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Presentes en Wimbledon 2018
Como todos los años, socios de nuestro Club tienen la oportunidad de ver en vivo y en directo algunos partidos del Grand Slam más tradicional de todos: Wimbledon.
En esta oportunidad, una de las ganadoras del torneo, Lucía Sarno, y quienes salieron sorteados para viajar, Pablo Thiele y Santiago Mariño, partieron hacia Inglaterra para presenciar la semifinal femenina, invitados por el Banco HSBC y el CLTC.
Tras su regreso, hablamos con los viajeros.
¿Cómo fue la experiencia de viajar a Wimbledon?
Pablo: Como gran amante del tenis fue una experiencia única que viví gracias al HSBC y al Club. Uno siempre tiene la idea y la esperanza de poder asistir a Wimbledon, pero de alguna manera se va difiriendo ese momento hasta que al salir sorteado prácticamente no cabía otra opción, había que ir. El campeonato es verdaderamente mucho más que una competencia deportiva, es un mega evento social al que asisten jugadores y visitantes de todos los continentes, realmente uno se encuentra con las más variadas nacionalidades. El poder ver en directo las dos semifinales de damas en el Court Central fue espectacular. Pero además de los cuatro estadios cerrados donde juegan normalmente las mayores estrellas, hay 18 canchas en el Campus donde se disputan todos los restantes partidos de singles, dobles, en silla de ruedas, y uno puede estar a cinco metros de las figuras que normalmente se ven por televisión. Fue realmente emocionante, casi como estar jugando uno mismo.
Santiago: Para mí fue una doble satisfacción, ya que no conocía Londres y además cumplí mi sueño de ver un Grand Slam. Quedé maravillado con las instalaciones del All England y de la organización, fruto de años de experiencia. No se ve nada librado al azar y la gente es muy respetuosa.
Lucía: La experiencia fue fantástica. Había estado allí hace ya muchos años y está muy diferente todo. Mucho más grande, más movimiento. Es espectacular poder ver ese nivel de tenis personalmente. Es un evento impresionante, realmente.
¿Qué fue lo que más les sorprendió?
Pablo: La diferencia de jugar en los estadios cerrados o en las otras canchas. En los estadios reina durante los puntos un silencio absoluto, como estamos acostumbrados en el tenis. Hasta se escucha el canto de algún pájaro. Pero las canchas laterales están a 10 metros unas de otras, con un pasaje de tres metros de ancho entre las mismas donde el público camina, habla y cuando el juez de una cancha canta el “score”, uno tiene la duda si es de la cancha donde uno está parado mirando o proviene de la cancha de al lado. Todos se concentran en el silencio absoluto o en el bullicio y juegan perfecto.
Santiago: Para empezar, escuchar mi nombre en el sorteo. Una vez ahí, no me imaginé que Wimbledon es también un acontecimiento que va más allá de lo deportivo. Me sorprendió que los hoteles y comercios estaban decorados especialmente para el evento.
Santiago Mariño, Lucía Sarno y Pablo Thiele
previsto y no tenía entradas para otro día, fui igual e hice la cola para entrar a las canchas de afuera. Está todo muy organizado. La gente incluso acampa para conseguir entradas. Ya al llegar te ubican en la cola y te dicen cuánto tiempo vas a tener que esperar y si vas a poder entrar o no. Tuve la suerte de ingresar y ver varios partidos, incluso single caballeros, doble damas y los jóvenes. La experiencia fue muy buena.
¿Qué partidos pudieron ver?
Pablo: Aprovechando el viaje casi obligatorio fuimos unos días antes para ver unos cuantos partidos más, además de las semifinales de damas que eran las que nos habíamos ganado. Vimos jugar a Serena Williams, Kerber, del Potro, Zverev, Nadal, Federer, Djokovic, a Jamie Murray en doble mixto con Azarenka, al argentino Fernández en silla de ruedas, a diferentes juveniles y futuros campeones y también vimos ganar en dobles a nuestra raqueta número uno, Pablo Cuevas.
Santiago: Lamentablemente no conseguí entradas para los demás días que estuve. El jueves 12 vi las semifinales femeninas y algunos dobles de las leyendas, muy divertidos por cierto.
Lucía: Las dos semifinales de damas, pero además tuvimos la oportunidad de ver otros eventos: doble caballeros, doble damas, mixtos y tenis en silla de ruedas. Fue realmente fantástico. Poder ver personalmente desde una muy buena ubicación en la cancha central jugadores de la talla de Serena Williams, Ostapenko y Kerber fue impresionante. Me siento muy agradecida al Club y al HSBC por la oportunidad. La disfruté muchísimo.
Alguna anécdota que tengan para compartir...
Pablo: En el partido semifinal de Kevin Anderson contra John Isner, que duró seis horas, constantemente se oía en el silencio antes de iniciar cada punto una voz femenina en una punta del estadio que gritaba: “Come on Kevin”, y desde la otra punta otra que le contestaba “Come on, Johny boy”. Así durante las seis horas, pero cada vez con menos fuerza. Termina el partido y empieza la otra semifinal de Djokovic y Nadal y la misma voz, con un tono totalmente extenuado (habían pasado seis horas) grita: “Come on Nadal”. Todo el estadio estalló en risas.
Santiago: La primera noche en el hotel, todavía no había podido ver a Pablo y a Lucía. Nos encontramos recién a las 4:30 de la mañana en la vereda después que tuvimos que desalojar el hotel por una alarma de incendio. Fue muy cómico porque algunos salieron de bata o en pijamas. ¡Terminamos desayunando a la vuelta de la esquina!