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Un viaje sin retorno

Valeria Jaramillo

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Un viaje sin retorno

Perderse para encontrarse se convirtió en la enseñanza que dejó en mis venas estas tierras. Todo empezó cuando decidí que era momento de volver. Viajar por tierra desde la Patagonia hasta llegar a la ciudad que me vio nacer se transformó en un largo viaje. Cámara en mano y muchos sentimientos encontrados fueron mis grandes compañeros. Después de recorrer una parte Brasil y el Norte de Argentina, llegó el momento de cruzar la frontera al país que venía esperando con mucha ilusión por conocer: Bolivia. A pesar del cansancio después de varias horas de recorrido en bus y unas cuantas experiencias que me dejaron varias noches sin dormir, llegué a la Provincia de Potosí en Bolivia, sin lugar a dudas uno de los lugares más mágicos que mis ojos han visto jamás. Un viaje que me cambió la vida. La conexión con la naturaleza hizo que me corran lagrimas de emoción más de una vez. Esta bella provincia está ubicada al sur este del país y tiene una extensión de 118 218 km². Cuenta con la presencia de géiseres, fumarolas, barros volcánicos, vertientes de aguas calientes y azufres. Dentro del hermoso paisaje de la cordillera occidental se vislumbran lagunas y valles enclavados entre las montañas. Y, como si esto fuese poco, el gran Salar de Uyuni también está ubicado aquí, siendo el más extenso del planeta tierra.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, yo no lo creía cierto hasta que descubrí la magia de este lugar. Ahora cada vez que abro mi libro de recuerdos y me encuentro con mis fotografías del viaje se me vienen todos los momentos vividos que me llevaron a plasmar mis sensaciones. Así fue cómo encontré miverdadera pasión, lo que hace que mi corazón lata más fuerte y mi alma vibre de felicidad. Me volví a conectar con la fotografía, este maravilloso medio que te vincula con la interioridad de la gente y la magia de los lugares. Un vehículo tan potente que puede cambiar la historia de la humanidad en una sola imagen.

Irme de casa me hizo querer más mis raíces. Una experiencia de vida que, a todo aquel que como yo sienta la necesidad de irse, estoy segura será una de las decisiones más difíciles, pero más enriquecedoras de la vida; una decisión que debe atravesar los miedos para hacerse realidad. Que el carácter cambiante que lleva consigo la fotografía y la chispa de creatividad implícita en cada instante les apasione. Ya que para mí el descubrir lugares llenos de magia y poder expresar lo que representa estar vivos a través de una imagen no tiene precio. Y se ha convertido en la forma más simple de ser feliz.

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