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LOS LÍDERES SERÁN EVALUADOS POR LA PANDEMIA. La gestión

REPORTAJE

Éxitos y fracasos en la lucha contra la pandemia

AUTORIDADES EN TODO EL MUNDO QUEDARÁN EXPUESTAS AL ESCRUTINIO PÚBLICO SOBRE LAS ACCIONES QUE ADOPTARON DURANTE LA CRISIS POR EL COVID-19

POR ALFREDO ARNOLD

Llegará el momento en que cada país y a nivel global se haga la terrible suma de personas muertas, empleos perdidos, empresas cerradas y todos los daños colaterales que ha causado el Covid-19. La población estará indignada, furiosa, frustrada y entonces alguien pagará los platos rotos. Difícilmente algún gobernante se salvará del escrutinio. ¿Quién saldrá airoso?, ¿quién reprobado? Repasemos los hechos:

Casi coincidiendo con la llegada del año nuevo 2020, la Organización Mundial de la Salud recibió el reporte de las autoridades de salud de Wuhan, China, sobre los primeros casos de neumonía detectados en esa ciudad durante la segunda quincena de diciembre de 2019. Se trataba de un virus en ese momento desconocido. Apenas seis meses después, el nombre de Covid-19 es conocido prácticamente en todo el mundo y ha dejado una estela de dolor e incertidumbre inédita en la historia de la humanidad. No es la pandemia ni la conflagración más letal, pero sí la más extendida, conocida y difundida en tiempo real a través de los medios de información convencionales y las redes

8 / REPORTAJE / Política sociales. Del 12 de diciembre de 2019 al 12 de junio de 2020, se registraban oficialmente 7.5 millones de contagios y más de 422 mil fallecimientos a causa de esta cepa de coronavirus en todo el mundo. En promedio, 41,667 infectados y 2,346 muertos diariamente. Cuando la crisis haya pasado, la gente se preguntará por qué la ciencia y los gobiernos no pudieron detener a tiempo este flagelo. Del mundo científico nos llegan diariamente noticias sorprendentes: que un asteroide chocó en Yucatán hace 66 millones de años provocando la extinción masiva del setenta por ciento de las especies; que, a partir del análisis del ADN de unos huesos fósiles fue posible “reconstruir” el rostro de un ser humano que vivió hace 50,000 años, o que Google logró la supremacía cuántica con un nuevo procesador capaz de realizar un cálculo en tres minutos y 20 segundos, algo que a una computadora avanzada le llevaría unos 10,000 años. Entonces, si el intelecto humano puede llegar a semejantes conclusiones y hazañas, ¿cómo no pudo hacer frente a un virus que se limpia de las manos con agua y jabón? Sucede tal vez, que en estos tiempos de genoma, algoritmos, robots e inteligencia artificial, sobredimensionamos el avance científico y tecnológico, creemos

Hugo López-Gatell Ramírez, vocero del Gobierno federal durante la crisis sanitaria.

que hay respuesta para todo y no es así. En estos seis meses la comunidad científica no ha podido crear el antídoto contra el Covid-19; anuncian aproximaciones, pero nada rotundo como lo fue en otras épocas la vacuna de Pasteur o la penicilina de Fleming, que han salvado millones de vidas humanas. La ciencia será cuestionada y los gobiernos también: ¿Qué hicieron para aminorar el daño que se veía venir? La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido duramente criticada por no haber dado la voz de alarma oportunamente. Evaluar la acción de los gobiernos frente a la pandemia no será una tarea fácil. Hay que reconocer que la enfermedad surgió sorpresivamente y se extendió a gran velocidad. A partir de Wuhan, el virus viajó de este a oeste: de Asia a Europa, de ahí a Norteamérica y finalmente a Centro y Sudamérica. El contagio en Oceanía y África fue más lento. Esta forma de desplazamiento es importante porque le dio ventaja para tomar decisiones a los gobiernos más occidentales. Países como Italia, Alemania y España, por ejemplo, ya tenían el problema encima y otros, como Japón y la propia China, lo combatían con cierto éxito, así que los gobiernos de América no arrancaron de cero. Algunos líderes han sido señalados de omisos porque minimizaron la gravedad de la pandemia. En este caso están el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, que por cierto dio positivo al contagio; el presidente norteamericano Donald Trump y el de Brasil, Jair Bolsonaro. ¿Cuáles serán los factores que se utilicen para calificar la respuesta de los gobiernos frente a la pandemia? Uno será, decíamos, el tiempo que tuvieron para preparar su estrategia. Otro factor serán los datos duros, o sea las cifras de personas contagiadas, fallecidas y recuperadas, y un factor más será la calidad de atención médica que dieron a la población: los hospitales, personal médico, equipo especializado, pruebas realizadas, etcétera.

Aunque difícil de medir, también será un factor importante cómo gestionaron el proceso de la crisis: las etapas de confinamiento, la coordinación con las autoridades regionales, con las organizaciones productivas, la sociedad civil y el regreso a lo que se ha llamado la “nueva normalidad”.

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Finalmente, el impacto económico y la estrategia que sigan para la recuperación, serán sin lugar a dudas factores esenciales para calificar el desempeño de cada gobernante.

LAS CIFRAS El dato duro, el más objetivo para decir si las acciones tomadas por un gobierno para enfrentar la pandemia fueron efectivas o no, son las cifras de personas infectadas, personas fallecidas y personas recuperadas. En México, las cifras se convirtieron en un tema de confrontación política entre el Gobierno federal y algunos gobiernos estatales, entre estos, el de Jalisco. La importancia de las cifras es que de ellas depende la implementación de acciones que afectan a la sociedad, por ejemplo, en nuestro país, en qué “fase” de la pandemia se encuentra cada estado y qué color del “semáforo” le corresponde; de ahí se desprenden decisiones tan importantes como lo son la apertura de ramos industriales, turismo, educación, etcétera. Aunque cada país es responsable de llevar su propia contabilidad y difundirla, ha resultado muy útil para este propósito la recopilación diaria que hace la Universidad Johns Hopkins, una de las instituciones dedicadas a la investigación más importantes del mundo, con sede en Baltimore y que tiene campus en Italia y China. Por cierto, en esta universidad de la que han salido 33 premios Nobel, realizó el Dr. Hugo López-Gatell, vocero oficial del Covid-19 por parte del Gobierno federal de México, un postdoctorado en epidemiología. A pesar del rigor con el que se manejen las cifras, hay bastantes casos en que la gente les pone signos de interrogación por parecer inverosímiles. Por ejemplo, los números de fallecimientos acumulados en Cuba (84), Venezuela (23), Uruguay (23), Costa Rica (12) y Paraguay (11), al día 12 de junio. De acuerdo a las cifras de personas fallecidas por Covid-19, Estados Unidos es el país que sale más mal parado. Los países donde se han acumulado más recesos, son (al 12 de junio):

Estados Unidos 113,820 Reino Unido 41,364

Brasil 40,919 Italia 34,167 Francia 29,346 España 27,136 MÉXICO 15,944 Bélgica 9,646

10 / REPORTAJE / Política En medio de la pandemia, el presidente Donald Trump enfrenta el escrutinio público en pleno proceso electoral. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos serán el próximo 3 de noviembre.

Alemania 8,776 Irán 8,659 India 8,498 Canadá 8,071 Rusia 6,705 Perú 6,088

ACCIONES DE GOBIERNO Aislar a la población para reducir la velocidad de los contagios fue la primera medida implementada en Wuhan y se replicó en el resto del mundo con el visto bueno de la OMS. Además, se ordenó el cese de las actividades productivas y sociales consideradas como “no esenciales”, lo que produjo una parálisis económica mundial nunca antes vista. No hubo mucha diferencia entre las acciones oficiales que adoptaron los gobernantes en el mundo, el matiz estuvo en la oportunidad y firmeza con que lo hizo cada uno y el apoyo o rechazo que recibió de otras entidades. En México, por ejemplo, algunos gobernadores no estuvieron de acuerdo con las restricciones El presidente Andrés Manuel López Obrador impuestas por el Gobierno federal, aunque poco a poco se logró más uniformidad en el país. No había muchas opciones aparte del aislamiento social, la sana distancia, el cierre de sectores productivos, la clausura de eventos públicos y las medidas higiénicas esenciales: uso de cubre bocas y lavado constante de las manos, no más.

Un tema que se volvió polémico, tal como el de las cifras, fue la efectividad de las pruebas. Para algunos, es mejor entre más pruebas se apliquen porque permiten detectar oportunamente a los infectados; otros, en cambio, las consideran innecesarias. En esto también chocaron el Gobierno federal y el de Jalisco. La atención médica sí fue un factor que hizo diferencia. La disponibilidad hospitalaria, el equipamiento especializado y la suficiencia de médicos y demás personal de la salud, han sido esenciales para el manejo de crisis; los países pobres están en gran desventaja. Con el tiempo, también será evaluada la efectividad de las acciones oficiales que se tomaron en distintos países para apoyar tanto de los grandes sectores productivos como a los pequeños empresarios, para que

pudieran mantener a flote sus economías. utilizó espacios de sus conferencias mañaneras para explicar le evolución de la pandemia en las gráficas de la Secretaría de Salud.

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BUENOS Y MALOS RESULTADOS ¿Qué hicieron algunos países para contener el avance del Covid-19? El seguimiento a los contagiados, la realización masiva de tests y la ventaja de contar con sistemas de salud mejor equipados, son algunas de las razones por las que Corea del Sur, Alemania y Japón han logrado contener el virus. Corea del Sur adoptó una estrategia que combina información al público, distanciamiento social, participación de la población y una campaña masiva de pruebas (unas 10 mil por día). Cuando se detecta un nuevo caso, envían mensajes de texto a las personas cercanas a su entorno laboral o doméstico. También se han esmerado en la desinfección de los espacios públicos. Tienen 500 clínicas fijas y 40 clínicas ambulantes para hacer las pruebas, lo que les permite atender rápidamente los focos de infección. Alemania, además de su excelente infraestructura hospitalaria, también apostó a la aplicación de pruebas masivas, medio millón de tests a la semana. A Japón se le consideró desde el primer momento como país de alto riesgo ya que casi un tercio de sus habitantes tiene más de 65 años, además de que hay una alta concentración demográfica en espacios reducidos. Su estrategia exitosa consistió en detectar rápidamente los focos de infección, y sin lugar a dudas ha sido un factor primordial la cultura de sus habitantes.

En cambio, ha sido motivo de asombro y casi de incredulidad que el país más poderoso del mundo, los Estados Unidos, sean la nación más golpeada por la pandemia. Esto se puede atribuir a la tardanza con la que iniciaron sus acciones de contención, a la elevada movilidad social en sus aeropuertos, hoteles y centros de trabajo; a las diferencias políticas entre la Casa Blanca y algunos gobernadores y a la resistencia de las grandes industrias para suspender la producción. Finalmente, fueron al paro y cerraron sus fronteras, pero no se salvan de ser el país con la mayor cantidad de contagios y fallecimientos.

ESCRUTINIO PÚBLICO

Los gobiernos ya empiezan a enfrentar otro formidable reto, que es la recuperación económica. Algunos, no todos, también toman providencias para que futuras emergencias sanitarias que se espera ocurran, aunque no se sabe cuándo, no resulten tan traumáticas como la del Covid-19.

12 / REPORTAJE / Política Y de que habrá nuevas pandemias parece que no hay duda. La fauna microscópica tiene una potencia insospechada, tal como se ha comprobado en años recientes con el sida, el ébola, el SARS, la influenza y otras epidemias. Señalan estudios científicos que, entre los millones de agentes patógenos (virus, bacterias, hongos, protozoarios, etcétera) que existen en los seres vivos, sólo conocemos 1,400. El sistema inmunológico nos protege de ellos, pero factores como el aumento de la movilidad global, la pobreza y el cambio climático nos dejan cada vez más expuestos. La comunidad científica coincide en que habrá más ataques de agentes patógenos en un futuro no lejano. Es una advertencia que no se debe echar en saco roto; por el contrario, hay que tomarla como un llamado urgente para que todos los países e instituciones enfoquen prioritariamente el tema de la salud pública. La evaluación de cómo los gobiernos gestionaron la crisis será inevitable, aunque ninguno, ni siquiera el de China, es totalmente responsable ya que no había una experiencia previa para lidiar con ella. Actuaron conforme a las recomendaciones de sus especialistas, de los lineamientos de la OMS y la disponibilidad de recursos que tenían a la mano o que pudieron obtener sobre la marcha. En cambio, en materia económica sí tuvieron mayor margen de maniobra. El Gobierno de México, por ejemplo, se enfocó en los programas sociales, rechazó aumentar la deuda pública con nuevos créditos y apostó a sus proyectos de infraestructura para levantar la economía. En contraste, el Gobierno de Estados Unidos destinaría más de 380 mil millones de dólares para préstamos a pequeñas empresas. Otros, optaron por establecer esquemas de apoyos fiscales. Todos los gobernantes quedarán expuestos al escrutinio. No hay duda de que las evaluaciones estarán impregnadas de intereses políticos y por ello las conclusiones serán poco relevantes. Más que enfrascarnos en el debate sobre la eficacia de las acciones que tomó cada gobierno durante la crisis, lo importante es que se haga un recuento imparcial, a nivel global, de lo que salió bien y lo que salió mal en cada país; que se establezcan protocolos internacionales y mecanismos de vigilancia e información para futuras crisis sanitarias, y que exista una verdadera colaboración del mundo científico para despejar los peligros microscópicos que acechan a la humanidad.

Algo bueno debe dejar esta experiencia.

POR QUÉ LÓPEZ-GATELL

La voz autorizada del Gobierno de México y para informar sobre la evolución de crisis sanitaria por el Covid-19 le fue confiada al Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud. El presidente López Obrador expresó su total confianza en él desde que inició la “cuarentena” en nuestro país. En cambio, la participación del titular de la dependencia, Dr. Jorge Alcocer Varela fue marginal, casi inadvertida. ¿Por qué se eligió a López-Gatell para esta tarea? Dos características justifican la designación: su preparación académica y su estado físico. López-Gatell es médico egresado de la UNAM, y además de varios posgrados y especialidades tiene un postdoctorado en Epidemiología que cursó en una institución adscrita a la Universidad Johns Hopkins, precisamente la institución que lleva la estadística oficial diaria de la pandemia a nivel mundial. Por otra parte, sus 51 años de edad, excelente presencia y aptitudes de comunicación, le permiten comparecer todos los días frente a los medios informativos y la opinión pública, una tarea que su jefe, el Dr. Alcocer, difícilmente podría desempeñar a sus 74 años de edad. López-Gatell cuenta asimismo con una importante trayectoria en la academia como investigador y docente. Ha publicado más de medio centenar de artículos y capítulos en revistas y libros especializados y es un reconocido profesor universitario. También forma parte de organismos médicos internacionales, algunos de los cuales ha presidido. Nació en la Ciudad de México, aunque su padre y abuelos paternos llegaron exiliados de España en 1925. Su padre era urólogo y su madre enfermera, y se conocieron cuando ambos trabajaban en el Hospital 20 de Noviembre. La designación de López-Gatell como vocero del Gobierno fue acertada, aunque su actuación no ha estado exenta de cuestionamientos, más de tipo político que médico. Algunos gobernadores e instituciones rechazan las cifras oficiales que presenta, otros criticaron su oposición a la aplicación de pruebas masivas para detectar a personas infectadas, y más recientemente le reclaman la inexactitud en las fechas que pronosticó para las fases y picos de la pandemia en México y sus diferentes regiones. Su confrontación más importante ha sido con el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro. También hay reconocimientos, como el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para formar parte de un formar parte del panel de expertos que redactará el Reglamento Sanitario Internacional, un documento jurídico vinculante para todos los países miembros de la OMS.

El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, minimizó el problema y él mismo resultó víctima del contagio.

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