1 minute read

La mirada de rubens

Para gran parte de la humanidad, la historia comienza con una transgresión que involucra la comida, y esta ha signado a la mujer con un castigo que dura siglos: no solo se le achacan todas las desgracias del pecado original, sino que, además, no es lo mismo ser gordo que gorda.

El comer y beber, la gula, el ascetismo, la anorexia, el hambre, el canibalismo y los sacrificios de algo vivo a los dioses -animal o ser humano- son temas que desde el principio de los tiempos han perdurado en ritos humanos y han atraído, como tema, a pintores y cineastas.

Advertisement

Eso, sin olvidar las “naturaleza quieta” -al decir de los anglosajones, que prefiero al “naturaleza muerta”, que es más latino- siado voluminosos para nuestro gusto actual. Sin embargo, Rubens es más que un pintor de rubios y gordas.

Claro que no fue a este escritor al primero que se le ocurrió centrar su obra en ese hecho: mucho antes, Bocaccio escribió sobre un festín que preludia el fin de un mundo: las murallas de la ciudad no han podido detener a la peste, que ya toca la puerta del salón donde ingenuamente se ha encerrado un grupo de privilegiados.

Por cri ST in A b A jo de muchos artistas: recordemos escenas memorables de la película La fiesta de Babette, o la famosa cena de Tom Jones, donde la gula y el erotismo se dan la mano.

El cuadro “La última cena” de Da Vinci, con su ritual que aúna amistad y traición, es un tema que convoca a turistas y estudiosos, que hizo rico a un novelista, nos lleva a comprar libros de arte para estudiarla, invita a anotarse en circuitos turísticos culturales y ha contribuido a alimentar documentales sobre conspiraciones religiosas.

This article is from: