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Los astros y el romance El flechazo de los signos

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Lecturas

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una conocida app de citas se tomó el trabajo de analizar a lo largo de varios años años cómo los signos influyen a la hora de buscar pareja y también en el éxito de las relaciones. Estadísticas que demuestran que hay signos más compatibles entre sí que otros y la certeza de que la Argentina es un país de creyentes zodiacales.

or Virginia Poblet

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Elijo creer” fue una de las frases más dichas, escritas y leídas durante la fiesta del Mundial. Bajo ella se englobaron desde similitudes y estadísticas de los otros dos campeonatos en los que salimos campeones hasta burdas casualidades, invocaciones al Diego, a los astros o a la camiseta que no había que sacarse y mucho menos lavar. Si algo quedó claro es que ese “elijo creer”, dicho con algo de sorna y vergüenza, era, en el fondo, una confesión colectiva de que efectivamente cada vez más se atribuyen sucesos o desenlaces determinados a cuestiones tan etéreas como energías, magia, fuerzas misteriosas o planetas alineados.

En efecto, mal que le pese a la ciencia, cada vez más personas indagan en busca de conocimientos que nada tienen de la evidencia clásica y sí mucho de misterio. Y en esa búsqueda la que más gana terreno es la astrología. De acuerdo a la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina, realizada a ri ES (fuego) y Libra (aire)

Según un cenSo elaborado por el conicet en 2022, el 33% de loS argentinoS cree que loS a StroS determinan nueStroS comportamientoS taU ro (tierra) y E S cor P io (agua) g émi N i S (aire) y Sagitario (fuego) en 2019 por el programa Sociedad y Religión en Movimiento del CONICET, el 33% de los habitantes de nuestro país cree que los astros influyen en los seres humanos. Y en 2008, cuando se hizo la primera de estas pesquisas, quienes creían en signos zodiacales era un 25,9%; o sea, un poco más de una cada cuatro personas.

El impulsivo e independiente Aries se regula con la diplomacia y sociabilidad libriana. Aries le aporta decisión a la duda de libra.

Son la pareja apasionada del zodíaco. Tauro le brinda sensualidad, tolerancia y análisis al impulsivo Escorpio, mientras que Escorpio aporta sexualidad y deseo.

El siempre entusiasta Sagitario le aporta optimismo y espontaneidad a la racionalidad de Géminis.

¿A qué se debe este auge zodiacal? Entre los expertos existen varias conjeturas; entre ellas que la fe en las religiones tradicionales e incluso en los santos paganos como el Gauchito Gil o la Difunta Correa, ha disminuido sensiblemente durante las últimas décadas. Por otra parte, la divulgación de las neurociencias con su difusión de la inteligencia emocional, ha abierto las puertas de la percepción, más la pandemia, repentina, difícil de entender y que nos alejó de nuestros seres queridos, dieron como resultado lógico una necesidad de buscar respuestas o, por lo menos, vincularse de otro modo con el mundo y el cosmos que nos rodea. “En la astrología se estudian los vínculos; lo que me pasa con las personas es un reflejo de la estructura interna y de la mayor o menor capacidad para resonar con el conjunto del universo”, explica el astrólogo Gaspar Harte.

Y como de vínculos se trata, a la hora del amor la cosa se pone más picante: según una encuesta realizada por la app de citas Inner Circle, el 71% de quienes buscan su match creen en la astrología, y al 42% le gusta ver el signo de la otra persona en el perfil de presentación. El tema, claro está, es que el signo es una parte importante de la carta astral, pero no lo es todo. “Desde una mirada sintética, no reduccionista, el signo es una herramienta muy noble para analizar un match porque el sol cumple la función de dirigir al sistema, y también es una forma de romper el hielo sin hablar de fútbol o del clima, funciona como una introducción para hablar de uno mismo de una manera resguardada”, reflexiona Harte. De todos modos alerta que la carta astral es un mapa “y vos estás atravesando algún punto de tu mapa. Ahí hay muchísima información tuya, es algo así como tu ADN que tiene genes que pueden o no activarse de acuerdo a determinados estímulos. No se puede pretender definir un territorio con un mapa: vos no estás definido al 100% por tu signo”.

Así pues, la leonina que fuiste a buscar además de la autonomía, la ambición y la fortaleza que esperabas te sorprende con algunos demonios porque su luna estaba en Escorpio. “Vos le aplicaste una cualidad determinada y esa persona capaz estaba transitando otra parte de su carta”, dice Harte. “De todos modos, era probablemente lo que necesitabas. Para la astrología, nuestra pareja es como un espejo de nuestro mapa natal. Atraemos a las personas necesarias para aprender nuestro propio ritmo astral, como una música en un diálogo de autoconocimiento mutuo”.

¿Y qué pasa con aquellos signos que rechazamos? “Si detesto sistemáticamente a un signo, habría que empezar a trabajar allí. El principio es que energéticamente voy a estar siempre en equilibrio; energía que yo no encarno, encarna otro para mí porque tiene que haber equilibrio. Pero c á N c E r (agua) y c a P ricor N io (tierra) como yo me llevo mal dentro mío con esa energía, también me voy a llevar mal afuera, voy a tener siempre afuera alguien con el cual me voy a llevar mal. El punto fundamental es: ¿puedo comprender cuál es el miedo que hace que esa estructura energética se comporte de esa manera que me hizo mal? Porque hay una razón profunda, no porque es mala. Así voy descubriendo cómo esa estructura energética que yo tengo está ligada a ciertos miedos, ciertas conductas que hacen sufrir y puedo comprenderla profundamente en mí. Ese desencuentro tiene la cualidad de hacerme comprender un aspecto de mí mismo que hasta ese momento estaba en sombra o a oscuras”, explica el astrólogo y antropólogo Eugenio Carutti, fundador de Casa XI.

Mientras Capricornio le da seguridad al desordenado cangrejo, Cáncer ayuda a la cabra a socializar y abrir su corazón.

“Elijo creer” se escuchó y leyó como un mantra durante la etapa mágica del Mundial de Qatar. Etapa que culminó con una fiesta inolvidable, con los centros de las ciudades, pueblos y barrios abarrotados de felicidad. Quizás ese elegir creer fue el epítome de la apertura hacia lo estelar y misterioso, con menos prejuicio, buscando el amor aquí, allá y en todas partes. Y en el cosmos también. De acuerdo al estudio realizado por la aplicación Inner Circle, Piscis y Tauro fueron los más solicitados del año pasado. Estos dos signos quedaron arriba en el podio de los “Me gusta” seguido por el apasionado Aries y el cerebral Géminis. Cáncer fue el que envió más “likes”, mientras Acuario fue el que se mantuvo más distante a la hora de establecer contactos con otros. Dato curioso: el 28% de los entrevistados dijo que Escorpio, con su fama de signo fogoso, es el mejor match , sin embargo fue uno de los que menos recibió un pulgar para arriba. Como ocurre con cientos de saberes que antes exigían la consulta a un especialista, la astrología también se allanó a la medida del usuario a través de distintas apps

L Eo (f UEgo) y ac Uario (air E ) que elaboran cartas astrales exprés y predicciones on demand sobre la influencia de los astros en nuestras vidas. Astrology Zone, Nebula o Co-Star son algunas de las aplicaciones de astrología más descargadas en celulares de todo el mundo. Ofrecen horóscopos extendidos de hasta un año entero y tablas de compatibilidad para identificar en cada ámbito los signos que nos favorecen. Otras apps, como TimePassages, se adentran en el diseño de cartas astrales con información más precisa sobre la disposición de las constelaciones y el movimiento de los planetas. Y hay opciones más profesionales, que implican un cierto conocimiento astrológico, como Astro Gold, que permite comparar cartas natales con complejos gráficos estelares. En todas, basta cargar la data del nacimiento del usuario para asomarse a un vasto universo de buenos augurios y de los otros. Si bien tanto la atracción hacia alguien como el amor son sentimientos demasiado complejos como para reducirlos en un match automático por obra y gracia de las posiciones de las estrellas a la hora de haber nacido, hay compatibilidades para tener en cuenta. Cada uno de los 12 signos se encuentra bajo uno de los cuatro elementos específicos: fuego, tierra, aire y agua. Dichos elementos tienen una profunda influencia en los rasgos básicos del carácter y se dividen en opuestos complementarios: el fuego necesita del oxígeno, o sea, del aire, para vivir; y el calor del fuego provoca el movimiento de las moléculas de aire. Por otro lado, la tierra contiene y canaliza el agua, mientras el agua mantiene fértil y húmeda a la tierra. Unos y otros elementos se nutren y se necesitan. A su vez, en la rueda zodiacal cada signo tiene otro diametralmente opuesto que es el que le aporta las cualidades que le faltan. A estos se los llaman, justamente, opuestos complementarios: opuestos que se atraen.

La energía y la pasión de Leo se complementa muy bien con la seguridad y la capacidad intelectual de Acuario.

Virgo (ti E rra) y Pi S ci S (ag Ua)

Meticuloso y detallista, Virgo pone orden en el caos pisciano mientras Piscis brinda creatividad y soltura a la estructura virginiana.

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