TERCERSECTOR Una publicación de la Fundación Del Viso
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N° 73
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La pobreza y la falta de crédito impiden a millones de personas acceder a una vivienda digna. Desde el sector social y académico impulsan alternativas para dar respuesta a quienes habitan en condiciones de hacinamiento
Un techo
PARA VIVIR
Staff É Dirección General
Marcos Cytrynblum
Sumario 7 Nota de tapa En busca del techo propio
É Editora General
Silvia Fiore É Coordinación y producción periodística
18 Reflexiones frente a la crisis Mario Roitter
Carmen Boccuti
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20 El Reportaje É Edición
Sebastián Oliel É Arte y diseño
Walter Molina É Colaboraron en este número
Ailín Bullentini, Rosalía Costantino, Adriana Schettini, Eva Amorín, Sebastián Hacher, Esteban Vera, Evelyn Arach, Ricardo Caiguara, Alejandro Cánepa, Adrián Figueroa Díaz, Natalia Calisti, Karina Lugones, Silvia Marchant, Iván Pérez Sarmenti, Luciana Rosende, Gonzalo Becher, María de los Ángeles Riedel, Julián Blejmar
Martín Seefeld 24 Sociedad En busca del mal menor 27 Aguafuertes Ojo de pez 32 Educación
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Para incluir a los chicos 45 Cooperativa La Segunda. Asociados en el progreso
É Fotografía
Ignacio Sánchez, Cooperativa Sub-coop Foto de tapa: Gentileza Revista 23
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51 Medios Condenados por la prensa
É Corrección
Fernando Orecchio É Comunicación y publicidad
54 Internacional Defender la tierra
Valeria Grimberg
58 Discapacidad É Asistente
Daniela Crucil É Impresión
Artes Gráficas Buschi S.A. É Distribución
Brihet e hijos S.A.
Para superar barreras 62 Camino al andar
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Uno entre los pibes 65 Cultura Especta-actores en escena
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68 Salud Síndrome de Turner
TERCERSECTOR Premio Adepa / Bien Público Es una publicación editada por
71 Granitos de arena 73 Me cambió la vida Ariel V.
Fundación Del Viso Personería jurídica 168/88 Jorge L. Borges 2297 (1425) Buenos Aires, Argentina Telefax: 4832-1762/7996/7985 R.N.P.I.: 350839 E-mail: produccion@tercersector.org.ar Homepage: www.tercersector.org.ar
Año XV - N° 73 Octubre 2009 (BIMESTRAL)
74 El invitado Federico Andahazi
RSE
65 Dossier
É Gdfe Apuesta al desarrollo
É Hacia una meta común
É Shell Argentina Premiar el talento
É Pertenecer para crecer 3
Editorial
Bajo las chapas Margarita se levanta a las 5 para procurar que a la noche haya algo que cenar en la mesa donde comen 6. Trabaja como empleada doméstica, en hogares parecidos al suyo, pero muy diferentes. Le toca limpiar casas donde no se siente el frío, hay espacio suficiente para todos, las paredes están pintadas y los pisos alfombrados. El regreso a su casa, en realidad casilla, en la villa de Soldati, la confronta con la inequidad. Allí donde duermen los suyos no queda espacio para la queja: se aprende a sobrevivir a la lluvia que se cuela por las chapas, el suelo húmedo, los plásticos que obturan los tablones, la falta de cloacas, el miedo a la violencia. Y el estigma de ser villeros. Como ella, cientos de miles de familias se amontonan en asentamientos precarios adonde llegan en busca de un lugar donde dormir, con lo puesto. Algunas estimaciones sostienen que superan los 16 millones las personas que viven en condiciones precarias, hacinadas, sin acceso a los servicios más básicos. Hace algunas décadas, muchos se trasladaban desde las zonas rurales hacia los centros urbanos en busca de mejores condiciones de vida. Pero cuando la crisis se instaló, crecieron los movimientos de ciudadanos hacia el conurbano y la capital porque ya ni quedaban monedas para costear el transporte. Es que se sabe que pobreza hay en todas partes, pero en la ciudad todavía queda la esperanza, aunque más no sea de cartonear. Para muchos ésa es la única salida posible. O la entrada. Porque caen en la trampa de la pobreza de la que será muy difícil escapar. La falta de techo digno es apenas un síntoma de todas las otras carencias, pero es uno de los factores que impide conseguir un empleo, el salvoconducto indispensable para acceder a un crédito y aspirar a una vida mejor. Las iniciativas generadas desde la unión de los propios vecinos, o con el apoyo de organizaciones del sector social, e incluso del ámbito académico, contribuyen a mejorar en parte la situación de quienes no tuvieron otra opción que acostumbrarse a vivir bajo las chapas. A través de planes de urbanización con miras a alcanzar el título de propiedad, la conformación de cooperativas de vivienda, o la implementación de sistemas de autoconstrucción de casas económicas, surgieron como soluciones posibles. Pero en varios casos no lograron superar la figura del paliativo. La respuesta a una situación habitacional deficitaria que se agrava en el contexto de pobreza, sigue demorada y amenaza con tornarse utópica si no es asumida como una deuda que incumbe a todos los actores responsables. Especialmente al Estado, al que se le reclaman estrategias de promoción no sólo de la vivienda, sino también de rescate social de miles de personas sumidas en la miseria y la exclusión. Políticas que superen la urgencia y, en cambio, que estén orientadas a cumplir con la obligación de garantizarles también a ellos el derecho a vivir como corresponde. 5
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TECHO DIGNO
En diez años, la población de las villas porteñas casi se duplicó y en el conurbano bonaerense sigue creciendo. La pobreza, desocupación y falta de acceso al crédito, alejan a millones de personas de una vivienda digna. Desde el sector social y académico impulsan alternativas para atender a quienes habitan en condiciones de hacinamiento, carecen de los servicios más básicos y padecen la estigmatización social de no tener dónde vivir.
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Nota de tapa TEXTOS AILÍN BULLENTINI Y ROSALÍA COSTANTINO
lovió toda la semana. Se nota por los charcos que, uno tras otro, aún resisten en la calle de entrada a la Villa 3, en Villa Soldati, que se angosta en el horizonte hasta convertirse en pasillo. El suelo de tierra no logra absorber el agua caída, y el olor a cloaca lo inva-
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de todo, hasta las habitaciones donde la gente sobrevive. Ese olor inunda los dos ambientes que Nadia y Daniel comparten desde hace diez años. El mismo tiempo que entre 1991 y 2001 tardó la población de las villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires en crecer un 77 por ciento, hasta rasguñar los cien mil habitantes, según los censos llevados a cabo durante esos años. A
plia “con luz y dirección. Acá no existe el domicilio”. Así, con la suerte que significa en la actualidad no formar parte de la masa de argentinos desocupados, lograron esquivar por poco el hacinamiento. Pero no tuvieron el mismo éxito en escapar de las deficitarias condiciones de hábitat. Mientras una realidad de chapa y cartón los envuelve y minimiza al apelativo de “villeros”, desde la ile-
“Ahora, la villa es el lugar donde la gente del conurbano se muda para que su tiempo y el poco dinero les rinda, ya que las fuentes de trabajo, en su mayoría construcción y el cartoneo, están en el centro.” Raúl Zavalía Lagos poco de cumplirse una nueva década, las proyecciones de los organismos oficiales vaticinan una duplicación de esa cifra. Nadia siempre vivió en la Villa. Allí conoció a Daniel, con quien intentó armar una historia compartida en una pieza de la casa materna. “Imposible. Demasiado chico el espacio para todos”, recordó ella. Tuvieron suerte de encontrar una casa un poco más am-
Créditos hipotecarios, sólo para pocos penas una quinta parte de los trabajadores asalariados argentinos (4 millones de personas) está en condiciones de acceder a un crédito hipotecario, según cálculos de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), entidad que desde el año pasado puso en marcha el Programa Hábitat Social, para aportar ideas tendientes a mejorar la situación de quienes viven en asentamientos precarios. Desde la SCA, estimaron que “son alrededor de 3 millones las familias argentinas que residen en viviendas que no cumplen con las normas de habitabilidad adecuadas, de las cuales 700 mil casas están en estado irrecuperable o se encuentran emplazadas en zonas aledañas a las vías del ferrocarril o a los costados de ríos contaminados”. En 2006, el Gobierno Nacional puso en marcha un programa de préstamos para inquilinos más flexible. Ese año el Banco Nación recibió 1.725 solicitudes en la Ciudad de Buenos Aires, de las cuales el 60 por ciento obtuvo el crédito. Al mes de agosto de 2007, esa entidad había recepcionado otras 1.622 y aprobó la mitad. A nivel país, los datos parecen más alentadores: el 70 por ciento de los pedidos fueron admitidos. El año pasado, en tanto, la institución entregó 150 millones de pesos en 1.050 créditos a inquilinos porteños, mientras que en el resto del país, se efectuaron 4.750 erogaciones, por 350 millones de pesos. Para aplicar a estos créditos, se requiere la presentación de un contrato vigente de alquiler y las seis últimas constancias de pago de la locación, más un recibo de suelo o factura del monotributo. Para un recibo de 1.500 pesos, que puede acreditar un grupo familiar, el banco le otorgará 40 mil pesos, que serán devueltos en cuotas de 600 pesos a 30 años, aunque a partir del 2012 la cuota variará.
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galidad, la pareja intenta legitimar la ocupación de suelo ajeno y deshabitado con la fuerza de la necesidad de un techo bajo el cual vivir. Ellos forman parte de las miles de familias que “viven de prestado”, que a duras penas logran generar recursos para alquilar una habitación en un hotel o pensión. Si bien no existen números oficiales que abarquen la problemática y la reflejen en su etapa más actual, las estimaciones permiten asomar las narices al análisis del déficit habitacional. La proyección a 2006 del último censo realizado en el país advierte que son 16 millones los argentinos sumidos en esta condición. De los hogares encuestados en aquel entonces en el Área Metropolitana de Buenos Aires, poco más de 712 mil presentaban algún inconveniente en su construcción o en las condiciones de habitabilidad. El 57 por ciento directamente fueron considerados irrecuperables. El aumento no sólo se explica por la superpoblación de los espacios ya creados, sino que además desde 2001 a la actualidad se conformaron lo que los expertos llaman, a distancia, “nuevos asentamientos urbanos”. En un trabajo realizado en 2007, la Defensoría del Pueblo detectó 30 nuevos espacios a los que caracterizó como “asentamientos intersticiales que se implantan en espacios vacantes dispersos en distin-
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tos puntos de la trama urbana: a la vera de las vías del ferrocarril, debajo de las autopistas, en terrenos baldíos y plazas” y que “presentan una precariedad extrema en sus construcciones, carecen de los servicios más elementales y se encuentran
sobre terrenos inadecuados, peligrosos e insalubres para las familias que los habitan”.
De transitorio a permanente Hasta mediados de la década del ’70, la villa era un lugar de paso, un
La emergencia en números 167.500 personas habitan en 25 villas y asentamientos precarios de la ciudad de Buenos Aires, según el cálculo de la Defensora del Pueblo porteña. 891 villas de emergencia existen en el gran Buenos Aires, según las estimaciones de la organización Infohabitat.
26 mil son las personas que viven en la villa 31 y 31 Bis, de acuerdo al censo realizado por el gobierno porteño. Y 60 mil serían, aproximadamente, según estiman los vecinos. 50 mil personas viven en la 1-11-14 del Bajo Flores. 50 mil habitantes tiene villa Itatí, en Bernal y Wilde, según la organización Etis. 40 mil vecinos viven en La Cava, San Isidro, según estimaciones de OSC de la zona. 100 mil personas viven en 200 villas del Partido de La Matanza, según la Federación de Tierras y Viviendas.
espacio donde se establecía transitoriamente la gente que llegaba desde el interior del país a la Ciudad en busca de trabajo, mientras accedía a un lote en el Gran Buenos Aires y, con mucho esfuerzo, comenzaba a construir allí su casa poco a poco. Hoy la posibilidad de generar ese traspaso “es prácticamente imposible –opinó el presidente de Fundación Provivienda Social, Raúl Zavalía Lagos–. Ahora, la villa es el lugar donde la gente del conurbano se muda para que su tiempo y el poco dinero con el que cuentan rinda, ya que las fuentes de trabajo, en su mayoría construcción y el cartoneo, están en el centro.” La inexistencia de políticas estatales de loteo con servicio en la provincia se suma al interés que despiertan los grandes espacios de tierra libre del conurbano entre las clases de mayor poder adquisitivo, lo que complica aún más la situación de los que están peor que la mayoría. “El conurbano no es más de los pobres. Ahora, ellos tienen que disputárselo con los barrios privados y countries”,
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Según proyecciones basadas en el último censo, 16 millones de personas se encuentran en situación de déficit habitacional en el país.
analizó María Cristina Cravino, antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Ungs). Es que en la actualidad, basta aplicar nuevas tecnologías para mejorar un terreno que antes era rechazado por inundable. Por otro lado, la última dictadura dispuso por decreto que el Estado debía ofrecer lotes con infraestructu-
ra –conexión de agua, luz y caminos–. Entonces, lotear dejó de ser negocio y la gente quedó en manos del mercado, que le ofrece oportunidades cada vez más inalcanzables.
Tablones y chapas Nancy y Natividad alquilan una pieza en el barrio de Pompeya, donde se acurrucan con sus cuatro hi-
Una lupa sobre el barrio l 42 por ciento de los vecinos de cinco barrios de la localidad Cuartel V, en el partido bonaerense de Moreno, sufría enfermedades respiratorias como tos, asma y bronquitis. Hoy, ya no. Fueron determinantes las mejoras en las condiciones habitaciones que llegaron de la mano del tendido de gas natural promovido por la Fundación Pro Vivienda Social (Fpvs). Luis Basualdo, responsable del área de Relaciones Institucionales de Fpvs, afirmó que al acceder a ese beneficio, la cocción de los alimentos es diferente y ello repercute en la salud de la población: los vecinos dejaron de presentar problemas respiratorios y gastrointestinales, ejemplificó. Con el fin de medir el impacto de las mejoras impulsadas en la zona y contar con información que permita diseñar políticas públicas, la entidad, junto con la Universidad Di Tella, llevó adelante el Observatorio de Desarrollo Barrial, un trabajo de campo que involucró a 400 familias en 2006 y a otras 800 en 2007, sobre un total de 4 mil, que habitan en la zona. Entre otros datos, el estudio reveló que la mitad de los habitantes trabaja como obrero o empleado y el 13 por ciento vive de changas. En tanto, el 54 por ciento no realiza aportes jubilatorios y cerca de tres de cada diez personas no completaron la primaria. El relevamiento también sacó a la luz que sólo seis de cada diez viviendas (en la actualidad ascendió a siete de cada diez) tienen paredes con revoque, los baños no cuentan con cañería de agua caliente, mientras que los servicios básicos como gas, cloacas y asfalto brillan por su ausencia. Existe una red precaria de agua, a la cual accede el 70 por ciento de la población, las calles son de tierra y la recolección de los residuos es deficiente. “Las cifras buscan monitorear la llegada de los programas de la fundación pero muy especialmente contribuir con información precisa a la definición de políticas públicas hacia los sectores más desfavorecidos”, explicó Basualdo, para quien los datos analizan también los procesos de la economía informal y dan a las empresas un panorama de situación a la hora de evaluar posibles inversiones.
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jos. Que el piso de la cocina-comedor se convierta en cama todas las noches no es el problema más grave. De hecho, la casilla que lograron levantar con algunos tablones de madera y chapas en el barrio 17 de Noviembre, a 10 cuadras de Puente La Noria y de la Ciudad de Buenos Aires, es más pequeña aún. “No podemos sostener más el alquiler. Ha-
“Las posibilidades de saltar de una villa al mercado formal de vivienda son nulas. Se necesitan por lo menos 20 mil pesos en efectivo para comprar un lote en una zona muy mal ubicada del conurbano, casi sin servicios.” María Cristina Cravino ce tres meses que no llegamos a pagarlo”, justificó Nancy en susurros. Sobre un extenso predio que durante décadas permaneció deshabitado, cerca de 3.600 familias levantaron el barrio nacido de una de las tomas de tierras más grandes de la historia del conurbano bonaerense. El proceso de construcción comenzó apoyándose en la organización de
Nota de tapa los vecinos, que poco a poco se fue perdiendo hasta llegar a lo que es hoy: una lucha de supervivencia, donde el más apto logra asomar a la superficie, y el menos termina hundiéndose entre escombros y agua estancada. La aprobación de la ley
de expropiación –primer paso para que el Estado adquiera las tierras y arme los planes de pago para vendérselas a la gente– fue el único gesto estatal concreto. El resto, diseño de calles, extensión de redes de agua y luz e instalación de cloacas,
Obras estancadas No hay financiación. Está todo estancado”, concluyó María Alejandra Meiriño. Su familia integra la Cooperativa de vivienda Domingo 7, que luego de cinco años de espera sólo cuenta con el terreno donde supuestamente se construirán las casas para albergarla a ella y al resto de las familias. De las 519 cooperativas que se hallan inscriptas en el programa de créditos que el Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) maneja en el marco de la porteña Ley 341, son 40 las que se encuentran en estado de paralización, como es el caso de Domingo 7. Desde que se aprobó la norma, hace casi 10 años, sólo se terminaron 11 obras. La Ley 341, votada por la Legislatura porteña en 2000 y modificada un año más tarde, fue el puntapié que obligó al IVC a instrumentar un programa de otorgamiento de créditos con tasas de interés mínimas para la construcción de viviendas a “sectores sociales de escasos recursos en situación crítica habitacional”. Para formar parte del programa, las familias con necesidad de una casa propia y que no pudieran ingresar al sistema crediticio de la banca privada, debían constituirse en cooperativas, mutuales o asociaciones civiles sin fines de lucro. La lucha de los integrantes de las cooperativas logró que los legisladores porteños destinaran 76 millones de pesos del Presupuesto anual para 2009 a la norma que los ampara. Cuando “en el proyecto de presupuesto elaborado por el Gobierno, la ley contaba con cero pesos”, apuntó la mujer. En marzo último, el organismo comunicó a las familias que no tenía más presupuesto. Un saldo negativo para los 10 mil habitantes nucleados en las más de 500 cooperativas porteñas.
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recae a diario sobre la espalda de los vecinos. “En las personas que toman tierras en el conurbano hay una búsqueda de estabilidad, de sueño concretado. No hay que analizarlo como un lugar de donde quieren irse, sino como un lugar que puede ser propio con un proceso de lucha para mejorarlo muy grande”, opinó Cravino.
Soluciones al déficit Varias aristas se combinan, enredándose, para arrojar a la gente a las villas; los asentamientos precarios; las casas sin revoque, sin agua potable, ni gas natural: desocupación, falta de educación, quiebre de lazos sociales, discriminación. Pobreza. “Son cuestiones de fondo que es necesario atender en el momento de pensar una solución. Nada de esto se resuelve sólo con la construcción de casas”, sostiene con énfasis Fernando Ojeda, uno de los creadores de la Cooperativa El Ceibo, que trabaja desde 1989 con personas que viven en casas tomadas del barrio porteño de Palermo, y
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uno de los coordinadores de la Red Hábitat Argentina, un espacio interinstitucional conformado por organizaciones de todo el país que trabaja en la temática. Para Cravino, en tanto, “las posibilidades de saltar de una villa al mercado formal de vivienda son nulas.
Se necesitan por lo menos 20 mil pesos en efectivo para comprar un lote en una zona muy mal ubicada del conurbano, casi sin servicios. Y a eso hay que sumarle el costo de construcción. La capacidad de ahorro de las personas que están en ese rango de situación, cuando tienen la
Viviendas más económicas esde la Escuela Técnica Nº 34 Ingeniero Hermitte, en la Ciudad de Buenos Aires, el coordinador del área de Construcciones, Jorge Lema, creó junto con sus alumnos una nueva alternativa de vivienda social de fácil construcción y bajo costo, sin descuidar la calidad del inmueble. Al proyecto lo bautizaron Prototipo de Vivienda Bioclimática de Interés Social (Provibis). Esta experiencia pedagógica se puso en marcha en 2003 y se inscribe dentro de los procesos de enseñanza de ese secundario. Su edificación supone un 30 por ciento de ahorro del costo de las viviendas económicas tradicionales. “Los estudiantes realizaron distintos proyectos de viviendas para vecinos humildes llegando a pautas constructivas muy simples. En la planta baja idearon un espacio social único (comedor, cocina, lavadero) con baño y cocina más un ambiente para que duerma la abuela o una persona con discapacidad. La planta alta está compuesta por dos dormitorios que conforman también un espacio único dividido con placard o cortina. Todo en 5 metros x 5 x 5 metros de altura”, precisó Lema. Lo novedoso de la técnica radica también en que las unidades se ensamblan entre sí minimizando la cantidad de medianeras, al tiempo que contempla la bioarquitectura y la sustentabilidad; genera recuperación de agua de lluvia para tirar en el inodoro y riego; responde a los conceptos de autoconstrucción –porque se busca que los propios beneficiarios ayuden en la edificación de la que será su casa– y se puede realizar por etapas, permitiendo ampliar los espacios una vez que se hizo la estructura externa. Tampoco necesita luz durante todo el día ya que tiene un novedoso sistema de iluminación central. “Buscamos poner a disposición del sector social y las cooperativas de trabajo todo el conocimiento académico necesario para mejorar las condiciones de vida y habitabilidad de los vecinos que viven en riesgo social. Los planos están a disposición de quienes deseen aplicarlos”, sentenció Lema, quien además preside el Instituto para el Desarrollo de la Vivienda (Indevi).
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suerte de tener un trabajo, no da abasto para generar esa cantidad de dinero. Y para alquilar no se puede pensar en tener menos de mil pesos, más una propiedad en la Ciudad como garantía”. Frente a la imposibilidad de contar con los recursos necesarios para adquirir un techo propio, la unificación del esfuerzo entre las personas que se encuentran en la misma situación se convierte en la única salida. “La gente que está sumergida en la problemática tiene una visión solidaria que no tiene el resto. Son voluntarios en la mejora de otras casas porque saben que eso es ayudarse a ellos mismos”, sostuvo Zavalía Lagos. En la solidaridad se apoya, desde hace más de 15 años, el programa de mejoramiento de viviendas de Provivienda Social, un proyecto que consiste en la adquisición de créditos solidarios entre pequeños grupos de familias de cara a la puesta a punto de sus casas. Para ello, adquieren un monto de hasta 5 mil pesos a una tasa de interés mínima, y cada una se convierte en garante del pago. Hábitat para la Humanidad se abo-
“Se toma a la obra de construcción como herramienta para trabajar otras cuestiones que tienen que ver con los lazos sociales.” Gabriel Nosetto ca a “apoyar la producción social de hábitat para facilitar el proceso natural que la propia gente lleva a cabo en la construcción de su entorno”. Desde la entidad ofrecen servicios de créditos a las personas de bajos recursos, pero también capacitación técnica respecto de los procesos de construcción y conformación de barrios y a la provisión de recursos humanos que den una mano en las tareas. La representante de la OSC en Argentina asegura que “no hay un
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programa igual a otro ya que tratamos de adaptarnos a las necesidades de la gente”. A diferencia de Provivienda Social, los créditos de esta organización son individuales: “El monto que recibe cada familia no está ligado a un grupo, por lo tanto cada uno se hace cargo de su crédito y no se ve afectado si otra familia dejó de abonar”. El destino del dinero puede ser desde la construcción y mejoramiento de la casa hasta la puesta a punto del barrio en sí. Otro caso es el que existe en la provincia de Buenos Aires, donde una veintena de organizaciones sociales y de base unieron fuerzas para pensar e intentar soluciones al déficit habitacional. Conforman el Foro de Organizaciones de Tierra, Infraestructura y Vivienda de Buenos Aires (Fotivba), en el que se articulan dos tipos de entidades: las de corte técnico-instrumental y las de base. Las primeras, integradas por técnicos, arquitectos y trabajadores sociales, entre otros profesionales, se orientan a la promoción y desarrollo, a nivel organizativo. “Se toma a la obra de construcción como herramienta para trabajar otras cuestiones que tienen que ver con los lazos sociales. Es la llave que permite abrir el campo social de la falta de un techo”, apuntó Gabriel Nosetto, integrante de Madre Tierra, una de ellas. Muchas de estas organizaciones ofrecen lotes a personas de bajos recursos: compran parcelas de tierra, las dividen y las nutren de servicios de infraestructura para luego iniciar planes crediticios. Otras colaboran en la construcción propiamente dicha de las casas, junto con las agrupaciones de vecinos en los barrios, donde se roza la piel de la problemática. “Nosotros participamos en la creación del barrio entero. Yo sé cómo se hizo mi casa, cuántos ladrillos me llevó. Conozco el sacrificio. Muchos nos preguntan por qué decidimos quedarnos acá, si vivimos en malas condiciones. Les contestamos que nos quedamos porque esto es nuestro”, remarcó Osvaldo Francés, miembro de la comisión directiva del barrio San Cayetano, en Rafael Calzada, que también integra el Fotivba.
OPINIÓN
Un sueño aún lejano POR ERNESTO PASTRANA Y VERÓNICA DI FRANCESCO ✱
El crecimiento del parque habitacional en lo que va de la década se presenta bajo la forma de un aumento en extensión y densidad poblacional en las villas, el surgimiento de los denominados Nuevos Asentamientos Urbanos, junto al auge de la construcción de unidades habitacionales destinadas a los sectores de ingresos medio altos y altos. Actualmente, un 61 por ciento de los hogares porteños es propietario de su vivienda, el resto es inquilino (21 por ciento) o habita una vivienda deficitaria o en condiciones de tenencia precaria (18 por ciento). Este último valor incluye los hogares ubicados en villas miserias, hoteles-pensión, inquilinatos e inmuebles tomados. Las posibilidades de que los propietarios cambien de vivienda para adaptarse a sus necesidades actuales, que los inquilinos pasen a ser propietarios, o que los nuevos hogares accedan a la propiedad son bajas en un contexto donde la distancia entre el valor de los inmuebles y el nivel de ingreso es cada vez mayor y prácticamente no existe oferta de crédito hipotecario. El Gobierno de la ciudad continúa sin mejorar las condiciones de habitabilidad de la población de las villas, y la urbanización de éstas es aún una cuenta pendiente. Las acciones ejecutadas se dirigen a la entrega de subsidios en caso de desalojos o para familias que se encuentren en una situación de emergencia habitacional. Las políticas de vivienda, de hecho, se trasformaron en programas sociales dirigidos a dar soluciones coyunturales y a contener el conflicto social, sin resolver la situación estructural de desigualdad. En tanto, en la inversión en infraestructura urbana, se constata una desigual distribución de los recursos priorizándose la zona norte de la Ciudad. Para resolver la problemática habitacional hay que relacionar la capacidad adquisitiva de los salarios y las políticas públicas. Si el 20 por ciento de los hogares de mayores ingresos percibe en promedio 3.500 pesos y el valor mensual de un alquiler asciende cómo mínimo a mil, suma que deberá duplicarse si se quiere acceder a un crédito hipotecario, la baja capacidad adquisitiva de los salarios sólo podría ser compensada con la oferta de créditos con un alto nivel de subsidio. Dicha oferta, a su vez, disminuiría la demanda en el mercado locativo ocasionando una baja en el precio de los alquileres que han registrado constantes aumentos en los últimos años. ✱ Sociólogos. Profesores e investigadores de la UBA.
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La toma que se convirtió en barrio De día convivía entre oficinas de lujo y baños de paredes de mármol. A la noche, al llegar a casa casi no tenía dónde higienizarme, y menos ducharme. La decisión fue muy dura al principio, pero confiábamos. Sabíamos que en algún momento tendríamos la casa propia”. A puro pulmón, y contra todas las vicisitudes, podría resumirse la forma en que la familia Rojas conquistó su espacio. Ése que hoy es “digno de habitar” pero que hace no más de un cuarto de siglo era apenas “un rancho, con cuatro paredes de cartón, chapa y plástico, en medio de una laguna, y la nada”. Allí, las velas fueron las que iluminaron durante mucho tiempo, mientras que al agua accedían a través de un vecino generoso que no escatimó en prestar el servicio, cuando el resto miraba desconfiado y con malos ojos a los “ocupas” que venían a “crear una villa en el barrio”. Se trata de la primera gran toma del partido de Avellaneda pero con una meta clara: “Trazar calles y lotear el terreno para construir un barrio convencional, no una villa”. A sólo 10 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, Elsa y Ramón Rojas constituyen un ejemplo de cómo con organización vecinal, participación, persistencia y perseverancia el déficit habitacional puede cambiar su cara. En la localidad de Villa Domínico, partido de Avellaneda, al sur del Gran Buenos Aires, hace 25 años las inmediaciones de las vías del ferrocarril, en el tramo este, eran un abismo. “Terrenos muy bajos, que se inundaban cada vez que llovía. Sin luz, agua ni gas. Pero decidimos tomarlo porque era eso o nada. Sólo podíamos pagar un alquiler mientras que acceder a créditos bancarios era imposible. Pero nosotros siempre lo tuvimos bien en claro: construir nuestra propia casa, no usurpar propiedades de los demás a costa de los otros”, recordó Elsa sobre el inicio de una extensa lucha y sacrificio. Con dos pequeños hijos, y junto a otras 70 familias, en enero de 1984 tomaron el predio. Luego llegó el arreglo con la propietaria, quien le facilitó la compra del terreno –difícil de comercializar por las condiciones en las que estaba– en 48 cuotas “a un valor que representaba una tercera parte del alquiler que pagábamos por aquel entonces”, calculó Ramón, de 67 años. La conexión energética fue el primer servicio que encararon los vecinos recién a unos tres años de la toma, tras intensas gestiones con la comuna. Para el tendido de agua y el alumbrado, agrupados en una Junta Vecinal le pidieron ayuda a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Avellaneda para que los estudiantes del último año aportaran los conocimientos técnicos en concepto de pasantía. Hoy, uno de los alumnos que participó de esa experiencia es el intendente del partido. “A través de kermeses, festivales, bingos y venta de comida juntábamos los fondos para los materiales, como cables, lámparas, caños, mientras hacíamos el zanjeo para la red de agua potable y el desagüe pluvial”, recordó Ramón. Lo último en llegar fue el asfalto, hace unos meses nada más, “aunque a los siete años de ocupar el predio ya habíamos terminado nuestra propia casa de material, que con el tiempo seguimos ampliando y mejorando”, subrayó eufórico en un gesto por alentar a aquellas personas que no se animan a vivir en un lugar “a primera vista inhabitable” porque temen no poder revertir esa condición. Actualmente, alrededor de 74 son las familias que residen en el barrio San Jorge y todas tienen el título de propiedad. En sus alrededores, sobresalen otras barriadas, algunas mucho más pobladas, que son también el resultado de tomas que se sucedieron años después con la misma bandera: “Desde el pie, organizados y participando podremos lograr la calidad de vida que merecemos”.
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La acción del Estado Si se sondea en los espacios gubernamentales porteños, provinciales y nacionales, se encuentra más de un programa dedicado a la atención del déficit habitacional y al mejoramiento de las condiciones de hábitat de las personas que así lo requieran. Sin embargo, cuando la lupa se acerca, las fallas salen a la luz: falta de presupuesto, nula participación de los vecinos en las propuestas, pero principalmente una mala definición del problema, lo que deriva en soluciones ineficientes. Desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri al mando de la Jefatura de Gobierno porteño, las funciones que cumplía el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) se redujeron a sólo una: atender las necesidades de las personas de más bajos recursos, que no logran ingresar siquiera en los
“Nosotros participamos en la creación del barrio entero. Yo sé cómo se hizo mi casa, cuántos ladrillos me llevó. Conozco el sacrificio.” Osvaldo Francés planes crediticios que hasta hace unos meses otorgaba el organismo. Es que en un traspaso que aún es de hecho, ya que debe aprobarlo la Legislatura, las nuevas construcciones para habitantes de villas quedan bajo el amparo de la Corporación del Sur, una sociedad del Estado conformada en un 50 por ciento por capitales privados, y la atención de problemas de infraestructura en los barrios precarios en manos de las Unidades de Gestión e Intervención Social (Ugis). Los vecinos de la Villa 3, junto con los de otros siete barrios similares, conformaron el Frente de Villas Unidas por la Urbanización Participativa, cuyo principal objetivo es “luchar por la vivienda”. “Es todo una mentira. Acá construyeron algunas casas pero no tuvieron en cuenta las necesidades de la gen-
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Cómo construir y mejorar mi barrio? Hace cuatro años, ese interrogante que inquietaba a un grupo de universitarios comprometidos con las poblaciones más postergadas dio origen a la Secretaría de Acción Comunitaria de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA. En 2009, en tanto, la pregunta vuelve a llamar la atención al constituirse como título del primer manual elaborado por los responsables de esa dependencia académica, tras el trabajo en urbanismo que desarrolló en las localidades bonaerenses de José León Suárez, San Fernando, Lanús, San Martín, Moreno, Vicente López y en las villas 31, 21-24 y 11-14, de la Ciudad. Dividida en tres módulos y a lo largo de 96 páginas, la publicación –que espera ser presentada en sociedad antes de fin de año– sistematiza las herramientas necesarias para destrabar algunas de las principales problemáticas que comparten las personas que viven en asentamientos precarios o villas. “En la Universidad nos enseñan a crear espacios urbanos pero no nos explican cómo desarrollar urbanismo en un barrio ya constituido y bordeado por las condiciones de pobreza y exclusión”, señaló Viviana Asrilant, una de las autoras del libro y titular de la Secretaría. Así, mientras los expertos “devolvían a la comunidad todo lo que la educación pública les había enseñado en las aulas” recibían “los saberes y conocimientos que los vecinos tenían aceitados desde hace años y que no aparecen en ningún manual de arquitectura”. La irregularidad de la tenencia de las tierras es uno de sus principales flagelos. Frente a este panorama, los autores de la publicación aconsejan “empezar urbanizando la villa para luego tener las mayores armas posibles para lograr la propiedad del título”. Es decir, trazar las calles, demarcar los terrenos, colocar agua potable, luz, gas y no registrar deudas sería –a juicio de los arquitectos– la combinación perfecta para alcanzar el sueño de la casa propia. E insisten: “Intentar respetar los códigos de urbanismo es la herramienta más eficaz y nunca hay que descuidarla”.
te y quieren instalar en una casa de dos ambientes a una familia de ocho o nueve integrantes”, sostuvo Nadia. “Lo que buscan es hacer pocas acciones de alto impacto, pero soluciones de verdad no dan”, agregó Daniel. La situación es un tanto diferente en la provincia de Buenos Aires, donde además de las estrategias de escrituración social que impulsa la Escribanía General de Gobierno, se aplican programas de vivienda nacionales. “Ciudad y Provincia son el día y la noche en este tema. El programa de Urbanización de Villas y Asentamientos precarios, si bien no es suficiente todavía, es un buen avance. Hay entre 50 y 60 proyectos en funcionamiento”, aportó Cravino. No obstante, algunas de esas iniciativas evidencian las mismas fallas que los porteños en cuanto a la indiferencia hacia la opinión de la gente. “Tenemos un Estado ciego, sordo y mudo en lo referente a política habitacional. En vez de ayudar a los que construyeron con su propio esfuerzo, construye casas nuevas. Lo que hay que hacer es mejorar el espacio en el que la gente ya está habitando”, opinó Zavalía Lagos. Cravino, por su parte, optó por dejar en claro: “El Estado no regala nada. Cuando regulariza, otorgando escritura, luego viene el momento en que la gente empieza a pagar por esa tierra”.III
CÓMO CONECTARSE
É Infohábitat www.infohabitat.com.ar É Asociación Civil Madre Tierra 4627-5225 www.madretierra.org.ar É Red Hábitat Argentina red.habitat@yahoo.com.ar É Fundación Pro Vivienda Social 4321-2700 int. 8171 info@fpvs.org www.fpvs.org É Hábitat para la Humanidad - Argentina 4760-5810 oficinanacional@hpha.org.ar www.hpha.org.ar É Secretaría de Acción Comunitaria de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA) 4789-6258 sac@fadu.uba.ar www.fadu.uba.ar É Sociedad Central de Arquitectos 4813-2375 www.socearq.org É Instituto para el Desarrollo de la Vivienda (Indevi) Jorge Lema arquitectolema@yahoo.com.ar É Barrio San Jorge, Avellaneda Ramón Rojas 4227-5153 É Ernesto Pastrana empastrana@uolsinesctis.com.ar
Opinión III Reflexiones frente a la crisis
Crisis: ¿qué crisis? risis: ¿qué crisis?, fue el título de un famoso álbum del grupo de rock Supertramp lanzado en el año 1975, época en que los aumentos en el precio del petróleo sumado a otros factores plantearon un escenario de estancamiento con inflación, dos fenómenos que supuestamente no podían coexistir. Tal rareza fue aprovechada para promover el descrédito de los enfoques keynesianos y echarle toda la culpa al exceso de Estado. Desde entonces hasta ahora se ha asistido a un continuo avance de las teorías neoclásicas basadas en la mistificación del libre mercado: menos regulación implica más riqueza, cabe preguntarse para quiénes. No toda regulación es mágica y tampoco promueve necesariamente el bien público, pero al menos puede establecer la diferencia entre una sociedad con mercado y una sociedad de mercado. Si bien lo que emerge hoy es la crisis financiera internacional, lo que está verdaderamente en crisis son las propias bases no sustentables sobre las que se asienta el mundo en lo económico, social, cultural y ambiental. La primera, ha sido diagnosticada y se la intenta resolver a través de una fabulosa transferencia de recursos desde el Estado hacia bancos y empresas. La segunda, no es objeto por ahora del suficiente análisis a nivel local y global porque lo urgente oculta lo importante. Todas las crisis no son iguales pero en sus distintas variantes son un escenario que aparece como algo conocido para los argentinos. Si, como dicen los chinos, toda crisis es una oportunidad no hay dudas de que seríamos el país de las oportunidades. Más bien pareciera que toda crisis es
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POR MARIO M. ROITTER ✱
una buena oportunidad para decir las mismas cosas frente a situaciones cambiantes. En Argentina es plausible que las condiciones internas y externas vigentes hayan impactado negativamente en los niveles de vida de importantes sectores de la población. No es extraño entonces que las organizaciones que trabajan en barrios donde predominan los bajos ingresos o el desempleo, hayan registrado un aumento en la demanda de ciertos servicios. ¿Qué opciones tienen las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con los sectores más afectados en la actual coyuntura? Por un lado, no tienen otro camino que conseguir los recursos para atender parte del aumento de las demandas, pero si se limitan a eso estarían meramente respondiendo a la primarización de las necesidades con primarización de las propuestas. Pareciera oportuno, entonces, poner en debate algunos de los supuestos en que se basan las intervenciones sociales públicas y privadas e integrar estrategias de influencia en la política a fin de contemplar los diferentes aspectos de la crisis. Es decir, ideas tanto para encarar
la cuestión de la pobreza más allá de la consabida fórmula no dar peces sino enseñar a pescar, así como también ideas para hacer que Argentina sea una sociedad más igualitaria. Para proponer tales ideas pareciera necesario salir de la lógica de la emergencia, ya que en esos contextos el día a día absorbe todas las energías. En cambio, la crisis puede ser fecunda sí y sólo sí se abren espacios para la revisión de las prácticas, de las nociones y de las representaciones sobre la crisis. No dar peces sino enseñar a pescar, no sólo estaría dando por hecho que a los pobres no se les debe dar nada ya que eso “les hace daño”, sino que además sería bueno enseñarles un oficio. Esta respuesta por una parte elude la cuestión de los derechos de ciudadanía en cuanto al acceso de los bienes y servicios sociales y, por otra parte, luce fuera de época. En efecto, aprender un oficio podría haber sido adecuado para encontrar trabajo durante buena parte del siglo XX pero en un contexto de exclusión social perpetuada por varias generaciones y en el que la integración al mercado de trabajo supone destrezas más vinculadas con el ser que con el hacer, resultaría oportuno visualizar nuevas opciones y repertorios, particularmente cuando se trata de adolescentes y jóvenes. Esto implica salir del cortoplacismo, articular al Estado con las organizaciones de la sociedad civil e integrar una dimensión política a las propuestas a ser llevadas a cabo, ya que toda idea y toda acción construye sociedad.
✱ Investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).
Reportaje III Martín Seefeld TEXTO ADRIANA SCHETTINI FOTOS IGNACIO SÁNCHEZ
a la impresión de ir por la vida como si se tratara de un banquete, ávido de todos los manjares. Martín Seefeld pasa jornadas de más de 10 y 12 horas en las grabaciones de Herencia de amor, la novela de Telefé donde compone al padre Miguel, un sacerdote al que una mujer le cambia la vida, mucho. Además, junto a Roxana Zarecki, conduce el ciclo Glam en Fashion TV, y junto a Federico D’Elía, Fe de erratas, en Radio Uno. Hace gimnasia, juega al fútbol, tiene entre manos el proyecto de producir un programa en sociedad con otro actor y una guionista. Martín Seefeld no para. Y sin embargo, luce relajado. Se diría que está a sus anchas recorriendo las mesas del festín y degustando los sabores más diversos. En teatro, descolló como protagonista de El método Grönholm. En la TV, probó de todo: Los simuladores, Rebelde way, Socias, Son de Fierro, entre muchos otros. En cine, hizo Tango, bajo la dirección de Carlos Saura; Un día en el paraíso, de Juan Bautista Stagnaro; Nowhere, del chileno Luis Sepúlveda. Sonrisa amplia, trato cálido, conversador atento, el hombre que transita la vida como un banquete metafórico sabe que otros están urgidos por un trozo de pan. Que a ésos, les va la vida en un plato de comida, literalmente; sin tiempo para las metáforas. Entonces, Martín Seefeld se arremanga y hace lo que los medios han difundido mucho menos que sus éxitos profesionales: ponerse a trabajar por el comedor La Buena Voluntad, de Ciudad Oculta, en el barrio porteño de Mataderos. “En realidad, nunca hice prensa del comedor porque en la Argentina, cuando querés comunicar algo para ayudar parece que estuvieras haciendo autobombo a fin de mejorar tu imagen frente a la gente –explica Seefeld–. Y, sinceramente, ése no es mi interés. Pero tampoco me niego a dar una nota sobre el tema cuando me la piden.”
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–¿Cómo funciona el comedor? –Lo maneja una mujer extraordinaria que se llama Cielo y le hace honor al nombre. Les damos de comer a 380
“En el comedor, los chicos jamás te preguntan qué me vas a traer, sino cuándo vas a volver” Este actor de cine, teatro y TV se quita el traje de artista para colaborar desde hace nueve años con un espacio donde comen 380 niños en Ciudad Oculta. Con su apoyo, lograron mejorar la infraestructura y organizar actividades recreativas para incluirlos.
chicos; tenemos una comida fija al mediodía y muchas veces, también se les da a los padres o familiares. –¿Cómo surgió tu compromiso con esa tarea? –Siempre tuve ganas de trabajar en lo social pero no encontraba dónde canalizar ese deseo. Hace nueve años, una amiga me habló del comedor. Cuando yo llegué, aún estaba en una situación complicada. Mejoramos la infraestructura, buscamos dignificar el lugar comprando mesas, sillas, ventiladores de techo, hornos, heladeras. También construimos buenas lozas para que fuera un edificio seguro. Se repararon las filtraciones de agua y re-
solvimos el problema del frío. Además, creamos un jardín materno infantil. Darles de comer a los chicos es lo mínimo; que una persona debe contar con comida es algo que ni siquiera amerita el análisis. Pero además, a los chicos hay que integrarlos. Nosotros lo intentamos de diversas formas: a veces, los llevamos a ver obras de teatro; otras, trasladamos los espectáculos al comedor; ofrecemos cursos de fotografía y de costura. Se trata de darles salidas para que puedan insertarse en la sociedad. Con un grupo de amigos, también hacemos teatro para chicos de la calle. Es una idea que se trabajó junto con María Eugenia Vidal, ministra de Bie-
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está haciendo muchas cosas por los comedores. En su momento, también le agradecí mucho a Daniel Grinbak que hiciera una función de Sweet Charity a beneficio: con lo recaudado pudimos terminar todo lo que nos faltaba de una loza. Así fuimos consiguiendo las cosas… Te puedo asegurar que la plata que yo puedo haber puesto a título personal es irrisoria en comparación con todo lo que logramos hacer. Hoy somos el tercer comedor de la capital en cuanto a seguridad e infraestructura. Tanto, que el Ministerio de Educación porteño nos pidió prestado el lugar para dar clases. Los chicos ahora tienen un lugar del que yo me siento parte y además, me enorgullece. Pero el mayor mérito es de Cielo y su familia, que son quienes llevan a cabo el trabajo cotidiano.
“La política es la herramienta democrática para lograr el consenso. No puede ser utilizada para la acumulación de poder.” nestar Social de la Ciudad de Buenos Aires. El tema es que a veces, los chicos no van al colegio aunque se los pagues… No quieren salir de la calle. Una de las formas para dejarla es lo vocacional, sea en el ámbito artístico o en el deportivo. En el comedor, los chicos
jamás te preguntan qué me vas a traer, sino cuándo vas a volver: eso demuestra que no van allí sólo por lo material, sino también por el afecto que reciben. –¿Qué lugar ocupa el comedor La Buena Voluntad en tu vida diaria? –A veces puedo ir más y otras, menos. Cuando grabo tiras diarias casi no tengo tiempo pero sigo trabajando para el comedor; me manejo por teléfono. –Vos no sos un millonario, sino un trabajador, ¿cómo costearon las mejoras que acabás de enumerar? –Con ayuda de empresas privadas, de gente que donó a título personal y del gobierno de la Ciudad, que hoy
–¿Saben tus hijos de tu actividad en el comedor? –Sí, incluso fui al comedor con toda mi familia. Mi hija Lola tiene 6 años y mi hijo Pedro, 4. Todavía recuerdo la ocasión en la que Pedro tiró comida al piso y Lola saltó: “Pedro, hay chicos que no tienen para comer, acordate del comedor”. El hecho de llevarlos para que vean la realidad por sí mismos los ayuda a tomar conciencia. El Día de Reyes, por ejemplo, fuimos a un asado en el comedor y después nos quedamos bailando cumbia, muy divertidos. Creo que muchos tenemos más de lo que necesitamos, y eso nos impide valorar las cosas. Si tenés plata, mejor. Pero pienso que hay que aspirar a tener dinero en función de un proyecto y no de la acumulación por la acumulación en sí. –¿Pensás que los emprendimientos solidarios y el trabajo de las OSC está reemplazando de algún modo a la militancia política? –Yo creo que la gente sabe que lo que hace ahí es mucho más concreto, lo palpa, lo ve, lo siente más genuino. Hoy día, la mayor parte de los políticos trabaja para su propio bolsillo. Con errores y aciertos, también hay una política que intenta cambiar las cosas, sin corrupción y sin robo. Y aún existe la vieja política que ha devastado al país. Las acciones de muchos políticos sólo se encaminan a
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Reportaje “La plata que yo puedo haber puesto a título personal es irrisoria en comparación con todo lo que logramos hacer. Hoy somos el tercer comedor de Capital Federal en cuanto a seguridad e infraestructura.” conseguir votos; trabajan para el poder y para su beneficio personal. –¿Los jóvenes están desencantados de la política? –Te diría que tenemos una juventud apolítica, directamente. En Francia, por ejemplo, una enorme cantidad de jóvenes estudian Ciencias Políticas. Pero ocurre que allí hay otra política. En la Argentina no hay cultura política y además, padecemos serios problemas en materia de educación. Este es un país en el que tenés que pagar doble salud, doble escolaridad, doble seguridad… Terminás recurriendo al sistema privado y encima, tenés un socio al 35 por ciento en la pérdida y en la ganancia.
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De lo que aportás, no te vuelve nada. ¿Por qué los argentinos intentan evadir impuestos? Porque no ven reflejado en nada el dinero que aportan. Yo pago mis impuestos, pero no los pago con felicidad, justamente porque siento que no vuelve nada. Ya que aporto, lo justo sería que tuviera una educación y una salud públicas brillantes y la seguridad necesaria para vivir donde quiera, sin necesidad de mantener propiedades que nos cuestan fortunas porque están ubicadas en los lugares que, supuestamente, son más seguros. Esto lo sabe todo el mundo pero si tenemos lo que tenemos, de alguna manera nos lo debemos merecer, porque a la hora de votar siempre nos estamos equivocando.
–¿Si la política ocupara el lugar que le corresponde dejarían de ser necesarias las acciones de compromiso solidario? –Pienso que la política es necesaria pero que nunca llegará a cubrir todas las necesidades. La política es la herramienta democrática para lograr el consenso. No puede ser utilizada para la acumulación de poder y sobre esa acumulación, ejercer el patoterismo. En la Argentina, históricamente, la política ha estado mal utilizada.
die “tiene” que ser solidario, sino que muchos “quieren” ser solidarios. Me gustaría que mis hijos, cuando sean grandes, tengan esa necesidad de ser solidarios. Pero si así no ocurre, tampoco los voy a culpar. Algunos de mis amigos me dicen: “Martín, yo te ayudo a vos con lo del comedor pero no me lleves a ese lugar porque me hace mal”. Y los entiendo, porque hay gente que se sensibiliza mucho cuando ve cómo viven y qué les pasa a los que no tienen ni siquiera para comer.
–Si estuviera bien utilizada, ¿igual les enseñarías a tus hijos a ser solidarios o les dirías que alcanza con pagar los impuestos?
–¿Con qué y cómo se puede colaborar con el comedor? –Todo lo que para la gente no sirve para nosotros sí. Pensá que en el lu-
–Ojalá que llegue el momento en el que no haga falta realizar acciones solidarias. Pero creo que uno también las hace por vocación y por necesidad personal. Es hasta un hecho egoísta: a mí me hace bien hacer lo que hago por los chicos del comedor. En ese punto, soy egoísta y si mi egoísmo ayuda a muchos, mejor. Lo que también pienso es que hay que cambiar la palabra “tengo” por la palabra “quiero”. Yo hice ese cambio y me ha dado resultados. No digo tengo que ocuparme del comedor, sino quiero ocuparme del comedor, porque ésa es la verdad. Yo quiero ir a grabar, quiero hacer mi programa de radio. Cuando uno toma conciencia de eso disfruta más de lo que hace. Acá na-
gar donde está el comedor hay personas que duermen en un cuarto sin ventanas y en una cucheta: los padres abajo y los cuatro hijos, arriba, cruzados. Todo se arregla, se recicla y ahí, sirve; sea ropa, un velador, una computadora, una cocina. Los aportes de empresas son todos valiosísimos: medicamentos, alimentos, artículos de limpieza… A través de la radio, conseguí que el dueño de una fábrica de zapatillas mandara 300 pares. Todo sirve y pueden llamar a Cielo, de mi parte, al 4686-0278. Si es necesario ir a buscar la mercadería, lo harán. Lo importante es que todo sirve y que por suerte, en la Argentina aún hay mucha gente y muchas empresas solidarias.III
Sociedad III Estrategias frente al consumo de drogas
En busca del MAL MENOR Kits de inyección segura, talleres de sexualidad, de murga o de artesanías son algunas de las alternativas desarrolladas para que los consumidores de estupefacientes incorporen prácticas de autocuidado que mejoren su calidad de vida. TEXTOS EVA AMORÍN
isela y su compañero cumplen el ritual con puntualidad. Todos los domingos tocan en la canchita del barrio San Pedro, en Isidro Casanova, con los chicos y chicas que amanecen allí. En esa manzana por la que el resto de sus vecinos no se anima a pasar, estos integrantes de El Coihue se ganaron la confianza de un grupo que durante la semana los visita en la casa, se cuelga a hacer artesanías y de a poco, va poniendo la cabeza en otras cosas. Desde la asociación civil Intercambios, Diego Santillán recorrió durante una década las calles de Avellaneda con una estrategia combinada de kits de inyección segura, talleres de sexualidad y cine
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barrial. Sin falsa modestia, afirma: “Tuvimos éxito, algunos ya no consumen o lo hacen con muchos cuidados”. En San Martín, siete operadores comunitarios llegan cada semana a 1.500 usuarios de drogas de 24 barrios para lograr que se acerquen a los centros de salud. De esto se tratan las llamadas estrategias de reducción de daños: mucho poner el cuerpo, en el mismo territorio, para tratar de reducir las consecuencias que provoca el consumo de drogas. Parten de admitir que existen personas que no pueden o no quieren dejarlas, pero sí están en condiciones de incorporar prácticas de autocuidado, mejorar su calidad de vida y regular de otra forma su consumo o, quizás, abandonarlo. Este enfoque comenzó a implementarse en Inglaterra a fines de los ’80 a modo de respuesta a la alta tasa de transmisión de VIH entre usuarios de drogas inyectables. Tras el diagnóstico de que el abstencionismo no estaba resultando, comenzaron a proveer kits de inyección segura. En la Argentina, un estudio realizado por Intercambios reveló que el 40 por ciento de quienes no estaban en contacto con programas de reducción de daños había compartido jeringas el último mes, pero el porcentaje disminuía al 17 por ciento entre quienes sí tenían vinculación con estas iniciativas. En la actualidad, la provisión de kits es sólo una alternativa. El enfo-
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que incluye: intervenciones adaptadas a diferentes usuarios de drogas, relación más igualitaria y participativa entre profesional y usuario, objetivo de consumo controlado y servicios abiertos, amigables y no censuradores. “A quienes más les cuesta aceptar esta estrategia es a los médicos”, asevera Claudia Petracca, coordinadora del Programa de VIH/Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) del Municipio de San Martín, provincia de Buenos Aires, una de las escasas iniciativas públicas que abordan el tema. Y aclara que las resistencias se deben a que “no pueden ver al usuario de drogas como un sujeto de derechos; lo ven como incapaz de comprometerse en el cuidado de su salud”.
Desde y con el barrio Uno de los fundamentos de la reducción de daños es dejar de esperar a que el otro llegue, para ir hacia las personas que consumen. Algunos lo llaman “callejeadas”, otros “recorridas”; lo cierto es que la modalidad de trabajo es similar en todos los grupos: “Delimitamos el barrio, hacemos un mapeo y tratamos de identificar dónde se juntan los usuarios”, explica Diego, quien tuvo sus primeros contactos con esta estrategia en 1998, como usuario de drogas. Un año después era promotor comunitario.
Ahora estudia Trabajo Social en la Universidad de Lanús. Para él, lo más importante es construir confianza: “Hay que pasar dos veces por semana a ver a la misma persona, que sienta que te estás preo-
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cupando. Es un vínculo que tarda mucho en componerse”. La participación de las y los usuarios en la estrategia es clave. “Mi grupo de amigos es de consumidores, muchos murieron de VIH durante los ’90. Ir con el arpa a la canchita, o que vengan, es parte de mi vida”, dice con voz dulce Gisela. En su casa tiene un arsenal de preservativos, un merendero y un pequeño emprendimiento de tallado en madera con su pareja. Todo abierto a la participación de los jóvenes. “Así, en vez de fumar diez pacos se fuman cinco y esas son horas de engancharse en otra cosa. Está bueno”, asegura. Y reconoce que es más efectivo ir adonde se juntan: “Si vamos con la guitarra, el arpa o la murga, está todo re bien, disfrutan el momento; ahora cuando los querés traer para acá… se aíslan”, señala. En otros barrios la forma de acercarse es con un folleto en mano, como para abrir el diálogo. La Comisión de Derechos Humanos de la Villa 21/24, de Barracas, armó una his-
Después del fallo de la Corte l fallo de la Corte Suprema que declaró la inconstitucionalidad del párrafo de la ley 23.737 de Estupefacientes que reprime la tenencia para consumo personal con prisión o tratamiento, es en sí misma una medida de reducción de daños. “Al quitar al usuario de drogas del campo de la aplicación penal se reducen los daños que genera la criminalización, como discriminación social y temor a acercarse a los servicios de salud”, explica Graciela Touzé, presidenta de la asociación civil Intercambios. En los días posteriores al fallo, el Comité Científico Asesor en Materia de Control de Tráfico Ilícito de Estupefacientes de la Jefatura de Gabinete anunció el lanzamiento de un Plan Nacional de Drogas y diversas reformas legislativas antes de fin de año. Tercer Sector consultó a las organizaciones acerca de cuáles deberían ser las medidas prioritarias. Para la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (Arda), lo primero es la modificación de la 23.737, dado que “el artículo que penaliza la tenencia sigue vigente”, advierte Ricardo Paveto, secretario general de la organización. Desde la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para la Prevención y el Tratamiento del Abuso de Drogas (Fonga), su presidente Rubén González señala: “Se requiere un plan nacional que articule las diferentes áreas y convoque a la sociedad civil”. Intercambios, Arda y Fonga coinciden en siete medidas:
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✱ Tratamiento legislativo de una nueva ley de drogas. ✱ Plan nacional de atención que articule los sectores de salud, educación, desarrollo social y trabajo. ✱ Respuestas coordinadas a nivel gubernamental y no gubernamental. ✱ Sistema de protección social que incluya prevención, información, tratamientos, reducción de daños e inserción social. ✱ Acciones sobre las drogas legales, como el alcohol y los psicofármacos. ✱ Evaluación de los servicios existentes y desarrollo de una oferta alternativa. ✱ Equipos en territorio con apoyo institucional y capacidad técnica.
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torieta donde dos personajes se quedan en ojotas para seguir consumiendo. “¿Qué más vas a vender? Con el paco, pensá lo que ganás, pensá lo que perdés”, concluye el material, que en 2008 formó parte de la campaña “Que no hagan pipa nuestros sueños”, compuesta por talleres, un mural y recitales en el asentamiento. “Tomamos las calles y difundimos las actividades recreativas, culturales y de formación laboral que hay en la villa, para atraer con propuestas a los mismos pibes y pibas”, cuenta Raúl del Valle, vecino e integrante del grupo. Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) de La Matanza, fundadora del Coihue, buscan reducir daños en el consumo de alcohol. A través de una murga, con el acuerdo de los kiosquitos de la zona, lograron que se suspendan venta e ingesta en los ensayos y exhibiciones. “Tiene muy buenos resultados, todos disfrutamos y baja el nivel de violencia entre bandas”, afirma Alexis Medina, coordinador del grupo.
Decisión política La reducción de daños es presentada como antagónica a los tratamientos con internación. Sin embargo, las organizaciones consultadas por Tercer Sector relatan experiencias de articulación: “Trabajamos en conjunto con el Centro de Prevención de Adicciones (CPA) para acompañar al usuario de drogas en
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CÓMO CONECTARSE
É Apdh Coihue 155022-5434 el_coihue@yahoo.com.ar É Arda 155636-7122 arda@fibertel.com.ar www.infoarda.org.ar É Fonga 4988-1403 contacto@fonga.org.ar É Intercambios Asociación Civil 4954-7272 lista@intercambios.org.ar É Programa VIH e ITS Municipio de San Martín 4512-6255/ 6256 programaviheits@sanmartin.gov.ar É La Ponzoña – Villa 21/24 cooperativaelyunque@yahoo.com.ar É Asociación Internacional de Reducción de Daños www.ihra.net É Sedronar 4320-1200 www.sedronar.gov.ar
lo que necesite”, señala Petracca. Para derrumbar mitos, se ocupa en aclarar que “hay un número de personas que tienen un consumo problemático, otras que hacen un uso responsable de la sustancia y pueden trabajar, estudiar, mantener una vida comunitaria; muchos operadores del programa consumen drogas y participan de reuniones, hacen recorridas, elaboran informes”. Según el informe anual 2008 de la Asociación Internacional de Reducción de Daños, en el país se contabilizan una veintena de estrategias para morigerar el impacto del consumo. Se trata de iniciativas aisladas, la mayoría impulsadas por organizaciones de la sociedad civil y que contradicen la equiparación entre adicto y delincuente que hace la Ley de Estupefacientes 23.737, puesta en cuestión por el fallo de la Corte Suprema en agosto pasado (ver recuadro). Brasil implementa la reducción de daños como política pública desde 1998 y Naciones Unidas recomendó a todos los países incluirla según pautas de Onusida y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la Argentina, es una tarea aún pendiente. Desde el municipio de San Martín, Petracca concluye: “Implica un cambio de concepción. Es abrir al usuario de drogas la puerta a su participación en la vida social de la comunidad. Hacerlo visible. Y esto genera temor. Se necesitan decisión política y un cambio cultural”.III
Aguafuertes III Ojo de pez Jonathan Ortigoza
La fuerza de la mirada
En el Centro Conviven, de Ciudad Oculta, un grupo de adolescentes participa en un taller de fotografía. Desde ambos lados de la cámara retratan su realidad y sueñan con dejar atrás las sombras de la indiferencia social.
TEXTO SEBASTIÁN HACHER
s martes, son las diez de la mañana y los últimos fríos del invierno se hacen sentir. Estamos a un costado de Ciudad Oculta, en Villa Lugano, al sur de la Capital Federal, en el Centro Conviven. El edificio funciona como un verdadero multiespacio comunitario: en su interior alberga un comedor, una escuela de circo, dos grupos de fotografía, talleres de computación, inglés, una juegoteca. En una aula del primer piso hay ocho adolescentes –la mayoría del barrio– coordinados por Ariel Ballester, fotógrafo y docente. Juntos forman uno de los grupos del taller de fotografía digital y video Ojo de pez, que funciona desde hace tres años en tres sedes: la Escuela de Educación Media 2, el Instituto de Menores Manuel Belgrano, y aquí, en Conviven, un espacio fundado por un trabajador social brasileño, Valrmir Santos Veiga, quien desde hace una década recorre los pasillos del barrio creando y recreando los lazos y
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valores comunitarios de la villa. Entre los tres ámbitos donde se desarrolla Ojo de pez –nombre que evoca un tipo de lente gran angular– participan cerca de 60 jóvenes, convocados a relacionarse con la fotografía digital y el video. Por lo general, en el grupo de los martes por la mañana hay unos diez chicos. Mientras esperan que llegue alguno más, Ariel hace una encuesta: pregunta qué música escucha cada uno. Brian –18 años, pañuelo en la cabeza– saca el celular y muestra ritmos que para los no iniciados resultan exóticos. Luego cada uno dice cuál es su género preferido: una mezcla que va desde lo tropical a lo electrónico, pero sin pasar por el rock. “¿Así que a ninguno le gusta el rock?”, pregunta Ariel, sorprendido por la diferencia generacional. “Mejor empecemos a trabajar”, agrega y suspira en tono de broma.
En la clase La clase comienza frente a una computadora. Maxi –16 años, siempre con un chiste a mano– es el pri-
mero en mostrar su trabajo. Primero enchufa la cámara a un cable USB, baja las fotos, las organiza en una carpeta. Otro apaga las luces. Las imágenes pasan una a una. El tema que eligió es el comedor comunitario donde trabaja su madre. “La idea –me explica el docente– es que cada uno elija un tema. Podemos empezar por lo que tenemos cerca para que sea más fácil”. Maxi narra algunas escenas de lo que registró. “Acá las vemos haciendo milanesas de pollo. Esta es mi hermana que no quería salir, por eso mira para otro lado”. El profe se detiene en algunas imágenes. Hace preguntas, busca la opinión de la clase. “Acá podrías estar más cerca”, sugiere frente a una foto. A veces plantea lo contrario. “Si te hubieses alejado 30 centímetros te hubiese salido mejor”. Su rol en la clase es activo, pero no se impone: habla con sugerencias, como si no quisiera invadir las intenciones de cada fotógrafo. Si bien los alumnos reciben una formación técnica –una de las prime-
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ras cosas que hacen es aprender la lógica de cómo funciona una cámara– el corazón de ese espacio es ayudar a que los chicos se expresen. Si el taller tiene como objetivo “contribuir al fortalecimiento de la personalidad y mejorar la autoestima” , algo de eso se deja entrever cuando Brian cuenta su hazaña del fin de semana: “Fui a una librería en el Shopping Abasto –relata– y me quedé mirando fotos hasta que me rajaron”. El que habla es un joven de un barrio del sur de la Ciudad, candidato frecuente a sufrir el estigma mediático y social con el que conviven los adolescentes de la periferia. Pero al escucharlo a él y a sus compañeros hablar de fotografía, tengo la sensación de estar frente a chicos que adoptan un nuevo paradigma: allí donde otros hacen de la discriminación sufrida una identidad –el mostrarse como peligrosos en potencia como forma de ganarse un lugar en el mundo– los alumnos de Ojo de pez patean el tablero. Y parecen gritar en todas las direcciones: yo también puedo acceder al arte, disfrutar de él e incluso crearlo. Por más que el taller no se proponga, a priori, formar fotógrafos profesionales, el poner una herramienta de creación artística en sus manos abre las posibilidades de salirse de los lugares comunes en lo que la sociedad los encasilla y generar esas identidades nuevas. Y es que quienes pasan por la experiencia, y aprenden a mirar el mundo desde el visor de una cámara, a usar la luz que los rodea como materia primera de la creación, nunca vuelven a ser los mismos. En segundo lugar, le toca a José Luis. Su proyecto es hacer paisajes urbanos. En las fotos muestra la geografía de su barrio: postes llenos de cable y de fondo una casa de ladrillos huecos sin revoque. Dice que sacó pocas fotos porque “las pilas no estaban cargadas”. El docente lo mira con el seño un poco fruncido y enseguida busca en una caja pilas nuevas. “Cada uno que se lleva la cámara –sostiene– tiene que hacerlo con pilas cargadas y la tarjeta de memoria vacía.” La mayoría de ese material proviene
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to comunitario, nació Ojo de pez.
El compromiso de participar
“Los chicos aprendieron a cuidar las cámaras. Y si no pueden quedarse a la clase las traen igual, porque si no perjudican a sus compañeros”, afirma Ariel Ballester. de donaciones y algunos son herencia de la prehistoria del proyecto. En el 2007, el Centro Conviven y la Rigth Art Development, una fundación de Dinamarca, firmaron un convenio para el funcionamiento de talleres para jóvenes, con el objetivo de fotografiar situaciones de violaciones a los derechos humanos. De la reformulación de ese proyecto y su ajuste al contex-
En algún momento de la clase se abre la puerta y asoma un pibe de peinado tipo casco: más largo arriba y a los costados afeitado al ras. “Profe, hoy no puedo quedarme. Tengo que acompañar a mi abuela al médico. Vine para traer la cámara”, anuncia. Desde que empezó el taller –contará más tarde Ariel– nunca nadie desapareció con la cámara que le habían asignado. “Los chicos –señalará con orgullo– aprendieron a cuidarlas. Y si no pueden quedarse a la clase la traen igual, porque si no perjudican a sus compañeros.” Después de la interrupción, le toca exponer sus fotos a Johana, de 18 años. Si las de José Luis invitaban a reconocer la geografía donde se mueve todos los días, las de la joven están centradas en la familia: una especie de universo inmediato con el que se podría trabajar la vida entera. En las primeras imágenes aparece su hijo, Elian, de 6 meses, internado en el hospital Piñeyro. El bebé tenía bronquiolitis y la cámara lo acompañó durante toda la convalescencia. La primera fotografía es de la fila de gente que espera para comprar el bono de la cooperativa. “¿Y vos pagaste?”, pregunta un compañero. “No –responde ella– seguí de largo”. Después aparece Elian en la cama del centro
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Aguafuertes Luis Mamani
médico, con una sonda en la nariz. Hay varios planos de él, algunos con flash, otros con fantasmas de luz. El docente habla sobre eso: cómo el flash mata las sombras, cómo en la penumbra las fotos salen movidas. Pero pronto viene el silencio: en las fotos de Johana hay algo que inquieta. La imagen del niño en brazos de su abuelo, de frente a la cámara y apoyado contra la pared del hospital habla de la fragilidad del pequeño, pero revela otras cosas. Tiene lo que Roland Barthes llamó punctum: “Ese azar que en ella me despunta, que surge de la escena como una flecha que viene a clavarse”. El punctum –escribió Barthes– puede llenar toda
de las ocho que tiene entre varones y mujeres. La chica posa junto a un freezer y una cocina nuevas que contrastan con la pared gris de la casa. En la mano tiene un diploma. “¿Es por un curso de computación?” , se Daniel Paredes
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la foto, aunque “muy a menudo sólo es un detalle” que deviene en algo íntimo y a menudo innombrable. Ariel parece notar eso. “Acá se ve que hay amor”, dice cuando llega a una foto del niño y su abuelo. Hay un dejo de emoción en su voz, pero las imágenes siguen su curso y la siguiente nos aleja del drama. El protagonista ahora es el padre de Johana, un abuelo joven, de pelos largos y descontrolados. El hombre posa para la cámara como un personaje cómico de televisión: hace morisquetas, ríe, se lava las manos. Está vestido con mameluco. “Mi papá –cuenta Johana– es mecánico”. Y enseguida aparece la imagen de una hermana mayor, una
pregunta la clase. El que maneja la computadora hace zoom, pero no alcanza a leerse.
Durante el recreo Llega el recreo. En el hall del segundo piso de Conviven hay muchos libros, pero también vasos de plástico, té caliente y galletitas para todos. El frío es más intenso que a las 10 de la mañana. En medio del desayu-
CÓMO CONECTARSE
É Ojo de pez 4686-5995 consultas@ojodepez.org.ar www.ojodepez.org.ar
no aparece Cinthia, de 16 años. Se sienta y saca un mapa de Argentina. “Hoy tengo prueba de geografía”, anuncia. Se la nota nerviosa. Busca algún atlas entre los libros, pero ninguno le sirve para encontrar los límites de Argentina. Una vez que comienza el taller se integra con los mapas en la mano. Sus fotos, que son las últimas que veremos ese día, están centradas en el Barrio Olimpo, una zona del Gran Buenos Aires escondida atrás del Camino de Cintura, en el Partido de Lomas de Zamora. Si los paisajes que vimos al principio del día eran cerrados, en Barrio Olimpo los descampados dominan la situación. El eje de las vistas panorámicas de Cinthia son los caminos de tierra rodeados por pocos árboles, los terrenos baldíos interrumpidos por un puñado de ranchos. Cuando la cámara se acerca a los protagonistas, al entrar en la intimidad de la familia, la escena es un fresco de la vida cotidiana del inmigrante: las mujeres sentadas a un costado, los hombres absortos en la faena de la construcción, la familia alrededor de la casa que se hace con esfuerzo, de forma comunitaria. Las imágenes del barrio que nace parecen la prehistoria de las postales de una Ciudad Oculta superpoblada, con la sola posibilidad de crecer para arriba. Después de ver el material de cada uno, y antes de repartir las cámaras que la mayoría de los pibes se llevarán a sus casas, Ariel propone hacer un ejercicio nuevo: pensar cómo sería sacarse fotos en lugares donde a cada alumno le gustaría estar. La técnica es fácil. Hay que buscar en internet las imágenes en las que quisieran aparecer, proyectarlas contra una pared e insertarse a uno mismo en la escena. El profesor muestra algunos ejemplos: jóvenes de otro grupo que posaron en la Fontana de Trevi, en Italia, con una moneda en la mano, dos chicas en la playa, un pibe con paraguas en un obelisco nevado, otros de compras en Londres o frente a la Torre Eiffel, en París, Francia. Los anima a hacer lo mismo. La invitación parece ser otro de los desafíos del taller: que esos adolescentes que ya no escuchan Rock and Roll usen la fotografía para crear un mundo nuevo.III
Educación popular III Propuestas del sector social
Para incluir A LOS CHICOS Un grupo de OSC con trabajo en la educación no formal solicitó al Ministerio de Educación la aplicación de medidas para que las organizaciones tengan mayor incidencia en la implementación y monitoreo de las políticas públicas. titular de la cartera educativa nacional, Alberto Sileoni, consiste en crear un Consejo Federal de organizaa inquietud por incluir a los ciones sociales que lleven adelante sectores más postergados de iniciativas de educación comunitaria. la sociedad puede canalizarAdemás, en el documento, de cuatro se de diferentes formas. Pero una de puntos, piden que la educación polas más efectivas es a través de la pular integre la agenda del Consejo educación. Con esa premisa, OrganiFederal de Educación. A su vez, rezaciones de la Sociedad Civil (OSC) claman un mayor reconocimiento del llevan adelante distintas iniciativas de Estado y en especial, fondos para educación no formal para que niños, fortalecer el trabajo educativo adolescentes, jóvenes y adultos en las comunidades. En el texen situación de riesgo social to, también exigen el reconocipuedan terminar sus estudios. miento de las entidades “como Con el fin de fortalecer esos proyectos, 85 entidades sociainterlocutores válidos”. Maximiles educativas consensuaron liano Estigarribia, presidente impulsar en el ámbito del Gode Etis, advirtió que “en los úlbierno Nacional la creación de timos tiempos, las experiencias la Dirección Nacional de Educade articulación con el Estado ción No Formal, así como de han sido cada vez menos, por espacios que permitan incidir en eso es necesario un marco el diseño, implementación y monuevo de trabajo que nos pernitoreo de políticas públicas, somita continuar con la tarea”. bre todo, de educación comuniLa educación no formal surtaria. Desde el sector social reclaman mayor apoyo estatal a la educación no formal. gió desde el seno de las organi-
TEXTOS ESTEBAN VERA
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La propuesta surgió en el marco del Encuentro Nacional de Organizaciones del Ámbito de la Educación no Formal, que tuvo lugar a fines de septiembre en Moreno, Buenos Aires, y fue organizado por el Equipo de Trabajo e Investigación Social (Etis) y la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (Cade). Otra de las ideas aportadas por las OSC, que fueron presentadas al
Fomentar la educación comunitaria l Segundo Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales del Ámbito Educativo concluyó en el Palacio Pizzurno con discursos y documentos que proponen una mayor incidencia de las OSC en las políticas educativas y la creación de un organismo que fomente la educación no formal en la órbita del Ministerio de Desarrollo Social. Asimismo, se insistió con el reclamo de que el Estado acredite los conocimientos generados en las entidades sociales. Y se ratificó la necesidad de que se destinen más recursos a la educación no formal. Otra de las propuestas estuvo referida al pedido de que los contenidos curriculares del secundario contemplen las oportunidades laborales de cada municipio. De las jornadas, organizadas por el Ministerio de Educación y la Mesa de Organizaciones Sociales Solidarias con la Educación, parti-
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ciparon directores, líderes y voluntarios de más de 250 organizaciones sociales educativas, funcionarios nacionales y del exterior. “Hoy estamos en un momento de síntesis: una complementación y articulación entre el Estado y las organizaciones en pos de seguir trabajando por los sectores más postergados”, reconoció el ministro de Educación, Alberto Sileoni, en la clausura del encuentro. En el marco de los debates –que tuvieron lugar el 24 y 25 septiembre– las organizaciones sugirieron que las empresas creen un fondo nacional destinado a financiar iniciativas educativas y además, que la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) sea reglamentada y obligatoria. Y, entre otros planteos, se solicitó el reconocimiento oficial de los jardines comunitarios administrados por las organizaciones de la sociedad civil.
Los líderes de organizaciones educativas analizaron propuestas para generar mayor incidencia en las políticas públicas.
zaciones sociales como paliativo a la crisis de los noventa. Se trata de experiencias paralelas a la formación tradicional, que se desarrollan en el ámbito comunitario, la mayoría de ellas supera la enseñanza de la lectoescritura y centra el aprendizaje en el intercambio entre educadores, alumnos y el barrio. Así, la situación que atraviesan los pibes, sus familias y el contexto en el que viven son los ejes fundamentales que construyen la mirada de las experiencias de educación popular. Se desarrollan en jardines maternales, centros de apoyo escolar, comedores comunitarios, centros culturales, casas del niño, centros de jubilados y salas de primeros auxilios, entre otros espacios. “Son acciones y experiencias educativas complementarias que deben ser reconocidas, acompañadas, fortalecidas y apoyadas económicamente por el Estado”, sostuvo Estigarribia. En esa línea, una de las principales inquietudes planteadas por las entidades durante la jornada fue el escaso apoyo estatal. “Los fondos pueden proceder de un porcentaje del IVA, o como ocurre en algunos países europeos de la declaración de ganancias,
“En los últimos tiempos, las experiencias de articulación con el Estado han sido cada vez menos, por eso es necesario un nuevo marco de trabajo que nos permita continuar.” es decir, permitir que las personas puedan destinar un porcentaje a las obras de las organizaciones sociales”, propuso Alberto Croce, director ejecutivo de la Fundación SES, con larga experiencia en proyectos que apuntan a la inclusión educativa de adolescentes. Si bien no hay datos oficiales que permitan cuantificar las experienCÓMO CONECTARSE
É Etis 4732-9381 secretaria@etis.org.ar www.etis.org.ar
cias de educación no formal, las organizaciones manejan cifras que indican que son más de mil las propuestas de educación popular y comunitaria desarrolladas en el país. “Lo que nos consta es que los chicos de los sectores más pobres encuentran en las organizaciones un espacio de contención y acompañamiento que quizá no hallen en el sistema educativo formal”, comentó Estigarribia. Al respecto, una de las tareas de la dependencia que proponen crear sería “contar con un registro de OSC que desarrollan estas iniciativas educativas para poder saber cuántas son, cuántos chicos participan y cuáles son las necesidades de los pibes a futuro”, señaló el titular de Etis. En el encuentro de Moreno también se solicitó en los grupos de trabajo que el Estado oficialice a los formadores populares aunque no posean título. El manifiesto fue respaldado por las fundaciones Crecer Juntos, Educar, Anpuy, Gente Nueva, Fe y Alegría, y la Red de Apoyo Escolar y Educación Complementaria (RAE), entre otras instituciones de 16 provincias del país.III
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Objetivos compartidos La definición de una agenda común para alcanzar mayor impacto social fue analizada en un encuentro que congregó a unas 500 OSC.
TERCERSECTOR
DOSSIER P A R A
Alianzas que fortalecen Las OSC locales pueden trabajar en asociación con Naciones Unidas. Cuáles son los beneficios que aporta este modelo.
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S E C T O R
S O C I A L
Dossier
Hacia una
Hacia una meta común
meta común
La definición de una agenda consensuada para alcanzar mayor impacto social fue la consigna del encuentro organizado por la Fundación Compromiso, del que participaron cerca de 500 OSC. TEXTO ESTEBAN VERA
as entidades sin fines de lucro tienen que participar en los partidos políticos y en los organismos gubernamentales para poder incidir en los lineamientos de las políticas públicas. El sector no debe ser funcional a proyectos tanto públicos como privados. Y su principal desafío es impulsar una agenda colectiva. Éstas son algunas de las conclusiones a las que se arribó durante la XV Jornada Argentina del Sector Social, organizada por la Fundación Compromiso, el encuentro del que participaron más de 480 representantes de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y que este año tuvo como consigna “De las agendas paralelas a la acción colectiva”. A lo largo de dos días de jornadas de trabajo, que se llevaron a cabo el 27 y 28 de agosto en la Universidad Argentina de la Empresa (Uade), los asistentes tomaron parte de conferencias, paneles y talleres, que giraron en torno del análisis del rol y la legitimidad de las OSC, sus debilidades y fortalezas, y la elaboración de agendas colectivas. Al respecto, Enrique Valiente Noailles, vicepresidente de la Fundación Compromiso, sostuvo que la sociedad civil “tiene el desafío de unirse para generar un impacto político mucho
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mayor”. En ese sentido, consideró que las instituciones sociales “deben dejar la acción aislada y exceder la propia misión para trabajar en una agenda colectiva que modifique las condiciones que se buscan paliar”. De los debates surgieron algunas debilidades y fortalezas del tercer sector. “Aunque las organizaciones llegan a lugares donde el Estado no accede, la falta de personal idóneo y con motivación es una de las debilidades de las OSC para articularse con el Estado”, disparó la ex ministra de Salud Graciela Ocaña. En tanto, Oscar Madoery, director del Centro
de Estudios sobre Desarrollo y Territorio (Cedet) de la Universidad Nacional de San Martín, llamó la atención sobre la necesidad de incorporar una mirada abarcadora de los vínculos y problemáticas que trascienden el territorio local en el que llevan a cabo sus acciones las OSC.
Incidir, el desafío Uno de los cuestionamientos más frecuentes entre las instituciones es la falta de compromiso de los funcionarios para aplicar sus propuestas en las políticas públicas. Este problema aparece más notoriamente en el ámbito
nacional, donde muchas veces las relaciones están marcadas por condicionamientos políticos y partidarios. “El Estado no toma en cuenta a las organizaciones del sector, porque el impacto de su trabajo es limitado”, analizó Ocaña. Mediante el aporte de equipos técnicos, a través de estrategias de comunicación orientadas a alcanzar transparencia institucional, legitimidad
co y consideró que “el Estado manipula a las OSC al no tomarlas en cuenta en la planificación de las políticas, aunque sí les da mayor espacio en la implementación”. Madoery, en tanto, reiteró que las entidades tienen que impulsar “proyectos aglutinadores, estratégicos, que puedan hacer prevalecer objetivos comunes sobre los particulares.
“Es necesario fomentar la intervención de los miembros de las entidades sociales en la vida política de los partidos o de los gobiernos”. Patricia Fernández, Gesol. e independencia política, el sector social comenzó a tener injerencia en algunas iniciativas gubernamentales en los últimos años. Pero para la ex funcionaria, las OSC deben aspirar a más: “Tienen el desafío de colonizar los partidos para poder incidir en los lineamientos de las políticas públicas”. En coincidencia, Patricia Fernández, presidenta la Red de Organizaciones de Gestión Solidaria (Gesol), señaló que “es necesario fomentar la intervención de los miembros de las entidades sociales en la vida política de los partidos o de los gobiernos”. Durante su ponencia, el analista de opinión Jorge Giacobbe fue más críti-
Una idea compleja del desarrollo –continuó Madoery–, donde ya no es sólo algo ligado a lo económico, sino que es algo también que vincula lo social, lo ambiental, lo institucional”. A su turno, Beatriz Anchorena, directora general de Programas de Compromiso, resumió: “No debemos ser funcionales a prácticas o sistemas que no compartimos, y hay que invertir en construir confianza”.
Redes con dilemas “¿Hacer o conocernos?. ¿Ampliamos la red o nos mantenemos como estamos?. ¿Distribuimos el poder o lo
concentramos?. ¿Nos juntamos entre iguales o elegimos la diversidad?. ¿Trabajamos juntos o impulsamos agendas individuales?. ¿Nos vemos cara o cara o nos manejamos a la distancia?. ¿Fijamos pautas y normas o dejamos libertad para que cada uno se organice?” Para Mercedes Jones, directora de programas del Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés (Udesa), esos interrogantes son las principales dificultades de las alianzas. Ahora bien, “ponerlos en evidencia ayuda a la redes a explicar más claramente a los nuevos miembros qué implica integrarla. Y, a su vez, a las organizaciones, para que evalúen qué recursos tienen que invertir”, explicó Jones, una de las autoras de Relevamiento de Modelos de Colaboración entre Organizaciones Sociales, informe basado en el estudio de 16 redes del sector social. En tanto, Evangelina Petrizza, directora ejecutiva de la Red Argentina de Instituciones de Microcrédito (Radim), ejemplificó que para sostener la articulación esa entidad invirtió “mucho tiempo en consolidar la gobernabilidad debido a los fuertes liderazgos de las organizaciones”, por lo que, entre otras acciones, redactaron un reglamento para tomar las decisiones. Mientras, la titular de la red Gesol consideró que la articulación de las organizaciones sociales potencia la capacidad de incidencia en la gestión de las políticas públicas.
Iniciativas territoriales Otro de los ejes del encuentro estuvo relacionado con la planificación de prácticas para impulsar en las distintas regiones del país. Las principales propuestas, que surgieron en los nueve talleres realizados durante las jornadas, apuntaron a desarrollar agendas, redes, mesas de enlace, diálogos regionales y locales de OSC; incidir en la ejecución de políticas de protección y desarrollo de los recursos naturales; aportar en el diseño e implementación de políticas sanitarias, y elaborar planes estratégicos para fomentar el desarrollo sustentable. Todas las iniciativas se pueden consultar en el espacio que en internet habilitó la Fundación Compromiso.
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Dossier
Pertenecer
Pertenecer para crecer
para crecer
Las organizaciones de la región pueden trabajar en asociación con Naciones Unidas. Cuáles son las ventajas de sumarse al grupo que ya integran más de 3.000 entidades de todo el mundo. TEXTOS ROSALÍA COSTANTINO
mpliar el espacio de actuación, así como fortalecer el desarrollo institucional, demanda a una Organización de la Sociedad Civil (OSC) disponer de distintos recursos y estrategias. Por eso, muchas entidades optan por postularse a certámenes para la financiación de proyectos; gestionan donaciones de fundaciones empresarias, de particulares, de la cooperación internacional; salen a captar socios, movilizan sus propios fondos y profesionalizan a su personal. Pero existe otra modalidad para vigorizar tanto la misión institucional de las organizaciones como las oportunidades de generar incidencia en los temas de su interés. Se trata de la posibilidad de formar parte del Departamento de Información Pública (DIP) de Naciones Unidas. Asociarse a esta agencia reporta a las entidades una serie de ventajas: En primer lugar, acceden a productos y servicios de información y capacitación específicos. Así, cada año esta sección organiza en Nueva York 30 reuniones, tres talleres de trabajo sobre comunicación y un programa de orientación. Y desarrolla la Conferencia DPI /ONG, con el objetivo de promover el intercambio de experiencias y conocimientos entre asociaciones de todo el mundo.
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Obtener pases de acceso a reuniones abiertas de la ONU es otro beneficio que aporta Naciones Unidas para las instituciones que se asocian. En cada uno de estos encuentros se abordan temas tales como el cambio climático, desarrollo, desarme e igual-
dad de género, así como también las cuestiones referidas a cómo las organizaciones pueden mejorar las capacidades de comunicación y las relaciones con la prensa. “Es una oportunidad significativa para la sociedad civil de aumentar su
El año pasado, en la ciudad de París, casi dos mil representantes de 470 organizaciones sociales de 62 países participaron de la Conferencia de ONG de la ONU.
Requisitos para aplicar unque los requisitos no son de los más excluyentes, existen algunos criterios a cumplir para postularse como entidad socia. Entre ellos, es condición apoyar, respetar y promover los principios de la Carta de la ONU; poseer una sólida trayectoria nacional; tener programas y redes de comunicación e información permanentes, y funcionar de acuerdo con todos los requerimientos legales del país de origen. Una vez obtenida la afiliación, las OSC deben informar cada cuatro años al DIP sobre sus actividades relacionadas con la ONU y completar un formulario de acreditación en forma anual. Las OSC pueden aplicar en cualquier momento del año y el proceso dura aproximadamente seis meses. Para conocer los pasos concretos de la postulación, se puede ingresar al sitio: http://www.un.org/dpi/ngosection/application-pro.asp. Para mayor información: unic.buenosaires@unic.org.
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al DIP en todo el mundo; pero de ellas, sólo 70 corresponden a América latina y 21 a la Argentina. Por la misma razón y por primera vez, la Conferencia Anual de ONG/DIP este año se llevó a cabo en México el mes pasado, con vistas a sumar organizaciones de la región.
Cuestión de estatus
El Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, y representantes de OSC en Nueva York 2008.
legitimación y su espacio de actuación, de enriquecer su mandato mediante la vinculación con sus pares, de obtener acceso directo a información relevante para su trabajo, de participar de iniciativas específicas para el sector social y de ser parte del proceso global de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados por los Estados Miembro de la ONU en el 2000”, enumera María Costa Pinto, directora del Centro de Información de Naciones Unidas (Cinu) en la Argentina.
Socios globales Esta propuesta de trabajo con la ONU tiene sus raíces en los años ’70, aunque fue recién a comienzos de 2009 cuando el organismo internacional se propuso acrecentar la diversidad geográfica de las OSC asociadas a su DIP. Para ello, apuntó a sumar un mayor número de entidades latinoamericanas con el objeto de fortalecer la representación de la agenda de la sociedad civil de América latina en la ONU y en sus países de actuación. De acuerdo con Costa Pinto, formar alianzas con el sector social es una iniciativa beneficiosa para ambas partes: “Las ONG fortalecen su mandato e incrementan su legitimación” al tiempo que Naciones Unidas “gana un socio estratégico indispensable para, mediante la generación y distribución
de información, generar mayor apoyo civil para la agenda de la ONU”. De igual forma opina Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (Feim). Para la experta, asociarse al Departamento de Información Pública “posibilita reuniones con representantes gubernamentales, esforzándonos por encontrar los consensos imprescindibles para avanzar en el logro de políticas públicas que incorporen mejor las necesidades de toda la sociedad”.Y subraya: “Es un ámbito en el que debemos participar, conocer y cuidar. Es una importante fuente de información y también una posibilidad de experimentar en nuestros países cómo es la modalidad de convivencia y acuerdos en Naciones Unidas, algo que cuanto más conocemos, más creemos y celebramos”. Actualmente, son más de 1.600 las entidades sin fines de lucro adheridas
En rigor, las OSC son socias naturales de Naciones Unidas casi desde su fundación en 1945 “por su experiencia de trabajo con las comunidades más necesitadas, su influencia social y política, su aporte de insumos técnicos calificados y su llegada directa a audiencias clave”, recordó Costa Pinto. Y citó como ejemplo la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, ámbitos donde las ONG tuvieron la posibilidad de participar como observadoras o bien estableciendo distintas formas de cooperación y de trabajo con las agencias especializadas, fondos y programas de la ONU. Otra forma de articulación con la tarea del organismo internacional es a través de un estatus especial. Aquellas organizaciones que además de tener una extensa trayectoria se destacan por el aporte que pueden hacer como voz experta en los temas de su incumbencia, pueden colaborar con el Consejo Económico y Social (Ecosoc) de Naciones Unidas como entidades consultivas. En total, hay 3.196 organizaciones sociales de todo el mundo que tienen esa categoría, de las cuales 59 son de Argentina. “El aporte técnico de las ONG ha sido muy importante para avanzar en la agenda global y nacional en VIH/sida, pobreza, Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), migraciones, armas pequeñas e igualdad de género”, resumió Costa Pinto.
Socios en la Cancillería as OSC también tienen la posibilidad de trabajar de manera asociada con la Cancillería Argentina, a través del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil. En ese caso, con el objetivo de “intensificar y promover el rol de la sociedad civil en los procesos de integración regional”. Desde esa órbita, el Ministerio de Relaciones Exteriores genera espacios de diálogo e intercambios de información entre las organizaciones sociales que integran cada una de las 21 comisiones existentes, los funcionarios que conducen la política exterior del país y sus pares del Mercosur. Los interesados en sumarse a estos ámbitos de participación pueden comunicarse al 4819-7889/3.
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Actividades de interés Educación de Personas Jóvenes y Adultas (Epja). fisc2009@gmail.com www.fisc2009.org
Fundraising Cultura y Desarrollo comunitario Hasta el 14 de noviembre e lanzó la cuarta convocatoria del Programa Cultural de Desarrollo Comunitario de la Secretaría de Cultura de la Nación, que otorgará 1,4 millón de pesos en subsidios a asociaciones civiles, fundaciones, cooperativas y mutuales con personería jurídica. El objetivo es apoyar a las OSC que desarrollan proyectos socioculturales y dejar instaladas capacidades y recursos productivos en la comunidad. Se apoyarán iniciativas en cuatro líneas: Emprendimientos comunitarios; informativos, productivos culturales y de fortalecimiento de las organizaciones sociales. www.cultura.gov.ar
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Encuentro en Brasil 9 de noviembre a actividad, organizada por la Association of Fundraising Professionals, estará dirigida a personas que son parte de organizaciones que buscan desarrollar sus habilidades y su competencia en fundraising en Sudamérica y México. Las sesiones plenarias se centrarán en la importancia estratégica que tiene el sector (donantes mayores, micro finanzas, impacto social, en el ámbito de la salud, educación, bienestar social y cultura), mientras que los talleres estarán dirigidos hacia el desarrollo de habilidades y aprendizaje de técnicas clave en la generación de recursos. La actividad se desarrollará en avenida Higienopolis 996, Consolacao, São Paulo – Brasil. contato@fundraising.com.br
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Jornada para la atención de las adicciones 29 de octubre a Fundación Candil organiza su jornada anual de atención de las adicciones que estará centrada en Las Adicciones en los Márgenes de la Clínica, con entrada libre y gratuita. El encuentro estará dirigido a profesionales, estudiantes de Medicina, Psicología, Psicopedagogía, Servicios Sociales y Operadores Socioterapéuticos. Se llevará a cabo en el Salón del Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, ubicado en Paraguay 2155, 1er piso, Ciudad de Buenos Aires. 4862-6290 info@fundacioncandil.org.ar
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Conferencia sobre familias Del 25 al 27 de noviembre on el lema Cuestión Social, Derechos Humanos y Políticas Familiares en Iberoamérica –Avances, Desafíos y Perspectivas–, la Red Iberoamericana de Trabajo con las Familias y Familis OMF / WOF convocan a la VIII Conferencia Iberoamericana sobre Familias, auspiciada por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Presidencia de la Nación y la Facultad de Derecho de la UBA, entre otros organismos de gobierno y organizaciones sociales. 4334-4844 Iberoamérica@speedy.com.ar http://www.familis.org/conferences/octavaconferencia2009b_aires/
C Agenda Jornadas de violencia, maltrato y abuso Del 13 al 15 de noviembre ajo el lema Generando redes, transfiriendo conocimientos y articulando prácticas, se realizará el II Congreso Internacional de Violencia, Maltrato y Abuso, en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador, ubicada en Marcelo T. de Alvear 1312, 1º piso, Buenos Aires, organizado por Salud Activa y Ciapsi. Durante el encuentro se desarrollarán simposios, mesas redondas, talleres, comunicaciones libres y se convocará a representantes de las ciencias sociales, la psicología, el derecho, la medicina y la educación a hacer sus aportes para propiciar un
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puente interdisciplinario para el diseño de respuestas eficaces a esta problemática. 4372-5798 info@congresoviolencia.com www.congresoviolencia.com
Foro Internacional de la Sociedad Civil Del 28 al 30 de noviembre l encuentro, de carácter mundial, que se realizará en Belem, capital del estado de Pará, Brasil, tendrá como objetivo preparar la participación de la sociedad civil en la Conferencia Internacional de Educación de Personas Adultas (Confintea VI). En ese ámbito se buscará articular los diferentes movimientos, redes y organizaciones de la sociedad civil que vienen actuando en favor del derecho a la
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Marcha por la Paz Del 2 de octubre al 2 de enero a Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia es promovida por la Fundación Mundo Sin Guerras a nivel internacional, junto con organizaciones pacifistas, artistas,
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cabo en el Campus de la casa de altos estudios ubicado en José María Gutiérrez 1150, de Los Polvorines, provincia de Buenos Aires. jornadaecopol@ungs.edu.ar
Sector social en la web Hacesfalta.org www.hacesfalta.org El portal especializado en oportunidades de voluntariado y trabajo remunerado lanzó su nueva versión, más ágil, mejorada, orientada a la comunidad y con un enfoque 2.0. A través de esta renovación la entidad busca convertir el portal en un espacio de intercambio y reflexión en el que los agentes sociales se conviertan en protagonistas, tal y como dice su lema: Tú decides cómo, cuándo y dónde. La plataforma cuenta con las secciones de voluntariado, directorio de organizaciones sociales, experiencias, empleo y empresas. Un espacio para dar a conocer iniciativas y sumar apoyos.
Sin corrupción http://sincorrupcion.wordpress.com/ Este website es el resultado del trabajo conjunto del Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (Cipce) y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij). El blog está destinado a la difusión de información y reflexión sobre causas de corrupción, así como el manejo que de ella hacen los funcionarios del Poder Judicial. Mes a mes se desarrollará un tema particular referido a esta problemática, a través de artículos, entrevistas, gráficos, audios, videos y demás recursos que permitan a los lectores estar al tanto de las novedades disponibles en relación con estos temas.
Tecnología para OSC 26 de octubre dealistas.org y Wingu –Tecnologías sin fines de lucro– junto a Google de Argentina invitan a participar, en forma gratuita, del nuevo ciclo de capacitaciones Tecnología al servicio de las ONG: Google y sus aplicaciones. Así, el 26 de octubre desarrollarán el taller Mejorá el rendimiento de tus campañas de AdWords, que brindará tips para optimizar esa área en las instituciones, especificaciones y requisitos de los anuncios y uso de los avisos de texto y de las palabras clave, entre otros puntos. La formación se dictará en Alicia Moreau de Justo 350 - 2º piso, Ciudad de Buenos Aires. rosario@idealistas.org www.talleresidealistas.org.ar
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Arte para transformar Todo el año on el arte como herramienta para fortalecer la identidad de las personas y los barrios con su cultura solidaria, el Instituto Cultural bonaerense convoca a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y a las secretarías municipales con trabajo social a inscribirse a las capacitaciones de Teorías en Cultura y Transformación Social y de Herramientas Teatrales y Visuales aplicadas al trabajo con la comunidad. La iniciativa apunta a generar una reflexión crítica del presente para poder plantear caminos de solución a las problemáticas sociales que se registran en los barrios más pobres de la provincia. mborchardt@ic.gba.gov.ar www.ic.gba.gov.ar/gabinetesocial/programas.htm
C científicos, universidades y otras entidades de bien público. Personalidades internacionales como Joan Manuel Serrat, Juanes, Patricia Sosa, León Gieco, Víctor Heredia, Maximiliano Guerra, Gastón Pauls, Juana Molina, Ana Belén y Eduardo Galeano, entre otros, ya adhirieron a la iniciativa. También se sumarán organizaciones como Amia, Abuelas de Plaza de Mayo, Ymca Argentina, Amnesty y Red Solidaria. A través del recorrido de 93 países se buscará impulsar la construcción de nuevos hábitos, imágenes e ideas que promuevan la resolución no-violenta de los conflictos. www.marchamundial.org.ar
Dónde capacitarse Desarrollo institucional Todo el año a Red de Facilitadores de Bariloche ofrece capacitación y asistencia sobre
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gestión y desarrollo institucional a OSC de todo el país a través de sus programas Impulso Social y el Centro Patagónico para el Fortalecimiento de la Gestión Pública. Entre las actividades que ofrecen se cuentan talleres de capacitación, intervenciones en organizaciones, facilitación de procesos participativos, concertación de políticas públicas, técnicas de autoconocimiento, de comunicación y de gestión, entre otras. www.facilitadores.org.ar
Jornada de economía política 9 y 10 de noviembre a III Jornada de Economía Política, organizada por la Universidad Nacional de General Sarmiento, tiene el objetivo de promover el intercambio y la reflexión conjunta en torno de las problemáticas actuales del área; fomentar la discusión teórica de las doctrinas económicas, y debatir acerca de los últimos avances de la economía política. La actividad se llevará a
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Premios y becas Periodismo y Medio Ambiente Hasta el 15 de noviembre
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a organización Greenpeace, la Universidad Nacional de Rosario y la
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Dossier asociación Periodismo Social convocan a participar de la primera edición del Concurso Periodismo y Medio Ambiente que distinguirá los mejores trabajos publicados entre el 1º de enero y el 31 de octubre de 2009. Los organizadores se proponen reconocer aquellos artículos que hagan hincapié en la gravedad del cambio climático, su influencia en la vida humana y en los ecosistemas y que además presenten propuestas para su mitigación, para la reducción de daños provocados por el calentamiento global, y que promuevan el uso de energías limpias. www.greenpeace.org/argentina/prensa/concurso-de-periodismo-y-ambiente
Premio Bienal Navarro Viola Hasta el 3 de diciembre a Fundación Navarro Viola lanzó su convocatoria para el XV Premio Bienal de Educación Jugar para Aprender, que busca promover experiencias que favorezcan el aprendizaje de niños y niñas de 0 a 5 años en situación de vulnerabilidad social, mediante el juego. Contempla dos categorías: proyectos de fortalecimiento a iniciativas realizadas y evaluadas y propuestas inéditas. El certamen está dirigido a organizaciones públicas o privadas sin fines de lucro de todo el país, vinculadas con la primera infancia. 4811-7045 www.fnv.org.ar
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Cómo nos formamos, cuáles son los factores que inciden en los procesos formativos y cuáles son las estrategias desde una organización, son algunas de las preguntas que apuntan a responder las autoras. Grupo Editorial Lumen www.lumen.com.ar
El circuito informal de los residuos ste estudio acerca de los espacios de relaciones entre lo público y lo privado en los territorios de desecho informal de los residuos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, propone reflexionar sobre cómo un basural puede ser considerado una sociedad pequeña, donde existen entramadas relaciones entre diferentes actores sociales. Su autora, Cinthia Shammah realiza un análisis particularizado, identifica a sus componentes, sus contradicciones y resoluciones, y aporta elementos para comprender, tanto la capacidad de existencia de los basurales a cielo abierto, como las posibilidades de su eliminación. Editorial Espacio www.espacioeditorial.com.ar
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Pensar lo social
Lecturas recomendadas Desarrollo humano y formación. Una responsabilidad social de las organizaciones ste libro surge del interés de sus autoras, Luz Pardo Martínez y Karen López Hernández, por dar respuesta a los procesos de formación como fundamento del continuo crecimiento, la proyección y el desarrollo de las personas y sus colectivos en las organizaciones sociales y productivas.
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ste trabajo busca orientar la tarea docente hacia la formación del pensamiento social de los estudiantes porque constituye un aspecto esencial para transformar la enseñanza y las prácticas sociales en las instituciones educativas. El texto propone un análisis sobre las experiencias e investigaciones acerca de la enseñanza de la Sociología en la escuela media, y busca contribuir a la formación de un pensamiento crítico y riguroso acerca de lo social entre los alumnos. La Crujía www.lacrujiaediciones.com.ar
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Globalización e identidad cultural l libro reúne trabajos de especialistas en antropología, sociología, filosofía, comunicación y artes, con le objetivo de ofrecer un abordaje multidisciplinario del fenómeno de la globalización y cómo éste incide en las dimensiones económica, política, social y cultural de las sociedades contemporáneas. Así, el texto resalta la importancia que adquieren los aspectos culturales e identitarios, a partir de las transformaciones impulsadas por los cambios que tuvieron creciente visibilidad desde la década del 50. Los análisis aportados por los autores transitan tópicos como Las ciudades y el multiculturalismo; La política y las innovaciones tecnológicas; y Las instituciones y el arte, entre otros. www.ciccus.org.ar
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Vienen por el oro. Vienen por todo. Las invasiones mineras 500 años después n esta obra, Javier Rodríguez Pardo analiza distintos casos que atentan contra la conservación de la naturaleza y de las poblaciones que viven en las zonas donde se desarrollan proyectos de extracción minera. También ofrece una mirada acerca de la falta de políticas por parte del Estado con el fin de proteger los bienes del país. El autor establece que actualmente decenas de empresas del sector minero buscan a la Argentina para desarrollar sus proyectos extractivos, mientras que las comunidades afectadas resisten y reclaman por sus territorios. Entre otras cosas, Rodríguez Pardo propone distinguir entre “recursos naturales”, como concepto y objeto de propiedad privada, y “bienes comunes naturales”, que trascienden a los particulares y están integrados a ecosistemas. www.ciccus.org.ar
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Cooperativismo III Cooperativa La Segunda
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Asociados EN EL PROGRESO La compañía de seguros, que nació en Rosario en 1933, tiene 650 mil socios activos y 110 oficinas en todo el país. Este año acreditó 54 millones de pesos en las cuentas de sus miembros y destinó un 50 por ciento de su valor agregado a la comunidad. TERCER SECTOR EN ROSARIO TEXTOS EVELYN ARACH
mediados de este año y tras una capacitación laboral intensiva, un nutrido grupo de jóvenes rosarinos de entre 16 y 25 años que vivía en situación de riesgo social logró obtener un empleo genuino. Fue en el marco del programa Revivo que llevó adelante la asociación civil Causa y Efecto, con el apoyo de la Cooperativa de Seguros La Segunda, fundada en Rosario hace 76 años. Según el balance social que presentará a fines de este año y que ha sido declarado de interés municipal, la empresa destina un 50 por ciento de su valor agregado cooperativo a la comunidad. Y es que “el cooperativismo es un modelo solidario que funciona bien”, afirmó su gerente general, Alberto Grimaldi. La compañía de seguros La Segunda nació en 1933 como consecuencia de una crisis agraria que obligó a crear un fondo de subsistencia y mutualismo. Pero recién 30 años más tarde, en 1963, fue refundada como cooperativa. Luego llegaron los ’90. “El modelo económico de esos años nos boicoteaba por todos lados, pero hoy funcionamos de forma excelente. Somos una cooperativa seria que tiene un síndico titular y un consejo de administración con consejeros titulares que representan a doce regiones del país. Hay asambleas periódicas con hasta 250 delegados que aprueban memoria, balance social, inventario y eligen cada
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Treinta jóvenes consiguieron empleo tras una capacitación de La Segunda y la asociación Causa y Efecto.
Premios a la labor destacada esde hace 15 años la cooperativa entrega la distinción Una Manera de Vivir que premia el esfuerzo de aquellas personas que se destacan por su labor desinteresada en beneficio de la comunidad, rescatándolas como un ejemplo de vida. El médico Esteban Maradona y la científica Christiane Dosne Pasqualini –quien logró importantes avances en la investigación para la lucha contra el cáncer– fueron algunos de los galardonados. Y recientemente la Fundación Alma, que a través de su tren hospital brinda desde hace 27 años atención médica y sanitaria a más de 75 mil chicos de lugares remotos de Santa Fe, Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero, se llevó el reconocimiento. De esta manera, el eslogan de la empresa parece demostrar que es mucho más que un latiguillo del marketing.
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COOPERATIVISMO Cooperativismo
tres años consejeros titulares y suplentes que sólo pueden durar en su mandato seis años como máximo”, detalló Grimaldi. El modelo de cooperativa funciona con éxito a pesar de la magnitud de la empresa que tiene unos 970 trabajadores en relación de dependencia y, de forma indirecta, posibilita el
sustento de unas 1.200 familias. Además, cuenta con unos 110 centros de atención personalizada distribuidos en todo el país, desde Jujuy a Tierra del Fuego. “El Grupo Asegurador La Segunda está compuesto por cuatro empresas, pero la cooperativa tiene el 80 por ciento de las acciones totales, es la más sólida del grupo”,
“Una empresa cooperativa es distinta porque no tiene sólo el propósito de lucrar, sino también de brindar un servicio de calidad bajo un concepto de solidaridad hacia sus asociados y hacia toda la comunidad”, afirmó Alberto Grimaldi.
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apuntó el directivo. La entidad ofrece diversos servicios: seguros de trabajo, de personas, de vida, de retiro, de incendio, de auto, de robo y de caución, entre otros. ¿Cuál es la diferencia entre una aseguradora que funciona como cooperativa y otros modelos de empresa? El grado de responsabilidad social y la mejora en la calidad de vida de los asociados. El gerente de la entidad lo especifica: “Con tu póliza no sos cliente sino socio y tenés una cuenta social que te corresponde. Así, el 7 por ciento del valor de la prima que pagaste durante un año va a parar directamente a tu cuenta individual como una capitalización. Quien es socio de la cooperativa es
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dueño de la misma aunque sea un socio pasivo, es decir, aunque no continúe realizando los seguros en la empresa. Pero, además, una vez que está cubierta la reserva de previsión, se retorna el resultado positivo del
balance anual a cada una de las cuentas de los socios en las que este año acreditamos 54 millones de pesos”, detalló. La cooperativa tiene actualmente unos 650 mil socios activos que to-
OPINIÓN
Patria cooperativa POR ALFREDO LEUCO ✱
A veces estamos tan enloquecidos por el vértigo informativo de lo que nos parece urgente que nos cuesta muchísimo ver lo importante. La catarata de noticias y enfrentamientos crispados de todo tipo muchas veces nos confunde y creemos que eso es “el todo” y apenas es una parte de lo que ocurre en nuestra bendita Argentina. Hay muchísimas noticias esperanzadoras que ocurren lejos del poder y cerca del hombre común. Ayer estuve en Sunchales, provincia de Santa Fe, y pude ver en el terreno cómo tantos argentinos siembran esfuerzo, trabajo y solidaridad. Sunchales es la Capital Nacional del Cooperativismo y lleva con orgullo esa distinción. Se nota en las calles, en sus dirigentes, en sus instituciones. El cooperativismo es sobre todo una forma de vivir y así viven en Sunchales. Viajé con motivo de los 30 años de la Casa Cooperativa. Y se me llenaron los pulmones de aire fresco. Porque vi cómo los mejores valores constituyen mejores seres humanos. Las cooperativas escolares que integran a los alumnos son un ejemplo para el país. Sunchales está en el corazón de una de las cuencas lecheras más importantes del mundo. Por eso no sorprende que los tamberos hayan sido pioneros en muchas cosas. La tierra, la siembra, la leche, la manteca, el ahorro, los seguros, todo se mixtura y fortalece en una cooperativa. La perseverancia inmigrante. La potencia de los criollos. Los chicos del Instituto Cooperativo de Enseñanza Superior intercambian experiencias con sus pares del estado de Paraná en Brasil, o los de la Economía Social de Andalucía o los de la universidad de Bologna. Son los futuros dirigentes. Y los actuales dirigentes sueñan con que el Instituto sea alguna vez la Universidad Cooperativa. Se forman en la tarea mancomunada, en el fomento de la diversidad y la ayuda mutua. También buscan ser rentables. Por supuesto, las cooperativas tienen que generar riqueza para repartir y aumentar las fuentes de trabajo. Pero el motor principal no es el lucro enloquecido, ni el dinero es un Dios. La codicia es la enemiga de la equidad cooperativa. Ayer les comenté que yo me formé en los valores cooperativos. Mi padre fue presidente de la Cooperativa Farmacéutica y creo profundamente en ellos. No son responsables de ninguna de las crisis económicas ni de los tsunamis financieros actuales que provocaron los especuladores de la timba y el dinero fácil. Todo lo contrario, los cooperativistas están llamados a ser parte de las mejores soluciones para salir del infierno y generar una sociedad más justa. Valoran la cultura del trabajo. La satisfacción que da la producción con las propias manos. El pan que se gana con el sudor de la frente y que se comparte con el hermano. La bandera de los 7 colores del arco iris resume la propuesta cooperativa. Los ideales de integración en las diferencias, la unidad para ser más fuertes, el respeto por la libertad del individuo y su participación comunitaria. En esos colores están incluidas todas las banderas del mundo. El lema de Sunchales lo dice todo: Progreso con corazón de pueblo. Eso es lo que respiré ayer y se los quería contar. Que una patria distinta es posible. Un lugar donde no nos saquemos los ojos entre nosotros. Un lugar en donde la acumulación desesperada de dinero no sea el principal objetivo. Un lugar donde la justicia social y la equidad permita el desarrollo de todos. Una patria cooperativa. Ni más ni menos. ✱ Periodista.
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dos los años renuevan su seguro. Si a éstos se añaden los asociados pasivos, en total suman 1,3 millones de personas.
La acción por la comunidad Pero además de los beneficios a los socios, la cooperativa apostó a extender a la comunidad su compromiso social. El impulso que la empresa le dio al proyecto Revivo permitió a unos 27 jóvenes en riesgo social aprender un oficio y comenzar a buscar un empleo genuino. “Fue un aporte conjunto con otras empresas. En el caso de La Segunda gracias a su respaldo pudimos contratar a personal especializado que trabajara seguro en Villa Banana, un
asentamiento irregular”, explicó Paula Negroni, coordinadora general de la iniciativa ideada por universitarios pertenecientes a la Asociación Causa y Efecto. Así, quienes pudieron reinsertarse lograron un lugar en industrias metalúrgicas. “Los empresarios nos agradecieron porque necesitaban operarios capacitados así que la respuesta fue positiva”, contó Negroni. El acompañamiento incluyó ayudarlos a confeccionar su propio currículum y prepararlos para una entrevista de trabajo. En el caso de los adolescentes se les garantizó la continuidad de sus estudios. Dado el éxito alcanzado, se propone que el programa continúe el año próximo, para lo cual “es fundamental que las empresas se
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Cooperativismo
MUNDO cooperativo LIBROS Función y rol social de las cooperativas. De Leonor Ocampo Ediciones Lazos cooperativos La publicación propone una mirada de las cooperativas desde la perspectiva social. De esta manera, analiza los conflictos de mantener una empresa competitiva sin abandonar las políticas que contemplan las necesidades sociales, culturales y económicas de sus integrantes. A partir del análisis, el estudio busca reconstruir una concepción centrada en los valores y principios que deben constituir el pilar de las políticas sociales que se implementan y cuyo eje esté centrado en la participación asociada.
comprometan”, apuntó Negroni. En el mismo sentido, la Fundación El Desafío dispone desde este año de 25 becas destinadas a que niños de entre 7 y 13 años pertenecientes a dos asentamientos puedan finalizar sus estudios. Todas están auspiciadas por esta cooperativa aseguradora. “Son chicos de Villa La Lata y Villa Moreno a los cuales estamos ayudando con actividades deportivas, asistencia psicológica, un taller de murga y una merienda nutritiva. Queremos garantizarles la permanencia en la escuela y que tengan la posibilidad de ir a la universidad. Para eso los equipamos con todas las herramientas a nuestro alcance”, especificó Luz Amuchástegui, directora nacional de la Fundación, que este año fue galardonada por la OSC HelpArgentina en reconocimiento a su fundador, un rosarino que vive en Holanda.
Rendición de cuentas La gaceta de Cooperar El nuevo número de la publicación de la Confederación Cooperativa Argentina cuenta con comentarios y reportajes del movimiento cooperativo local e internacional. Además, incluye notas de salud, actualidad y sociedad. Entre los artículos se destaca un análisis del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que permite desembarcar a las cooperativas en el negocio de la TV por cable. Se puede acceder a la revista en el sitio web www.cooperar.coop.
NOTICIAS
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Congreso de cooperativas Del 25 al 27 de noviembre tendrá lugar en Villa Carlos Paz, Córdoba, el XIV Congreso Nacional de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas y Otros Servicios Públicos (Face). En el marco del encuentro, se brindarán talleres sobre temas contables, laborales, previsionales y legales, destinados a dirigentes del sector. Los principales ejes del curso girarán en torno de la legislación cooperativa, la Ley 20.337, el balance social, la Resolución Técnica 24 y normas profesionales. Más información en la página web http://congreso.face.coop.
Bajo el cielo destemplado, en un rincón de la escuela Abanderado Grandoli, ubicada en la zona sur de la ciudad, el proyecto sigue su marcha a puro ritmo. La solidaridad y la responsabilidad social empresaria son las bases que lo sustentan. Pero el objetivo es que la ayuda trascienda el territorio propio. En ese sentido, la cooperativa puso en escena por segundo año consecutivo un programa de TV propio que se emite por Canal 26 y es conducido por el periodista Víctor Hugo Morales: La Segunda Argentina, un ciclo cuyo propósito es difundir y respaldar económicamente las actividades altruistas que emprenden jóvenes de todo el país bajo las premisas de la solidaridad, la tolerancia, la defensa del medioambiente y la prevención de accidentes de tránsito. De hecho, una de las principales preocupaciones de la empresa es el alto índice de siniestralidad en las rutas argentinas. Por esta razón, La
Segunda editó un libro de educación vial que junto a diez videos didácticos se distribuyen gratuitamente en toda escuela que lo solicite. “En el país, cada año mueren 10 mil personas en accidentes de tránsito y 150 mil quedan con una discapacidad leve o grave. Para evitar esto tiene que haber infraestructura vial adecuada y educación específica que ayude a tomar conciencia”, fundamentó Grimaldi. Este año y por primera vez la empresa presentará su Balance Social Cooperativo bajo las normas dictaminadas por la Alianza Cooperativa Internacional que calcula la totalidad de incremento del valor generado y muestra cómo éste se distribuye entre los diferentes agentes implicados. Allí se refleja que de los 1.300 millones de pesos de valor agregado entre agosto de 2008 y el mismo mes de 2009, la cooperativa destinó un 50 por ciento a la comunidad y un 25 por ciento a los asociados. El documento fue declarado de interés municipal por el Concejo Deliberante de Rosario. Y ya es visto como un ejemplo a seguir. En su despacho ubicado cerca de la costa central rosarina, Grimaldi concluyó: “Toda empresa cooperativa debe lograr solvencia porque tiene que emprender nuevos negocios y alcanzar un resultado positivo que le permita seguir creciendo, desarrollarse y conservar su patrimonio. Pero es distinta porque no tiene sólo el propósito de lucrar, sino también de brindar un servicio de calidad bajo un concepto de solidaridad hacia sus asociados y hacia toda la comunidad”.III
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É Cómo conectarse Cooperativa La Segunda 0341-4201000 www.lasegunda.com.ar
Medios III Radiografía mediática de la infancia
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Condenados POR LA PRENSA Las noticias sobre niños y adolescentes que cometen delitos se quintuplicaron en un año y muchos de los términos elegidos por los diarios para referirse a ellos fueron peyorativos. A esa conclusión llegó el último informe de Periodismo Social. TEXTOS RICARDO CAIGUARA
Es paradójico el bajo tratamiento que los medios dan al tema de los chicos en conflicto con la ley penal, cuando inseguridad es el reclamo más frecuente de la sociedad”, afirmó Alicia Cytrynblum, presidenta de la organización Periodismo Social. Y tiene fundamentos para formular ese diagnóstico: la institución que dirige elaboró por
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quinta vez, junto a Unicef, Fundación Arcor y Fundación C&A, un informe sobre el tratamiento otorgado a los temas de infancia por 22 diarios del país, durante 2008. De ese documento se desprende que las noticias sobre chicos y chicas en conflicto con la ley penal quintuplicaron las publicadas el año anterior, al pasar del 0,4 al 2,1 por ciento del total de artículos. En el trabajo, titulado El encierro
Tres mitos mediáticos l informe de Periodismo Social da cuenta de cómo se generan tres ideas o “sensaciones” que están siempre presentes en las noticias.
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Cada vez más chicos menores de edad cometen delitos
Según el documento, la mayoría de las veces se apela a números reservados, extraoficiales, testimonios de altas fuentes policiales o fuentes judiciales que pidieron reserva para instalar esta idea. La oficina de Investigación y Estadísticas Político-Criminales de la Procuración General de la Nación, sobre la base de los delitos denunciados por las fiscalías de menores de la Ciudad de Buenos Aires, precisó que entre 2007 y 2008 el número de chicos acusados y condenados por diversos delitos no sólo no aumentó, sino que bajó. Los números dicen que mientras en 2007 hubo 3.716 chicos acusados y condenados por delitos contra la propiedad, al año siguiente ese número fue de 2.715.
Están cada vez más violentos
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Según las estadísticas de la Procuración General de la Nación, los delitos contra la integridad sexual protagonizados por chicos en 2007 fueron 67 y en 2008, 55. En cuanto a homicidios simples, en 2007 se iniciaron 25 causas y el año pasado, 9. Los mismos números aseguran que de los trámites judiciales que ingresaron durante 2007 en los juzgados de Menores, el 57 por ciento fueron por robo.
Entran por una puerta y salen por otra
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En este punto, el informe reflexiona acerca de que gran parte de las detenciones policiales a chicos no suelen ser luego confirmadas judicialmente. “Según la legislación vigente, los chicos menores de 16 años no pueden ser sancionados por los delitos de los que se los acusa. Esto no significa que no puedan tener un proceso por ello”, completa el informe.
mediático, la entidad estima que este crecimiento está vinculado a que la agenda de la prensa estuvo dominada por las repercusiones del asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea en el partido bonaerense de San Isidro, del que se acusa a un chico menor de edad, además del subsiguiente debate surgido luego de que el gobierno de la provincia de Buenos Aires instalara la idea de bajar la edad de imputabilidad. Situación similar ocurrió cuatro años antes, cuando el crimen del joven Axel Blumberg aumentó en forma significativa el foco periodístico sobre la inseguridad, los jóvenes y el reclamo de “mano dura”.
Reacciones espasmódicas Luego de un asesinato o un robo de grandes proporciones, “las páginas y las tapas de los diarios se completan con las mismas preguntas: ¿Qué hacer? ¿Qué penas aplicar? Casi siempre con las mismas respuestas: más castigo, más encierro”, asevera la entidad en el informe y continúa: esto orienta el debate haciendo foco “en el aspecto penal del problema y no en sus causas sociales”, cuando la mayoría de las veces termina siendo “una reacción espasmódica” que “poco y nada” aporta a la real situación de los chicos. “Nos preocupa que la perspectiva de derechos y los temas verdaderamente de infancia estén incluidos en los medios gráficos”, expresó Cytrynblum, y resaltó la necesidad de “trabajar con periodistas y editores para generar un cambio cultural profundo”.
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Medios
El juez Eugenio Zaffaroni participó de la presentación del estudio.
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El Juez de la Corte Suprema y especialista en criminología Eugenio Zaffaroni participó en la presentación del trabajo como panelista y al respecto afirmó: “La alarma social (ante hechos delictivos) no se produce porque sí, sino porque hay un empresario moral que da una atención sobre algo y a partir del espacio que se le asigne en letra roja en los diarios, o de los minutos de televisión, va a ser mayor o menor, con independencia de la frecuencia global del delito”. Para el jurista, “el adolescente inimputable tiene que ser sometido a un tratamiento, pero para eso hay que determinar si es inimputable. Y el tratamiento es psiquiátrico, naturalmente, pero es el mismo problema que tenemos con los adultos”. Según el informe, los adolescentes fueron sólo el 4,3 por ciento de las fuentes en las notas que hablaron sobre la Justicia Penal para la franja etaria de 16 a 18 años, y el dato más llamativo es que en los artículos que se refirieron a medidas de privación de libertad de chicos sospechosos de delinquir, un 65 por ciento de los casos incluyeron términos peyorativos como menores rateros, pibes
chorros, hampones y hasta pirañas para referirse a los chicos.
Un cambio desde adentro Cuestiones como Discapacidad, Medio ambiente, Trabajo infantil y Trabajo legal del adolescente no lograron superar el 1 por ciento de noticias publicadas, entre otros.Y un tema sensible co-
abogó la titular de Periodismo Social. Un dato a destacar es que, tras cinco años de monitoreo, en 2008 se produjo un cambio en la composición de la agenda sobre infancia de los diarios: por primera vez, educación fue la cuestión más tratada en las noticias (con un 23,5 por ciento) y aventajó por poco al tema violencia, que se ubicó en segun-
“La perspectiva de derechos es algo personal, es una ética, y es difícil vulnerarla cuando está en el ADN de una persona”, sostuvo Alicia Cytrynblum, presidenta de Periodismo Social. mo Pobreza –condición en la que vive más del 30 por ciento de los niños en Argentina– representó sólo el 1,7 por ciento de las notas. “Hay que empezar a ver que pobreza es una vulneración de derechos y no es un tema económico”,
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do puesto, con un 22,2 por ciento. “Este dato es un avance en los medios gráficos. Con esto nos ponemos en el mismo nivel que América latina”, explicó Cytrynblum, y agregó: “Creo que se puede ejercer un buen periodismo respetuoso de los derechos, incluso en los medios más difíciles. La perspectiva de derechos es algo personal, es una ética, y es difícil vulnerarla cuando está en el ADN de una persona y se lleva a la profesión”.III
Internacional III La disputa de los campesinos de Itapuá TERCER SECTOR EN PARAGUAY
TEXTO SEBASTIÁN HACHER FOTOS SUB.COOP
l camino de tierra colorada es cada vez más angosto. En algunos tramos, el vehículo pisa los sembradíos. El chofer los mira por el espejo. “Dos surcos menos para la cosecha”, dice, y se ríe al señalar los sojales que lo rodean. Desde el asfalto hay que recorrer 22 kilómetros, siempre con el mismo paisaje: horizonte verde, nubes de polvo y camiones que participan en un rally hacia el infierno. Al final de la ruta, un grupo de jóvenes espera mientras toma tereré a la sombra de un árbol. Son las 10 de la mañana, pero la temperatura supera los 40 grados. Uno de los hombres se para. “Hola compañeros, aquí se acaba el camino. Ahora vamos a seguir el viaje en moto”, anuncia. El trayecto en dos ruedas es mucho más corto. Hay que atravesar trigales y encontrar una casa sin paredes. Allí, un hombre se saca el sombrero y
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Defender l
“Sin tierra no tenemos vida. Nuestra medicina, nuestro alimento, nuestro sustento: todo está allí.”
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saluda: es el vigía que custodia la entrada a la aldea. “Mirar todo el día es la única forma de saber si vienen a atropellarnos”, afirma como preámbulo a una realidad signada por situaciones de violencia inesperada. El puesto de vigilancia está en una loma. Desde allí se ve el camino, pero también la arboleda, la entrada al monte, los cultivos dispersos y algún que otro rancho. Así se llega al Asentamiento 13 de Mayo, departamento de Itapuá, a casi seis horas de Asunción, y a tres de la frontera con Argentina. El nombre de la aldea recuerda aquel 13 de mayo del 2003, día en el que la mayoría llegó a estas tierras. Los pioneros fueron matrimonios con
hijos pequeños, mujeres solas y abuelos sin parientes. Entre ellos se destacaba un joven: Isabelino Sosa, que en aquel momento tenía 17 años y era soltero. Isabelino nació a 20 minutos de allí. Cuando era niño, sus padres participaron de una ocupación a la que bautizaron 13 de Junio. Aquel asentamiento comenzó en 1989, sobre tierras que estaban en manos de un funcionario de la dictadura de Alfredo Stroessner. Eran, dice Isabelino, tierras malhabidas, figura que en Paraguay se usa para llamar a los terrenos que el gobierno de facto repartía como favores. La primera vez que los desalojaron de aquel lugar, Isabelino tenía 12 años
y se escondió en un tronco hueco, con tanta mala suerte que los policías lo usaron para sentarse a descansar. Fueron minutos de miedo, de ojos brillantes por la travesura y de cuerpo inmóvil. Cuando logró escapar y vio las casas quemadas, la gente huyendo hacia el río, algo cambió en su vida.
Por la soberanía alimentaria Al cumplir los 17 años, Isabelino entendió que tenía que hacer su propio camino: tener su casa, formar una familia. Se juntó con otros vecinos en la misma situación y eligieron un terreno que estaba vacío. En los papeles, aquel lugar era parte de las mil hectáreas que pertenecen al doctor
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r la tierra Tomaron terrenos, construyeron sus casas y fueron desalojados 17 veces en siete años. Pero decidieron volver y empezar de nuevo cada vez. Son 40 las familias que habitan en el monte paraguayo donde cosechan sin agrotóxicos, intercambian semillas y viven de lo que cultivan.
Amado Cano Ortiz, un cirujano de Asunción que había operado al ex presidente de facto. Otra vez tierras malhabidas, pero en esta ocasión la disputa sería diferente a la que vivieron sus padres. En el 2003, Paraguay iba camino a convertirse en el cuarto productor mundial de soja transgénica, y los señores de la tierra participaban arrendando propiedades a colonos brasileros. La madrugada del 13 de mayo del 2003, Isabelino encabezó la nueva toma de tierras. Un grupo de cien campesinos entró al monte en silencio, armaron carpas y se pusieron a trabajar. Lo primero que plantaron fue mandioca, que en Paraguay se con-
sume como el pan. Después levantaron ranchos sin ventanas, con apenas un espacio para la cama, la ropa y almacenar algo de lo cultivado: distintas variedades de porotos, maní, avilla, trigo y toda verdura que sirva para el autoconsumo. Si los productores de soja compran las semillas a una o dos compañías monopólicas, entre los campesinos de a pie las intercambian como si fueran tesoros. “Nosotros hacemos soberanía alimentaria”, indica Isabelino. “De lo que producimos, guardamos semillas y las intercambiamos, por más que mucho se pierda en los desalojos. No usamos agrotóxicos y tratamos de alejarnos del agua contaminada por los pestici-
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das, aunque ahora es casi imposible y los niños se enferman”, asevera. En el país de Fernando Lugo, la fumigación de las plantaciones de soja parece no tener control. Tampoco sus consecuencias. El único caso reconocido de víctimas de los efectos nocivos de los agrotóxicos es el de Silvino Talavera, un niño de 12 años que murió envenenado cuando un productor lo roció con Round Up, un pesticida fabricado por Monsanto en base al glifosato. Por el caso fueron condenados a prisión dos productores sojeros. La madre del niño, Petrona Villasboa, es una médica naturista y suele recorrer el asentamiento para ayudar a los pibes enfermos. “Pero ya casi no quedan yuyos medicinales”, sostiene Petrona y reconoce que a veces tiene miedo de que los que encuentra “estén contaminados”.
Ir y volver Mantener vivo el asentamiento 13 de Mayo no fue fácil. A fines del año pasado ya contaban 16 desalojos. Luego de cada uno de ellos, los campesinos volvieron al mismo lugar. Los métodos para desalojar fueron siempre iguales: la policía lanza un operativo, los campesinos los ven a lo lejos, lanzan cohetes al aire como aviso y la mayoría ya sabe que eso significa que hay que escapar. A veces llegan 50 o cien hombres armados y arrasan con toda la aldea. Doña Teodora Benítez, una de las habitantes más antiguas, construyó su rancho al borde del monte para poder escapar rápido. Todas las noches prepara un paquete con comida para ella y su hijo. “Si hay que irse por lo menos tenemos algo para llevar”, explica. La última vez pasaron la noche a la intemperie. Al volver, descubrieron que no sólo le habían quemado el rancho, sino que se habían llevado una gallina clueca y su único chancho. Como consecuencia de los enfrentamientos, cerca de 40 campesinos tienen pedido de captura. En febrero del 2009 lograron que la Justicia ordene no innovar. Parecía que por fin reinaría la calma, pero a fin de mes llegó un operativo encabezado por la familia del médico de Stroessner. Ese desalojo número 17 fue más violento que los anteriores. La policía llegó por sorpresa e hizo una
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Internacional “De lo que producimos, guardamos semillas y las intercambiamos, por más que mucho se pierda en los desalojos. No usamos agrotóxicos y tratamos de alejarnos del agua contaminada por los pesticidas, aunque ahora es casi imposible.” emboscada en la que lograron detener a 47 personas: 20 de ellas mujeres y el resto niños. En una hora y media quemaron todas las casas, destruyeron cultivos y taparon los pozos de agua. Los detenidos fueron encerrados en calabozos en la comisaría de María Auxiliadora y liberados al día siguiente. Los que lograron esconderse supieron que algo extraño sucedía: en el monte, los oficiales gritaban los nombres de los dirigentes para animarlos a salir y llevarlos presos. Lo que no sabían era que, una vez escondidos, cada uno de los asentados adopta un apodo secreto –uno que por lo general es un insulto en guaraní– y que sólo responden a ese llamado o a una serie de silbidos parecidos al de los pájaros. Un día después de aquel desalojo, volvieron. A medida que salían del monte, algunos descansaban debajo de los árboles o en carpas de nylon montadas sobre las cenizas de sus casas. Isabelino guardó en una bolsa los cartuchos de fusil e itaca que habían disparado contra ellos. Hubo una asamblea y se dividieron en grupos para cortar madera y levantar los ranchos, cavar los pozos de agua y arreglar los caminos. Pero lo primero que pusieron en marcha fueron los cultivos. En un mes volvieron a crecer, como si nada hubiese sucedido, como si la tierra todavía pudiese hacer milagros.
La vida comunitaria
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El inicio de las cosechas marca la vuelta a la rutina. Los niños van de casa en casa y comen donde les agarre hambre. Un vecino camina con su machete al hombro, pasa por el sembradío de otro y ve yuyos, casi por instinto se pone a cortarlos. Hay un entramado de vida comunitaria casi familiar, tan naturalizada que a nadie le llama la atención. Como si volver 17 ve-
ces al mismo lugar fuera algo común. Incluso, si le preguntan por qué regresaron, Isabelino se encoge de hombros y afirma: “Porque tenemos razón y porque no hay derechos para el campesino. La tierra se gana con guerra. Siempre fue así”. ¿Y de dónde viene esa tradición? Isabelino casi no lo sabe. “A nosotros nos robaron el pasado. Muchos no conocemos nues-
tras raíces indígenas. Desde la Guerra de la Triple Alianza para acá, nos ocultaron nuestra verdadera historia”, confía. Sin embargo, sabe que hay algo más profundo que la mera supervivencia. “Sin tierra –asegura– no tenemos vida. Nuestra medicina, nuestro alimento, nuestro sustento: todo está allí”. Aunque con timidez, tanto él como cualquiera de su familia pueden enumerar las propiedades de las plantas medicinales que crecen a la orilla de monte y reconocer que en el pasado fueron aborígenes y que mucha de esa cultura sobrevive en las costumbres actuales. Una de las personas que intenta recuperar esos saberes es Julia Franco, dirigente de la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, la Conamuri. Según los cálculos de la organización, los campesinos paraguayos tienen 75 por ciento de sangre indígena y 25 por ciento española. “En otras palabras, somos fruto de la violación de las mujeres indígenas por los españoles”, aclara. Esa mezcla se refleja incluso en la lengua: todos hablan lo que se llama jopará, una mixtura entre el guaraní puro y un español precario. Julia considera que allí reside el problema: “Es que ni siquiera dimensionamos todo el conocimiento que hay que recuperar. Siempre decimos que perdimos nuestras raíces. Y cuando decimos eso, también decimos que eso nos impide ver nuestro camino”. Y allí están, claro, Isabelino y sus compañeros: a tientas, por intuición, tratando de dar los primeros pasos para recuperar el rumbo.III
Este trabajo fue realizado con el auspicio de las becas de investigación periodística de la Fundación Avina.
Discapacidad III Tecnologías adaptadas
Para superar BARRERAS Programas que leen libros a no videntes o aros magnéticos para hipoacúsicos son algunos de los recursos generados por el desarrollo informático para mejorar la calidad de vida de las personas con capacidades diferentes. TEXTOS ALEJANDRO CÁNEPA
espués de regresar de su trabajo en Vicente López prepara un té. Se sienta delante de la computadora, la enciende y abre un programa. Dedos y teclas hacen salir una voz de los parlantes que narra el libro de cuentos Mujeres de ojos grandes, de la mexicana Ángeles Mastretta. Aun sin el libro clásico en mano, Lourdes Simán, una profesora de Letras que prácticamente no ve, puede disfrutar de la lectura gracias a un software especial. Y es que en pleno siglo XXI, la tecnología llegó también para mejorar la vida de las personas con alguna discapacidad.
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Mouses adaptados para quienes tienen problemas de motricidad. Programas para oír libros o aprender lenguaje de señas. Impresoras Braille. Sillas de ruedas a motor, guiadas con el mentón. Computadoras que se manejan con una vincha. Todos estos dispositivos y muchos otros ya existen y permiten hacer más llevadera la vida de quienes padecen alguna limitación física o mental. Pilar Ferro preside el Centro de Asistencia y Rehabilitación Especial (Care), un proyecto que busca acercar recursos tecnológicos, en especial a través del diseño de hardware adaptado. “Hay que ofrecer recursos informáticos, que aportan distintas
cosas en diferentes etapas de sus vidas. Y propiciar una mayor inclusión social”, afirma. El Care, entre otras tareas, brinda cursos de capacitación gratuitos a docentes sobre tecnologías informáticas adaptadas, en el marco del programa Integrared, impulsado por la Fundación Telefónica de Argentina. Esta empresa también sostiene económicamente los desarrollos de dispositivos que realiza esa entidad. Entre ellos, el más destacado, según Ferro, es “el Tecmouse, que reemplaza al mouse convencional. Este dispositivo sirve para las personas que si bien pueden mover la mano, no tienen precisión en el movimiento,
“Hay que ofrecerles recursos informáticos que aportan distintas cosas en diferentes etapas de sus vidas. Y propiciar una mayor inclusión social”, afirma Pilar Ferro.
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EL programa En otras palabras permite a chicos sordomudos aprender el lenguaje de señas.
especialmente aquellos que tienen problemas neurológicos. Y es el más demandado.” Por supuesto, para que eso suceda no alcanza con que la solución técnica exista, sino que además debe ser accesible. Y ahí está la grie-
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“Cuando tus ojos se apagan, dejan de captar figuras, distancias, colores, letras y números. Por eso, uno necesita reencontrarse con esa información que ya no podemos ver”, señala Lourdes Simán.
Lee todo es un software que permite leer braille y textos a través de la PC.
ta que señalan las OSC y que intentan suturar.
Mirar sin ver “Cuando tus ojos se apagan, dejan de captar figuras, distancias, colores, letras y números. Por eso, uno necesita reencontrarse con esa información que ya no podemos ver”, afirma Lourdes, la lectora de Mastretta. Ella, que trabaja en el Instituto de Ojos,
Baja Visión y Rehabilitación de Ciegos de Vicente López, que depende de la Municipalidad local, ejemplifica la importancia de tener ciertas tecnologías: “Un reloj sonoro es muy importante. Lo mismo un celular que te dice los números cada vez que apretás un botón”. En ese punto entra a tallar el tema económico. “Los celulares sonoros salen de 500 pesos para arriba. Un
equipo con GPS, que para las personas no videntes sería fundamental, anda por los mil. Una máquina para escribir en Braille también es cara y en el país no se fabrican”, explica esta mujer, quien también forma parte de la Biblioteca Parlante Nuevo Ser, de San Martín. Ella no se olvida el lado positivo. “Para el que puede acceder a estas herramientas, se abren muchas puertas. Ahora, a una persona no vidente, por ejemplo, se la puede evaluar sin saber Braille, simplemente se cargan las preguntas o los trabajos en la computadora y el programa los lee”, cuenta.
El silencio no es salud
Una aplicación para hablar con señas arte de la formación como Licenciada en Sistemas de Romina Dos Santos consistió en explorar un mundo nuevo. Con las máquinas que le facilitó la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), su propia capacidad y la tutela de su profesora Raquel Petris, creó el programa En otras palabras, para que chicos sordomudos puedan aprender el lenguaje de señas. Los primeros que se beneficiaron con la iniciativa fueron los alumnos de la Escuela Hellen Keller, de Corrientes, quienes testearon el software. “Los propios chicos me fueron ofreciendo material sobre lengua de señas, y así lo fuimos desarrollando”, explica. El dispositivo tiene distintas categorías que permiten aprender a formar palabras con señas; se empiezan con términos básicos y después se avanza con otros conceptos. El programa contiene videos en los que una persona muestra cómo se debe hacer la seña correcta para significar la palabra deseada. “Podés repetir el video las veces que quieras, para aprender mejor la seña”, cuenta Romina. La elaboración de las imágenes fue bien a pulmón. “Usamos una cámara filmadora mía, y las instalaciones las puso la escuela. Colocamos un telón sobre una pared de un aula, y ahí se ponían los docentes para que los filmásemos haciendo las señas”, relata. El programa incluye textos, cuentos e historias, y un folleto que acompaña al dvd describe la estructura gramatical de la lengua de señas. “Decir con señas mamá, papá o tío” es simple, pero para formar oraciones necesitás saber la estructura de la lengua, por eso escribí el libro”, confiesa.
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Las personas hipoacúsicas suelen encontrar en los audífonos un aliado fundamental. La Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (Mah), según su presidente, Horacio Cristiani, ofrece a sus socios “el ensamble, servicio técnico, mantenimiento y confección de carcasas y moldes de audífonos”. La Mah también instala amplificadores de aro magnético, que consisten en un dispositivo para que los sonidos de un espectáculo lleguen sin interferencias al oído de la persona con hipoacusia. Cristiani cuenta que hoy en día hay transmisores especiales que se aplican entre un docente y un alumno con esta discapacidad, para que lleguen de manera “limpia” las instrucciones y comentarios del profesor durante la clase. Pero reconoce que esta “tecnología aún no se ha masificado a causa
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Discapacidad
Diferentes sistemas de alarma por luz, sonido y vibración para personas hipoacúsicas.
de los precios. Salvo los sistemas de aro magnético, todos los demás accesorios resultan demasiado costosos para la mayoría de la gente”. Una mejora clara en la situación de los hipoacúsicos es la extensión del sistema “close capted”, que, mediante un decodificador, permite que aparezcan subtítulos en la pantalla de la televisión. Aunque no todos los programas pueden verse con esta tecnología, algunos como Almorzando con Mirtha Legrand y Bendita TV sí están disponibles.
CÓMO CONECTARSE
Ruedas y barreras
É Proyecto En otras palabras 03783-423126
Stella Maris Zigante tiene 64 años, es abogada y tesorera de la Fundación Vitra. No tiene movilidad en los brazos y piernas a causa de la poliomielitis que sufrió en los ’50. Atiende con su celular manos libres, y comenta: “Es mucha la gente que no accede a las nuevas tecnologías. Por falta de información o porque las obras sociales no cubren cosas o son reticentes a dar lo necesario o porque no tienen cobertura”. Zigante cuenta que consiguió una silla de ruedas con motor, pero a un costo muy alto: 16 mil pesos. Y asegura
É Acceso Ya 4780-5817 É Care 4568-2731 É Proyecto Lee Todo info@leetodo.com.ar É MAH 4384-6111 É Biblioteca Nuevo Ser 4754-2814 É Fundación Vitra 4307-1891
que en una obra social rehusaron entregar ese instrumento a una persona cuadripléjica con el argumento de que “una silla con motor es un lujo”. Zigante afirma que no hay que inventar demasiado para mejorar la situación. “Lo que hay que hacer es cumplir con la Ley 24.901, según la cual, en todos los casos se deberá brindar cobertura integral en rehabilitación, cualquiera fuere el tipo y grado de discapacidad, con los recursos
humanos, metodologías y técnicas que fuere menester, y por el tiempo y las etapas que cada caso requiera’.” Quien reitera la importancia de cumplir con las normas es Evangelina Gálligo, coordinadora de Acceso Ya. “Debemos tener presente lo establecido en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU”, afirma. Ésta determina que los Estados firmantes, entre ellos Argentina, deben “emprender o promover la investigación, el desarrollo, el uso y disponibilidad de bienes, servicios, equipo e instalaciones de diseño universal, nuevas tecnologías, incluidas las de la información y las comunicaciones, ayudas para la movilidad, dispositivos técnicos y tecnologías de apoyo adecuadas para las personas con discapacidad.” Ferro, de Care, asevera que “desde el Estado se deben propiciar políticas para facilitar a quienes tienen alguna discapacidad el acceso a las nuevas tecnologías”, que para un porcentaje significativo de la población significan mucho más que artículos de última generación pensados para el confort y la recreación.III
El programa que lee todo arcelo Martinotti enseñaba computación a chicos de la ciudad bonaerense de Berazategui, hasta que un día, en la localidad de Hudson, se encontró con un alumno ciego y no supo qué hacer. “De ahí empecé a investigar qué había en software para chicos ciegos y encontré poco; por eso, junto a Lidia Miño, desarrollé el Proyecto Lee Todo”, cuenta. Esa iniciativa consiste en un software que permite leer Braille y textos comunes a través de los parlantes, editar audios y muchas más cosas. “Para los chicos no son fáciles los lectores de pantalla como el ‘Jaws’, así que ideamos esta aplicación”, cuenta Martinotti, a quien también apoya la empresa de telefonía, que utiliza el software en cursos gratuitos de capacitación. “El Lee Todo es un entorno de aprendizaje bastante amplio. Con mi señora armamos el proyecto como una utopía, no lo queremos vender. Sí buscamos el apoyo de empresas o instituciones”, explica Martinotti y se entusiasma: “El chico puede tenerlo en su casa, y usarlo para jugar. Y, mientras juega, aprende cómo es el teclado numérico; también puede oír un libro, sin entrar en un lector de pantalla, o aprender Braille. Y en un pendrive puede llevar el programa a la escuela y usarlo ahí”.
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Lourdes Simán, quien prácticamente no ve, utiliza un reloj sonoro para conocer la hora.
Camino al andar III Sergio Val
Uno entre los PIBES Conduce desde hace 22 años Che Pibe, la organización de Villa Fiorito que educa para la vida y para que los chicos no repitan de grado. Sostiene que el verdadero cambio social va de la mano del compromiso con la política. TEXTO ADRIÁN FIGUEROA DÍAZ
ablar de Sergio Val es hablar de Che Pibe y viceversa. Lo es desde hace 22 años, tiempo en que esa organización de Fiorito, al sur del conurbano bonaerense, se convirtió en referente local y nacional de colectivos sociales que trabajan con pibes. Muestras de solidaridad, trabajo comunitario y militancia la pusieron al frente de cantidad de noticias. Y aunque en ellas se vieron chicos y educadores, quien anda con ellos es él, el flaco Sergio,
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al volante del enorme micro que los lleva a todas partes. Un tipo sobre el que es difícil escribir un artículo periodístico en pretérito perfecto simple porque vive “en un presente perpetuo”, define. “Como si no me detuviera en lo que pasó ni lo que va a venir. Actúo. Hago ya.” Sergio nació hace 43 años en Miramar, provincia de Buenos Aires. Su padre, un piloto de aviones, murió antes de que cumpliera un año. “Pero –recuerda– nos marcó mucho cómo hablaban de él: era el tipo más maravilloso del mundo, desprendido de lo
material, amoroso. Y quizás eso fue prendiendo en nosotros.” Durante su juventud, la dictadura condimentada con su participación en un grupo juvenil católico y un secundario cuyo rector era un capitán retirado, lo marcaron. Fue un tiempo en que estuvo “en lo social y lo celestial –sintetiza–. Queríamos ser los buenos y ganarnos el cielo. Hasta que nos golpeamos con las causas del sufrimiento y nos dimos cuenta de que al cielo lo teníamos ganado sólo por haber nacido en este tiempo, y que el desafío era construirlo acá”.
Cada 24 de marzo, Che Pibe participa de la Marcha por la Memoria organizada por las Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora.
Entonces decidió abrir caminos. Luego del secundario fue alumno de abogacía en la UBA e integró el Grupo de Estudios Criminológicos (GEC) al frente de un ignoto Eugenio Zaffaroni. Se vincularon a personas privadas de la libertad e impulsaron el reconocido Grupo Universitario de Devoto (GUD). Hubo diálogos con presos que lo marcaron: “Contaban historias de cirujeo y de cómo la pobreza los había llevado al delito”, recuerda. Al poco tiempo, con una compañera fundaron la Biblioteca Universitaria de esa cárcel porteña. “Éramos las manos de ellos afuera”, figura. No obstante, su carrera universitaria no siguió. Al año siguiente, 1987, el camino lo llevó a conocer una veintena de chicos que gritaban “llegó Sergio” cada vez que lo veían con su guitarra y la mochila con papeles y lápices de colores en la estación de trenes de Lomas de Zamora. Pasaba el día con ellos en la Callejeada, un espacio que cobijaba como podía a esos pibes. La elección por ellos estaba hecha. Con esa experiencia, en mayo de ese año participó del Congreso Criollo, una iniciativa del psicólogo social Alfredo Moffat, donde se discutió “locura, violencia y pobreza”, con trabajos en villas. Anduvo por Fiorito y se quedó. Con él, fueron nueve los fundadores de Che Pibe. Caminaron el barrio y notaron una alta repitencia en los dos primeros años por falta de educación inicial. Entonces se lanzaron con el jardín de infantes con un atractivo, la murga Los futuritos de Fiorito. Pero la necesidad amplió el horizonte. “Arrancamos con la educación, pero ya se hacía sentir el hambre –comenta–. Desde que vivimos en el barrio, no sabés la cantidad de familias que hemos llevado en el micro al cementerio con criaturitas. Recuerdo haber ido a casa de chicos que estaban tan desnutridos que ni gestos tenían.” Che Pibe se hizo cargo de ese problema comprendiendo ya que la pobreza es la madre de todas las necesidades y que había que enfrentarla de otra manera. Se dieron cuenta de
“Arrancamos con la educación, pero ya se hacía sentir el hambre. Recuerdo haber ido a casa de chicos que estaban tan desnutridos que ni gestos tenían.” que “no se podía estar en lo social sin estar en lo político” cuando en 1988 participaron del primer Encuentro Latinoamericano de Chicos de la Calle y conocieron a Alberto Morlachetti, referente del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, sobre quien Sergio confiesa: “Lo quiero y admiro como un chico a su papá”. Por entonces, la gente, los problemas y las alegrías eran otras en Fiori-
to. Había calles de tierra. Ahora, pavimentos, “pero la mierda está en la vereda, el agua de las napas y los zanjones está contaminada, la venta de falopa aumentó, la calle llevó a más pibes al delito, la policía mató más chicos, las familias se están destruyendo –compara Sergio y frena la enumeración con un suspiro–. Tanto empeoró todo que uno podría preguntarse por CÓMO CONECTARSE
É Fundación Che Pibe 4267-9771
qué si pasaron 22 años dejando la vida en el barrio, estamos peor. ¿Estaremos haciendo algo mal?” Es cierto que el quehacer cotidiano es desbordante y por momentos, reconoce, Che Pibe “no da abasto”. Pero, según el flaco, hay dos puntos de vista: “Trabajar sobre lo coyuntural, que es una anécdota, o apuntar a lo estructural, que es lo que determina”. Entonces, a quienes hacen la primera opción, la del asistencialismo, él les aconseja “que se busquen un buen laburo y se dediquen a otra cosa”. En cambio, para los que persisten en lo trascendente, sostiene que “hay que darse cuenta de que es un momento en que las organizaciones sociales tienen que tener una mirada política de la realidad. ¿Y qué es una mirada política? Es aquella que trasciende el portón de tu institución; una mirada de comunidad, de país que queremos, de continente que tiene todo para ser feliz”. Desde ese presente perpetuo, figuras como el escritor Osvaldo Bayer, el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel o los cantantes León Gieco, Teresa Parodi y Julia Zenko, y Diego Maradona, entre tantos, hicieron su aporte. Los contagió el ímpetu de los educadores –entre los que está Sergio, aunque como titular de la organización– que no se quedan con lo hecho. Suman causas que tienen una misma raíz; una muestra de ello es, desde hace cinco años, el Encuentro de la Resistencia Indígena y Campesina. “Nos identificamos con los valores ancestrales de los pueblos originarios –argumenta– porque vamos descubriendo dónde queremos estar y cómo escribir la historia.” Desde la perpetuidad del presente de entonces hasta el de hoy, Che Pibe está donde se lo invite. Y si alguna convocatoria necesita movilizar, pone un conductor alto y movedizo, con los rulos ya canosos, anteojitos redondos, un chiste y una reflexión siempre a mano para ese colectivo grandote en el que viajan Che pibes con sueños para todas las realidades, yendo “por un camino en el que tendríamos que juntarnos varios más, para que al país lo gobiernen los buenos”.III
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Cultura III Teatro de los Oprimidos
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Especta-actores EN ESCENA
Con una técnica que hace del arte un foro, la compañía El infierno de los vivos invita al público a modificar el final de las obras que representan. Así, reflexionan en vivo y plantean múltiples caminos para transformar una realidad. TEXTO NATALIA CALISTI
ay historias que empiezan y terminan y hay otras, que justamente empiezan donde parece que en realidad terminan. El Teatro de los Oprimidos propone salir a escena con estas últimas: con las que arrancan cuando parece que va a caer el telón porque ya está todo dicho. Las historias, sí, son de opresión. Pero los finales, los verdaderos finales, son inciertos porque los define el público. Uno, dos, tres espectadores que intervienen en alguna de las escenas, en el papel de alguno de los personajes, y le dan un giro a la obra. Y la transforman para que la historia inicial, que parecía condenada a terminar de una única manera, estalle en múltiples finales a partir de esas intervenciones. Los precursores de esta metodología de las artes escénicas definen cada secuencia como un laboratorio
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donde se experimenta la toma de decisiones en la vida real. Y donde todos participan, desde los espectadores que asumen el rol de alguno de los personajes e intervienen directamente en la historia, hasta los que se quedan expectantes y deciden no ingresar a escena. Porque no ingresar, dicen, también es una elección. “La pedagogía del Teatro del Oprimido entiende que el arte es un derecho. Por eso no hace falta ser actor para entrar a la escena y actuar, porque la obra es un ensayo para la toma de decisiones en la realidad”, afirmó Marcos Arano, director de El infierno de los vivos, una de las compañías que trabaja con esa base en Buenos Aires, junto a otros 15 grupos repartidos por las provincias. Esa intervención viva del público es lo que la compañía llama “teatro foro”, una de las metodologías de esta manera de actuar sobre tablas. Hay otras. En Brasil y en India, por ejem-
plo, se extendió mucho el “teatro legislativo” donde los espectadores no sólo intervienen y debaten, sino que además proponen proyectos de ley. En Argentina, el proyecto empezó hace cinco años en Crear Vale la Pena, una organización que cuenta con un centro cultural en La Cava, uno de los barrios más pobres del conurbano bonaerense, lindante con San Isidro, uno de los más ricos. El grupo debutó con la obra Iguales pero Diferentes y recorrió varias escuelas con el apoyo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Al año se independizó y buscó inspiración en el periodista y escritor Italo Calvino para acuñar un nombre propio en una de sus citas. En esa que habla, justamente, del infierno de los vivos que existe aquí, el que habitamos todos los días, el que formamos estando juntos. El Teatro de los Oprimidos nació en Brasil, a mediados de los ’60, inspira-
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Cultura do en la pedagogía de la opresión de Paulo Freire. El creador de esta técnica, que hace del escenario un verdadero Parlamento, es el dramaturgo Augusto Boal.
¿Qué onda con Borges? El infierno de los vivos tiene dos producciones: ¿Qué onda con Borges? y Puzzle, modelo para desarmar. La primera está en cartel, recorrió escuelas y festivales y en julio pasado presentó algunas funciones en el Espacio Cultural Nuestros Hijos, el centro que las Madres de Plaza de Mayo montaron en lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada, la Esma, todo un símbolo de la opresión. La escenografía es bien sencilla. Son varios pupitres dispuestos en una aula imaginaria y un atril que sostiene una pizarra. Las patas de los pupitres están enredadas en sogas de colores, como si fueran a atrapar a los estudiantes que entran a clase cuando empieza la función. Ahí esta Matías Occipinti y ahí está Rosa Díaz, dos chicos del curso. Rosa es renga y llega a clases con un bastón. Matías es despiadado y hostiga a Rosa hasta el hartazgo. Pero ahí también están sus compañeros ¿cómplices? y la maestra, incapaz de resolver una situación que desborda violencia. El público va a intervenir sólo al final, al supuesto final, cuando el director de la compañía irrumpirá en la escena para preguntar qué otros cami-
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“El arte es un derecho. No hace falta ser actor para entrar a la escena y actuar, porque la obra es un ensayo para la toma de decisiones en la realidad”, afirmó Marcos Arano. nos puede tomar la historia. Y ahí se levanta Angélica, una mujer que pasó los 50 y se pone el guardapolvo de uno de los compañeros de Rosa y entra al curso como él, como el compañero, y habla con ella y con los otros
CÓMO CONECTARSE
É El infierno de los vivos contactoconelinfierno@yahoo.com.ar elinfiernodelosvivos.blogspot.com
y les propone enfrentar a Matías, hasta que Matías vuelve al aula. ¿Lo enfrentan? El foro –los espectadores– debate sobre la intervención de Angélica y planifica una segunda estrategia, una idea que se le ocurrió a Rodrigo, un pibe de unos 20 años que se pone el guardapolvo de la maestra. Cuando empieza la clase, sobre Borges, la maestra que compone Rodrigo deja de mirar para otro lado mientras Matías se ríe a los gritos de Rosa y dedica su tiempo en el aula a hablar con sus estudiantes de esta situación. El público vuelve a debatir y abre una intervención más. “Las obras de teatro suelen plantear un espectador pasivo, funcional a una finalidad pasatista –indicó Arano–. La idea del Teatro del Oprimido es que el espectador sea activo y se involucre en el hecho teatral, por eso los llamamos especta-actores”. ¿Qué onda con Borges? fue pensada para trabajar en colegios, donde es probable que los chicos que suben a escena, los especta-actores, se pongan el guardapolvo de un compañero cercano a los Matías o a las Rosas que haya en el aula. En estos casos, cuando el laboratorio se monta en la escuela, la compañía propone extender el foro a las horas de clase y profundizar sobre las ideas y las reflexiones que movilice la obra. En India y en Brasil, en cambio, la técnica se expandió con fuerza en el campo donde los oprimidos se parecen más a los peones rurales y a las mujeres.III
Salud III Síndrome de Turner
Una respuesta PARA MUCHAS Alrededor de 10 mil mujeres en Argentina padecen baja estatura, inhibición sexual e infertilidad por la falta de un cromosoma X. Pero sólo el 10 por ciento lo sabe. La Fundación Cromos brinda asesoramiento, tratamiento y contención. TEXTO KARINA LUGONES
atalia es estudiante de magisterio, tiene 24 años y mide 1,48, aproximadamente 20 centímetros menos que el promedio de la población femenina. Su baja estatura se debe a la ausencia total o parcial de un cromosoma X, una alteración genética que sólo afecta a mujeres. Se trata del Síndrome de Turner (ST) que, como Natalia, padecen una de cada 2.500 recién nacidas. “El año pasado me enteré de que padecía el síndrome. Fue duro pero entendí que es lo que me tocó y hago una vida totalmente normal”, asegura la joven, quien se enteró de su estado cuando fue a realizarse un chequeo ginecológico por la falta de menstruación. Ante su falta de información sobre el tema, se acercó a la Fundación Cromos, creada por un grupo de médicos hace cuatro años para brindar contención psicológica y clínica a quienes pa-
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Los síntomas
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Baja estatura Gónadas en cintillas Malformaciones craneales Cubito Valgus Cuello corto Paladar ojival Baja implantación del cabello Múltiples Nevos Edema en manos y pies Tórax plano y amplio en forma de escudo Párpados caídos Ojos resecos
Voluntarios informan sobre la enfermedad.
decen alteraciones cromosómicas. “Me sirvió mucho conocer a otras chicas que pasaban por lo mismo que yo. En la fundación te sentís contenida. A la mayoría les cuesta relacionarse, son muy tímidas, pero por suerte no es mi caso, aunque sí sufrí mucho el tema de la baja estatura, especialmente porque vivimos en un mundo donde lo que importa es el envase”, explica Natalia. Se calcula que unas 170 mil personas padecen alteraciones cromosómicas, pero la mayoría lo desconoce por falta de información, tanto en la sociedad como en el ámbito médico. Estas anomalías genéticas no tienen cura, aunque con el diagnóstico oportuno se pueden aplicar tratamientos con óptimos resultados. Sin embargo, en el Síndrome de Turner “la mayoría de los casos son diagnosticados en la adolescencia, cuando ya no es posible indicar hormona de crecimiento para que de esta manera puedan llegar a aproximarse a una estatura normal”, cuenta Sandra Iacobini, presidenta y una de las fundadoras de la Fundación Cromos. Las pacientes con esta enfermedad
suelen presentar como síntomas la timidez y el retraimiento. “A partir de la adolescencia tienden a tener trastornos depresivos, un tema importante a trabajar. Les cuesta mucho hacer amigos y relacionarse, pero después de un trabajo importante de aceptación logran tener pareja y formar vínculos”, explica la médica. “No siento ningún impedimento, pero lo que sí habría que ver es el tema de los hijos en un futuro. Eso fue lo primero que le dije a mi novio cuando me enteré de que padecía el síndrome”, cuenta la futura maestra jardinera. A pesar de los avances de la ciencia hoy sigue sin encontrarse una explicación a por qué se pierde total o parcialmente un cromosoma X durante el desarrollo de un embrión, algo que, sin ser hereditario, provoca en las niñas una estatura baja y problemas en el desarrollo hormonal. La Fundación Cromos atiende también las enfermedades asociadas como cardiopatías, alteraciones renales, endocrinológicas y ginecológicas, entre otras. Uno de los pilares básicos del tratamiento consiste en la administración de la hormona del crecimiento a partir de los 3 ó 4 años hasta los 16, a través de una inyección que contribuye a aumentar la estatura de las niñas hasta alcanzar, en algunos casos, el 1,50 ó 1,52 de altura.III
CÓMO CONECTARSE
É Fundación Cromos 4988-0531 www.sindromedeturner.org.ar
Granitos de arena Alegría intensiva Un grupo de 15 clowns y un médico, integrantes de la organización Alegría Intensiva, utilizan el arte como herramienta para mejorar las condiciones de internación de los niños en el Hospital Garrahan, de la Ciudad de Buenos Aires. Así, contribuyen a mejorar la realidad que los chicos transitan entre las paredes del centro de salud.Y lo hacen a través de la organización de actividades teatrales, musicales, desde la improvisación y el absurdo. Los médicos de la alegría visitan dos veces por semana a entre 50 y 60 pacientes, con el objetivo de que esas actividades contribuyan a su recuperación. www.alegriaintensiva.org.ar
Un dólar por los niños Un dólar alimenta a cinco niños argentinos. El cálculo, que puede leerse desde el sitio www.masporloschicos.com, alienta a las personas que viven en el país y en el exterior a colaborar al menos con un dólar en beneficio de nueve comedores comunitarios de Buenos Aires y alrededores, donde diariamente almuerzan, meriendan y cenan unos tres mil niños en situación de pobreza. La iniciativa es impulsada por un grupo de jóvenes que, a mediados de 2000, decidieron armar un proyecto socio-comunitario para ayudar a los sectores postergados. Así, Marcelo Birnbach, junto con cuatro amigos, dio el puntapié inicial a la experiencia al diseñar el sitio web que recibe entre 40 mil y 50 mil clics diarios, lo que se traduce en la donación de alimentos por parte de una empresa a algunos de los comedores comunitarios con los que colabora el portal, hoy constituido en asociación civil.
Contra el cáncer En Mendoza, la Fundación para la Vida y contra el Cáncer (Fundavita), creada en 1995 por un matrimonio, asiste a pacientes oncológicos de bajos recursos e impulsa investigaciones científicas. La entidad organiza encuentros para recaudar fondos y comprar equipos de diagnóstico, entre otros, para distribuir entre los tres hospitales públicos de la capital mendocina, los más importantes de la provincia. Otra área de acción de la entidad es la dedicada a tareas sociales entre las que se destacan el taller recreativo de arte terapia para niños y adolescentes con cáncer, y tareas de contención y compañía para pacientes adultos. www.fundavita.org.ar
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Me cambió la vida III Ariel V.
De becario a PADRINO Una beca de la Fundación Cimientos le permitió terminar la secundaria en 2007. Ahora será él quien colabore para que otros chicos finalicen sus estudios. TEXTO SILVIA MARCHANT
etenta pesos. Ésa era la suma que Ariel V., de 20 años, recibía todos los meses, en 2002. Él contaba cada billete y hacía cuentas. Con el dinero tenía que pagar la cuota de la escuela, los pasajes de colectivo y tren, más la comida. Y lo grandioso era que le alcanzaba para todo. Además, las monedas que le sobraban, las ahorraba. Incluso hubo ocasiones en que parte de la plata fue destinada a la compra de remedios para Francisca, su mamá. Y también para pagar las chapas que evitaran que la lluvia inundara su casa. La suma se convirtió en 80, luego 90, hasta llegar a 110 pesos en 2007, cuando Ariel, Chapa para sus amigos, terminó los estudios secundarios. La historia de los 70 pesos comenzó un día de los tantos que Ariel llegó temprano a la escuela Nuestra Señora de Fátima, de Villa Soldati, donde cursaba la secundaria. Su arribo antes de la apertura no respondía a la calidad del servicio de la línea Belgrano Sur. Todo lo contrario. Para no llegar tarde a clases, salía mucho tiempo antes de lo estimado de su casa en González Catán, al oeste del partido de La Matanza, entre los más pobres del conurbano. Uno de esos días, “las chicas de (la Fundación) Cimientos estaban en el colegio ofreciendo becas a los alumnos. Y como yo ya estaba ahí la directora me vio y me preguntó si quería. Le dije que sí. Y me entrevistaron. Después llamaron a mi mamá que estaba trabajando y a partir del mes si-
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guiente comencé a recibir la beca”, cuenta Ariel. Al poco tiempo, Francisca tuvo un ataque de presión y la mitad de su cuerpo quedó paralizado. Ella constituía el único sostén del hogar. Y al enfermarse, perdió su trabajo de empleada doméstica. Las cosas se complicaron. Y los 70 pesos cobraron un valor increíble. Pero también las reuniones que tenía todos los meses con “las chicas de Cimientos”, como él las
llama: “No eran sólo para recibir el dinero. También eran para hablar con ellas, recibir consejos”, dice. Manuel Arias es el nombre de la calle de tierra sobre la que fue construida su vivienda en González Catán. La casilla fue instalada en ese terreno cuando nació Chapa, hace más de 20 años. Allí creció, jugó con sus amigos
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É Fundación Cimientos 4829-8600 info@cimientos.org www.cimientos.org
y estudió la primaria. Pero al cursar sexto grado decidió irse a Salta, a Pichanal donde se había ido a vivir su papá. Sus padres se separaron cuando Ariel tenía 8 años. “Recuerdo que mi viejo ya no estaba en casa. Y mi mamá estaba todo el día trabajando para que con mis dos hermanos pudiéramos comer.” En Salta, Chapa cursó séptimo grado. Pero luego quiso volver. Es que “extrañaba mucho a mi mamá y no me acostumbraba al lugar.” Así, volvió a su barrio. Y comenzó a estudiar en “la Fátima”, escuela donde también lo hicieron su padre y sus tíos, cuando había sólo un aula de madera y estaba alzada sobre pilotes para protegerse de las inundaciones, usuales por aquellas épocas. Ariel es uno de los miles de beneficiados por el Programa de Becas Escolares de Cimientos, una iniciativa que apadrina a chicos para que puedan finalizar la secundaria. Hoy Chapa terminó de estudiar y trabaja como técnico para una empresa que brinda servicios de telefonía y de internet. Estudia teatro y corre maratones. Así como hubo un padrino que le permitió culminar la escuela, Ariel quiere hacer lo mismo. Por eso, a partir del año próximo será uno de los padrinos que colaboran con la entidad. Y también se sumó como voluntario a las actividades que desarrolla la fundación. “Me pone triste que haya tantos chicos que no tengan dinero para ir a la escuela. Es injusto que haya tantas diferencias. Que haya quienes tengan tanto. Y otros, tan poco.” III
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Opinión III El invitado s una pregunta muy difícil de responder. Pareciera ser que está muy claro cuáles son nuestras responsabilidades dentro de la sociedad y cuáles nuestras posibilidades de ponerlas en práctica. Sin embargo, no es ésta una tarea sencilla. Las cosas están dadas de forma tal que no seamos conscientes de todo cuanto tenemos a nuestro alcance para facilitar el funcionamiento de ciertas relaciones sociales elementales. Todos somos responsables de una gran cantidad de cosas y no lo somos de un enorme número de otras. Muchas veces nos debatimos entre dos posturas: por una parte, desde ciertos sectores, intentan hacernos creer que somos responsables –cuando no culpables– de casi todo lo que sucede en la sociedad y que, por esta razón, está en nuestras manos modificar o intervenir sobre la totalidad de los problemas. Por otro lado, existe la creencia contraria: no sólo no somos responsables de nada, sino que somos víctimas de las circunstancias. Ninguna de las dos posturas es absoluta. Si bien como integrantes de la sociedad en la que vivimos contamos con derechos y obligaciones, no siempre hacemos uso de todos nuestros derechos, ni tampoco cumplimos con todas nuestras obligaciones. En este sentido, las leyes nos otorgan una serie de herramientas para ejercer varias de nuestras responsabilida-
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ra de los lectores y escuchar sus opiniones. Es posible que dudemos de la efectividad de esas acciones. Las charlas en mi caso, cualquier otra actividad en otros, acaso sean un aporte modestísimo. Desde la óptica del autor, parece un hecho muy pequeño; sin embargo, el lector suele otorgarle un valor muy grande. Ejercer esa responsabilidad consiste no solamente en ver qué puede hacer uno, sino en entender qué necesita el otro. Muchas veces nos sorprendemos haciendo cosas que la gente no necesita y no vemos que existe una gran cantidad de actividades, muy sencillas en apariencia, que, acaso, jamás se nos hubiese ocurrido que fuesen necesarias. La sociedad establece determinadas formas de vínculos entre quienes la integran que no siempre son los deseables. Al contestar aquella pregunta, podemos comenzar a cambiar esos lazos para que dejen de funcionar como ataduras y transformarlos en nexos. Aprendemos, además, que uno no es un sujeto pasivo de esa cadena de vínculos sino que, justamente, activando los eslabones se pueden generar relaciones nuevas, directas o indirectas, con otras personas. Así, finalmente, se pone a trabajar la maquinaria solidaria. Los individuos de una sociedad no siempre son conscientes del modo en que funcionan estos vínculos. Cada uno de nosotros padece esta distorsión de los nexos y el modo, por mo-
Todos somos responsables de… . POR FEDERICO ANDAHAZI ✱
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des, al menos en términos ideales. En la práctica, no obstante, las cosas son muy diferentes. En la vida cotidiana se percibe claramente la enorme cantidad de limitaciones que aparecen a la hora de ejercer los derechos y cumplir con las obligaciones. Pero también es cierto que podríamos hacer mucho más de lo que hacemos a diario. Las actitudes individuales no son suficientes para modificar la realidad. Pero cada quien, en su actividad, puede aportar lo suyo en función de una causa común. Cabe preguntarse, entonces, ¿qué podría hacer cada uno desde su lugar? En mi caso particular, desde mi modesto oficio de escritor, intento acercar la literatura a la gente. Desde hace varios años recorro el interior y otros países del mundo con el propósito de conversar de literatura y así difundirla. Lo hago desde una posición determinada, desde luego, y a partir de una concepción ética: no acudo a encuentros en los que el público tenga que pagar una entrada ni acepto honorarios por ofrecer charlas. En principio, porque sería injusto: en este intercambio, soy yo quien más gana. Aprendo muchísimo de las conversaciones, además de conocer a quienes me leen. Los escritores tenemos un trabajo muy solitario, intramuros, y son muy pocas las posibilidades de conocer la ca-
mentos patológico, en que solemos relacionarnos. Al caminar por la calle, muchas veces tenemos la sensación de que la ciudad es un pequeño mundo habitado por enemigos. Existe un sistema de intereses que nos hace creer la absurda idea de que somos enemigos. Pero lo cierto es que todos los miembros de una sociedad sufrimos las mismas cosas.Y son esos mismos intereses los que pugnan por desgastar y romper los vínculos para, de alguna forma, acentuar el individualismo y hacernos creer que las prácticas solidarias tienen que ver con la caridad, con la limosna. Me opongo totalmente al concepto de caridad. Nadie puede sentirse un héroe porque regala un pantalón viejo cuyo destino era la basura. Así, terminamos otorgando una dimensión épica al acto fútil de regalar aquello que se iba a tirar. La solidaridad no debiera consistir en ofrecer lo que ya no queremos, sino en dar lo más valioso que tenemos: nuestra participación activa, nuestro tiempo y nuestro trabajo. Establecer vínculos, relacionarse, comunicarse e intercambiar saberes y experiencias son los primeros pasos para descubrir cuáles son nuestras responsabilidades. ✱ Escritor.