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Columna Roberto Balaguer

COLUMNA Por Roberto Balaguer Bienvenidos a la paternidad Whatsapp

¿Qué es Whatsapp?

Aunque a estas alturas parezca ridículo explicarlo, Whatsapp es un sistema de mensajería que permite a las personas estar en conexión continua, y eso, de por sí, es todo un tema a la hora de educar hijos.

La posibilidad de que los padres estén en conexión permanente entre sí, es una novedad solo posible gracias a la tecnología hoy existente. ¿Cómo incide esa hiperconexión a nivel de la educación de los hijos? Seguramente de muchas formas, pero básicamente en las nuevas maneras de participación de los padres en la vida de sus hijos.

Tomemos un ejemplo cotidiano. Las instituciones educativas reciben casi a diario a padres y madres que se acercan preocupados, molestos, angustiados por los temas que se hablan en los grupos de Whatsapp de chicos y… de grandes.

Muchos padres comentan que se van de esos espacios virtuales, buscando escapar de una conversación permanente, circular y no siempre pertinente o conducente, que equivale casi a repetir cuarenta veces: “En mi casa tampoco está el buzo que perdió Juancito ayer. Cariños”. Muchos plantean que el cometido de estos grupos es sano, pero que el uso que se hace es muchas veces incorrecto.

¿Cómo funcionan los grupos de Whatsapp de padres y madres?

El grupo de Whatsapp de las madres es, en principio, muy útil, sobre todo para aquellas que no tienen tiempo material para estar presente, a la salida de clases y enterarse acerca de lo que está sucediendo con el grupo de su hijo o hija. Sirve para saber acerca de los deberes enviados por la maestra o las novedades sociales de último momento.

Siempre existió un árbol, un muro, un espacio físico donde las madres esperaban la salida de los hijos e intercambiaban sobre cuestiones vinculadas a la escuela, maestra, grupo. Algunas llegaban incluso hasta una hora antes del timbre de salida. Generalmente esas mamás lideraban la “voz de los padres” y manejaban la información relativa al grupo de su hijo/a. Los papás, en general, siempre han sido minoría en estos grupos; la educación de los hijos se ha delegado socialmente en las mujeres. Por otro lado, siempre ha habido madres que se han jactado de no pertenecer a esa “especie”, tal como muchas lo definían. No estar allí era su orgullo, hasta la llegada de Whatsapp que casi sin pedirles permiso, las arrojó al abismo de las redes.

¿Qué es Whatsapp para las instituciones educativas?

Whatsapp se ha transformado en una de las peores pesadillas para los directivos de la educación. Pero, ¿podemos entonces con esto afirmar que los grupos de Whastapp cambian a los padres? En principio, parece algo exagerado hacer semejante aseveración. Pregúntele ahora al director o a la directora de la escuela o el liceo qué opina al respecto y verá cómo éste dirá rápidamente que sí.

Un poco en broma, un poco en serio, a veces sucede que un pequeño raspón de un chiquito en clase, visto por su hermana que casualmente pasaba por ahí, es seguido por un mensaje de ésta a su mamá, y puede terminar con una protesta airada a una maestra por negligencia u omisión de asistencia.

Lo cierto es que los grupos de Whatsapp de madres suelen ser una suerte de teléfono descompuesto, donde las cuestiones de los chicos alcanzan dimensiones a veces fantásticas, descolgadas de la realidad.

Los directivos sienten que los grupos de madres de alumnos han modificado de forma importante la manera en la que los padres se relacionan en la actualidad con las instituciones educativas. Estos son otros padres, conectados todo el día, hablando de

sus hijos y sus temas las 24 horas, sin respiro, sin timbre de salida que ponga fin a la verborragia. Porque el ratito del muro o del árbol donde se encontraban las madres, tenía un principio y un fin. Era acotado. Con Whatsapp, no. Ahora, el murmullo, y hasta los gritos, son permanentes.

RECOMENDACIONES Por Hugo Burel Una novela: Recursos inhumanos de Pierre Lemaitre

escenificar un escenario amenazante y tan devastador como una peste, que es la pérdida del empleo cuando se tiene cierta edad y el sistema rechaza a ese tipo de parados porque es inhumano e implacable.

Pierre Lemaitre nació en París en 1951. Antes de ganar el Premio Goncourt 2013 con su novela Nos vemos allá arriba, ya era un escritor de renombre en el género policíaco. Con la premiada Irène, inició la serie novelística protagonizada por el comandante Camille Verhoeven, que incluye Alex, ganadora del Dagger Award y uno de los libros del año según el Financial Times -en curso de adaptación al cine por James B. Harris y con guion del propio Lemaitre- Rosy & John y Camille. Fuera de esta serie publicó, con una extraordinaria recepción del público y de la crítica, Vestido de novia, multipremiada y también en curso de adaptación al cine. Su obra, ya con más de tres millones de lectores, está siendo traducida a treinta idiomas. Ahora ha llegado a librerías su novela más reciente, Recursos inhumanos, Premio de Novela Negra Europea.

Es indudable que Lemaitre, a quien pude conocer en su reciente visita a Uruguay para presentar Recursos inhumanos, es uno de los escritores más exitosos de Francia, junto con Michel Houellebecq y Emmanuel Carrere.

Poseedor de una prosa precisa y clara, y una maleable imaginación para construir tramas entretenidas y personajes atractivos, logra con su última novela La historia de Recursos inhumanos se centra en el experimentado director de recursos humanos Alain Delambre, que está desempleado y que ha perdido toda esperanza de encontrar trabajo por lo que se siente cada vez más marginado. Cuando una empresa de reclutamiento considera su candidatura, Delambre está dispuesto a todo con tal de conseguir el empleo y recuperar su dignidad, desde mentir a su esposa hasta pedirle dinero a su hija para poder participar en la prueba final del proceso de selección: un simulacro de toma de rehenes. Sin embargo, su ira acumulada en años de perseguir inútilmente la oportunidad de integrar otra vez una nómina en una empresa no tiene límites... y ese juego de rol -esa bizarra charada para escenificar una selección de ejecutivospuede convertirse en un macabro juego de muerte.

El mensaje de la novela es claro: ¿Puede el paro convertirnos en una bomba de relojería a punto de estallar? Ese capitalismo salvaje y despiadado que se ha instalado en lo que antes era un mundo bipolar en lo político y en lo económico, cobra en el drama de Delambre un rostro inhumano y perverso que lleva a un hombre a saltar barreras impensadas y pelear, no ya por un empleo, sino por su vida y la de sus afectos más cercanos. Con humor, desencanto, crudeza y un realismo brutal, Lemaitre explora el lado más inmoral del mundo empresarial y los efectos perversos que el desempleo puede llegar a tener en cualquiera de nosotros.

Como ha sentenciado la crítica de Le Magazine Littéraire, esta novela es “un ejemplo brillante de cómo el género noir puede sacar ventajas de la crisis. Una trama dolorosa, pero placentera y atrevida a la vez, que consigue vengar a todos los desempleados, reales y potenciales.”

Una película: Dunkerque, de Christopher Nolan

Del director Christopher Nolan (“Interestelar”, “El Origen”, La trilogía de Batman “El Caballero De La Noche”) se ha estrenado “Dunkerque”, nombre simple que, para los conocedores de la historia de la II Guerra Mundial convoca a un episodio heroico, desastroso y desesperado, en especial para las tropas británicas, mayoritarias en el lugar. La película relata la Operación Dinamo, también conocida como el milagro de Dunkerque, una complicada evacuación del destacamento aliado en territorio francés que tuvo lugar a finales de mayo de 1940. Esta dramática retirada permitió el rescate de más de 200.000 soldados británicos y más de 100.000 franceses y belgas. No es posible resumir aquí la trama del film porque la inteligente estructura narrativa que presenta, con distintos lapsos de tiempo para los diferentes escenarios que convoca, la convierten en un puzle magistral que hace resignificar permanentemente los hechos que muestra. El breve comienzo con el desolado pueblo de Dunkerque se traslada enseguida a la playa donde miles de soldados esperan ser rescatados. De ahí se pasa al solitario muelle con un barco cargado de atribulados combatientes que esperan zarpar para volver a casa. Luego la acción sube a los cielos, donde una mínima escuadrilla de Supermarine Spitfires -apenas 3- se baten en heroicos combates aéreos con la aviación alemana que asedia barcos y playa para evitar que las tropas puedan ser rescatadas. Por último, un pequeño yate tripulado por civiles -uno de los tantos que la armada real había requisado para colaborar en el rescate por su bajo calado que les permitía acercarse a la costa- también es testimonio de heroísmo. Con una fotografía cargada de la tersura y el color de las imágenes de la época, una banda de sonido perfecta y omnipresente que combina la música con los sonidos reales del combate y un montaje que desarrolla en paralelo múltiples acciones en sitios y tiempos diferentes, Dunkerque es un film que reinventa el género bélico y lo convierte en un fresco donde el heroísmo y el tono épico ilustran un desastre militar que pudo ser mucho peor. Como dice un anónimo protagonista cuando al regreso y a salvo es alentado por el pueblo inglés: “solo sobrevivimos”. De las actuaciones poco se puede decir, porque Dunkerque rescata el drama colectivo y las vicisitudes del grupo, más que el periplo individual, que los hay y muy bien trazados. Será sin dudas una firme candidata al Oscar en varios rubros, además de mejor película. Absolutamente necesaria e imperdible.

Dunkerque [USA, Gran Bretaña, 2017] Dirección: Christopher Nolan, con Mark Rylance, Tom Hardy, Kenneth Branagh.

Dunkerque comienza mientras cientos de miles de soldados Británicos y tropas aliadas están siendo rodeadas por las fuerzas alemanas. Atrapados en la playa francesa, entre el 24 de mayo y 6 de junio de 1940, se enfrentan a una situación imposible mientras el enemigo se acerca. Hasta aquí podríamos estar hablando de una película de guerra más, pero sucede que Nolan convierte esta historia que ya se recreó en otros filmes en una experiencia cinematográfica superior que se erige como una de las diez películas bélicas más importantes de la historia.

Escudos for ever young Por Claudio Destéfano

Por Claudio Destéfano Si hay algo que identifica a un país es su bandera. Lo curioso es que los benjamines que dejaron de ser colonias británicas o francesas, o cuando se partió en decenas de pedazos la URSS, recurrieron a diseñadores contemporáneos para que adapten la indumentaria a los tiempos que corren. El periodista español Eduardo Casado estudió el fenómeno Croacia. “La camiseta actual (a cuadros rojo y blanco) es una de las más bonitas que se han visto sobre un terreno de juego. Aunque la Croacia como la conocemos ahora nació en 1990, en los años 40’, la selección croata jugó partidos no oficiales antes de la creación de Yugoslavia. En esa época, el uniforme era azul. Con la dolorosa desintegración del país balcánico, nacieron al mismo tiempo las diferentes selecciones. Croacia nacía como país y como selección y había que crear un uniforme, unos colores”. Crearon una “identidad corporativa”, no sólo para el fútbol, sino para el país en conjunto. “El encargo recayó en Miroslav Sutej, artista y diseñador gráfico croata, junto a una comisión de historiadores. También se le encargó el diseño de las monedas oficiales croatas”. Y agrega Casado: “Sutej lo tuvo fácil. Desde 1499, se tiene constancia de la existencia del sahovnica, que en serbocroata significa tablero de ajedrez y que es el nombre que se usa para describir los 13 cuadros rojos y los 12 blancos que componen el escudo croata”. En 1527 se usó como sello real de Croacia. El origen está, al parecer, en el escudo de armas de un rey de Croacia del siglo X. Pese a que la bandera croata no está basada en este tablero de ajedrez (está formada por una banda azul, una blanca y una roja, con el escudo en el centro), los cuadros croatas se usan por doquier en el bello país balcánico. “El 17 de octubre de 1990, Croacia debutó como selección de fútbol en un amistoso en el Maksimir de Zagreb ante Estados Unidos. Ese día se usó por primera vez el diseño de Sutej, que sorprendió a todos por su originalidad”. Con el tiempo, tanto Lotto como Nike, las marcas que fueron sponsor técnico de la Federación Croata, respetaron este diseño. En los clubes también hubo un Tsunami. Cuando los marketineros empezaron a cambiar los colores de las camisetas (preferentemente la alternativa, pues hay resistencia en retocar la titular), hasta hace muy poco lo que parecía intocable era el escudo. Hoy ya ni eso lo es. Con el correr del

tiempo, y por diferentes razones, hasta las instituciones más tradicionales tunearon sus emblemas. Algunos, por razones de estética y

rejuvenecimiento. Otros, por

meras cuestiones comerciales. Es interesante analizar los cambios que se realizaron en el mundo para rejuvenecer a lo último que parecía intocable: el escudo.

El Arsenal de Inglaterra tenía el cañón mirando a la izquierda, pero cuenta la leyenda que cuando desembarcó Emirates a la institución en 2006 (en la camiseta y con el naming del estadio) hizo una

“sugerencia”: que le gustaría que el cañón de los “gunners” no apuntara hacia La Meca. Desde

aquel entonces, se puede apreciar como las balas van hacia la derecha.

Tanto el Real Madrid como el Barcelona tienen una cruz en los tradicionales escudos. Pero la globalización (y el Manchester United, como precursor) los impulsó a abrir nuevos mercados. Todos sabemos que los musulmanes no se sienten cómodos con las cruces. Los madrileños y los catalanes “entendieron” el mensaje, y actuaron en consecuencia.

despiadada) de los fans. Algo similar sucedió con la Juventus, aunque en este caso el cambio fue mucho más profundo. De un escudo ovalado, con el emblema de Turin y los colores bianconeros que lo caracterizan (a ciencia cierta, a los ojos parecía ya bien moderno) los directivos de La Vecchia Signora contrataron a la empresa Interbrand para que les rejuveneciera aún más la cara. El nuevo escudo es bien sencillo, apenas una “J”, y tuvo muchas críticas. “Los ojos se acostumbrarán”, susurran los reformadores.

A veces, las definiciones de hacer cambios en los escudos no son simplemente estéticas, y sí muy estratégicas. El seleccionado holandés que participó en la Eurocopa de Naciones de Fútbol Femenino reemplazó al tradicional león del escudo por una leona. ¿Objetivo? Empoderamiento de la mujer y lograr una mayor identificación.

Dobles y triples

No solo en el fútbol se rejuvenecen los emblemas. La NBA está actualizando su isologotipo con vistas a una mayor presencia del mismo en todos sus productos, desde merchandising y prendas de vestir a medios digitales y sociales. Será la primera actualización que se realice en 48 años. La mayor competencia del baloncesto en el mundo le hará pequeños retoques a su logo, casi imperceptibles desde que nació en 1969. El tipo de letra más alto y delgado representa el juego de la NBA y sus atletas. Los colores se mantendrán en rojo y azul (para representar a los Estados Unidos) pero un poco más brillantes para que llamen más la atención.

Y este será un año muy importante para la NBA por dos razones: a) Nike reemplaza a Adidas en la indumentaria de todas las franquicias, y b) se incorpora una publicidad en la camiseta de los equipos. Estas dos circunstancias generan movimientos importantes, como el de la empresa del swoosh (para nosotros, la pipa) que trabajará en conjunto con los Cleveland Cavaliers, subcampeones del último torneo, para diseñar el isologo de los Cavs, que tienen como superestrella a LeBron James, embajador de Nike. En una acción bien novedosa, la franquicia con sede en Ohio, en colaboración con el Departamento de Diseño y de Marketing de Nike, rediseñaron el logotipo del equipo, pasando a una versión mucho más estilizada, moderna y más adaptada a las tendencias actuales dentro del mundo del diseño.

Pero no todas son rosas. Nike se pinchó con una espina de la empresa de Rob Gronkowski, estrella de los New England Patriots (uno de los principales

nombres de la NFL), cuyo isologo es muy similar al de Jordan Brand, una marca creada en tiempos del emblemático Michael Jordan y que pertenece a Nike. La marca Jordan es una filial de Nike, utilizada por la empresa de Oregon para vestir a seleccionados de básquetbol de países fuera de los Estados Unidos. Uno de los ejemplos es “El Alma”, denominación que ahora tiene el seleccionado argentino de baloncesto.

Nike llevó su discusión con la marca del jugador de la NFL a los tribunales en los Estados Unidos. ¿Motivo? El uso por parte de Gronkowski de un isologotipo muy parecido al de “Jumpman” de Jordan (nacido en los años 80’) para promocionar tanto su web de fitness como para una de sus empresas que alquila vehículos de alta gama para fiestas. Los tiempos cambian, sí, y los escudos de los clubes no son una excepción a la regla. Coming soon...

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