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CONICET FOTOGRAFÍA/ VERÓNICA TELLO
/ CIENCIA
Detalle de algunos de los insectos colectados por la trampa Malaise y montados para su preservación definitiva
Los más de 75 mil insectos colectados pertenecen a 28 órdenes diferentes
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Hallan una sorprendente diversidad de insectos en la Selva Paranaense
LOCALIZACIÓN
Se trata de un estudio realizado por especialistas de CONICET en el marco de un proyecto global para relevar y comparar la diversidad de artrópodos en diferentes regiones del mundo
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unque se sabe que la Selva Atlántica tiene un alto nivel de endemismo y alberga aproximadamente un siete por ciento de la biodiversidad global, muchos de los taxones que la habitan son aún desconocidos. Ayudar a llenar ese vacío de conocimiento va de la mano con la necesidad y urgencia de proteger a los bosques tropicales. Un estudio encabezado por científicos y científicas del CONICET, del que también participaron colegas de Canadá, analizó la abundancia y la diversidad de artrópodos voladores en un área semidegradada de la Selva Paranaense, extremo sur de la Selva Atlántica. Para ello, colocaron una trampa Malaise en el Centro de Investigaciones Antonia Ramos -ubicado en plena selva misionera, cerca de Oberá- entre febrero de 2013 y febrero de 2014, y luego obtuvieron los códigos de barras genéticos (DNA barcodes) de los setenta y cinco mil insectos capturados a lo largo de ese tiempo en frascos colectores que eran retirados semanalmente. Los resultados fueron publicados en la revista Plos One.
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Una selva poco estudiada “El código de barras genético es un fragmento del gen mitocondrial COI, cuya secuencia tiene entre seiscientos y setecientos pares de bases, que se utiliza en el proyecto International Barcode of Life para identificar especies por vía genética de manera relativamente sencilla. La identificación morfológica de las especies está limitada en mu-