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Cómo evitar las lesiones oculares en el hogar
Por Dr. G E r M án Bi A nchi*
si el confinamiento fue la excusa para realizar actividades hogareñas siempre postergadas, hay que prestar especial atención al cuidado de los ojos. Por caso, solo en los Estados Unidos, productos de limpieza como la lavandina causan, anualmente, 125 mil lesiones oculares. Las mejoras y/o refacciones en el hogar pueden terminar con tornillos o clavos lanzados accidentalmente en dirección hacia los ojos. Lo mismo ocurre con ciertas herramientas y se puede recibir una astilla como producto de un descuido. Los trabajos en el jardín, con cortadoras de césped, podadoras o palas pueden arrojar tierra y escombros al aire. Las ramas, ramitas y espinas también podrían terminar en el lugar menos indicado. Solo tres de cada 10 personas usan gafas protectoras mientras realiza alguna de estas actividades y, por lo tanto, podría dañar los ojos. El empleo de anteojos reduce las lesiones en un 90% aproximadamente. Cuándo proteger los ojos:
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Al usar productos químicos como limpiadores de hornos y lavandina. Leer las etiquetas con atención y, sobre todo, no mezclarlos.
Al cocinar alimentos, tener cuidado con las salpicaduras de aceite caliente. Al abrir una botella de espumante, envolverla con una toalla o un paño en la parte superior mientras se desenrosca el corcho. Nunca apuntar a la cara u otra persona.
Al taladrar o martillar tornillos o clavos en paredes o superficies duras, estos pueden salir eyectados o promover que algún fragmento cause una lesión.
Al emplear planchitas para el pelo u otros elementos calientes alrededor de la cara, podría lastimar los ojos.
Alfombras o barandas sueltas podrían provocar caídas. Usar antideslizantes debajo de las alfombras y verificar que las ahora tengo mis dudas: aunque en uno de sus libros la dan por porteña, no encontrésu lugar de nacimiento en Internet y sí una alusión que contradice esta suposición. barandas estén seguras. Colocar relleno en puntas de mesas y bordes afilados si hay chicos o personas mayores.
Su interés por nuestro pasado estaba también relacionado con su abuela, Delfina Bunge, dama de la alta sociedad que escribía poesía, si mal no recuerdo y que, por su mala salud, solía venir muy seguido a la casa de sus parientes, en Alta Gracia, ciudad que Lucía amaba.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires, se licenció en Historia y pronto estaba escribiendo notas y ensayos, destacándose por la soltura de la prosa y centrándose, especialmente, en la evolución de nuestra sociedad y el rol de sus instituciones durante los siglos XVII y XVIII.
La historiadora Lucía Gálvez se centró, especialmente, en la evolución de nuestra sociedad y el rol de sus instituciones durante los siglos XVII y XVIII.
Más adelante, fue una de las primeras escritoras en centrarse en estudiar el rol de la mujer durante el Descubrimiento y la Conquista de América, lo que le valió ser nombrada en la Academia Nacional de la Historia Argentina.
Todo esto que les he comentado viene a cuento porque hoy encontré en mi biblioteca varios de sus libros, que tenía un poco olvidados, y terminé releyendo, sin poder dejarlo, “Mujeres de la Conquista”.
Esta obra siempre me interesó, especialmente por el estudio que hace de mujeres de las que poco o nada sabíamos, rescatadas de páginas donde a veces -según me confesó una vez- sólo hallaba datos imprecisos. Llevada por ese instinto que tenemos quienes amamos investigar, aquel detalle hizo que se empecinara en indagar hasta “dar vida” a una mujer muerta hace siglos cuyo nombre se escribe, quizás, por primera vez desde entonces. Una mujer que, a través de su prosa, dará ejemplo de tozudez, de aventura o desventura, según fuera su destino.
En este libro hallaremos la biografía de once mujeres extraordinarias, once historias de sucesos inimaginables. Pero, si soy sincera, lo que más me atrajo de ese capítulo fueron varios textos de las cartas de amor que los hombres que atravesaron un mar desconocido les escribieron a sus esposas, prometidas o amantes que quedaron en España. Hoy, con tristeza, me enteré que Lucía Gálvez había fallecido en junio de este año. No la olvidemos.
Sugerencias:1) El capítulo “Ubicación en el tiempo: Sociedad y Mentalidad”: indispensable para escribir novela histórica; 2) Leer “Guaraníes y jesuitas”.
Si se va a cortar el césped, revisar antes el área en busca de elementos que puedan salir volando cuando pase la podadora. Prestar atención al usar la motoguadaña y/ la bordeadora eléctrica.
Quienes utilicen motosierras, deben emplear siempre gafas de protección (el aserrín puede producir lesiones severas).
En el taller, mantener en buen estado las herramientas manuales o eléctricas.
Al trabajar con solventes u otros químicos, asegurarse de que los rociadores es tén lejos de la cara.
Por último, si se usan cuerdas elásticas, prestarles atención porque son un grave peligro para los ojos si se rompen.
Para todas estas actividades, hay que recordar que, si hay personas cerca, también están expuestas a riesgos. Si hay alguien compartiendo la actividad, también debe usar protección ocular. Evitar tener a los chicos como observadores de la actividad.
En caso de una lesión, recurrir inmediatamente al médico.
*Jefe de trasplante de córnea en Clínica Nano. IG @drbianchigerman