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¿Cómo reconocer cuándo una relación se torna tóxica?

Por estos días parece estar de moda el término “relaciones tóxicas”.

Ahora bien, algo tóxico, es algo que causa algún tipo de daño o lesión tras haberlo consumido, me parece importante tenerlo en cuenta para comprender el alcance del daño que puede provocar una relación de estas características y para no utilizar el término toxicidad en cualquier situación. Los resultados de este tipo de relaciones por lo general son el aislamiento, la pérdida de la autoestima y muchísima ansiedad que en la mayoría de los casos toma el cuerpo, como por ejemplo, la pérdida o el aumento del apetito, entre otros síntomas. Cuando analizamos los distintos comportamientos que hoy en día llamamos tóxicos, generalmente nos remiten a conductas que reconoceremos como signos de violencia. Veamos algunos ejemplos de lo que podemos llamar relaciones tóxicas:

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1) Chantajes emocionales, que suelen estar dirigidos a por ejemplo, no salir con determinados amigos/as, no ir a visitar a un familiar, o no ponerte determinada prenda de vestir. Siempre argumentando el “no me gusta que vayas a ese lugar” o “esa gente no te quiere o no me quiere” o “esa prenda te queda mal”, entre otras cosas.

2) Violación de la privacidad: registro de celular, redes, carteras, entre otras cosas.

3) Manipulación: invalidar tus opiniones. Ante el menor reclamo aparece un reclamo mayor y aún más importante que el tuyo. Se suele ver como una victimización. Hay muchos comportamientos posibles más, pero estos nos sirven para analizar que siempre que hablemos de toxicidad, nos estamos refiriendo a situaciones de violencia psicológica. Es importante señalar que un vínculo se vuelve tóxico en la medida que transcurre el tiempo y ciertas características se vuel-

Todo de nuestras Américas, de polo a polo. Un estante debajo, está el Diccionario de autores Latinoamericanos, de Emecé, y el Diccionario de Símbolos, de Paidós, junto al Diccionario de Literatura Universal y con ilustraciones en colores. En La Rioja conseguí el pequeño diccionario quichua-castellano, otro Diccionario Mágico Jujeño, uno de Voces y costumbres de Catamarca, el Vocabulario popular tradicional cordobés, de Julio Viggiano Esaín y el más interesante: El Quichua en el Martín Fierro y en Don Segundo Sombra, el de Caciques y Capitanejos en la Historia Argentina, de Guillermo A. Terrera, con datos poco conocidos, seguido por un librito muy interesante: Toponimia Aborigen del Norte de Córdoba –Apelativos y Jerarquía de Caciques, Charabas y Curacas, de Rodolfo Rivarola. No me olvido del Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas, de Lily Sosa de Newton, de 1986, al que sería bueno actualizar pues en casi cuarenta años muchas artistas, escritoras, políticas, científicas, periodistas, etc., se han sumado a aquel plantel. Una obra que aprecio -por la excelencia del texto y porque me lo regalaron y dedicaron las autoras- se titula El Mueble Colonial de las Américas y su Circunstancia Histórica, de Sara Bomchil y Virginia Carreño. Este libro cuenta con hermosas ilustraciones, fotos, cuadros y detalles de nuestro mobiliario colonial. Y puedo sumarle otro: un libraco de gran tamaño, escrito por S. Aronson. que se titula La Enciclopedia del Mueble y la decoración, una obra completísima y que a veces, sólo por la belleza de sus ilustraciones y fotos, me deleito en abrir: allí están todos los estilos de Occidente. También cuento con el Manual Bibliográfico de Escritores, de Amadeo Ronco y Alfredo O. Conde, donde pueden hallar esos raros autores de un solo libro, o del que leímos –quienes somos más viejos- un relato que nos encantó. en aquellas revistas femeninas de la primera mitad del S.XX las que nos hicieron conocer narradores inolvidables, como Saki, Silvina Ocampo y Katherine Mansfield. ven reiterativas, y una o ambas personas sienten un malestar casi permanente, habiendo por supuesto momentos positivos. Las relaciones tóxicas son relaciones de mucha dependencia emocional, la felicidad de alguno de los miembros depende del estado anímico del otro, la autoestima, depende de la aprobación del otro y por lo general, dicha dependencia es mutua. También la presencia o ausencia de límites es excesiva: mientras uno pone límites y exigencias en exceso, el otro tiene una tendencia a ceder. Una característica muy común en estas relaciones es la intensidad de las emociones. Son relaciones inestables, con épocas muy malas o muy buenas. Para el entorno, en general son fáciles de detectar. A simple vista se suele ver una dinámica de mucho exceso y exigencias desmedidas o infundadas. Sin embargo, es muy común que los miembros de la relación no logren detectar y rechacen las sugerencias del entorno, lo cual colabora con el aislamiento. No es para nada fácil poner final a un vínculo de estas características, justamente por la dependencia emocional que producen. Es fundamental un espacio terapéutico serio, que ponga en cuestión permanente nuestras afirmaciones y que el entorno comprenda las dificultades y acompañe un proceso que, seguramente, tendrá varias idas y vueltas.

En esta nota me referiré a textos que deberían ocupar la estantería principal de la biblioteca de toda persona que escriba por vocación o trabajo.

Probablemente dejé varios libros en el camino, pero con éstos armé el esqueleto de mis novelas.

Sugerencias: 1) Formen una pequeña biblioteca de la época y temática que elijan para sus escritos; 2) A esta investigación le llamo “el bordado”, que llevo a cabo cuando tengo la obra terminada.

* Psicoanalista y sexóloga (UBA).

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