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hambruna en varios países debido a la pandemia de Covid
from POLÍTICA 659
La economía se desplomó durante y después de la guerra de Independencia.
tes en defensa, infraestructura y soportar las presiones de sus acreedores en el mundo. Durante la década anterior a la Independencia, la recaudación en Nueva España dependía en un 26 por ciento de la minería y en otro 24 por ciento de las alcabalas, en total los ingresos eran en promedio de 15.3 millones de pesos de plata. Para los primeros años de su independencia, el 60 por ciento de todos los ingresos del México independiente, en promedio 13.6 millones de pesos de plata, dependían de impuestos al comercio. La minería había colapsado en su producción y por lo tanto como fuente de ingresos, en apenas dos décadas los recursos totales del Estado disminuyeron en 12 por ciento. Un estado sin recursos es un estado que no puede proveer los bienes públicos necesarios para crecer. En este sentido son curiosos los esfuerzos que existieron por establecer fuentes progresivas de ingresos para el Estado, otro tema estructural aún pendiente en la actualidad, justo en este tipo de esfuerzos se enmarcan los hoy vilipendiados impuestos a las puertas y ventanas que resultaron muy poco populares en México, pero que se usaban en países como Holanda, Inglaterra y Francia como impuestos a la propiedad, una especie de antecedente del predial. Sin importar estos esfuerzos, y otros tantos cambios en la administración fiscal, México siguió siendo un Estado fiscalmente debilitado. La combinación de deudas con pocos ingresos se transformó en una fuente de debilidad para el Estado que pronto encontró inestabilidad política y conflictos frecuentes como consecuencia. La falta de recursos impidió que el Estado mexicano tuviera capacidad de acción en el desarrollo de su economía que prácticamente pasó un periodo de estancamiento hasta la segunda mitad del siglo XIX. La debilidad fiscal de México y su inestabilidad política generaron condiciones propicias para las invasiones que sufriría y que serían una fuente más de un ciclo de debilidad fiscal por los costos de las guerras, destrucción de infraestructura, industrias, falta de inversión, interrupción del comercio y, con ello, más inestabilidad política. En este contexto algunas iniciativas innovadoras del Estado mexicano, como la creación del Banco del Avío en 1830 o la creación de la Secretaría de Fomento en 1853, serían esfuerzos fútiles, aunque se pueden leer como una anticipación de un país que estaba deseoso de hacer política industrial. En términos de desigualdad y pobreza la que otrora fuera la colonia más rica del Imperio español se empobreció. De acuerdo a Milanovic, Lindert y Williamson (2011), Nueva España en los años previos a la lucha de Independencia tenía una tasa de extracción de la desigualdad (Inequality Extraction Ratio)
de 105 y un índice de Gini de 63, la extracción había llegado hasta el límite de lo que era posible, la desigualdad debía ser enorme. Tras la guerra de Independencia es previsible que la desigualdad disminuye conforme mucha riqueza era destruida y la distribución de factores de producción cambiaba; por ejemplo, con la abolición de la esclavitud o el cambio de tenencia de la tierra. No obstante, seguramente esta disminución fue poco duradera. Dado que las actividades agrícolas como la plantación del azúcar concentraban gran parte de la actividad económica del México recién independizado, la mayor fuente de riqueza era la propiedad de la tierra. Si la tierra estaba distribuida de forma poco equitativa (como sabemos ocurría), es previsible entonces que los niveles de desigualdad volvieran a crecer y se acercaran a los de la Nueva España. Este fenómeno se acrecentaría en la segunda mitad del siglo XIX conforme México participaba más en la economía internacional y los retornos a la tierra eran más grandes y con ellos se producían cambios en la distribución del ingreso. De acuerdo con Coatsworth (1989), la Independencia le costó 4.2 puntos del PIB a México y 21 por ciento del PIB per cápita, equivalente a un decrecimiento del ingreso per cápita de medio punto por año entre 1820 y 1845, de acuerdo con Salucci y Salvucci (1993) el costo fue 50 por ciento del producto. Sumado a este costo, décadas de conflictos internos, intervenciones extranjeras y falta de integración de un mercado nacional produjeron un estancamiento de tres décadas. La economía mexicana en los tiempos de la primera transformación se veía mal: mucha desigualdad, pobreza, un Estado fiscalmente débil, esfuerzos de política industrial que aunque innovadores no lograron industrializar al país. Décadas de conflictos hicieron imposible que el país se integrara a las primeras olas de la globalización o que se volviera uno de los países que seguirían y eventualmente superarían a Reino Unido en la segunda Revolución industrial. La geografía y los conflictos nacionales hicieron imposible tener una economía nacional integrada y produjeron patrones de divergencia regional que aún vemos hoy en día. Hasta los tiempos de la segunda transformación el estancamiento daría paso al crecimiento económico, pero manteniendo patrones de desigualdad y problemas estructurales como la debilidad fiscal del Estado y sus recurrentes déficits internos y externos que han sido extremadamente difíciles de erradicar, pero eso es otra historia. (Publicado por la revista Nexos, octubre 2018).
De gran importancia durante el periodo colonial, la minería mexicana orientada básicamente a la exportación generó beneficios internos como sa larios e impuestos y dio aliento a la producción de insumos nacionales a finales del siglo XIX. Al gunas compañías grandes favorecieron también a sus empleados con electricidad, agua entubada o ramales ferroviarios, como una derivación de los servicios de su propia empresa. La minería exportadora tuvo también efectos in directos en la economía, dinamizando mercados y
El comercio, además de la minería y la producción de azúcar, eran las columnas vertebrales de la incipiente economía mexicana en las primeras décadas del siglo XIX.
EL IMPACTO DE LA MINERÍA
articulando actividades productivas demandadas por la minería, como lo había sido durante todo el siglo, pero incrementado por el crecimiento de las exportaciones de metales preciosos e industriales. Su influencia fue mayor a la de otras actividades exportadoras por la extensión de sus actividades y ocupación de importantes espacios territoriales. El surgimiento de las grandes fundidoras de me tales en el centro–norte y norte de México a fines del siglo XIX financiadas por capitales extranjeros —que separó parcialmente los procesos extracti vos de los de refinación de minerales e introdujo modernas plantas de beneficio, con producción en gran escala, tecnología renovada, compleja orga nización del trabajo, salarios elevados, capacitación del personal, etc.— incrementó la influencia e impacto de este sector en la economía al extender sus actividades a muchos espacios territoriales. Sin embargo, la contribución a la economía local estuvo restringida a insumos, impuestos y salarios, porque el pago de las utilidades de la empresa se fue al extranjero como pago de dividendos a los propietarios.
OPINIÓN
Salvador Echeagaray
Día del niño
MIRADOR
Sonrisas inocentes. Gritos de alegría. Pasitos corriendo de aquí para allá.
Carcajadas de emoción. Todo es juego, todo es risa o dolor, pero, todo es honesto, profundo, intensamente vivido. El niño es como un gran filósofo, pero en pequeño. “La admiración nos lleva a filosofar”, decía Aristóteles y, el niño, es el que más se admira de las cosas. Los niños son la alegría del hogar. El motivo por el que en las madrugadas despertamos a ver qué le pasa, a ver cómo está. Son el motor del diario vivir. La paga por el esfuerzo incesante. La ilusión de ir por el dulce a la tiendita y ver una sonrisa de alegría que contagia a quien la entrega. Los niños son paz, son esperanza, son gloria. Pero, también pueden ser máximo dolor, si a nuestros hijos algo malo les pasa, preferiríamos que fuera mejor a nosotros. Damos la vida por ellos sin pensárnoslo. Sus alegrías son nuestras. Así, sus dolores nos duelen más a nosotros que a ellos. Un llanto, una lágrima, una caricia de mamá y pronto se curan. Las penas de los mayores a veces no sanan. Los niños son el renuevo de la vida, la continuidad humana en el planeta. Si escasean, si se les niega su derecho a crecer en el vientre de su madre, si se les impide nacer, si se niegan sus derechos, si se les coarta su inocencia, la sociedad se enferma y va muriendo poco a poco, incesantemente. “Dejen que los niños vengan a mí”, dijo Jesucristo hace dos mil años. Y ahora el clamor es el mismo: Dejen que los niños nazcan, dejen que los niños vivan. Pues nuestro planeta sin ellos carecería de esperanza. El que un niño no venga a la vida, es como cortar a los árboles cuando son pequeños, nunca darán su fruto. No faltará quien diga: ¿Y qué tal si iba a ser un delincuente?... Bueno, ahí está la labor de los padres y de la sociedad entera para que eso no suceda. Festejemos y cuidemos a esos pequeños grandes seres que representan lo mejor de nuestra sociedad y la mantienen con esperanza. Y no dejemos de ser como ellos: libres, puros, llenos de emoción y de sueños. ---0--- Esposa: -Y ¿de qué escribiste hoy? Esposo: -De que debemos ser como niños. Esposa: -¡Ah, ya entiendo! ¡Ve y recoge el tiradero que dejaste! ¡¡¡Plop!!!
Joe Biden, casi seguro rival de Donald Trump
POR PASCAL BELTRÁN DEL RÍO
Director editorial de Excélsior
Con la declinación de Bernie Sanders y Elizabeth Warren –representantes del ala radical del Partido Demócrata en la búsqueda de la candidatura presidencial–, es un hecho que el centrista Joe Biden será el rival de Donald Trump en noviembre. Biden buscará hacer lo que ningún miembro de su partido ha conseguido: competir electoralmente como vicepresidente o ex vicepresidente y llegar a la Casa Blanca. Lo mismo intentaron Hubert Humphrey, en 1968; Walter Mondale, en 1984, y Al Gore, en 2000, sin conseguirlo. Aunque algunos presidentes de Estados Unidos han permitido que su respectivo vicepresidente tenga verdadero juego político, la mayoría de los 48 hombres que han ocupado ese cargo han desempeñado un papel decorativo. Sólo 14 vicepresidentes han logrado llegar a la Presidencia, pero en la mayoría de los casos por sustitución del Presidente, ya sea porque éste murió de causas naturales, como Franklin D. Roosevelt, sucedido por Harry Truman; o porque fue asesinado, como John F. Kennedy, sucedido por Lyndon Johnson, o porque renunció al cargo, como Richard Nixon, sucedido por Gerald Ford. Sólo cinco de los 14 llegaron a la Casa Blanca por la vía electoral, entre ellos Nixon. Joe Biden quiere ser el sexto. El ex senador por Delaware fue vicepresidente durante los ocho años que Barack Obama estuvo en el poder. Como Nixon, en su segundo y definitivo intento de alcanzar la Presidencia, Biden competirá por el cargo luego de un interludio de varios años. Otro vicepresidente que compitió en las urnas y ganó fue George W. Bush, en 1988. Pero, así como ha habido quienes han usado la vicepresidencia como trampolín para llegar a la Casa Blanca, también ha habido vicepresidentes que no han alcanzado el objetivo. Entre ellos, ya lo decía, sus compañeros de partido Humphrey, Mondale y Gore. ¿Qué posibilidades tiene Biden de impedir que Donald Trump se reelija y así convertirse en el Presidente número 46 de Estados Unidos? Todo parece depender de la evolución de la pandemia de Covid-19 y la magnitud de la recesión económica. Aunque Trump parece ser un candidato con mejores armas retóricas que su rival, esta campaña electoral será sui géneris y quizá no pueda usarlas a plenitud. Además, es muy posible que después de la tragedia que ha dejado el coronavirus y el desastre económico que se anticipa para los próximos meses, los estadunidenses estén ávidos de que cualquiera menos Trump ocupe la Casa Blanca durante los siguientes cuatro años. Aunque sea un hombre viejo como Biden, al que frecuentemente se le olvidan las cosas.
Joe Biden, demócrata enfilado a competir por la Presidencia contra Donald Trump.
Guillermo Fárber
gfarber1948@gmail.com http://www.farberismos.com.mx/web/
SARCASMOS Contexto del Coronavirus
Dentro de la maraña de acontecimientos mortales que afligen a la humanidad, el coronavirus no pinta para nada. Este año de 2020 se proyectan unas ¡60 millones! de muertes humanas, por diversas causas. Vemos que fumar, beber alcohol en exceso e ingerir droga, son causas mucho más decisivas ¡pero no causan pánico! Estamos viviendo una alarma deliberadamente inducida por motivos oscuros. Me llega esto: “Según ourworldindata.org hay 7 mil fallecidos por la ‘pandemia’ hasta el 17 de marzo. Esto es una enorme farsa para cubrir el desmoronamiento del sistema monetario y crediticio mundial, basado en dinero ficticio, de papel o digital. Los poderes fácticos han decidido que es necesario crear un pánico respecto de un peligro inexistente, para que la gente deje de pensar. Este año se estima que morirán 60’200,000 personas, principalmente por viejos. ¿Y nos asusta un mal que ha matado a 7 mil en dos meses (0.07% de los fallecimientos previstos)? De la misma fuente. Marzo 22. Alta presión sanguínea: 10’440,000. Tabaco: 7’100,000. Azúcar alto: 6`’530,000. Contaminación del aire: 4’900,000. Grasa: 4’720,000. Alcohol: 2’840,000. Drogas: 585,000”. Otra fuente opina: “La epidemia planificada actual sigue ‘misteriosamente’ el guión de la película de 2011 Contagion, que muestra un virus que se origina en un murciélago en China. Al igual que el sistema inmunitario humano puede responder en exceso a la infección, la Organización Mundial de la Salud de la ONU y los Centros para el Control de Enfermedades del Gobierno de EU, reaccionan en exceso a la pandemia imaginada. En cualquier caso, la vitamina D es el antídoto (toma 50 mil unidades de vitamina D al primer indicio de síntomas de resfriado o gripe durante un día o dos; de lo contrario, sufrirás 7-8 días de miseria hasta que su sistema inmunitario adaptativo se active y produzca B en la médula ósea y las células T, la glándula del timo que produce los anticuerpos a medida contra la cepa particular de esa clase de coronavirus)”. Otro escéptico es Mr. Santos: “Sabían que habría una epidemia de coronavirus. Se prepararon para ella meses antes de que se detectara el primer caso en China. El Evento 201 realizado en la ciudad de Nueva York en octubre de 2019 advertía de la próxima pandemia de coronavirus y cómo lo atacaría la humanidad. Ya ni se molestan en ocultarlo”. Otro video de Mr. Santos, que sugiere la “oportuna” implosión del sistema financiero global bajo el pretexto de la pandemia. Dice el regio Gerardo Javier Gálvez Arellano: “El coronavirus empezó como epidemia, luego pasó a pandemia, luego brincó a pantomima, y ahora ya parece un pandemonio en aislamiento”. ¿UNA AMENAZA SERIA? Sin embargo, hay también comentaristas serios e informados, como Chris Masterson, que conceden al coronavirus la categoría de una amenaza grave y no petardos fallidos como los de los 20 ó 30 años anteriores (SARS, la influenza porcina, el H3N2, el ébola, el sika, el cólera, etc). Aquí, Masterson la equipara con un antecedente temible, la gripe llamada “española”, que mató entre 50 y 100 millones de personas en 1918, y con las otras dos pandemias aún más mortíferas: la de viruela, que mató unos 300 millones antes de ser erradicada después de 1796, y la del sarampión, que ha matado a unos 200 millones.