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La nueva-vieja pobreza y la persistencia de la informalidad urbana

c o l u m n a s

la nueva-vieja pobreza y la persistencia de la informalidad urbana

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Felipe Valenzuela

Sociólogo, MSc Development Administration and Planning, Candidato a Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos; Profesor Adjunto Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, Pontificia Universidad Católica de Chile

La reducción del déficit habitacional cuantitativo en las últimas décadas en Chile, trasladó la discusión sobre los problemas de la pobreza urbana desde los antiguos asentamientos informales hacia las dificultades de integración de los nuevos conjuntos de vivienda social. Sin embargo, en los últimos años los campamentos y otras modalidades de la informalidad han aumentado, especialmente en algunas ciudades. Las limitaciones de la política habitacional y las restricciones impuestas por el mercado inmobiliario dificultan el acceso a la vivienda para los sectores populares, lo que lleva a que la nueva pobreza de los conjuntos de vivienda social conviva de manera creciente con la nueva-vieja pobreza de la informalidad. Ante la significativa reducción del déficit habitacional cuantitativo que había experimentado el país, durante la década de los 2000 cambió el foco de atención respecto a los problemas de la pobreza urbana en las ciudades chilenas. En 2003, Manuel Tironi describió la “nueva pobreza urbana” (Tironi, 2003), en 2005 Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes instalaron el concepto de “los con techo” (Rodríguez & Sugranyes, 2005) y en 2010 Rodrigo Salcedo se refirió al último “slum” de Santiago al estudiar el cierre de la Toma de Peñalolén (Salcedo, 2010). Esta nueva pobreza no correspondía a la tradicional idea de pobreza subdesarrollada que habita en los asentamientos informales, sino que a una pobreza que se generaba bajo los procesos de modernización que experimentaba la sociedad chilena y que, en términos residenciales, habitaba en los nuevos conjuntos de vivienda social.

Este cambio de enfoque se relaciona con la masificación de la política habitacional en Chile, que desde el retorno a la Democracia en la década de los 90’ logró reducir de manera importante los índices del déficit cuantitativo, pero significó también la aparición de nuevos problemas urbanos, asociados a la segregación, la escasez de servicios y problemas importantes de convivencia en los nuevos barrios de vivienda social. En este contexto, la discusión en torno al problema de la vivienda de los sectores populares se trasladó hacia las condiciones de integración social y urbana de estos nuevos barrios, dejando en un segundo plano los problemas relacionados a la informalidad, las tomas de terreno, la autoconstrucción y las “poblaciones callampa”, que tuvieron un rol central en la discusión sobre los problemas de la vivienda en décadas anteriores, y que hoy parecerían más bien una anomalía respecto al actual nivel de desarrollo de la sociedad chilena.

Sin embargo, durante la década del 2010 se ha observado un resurgimiento de los asentamientos informales en Chile. En 2011 el Ministerio de Vivienda realizó un Catastro Nacional de Campamentos, con el objetivo de “volver a poner en la palestra un tema que parecía superado o en vías de superarse en la última década” (MINVU, 2013, p. 6). Se contabilizaron 27.378 hogares viviendo en 657 campamentos a nivel nacional, para los cuales se definió posteriormente una estrategia de cierre. No obstante, siete años después un nuevo catastro contabilizó un total de 822 campamentos y 46.423 hogares habitando en ellos. Es decir, solamente entre 2011 y 2017 la cantidad de hogares en campamentos aumentó en 70%, pese a la aplicación de programas habitacionales especialmente orientados a atender a este grupo de la población.

El crecimiento de los campamentos se concentra especialmente en algunas ciudades del norte y en el Gran Valparaíso, y es mucho menos importante en Santiago. De hecho, las comunas de Antofagasta y Viña del Mar tienen por sí solas más familias en campamentos que toda la Región Metropolitana. De esta forma, el diagnóstico de la “nueva pobreza” es mucho más certero para el caso de Santiago (desde donde proviene el diagnóstico), pero no necesariamente para otras ciudades donde la informalidad persiste o incluso aumenta de manera significativa.

Pero la informalidad de la vivienda no se encuentra solo en los campamentos. Si definimos la informalidad urbana como la transgresión del marco normativo que regula el desarrollo urbano, podemos distinguir entre al menos cuatro modalidades de la informalidad que persisten en nuestras ciudades y que no existen solamente en los campamentos catastrados por el MINVU: la informalidad que tiene que ver con la construcción de la vivienda (autoconstrucción); la que se relaciona con la forma de ocupación del sitio (ocupación de hecho, cesiones de derechos, ausencia de título de dominio); la que tiene que ver con las normas urbanísticas (localización en zonas restringidas por los instrumentos de planificación; acceso irregular a servicios básicos); y la que proviene de un mercado informal (subarriendo de habitaciones; compraventa de sitios ocupados irregularmente).

Algunos ejemplos concretos donde se presentan estas modalidades de informalidad son los loteos irregulares definidos por la ley 16.741 de 1968, y que aún persisten sin ser regularizados, como sucede en los cerros de Viña del Mar; las viviendas autoconstruidas que han obtenido un título de dominio otorgado por Bienes Nacionales, pero mantienen condiciones de precariedad al localizarse en áreas de riesgo, como ocurre en las quebradas de Valparaíso; las subdivisiones irregulares de parcelas, a través de la cesión

«El crecimiento de los campamentos se concentra especialmente en algunas ciudades del norte y en el Gran

Valparaíso, y es mucho menos importante en Santiago.

De hecho, las comunas de Antofagasta y Viña del Mar tienen por sí solas más familias en campamentos que toda la Región Metropolitana»

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Valparaíso, y es mucho menos importante en Santiago.

De hecho, las comunas de Antofagasta y Viña del Mar tienen por sí solas más familias en campamentos que toda la Región Metropolitana»

de derechos en áreas rurales (aunque con fines habitacionales urbanos), como las que han proliferado en la localidad de Laguna Verde; y las situaciones de arriendo de piezas sin contrato y en condiciones de hacinamiento, como ocurre en el centro y peri-centro de Santiago con población migrante.

En este escenario, la pobreza urbana continúa teniendo un componente importante de informalidad, y en algunos casos la tendencia parece ir incluso en alza. Ello coincide con las dificultades de la política habitacional para continuar reduciendo el déficit cuantitativo, que según la última Encuesta CASEN del año 2017, experimentó un alza significativa respecto a la medición anterior (Ministerio de Desarrollo Social, 2018). Por otra parte, acceder a una vivienda a través del mercado inmobiliario se hace cada vez más restrictivo, en la medida en que crece la brecha entre el precio de las viviendas y los ingresos económicos de las familias (IEUT, 2019). De esta forma, en vez de tratarse de una anomalía o un problema residual, la aparición de nuevos campamentos y la persistencia de otras modalidades de informalidad responden a un problema estructural respecto a la provisión de vivienda accesible para los sectores populares por la vía formal. La nueva pobreza de los conjuntos de vivienda social convive de manera creciente con la nueva-vieja pobreza de la informalidad. ¶

referencias bibliográficas

IEUT. (2019). La Tercera: Estudio revela creciente brecha entre precio de viviendas e ingresos familiares.

Recuperado de http://estudiosurbanos.uc.cl/ comunicacion/noticias-y-actividades/4630-la-terceraestudio-revela-creciente-brecha-entre-precio-deviviendas-e-ingresos-familiares Ministerio de Desarrollo Social. (2018). Síntesis de resultados Vivienda y Entorno. Encuesta CASEN 2017.

Santiago. MINVU. (2013). Mapa Social de Campamentos 2011.

Santiago: Secretaría Ejecutiva de Campamentos (MINVU). Rodríguez, A., & Sugranyes, A. (2005). Los con Techo. Un

Desafío para la Política de Vivienda Social. Santiago:

Ediciones SUR. Salcedo, R. (2010). The Last Slum: Moving from Illegal

Settlements to Subsidized Home Ownership in Chile.

Urban Affairs Review, 46(1), 90–118. https://doi. org/10.1177/1078087410368487 Tironi, M. (2003). Nueva pobreza urbana. Vivienda y capital social en Santiago de Chile, 1985-2001. Santiago: PREDES / RIL Editores.

r e s e ñ a s

the routledge handbook on cities of the global south

Autor: Susan Parnell y Sophie Oldfield

Año: 2014 Editorial: Routledge; Nueva York

Por Hernán Orozco

Arquitecto y Magíster en Urbanismo, Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial UTEM

En el marco del giro poscolonial, entendido como la expansión de los estudios de la ciudad más allá de los “sospechosas de siempre” como una propuesta emancipadora, han surgido una serie de interesantes categorías relacionales, como la de “sur global”. El presente ensayo intentará establecer algunas reflexiones en torno a las pregunta ¿qué son y para qué sirven conceptos como “sur global” o informalidad? a modo de reseña del libro “The Routledge Handbook on Cities of the Global South” del año 2014. Las teorías provenientes del “sur” no pueden ser solo ejemplos de subalternidad, anomalía o diferencia (Roy 2014), ni menos ser entendidas sólo como respuestas dicotómicas (contra-geografías) a las teorías provenientes del “norte”, pues resultaría estéril intentar construir una teoría ‘abarcativa’ sin incluirlas. Por esto, conceptos como la informalidad y otras, deben ser consideradas como complemento para la acumulación de las ideas, que den forma a una teoría global, abierta y descentralizada, que descolonice el conocimiento sobre la ciudad, y que a su vez permita la creación de futuros urbanos más diversos, sustentables y justos.

En el marco del giro poscolonial de la ciencia urbana, entendido como la expansión de los estudios de la ciudad más allá de los “sospechosas de siempre” (Londres, New York entre otras ciudades “desarrolladas”) y no solo por diversidad sino como una propuesta emancipadora, han surgido una serie de interesantes categorías relacionales como por ejemplo la de “sur global” y conceptos como el de la informalidad. El presente ensayo intentará establecer algunas reflexiones en torno a las pregunta ¿qué son y para qué sirven estas categorías conceptos? a modo de reseña del libro “The Routledge Handbook on Cities of the Global South” del año 2014. Primero, cabe mencionar que se lamenta que esta excelente recopilación de artículos sobre las lecciones que dejan los estudios urbanos de los lugares mas insospechados, y en palabras de las más señeras académicas del mundo, se encuentre solo en idioma inglés y haya salido a la luz gracias a una de las editoriales que representan la mercantilización del conocimiento y la comodificación de la academia. Ahora bien, en torno a la definición de términos, lo primero es aclarar que tanto “sur global” como “norte global” son denominaciones no geográficas, es decir, no corresponden específicamente a los hemisferios homónimos. Más bien se trata de denominaciones metafóricas que diferencian entre los supuestos países económica, social y políticamente más “desarrollados” (norte), y aquellos “subdesarrollados” o “en vías de desarrollo” (sur).

En general se acepta que el concepto “norte” es símil de “primer mundo” o países desarrollados capitalistas, a los que se suma Rusia como país más importante del “segundo mundo” (o lo que fue la Unión Soviética). Así, los países periféricos de la órbita rusa y el resto de los países del “tercer mundo“ conformarían el “sur global”. Más interesante es aquella denominación del “sur” como una identidad que surge de los procesos de descolonización en contextos de mestizaje (donde las culturas colonizadoras se mezclan y no arrasan con las preexistentes) las que hoy se encuentran en crecimiento en todos los niveles (Miraftab y Kudva, 2015).

Aunque es importante reconocer que estos conceptos parecen nacer, o por lo menos estar ampliamente presentes, en la academia contemporánea del “norte” (Patel, 2014), sería muy difícil concebir que “sur global” es solo otra invención o intento de categorizar lo diferente por parte de Europa y Norteamérica. Sobre todo, porque su teorización permite prácticas emancipadoras tanto académicas como políticas. En el sentido de esto último, lo más relevante es entender la utilidad del concepto “sur global”, de los estudios que surgen a su alero y de las teorías que aporta a los estudios urbanos.

Un primer reconocimiento del aporte de los estudios desde “el sur” es la teorización sobre algunos conceptos que surgen de estos contextos de pobreza y condiciones adversas de reproducción social, como por ejemplo: la informalidad, la vulnerabilidad, la marginalidad o la dependencia. Estos conceptos son especialmente valiosos si reconocemos que en todo el mundo avanza la precarización de las economías contemporáneas, derivada en parte de la desindustrialización y la llegada de un sector laboral terciario altamente informal, sobre todo por su potencial de iluminar relaciones antes impensadas en el Norte Global.

Por ejemplo, si se reconoce a la informalidad como una relación aceptada entre los pobres urbanos y los Estados-nación, en la cual la desregulación también funciona como un mecanismo de control (Roy, 2014), es posible establecer que la informalidad es al mismo tiempo un modo de vida y una forma de neoliberalización de la ciudad. En este sentido, la “informalidad urbana”, como teoría que surge de la realidad de la mayoría de las ciudades del “tercer mundo”, emerge como un nuevo paradigma para entender una cultura urbana global precarizada (AlSayyad, 2004), al mismo tiempo que demuestra el traspaso de la que hasta poco era una “frontera urbana”.

Otra contribución de la teorización en el “sur global”, es la denuncia que se hace de la teoría del “norte” como vehículo para normativizar el desarrollismo y pro-empresarialismo de las ciudades en el resto del mundo. Un ejemplo de esto es la puesta en relieve del mal uso de las “buenas prácticas” urbanas como recetas de neoliberalización de la ciudad en Latinoamérica y otros contextos similares (Vainer, 2014).

En relación con lo anterior, otro aporte de los estudios urbanos poscoloniales es la revalorización de cada ciudad como un hecho específico y ordinario, en el sentido de reconocer a todas las ciudades como valiosas fuentes de información específica sin una estratificación de importancia de una sobre otra (Robinson, 2014). Esto también permite ampliar la teoría al mismo tiempo que imaginar caminos propios para cada contexto.

En definitiva, las teorías provenientes del “sur” no pueden ser solo ejemplos de subalternidad, anomalía o diferencia (Roy 2014), ni menos ser entendidas sólo como respuestas dicotómicas (contra-geografías) a las teorías provenientes del “norte”, pues resultaría estéril intentar construir una teoría ‘abarcativa’ sin incluir también a estas últimas. Se debe comprender la necesidad urgente de una epistemología plural.

Así, las teorías del “sur global” como la informalidad y otras, deben ser consideradas como un complemento para la acumulación y el asentamiento de las ideas (Mabin, 2014), que den forma a una teoría global, abierta y descentralizada, que descolonice el conocimiento sobre la ciudad, y que a su vez permita la creación de futuros urbanos más diversos, sustentables y justos (Oldfield y Parnell, 2014) alejados de toda normatividad y universalismo. ¶

referencias bibliográficas

AlSayyad, N. (2004). «Urban Informality as a «New» Way of

Life.» In Urban Informality: Transnational Perspectives from the Middle East, Latin America, and South Asia, edited by Ananya Roy and Nezar AlSayyad, 7-30. Lanham,

MD: Lexington Books. Mabin, A. (2014). «Grounding southern city theory in time and place.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie

Oldfield, 21- 36. New York, NY: Routledge. Miraftab, F, and Neema K. (2015). Cities of the Global South

Reader. New York, NY: Routledge. Oldfield, S., and Susan P. (2014). «‘From the south.» In The

Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 1-4. New

York, NY: Routledge. Patel, S. (2014). «Is there a ‘south’ perspective to urban studies?» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie

Oldfield, 37-47. New York, NY: Routledge. Robinson, J. (2014). «New geographies of theorizing the urban: putting comparison to work for global urban studies » In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie

Oldfield, 57-70. New York, NY: Routledge. Roy, A. (2014). «Worlding the South: Toward a post-colonial urban theory.» In The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie

Oldfield, 9-20. New York, NY: Routledge. Vainer, C. (2014). «Disseminating ‘best practice’? The coloniality of urban knowledge and city models.» In

The Routledge Handbook on Cities of the Global South, edited by Susan Parnell and Sophie Oldfield, 48-56. New

York, NY: Routledge

r e s e ñ a s

la ciudad informal desde los ojos de un niño: la historia de vida de gregorio

Película: Gregorio

Autor: Grupo Chaski

Año: 1984 Trailer: https://www.youtube.com/

watch?v=A3ZtYkbjLrI

Por Jasson Fernández Díaz

Geógrafo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, estudiante de magister en Asentamiento Humanos y Medio Ambiente, PUC.

La historia de la informalidad urbana en Lima se remota desde la conformación de sus barriadas producto de los grandes flujos migratorios campo-ciudad. Estas se pueden observar en el largometraje llamado Gregorio, la historia de vida de un niño que narra los dilemas de esta migración en la década de los 80. Desde sus ojos, se viven los motivos de una familia rural que decide migrar a la capital en búsqueda de oportunidades laborales ante la pérdida de la productividad agraria. Con expectativas de una mejor calidad de vida, Gregorio siente las grandes diferencias de vivir en el barrio y la ciudad: él, junto a toda su familia, deben convertirse en fuerza laboral mediante ocupaciones informales; alojarse en vivienda en situación de precariedad; cambiar el quechua por el castellano para ser entendido; emplear un nuevo modo de transporte de largos recorridos; y nuevas formas de sociabilizar con otros niños que trabajan en las calles de una ciudad caracterizada por la pobreza, marginalidad e inseguridad. Ante una serie de hechos desafortunados, Gregorio entra en conflicto con su familia y consigo mismo al ir adoptando nuevos hábitos como la drogadicción y el robo, construyendo un futuro todavía un incierto.

Informalidad urbana, migración campo ciudad, precariedad.

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