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FERIA DE SAN FERNANDO DE ARANJUEZ

ARANJUEZ

DANIEL DE LA MORENA

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Blog: © Andanada del 12

Dos festejos taurinos fueron la composición de la Feria Taurina de San Fernando en la bicentenaria plaza de toros.

VIERNES 28

Echando de menos la matillada de Vistalegre he cogido el coche de vuelta a Colmenar, pensando muy seriamente si de verdad merecía la pena volver el domingo. Volveré, claro que volveré, pero que cambien las cosas, por favor. Dos líneas muy diferentes siguieron los seis astados de la tarde en lo que a la presentación se refiere. Novillos los tres primeros y anovillados los tres que cerraron el cartel. Destacó el quinto, al que mi compañero de asiento, al que ya os presentaré, llegó a calificar de cornalón. Y terminó por desvirtuar la fiesta el segundo, cuyos pitones llegarían a tocarse la primavera que viene. En contra de lo que cabía esperar de una corrida elegida a dedo y cuidada durante la lidia, tampoco funcionó en la muleta. Los tres primeros acusaron falta de fuerza, y de ganas de luchar por su vida; y de los tres siguientes, quinto y sexto quisieron rajarse en varias ocasiones y el cuarto pasó como la tarde, sin más, pero más mal que bien. En lo que a la terna se refiere, la corrida de El Juli le quedó resumida a mi compañero de asiento una vez terminó de matar a su segundo. Alrededor de los 40, acompañado por su familia y unas cuantas copas, había llevado a su madre a ver al de Canillejas y poco le importó que “de vez en cuando se saltase el protocolo” porque eso “también mola”. Poderío, entrega, conexión con el público...a pesar de ello, cuando le expliqué mi punto de vista sobre lo bochornoso que me parece ver a los mulilleros remolonear por la plaza esperando la oreja y a Juli quejándose porque a la gente no le gusta la música porque no tiene tono de fiesta y no jalean su faena, quedó conforme con mi análisis y pensativo, bajó a por otro

Si no hay toro, no hay nada

Roca Rey, triunfador en cuanto a número de trofeos. Debajo, Manzanares, dos orejas.

ron. No anduvo mal Julián para lo que tuvo delante, pero teniendo en cuenta que es tan responsable de ello como sus compañeros de terna, lo perdonable pasa a dejar de serlo. En la misma línea anduvo Manzanares, que tras unas fechas de subidón, quiso volver a sentirse fuerte con algo un poco más light. Y todo lo que parecía que estaba cambiando volvió a sus cauces, claro. Me sorprende leer tantas cosas positivas en los medios taurinos, pues realmente sigo intentando hacer memoria sobre algún momento del alicantino a lo largo de la tarde y más allá de la estocada al segundo... me cuesta recordar nada. Recuerdo algo más de Paco Ureña. Y eso que recuerdo me hace recordar y pensar en la dimensión de torero que hemos echado a perder. Torea al natural con los pies juntos como los ángeles, como pegó tres al sexto. Y está interpretando los delantales con un gusto y un temple que cuando llegue Madrid... A pesar de ello seguiré diciendo que el toro saca lo mejor de Paco Ureña y no al contrario. Así y solo así, Paco Ureña es Paco Ureña. Mi vecino salió contento, jaleando que algún día volverían a ver a Julián,

Carteles de relumbrón, pero el toro no es el acorde a la categoría de la plaza

Paco Ureña paseó una oreja en la tarde del viernes.

enfadado con la banda porque vaya canciones más sosas habían tocado en el cuarto y el quinto, y mirándome raro porque no me había levantado a tirarle besos a Manzanres en ninguna de sus dos vueltas al ruedo y le había gritado a Ureña que “le echaba de menos con una de Victorino.” “Joder, el de la libreta y la cámara también da voces, y eso que no se ha unido a la fiesta en toda la tarde”. Yo me fui algo más jodido. Pero mañana, si Dios reparte suerte y los novillos embisten, la cosa será diferente. A la mitad del festejo Juli y Manzanares habían cortado una oreja y recibido 2 ramos de flores. En la segunda mitad, cada espada cortó un apéndice más y se sumó a la fiesta Paco Ureña. La suerte suprema es difícil ejecutarla tan mal durante toda la tarde. No le importó la colocación al público, pues entró a la primera y “mira que rápido se ha muerto”. Del tercio de varas, una tarde más, no hubo ni rastro. Manuel Rodríguez ‘Mambrú’ saludó una ovación banderilleando al quinto y Curro Vivas y Álvaro López ‘Azuquita’ hicieron lo propio en el sexto.

DOMINGO 30

Hoy anduve espabilado, y a sabiendas de que la corrida empezaría tarde -toreaba Andrés-, decidí anticiparme a la jugada con par de gin-tonics, que de buen gusto, aunque con algo de envidia, nos sirvió Bruno, el camarero del Restaurante el Tomate. De haberlo sabido antes, habría pedido alguno más, pues teniendo en cuenta que lo más emocionante de la tarde fue ver a la cuadrilla de Morante andurrear detrás de un gallo que uno de sus seguidores le lanzó mientras paseaba la oreja del primero... Lo que salió por toriles fue, una vez más, lo que algunos han pasado a denominar “el toro de Aranjuez”. Ni presencia, ni seriedad, ni bravura, y por supuesto, ni integridad. En definitiva, lo que otros llamamos, y perdonadme la expresión, una mierda. O por decirlo de una forma más correcta, un insulto a la fiesta. Eso fueron los 6 de Nuñez del Cuvillo, que una tarde más demostró que desde la marcha de Álvaro, las cosas no pueden llevar peor dirección. En lo que a la terna se refiere, no creo que nadie se fuese a casa decepcionado con lo que los tres toreros dejaron en el ruedo. Aunque si podrían haberlo hecho, teniendo en cuenta que son ellos, y solo ellos, los únicos responsables, junto a la empresa, de lo que sale de chiqueros, o de como decíamos antes, de insultar a la fiesta. Morante jugó sus bazas. Algo de lo suyo con el capote, gusto en la muleta y oreja del primero. Persecución al gallo, torería, bronca por la presentación del cuarto y cuando los pitos tomaban protagonismo, banderillas. Y a partir de ahí, armonía, calma y una ovación para sumar otra tarde más. Habrá que volver a verle. Daniel Luque demostró, por su parte, que está para acartelarse con las figuras. Si bien es cierto que debemos esperar a verle tras cuarenta y tantos festejos, Daniel llega al público como sus compañeros de cartel. Dejo detalles de su gusto con el capote, que en muchas ocasiones poco tiene que envidiar al de otros. Y con la muleta, acostumbrado a otro toro, pareció fácil todo lo que hizo. En el terreno indicado lidió al segundo que no tardó más de una

28 de mayo de 2021. Toros de Garcigrande.

‘El Juli’. Oreja y oreja. J. M. Manzanares. Oreja y oreja. Paco Ureña. Ovación y oreja.

30 de mayo de 2021. Toros de Núñez del Cuvillo.

Morante de la Puebla. Oreja y ovación. Daniel Luque. Dos orejas y oreja. Roca Rey. Oreja y dos orejas.

tanda en buscar la “pelea” en toriles y con otros aires pudo hacerle faena al quinto, que aunque llegó menos al tendido, sobró para cortar otra oreja. También “estuvo en tipo” Andrés Roca Rey, que toreó de salón mientras su compañero ponía el segundo al caballo, se gustó ajustándose la montera antes de dar orden para la salida del sexto y como no, volvió a arroyar. Guste más o menos su concepto, tenga las cosas más o menos a favor, deje los toros más o menos crudos, tenga validez su toreo para triunfar donde se forjan las verdaderas leyendas, Andrés cortó otros tres apéndices en la tarde de ayer. Una vez más, y perdonad que lo convierta en un fijo en estos resúmenes al final de cada crónica, ni rastro del tercio de varas. Destacó un quite de Morante a Juan Contreras, que estaba cogido por el quinto hasta que apareció por partida doble, el capote del de la Puebla. Ya en casa, mi padre, que había leído las crónicas de los principales medios, me dijo que “vaya corrida de toros había visto”. Le dejé entrever el peso de cada una de las orejas que se habían cortado, explicándole que deben ser como el toro, “de Aranjuez” o lo que viene a ser lo mismo que “de pueblo”. Fijaos si fue buena la tarde, que hasta Daniel y Andrés se animaron a salir a hombros, como si de repente ya nada importase. Como nada importaba la integridad, la mascarilla, la distancia de seguridad en los aledaños durante la previa y la salida a hombros... en fin esas cosas que deben importarnos si queremos volver a una plaza de toros. Y es que viendo tardes como las de ayer, parece que a nadie, le importa la fiesta.•

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