe al proyecto como instrumento cognitivo y abierto a otros campos de conocimiento que apuntalen –a modo de tutores- la propia debilidad epistemológica actual. Y en esta perspectiva, abordar el tema de la forma arquitectónica -asociada al estudio de las geometrías complejas- enmarcados en las teorías de la complejidad, como manera de aportar un marco comprensivo en donde situar y entender tipos de procesos que están a medio camino entre los sistemas en equilibrio estáticos, ideales o inertes y los sistemas ligados a procesos de azar y entropía. En lineal y entropía. arquitectura. En este caso, una apertura hacia una búsqueda que se ha liberado de un cierto orden impuesto, que se había naturalizado y que venía de la mano de la geometría de Euclides y del orden cartesiano. Ya no se busca la democratización, ni la universalización de la forma como en determinados períodos históricos, en los que la geometría estaba al servicio de un estilo conformado por un repertorio de elementos factible de combinar como si se tratara de un lenguaje. Y aquí, el interés sobre las geometrías complejas, cuyos principios dan cuenta de una conformación más ligada un modo de ser del hombre.

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REVISTA PENSUM | ISSN: 2469-0724 | volumen 2 | noviembre 2016 | pp. 157 / 166

DE LO VIRTUAL A LO TANGIBLE: TRANSFORMACIONES DE LA CONFIGURACIÓN MORFOLÓGICA A LA CONSTRUCCIÓN DIGITAL

from VIRTUAL tO TANGIBLE: TRANSFORMAtionS from morphologic configuration to digital consTRUCtIoN

Lucas Períes 1

RESUMEN

ABSTRACT

Desde mediados del siglo XIX, en la teoría arquitectónica,

In the theory of architecture, since the mid-nineteenth

ambas poseen cualidades compositivas con lógicas

for the design and construction: sternotomy and tectonics. Both they have compositional qualities

diferenciables. Los avances tecnológicos, principalmente los vinculados con la informática, han ampliado los territorios de producción con las herramientas y técnicas de fabricación digital. Sin embargo, la tectónica y la estereotomía se mantienen vigentes como modos de pensar y operar con el proyecto. En este artículo, que deriva de la tesis doctoral del autor, se sintetizan los principios conceptuales de los sistemas de fabricación digital y se analizan casos de estudio vanguardistas del contexto arquitectónico y artístico, con la intención de observar los fenómenos que suceden en los procesos de diseño que incorporan las nuevas tecnologías informáticas, desde la ideación a la obra construida.

conceptual logic. Technological advancement linked to computer has expanded the territories of production tools and digital fabrication techniques. However tectonics and sternotomy remain in effect as mindsets and operate the project. This article summarizes the conceptual principles of digital manufacturing systems and avant-garde case study of the architectural and artistic context are analyzed to observe phenomena that occur in the processes of design incorporating new information technologies, from conception to the

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Morfología, Proceso de diseño, Fabricación digital

Morphology, Design process, Digital manufacturing

doctoral thesis.

1

Doctor en Arquitectura por la Universidad de Buenos Aires. Magíster en Paisaje por la Universidad Católica de Córdoba (FA-UCC). Arquitecto por la Universidad Nacional de Córdoba (FAUD-UNC). Docente-investigador en FAUD-UNC y FA-UCC. Director del Instituto del Paisaje UCC. Coordinador y profesor en la Maestría en Diseño de Procesos Innovativos UCC. Profesor en la Maestría Arquitectura Paisajista UCC. Profesor invitado en múltiples universidades de Latinoamérica. Autor y coautor de numerosos libros, artículos y presentaciones en congresos. www.lucasperies.com

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Introducción La informática, en las últimas décadas, se ha constituido en la herramienta protagonista para la generación formal de los proyectos de arquitectura vanguardista —principalmente a nivel internacional—, al mismo tiempo que en diversos campos del diseño. La arquitectura proyectada con medios digitales, demuestra la potencialidad de esta herramienta como estimuladora en la producción de formas complejas. El espacio digital es un ambiente de exploración proyectual, en el que las herramientas son los medios digitales (software y hardware), que permiten generar objetos y espacialidades virtuales, para su posterior transferencia a la realidad constructiva física. El uso de la computadora, aplicada al proceso de diseño, ha reducido el terreno de lo inmensurable y lo inimaginable; nuevas concepciones morfológicas pueden generarse, representarse y construirse. Resulta oportuno aclarar que las herramientas digitales —su función y su técnica— no son las desencadenantes de la forma, como si se tratara de un acto mágico, los productores son los procesos que los diseñadores desarrollen con esos medios. De la idea a la preiguración del proyecto hay diagramas, analogías, esquemas de lujos, trazados geométricos, collages, etc. —generados o no, con herramientas digitales—; son esas técnicas las que producen la morfología del proyecto, orientada por las intencionalidades de la personalidad creadora y el contexto económico-cultural de producción. Las herramientas pueden inluir directamente sobre el proceso y el producto inal, pero por sí solas no producen nada. En este artículo se sintetizan los principios conceptuales de los sistemas de fabricación digital y se analizan casos de estudio vanguardistas del contexto arquitectónico y artístico, con la intención de observar los fenómenos que suceden en los procesos de diseño que incorporan las nuevas tecnologías informáticas, desde la ideación a la obra construida. El presente trabajo deriva del seminario “Informática y generación de formas complejas” (dictado por la Dra. D.I. Patricia Muñoz), realizado en el marco de la tesis doctoral “Estereotomía topológica como instrumento innovativo en la coniguración morfológica del paisaje urbano-arquitectónico”, desarrollada en el Programa de Doctorado de la Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA), 20092015. La investigación ha sido realizada con la cooperación económica de la Universidad Católica de Córdoba.

La coniguración morfológica A mediados del siglo XIX, Gottfried Semper es quien enuncia las claves de una teoría de la Arquitectura, de las que destacamos dos categorías de forma construida: la tectónica, en referencia lo liviano, lexible, discontinuo y vertical; y la estereotómica, en referencia a lo pesado, rígido, continuo y horizontal. La arquitectura estereotómica conforma el espacio por acumulación de partes que trabajan a compresión, bajo el concepto de “masa” sólida y continua, que por acopio de unidades se vincula a la tierra “como si emergiera de ella”. La tipología de cueva representa el ejemplo natural de espacialidad estereotómica y el iglú la versión antrópica del mismo tipo —generado por la acumulación de bloques de hielo—. La arquitectura tectónica conforma el espacio por ensamblaje de partes que en general trabajan a tracción, bajo el concepto de tejido o entramado. La tipología de bosque representa el ejemplo natural de espacialidad tectónica y la cabaña la versión antrópica del mismo tipo —generada por el ensamblaje de maderas—. Se trata de dos categorías de coniguración morfológica, de las que el hombre se vale desde sus orígenes para proyectar y construir sus espacios habitables y objetos. En general, salvo excepciones, sucede que

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los proyectos contemporáneos originados bajo los fundamentos de la estereotomía, abandonan su condición inicial para construirse tectónicamente. Un fenómeno que rara vez se produce de modo inverso. La estereotomía resulta difícil de ser aplicada en la construcción iel de ediicios —sin recurrir al acopio de componentes—, aunque existen casos excepcionales que la aplican en todo el proceso, desde la ideación o génesis del proyecto a la construcción material, como lo hace el grupo holandés NIO architecten o el arquitecto boliviano Mario Moscoso, entre otros casos paradigmáticos, empleando tecnologías de inyección de poliéster u hormigón, respectivamente. En la actualidad existen nuevas tecnologías que posibilitan la continuidad técnica en las distintas etapas o fases del proceso de diseño —la ideación, proyectación y construcción, según la teoría de Naselli (2001)—, utilizando las tecnologías informáticas durante todo el proceso.

La fabricación digital Los medios digitales permiten desarrollar procesos de diseño de manera alternativa a las prácticas tradicionales y en las dimensiones: 2D, 3D y 4D; desde la dimensión 5D. Esta última es la que se establece en el mundo virtual e incorpora el espacio cuatridimensional y la teoría de la relatividad (Einstein), pero desecha las teorías de Aristóteles y de Newton. Al respecto se reiere Pimentel2 cuando plantea: “Los universos virtuales permiten que nos despeguemos del ‘peso’ del mundo real, permiten quebrar las leyes físicas que nos atan y condicionan a los límites conigurados por nuestra experiencia perceptiva. En el espacio virtual, varios objetos pueden ocupar el mismo lugar, o pueden levitar por el espacio, libres de gravedad. Pueden modiicar todos los principios del mundo aristotélico, en relación con los sujetos, su materia, el lugar que ocupan y el tiempo especíico en que lo hacen.” La quinta dimensión o realidad virtual, permite preigurar el proyecto habilitando miradas alternativas sobre lo real y lo irreal, sobre lo material y lo inmaterial, sobre lo racional y lo irracional, sobre lo limitado y lo ilimitado, etc. En el campo digital, la materia de diseño es la información, que se corporiza o adquiere forma en diversos objetos de comunicación, representada en imágenes. La imagen digital se constituye en el material del proyecto. Cabe aclarar aquí la distinción entre materia y material, entendiendo que la primera responde a toda sustancia natural susceptible de adquirir forma y el material corresponde a toda forma cultural, generada por el hombre. Cuando los procesos de diseño ingresan en la etapa de construcción del proyecto, nuevamente se hace presente la teoría de Newton, y no podemos resistirnos a la gravedad. Los materiales ocupan un lugar en el espacio y dos objetos ya no pueden estar en el mismo lugar al mismo tiempo, como en los softwares de modelado tridimensional. Al momento de materializar los proyectos la situación cambia y los factores condicionantes son muy diferentes. En las últimas décadas, las tecnologías han evolucionado rápidamente generando maquinarias para realizar la traducción del proyecto de la dimensión digital con herramientas informáticas, proceso denominado como “fabricación digital”. Se trata del empleo de computadoras que dirigen máquinas de fabricación por control numérico. Técnicamente es la conexión de los sistemas CAD (Computer Aided Design) con equipos de fabricación, generando un sistema integrado CAD/CAM (Computer Aided Manufacturing).

(Pimentel, 2004, p. 58).

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Diversos investigadores proponen clasiicaciones alternativas de los sistemas de fabricación digital, como las que realizan: Jacobo Krauel (2010) corte, sustracción, adición; Lisa Iwamoto (2009) seccionamiento, teselado, plegamiento, contorneado, formación; o Branko Kolarevic (2007) aditivo, sustractivo, combinado, conformado. Coincidiendo con la última clasiicación, sintetizamos tres categorías de técnicas constructivas genéricas: la fabricación sustractiva, la fabricación aditiva y la fabricación formativa —en relación con la recurrencia de casos analizados en el panorama internacional del contexto constructivo digital—. Causalmente las tres denominaciones corresponden a acciones que revelan la lógica operativa de los procedimientos: sustraer, adicionar, formar o deformar. -Los sistemas sustractivos extraen material por medio de fresas, cuchillos, láser, agua o plasma; en mesas de trabajo con equipos deslizantes o brazos robóticos, por remoción de volúmenes o por corte de láminas o placas de espesor delgado. -Los sistemas aditivos solidiican material en capas sucesivas, a partir de gases, líquidos o polvos, generalmente produciendo objetos de tamaño pequeño —aunque ya hay tecnologías que fabrican objetos a gran escala—. -Los sistemas formativos accionan sobre los materiales modiicando la forma original por medio del plegado, doblado, rolado, embutido, etc.; o por termoformado, empleando calor y/o vacío. Con la intención de analizar la incidencia de los sistemas de fabricación en los resultados igurativos de obras construidas, se selecciona una serie de pequeños trabajos fabricados con sistemas informáticos, provenientes de las disciplinas Arquitectura y Arte, y con cierta dimensión referenciada a una escala humana. Obras en las que se pueden reconocer arquetipos arquitectónicos primarios —muros, suelos, techos, puertas, ventanas—. En los casos escogidos, además de fotografías de las obras construidas, se tuvo acceso a imágenes de los proyectos y de preiguración, en las que se puede examinar la idea o concepto morfológico original. Se trata de una docena de obras del contexto internacional, escogidas en correspondencia con los anteriores criterios y requerimientos; derivadas de los tres sistemas de fabricación enunciados. Todas ellas se enmarcan en líneas experimentales, que exploran las nuevas posibilidades de los medios y la técnica, asociadas a la producción de formas complejas. Algunas obras provienen de ámbitos académicos y otras son producto de estudios profesionales de vanguardia. A continuación presentamos una serie de esquemas que sintetizan el análisis de los doce casos, cada uno está compuesto por: una imagen de la instancia de proyecto que revela la modalidad conigurativa proyectada (la que es identiicada con la letra E para estereotomía o T para tectónica), una fotografía de la obra construida en la que se puede veriicar la modalidad conigurativa de materialización, y una fotografía de detalle constructivo que maniiesta la tecnología habilitante de la forma construida (nuevamente identiicada con el mismo criterio de letras E empleado en las primeras imágenes).

Fig. 1 (elaboración del autor): “D-tawer” Nox, Dietinchem, Holanda, 2004 - [Sistema FORMATIVO]

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Fig. 2 (elaboración del autor): “Bone Wall” Urban A&O, Nueva York, USA, 2006 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 3 (elaboración del autor): “Rip curl canyon” Ball Nogues, Houston, USA, 2006 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 4 (elaboración del autor): “Technicolor blomm” Elbo Group & Studio Lynn, Viena, Austria, 2007-[sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 5: (elaboración del autor). “Rip curl canyon” Ball Nogues, Houston, USA, 2006 - [sistema SUSTRACTIVO]

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Fig. 6 (elaboración del autor): “Digital origami” UTS master Class & Chris Bosse, Sydney, Australia, 2007 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 7(elaboración del autor): “[C]space DRL 10 Pavilion” Nex architecture, Londres, RU, 2008 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 8 (elaboración del autor): “Voussoir cloud” Iwamoto Scott architecture, Los Angeles, USA, 2008 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 9 (elaboración del autor): “Radiolaria” Shiro Studio, Londres - RU, 2008 - [sistema ADITIVO]

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Fig. 10 (elaboración del autor): “Pinch wall” Arthur Azoulai, et. al., Pennsylvania, USA, 2009 - [sistema SUSTRACTIVO]

Fig. 11 (elaboración del autor): “Super Surface” Amanda Levete, Milán, Italia, 2009 - [sistema FORMATIVO]

Fig. 12 (elaboración del autor): “BA pavillon” Belzberg Architects, Hawái, USA, 2010 - [sistema SUSTRACTIVO]

De los doce casos estudiados, seis corresponden a proyectos de morfología estereotómica en coincidencia con la obra construida, dos pertenecen a la categoría de proyectos y obras tectónicas, y en cuatro se reconocen transformaciones del proyecto estereotómico a la obra tectónica; como se los clasiica en el esquema número 13. En ninguno de los casos un proyecto de carácter tectónico derivó en una construcción estereotómica.

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Fig. 13 (elaboración del autor): Clasiicación

De las observaciones realizadas podemos airmar que un proyecto de esencia estereotómica puede convertirse en tectónico a causa de la tecnología que habilita su construcción; se abandona, de este modo, la imagen igurativa inicial del proyecto. Esta imagen es planteada como la traducción intelectual y extractada de lo observado. La imagen es la representación que se producen de los objetos o espacialidades y la igura responde a la generación de unidad a partir de la percepción, intensiicando los aspectos formales de la apariencia externa de las cosas. Este fenómeno se produce por la observación directa pero también por la observación indirecta, a través de una operación sustituta basada en la lectura interpretativa de fotografías o ilustraciones ฀técnica empleada en este estudio฀. En cuanto a los sistemas de fabricación, reconocemos la aplicación de los tres tipos para las obras estereotómicas, sólo se aplica el sustractivo en las obras tectónicas y lo mismo sucede en los casos que se proyectaron como estereotómicos y derivaron en obras tectónicas. En relación a las técnicas constructivas especíicas, dentro del grupo de los casos estereotómicos: dos emplean técnicas de frezado de volúmenes, (Caso 2, material: espuma de poliuretano de alta densidad; Caso 10, material: yeso), uno emplea corte de láminas (Caso 3, material: cartón), dos emplean termoformado (Caso 1, material: epoxi; Caso 11, material: corian), y uno emplea solidiicación de sustancias (Caso 9, material: arenisca artiicial - sandstone). En los otros dos grupos de casos sólo se especiica la aplicación de técnicas de corte para placas o láminas de diversos materiales. Según estos datos se puede reconocer que los sistemas de fabricación formativos y aditivos no se adaptan a las construcciones de coniguración espacial tectónica; o al menos no son empleados con esa inalidad. Estos resultados no los podemos considerar como absolutos, están limitados al recorte especíico de este estudio. No obstante, resultan representativos dentro del marco de los casos seleccionados y en relación al estado incipiente del conocimiento y la aplicación de estas tecnologías en la construcción directa de obras arquitectónicas —reconociendo que la aplicación frecuente se direcciona a la construcción de prototipos—.

Relexiones La lógica operativa del sistema aditivo resulta análoga al modelo conceptual de la arquitectura estereotómica. La posibilidad de trabajar con sustancias en estado líquido, que posteriormente se solidiican, trasciende los principios constructivos tradicionales que superponen mampuestos para generar una construcción maciza y continua. La fabricación aditiva nos remite a la esencia misma de la estereotomía, a un modelo literal. Se trata del idéntico procedimiento constructivo que emplea cierto tipo de aves para construir sus nidos, aplicando capas sucesivas de lodo.

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El sistema formativo también es coincidente con la lógica estereotómica. Opera desde la continuidad estructural del material, aplicando deformaciones para producir la forma deseada. Es la tarea análoga al oicio de un orfebre o un alfarero, en el proceso de modelado de materiales con espesor delgado o laminares, que son moldeados, repujados, estirados, alabeados, etc., trabajando en el límite de la resistencia del material. El sistema sustractivo se relaciona con las dos modalidades de coniguración morfológica estudiadas. Por un lado, las técnicas de corte producen piezas o componentes que derivan en construcciones tectónicas, debido a los principios que vinculan las partes por encastres o con elementos complementarios, que producen los entramados o tejidos espaciales. Por otro lado, las técnicas de sustracción de materia por fresado, torneado, taladrado, etc., responden al modelo estereotómico; es la tarea análoga al oicio del escultor de piedra, en su proceso de cincelado del bloque pétreo para elaborar una forma quitando materia. Los sistemas de fabricación digital pueden inluir en la morfología de la obra construida, transformando las intenciones originales del proyectista. El empleo de un sistema u otro deriva en coniguraciones espaciales disímiles. Las tecnologías no son neutrales, las formas y espacialidades se correlacionan con el sistema de fabricación que las produce. Cada tecnología posee características y lógicas procedimentales particulares, que como concluimos en este artículo, se orientan a una modalidad de coniguración formal especíica. La potencialidad paradigmática de estas tecnologías la encontramos en la posibilidad concreta de habilitar la construcción de formas complejas, en este momento histórico y con principios inherentes a la complejidad, sin recurrir a procedimientos analógicos; pudiendo conservar todo el proceso de diseño -desde la ideación a la construcción- en la dimensión digital. La aplicación de estas tecnologías en la producción de obras arquitectónicas es incipiente —no ha pasado más de dos décadas de su empleo—, pero los avances del conocimiento especíico y los resultados técnico-productivos progresan a pasos agigantados. La fabricación digital se está incorporando como una herramienta operativa del proceso de diseño, del mismo modo que lo hicieron los softwares de modelado tridimensional y editores de imágenes en la década del noventa. Numerosos investigadores coinciden en la apertura de un territorio amplio y complejo para el diseño en general. Lógicamente, las posibilidades de acceder a la tecnología en los diferentes contextos culturales limitan su aplicación, particularmente en nuestra región latinoamericana.

Referencias bibliográicas: Iwamoto, L. (2009). Digital fabrications: architectural and material techniques. New York: Architecture Briefs. Kolarevic, B. (2001) Digital Fabrication: Manufacturing Architecture in the Information Age. En Proceedings of the twenty irst annual conference of the Association for Computer-Aided Design in Architecture, 2001 (pp. 268-277). New York: ACADIA. Krauel, J. (2010). Arquitectura Digital: Innovación y diseño. Barcelona: Links. Naselli, C. A. (2001). El proceso de diseño como como concepto instrumental. En N. Goytía (Ed.), Cuando la idea se construye (pp. 28-32). Córdoba: Screen. Pimentel, D. (2004). Superconectados. En A. Montagú, D. Pimentel, M. Groisman (Aus.) Cultura digital: comunicación y sociedad (pp. 25-96). Buenos Aires: Paidós. Semper, G. (1860-1863). Der stil in den technischen und tektonischen künsten, oder, praktische aesthetic. Frankfurt: Verlag für Kunst & Wissenschaft (Vol. 1, 1860); Minich: F. Bruckman (Vol. 2, 1863).

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Referencias web de los casos de estudio: www.amandalevetearchitects.com www.ball-nogues.com www.belzbergarchitects.com www.chrisbosse.com www.cmu-dfab.com/pinch-wall www.iwamotoscott.com www.nex-architecture.com www.nox-art-architecture.com www.oficeda.com www.shiro-studio.com www.studiolynn.at www.urbanao.com

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REVISTA PENSUM | ISSN: 2469-0724 | volumen 2 | noviembre 2016 | pp. 167 / 191

THE wineries OF THE CATALAN MODERNISTS, A VIEW FROM THE STRUCTURE

LAS BODEGAS DE LOS MODERNISTAS CATALANES, UNA MIRADA DESDE LA ESTRUCTURA

Hugo O. Bonaiuti 1

RESUMEN

ABSTRACT

Al comienzo del siglo XX, un grupo de arquitectos catalanes, enrolados en el Modernismo Español respondieron con sus obras a una difícil situación económica de la producción

At the beginning of the XXth century, several Catalan architects, who belonged to the Spanish Modernist Movement, coped with the hard economic situation in the region by means of their works. In 1878, the vineyards had suffered the devastating effects of “phyilloxera”. Peasants, producers and landowners created cooperatives to face the crisis and started building “cellers” (wineries)

introducida en 1878 acabó con los viñedos de la región. Campesinos, productores y terratenientes formaron cooperativas para enfrentar la situación y construyeron “cellers” (bodegas) para recuperar sus mercados. La Gran

wood and steel shortages. The architects had to use cheaper traditional construction techniques, based on bricks and stones. Around 1890, new methods of Structural calculus taken from Graphic Statics allowed to solve parabolic arches with the “antifunicular” theory. Antoní Gaudí and other architects used these procedures, and taught them to their disciples. One of them, Cesar Martinell, designed over forty “cellers”. This work describes chronologically the functionality and stylistic characteristics of these wineries and it shows the style evolution and innovations produced during the period. Furthermore, this article analyses the building methods

la madera y el acero. Los arquitectos utilizaron materiales y técnicas constructivas tradicionales basadas en el ladrillo y piedra por su bajo costo y disponibilidad.

de ladrillo según la teoría de los “antifuniculares”. Antoní Gaudí, entre otros arquitectos, los usaron en sus obras y los enseñaron a sus discípulos como Cesar Martinell quién diseñó cerca de 40 de estas bodegas. histórico, se analizan cronológicamente sólo algunos mostrando su evolución e innovaciones producidas en el

utilizados, denominados con orgullo “Catedrales de vino”.

buildings. These wineries belong to the cultural patrimony of Spain, and are proudly known as “Cathedrals of Wine”.

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Movimiento Modernista Catalán, bodegas, polígono

Catalan Modernist Movement, wineries, antifunicular

bóvedas catalanas.

vaults.

1 Arquitecto recibido en la FAUD UNC en 1969. Actividad profesional junto a los Arqs. Guillermo Iros, José Rettaroli y Tomás Pardina desde 1969 hasta 2004. Profesor Consulto UNC 2012. Profesor Adjunto Encargado de Estructuras III. FAUD. Hasta 2011. Investigador SECyT desde 1994 hasta 2012. Vicedecano y Decano FAUD desde 2006 a 2011. Director de la carrera de Especialización en Diseño Estructural de obras de Arquitectura (EDIEST) - FAUD -UNC.

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Las Bodegas en Contexto

“La historia de la arquitectura es la historia de la evolución de las estructuras. Ambas historias siempre estuvieron de la mano y lo siguen estando en nuestros tiempos.” Norman Foster

A mediados del siglo XIX tuvo lugar la Revolución Industrial en Europa. Los avances que esta revolución trajo consigo (la electricidad, el ferrocarril, la máquina de vapor) provocaron la migración del campo hacia las ciudades, donde se establecían las fábricas. Con la Revolución Industrial surgió una nueva clase social, la burguesía. conservadurismo creando movimientos artísticos, culturales y asociaciones literarias. Esta nueva corriente artística recibió el nombre de Modernismo. En Europa, el movimiento modernista, recibió diferentes nombres: Art Nouveau (en Francia), Modern Style (en Gran Bretaña), Sezession (en Austria), Jugendstil (en Alemania), Floreale (en Italia), etc. En ñol. La Exposición Universal de Barcelona en 1888 puede considerarse el punto de partida del Modernismo en Cataluña, donde los grupos de intelectuales considerados modernistas, que coincidían en el café llamado “Els Quatre Gats”, aún hoy existente conformaron una expresión propia de estilos acontecimiento, permitió a los egresados de la recientemente fundada Escuela de Arquitectura y a sus maestros, interactuar con otros arquitectos provenientes de toda Europa.

Tabla 1. Lista de los principales arquitectos que actuaron en la región de Cataluña durante el periodo estudiado.

La obra de arquitectos como Antoni Gaudí i Cornet, Luis Domenech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Joan Martorell i Montell, entre otros, dió una impronta particular a Barcelona (VER TABLA 1). La principal característica de este movimiento radica en que tanto la estructura como el ornamento se resuelven a través de elementos de tipo orgánicos. Estos elementos inspirados en vegetales, con formas redondeadas y entrelazados, recuperan características del gótico: la unión de lo decorativo con lo funcional y el predominio de la línea curva, a lo que se suman las disimetrías, el empleo de nuevos materiales constructivos -como el hierro- en trabajos de forja artística y algunos que ya estaban en desuso, como el ladrillo y azulejos decorados y cromados (a veces rotos). La libertad e imaginación en la utilización de estos recursos, consiguieron sacar al arte de las normas convencionales y concebir una arquitectura simbólica, sugerente que despierta los sentidos.

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Las cellers Cataluña fue, desde muy antiguo, una región característica por la producción de vinos. El sistema productivo integró terratenientes, productores y campesinos en cooperativas vitivinícolas, ubicados cellers. Las cellers son instalaciones de grandes luces para facilitar las maniobras y traslado de productos y personas, bien iluminadas y ventiladas naturalmente para eliminar los gases producidos durante el de condiciones adecuadas para producir vinos de buena calidad. Las restricciones en la disponibilidad del producto. La situación económica afectaba la disponibilidad de materiales de construcción. Por ejemplo, a causa de la Gran Guerra, escaseaba la madera para encofrados, el acero y el hormigón César Martinell i Brunet, discípulo de Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch; fue uno de los que más cellers construyó (alrededor de 40), la mayoría entre los años maestros. Gaudí llamó a estos arquitectos funicularistas (Mercader, 2002), porque construían naves extensas de carácter industrial, sencillas, con gran preocupación por el funcionamiento, con poca ornamentación y colorido comparadas con las obras de los cásicos modernistas tales como, el Palau de la Música de Domènech o Santa Coloma, el Parque Güell o la propia Sagrada Familia de Gaudí, en las que la luz

parabólicas de los arcos, en el uso decorativo de la albañilería del ladrillo a la vista y en las ménsulas de ladrillos superpuestos en voladizo, para mencionar algunos de los elementos más comunes. Es en la racionalidad de estos procedimientos de diseño y en la correcta ubicación de silos y cubas, donde el arquitecto puede ser el heredero del método y del sentido analítico y experimental aprendidos de la arquitectura de Gaudí. todos los aspectos funcionales que requería el proceso de producción del vino. Mantenía contacto con técnicos y productores para atender en detalle los requerimientos que el proceso planteaba, por lo que puso un especial cuidado en no cometer errores que perjudicaran el resultado del producto. Debido a la carencia y altos costos de la madera y el acero, sustituyó las cabriadas de madera o metal por arcos de mampostería y las correas y techos de madera por bóvedas artesanales de ladrillo en los cellers más modernos. Ubicó pequeñas aberturas a ras del piso para dejar salir el ácido carbónico resultado del proceso, separó los depósitos subterráneos de vino colocados en serie con vacíos para aislarlos y evitar la transmisión de la temperatura entre ellos, ventiló estos espacios con tubos cerámicos para facilitar la circulación del aire y planteó un aventanamiento en los paramentos para brindar luz

que construyó. El hecho de tener que utilizar estructuras en arco de ladrillos para cubrir luces importantes, le indujo a la construcción de arcos parabólicos, ya que es un sistema muy ventajoso porque se basa en el uso de un material local, económico y disponible, que requiere poco transporte y una mano de obra tradicional y conocida. vino e hizo necesaria la aplicación de una teoría de las estructuras y de su resistencia que garantizara trabajando a compresión, en las que se considera despreciable su capacidad de soportar tracciones.

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Los arquitectos modernistas conocían la construcción en mampostería a partir de técnicas constructivas tradicionales como la bóveda catalana o los arcos tabicados. El conocimiento del funcionamiento2 de esas complejas estructuras, que utiliza el concepto de las “líneas de presiones”, se remonta a Robert Hooke en 1670. Posteriormente, en el decenio 1830-40, fue desarrollado por Moseley en Inglaterra (1835) y Méry en Francia (1840). (Huerta, 2004; Llorens, 2012).

La construcción

mayor de los peligros para una estructura en arco, el agrietamiento. Esta fue la razón principal del uso de los polígonos funiculares que aseguraban estructuras que trabajaban a tracción pura, al invertirlos (antifuniculares), en teoría, si las líneas de presiones pasan por los núcleos de las secciones, trabajan a compresión pura. Decimos, en forma teórica, ya que sabemos que en la realidad es imposible imperceptibles variaciones de los estados de cargas que soporta una estructura. resultantes de todo el sistema de fuerzas sobre cada sección de una estructura. Algunos autores llaman Este concepto ya era intuido y aplicado por todas las culturas que utilizaron los arcos como tipo estructural para realizar construcciones importantes. En España, por ejemplo, los romanos, los visigodos en el SVI y posteriormente los musulmanes. Durante toda la Edad Media y hasta principios 3 que sin conocer sus fundamentos más te cuidadosos en su aplicación. El método que aún hoy se utiliza, para construir un sencillo arco, consiste en tallar las dovelas y montarlas sobre una cimbra; tras asentar la última piedra (la clave) se procede al descimbramiento. Las piedras que tienden a caer hacia abajo impulsadas por la fuerza de la gravedad, son sostenidas en equilibrio mediante esfuerzos trasmitidos a través de las juntas, producidos por las piedras adyacentes. El conjunto de piedras estará en equilibrio bajo la acción del empuje de la clave, su peso, y otro empuje procedente de las otras piedras. Por supuesto estos deben estar contenidos dentro de la sección, en cada una de las juntas. Los empujes deben ser inclinados y dado que las cargas de las dovelas son verticales, los empujes deben tener la misma componente horizontal en todo el arco. Esta componente horizontal -que se va transmitiendo hasta los arranqueses lo que se suele denominar empuje del arco. Por otra parte, la mampostería tanto sea de piedra o ladrillo, permitió que los arcos se esparcieran por todo el territorio con el simple conocimiento de

función de la forma del arco. Estas fuerzas se transmiten hacia los apoyos y su trayectoria se denomina línea de empujes. Los arranques presionan contra la cimentación o contra un estribo,

2

3

Mercader cita a Joan Martorell Montels (1833-1906), de quien fuera auxiliar Gaudí, como el introductor en España l desarrollo de las estructuras de este último. https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_(arquitectura)

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Así, durante la alta Edad Media, cuando el gótico comenzó a mostrarse como una solución para escalonada, aumentando su sección a medida que se llegaba a la cimentación y más tarde se agregaron los arbotantes y pináculos sobre ellos, en un intento de desviar la línea de empujes y verticalizarla.

Fig. 2, 3 y 4. Ejemplos de estructuras de sostén góticas. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_(arquitectura)

Volviendo a Hooke, podemos decir que el funicular es una de una de las ideas más fecundas de la historia de la teoría de estructuras. Si bien Hooke no halló la ecuación matemática de la curva, algunos a Hooke, sostuvo que aunque no resolvió el problema matemático, sí resolvió el problema técnico: el saber que un arco funciona como un cable invertido. Pocos años más tarde, otro inglés, Gregory “el arco ideal es el que tiene forma de catenaria invertida”, y «si arcos de otras formas se sostienen es porque en su interior hay una línea de presiones». En realidad catenaria viene de “catena” y es la forma que adopta una cadena suspendida de dos puntos de apoyo y corresponde a una parábola de tercer grado cargada con su propio peso.

Fig. 5, 6, 7, 8, 9. El arco considerado como una catenaria invertida. Fuente: elaboración propia.

Con lo expuesto podemos deducir un posible proceso de diseño estructural de los arcos parabólicos que consiste en: 1. Construir un modelo en el que se representan a escala, con la mayor aproximación posible, tanto las dimensiones como las acciones. El mismo es un simple cordel con pesos al tipo de los que podemos 2. Al invertir los polígonos funiculares se observa la geometría de las estructuras trabajando a compresión, como se muestra en la Fig 8 y 7. 3. Por medio del uso de los polígonos de fuerzas asociados a los antifuniculares se puede determinar el esfuerzo en cada tramo de la estructura del arco. 4. Conocido el valor del esfuerzo y dividiéndolo por el valor de la tensión de trabajo del material que se quiere emplear, se obtiene la sección necesaria del arco. Algunos valores de tensiones de trabajo utilizados en aquellas épocas estaban tabulados y se utilizaban con la tolerancia que el arquitecto tomaba en función de su experiencia y su contexto (Huerta, 2004:26).

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Tabla 2.

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Las obras construcción simple, el tratamiento de los materiales, la economía de medios, las formas estructurales, la expresión de su arquitectura y la funcionalidad. uncionalidad

Tabla 3. Listado de Obras refenciadas, ordenadas cronológicamente. Fuente: Elaboración propia.

ordenado cronológicamente según la fecha aproximada de terminación de construcción.

Güell Si bien esta es una obra muy anterior al resto que vamos a estudiar, no podemos ignorarla ya que puede constituirse en un antecedente importante para las que luego se construyeron, toda vez que de Garraf, el arquitecto la diseñó en un período de su producción que se denominó neogótico. El conjunto se constituía por una bodega con dependencias de caza. La construcción terminó en 1900 bajo la dirección de su colaborador Francisco Berenger y la obra fue ejecutada, principalmente, con la piedra caliza del lugar. En su interior alberga una capilla cubierta con una bóveda parabólica. Si bien carece de algunos elementos típicos del estilo gótico como arbotantes, vitrales, pináculos, etc., etapa de su obra además de los agregados que van a estar presentes no sólo en su obra sino en la obra de muchos de sus discípulos, como los arcos catenarios reemplazando a las clásicas ojivas góticas.

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Fig. 10: Bodegas Güell. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Bodegas_G%C3%BCell

La construcción terminó en 1900 bajo la dirección de su colaborador Francisco Berenger y la obra fue ejecutada, principalmente, con la piedra caliza del lugar. En su interior alberga una capilla cubierta con una bóveda parabólica. Si bien carece de algunos elementos típicos del estilo gótico como arbotantes, vitrales, pináculos, etc., etapa de su obra además de los agregados que van a estar presentes no sólo en su obra sino en la obra de muchos de sus discípulos, como los arcos catenarios reemplazando a las clásicas ojivas góticas.

Alió En la región del Alt Camp, encargada por el Sindicato Agrícola de Alió, diseñada y construida por Claudí Duran i Ventosa alrededor de 1911, fue ampliada posteriormente en 1917 por Cèsar Martinell i Brunet. La fachada muestra una interesante combinación de piedra, revoque, cerámica y ladrillo a la vista alrededor de las ventanas logrando muy armónico conjunto. Construida sobre una planta rectangular de 16 x 30 m y 10 m de altura. La techumbre es de tejas a dos aguas sobre la estructura de madera que apoya sobre cabriadas también de madera, que a su vez apoyan sobre muros de mampostería de piedra caliza y mortero de cal.

Fig. 11:

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L´Espluga De Francolí L’Espluga de Francolí se sitúa en el extremo suroriental de la comarca catalana de la Conca de Barberà, La bodega cooperativa de L’Espluga de Francolí se construyó durante el año 1913 según diseño del arquitecto Pere Domènech i Roura, hijo de Lluís Domènech i Montaner. desarrollado entre los años 1910 y 1930 en Cataluña. Las obras se iniciaron en marzo de 1913 y s terminaron en septiembre del mismo año. En un principio, la bodega contaba con dos naves paralelas destinadas a las tinas y una nave rectangular destinada a la maquinaria. Las dos naves paralelas y contiguas, de 44 metros de longitud y 12 metros de ancho cada una, tenía en su interior un total de 40 tinas de cemento armado. La tercera nave está adosada perpendicularmente, y retrasada con respecto a las naves mayores, en un muelle para la recogida de la vendimia y la sala de prensa, fue reformada y ampliada por Cesar Martinell en 1929 como sala de elaboración. La torre que contiene el depósito de agua está situada encima del muelle de descarga, es un cuerpo cilíndrico terminado con una cúpula cónica revestida de cerámica blanca y azul. El conjunto de las tres naves paralelas da a la construcción una forma simétrica. Cada nave tiene una cubierta inclinada a dos aguas. En sus fachadas, las naves alternan partes ciegas con un acabado de mortero y partes de ladrillo a la vista, que enmarcan tres grandes aberturas ojivales, con una traba reticulada ortogonal de mampostería a la vista, donde se insertan las ventanas Entre las dos naves originales se construyó un arbotante bajo el que se dispuso la garita de la báscula de la bodega.

Fig 12, 13: Bodega cooperativa de L’Espluga de Francolí. Fuente: http://upcommons.upc.edu/handle/2099.1/18559

Pere Domènech i Roura utilizó diversos materiales en la construcción de la bodega, pero el principal material es el ladrillo, que fue aparejado de diferentes formas según la función que fuera a realizar. Otros materiales empleados fueron la piedra, para la realización de los zócalos, y cerámica vidriada blanca en los frentes. combinación de materiales y volúmenes diferentes den a la fachada un gran juego cromático. La estructura interior de las naves se basa en pilares cruciformes de ladrillo, de los cuales arrancan los hormigón armado con dos hiladas transversales de ladrillo. Los arcos laterales que separan estas dos naves son de medio punto, construidos totalmente con ladrillos planos que soportan las cubiertas. En el caso de la tercera nave, los arcos están construidos completamente con ladrillo plano, siguiendo una tendencia que prosperó en la época para las construcciones industriales. La cubierta es tradicional, compuesta por alfajías, correas y tablero de madera con tejas planas, con claraboyas cenitales por las cuales penetra la luz.

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Sarral Pere Domènech i Roura fue el encargado de proyectar y construir esta bodega en 1914, con la idea de una basílica, una nave importante central y dos laterales más pequeñas. Respetando los clásicos conceptos vigentes en la época, utilizó los mismos materiales que en la anterior bodega en cuanto a la cubierta, muros de sostenimiento y frontales, salvo el diseño de los arcos que esta vez construyó de ladrillo en la nave central y, aunque ojivales, más rebajados. Esto, sin duda, le llevó a utilizar tensores para soportar los empujes laterales que se incrementan notablemente al disminuir la altura del arco, además de la diferencia importante entre la nave central y las laterales mucho más pequeñas, seguramente no muy capaces de equilibrar estos empujes. Si bien el carácter modernista es predominante, hay ya algunos indicios nevecentistas.

Fig. 14. Bodega Sarral. Fuente: http://upcommons.upc.edu

Rocafort de Queralt

uno de los primeros de su arquitectura agrícola, que se construyó el 1918, siguiendo los principios básicos de la arquitectura modernista catalana tomados de su maestro Gaudí: trazado de los polígonos funiculares, inversión de la catenaria, compresión por la forma según la línea de presiones, evitando el trabajo a tracción en las secciones de los arcos.

Fig. 15. Bodega de Rocafort de Queralt. Fuente: http://upcommons.upc.edu

(1918, 1931 y 1948 respectivamente). El trazado de los arcos, que forman los pórticos transversales, laterales A y C. El basamento de mampostería de piedra con las clásicas perforaciones en su parte inferior y las ventanas enmarcadas por pilares de mampostería, son elementos que se van a repetir en casi todas las obras de este tipo.

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Fig. 16 y 17. Bodega de Rocafort de Queralt: Planta, Vista y Esquema estructural. Fuente: http://upcommons.upc.edu

(1918, 1931 y 1948 respectivamente). El trazado de los arcos, que forman los pórticos transversales, laterales A y C. El basamento de mampostería de piedra con las clásicas perforaciones en su parte inferior y las ventanas enmarcadas por pilares de mampostería, son elementos que se van a repetir en casi todas las obras de este tipo. ancho como en su alto. La nave A, la primera en construirse, es la mayor de las tres con 11,50 m de ancho y 9,90 de alto. Pero la diferencia es más fácil de advertir en los arcos interiores, si se observan sobre los arcos principales. Es de considerar que, al parecer, ésta fue la primera obra en donde Martinell utilizó estos arcos parabólicos de mampostería de ladrillos comunes. Por esta razón los operarios -que carecían de de soportar la techumbre de la estructura que, a su juicio, era demasiado débil; esto hizo que se le presentaran al arquitecto innumerables problemas durante la ejecución. La techumbre se resolvió de forma tradicional con tejas cerámicas sobre estructura de madera, que carga directamente sobre los arcos. La cubierta tiene en cada faldeo dos pendientes, siendo más pronunciada la que se desprende de la cumbrera. Entre naves se dispuso un canal de desagüe pluvial alojado en el plano divisorio entre ambas.

Nulles Ubicada en la región del Alt Camp, diseñada también por Cèsar Martinell i Brunet por encargo del conceptualmente el estilo basado en los conceptos ya mencionados en este trabajo, con arcos parabólicos de mampostería, columnas también de mampostería y de secciones variables, cubiertas de tejas sobre estructura secundaria de madera, piedra en los zócalos, aventanamiento enmarcado entre los pilares, ménsulas de ladrillos sobrepuestos, etc. Consta de dos naves de 21 m por 28 m sin muro divisorio.

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Fig. 18, 19 y 20. Bodega Nulles. Fuente: http://upcommons.upc.edu/handle/2099.1/13707

El basamento de la fachada, que incluye las dos puertas, fue construido en piedra como soporte de la misma y las perforaciones que permiten la salida de los residuos ácidos de la producción han sido enmarcadas, destacándolas plásticamente. Esta fachada fue hecha en mampostería de ladrillos con un interesante diseño que enfatiza la verticalidad. La cubierta carga sobre los arcos de mampostería a través de columnas de sección variable, para permitir una mejor ventilación entre los diferentes sectores de la sala como también la iluminación natural.

Falset más alta y dos laterales menores. En total la sala consta de 23,50 m por 37,50 m. La separación entre ambas se materializa con un plano virtual de arcos de mampostería de medio punto y claristorio en su parte superior, para ventilar e iluminar naturalmente el interior. La estructura del techo a dos aguas es un sistema de cabriadas de madera de aproximadamente 15 m. de luz, que apoyan sobre el plano virtual que divide las naves. El depósito de agua en sí mismo, una pequeña escultura de mampostería de ladrillos combinada con el hormigón del depósito propiamente dicho, constituye una clara expresión del estilo modernista.

Fig. 21 y 22. Bodega Cooperativa de Falset. Fuente: http://www.3viajes.com/bodega-cooperativa-de-falset

Cornudella De Monsants diseñado y construido entre 1919 y 1922 por el arq. César Martinell. Inicialmente, el proyecto contemplaba un establecimiento para procesar tanto vino como aceite de oliva, por lo que el arquitecto pensó en tres naves paralelas con una fachada simétrica como se ve en la acuarela produciría aceite. La fachada muestra todos los elementos típicos y característicos del estilo, tales como el basamento de piedra, las perforaciones inferiores en el mismo, las ventanas enmarcadas en pilares de mampostería, etc.

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Fig. 23 y 24: Bodega Cornudella de Monsants. Fuente: http://www.3viajes.com/bodega-cooperativa-de-falset

Una diferencia notable consiste en la estructura del techo, que se resolvió con un sistema de cabriadas de madera que apoyan sobre las paredes laterales de mampostería aventanada.

Gandesa La construcción, ubicada en la región de Terra Alta, también dirigida y proyectada por César Martinell, se realizó entre 1919 y 1920. Es más sencilla que la de Pinell de Brai en su aspecto exterior. La curiosidad, con respecto a las anteriores bodegas descriptas, consiste en la incorporación de bóvedas catalanas para la cubierta del techo que se apoyan en la estructura principal constituida por arcos parabólicos de mampostería de ladrillos, eliminando así las estructuras de madera para sostener las techumbres. Estas bóvedas cubren el techo con diferentes alturas, lo que permite las clásicas iluminación y ventilación naturales laterales, además de las ventanas en las fachadas.

Fig. 25, 26, 27. Bodega Cooperativa de Falset. Fuente: http://www.3viajes.com/bodega-cooperativa-de-falset

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que soportan sendos depósitos de agua con soportes de mampostería. Una fachada absolutamente simétrica entre ellos posee trabajo decorativo de ladrillo en estilo modernista. Además se mantienen las perforaciones en el basamento de mampostería de piedra, también clásico. bóvedas catalanas para cubrir la techumbre entre los arcos. Con este recurso eliminó las estructuras de madera de los techos. Esta determinación se condice con criterios económicos teniendo en cuenta el uso del ladrillo como material más barato y la independencia de materiales -como la madera- que comenzaron a escasear a causa de la Gran Guerra. También es interesante destacar la utilización que se le da a las diferencias de altura al incluir la colocación de ventanas superiores que permiten la iluminación y ventilación naturales.

Pira Diseñada por Martinell, su construcción comenzó en 1917 y terminó en 1919. Esta obra le fue encargada para desarrollar un proyecto que siguiera los lineamientos y criterios utilizados en otras construcciones rurales similares. Consta de una nave principal de dos plantas con dos laterales más pequeñas, como si se tratara de una basílica. Esto le permitió diseñar una fachada simétrica con un basamento de piedra donde se enfatizan dos portales de ingreso con arco de medio punto. Las importantes aberturas se hallan enmarcadas por columnas de mampostería y aseguran la iluminación y ventilación natural en el establecimiento. Utilizando la diferencia de nivel entre los techos de la nave principal y las naves laterales se ubican otras ventanas con el mismo propósito.

Fig. 28, 29 y 30: Bodega Pira. Fuente: http://www.doconcadebarbera.com/es/node/132

La techumbre se resuelve con techo a dos aguas de tejas sobre madera en la nave principal, cargada separan la nave principal de las laterales.

Barberá de la Conca y fue diseñado por Martinell. Consta de una nave principal y dos naves rectangulares más bajas, de diferentes dimensiones, dispuestas en forma paralela a la primera, al tipo de una basílica. Las cubiertas se materializan con estructuras de arcos parabólicos ojivales de mampostería más apuntados que en L´Spluga de Francolí, que reciben la carga de la cubierta, al tipo de las anteriores descriptas. La carga de la cubierta es transferida a los arcos por medio de pilares verticales de mampostería. Este sistema se repite en la otra dirección, en los planos que delimitan los espacios de las naves. Consta además, de una sala lateral de dos pisos que contiene una característica torre frontal que enfatiza el eje de simetría. La torre contiene un depósito de agua.

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Fig. 31 y 32: Bodega Pira. Fuente: http://www.doconcadebarbera.com/es/node/132

Sant Guim de Freixenet La bodega es obra del arquitecto César Martinell Brunet, que siguió las pautas de otras construcciones agrarias construidas durante los años veinte, con la característica que ésta no es una bodega vinícola, Sindicato Agrícola de Cervera y de su comarca. esbelta columna redonda. En el intradós de los arcos se abren pequeños balcones, que corresponden es diferente.

Fig. 33,34,35,36: Bodega Sant Guim. Fuente: http://www.catalunya.com/celler-cooperatiu-de-sant-guim-de-freixenet-17-16003-2

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con ladrillos planos. El interior es de planta rectangular de 20 m por 34,50 m, organizada en tres naves de altura desigual, con la tipología de una basílica, formadas por grandes arcos parabólicos que soportan las bóvedas de cubierta y se apoyan en pilares de forma sensiblemente cruciforme, elevados sobre basamento de piedra. La diferencia de altura entre las naves permite el aventanamiento lateral que, como en otras obras, facilita la ventilación e iluminación natural. arquitecto en anteriores obras similares, como por sus maestros.

Montblanc Esta celler, diseñada por Martinell y construida alrededor de 1919, consta de tres salas iluminadas y ventiladas lateralmente por la sucesión de ventanas en las fachadas, sobre los portales del ingreso. La estructura del techo se apoya en una línea marcada por seis columnas en el centro de la nave principal. El tanque de agua, apoyado sobre uno de los dos cubículos que presenta la fachada, es tratado especialmente y se destaca con respecto a la simplicidad notoria de la fachada sobre la calle. La techumbre es plana, a dos aguas con remates transversales en sus extremos, construida con tejas sobre madera. Las ventanas están enmarcadas en mampostería rehundida, para darle mayor movimiento a la fachada y se las ubica sobre el clásico basamento de piedra.

Fig. 37 y 38: Bodega Montblanc. Fuente: https://www.google.com.ar/search?q=celler+modernista+pira&espv=2&biw=1024&b ih=476&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ved=0ahUKEwjp2-&dpr=1.88#tbm=isch&q=celler+modernista+montblanc

Pinell de Brai 1918 y fue, hasta ese momento, la más atrevida desde el punto de vista monumental y posiblemente la más relevante de su obras. Fue construida con materiales básicos tradicionales como mampostería de

sí mismo, sino los espacios para desarrollar el proceso de producción, la distribución de la maquinaria y el diseño de los contenedores de líquidos con sus sistemas de aislación. Los arcos parabólicos son de mampostería de ladrillos cerámicos y tienen secciones cruciformes cubierta y de los entrepisos, respondiendo sus directrices al antifunicular de las cargas. En los subsuelos se utilizó la clásica y tradicional bóveda catalana. y representa escenas de la producción tradicional de la uva y otras domésticas, en su relación con el consumo y disfrute del vino.

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Fig. 39: Bodega Pinell de Brai. Fuente: http://upcommons.upc.edu/handle/2099.1/1476

Sant Cugat de Valles Por encargo del Síndicato Vitivinícola y Caja Rural de Sant Medir en la región de Vallés Oriental, se le encargó al arquitecto César Martinell el diseño y la construcción de este celler en la ciudad de Sant Cugat, a 20 Km de Barcelona. Finalizado en 1922, forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. A diferencia de otras construcciones del mismo autor, la falta de realiza el tratamiento inicial de la uva, con los muelles de descarga, las trituradoras, las prensas y los cubos que recibían el mosto. producto y una torre de agua intercalada asimétricamente en el borde la fachada longitudinal de la nave de descarga, que se encuentra sobre elevada con respecto a la primera. Las dimensiones de la planta del esquema son aproximadas y han sido representadas al solo efecto de dar una mejor idea de su materialización.

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Las cubiertas en su totalidad, fueron construidas con las clásicas bóvedas catalanas de capas de ladrillo plano. Éstas, en la nave principal, están quebradas para dar lugar a tímpanos que contienen ventanas que, como en otros casos, favorecen la iluminación y ventilación natural. En este edificio se observan tensores metálicos en el extremo de las bóvedas, seguramente, para tomar los esfuerzos producidos por los 25,00 empujes laterales de aquellas. Estas bóvedas transfieren, en la nave principal, sus cargas a los arcos por medio de columnas cortas y de sección variable permitiendo el fluido paso del aire en las partes superiores del edificio. La estructura principal está constituida por 0,90 vistosos y peraltados arcos parabólicos de 8,50 6,60 mampostería de ladrillos, que en algunas 16,00 partes fueron conformados según el diseño Fig. 44. Esquema de la Planta del edificio de la propio del arquitecto. Estos arcos son Bodega Sant Cugat de Valles. Fuente: utilizados tanto en el sentido transversal http://upcommons.upc.edu/handle/2099.1/7076 como en el longitudinal. Esa es la rigidez necesaria del sistema, considerando que el edificio se halla en una zona calificada como de moderada sismicidad y el uso de la mampostería, tanto para la estructura principal como para las cubiertas, implica una masa importante a tener en cuenta como originario de esfuerzos sísmicos sobre la estructura.

Fig. 45, 46 , 47 y 48. Bodega Sant Cugat de Valles. Fuente: https://sites.google.com/site/barcelonamodernista/bodega-cooperativa-sant-cugat

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Las bóvedas de la nave principal son de doble curvatura, conformando un sector de cúpula. En el sentido longitudinal del edificio también los empujes son absorbidos por tensores metálicos para no transmitir éstos a los arcos de mampostería. Los arcos son de secciones variables de forma rectangular, en “t” y cruciformes. En la fachada lateral el arquitecto aumentó sus dimensiones a medida que los arcos llegan al terreno, enfatizando el plano que se forma.

Raimat En la región de Segriá, Joan Rubio I Bellber, arquitecto, discípulo de Gaudí fue el encargado de construir esta bodega en 1918, una de las primeras construcciones de hormigón armado en España. Un edificio de 150 m de longitud por 30 de ancho. El ingreso principal se enfatiza con una sucesión de arcos parabólicos. Las secciones de los grandes arcos tienen unas perforaciones que constiutyen su sistema de refrigeración a través de la cubierta, en forma de escaleras con peldaños, para dar lugar al aventanamiento que sirve para iluminar y ventilar. El agua de lluvia, al derramarse en cascada sobre las losas desde la cumbrera hacia abajo, favorece esta acción.

Fig. 49,50, 51 y 52. Bodega Raimat. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Raimat

El techo se constituye mediante un sistema de losas que forman escalones que cargan sobre vigas muy esbeltas, perforadas, que a su vez transfieren las cargas sobre los arcos de hormigón armado, aunque sus armaduras no son muy importantes debido a las escasas flexiones que soportan sus secciones. Un elemento a destacar es la galería formada por bóvedas catalanas en voladizo sobre una de sus fachadas internas laterales. 185


Otras acciones sobre la estructura Como se ha señalado, la región de Cataluña está clasificada hoy como de moderada sismicidad. Seguramente, en la época de la construcción de estos cellers, no se tenía un preciso conocimiento sobre la magnitud y los efectos de los terremotos ni cómo construir para mitigar sus efectos. Obviamente, como en toda zona de estas características, hace relativamente poco tiempo que la acción de los terremotos se tiene en cuenta obligatoriamente. Por lo mencionado, no es de extrañar que estas estructuras conformadas por arcos parabólicos se hayan presentado como soluciones eficaces y suficientes para resolver los edificios, considerando sólo su participación en la forma de soportar cargas gravitatorias. Podemos observar que en la región de nuestro estudio, se pide considerar un coeficiente g entre 0,04 y 0,08, lo que la ubica en segundo lugar según el riesgo sísmico en el país.

Fig. 53 Mapa región de Cataluña. Fuente: Ministerio de Fomento.Norma de Construcción Sismorresistente

Aproximación al análisis estructural A Partir de la Tesis de Grado del proyectista José García Madrid, de la UPC, de Octubre 2011, LA ARQUITECTURA VÍNICOLA MODERNISTA: BODEGA DE ROCAFORT DE QUERALT, HISTORIA Y ARQUITECTURA, cuyos directores fueron Benet Meca Costa y Héctor Gascó García, publicada en la página web de la Universidad Politécnica de Cataluña, proponemos el análisis del comportamiento sismorresistente de la estructura de la nave central del celler de Rocafort de Queralt. Este edificio fue ampliado en dos oportunidades, en sus comienzos, la nave en cuestión debió haber estado aislada y no había posibilidades de redistribución de esfuerzos con los otros arcos que se construyeron después. En las figuras 54 y 55 se ha representado el esquema con el arco central actuando solo, con su modelación simplificada (en rojo) y los sistemas de cargas gravitatorios (en azul) y sísmicos (en verde) aproximados, no representándose las correspondientes reacciones en los apoyos que demostrarían el equilibrio del sistema. Se ha representado sólo medio arco para simplificar el trazado. Las cargas de viento (empujes y succión) no han sido tenidas en cuenta, considerando que el peso de la construcción evitaría cualquier posibilidad de levantamiento de la cubierta y vuelco de las paredes laterales. El análisis del sistema se realizará en forma plana utilizando el software matricial en estado elástico WinEva 8, desarrollado por el Dr. Arq. Ramón Sastre I Sastre de la Universidad Politécnica de Cataluña. 186


FsFs

q Fs Fs

11, 11,

5

12,

Fig. 54, 55. Estudio del 0 Comportamiento Estructural de la nave central del celler de Rocafort de Queralt Bodega. Fuente: Elaboracion propia

Para la modelación de la estructura se ha supuesto que la misma está compuesta solamente de mampostería de ladrillos comunes con un módulo de elasticidad de 450000 T/m2 y una densidad de 1,70 T/m3. Además, en el arco se ha supuesto una variación de las secciones, cuyas dimensiones han sido consideradas de espesor igual a 40 cm y sus alturas variando desde 70 cm en la base hasta 30 cm en las zonas más delgadas. Cabe aclarar que estas dimensiones se corresponden en forma aproximada a las notas e imágenes fotográficas tomadas en el lugar. La separación entre arcos es de aproximadamente 4,50 m y las cargas gravitatorias de la cubierta, transmitidas por las pequeñas columnas superiores o tramos de mampostería, se pueden suponer uniformemente distribuidas de un valor aproximado: q ≈ 4,50 m x 0,075 T/m2 = 0,34 T/m Una vez cargada la estructura podemos calcular su peso a través de sus reacciones verticales. Con esto simplificamos el análisis de cargas de origen sísmico y supondremos que un 5% del peso puede ser considerado como acción sísmica una fuerza horizontal, Fs, equivalente a la acción sísmica ubicada en la clave del arco. Siendo las reacciones verticales simétricas y de valor aproximado 6,64 T cada una, el corte basal sísmico horizontal Vo podemos calcularlo en forma aproximada en: Vo ≈ 0,05 x 2 x 6.64 = 0,66 T Tomaremos los 0,66 T para la fuerza horizontal estáticamente equivalente ubicada a nivel de la clave del arco. Procesamos entonces el esquema representado según dos hipótesis a saber: Cargas gravitatorias (80%) + Sismo (70%) El gráfico de la izquierda corresponde a las seciones adoptadas y el de la derecha al antifunicular de un sistemas de cargas similar al aplicado en el arco.

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Fig. 56, 57. Esquema de Cargas de la nave central del celler de Rocafort de Queralt Bodega. Fuente: Elaboracion propia.

Podemos observar una cierta similitud formal entre ambos aunque con algunas diferencias perceptibles como la curvatura mĂĄs marcada en los cuartos del arco en la modelaciĂłn, con respecto al antifunicular. Eso evidencia un aumento de las exentricidades en algunas zonas del arco al alejarse la curva de presiones de la directriz adoptada para el arco.

Fig. 58,59. Estudio de los Estados de Cargas de la nave central del celler de Rocafort de Queralt Bodega. Fuente: Elaboracion propia

Se representan ambos estados de cargas, el de cargas gravitatorias que se ha adicionado el peso propio de la estructura, con sus reacciones y una de las combinaciones con sismo, por simetrĂ­a. 188


De ambos estados se muestran los axiles que se los observa creciendo en sus valores a medida que llegan a los apoyos y todos comprimiendo las piezas.

Fig. 60,61,62, 63. Estudio de las Deformaciones de la nave central del celler de Rocafort de Queralt Bodega. Fuente: Elaboración Porpia.

Podemos observar:  En ambos casos se muestra el predominio de las compresiones, sin variaciones sensibles en los valores. En las zonas grises la sección está trabajando a compresión.  Ante la presencia de acciones horizontales en el arco de la derecha se evidencian variaciones en los valores de esfuerzos de compresión con respecto a su vecino pero, sin invertirse el sentido del esfuerzo. 189


 Los valores de los esfuerzos de compresión entre ambos estados, si bien difieren lo hacen en una no significativa proporción siendo su máxima diferencia apenas superadora de un 10%. Al analizar las deformaciones se muestra que en la zona de los pulmones del arco y, más leve en la clave, la línea de presiones tiende a desplazarse con respecto a la directriz del arco según el estado de cargas. No obstante, esos desplazamientos no representan excentricidades muy importantes que pongan en peligro la estructura. Obviamente, estas diferencias se evidencian con mayor intensidad cuando consideramos acciones accidentales como las de origen sísmico, pero tampoco llegan a comprometer la estructura. Como conclusión, según lo visto, los funiculares que quedan evidenciados por la “cuerda” que toma la forma según los pesos que sostiene, podemos decir que estas estructuras que los modernistas diseñaban eran por demás eficientes y capaces de soportar no sólo sus pesos sino también otros tipos de acciones que le permitieron perdurar en el tiempo y, ahora lucirce como verdaderas “catedrales del vino”, representantes de un particular momento histórico de Cataluña que aún hoy se disfrutan. El singular sistema de Diseño Estructural estaba en gran parte garantizado por la forma de la estructura principal que sigue la “linea de presiones”, sabiendo que predomina un esfuerzo de compresión en todo el arco y restando sólo realizar una sencilla comprobación de la resistencia de la mampostería, considerando las cargas gravitatorias para asegurar el no agrietamiento.

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