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El mejor socio para tu emprendimiento

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Imagen Ejecutiva

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DOS DE CADA TRES FRACASOS EN LAS EMPRESAS SE DEBEN A DESAVENENCIAS ENTRE LOS SOCIOS. PERTENECER A ESE TERCIO PRIVILEGIADO QUE ALCANZA EL ÉXITO PUEDE ESTAR EN NUESTRA MANO SI SABEMOS ELEGIR AL PARTNER ADECUADO.

POR Estrella Flores-Carretero, Coach y presidenta del Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes (IEIE) Tener un socio puede constituir una gran ventaja profesional y personal: es alguien en quien apoyarse, con quien compartir trabajo, intercambiar ideas, sobrellevar problemas, encontrar soluciones, repartir dificultades y celebrar triunfos. Raramente es posible hacerlo todo uno mismo y, aunque así fuera, tampoco es necesario. La madre Teresa de Calcuta lo tenía muy claro: "Yo hago lo que tú no puedes, y tú haces lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas". Sin embargo, no se trata solo de tener un socio, sino de encontrar el mejor. Como el amor, pueden surgir a primera vista, pero eso no es lo habitual. Lo más probable es que haya que dedicar tiempo a encontrar a la persona adecuada para compartir cada tipo de negocio, una vez que sepamos lo queremos.

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EL MEJOR SOCIO ES EL QUE RESPONDA A LO QUE BUSCAMOS: FIABILIDAD, COMPROMISO, HONESTIDAD, COMPATIBILIDAD, RESPONSABILIDAD, VALOR, CREATIVIDAD, ESFUERZO Y, SOBRE TODO, COMPETENCIA EMOCIONAL.

Un consejo

La clave del éxito en toda relación humana (y comercial) está en la gestión de las emociones, en ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades, reconocerlas en nosotros y en los demás, para trabajar con respeto, asertividad y motivación.

¿Dónde buscar al mejor socio?

Excompañeros de trabajo. Los actuales y los pasados compañeros pueden ser candidatos a socios, porque ya conocemos su forma de trabajar: si son honestos, si acostumbran a quejarse por todo, si saben resolver, si se dedican a procrastinar... Haber pasado horas al lado de alguien, codo con codo, nos da una radiografía muy clara de quién podría ser un buen partner y quién queda descartado.

Amigos. Me parece que los buenos amigos pueden ser muy buenos socios comerciales; no todos, por supuesto, pero si sabemos elegir, tendremos ventajas, aparte de la confianza. Sin embargo, hay que ser muy claros con las reglas para evitar problemas. Para que un negocio funcione, hay que dedicarle mucho esfuerzo y un sinfín de horas de trabajo, y mejor pasarlas con quienes ya sabemos que nos llevamos bien. Muchas grandes empresas nacieron de la ilusión de amigos que un día tuvieron una idea de negocio y decidieron trabajar juntos para lograr sus objetivos. El único problema radica en que en algún momento pueda perderse la amistad... Familia. Tener empresas con la familia es lo más parecido a hacer negocios con amigos. Abundan los hermanos, padres e hijos y matrimonios que son también sólidos socios empresariales. Sin embargo, desde mi punto de vista, si la empresa no está bien definida y profesionalizada, en la segunda generación comienzan las dificultades. Los mismos valores inculcados desde la infancia a una primera generación son difíciles de mantener en el resto, pero la clave para continuar son el sentido del esfuerzo, la honradez, la pasión…

Oportunidades de networking.

Todos los eventos de trabajo en los que se conoce gente suponen una oportunidad de oro para encontrar socios comerciales. Lo importante es saber qué requisitos son imprescindibles para cada empresa. Por ejemplo, personalidades diferentes, pero compatibles. Es decir, una persona que es un desastre en las finanzas necesita un socio que sea competente en ese campo, alguien que equilibre sus deficiencias.

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