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¿Cómo elegir el repelente adecuado?

Existen distintos repelentes y no son para matar insectos, sino para evitar que se acerquen. Se aplican sobre las zonas expuestas del cuerpo mediante lociones, cremas, vaporizadores y roll-on, entre otros, a través de los cuales se depositan los principios activos. Si bien hay varias marcas comerciales, la mayoría está compuesta por aceite de citronela, de eucalipto, de limón, picaridina, parametanodiol y DEET, entre otros. De todos, el más difundido y estudiado es el DEET o N,N-dietil-meta-toluamida (cabe aclarar que no es el plaguicida DDT).

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El DEET interfiere con las neuronas y los receptores en las antenas y la boca de los mosquitos. Su uso se ha asociado con urticaria por contacto y otras erupciones cutáneas. En 2001, se publicó una revisión de las características farmacocinéticas, las formulaciones y la seguridad del DEET. Los autores del artículo señalaron que, si bien el fármaco es seguro, no está exento de efectos adversos en los seres humanos.

La Academia Americana de Pediatría recomienda para niños repelentes que no contengan más de 30% de DEET y no ser usados en menores de dos años. En estos casos, se sugiere aceite de citronela solo, sin aditivos químicos.

Las marcas comerciales tienen distintas concentraciones de DEET, lo que determina que sean para uso “familiar” o no. Un producto con DEET al 10% protege durante dos a tres horas, mientras que uno al 25% unas seis.

Es importante atender estas recomendaciones para evitar efectos adversos: revisar la etiqueta en busca de la cantidad de DEET contenida, usar aquellos cuyas concentraciones no superen el 30%, seguir las instrucciones,

Marguerite Yourcenar le hace decir a Adriano, en sus Memorias: “Comer significa consumar un sacrificio en el cual optamos por nosotros frente a las cosas” y probablemente este sea el principio de estadistas y políticos: optar primero por sí mismos.

“Los personajes de Rubens se observan con serenidad, con amistad y alegría, con una dulzura que es poco frecuente en el arte.”

Pero, entre tanta culpa y molestia y agresiones y consejos y anatemas sobre la comida y la gordura, descubrimos a Rubens como una revelación. Ya en su tiempo, Rubens era una extrañeza, porque parece no vivir en la misma época de otros pintores flamencos del siglo XVII, aquellos cuyos cuadros más reputados nos muestran parejas ascéticas, muchas veces contando dinero, pesando oro, imbuidos de la gloria del tener más que del disfrutar.

Rubens es otra cosa; le encantaban las mujeres decididamente gordas y la mayoría de sus soberbios desnudos son dema- bajor E li 123RF no aplicarlo debajo de la ropa, sobre cortaduras, heridas o piel irritada.

Tampoco rociarlo en áreas cerradas ni sobre la cara, sino en las manos, frotándolas y pasándolas luego por el rostro (evitanr ojos y boca). No emplear repelentes mezclados con protectores solares en la misma formulación.

El aceite de citronela, en tanto, es un extracto vegetal que produce un bloqueo de la percepción química de los insectos. Su principal inconveniente es que resulta limitado como repelente y su corta duración. Está indicado en niños de entre dos meses y dos a ños; y luego, DEET con una concentración de hasta 10 % entre los dos y doce años.

La gloria de su obra radica en su vigor, su profundo y feliz conocimiento del significado de estar vivo y expectante para no perder lo que la vida le ofrece. Pero, sobre todo, Rubens es magnífico porque posee una dulzura que pocas veces encontramos en el arte: los personajes de sus pinturas se miran con serenidad, con amistad y alegría, con una aceptación de las diferencias que pescamos de refilón en el rabillo de un ojo, en la doble papada de un varón, en el pliegue de un vientre femenino.

Ellos nos miran desde el lienzo en paz consigo mismos y con el mundo, seguros de su valor como seres humanos. Preparados para amar la vida, que no tiene por qué ser largamente preservada, sino felizmente disfrutada. Alrededor de una mesa, y con amigos, no es mala elección. Sugerencias: 1) Ya no está entre nosotros, pero de una amiga querida nunca pude separar su sonrisa y buen humor de su desbordante humanidad; 2) Si queremos bajar de peso, más que atenernos a dietas rigurosas, confiemos en contar con cierta disciplina a la hora de alimentarnos.

Descartar brazaletes con repelentes químicos, el ajo o la vitamina B1 ingeridos por boca, los dispositivos de ultrasonido para alejar insectos y aquellos para el jardín que los “electrocutan”. En el exterior, se recomienda ropa de manga y pantalones largos y claros, y en el interior usar tules sobre cunas, mosquiteros y repelentes químicos eléctricos, pero a no menos de 1,5 m de distancia.

*Médico toxicólogo y director de Toxicología Hoy (IG: @toxicologiahoy).

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