Número 01 - Diciembre 2016 - Edición trimestral - Valor $ 10.000
REVISTA
TORO
el verano más peligroso DAVID MORA
EL SUEÑO QUE PARECÍA IMPOSIBLE
ROCA, EL REY DE AMÉRICA
VICTORINO MARTÍN
EL NOMBRE DEL AÑO 1 REVISTA TORO
CONTENIDO PORTADA ROCA, EL REY DE AMÉRICA
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DAVID MORA EL SUEÑO QUE PARECÍA IMPISIBLE
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TEMPORADA 2016-17 ACTO DE FE
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VÍCTOR BARRIO HISTORIA DE UN SUEÑO TRUNCADO
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EL VARANO MÁS PELIGROSO
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RAQUeL SANZ: “Sé que no va a volver, pero le sigo esperando…
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El primEro y El númEro uno
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LA TEMPORADA DE JOSÉ TOMÁS
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TEMPORADA ESPAÑOLA DULCE TRANSICIÓN
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VICTORINO MARTÍN EL NOMBRE DEL AÑO
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tEMPORADA DE LA LIBERTAD LA SANTAMARÍA
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BARCELONA ¿ Y AHORA?
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DE LA ARENA AL CAPITOLIO
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ACHO Y SUS 250 KILATES DE HISTORIA
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COLOMBIA más allá de las grandes plazas
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Rafael Rubio de verdad
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EL MILAGRO dE VER A Un tORO EMBEStIR
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EL ARtE Y RItO dEL tOREO
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CASTELLA, UN REBELDE SOLITARIO
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DIRECTOR (S) Rodrigo Urrego Bautista, Diego Caballero, Alejandro Vargas. COLUMNISTAS Jóse Arruego, David Jaramillo, Nicolas Sampedro, Oscar Hernán Correa, Magaly Zapata, José Guillermo Cardona Palacino. FOTOGRAFÍA Diegolo, Agustín, Rodri U. y Diego C. PUBLICIDAD Alejandro Vargas. DIAGRAMACIÓN bppublicidad.net IMPRESIÓN Alfagraphics.
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Roca, el Rey de América El peruano es el primer torero americano que en su primera temporada de toros triunfó en los ruedos más importantes de España. Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona fueron sus principales conquistas, y su nombre fue el gran revolucionario de la temporada 2016. Por RODRIGO URREGO BAUTISTA
A
penas tiene 20 años y solo uno de alternativa. Poco tiempo para consagrarse, pero fue apenas suficiente para que Andrés Roca Rey (Lima, 21 de octubre de 1996) haya grabado su nombre en el máximo pedestal de los toreros americanos. Puede parecer prematura y hasta atrevida la afirmación, pero basta con revisar las páginas de la historia del toreo para comprobar que, nunca antes, un torero nacido a este lado del Atlántico, había asaltado el tren de las figuras del toreo con tan serias intenciones de asumir el timonel. El torero peruano no solo le bastaron unos meses de alternativa para convertirse en el mejor torero peruano de la historia, también para rendir a España y abrir puertas grandes en cada una de las plazas que pisaba por primera vez. En Venezuela, César Girón (1933 - 1971) es considerado el rey de los toreros americanos. Y tienen muchos, demasiados argumentos para justificarlo. El mayor de la dinastía que conformaban sus hermanos Curro y Efraín tiene varios registros que lo podrían hacer insuperable. En 1954, César cortó dos rabos en la Maestranza de Sevilla en menos de 48 horas. El 27 de abril lo hizo ante un toro de Juan Cobaleda. Y el 29 de abril repitió la hazaña ante un toro de Salvador Guardiola. Ambos días salió a hombros por la puerta del príncipe. Desde entonces ningún matador de toros ha podido superar semejante proeza. Al año siguiente, Girón no tuvo otra que rivalizar todas las tardes en el coso de Baratillo nada más ni nada menos que con Antonio Ordóñez. El 20 de mayo de 1955, en la Corrida de Beneficencia, cortó dos orejas a un toro de Urquijo, y abrió la puerta grande de Las Ventas de Madrid. Y por si fuera poco, Girón ha sido el único torero americano en quedar de máximo líder del escalafón, lo consiguió en las temporadas de 1954, al sumar 54 corridas de toros, y en 1955, con 68 tardes, a pesar de que ese año sufrió dos cornadas que le privaron de por lo menos una decena de contratos.
Fotos CORTESÍA
En Colombia no hay espacio para la controversia. El rey de los toreros americanos se llama César Rincón (Bogotá, 1965). O cómo más puede considerarse al torero que, hace 25 años, entró por la puerta de atrás a la feria de San Isidro de 1991, y salió por la puerta grande de Las Ventas. No una, ni dos, ni tres. Cuatro veces en la misma temporada. Un récord que ningún torero lo tuvo, ni lo ha tenido después. La primera fue el 21 de mayo, ante el toro Santanerito de Baltasar Ibán. Repitió triunfo 24 horas después, al desorejar a Alentejo de Murteira Grave. Cortó tres orejas a toros de Samuel Flórez en la Beneficencia del 6 de junio (mano a mano con Ortega Cano), y se jugó la vida a cambio de una nueva puerta grande ante un peligroso toro de Moura. Aquel año 91 arrasó en las ferias posteriores a San Isidro. Se hizo figura y luego maestro del toreo. En Francia lo adoptaron y siempre lo han considerado su torero. Los mexicanos parecen no entrar en esa discusión. Para ellos, sus toreros no solo son los mejores de América, sino del mundo. Y los han tenido en importante número y en casi todas las épocas. Desde Rodolfo Gaona, dominador de los tres tercios, y el tercero en el podio de la edad de oro del toreo, el que más alternó con Joselito y Juan Belmonte. Fermín Espinosa ‘Armillita’, de tauromaquia tan completa que precisamente fue llamado el Joselito mexicano; Carlos Arruza, capaz de rivalizar con Manolete y Dominguín en aquellos años 40, marcados por la guerra civil española; A Manolo Martínez lo llamaron el perfeccionador del toreo, nada menos, y Curro Rivera fue el primer americano en cortar cuatro orejas en una tarde en San Isidro, el 22 de mayo de 1972, triunfo que el público español decidió eclipsar al concederle el rabo del toro Cigarrón de Atanasio Fernández a Palomo Linares; y eso sin mencionar al Rey David, David Silveti, artista inigualable, fuente de inspiración de José Tomás. 5 REVISTA TORO
Perú entró en esta conversación con un huracán, un torbellino de emociones llamado Roca Rey. No se trata de un milagro taurino. Por el contrario, en el torero peruano se mezcla un destino trazado por la sangre taurina, y una millonaria inversión para que desarrollara todo su potencial. No había camino diferente para Andrés. Su bisabuelo fue quien puso la semilla de la afición por la fiesta de toros, y desde entonces los Roca Rey son vistos en Lima como unos auténticos apasionados del toreo. Fernando Roca Rey, su hermano mayor, fue el primer matador de toros de la familia. Su tío José Antonio había sido rejoneador. Y por si fuera poco, su abuelo fue por muchos años administrador de la plaza de toros de Acho, en Lima. Por eso no sorprende que cuando Andrés cumplió nueve años los hubiera celebrado frente a su primer becerro. Fue el inicio de una etapa de niño torero que lo llevó a casi todos los rincones del Perú, que cada vez más se convertía en el nuevo mercado taurino de Suramérica. Luego llegó a manos de José Antonio Campuzano, ese célebre descubridor de toreros que ya había sorprendido con llevar a los primeros lugares del escalafón a Sebastián Castella, el mejor torero francés de la historia. Una etapa de preparación en Colombia, en ganaderías antioqueñas, y luego el salto a España. Toros a puerta cerrada, casi a diario, fueron el secreto para que Roca Rey arrasara incluso desde sus días de novillero. En diciembre pasado, en Cali, Roca Rey se destapó como un auténtico kamikaze. La gente se tapaba la cara o se mordía los labios cuando se tiró de rodillas a pocos centímetros de las tablas para desafiar a un toro de Paispamba. Entre las tablas y el cuerpo del torero no cabía el volumen del animal. Pero el peruano demostró aquella tarde que no hay nada imposible en su tauromaquia. Lo que no puede ser, no puede ser y es imposible”, decían de las hazañas de Belmonte. Casi un siglo después Roca Rey también parece decir que en el toreo no hay cosas imposibles. Y con esa fórmula, la del valor al límite, y casi que el desprecio al peligro con una sonrisa de niño, Roca Rey no solo fue abriendo puertas grandes esta temporada sino enamorando públicos y convenciendo aficionados. El 13 de mayo confirmó alternativa 6 REVISTA TORO
en Las Ventas y se marchó con las dos orejas, a hombros por la puerta grande. El público de Pamplona lo coronó rey de los sanfermines, pues en el tendido de sol y teñidos de vino de los pies hasta la cabeza, los pamplonicas no solo le pidieron el rabo en la tarde de su debut, si no que le cantaron la ranchera que dice “pero sigo siendo el rey”. Treinta y ocho corridas, 68 orejas, 4 rabos. Una temporada que terminó anticipadamente en Palencia, donde tanto derroche de valor pagaría su cuota de sacrificio. En un año tan trágico como el 2016, a Roca Rey le respetaron los toros, pero cuando le levantaron los pies del piso, lo hicieron para dejarlo tirado en el ruedo. Tanto en Palencia como en Málaga se fue conmocionado y sin conciencia. Roca Rey es quizás ese torero con el que soñaban los aficionados venezolanos, colombianos, mexicanos y ecuatorianos. El privilegio lo tuvo Perú. Un ídolo al que el pueblo taurino de América se aferra. Como pasó el 26 y 27 de junio cuando miles de peruanos fueron a verlo a Chota y se lo llevaron a hombros tras ver lo que quizás nunca habían visto, una faena completamente de rodillas. Colombia ya lo conoce. Impactó por su atrevido valor en sus faenas novilleriles en Cali, Manizales y Medellín en el 2015. De matador de toros asustó a Cañaveralejo, toreó en Manizales e indultó a Incógnito de Santa Bárbara, arrasó en Duitama, se midió a los ‘mondoñedos’ en Puente Piedra, sin mayor suceso. Ahora vendrá como figura del toreo, cobrando dinero, y como cabeza de cartel. Puede que Roca Rey aún no destrone a los reyes del toreo americano, pero tiene 20 años, uno de alternativa, y por lo menos una década en el toreo que solo una mala jugada del destino le podría impedir su ascenso a la cúspide del toreo americano en toda su historia. Roca Rey quiere superar la leyenda de Gaona, Arruza, César Girón y César Rincón.
Al torero peruano ninguna plaza se le resistió. Ni las europeas, ni la de Chota, en su tierra, hasta donde fue en el mes de junio para actuar dos tardes y generar una verdadera conmoción en esa población.
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DAVID MORA
EL SUEÑO QUE PARECÍA IMPOSIBLE Muchos aficionados recuerdan la tremenda cornada que sufrió el torero madrileño el 20 de mayo de 2014 en Las Ventas de Madrid. Fueron casi dos años de espera para comprobar que David podía de nuevo enfundarse el vestido de torear.
Por ALEJANDRO VARGAS
“El torero David Mora ha sido operado en la enfermería de la plaza de una cornada de 30 centímetros en el tercio medio de la cara interior del muslo izquierdo que arranca la vena femoral, de pronóstico muy grave”. “El torero madrileño se encuentra “estable” tras la intervención, en la que ha necesitado dos transfusiones de sangre, ya que el pitón del astado le arrancó, asimismo, las venas colaterales, además de contusionar la arteria femoral superficial”.
Con estos escalofriantes partes médicos, el mundo supo de la gravísima cornada sufrida por David Mora en aquella tarde madrileña, en la que sus compañeros de cartel, Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes, también resultaron heridos. La corrida se suspendió tras la lidia del tercer toro, en un hecho que solo tenía un precedente en esta plaza ocurrido hace 35 años. Dos temporadas después, el madrileño reapareció y logró triunfar el día de su cita con Madrid, una cita que meses atrás casi le cuesta su vida de torero. Al terminar la temporada, el maestro nos da sus impresiones sobre el antes y el después de aquella tarde. MALAGUEÑO, NI EN MIS MEJORES SUEÑOS David Mora triunfó desde el mismo día de su reaparición en Vistalegre, pasó con nota por
Fotos CORTESÍA
Sevilla, y dio grandes tardes en ruedos como el de Valencia, Almería, Béziers, Santander, Valladolid o Zaragoza. Pero fue Madrid la plaza que marcó un antes y un después tras superar la grave cornada sufrida en la temporada de 2014. “Ha sido una temporada después de dos años de dura recuperación y de mucho trabajo, mucho esfuerzo y sobre todo de muchas ganas de volver a sentir lo que es el toreo y hacer sentir al aficionado lo que humildemente puedo aportar. Estoy muy contento, ha sido un año muy importante y sobre todo con triunfos para volver a tener esa alegría de algo que parecía imposible pero que al final hemos podido conseguir y lograr con mucho esfuerzo”. “El doctor Don Máximo García Padrós me salvó la vida. Fue un milagro, después del percance tan grave, poder volver a disfrutar después de dos años y de una dura recuperación y ante todo de muchas incertidumbres, años en que no se sabía que podía pasar con mi profesión”. Dos años y cuatro días después de aquella negra tarde, David volvía a pisar el ruedo que vio regar su sangre. El doctor Don Máximo García Padrós, jefe del equipo médico que le devolvió la vida, recibió en el ruedo, el brindis de David del toro de su regreso a Madrid. Tras el abrazo entre el médico y el torero, los fantasmas de hace dos años volvieron a rondar Las Ventas pues David recibió una fuerte voltereta al intentar iniciar su faena con un cambiado por la espalda. Fueron momentos de gran tensión, el público trajo a su memoria aquella tarde del 2014. Pero más duró la voltereta que David en 9 REVISTA TORO
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estar de nuevo en la cara del toro, algo maltrecho, pero consciente de su compromiso. El público presenciaba un milagro; David Mora, vestido de verde agua y oro reventó Madrid, bastaron unos minutos para el éxtasis total y la Puerta Grande. “Ese toro de mi reaparición en Madrid quise brindárselo a él, en agradecimiento por devolverme la vida, sobre todo a nivel personal y lógicamente a nivel profesional. Cuando le brindé ese toro le comenté que sobraban las palabras porque todo lo que sentía de corazón ya se lo había dicho. Fue la tarde en que con ese toro, Malagueño, reaparecí en Madrid y pude triunfar. Ya saben ustedes como aficionados lo difícil que es triunfar en Las Ventas y volver otra vez a cumplir un sueño, incluso cortar dos orejas a un toro en la Plaza más importante del mundo. Para mí fue más que un sueño, una realidad que posiblemente la veía muy lejos, fue muy bonito y emocionante, que después de pasar un trance tan duro, pudiese volver a triunfar y de qué manera. Fue, un ejemplo de vida”. “La tarde fue diferente. Había mucha incertidumbre por saber si yo era capaz de volver a triunfar en esa Plaza. Viví momentos de mucha tensión, duros; volver a revivir esas imágenes del 2014. No fue fácil esa tarde pero después llegó la tranquilidad, sobre todo mental, el sentirme satisfecho de mí mismo por haber conseguido aquello por lo que luché tanto”. “El toro fue de menos a más, yo no le vi las grandes cualidades hasta que no rompió en los primeros compases de la faena de muleta. Y después llegó ese maravilloso sueño, una faena que me hizo olvidar el pasado y vivir el presente”. COLOMBIA EN LA RECUPERACIÓN “Ha sido muy importante, conocí al doctor Rodrigo Méndez después de la cogida, ese percance tan grave que me arrancó la femoral. Quedé con inmovilidad en la pierna izquierda, me hicieron otra operación para liberar los nervios que tenía atrapados y hasta los siete u ocho meses no había tenido movilidad en esa pierna y pensé que sería imposible volver a torear, así que viajé a Colombia para seguir el tratamiento recomendado por unos amigos y la verdad me fue muy bien. A base de mucha estimulación con electros y acupuntura, en 20 días ya tenía un mínimo de movilidad, lógicamente ayudándome con la cadera, pero ya tenía un ápice en ese sentido. El túnel estaba abierto y podía vislumbrar que podría volver a torear y eso fue muy importante, en esos momentos a nivel mental. Lo he conseguido a base de tiempo, con muchos profesionales que me han ayudado a tener esa mejoría y lógicamente con la ayuda del doctor Rodrigo Méndez. Volver a vestirme de torero fue una realidad y no sólo un sueño”. Luego del triunfo en Madrid se esperaba una temporada abundante, pero en las plazas en que estuvo anunciado antes del percance, dos años antes, ya no tenían un espacio para su nombre en la temporada en que David volvió a la vida.
EL SISTEMA “El sistema como está montado, y en mi caso, cuando logras salir de estas circunstancias tan difíciles a lo mejor no le das tanta importancia a esas indiferencias que se pueden marcar por parte de las empresas o a cómo está montado el sistema. Un torero sólo se tiene que preocupar por torear cuando lo llaman y ante todo disfrutar de su profesión, siempre con honradez y la lealtad que hay que mantener en la vida, no sólo como profesional sino también como persona. Creo que también estoy un poco por encima de esas circunstancias, lógicamente a uno también le duelen, de cómo está el toreo, pero al fin y al cabo tampoco lo pienso demasiado porque uno debe actuar como lo que intenta ser, un artista, y de lo demás que hable el aficionado. No lo digo con osadía ni con prepotencia, lo digo con humildad. Lo que me preocupa cada vez que me anuncian en una plaza de toros es triunfar y hacer disfrutar a los aficionados”. COLOMBIA, AYER Y HOY
“Estoy encantado de volver, le tengo muchísimo cariño, he podido disfrutar muchos buenos momentos en plazas importantes como Cali, Manizales, Medellín, la provincia cuando yo comenzaba; Aguazul, Tuta, Lenguazaque, creo que he conocido la Colombia taurina desde abajo, en mis primeros años, hasta verme acartelado en las ferias importantes”. “Bogotá es capítulo aparte, La Santamaría es una Plaza maravillosa que tiene grandeza y sobre todo, que gozaba de buena salud en cuanto a su afición. Cada vez que se anunciaba un cartel, el público respondía, eso al fin y al cabo es la mayor salud que tiene que tener una plaza de toros, que cada vez que se anuncien toros el público asista al espectáculo. Eso es lo que tiene que perdurar para que la fiesta de los toros exista. Ahí pude torear, confirmar mi alternativa y la verdad me sentí muy a gusto, triunfé, fue maravilloso. Es una plaza muy seria con una afición de categoría y que sabe valorar el arte de torear”. Al final de San Isidro y después de haber enloquecido a la Plaza de Madrid junto a Malagueño, aquél toro bragado y chorreado que pesó 563 kilos, que perteneció a la ganadería de Alcurrucén y al que se le dio la vuelta al ruedo, David Mora fue premiado en conjunto con José María Manzanares por el jurado de TeleMadrid. La unión de abonados lo distinguió con el premio a la mejor faena del ciclo madrileño, mientras que Onda Cero le otorgó el premio como el gran triunfador de San Isidro, entre otros trofeos y homenajes recibidos esta temporada. Aquella tarde, la del 24 de mayo de 2016, David Mora alzó su mirada al cielo y tocó el cielo de Madrid. No era una tarde más, fue, la tarde para comprobar, que los sueños se cumplen y las pesadillas se acaban.
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Temporada grande 2016-17
Acto de fe El regreso de los toros a La Santamaría es la gran noticia de la temporada. No será el gran acontecimiento que se esperaba, pero si un nuevo punto de partida. Cali apuesta por más de un lleno, Cartagena se niega a morir. Manizales una semana y un cartel estelar, Medellín se reduce a dos fines de semana.
Por DIEGO CABALLERO
Bogotá: la temporada de la libertad La Santamaría vuelve a abrir sus puertas tras cinco años de arbitraria clausura. Sin duda, la gran noticia, la que llena de esperanza, la que llega cargada de oxígeno para los aficionados condenados al ostracismo. Hay optimismo, también incertidumbre; el contrato para una sola temporada confirma que las hostilidades seguirán. Por ahora, sus puertas se abren como una ventana a la esperanza y por ahí debemos entrar todos, apoyar y defender. Llenar la plaza, más allá de ausencias y precios, será su mejor defensa. Los amores cuestan y valen cualquier sacrificio para no perderlos. Pero no deja de preocupar que los abonos, por distintas razones, se hayan incrementado en un 100%. Con un salario mínimo, no se puede comprar un abono del tendido de Sol. El Juli, Luis Bolívar y Roca Rey harán el paseíllo de la libertad el día 22 de enero. El Juli, es quizás el heredero de los amores de Bogotá y que en tiempos pasados tuvieron toreros como El Viti, Paco Camino, Palomo Linares o César Rincón. El español nunca le ha fallado a esta plaza y tiene más que ganado el lugar en ese paseíllo reinaugural. Bolívar tiene los mejores números de torero colombiano alguno en los últimos años y Roca Rey, la gran novedad de este cartel, confirmará su alternativa tras hacer una campaña española que tiene números difíciles de encontrar en otro torero. La temporada de la libertad, como han denominado el regreso de los toros a La Santamaría, cuenta con alicientes por tarde, sin duda. Ver a Rafaelillo enfrentar a los toros de la ganadería de Mondoñedo es uno. La tarde, anunciada para el 5 de febrero, ha creado una gran expectativa torista que desde los tiempos de Ruiz Miguel, Manili y El Puno, con los toros de Icuasuco, no veíamos en La Santamaría. Debería ser tarde clave en la taquilla y en la plaza. Una tarde que además contará con el debut de José Garrido y con la presencia de Paco Perlaza. Pablo Hermoso de Mendoza, dueño del último rabo cortado (después de muchos años) en esta plaza, actuará en la segunda tarde del ciclo y al lado de dos toreros esperados por los aficionados bogotanos, Miguel Ángel Perera y Manuel Libardo con los toros de Las Ventas. La tercera tarde 12 REVISTA TORO
anuncia un duelo que promete. El de Sebastián Castella y Roca Rey, el duelo del consagrado, pero no acomodado, con un torero que quiere mandar. Ambos, confirmaran la alternativa de Luis Miguel Castrillón, un torero con buenas maneras que pueden llegar a la afición bogotana y que llegará a la tarde más importante de su corta carrera. Será el día 12 de febrero y con los toros de Juan Bernardo Caicedo. Ramsés, de recordadas tardes en esta plaza y el último torero que los aficionados sacaron a hombros hasta la misma puerta del hotel Tequendama, actuará con Sebastián Vargas, dueño de cuatro puertas grandes en esta plaza, y con Cristóbal Pardo que quiere y debe consagrarse en la primera plaza del país. Los tres, se medirán a los siempre esperados toros de Santa Bárbara. Esta será la corrida que pone punto a un capítulo histórico para La Santamaría y que esperamos sea suspensivo. Manzanares, de nuevo la apuesta de Cali Cali sigue apostando para volver a ser lo que era, la feria más importante de América. La fórmula utilizada en los últimos tres años por la gestión de plaza de toros de Cali S.A., empieza a dar resultados. Anunciar figuras del toreo, toreros que hagan a los aficionados pasar por taquillas. La plaza ha vuelto a ver el colorido en sus tendidos y no el cemento que tanta incertidumbre causó años atrás. Pareciera que las quiebras heredadas empiezan a quedar atrás, mientras el prestigio regresa. Cañaveralejo fue la primera plaza en anunciar sus carteles y a la vez anunciar la única presentación en Colombia de José María Manzanares, dueño de la mejor faena de la feria de Madrid y una de las mejores obras de la temporada. Manzanares, como primera figura del toreo y máximo referente de la feria, optara por un trofeo que le hace falta, El Señor de los Cristales. López Simón también hará, en esta plaza, el único paseíllo de su corto paso por Colombia. Su nombre, es el primero del escalafón español y uno de los últimos revulsivos del mismo. El Fandi, de grandes tardes en esta plaza, al igual que Miguel Abellán y Sebastián Castella, son nombres del agrado del aficionado caleño y harán parte de una feria bien
La imagen que todos esperamos. La Santamaría vuelve a abrir sus puertas.
estructurada. Roca Rey actuará dos tardes y es la apuesta segura de los aficionados. La empresa también desea que sea una apuesta segura en la taquilla para volver a ver los llenazos de antes, como los que se presentaban en los años 80 y 90. David Mora y Pablo Hermoso de Mendoza regresan a una feria que sabe de sus triunfos. Luis Bolívar que también se anuncia en dos tardes, será la cabeza de la nómina colombiana que este año presenta novedades, lejos del regionalismo, y que anuncia los nombres de Paco Perlaza, Guerrita Chico, Cristóbal Pardo, Gustavo Zúñiga, Ramsés y Luis Miguel Castrillón. Achury Viejo, Ernesto Gutiérrez, Salento, Paispamba, Juan Bernardo Caicedo y Las Ventas del Espíritu Santo son los nombres de las ganaderías que encabezan los carteles en una feria en la que la presentación del toro suele tener protagonismo. Cartagena a una sola carta Terminada la corrida del pasado 3 de enero, pocos apostaban por el futuro de la plaza de Cartagena. La improvisación de los encargados de regentar las últimas temporadas han alejado la confianza del aficionado y a la monumental cada vez acude menos gente. La poca que asistió en el este último festejo, tuvo que soportar hasta dos horas para el inicio de la corrida, mientras en el interior del patio de cuadrillas se fraguaba un acuerdo para salvar el festejo. Este año se anuncia un solo festejo, una sola carta en una plaza que tenía todo la baraja. Manuel Martínez Erice y Sebastián Castella se dieron a la tarea de salvar la plaza y su reputación. Será, un salvavidas con bandera extranjera, como el que le dio los mejores momentos a esta plaza cuando también naufragaba. El propio Sebastián Castella, Luis Bolívar, Roca Rey y Pablo Hermoso de Mendoza se anuncian con una corrida de El Capiro de Sonsón el día 9 de enero.
un futuro alentador. El crecimiento de la feria se debe al buen manejo de la empresa, como el arraigo se le debe, en parte, a un nombre, el de Ernesto Gutiérrez y su ganadería que tiene en Manizales especial y ganada devoción. Su ganadería, heredada por su hijo Miguel, se ve anunciado en tres de los siete festejos de la feria, lo que confirma su importancia en la misma. Su primera comparecencia, en la tercera tarde de la feria, es la primera gran cita de la misma pues en ella se anuncia a Roca Rey que en la feria pasada indultó un toro y realizó una de las faenas de la feria. El peruano actuará junto a Sebastián Castella que intentará llevarse la Catedral por cuarta vez. Ambos le darán la alternativa a Juan Viriato que tras muchos años de lucha en España, ve cumplir su objetivo. La segunda cita de los herederos de Ernesto Gutiérrez será de noche, en el tradicional festival de la feria que tiene el mayor de los cuidados y que este año, como casi todos, tiene nombres de auténticas figuras. El Juli, Morante, Perera, Roca Rey y Pablo Hermoso de Mendoza se anuncian en una noche en la que abrirá cartel Pepe Manrique que este año celebra 25 años de alternativa.
Manizales, la fortaleza colombiana
La tercera cita de los toros de Manizales serán para el mano a mano, por el que vuelve a apostar la empresa, entre El Juli y Morante de la Puebla. A Morante, los aficionados colombianos solo le podrán ver en Manizales, como a Ginés Marín, uno de los toreros que más ilusiones despierta en el escalafón español. Ginés, hará su debut en Colombia con otra ganadería de arraigo en esta plaza, la de Dos Gutiérrez. Ese día se anuncia a Cristóbal Pardo que al año pasado cortó una oreja en esta plaza y a Luis Bolívar que es el único torero que firmó dos tardes. La segunda tarde de Bolívar será con los toros de Santa Bárbara que en la feria pasada se llevó los honores que se le rinden a la mejor ganadería. Dos apuestas para el colombiano al que la Catedral le ha sido esquiva. En su segunda tarde hará el paseíllo con José Garrido, una de las principales novedades de nuestra temporada, y con José Arcila, el torero de la tierra que este año ha actuado en España y México.
La feria de Manizales gana cada año en afición. Los toros son arraigo del pueblo y los defienden asistiendo a la plaza. A esto hay que añadirle que buena parte del público que acude a los tendidos es muy joven por lo que se piensa en
Los toros de Juan Bernardo Caicedo regresan a una feria en la que suelen dar buenas tardes, lo harán, en una de la citas de mayor expectación para el aficionado pues en ella se anuncia a Pablo Hermoso de Mendoza que ostenta 13 REVISTA TORO
El Juli, un torero indispensable, M.Á. Perera, una figura del toreo que busca su consagración definitiva en nuestras ferias y José Garrido, una de las principales promesas del toreo en España. Tres de los toreros que hacen parte de nuestras temporada.
el título de ser el único rejoneador en llevarse la preciada Catedral. Actuará junto a Miguel Ángel Perera al que la afición de Manizales solo ha visto en una oportunidad, y a Ramsés que fue reciente triunfador en esta plaza en el ciclo Toros y Ciudad. Serán, siete tardes incluida la novillada en la que actuarán Juan de Castilla, Jesús Colombo y Andrés Manrique. Una semana de toros en la que se disputará el trofeo de la Catedral, el mismo que El Juli ha ganado en cinco oportunidades y que intentará volvérselo a llevar. Las apuestas de Medellín Desde hace cuatro temporadas la plaza de Medellín se ve desde un marco preocupante. Una plaza con un futuro incierto y que cada año va disminuyendo su número de festejos. La temporada del 2015 registró el último lleno en los tendidos de la Macarena. Una tarde en la que solo se abrieron los tendidos bajos y en la que se anunció a El Juli y a Pablo Hermoso de Mendoza. La afición de Medellín pareciera no solo exigir nombres de figuras, sino que además sean toreros de su entraña. A esto, parecen apostarle los tres carteles que componen tan corta temporada. La primera tarde anuncia a Pablo Hermoso de Mendoza que regresa a La Macarena tras un año de ausencia y que compartirá cartel con Iván Fandiño, el último torero al que la afición de Medellín le ofreció sus amores y al que declaró triunfador de la temporada 2015. La tercera apuesta de este cartel inaugural será Luis Miguel Castrillón, el torero local y último triunfador de la 14 REVISTA TORO
feria según el voto de los aficionados. Los toros serán de la ganadería de Santa Bárbara, triunfadora el año anterior en esta plaza. Un cartel con suficientes alicientes al que en teoría debería responder la afición y que se celebrará en la noche del viernes 27 de enero. Al día siguiente La Macarena esperará a Enrique Ponce que regresa a Medellín tras siete años de ausencia. El español, que también hace parte de la lista de toreros predilectos de la afición paisa actuará junto a Roca Rey que en la temporada anterior dejó encandilado a los que acudieron a verlo. Los dos, Ponce y Roca Rey, darán la alternativa a Juan de Castilla, otro torero de la tierra en el que se tienen puestas muchas ilusiones y que cierra un cartel con alicientes a los que se suma la ganadería de Ernesto Gutiérrez. La temporada se cierra con una tarde en solitario, la de Sebastián Castella, ganador de varios trofeos como triunfador de la feria. Una tarde, la del 11 de febrero, en la que estoqueará seis toros de tres ganaderías, las de Achury Viejo, Ernesto Gutiérrez y Santa Bárbara, distintos encastes que motivan su apuesta por volver a conquistar a la afición paisa. Una tarde en que la Macarena verá hacer el paseíllo a un solo torero, como hace 22 años cuando César Rincón partió plaza en un ruedo que por entonces no tenía techo, pero si mucha vida, la misma que se ha perdido y que en esta nueva temporada se intentará empezar a encontrar. Será, una nueva oportunidad para cambiar la mirada desde el marco preocupante, por una mirada que nos permita ver con mayor ilusión, a una plaza que sabe de grandes temporadas.
Biografía taurina
VÍCTOR BARRIO
HISTORIA DE UN SUEÑO TRUNCADO Por David Jaramillo Fotos Cortesía
E
l 29 de mayo de 1987, en la localidad segoviana de Grajera, nació Víctor Barrio Herranz, un joven que parecía más destinado al golf que al toreo, porque además de trabajar en un campo cercano a su localidad –mientras completaba sus estudios–, se le daba bien. Por eso, aún en las temporadas en las que más toreó, siempre sacó un rato para coger los palos y hacer unos hoyos. Sin embargo, siempre llevó al toro dentro. Así lo confesó en una entrevista que me concedió días antes de su debut con picadores, en 2009: “Yo llegué a la Escuela de El Espinar (Segovia) de manos de José Galán ‘Josele’, después de querer ser torero toda la vida y no encontrar, al principio, apoyo en mi familia. Sólo pude empezar en serio cuando cumplí los 18 años y cogí las maletas para, drásticamente, irme de casa a cumplir mi sueño. Después, en casa, cuando vieron que esto iba en serio, me 16 REVISTA TORO
dieron su respaldo. Sé que empecé tarde, pero el maestro Sánchez Puerto me enseñó rápidamente las bases y me corrigió vicios que traía de meterme a las capeas a probar mi valor”. Víctor se había enfundado el vestido de luces por primera vez el 13 de julio de 2008, cuando toreó en Las Ventas de Retamosa (Toledo) y salió a hombros después de cortar cuatro orejas y un rabo, en lo que sería el comienzo de una carrera repleta de éxitos en el escalafón mejor, pues salió triunfador de los certámenes de Arles, Vistalegre, Soria, Albacete, Palencia, El Puerto de Santa María, Herrera del Duque y Molina de Segura, entre otras, sumando 38 festejos, 65 orejas, 6 rabos y 2 indultos. Fue en Sepúlveda (Segovia), el pueblo donde no sólo había nacido su madre, sino en el que también conoció a la que fue su mujer, y donde años más tarde fijaría con ella su residencia, la plaza en la que hizo su primer paseíllo con picadores. La novillada se celebró el 29 de agosto de 2009,
día en que alternó con Iván Pérez y Pablo Belando en la lidia de utreros de Juan Manuel Criado, a los que les cortó un total de tres orejas. Pero se podría decir que su verdadera carrera se lanzó el 13 de junio de 2010, tarde en la que cortó una oreja la novillada de su presentación en Las Ventas. Aquel día toreó al lado de Alejandro Parralo y Salvador Barberán, ante ganado de Rehuelga. Ese éxito le significó entrar en las ferias de novilladas del verano, tales como las de Calasparra, Arganda del Rey, Morazarzal, Arnedo y Guadarrama, y repitió en Madrid en la Feria de Otoño, conquistando la “Espiga de Oro”, de Calasparra, el “Frascuelo de Plata”, de Moralzarzal, y cortando cinco orejas en Guadarrama. Con ese bagaje encaró el 2011, año en el que se convirtió en el mayor revulsivo novilleril, pues alcanzó el primer lugar en el escalafón, tras haber toreado un total de 42 novilladas, cortar 50 orejas y 2 rabos. Salió a hombros en Albacete, toreó cuatro tardes en Madrid, cortando una oreja el 29 de septiembre, también puntuó en Valencia y Bilbao, y se alzó con el “Alfarero de Oro” de Villaseca de la Sagra. Aún como novillero cruzó el océano y debutó en la plaza de toros de Iñaquito, en la capital ecuatoriana, donde cortó una oreja en su despedida de los utreros. Su paso a matador de toros sería su primer paseíllo del 2012 y tenía que ser un su plaza talismán: Las Ventas. La ceremonia tuvo lugar con el toro “Picador”, nº 125, castaño, bragado, de 507 kgs., de José Luis Pereda, que le fue cedido por El Fundi en presencia de quien fue uno de sus más encarnizados rivales como novillero, Juan del Álamo. Víctor escuchó palmas en su lote y tras estoquear al sexto pasó a la enfermería para ser atendido de una cornada que le había inferido “Picador”. Desde entonces Barrio entró en esa difícil vorágine de toreros con pocas oportunidades, aunque nunca perdió la ilusión y la sonrisa. No era extraño verlo en los tendidos de las plazas de toros apoyando a sus muchos amigos y compañeros que sí estaban anunciados, y en múltiples
tentaderos demostrando una evolución que apenas tenía escaparate en las pocas plazas –generalmente de la provincia segoviana, con Sepúlveda como bastión– en las que era tenido en cuenta. Así, entre el 2012 y el 2014 consiguió hacer doce paseíllos, a cuenta de cuatro por temporada, hasta que hizo uno de los paseíllos más importantes de su vida, el de su boda, el 11 de octubre de 2014, cuando contrajo matrimonio con la que fue su novia de toda la vida Raquel Sanz, quien le acompañó a casi todas las plazas en las que toreó y que siempre veló por su imagen como torero hasta el pasado sábado en Teruel. Su nuevo estado civil le trajo suerte, pues en su siguiente compromiso, en la madrileña Valdemorillo, y con la televisión por testigo, Víctor Barrio volvió a sonar con fuerza, pues el 8 de febrero de 2015, cortó tres orejas a una corrida de Cebada Gago. Tras esa actuación, el segoviano le confesó a Paco March, en una entrevista para la revista 6TOROS6, que “de momento sé que lo ocurrido ha sido un toque de atención, la evidencia de que estaba aquí y que lo voy a seguir estando. Lo otro ya llegará. He demostrado en el ruedo que quiero torear, que estoy preparado para ello y tarde o temprano me darán paso”. Ese triunfo le abrió nuevamente las puertas de Madrid, el Domingo de Resurrección, cuando dio una vuelta al ruedo ante toros de Escribano Marín, dejando la sensación de un torero hecho, maduro y capaz de asumir retos importantes. Por eso la empresa le hizo un hueco en San Isidro en la corrida de Las Rablas, en la que volvió a dejar un buen sabor. No obstante, no le valió para entrar en las ferias, aunque sí para torear más. Así triunfó en Segovia y en otras seis plazas de provincia. Este año volvió a Valdemorillo para refrendar su triunfo y comenzar una temporada más consistente, otra vez con Madrid como testigo, el pasado 29 de mayo, y Teruel como oportunidad, pero el toro “Lorenzo” se atravesó en su destino el sábado 9 de julio y no le permitió cumplir su sueño de abrir la puerta grande de Las Ventas, ni la de verse en lo más alto del escalafón. 17 REVISTA TORO
El verano más peligroso Un novillero, dos matadores de toros y un torero cómico perdieron la vida por percances en el ruedo. Renato Motta, El Pana, Víctor Barrio y ‘Nueva York’ fueron los cuatro héroes modestos que entregaron su vida para reivindicar al toreo.
N 18 REVISTA TORO
Por RODRIGO URREGO BAUTISTA
o es que los toros hayan dejado de matar, lo han hecho siempre. Es su instinto, su naturaleza. Desde la antigüedad. La mitología griega reseña las muertes y el terror que sembraba el toro de Creta por donde pasaba, hasta que Teseo, héroe griego, consiguió matarlo con su espada en la llanura de Maratón, cerca de Atenas. Y han matado toreros desde 1771. El 23 de junio de ese año, según los registros, José Cándido Expósito se convirtió en el primer matador de toros en perder la vida tras una cornada. Y hasta los más expertos han caído. El sevillano Pepe Hillo, tan experimentado que escribió uno de los principales tratados de tauromaquia, sufrió las más brutales cornadas de las que haya reseña. El 11 de mayo
de 1801, el toro ‘Barbudo’ de Joaquín Rodríguez, en la plaza de la Corte, en Madrid, lo corneó por el abdomen y lo destrozó. Murió en la arena. Que los toros matan lo vio con sus propios ojos el Nobel de literatura Ernest Hemingway. Estaba en la plaza de Madrid el 31 de mayo de 1931 cuando ‘Fandanguero’ de Pérez Tabernero corneó mortalmente a Francisco Vega de los Reyes ‘Gitanillo de Triana’, era el matador de alternativa número 41 en perder la vida por un toro. La tragedia quedó reseñada en su libro ‘Muerte en la tarde’. Y de las cornadas mortales no se han salvado ni las figuras del toreo. Quizás, las tragedias que más consternación causaron fueron las de José Gómez
Ortega, ‘Gallito’, el 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina, corneado por el toro Bailador de la Viuda de Ortega; o la de Manuel Rodríguez ‘Manolete’, quien perdió la vida en las astas de Islero, de la ganadería de Miura, en el ruedo de la plaza de Linares, el 28 de agosto de 1947; o la de Francisco Rivera Paquirri, muerto tras ser corneado por el toro Avispado de Sayalero y Bandrés, el 26 de septiembre de 1984, en la plaza de Pozoblanco (Córdoba). Hasta 1987, un total de 55 matadores habían muerto por cornadas de los toros. El último había sido el maestro colombiano Pepe Cáceres, quien el toro Monín, de San Esteban de Ovejas, le partió el pecho el 20 de julio, contra las tablas de la plaza La Pradera, de Sogamoso. Tuvieron que pasar 29 años para que la tragedia volviera a ensañarse con los héroes de la fiesta. Ernest Hemingway describió la dureza de la fiesta en el ‘Verano Peligroso’. Un reportaje que fue publicado en tres entregas por la prestigiosa revista estadounidense LIFE, y que con los años se editaría en un libro. Era el relato de la temporada taurina española de 1959, en la que Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, amigos del escritor, rivalizaron por la supremacía del toreo. Aquella temporada, tanto Ordóñez como Dominguín cayeron heridos varias veces en el verano, lo que inspiró el título de la obra de Hemingway.
Pero si Hemingway hubiera sido testigo de la temporada 2016, esta hubiera merecido ese título de ‘Verano peligroso’. Nunca antes en la historia del toreo, en un solo año, un novillero y dos matadores de toros perderían la vida en el ruedo. Renato Motta se jugaba la vida en los pueblos de su país, Perú. Tenía 19 años y buscaba que este año fuera el de su alternativa. El 17 de mayo estaba anunciado en la plaza de Malco, Ayacucho, en un festejo mixto junto a los matadores Emilio Serna, de España, Gustavo Zúñiga, de Colombia, y el peruano César Bazán. Sufrió una cornada en el muslo, en el triángulo de Scarpa, la misma que Manolete, la misma que Paquirri. Renato entró al burladero con la vena safena rota, por donde se le iba la sangre. Y así, desangrado, murió mientras era trasladado a la ciudad de Nazca. Diecisiete días antes, en Ciudad Lerdo, Durango, México, Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’, probablemente el matador más longevo, se vistió de luces a los 64 años. La vida de montaña rusa que llevó, desde sus años de lucha hasta los de gloria y fama aún lo tenían rebuscándose la vida en los ruedos. El toro Pan Francés lo levantó del suelo para nunca más levantarse. Fue la última tarde del Pana. Tal vez hubiese soñado otra muerte, por una cornada, y no por una voltereta que lo dejara tetraplégico, como sucedió. Un mes de agonía terminó el 2 de junio, día en que la muerte de El Pana fue una noticia que consternó a todo el toreo. Víctor Barrio había nacido en Segovia en 1987, el mismo año en que moriría Pepe Cáceres. Alcanzó fama de novillero, especialmente en Las Ventas de Madrid, y fue el que más toreó en la temporada 2011. Pero muy distinta fue su suerte, después de la alternativa, que precisamente tomó en Madrid, en el 2012. Cada año toreaba menos. Y el cartel en el que se anunciaba el 9 de julio en Teruel sería su tercera corrida en el año. Lorenzo, toro de la ganadería de Los Maños, lo tumbó al piso y allí le metió el cuerno, por un costado del pecho, y le partió el corazón. Murió en el ruedo, como José Cubero El Yiyo en la plaza de Colmenar
Viejo, el 30 de agosto de 1985. En la enfermería solo certificaron la tragedia. Con Víctor Barrio ya son 57 los matadores de toros que han muerto por cornadas. Si no han sido más no hay otra explicación que en el capote que siempre hecha la virgen de la Macarena, la virgen de los toreros, o por culpa de otro Nobel, el de Medicina, Alexander Fleming, inventor de la Penicilina. No es gratuito que este escocés tenga una estatua en las afueras de Las Ventas. Es probable que en España tampoco se hayan enterado que en Colombia otro torero, ‘Nueva York’ en los carteles, uno de los enanos toreros estrellas de una de las cuadrillas cómicas que recorre todos los rincones del país, perdía la vida de la manera más absurda. Una vaquilla, toreada más de una vez, lo levantó del piso y lo mandó al estribo de las tablas de la plaza portátil. Fue en un pueblo que muchos no sabían que existía, Pasca (Cundinamarca). Se llamaba Hernán Giraldo Bernal y tenía 42 años, más de 20 de ‘alternativa’, y ante la tragedia murió con una sonrisa, como la que le había arrancado a cientos de niños segundos antes. El hospital más cercano estaba tan lejos, que Nueva York murió en la ambulancia. Para la historia, Antonio Bienvenida no será el único en morir tras una voltereta de una vaquilla. La temporada registró varias cornadas de gravedad que no llegaron a costar vidas, pero si dejaron secuelas de por vida, como la del banderillero José Manuel Soto que sufrió la amputación de la pierna izquierda a consecuencia de un gravísimo percance sufrido el pasado día 20 de agosto en Peal de Becerro (Jaén), durante un festejo menor. Manuel Escribano cayó gravemente en Alicante. Un toro le arrancó la safena y tocó la femoral, aun no se recupera. Roca Rey cortó su vertiginosa temporada al recibir dos volteretas. La primera en Málaga (Politraumatismo y policontusiones y herida contusa por asta de toro en abdomen) y la segunda en la tarde de su reaparición en Palencia (fuerte conmoción cerebral y traumatismo craneoencefálico). Gonzalo Caballero veía como se le escapa su única oportunidad en San Isidro y se marchaba por su propio pie y con el muslo atravesado por dos cornadas de pronóstico grave. Meses antes en esta plaza David Galván cambiaba un triunfo por una cornada. También en Madrid el novillero Pablo Belando sufrió una de las cornadas más aparatosas de la temporada. Un novillo lo hirió en la cara posterior del tórax derecho, produciendo fractura costal y penetrando en cavidad torácica, produciendo hemoneumotórax, causándole un importante contusión pulmonar en el lóbulo inferior derecho. No tiene fecha de reaparición. En la última feria de año, Zaragoza, caían en la misma tarde Javier Jiménez e Iván Fandiño, de pronóstico grave y el banderillero Rafael Limón. Terminada la temporada española y en el comienzo de la mexicana, un novillero sin picadores, Héctor Gutiérrez resultó herido de gravedad tras sufrir dos cornadas en el pecho, una profunda en el hemitórax derecho, y otra en el hemitórax izquierdo que le causó un importante derrame y hematoma y lesionó varias costillas, tras haber sido cogido por el primer novillo de El Vergel en la cuarta novillada del certamen Soñadores de Gloria en la Plaza México. Renato Motta, El Pana, Víctor Barrio y ‘Nueva York’. Cuatro héroes modestos que perdieron la vida en el más peligroso de los veranos, el del 2016. 19 REVISTA TORO
RAQUEL SANZ: “Sé que no va a volver, pero le sigo esperando…” Han pasado los días y aunque la herida sigue abierta, la rutina ha vuelto a poner en marcha esa vida que no se detiene. Aunque para Raquel Sanz, la vida sin Víctor Barrio no es vida, esta se acabó con la de su marido ese fatídico 9 de julio en Teruel. Por David Jaramillo Fotos Cortesía
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sta conversación nunca le quise tener con nadie y mucho menos a una amiga como Raquel, la guapísima novia que algún día me presentó Víctor Barrio en un tentadero en la ganadería de Monte La Ermita, propiedad de su apoderado Pablo González, cuando todavía era novillero sin picadores… Desde entonces, por cercanía, la amistad entre Víctor, Raquel y yo creció desde el aprecio y la admiración más profunda por ver cómo dos jóvenes luchaban por sus sueños conjuntos con tanto empeño. Con los años, tuve la fortuna de ver a Víctor crecer como torero, siempre fiel a sus principios, a esa dignidad que le impedía hacer lo que más quería, torear, si la oferta era por menos de los mínimos establecidos, así eso implicara quedarse en casa pegándole muletazos a sus sueños. Y Raquel, siempre junto a él. Convencida de que su esfuerzo se iba a ver recompensado algún día, por eso iba a todas las plazas donde toreaba a verlo, porque además de velar por su imagen en los medios y en las redes, no iba a consentir que le contaran los triunfos de su torero. Ella quería ser la primera en estar ahí para celebrarlo con él y el primer apoyo que el segoviano encontraría si la cosa no salía bien. Fueron muchas las tardes que nos sentamos juntos en el tendido a ver torear a Víctor, al que exigía como el que más porque sabía de lo que era capaz, pero también fueron muchas las oportunidades que nos juntamos para compartir una cena, un rato con los amigos o para acompañar a Víctor en una de sus muchas actividades para acercar el mundo de los toros a la gente. Era incansable. 20 REVISTA TORO
Pero todo se rompió en Teruel. “Lorenzo”, un toro de Los Maños al que el propio Víctor decidió torear en primer lugar, pues lo vio en el sorteo y le gustaron sus hechuras y su expresión, se llevó en sus cuernos la vida de Víctor, y de paso, la de su esposa, pues apenas llevaban un año escaso de matrimonio. Por eso ahora, hablar con ella es tan difícil. Los recuerdos se agolpan y se hacen un nudo en la garganta que sólo encuentra salida en las ya secas lágrimas de sus ojos. “David, sigo esperando que vuelva. Su ropa sigue en el armario”. Me dice haciendo referencia a una conversación que tuvimos días después de la muerte de Víctor, cuando me dijo que en su mente guardaba la esperanza de que todo fuera mentira y que él estaba en el campo, tentando. —Ha pasado el tiempo. —Sí y yo sigo respirando, por eso sé que estoy viva, pero mi vida se fue con él. Tengo que recurrir muchas veces a su imagen en la enfermería para hacerme a la idea de que no va a volver… Muchos me dicen que el tiempo servirá para curarlo todo, pero siento que sin él no vivo. También me dicen que me he mantenido muy fuerte, pero siento que es él quien me da fuerza para seguir, aunque yo no quiera. —¿Has vuelto a sonreír? —Me cuesta mucho, muchísimo. Y no es que no quiera hacerlo… El otro día unas amigas me llevaron a un concierto de Alejandro Sanz y volví a cantar, pero es difícil. Hay muchas personas que han estado a mi lado, me han apoyado, algunos que incluso no conocía y a través de
mensajes y cartas [alguna desde Colombia que yo mismo le entregué] me han dado ánimos y me han expresado mucho cariño. Todo lo que Víctor era como persona, su bondad, se ha visto reflejada en lo rodeada que ahora estoy, aunque a veces quiero estar sola y vivir mi dolor. Todo eso ha servido para que toda esa maldad que algunos cobardes escudados en un seudónimo vertieron, se quede ahí. Ya no me pueden hacer más daño. Ahora ese odio tendrán que explicárselo a un juez. También tengo a “Barri”, un perro que me regalaron hace unos meses. Nunca fui de tener perro en casa, pero es que tiene una carita para
es un negocio, de toreros que han ido a torear por debajo de los mínimos mientras Víctor se quedaba en casa, de figuras que no permitieron que un torero como él fuera en sus carteles y de ganaderos que no tenían una vaca para Víctor. He tenido que aguantar con una sonrisa y mantener la calma. Después miraba al cielo decía: “Sé que te está fastidiando tanto como a mí”. También pensé que iba a pasar mucho tiempo en volver a una plaza, pero el homenaje de Valladolid, la feria de Cantalejo, que también fue en recuerdo suyo, y las novilladas que Carlos Ochoa y Daniel Menés, dos chicos a los que Víctor arropó desde sin picadores, que se convirtieron como en nuestros hijos y que no se han apartado de mi lado, me han hecho volver. No le tengo rencor al toro, al contrario, me siento orgullosa de ser aficionada, igual que su familia.
—Ese ha sido el mensaje que él siempre quiso transmitir. —Por supuesto. Creo que no había nadie en el mundo más orgulloso de ser torero que Víctor. Siempre se indignó con los malos tratos por el hecho de ser taurino, incluso fue a un debate con la presidenta del PACMA [Partido Animalista Contra el Maltrato Animal], aunque odiaba esas cosas, pero nunca volvió la cara. Tenía muchos proyectos en mente, siempre con la promoción y el orgullo de ser taurino por delante. Cuántas veces estuvimos, y tú con nosotros, jugando al toro con los niños. Se lo pasaba genial, siempre tenía un regalo y una sonrisa para ellos. Cuando era apenas novillero, sin que nadie le conociera aún, organizó un partido de fútbol en el mismo polideportivo donde el tuvo la Capilla Ardiente, y con los beneficios compró capotillos para dárselos a todos los niños del pueblo en la Cabalgata de Reyes.
comérselo y finalmente me lo quedé. Salir a pasear con él por el pueblo [vive en Sepúlveda, un pueblito medieval segoviano al que se mudaron desde Madrid años atrás, cuando Raquel se metió en política y ganó un escaño en el Ayuntamiento local] es lo único que me obliga a salir de casa todos los días. —Estás yendo a casi todos de los muchos homenajes que se le están haciendo a Víctor e, incluso, ha vuelto a los toros. —Él era una persona muy querida, tú lo sabes, y siempre sacaba tiempo para estar con la gente, para defender el toreo de la mejor manera que sabía, enseñándolo. Y eso no se puede quedar ahí, por eso intentamos, junto a su familia, estar presente en tantas muestras de cariño que los aficionados quieren tener con su recuerdo, por duro que sea. Es cierto que he tenido que aguantar el pésame de empresarios que no le ponían porque decían que esto
Después recorrió casi todos los pueblos de Segovia haciendo lo mismo, lo hacía porque le nacía de dentro, se lo pasaba en grande jugando al toro con ellos y lo que después recibía en la plaza era bellísimo. Del día de nuestra boda sobró una moqueta roja y no dejó que la tirara a la basura, hasta que un día lo vi con unas tijeras haciendo pequeñas muletas y le pidió a un carpintero amigo suyo que hiciera los palillos y se las regaló a una asociación que organiza los encierros infantiles en Sepúlveda para que las repartieran entre los niños. Todos lo querían y gracias a él los volvías a ver jugar al toro en las calles. De hecho, ahora cuando paseo con “Barri”, veo a veces a los niños torear con esas muletas y esos capotes, entonces lo veo a él ahí, jugando con ellos…
—¿Ahora qué, Raquel? —Ahora nada. Intento vivir minuto a minuto y poco más. Éramos uno…
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El primero y el número uno Fermín Sáenz de Santamaría, de Mondoñedo, y Antonio García, de Vistahermosa, dos de los ganaderos insignias de Colombia, coincidieron en marcharse en el 2016, sin poder volver a ver lidiar sus toros en la Santamaría. Por Rodrigo urrego bautista
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l título del primer ganadero del país acompañó a Fermín Sáenz de Santamaría (1929 – 2016) prácticamente que desde la cuna. Tenía solo dos años cuando Mariano Rodríguez, Ángel Navas ‘Gallito de Zafra’ y Manolo Martínez hicieron el paseíllo el 8 de febrero de 1931, frente a los ojos del presidente de la República Enrique Olaya Herrera, que ocupaba una barrera de Sombra. Lidiaban toros de la primera ganadería del país, Mondoñedo, primera marca del toro de lidia que hubo en el país, y que la heredó de su abuelo, Ignacio Sanz de Santamaría, el que podría considerarse el mayor prócer del toreo colombiano. Era la primera tarde, cuando cobró antigüedad la ganadería, y prácticamente la historia moderna del toreo nacional.
londinenses. Estricto y refinado. Un hombre que dejaba escapar su sonrisa ante los apuntes finos, y que esquivaba la coba de sus admiradores.
Muy joven, Fermín asumió el timón de la ganadería. Don Ignacio había muerto quebrado, y hasta de pena moral, por haberle entregado todo al toreo. Mondoñedo estuvo a punto de perderse, pero la familia Sáenz de Santamaría sacó la casta. Incluso hicieron de Mondoñedo una denominación de origen.
Como si la historia de Don Ignacio se repitiera, mientras la plaza de toros de Santamaría se llenaba de grafitis, de basura, presa del abandono, y rota por unas obras de reforzamiento estructural, la salud de Don Fermín también flaqueaba. Y las fuerzas que siempre tuvo parecían abandonarlo cada día, cada mes, cada año que completaba la Santamaría sin abrir sus puertas.
Donde más hacía orgullo de ello era en la plaza que construyó su abuelo. En el que después fue llamado el Tendido Especial, donde tenían lugar los presidentes de la República, las grandes personalidades políticas, los ganaderos, lo más granado de la sociedad capitalina, ese tendido detrás del burladero de matadores, a donde suelen para los capotes de paseo de matadores y banderilleros, siempre se le vio a Fermín, en todas las corridas, cómo no en las de Mondoñedo, donde se le veía siempre el orgullo de tener los toros más fieros del país. Allí, en la Santamaría, Fermín se sentía como en casa. Se lo hacían sentir los aficionados, cuando bajaba una a una las escalas del vomitorio de la fila 10 de Sombra hasta su barrera habitual. En cada fila tenía que extender la mano, o simplemente levantarla, para corresponder el saludo. De carácter serio, tan serio como sus toros. Culto. Elegante como el más cachaco, puntual como el más puntual de los 22 REVISTA TORO
El 6 de febrero del 2012, don Fermín tenía 83 años, dos más que los que en ese momento iba a cumplir la Santamaría. Fue la última vez que le vio bajar de la barrera hasta el ruedo. Mondoñedo había lidiado un encierro que había emocionado, una vez más, al exigente paladar capitalino. La ovación no paró hasta que se asomó por el burladero, junto a sus nietos, los hijos de su hijo Gonzalo, que minutos antes habìa salido en hombros, junto a Luis Bolìvar. Fermìn dio una vuelta al ruedo lenta, como si fuera la última, en ese momento sin imaginar que así sería.
En la corrida de Mondoñedo de la pasada temporada en Puentepiedra, a Fermín no se le vio. Su ausencia pudo caer como un terrible aviso, como una terrible premonición, como aquella foto dramática de Manolete, apoyado sobre las tablas de la Santamaría días después de tentar en Mondoñedo, y que pareció ser mal augurio de la cornada mortal del toro Islero, de Miura. ***** Durante cuatro décadas, a Antonio García no había quién lo destronara del podio de los ganaderos en Colombia. Su hierro de Vistahermosa fue el orgullo de la Santamaría, y sus toros hicieron afición durante décadas. Entre 1940, cuando lidió por primera vez en la Santamaría, y comienzos de los años 90, cuando el toreo aún despertaba pasiones efervescentes por toda la ciudad, Vistahermosa fue el sello de las tardes de gloria. De solo anunciarse, la
gente se frotaba las manos o se las llevaba a la cabeza. Los toros de Vistahermosa se los peleaban las figuras y por mucho tiempo eran los de los carteles señalados, los que más hacían palpitar los corazones de los aficionados.
corrida pasó a la historia. Se fue a hombros de decenas de personas que se habían tirado al ruedo para izarlo a hombros.
Los Vistahermosa parecieron haber patentado en el país el indulto, y por si fuera poco, tiene el récord de tres indultos en la misma tarde. Jamás visto y jamás imaginado. Para los incrédulos, eso pasó el 12 de diciembre de 1972. El Viti indultó a Rompegala, Palomo Linares a Rehiletero y El Cali a Soleares.
Ningún ganadero como Antonio García ha ostentado tal supremacía en el toreo colombiano. Una hegemonía se prolongó durante más de 40 años.
Fueron los toros de la alternativa de César Rincón, con Antoñete y Manzanares en el cartel, un 8 de diciembre de 1982. Un mes más tarde, Rincón, que alternaba con Paquirri y Tomás Campuzano, indultó su primer toro como matador. Sonajero, que diez años después se convirtió en el único toro en la historia en ser indultado dos veces, pues en 1993 le perdonaría la vida el Cordobés de los Pobres, en la plaza de Fuente de Oro, en los Llanos orientales. Antes de que los antitaurinos aparecieran, en 1988 hubo un toro que amenazó con destruir la plaza de Santamaría. Literal. Su bravura y fiereza no la contenían ni las tablas de la barrera, pues las levantaba sobre sus lomos. El Cali lo toreó como media hora hasta indultarlo, y para que regresara a los corrales no había remedio. Se rehusaba a abandonar el ruedo mientras seguía despedazando puertas y tableros. Se llamaba Telestar. En el 89, César Rincón indultó a Mandarín, el día de la alternativa de Joselito Borda y la despedida de El Cali. Y para entonces la fama de Vistahermosa ya no era exclusiva de la capital sino de todas las plazas del país. En el 91, César Rincón salió cuatro tardes a hombros en las Ventas y regresó al país como máxima figura en el mundo. El 15 de diciembre reapareció en la Santamaría ante seis toros de diferentes ganaderías. A la altura del quinto toro Rincón no tenía la puerta grande, pero salió Flor de Jara (Punta Umbría) para que salvara la tarde, se lo brindó a Gabriel García Márquez que estaba en una barrera, y la
La fama de Vistahermosa empezó a venir a menos a mediados de los 90. El toreo imponía nuevos modelos, el toro del encaste Parladé, principalmente de procedencia Domecq, predominaba en España y empezó a multiplicarse en Colombia. Y el Santacoloma, el encaste del país, desaparecía con el auge de nuevas ganaderías. Toros de mayor tamaño y volumen, mayor fijeza y menos fiereza era con los que las figuras hacían la fiesta en el ruedo. La época en que Vistahermosa empezó a ser excluida de las grandes ferias es quizás la más apasionante de Antonio García. Podría haberse acomodado a las modas, seguir en los carteles, y como no, sacando rentabilidad a sus toros. Pero jamás se traicionó. Como quien se empeña en salvar una especie en vía de extinción. “El toro de Santacoloma es mi vida, y la de mi familia. Todo se lo debemos a él. Lo único que debemos es preservarlo”, decía Antonio (El Toro de Lidia en Colombia. Fedegan, 2009) Uno de sus nietos recordó que la mejor enseña de Antonio fue el “renacer de las cenizas”, y en ese empeño se podría resumir la última etapa de su vida. Quienes lo conocieron difícilmente lo olvidaron. Decente y elegante, de andar pausado y con una sonrisa fácil. Ayudó a cuanto torero pasó por su casa, y los que trabajaron en sus fincas se la jugaron y dieron la vida por él. Dueño y protagonista de anécdotas únicas, y de una devoción por el toro más que conmovedora. La noticia de la muerte de Antonio García, en Medellín, fue un duro mazazo para el toreo colombiano. Un ganadero de novela, y quien durante más de cuatro décadas fue el indiscutible número uno de Colombia. 23 REVISTA TORO
LA TEMPORADA DE
José Tomás
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l torero de Galapagar quiso hacer una excepción a la regla que suele medir sus últimos años. En el 2016 y desde la tarde de expectación en la plaza México, José Tomás sumó seis paseíllos en España. A su grandes faenas se le abona un gesto, el de acudir a la cita de San Sebastián, donde su presencia, no solo sirvió para ver un lleno histórico con público de todas partes, encabezado por Don Juan Carlos y muchas caras conocidas, sirvió, también, para defender, de momento, a una plaza que está rodeada de corrientes prohibicionistas.
Por ALEJANDRO VARGAS 24 REVISTA TORO
división.
Jerez de La Frontera, al natural
México, sueño a medias Llenó la plaza México pero el triunfo para acrecentar la leyenda quedó aplazado. Su última presentación había sido precisamente en tierras mexicanas, casi un año atrás (Mayo de 2015) en Aguascalientes donde murió y volvió a la vida en Abril de 2010. Era su tercera actuación en tierras mexicanas, desde la tarde de la gravísima cornada. Juriquilla y Aguascalientes precedieron a su nueva presentación en el coso de insurgentes que no pisaba desde el mano a mano con El Cejas en 2009. Se aplazó la leyenda. Llenó la plaza México pero estuvo muy distante del Tomás que expectó al planeta taurino, para esta, su séptima actuación en la plaza México. Su rival en tarde tan señalada fue “el torero de México”, Joselito Adame, quien se quedó con el triunfo que estaba reservado para él; dos orejas de su tercero, aupado por sus paisanos y desaires incluidos al de Galapagar fueron parte de la reseña de aquella tarde. Una oreja no paseada del primer toro, justo de fuerza, con leve petición atendida, y protestada al ser otorgada. El segundo y tercer toro fueron protestados por su presencia. En su segundo toro, lidiado con su sello personal, tapó las protestas, falló la espada. El tercero de mínima presencia reventó al público, no valió la disposición del torero, fue devuelto y el que hizo de quinto bis, acabó por terminar con la paciencia de los tendidos, a esta altura, solo Adame salvaba la tarde.
Plaza México, festejo 16 de la temporada 70, enero 31, México, D.F. Toros de Los Encinos y Fernando de La Mora, de Xajai el que hizo quinto bis, primero, tercero y quinto. Oreja, ovación,
Tres meses pasaron desde la tarde en la Plaza México para que José Tomás pisara un ruedo en España. Sería su segunda cita del año y la ilusión de los suyos y la de los que le siguen se ponía cita en la plaza de Jerez de La Frontera. Los suyos y los que lo siguen, presenciaron faenas de libro, una completa tauromaquia del toreo al natural. Simple, natural, la que no se puede describir más allá de la hondura y profundidad, acompañada por ese toque sutil de muñeca y el vuelo hasta atrás. Ni Tomas pudo superar lo logrado con el segundo de la tarde, si no fue él, tampoco sus compañeros de terna, que lo acompañaron a hombros, Padilla y Manzanares. Tarde con Don Juan Carlos y el viento como invitados de excepción en la plaza.
Tercer festejo de la feria del caballo, Mayo 7, Jerez de La Frontera. Toros de Núñez del Cuvillo, segundo y quinto, dos orejas y rabo y oreja. Alicante, sueño al natural La feria de Hogueras fue la siguiente cita. Los locales, Manuel y José María Manzanares fueron sus pares de la tarde. Un sueño llamado José Tomás, sin casi tiempo para la resaca de la tarde en Jerez, un decir porque pasaron casi dos meses, sus estatuarios como una vela, su toreo al natural, muletazos largos que van donde tienen que ir. Si es excelsa la izquierda, pues la derecha también tiene hondura, es un conjunto todo, todo lo hace ver fácil, pero lo es solo para él.
Feria de Hogueras, junio 24, Alicante, toros de Núñez del Cuvillo segundo y quinto. Oreja y dos orejas. Huelva, verano al natural Tarde de verano, uno emergente, López Simón y un toricantano, David de Miranda en su cartel. Todo estaba con José Tomás en la temporada española, ya nadie recordaba el dudoso inició en México, de ahí en adelante 25 REVISTA TORO
fue todo temple en sus faenas, hondura en cada uno de sus muletazos, magisterio en su tauromaquia y una comunión con sus seguidores en cada una de sus tardes.
Festejo extraordinario homenaje al fallecido Víctor Barrio, caído en Teruel el pasado Julio, septiembre 4, Valladolid, toro de Núñez del Cuvillo. Oreja.
Feria de las colombinas, agosto 5, Huelva, toros de Victoriano del Río, segundo y cuarto. Dos orejas y dos orejas y petición de rabo.
Para su segunda tarde, la del cierre de su particular temporada, se anunciaba, una vez más, con José María Manzanares. De nuevo un rejoneador por delante, Leonardo Hernández, que como Pablo Hermoso en San Sebastián, fue simplemente un testigo de excepción.
San Sebastián, la primera de primera Duelo con El Juli, el número 47, invitado de excepción Pablo Hermoso de Mendoza, primer paseíllo en una plaza de primera en su temporada europea. Dos tauromaquias distintas a un solo Dios verdadero, el Toro. Triunfó el toreo de recursos, sobre la pureza del de Galapagar, tal vez el fallo con la espada en su primero hizo olvidar demasiado pronto la más de media docena de naturales de su trasteo, en su segundo toro, casi inválido, le arrancó los que pudo, como también a puro pundonor le arrancó la oreja, para salir a pie, por delante de El Juli que se marchaba a hombros.
Semana grande, segunda del abono, agosto 14, San Sebastián, toros de Domingo Hernández, segundo y quinto. Ovación y oreja. Valladolid, dos tardes. Final de temporada En la primera compartió cartel con Padilla, Morante, El Juli, Manzanares y Talavante, fue una tarde de entrega de los toreros y del público. En la memoria de todos, Víctor Barrio, el héroe caído unos meses atrás. Tomás ligo dos tandas, quizás tres para ajustar casi dos docenas de muletazos y un gran inicio con el capote. De nuevo marró con la espada, una sola oreja, pero se habían conjugado también, para para su faena, las dos entregas de la tarde; la del torero y la del público.
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Cortó tres orejas. Si bien la primera algo larga, las dos siguientes no tuvieron un solo pero en el tendido. Cuaja al toro de Nuñez del Cuvillo con verticalidad impávida. Naturales suaves, una vez más. La espada hace guardia, la saca pronto y logra una buena estocada que exige el doble trofeo.
Tercer festejo de la feria de Nuestra Señora de San Lorenzo, Septiembre 9, Valladolid, toros de Núñez del Cuvillo, segundo y quinto. Oreja y dos orejas. Temporada marcada por la entrega, por su mano izquierda y salpicada de su personalidad, desde la tarde en La México donde se llenó la plaza para verlo y luego no quisieron hacerlo, hasta Valladolid. José Tomás, no siempre fino con los aceros, siguió en su sitio de siempre, donde solo se pone él y el toro. No escatimó ningún ápice de entrega, ni se ahorró nada del valor que asusta al miedo. También marcó la temporada el fervor de sus seguidores que por siete tardes, no ahorraron esfuerzo ni escatimaron dinero para verlo. La próxima tarde, no tiene fecha. Bogotá soñó con verlo y despertó mal, no fue posible. En España ya se espera su próxima temporada. Madrid, pone sus sueños en manos de un soñador, Simón Casas. Tiempo al tiempo.
Temporada Española
DULCE TRANSICIÓN Por José Miguel Arruego
E
l término es obra y gracia de Vicente del Bosque, ex seleccionador de la Selección Española de fútbol, que lo acuñó para referirse a ese estado intermedio entre uno más antiguo y otro al que se llega después de un cambio pausado, que no radical. Y si a los Xabi, Iniesta, Villa o Torres los reemplazaron de modo más progresivo que abrupto los Koke, Thiago, Diego Costa... vistiendo la elástica colorada, en el toreo, la nueva generación de matadores, se ha ido abriendo hueco en el circuito feria a feria, triunfo a triunfo, también cornada a cornada. Desde principios del presente siglo no aparecía una generación de matadores tan prolífica como la actual. Una baraja de nombres capaces de refrescar el elenco de los grandes abonos, de incentivar de nuevo a los aficionados y de despertar el interés del gran público, que desde hace tres lustros apenas veían variaciones en las combinaciones de cada serial. De aquella pléyade de jóvenes que irrumpió en esos primeros años 2.000 se consolidaron los Castella, Perera, Manzanares, César Jiménez, más tarde Talavante o Cayetano... mientras que otros como Salvador Vega, Salvador Cortés o Fernando Cruz, que también tuvieron su ambiente, se acabaron por descolgar de la exigente criba que supone la necesidad imperiosa del triunfo diario. 28 REVISTA TORO
Esta nueva amalgama de adolescentes ha supuesto además un acicate para la cúpula, algo adocenada en los últimos cursos, posiblemente por la falta de competencia real, y la vitalidad de los que llegan les han obligado a emplearse al máximo para defender el sitio conquistado en su día. El ardor juvenil de unos y el asolerado ímpetu de los otros han generado batallas reales en las contiendas de las ferias, y el vencedor común, más allá de los triunfos de unos y otros, siempre ha sido el público. ROCA, REY DE LA TEMPORADA Y PUNTAL DE LA GENERACIÓN Dos severas volteretas en Málaga y Palencia, que desembocaron en una conmoción cerebral de serias consecuencias, impidieron a Andrés Roca Rey rematar su primera temporada completa como matador. A sus 19 años afrontó con la serenidad de los elegidos la responsabilidad que supone medirse con los mandones en la práctica totalidad las ferias, y pese a bajarse de la bici antes de la meta por imperativo facultativo, pocos le niegan el maillot de vencedor de la temporada. Su faena de Olivenza, el arrollador paso por Fallas, su brillante debut en La Maestranza, la épica confirmación en Madrid o su doble zambombazo en San Fermín son pruebas suficientes para otorgarle la corona del presente ejercicio. ¿Que como lo consiguió? Básicamente, perdiéndole el respeto al toro y
poniéndose en un sitio que, hoy por hoy, no se pone nadie.
EL AÑO DE LAS FIGURAS
Siguiendo con los símiles ciclistas, el maillot de la regularidad acabó en poder de Alberto López Simón. Líder del escalafón, el torero madrileño toreó más que nadie y aunque fueron varios quienes cuestionaron la contundencia de sus éxitos, el interminable rosario de orejas y Puertas Grandes (Valencia, Madrid, Sevilla..) supone un antídoto frente a sus detractores. Otra cosa es que el de Barajas deba profundizar en su toreo para que los números, además de engrosar su envidiable estadística, dejen huella y poso.
Todos ellos y alguno más les disputaron las palmas a las figuras. De todas ellos quizá la temporada más regular la realizara Alejandro Talavante, que impregnó sus actuaciones de natural improvisación. Su mano zurda cotizó cara, y de entre sus tardes clarividentes e inspiradas destacaron las de San Isidro (sin toros aptos) o su faena cumbre en Valladolid. A mitad de año dejó la FIT para ser el buque insignia de la Casa Matilla, pero ese honor debió compartirlo con Manzanares, que después de un año gris emergió con fuerza en San Isidro con un faenón de antología al toro ‘Dalia’ de Victoriano del Río en la Corrida de Beneficencia. Esa manera de torear al natural, vertical y relajada, nada forzada, la sacó a relucir con cierta asiduidad, por ejemplo, en otra feria de mucha exigencia como Albacete, mediado septiembre, con dos buenos toros de Cuvillo. Ese mismo mes vio también la mejor versión de Castella, que muleteó con delicadeza a un toro de Adolfo en Nîmes y dejó en San Miguel su faena de más calado en Sevilla, y Perera, que dentro de un año sin cimas ni simas enganchó su mayor racha de éxitos en ese último tramo del curso, con dos indultos en Cuenca y Palencia.
Su temporada comenzó a cuestionarse tras su mano a mano con José Garrido en Bilbao. La presión a la que fue sometido (se organizó una campaña en su contra acusándolo de no dejar entrar a otros compañeros en ese cartel donde inicialmente estaba anunciado Roca Rey) desembocó en un ataque de ansiedad que le obligó a ingresar en la enfermería tras matar el segundo de sus tres astados. Su compañero José Garrido se echó la tarde a la espalda, salió victorioso del envite, abrió la Puerta Grande al día siguiente y puso su nombre a las Corridas Generales, además de ratificarse como una de las novedades de la temporada. Otros jóvenes que ameritaron formar parte de ese selecto grupo denominado Generación ‘16 fueron Javier Jiménez, torero que ha dotado del aditamento del gusto a su reconocida capacidad, que triunfó en Sevilla, dio la cara en Pamplona y Zaragoza aún a costa de resultar herido y, después de cuajar a dos buenos toros de Bañuelos, abrió en verano la Puerta Grande de Las Ventas, con la esperanza de que el 2017 le abra otras puertas que se ha ganado que le descerrajen. Román, por su frescura y desparpajo, David Galván, torero estilista y refinado, que interpreta con sentimiento, o Joaquín Galdós (el ‘otro’ peruano), Ginés Marín y Álvaro Lorenzo, los últimos en llegar, son otros de los nuevos que ‘amenazan’ con subirse al carro.
Entre los más veteranos, Ponce siguió esparciendo lecciones magistrales allá donde actuó. Zaragoza, Santander, Logroño o Istres, donde protagonizó una de las encerronas más exitosas que se recuerdan e incluso mató dos toros vestido de esmokin, fueron privilegiados testigos de su asolerado magisterio. Pasan los años y el maestro valenciano se sigue superando a sí mismo, del mismo modo que El Juli, que en 2016 dio una vuelta de tuerca más a su toreo. Otra más. La fantasía de antaño con la profundidad y prosapia que dan casi dos décadas de alternativa. Verónicas compuestas, tersas y hondas. Las lopecinas, al ralentí. Las chicuelinas, con la mano en la rodilla, pero con naturalidad. Sin retorcerse ni forzar la figura. Cordobinas y tafalleras, navarras y gaoneras. Y en 29 REVISTA TORO
medio de todo, un quite nuevo, un lance distinto. El Juli de siempre. Pero aún mejor. Morante desparramó con cuentagotas su aleación de estilos, que desembocan en un torero único, personal e intransferible. Sevilla fue el vértice que vertebró su temporada. Y su Maestranza, tantas veces dividida, se le rindió de manera incondicional después de su antológica obra a un toro de Cuvillo. José Tomás siguió su particular tourné, este año algo más amplia que las precedentes. Una temporada paralela la del torero de Galapagar, cuya tarde grande tuvo lugar en Alicante, sobre todo la faena a su segundo toro, también de Cuvillo, una de las más importantes del año.
en la temporada de Luis David Adame, que se destapó en San Isidro y ratificó luego sus condiciones en Pamplona o Albacete, antes de tomar una alternativa de lujo en Nîmes. Se le espera con expectación el año entrante, un curso que debe suponer el doctorado de Manolo Vanegas, un venezolano con carácter que acabó líder de los novilleros y destacó por sus triunfos en Francia. El mexicano Leo Valadez, el francés Andy Younes o el colombiano Juan de Castilla son otros de los nombres destacados, que confirman además la internacionalización del toreo. Entre los nacionales, apunten el nombre de Carlos Ochoa. Menos transición hubo en el escalafón ecuestre, un año más dominado por Hermoso y Ventura. Casi en la otra orilla el navarro, con el colmillo afilado siempre el portugués de La Puebla del Río, lo cierto es que su nada escondida rivalidad dentro y fuera de los ruedos sirve de comidilla y sustento literario a un escalafón en el que Leonardo Hernández se convirtió por méritos propios en ‘el tercer hombre’ (dos Puertas Grandes en San Isidro) e irrumpió con fuerza la francesa Lea Vicens.
Otra de las faenas de la temporada fue la de Iván Fandiño en Bilbao. Una obra de seda descrita por un torero de hierro. Naturalidad, despaciosidad y hondura. Cadencia, suavidad y encaje de un Fandiño desconocido. Nunca se le vio torear así al de Orduña. Sin un tirón, casi sin toques. Sólo caricias. Frente a un toro de Jandilla que tenía tanta calidad como justa fortaleza, al que había que torear con esa clase y ese pulso para afianzarlo y sacarle Ganaderamente hablansu fondo. Una obra grando, el año nos dejó la rede. Artísticamente, la mecuperación de una ganajor de su carrera. En ese dería señera: Núñez del contexto se expresó Ureña Cuvillo, que junto a su en Sevilla y Madrid (a gran movilidad y transmisión, nivel en las dos plazas ‘carecuperó la clase que papitales’, menos redondo su recía haber menguado en tramo final del ejercicio), años anteriores. Fue la Fortes en Málaga, reapaganadería del año, funrecido y recuperado, que damentalmente porque, también dejó su sello en la detrás de una gran faena, Feria de Burgos, El Cid en había un toro procedenSantander y Logroño con te de ‘El Grullo’. Victoriados ‘albaserradas’ de lujo, Fandiño, en Bilbao, por naturalidad y hondura, realizó una de las obras de la temporada. no del Río, Juan Pedro o y Curro Díaz, torero de Madrid, que Las Ventas rescató y Garcigrande, entre los de la estirpe Domecq, los ‘nuñez’ volvió a poner en circulación el Domingo de Ramos des- de Alcurrucén o los ‘saltillos’ de Adolfo y Victorino, que pués de verle abrir la Puerta Grande. recuperó posiciones con una de sus mejores camadas de los últimos años (tres indultos, incluido el histórico Sin tanta notoriedad, otros toreros que escribieron algún de ‘Cobradiezmos’ en La Maestranza, posiblemente el capítulo de esta última temporada son Rubén Pinar, animal de su encañaste que mejor haya equilibrado las resolutivo con los ‘cuadris’ en San Isidro y máximo virtudes más cotizadas de un toro: clase y bravura) se triunfador de la Feria de Albacete. Su solvencia le puede desmarcaron del resto. Menos regularidad alcanzaron los abrir un hueco en las corridas duras, donde este año ‘lisardos’ de Puerto de San Lorenzo y Valdefresno, y de mantuvieron su crédito Manuel Escribano (hasta que un las vacadas con una materia prima más reducida manAdolfo en Alicante lo sacó de la temporada con uno de tuvieron su regularidad los santacolomas de La Quinta y los percances más graves del año), Rafaelillo o Fernando Ana Romero y los ‘torrealtas’ de Antonio Bañuelos. Robleño. Muy emotivo el retorno a Las Ventas de David Mora, dos años después de su gravísimo percance, para Precisamente en esta ganadería realizó uno de sus cortar las orejas del toro de la feria. Toda una lección, últimos tentaderos el llorado Víctor Barrio. Nuestro como la de Javier Castaño, que superó un cáncer testicular reconocimiento y admiración en torno a su afición y y reapareció en Sevilla... para lidiar la corrida de Miura. dedicación por conseguir su sueño. Persiguiéndolo dejó su vida en pleno ejercicio de su profesión, un fatídico NOVILLEROS, REJONEADORES... Y EL TORO sábado del mes de julio. Que su muerte, como ocurriera en los años 80 con las de Paquirri y Yiyo, sirva para Suele ocurrir, que después de que una baraja de novilleros concienciar a la sociedad y a la propia familia taurina rutilante toma la alternativa, el escalafón menor se resiente. de la autenticidad y realismo de este espectáculo y del Es otra de las consecuencias de la transición. Por este peligro al que se exponen cada día quienes se juegan la motivo, el año novilleril se circunscribe casi exclusivamente vida en una plaza de toros. 30 REVISTA TORO
Victorino Martín el nombre del año
13 corridas, tres toros sueltos, una novillada, 87 toros en total, 48 orejas, tres indultos, los números de Victorino Martín en el 2016. Un temporada histórica para el hierro de la A coronada y contada por el ganadero, Victorino Martín García.
Una camada completa
Cobradiezmos, el toro soñado
“Ha sido una camada muy completa una camada en la que ha habido corridas redondas y eso es lo importante, que después de 50 años, este año se cumplían 50 años en que mi padre lidiará por primera vez a su nombre, después de comprar lo del marqués de Albaserrada, precisamente en Calasparra, ha sido un año redondo en el que hemos celebrado con mucho éxito ese aniversario”.
El año empezó muy pronto para la ganadería Victorino Martin, por febrero en la provincia de Castellón, un festival en Vall D´Alba, luego Cieza, donde comenzó también a vislumbrar las grandes temporadas de Rafaelillo y Paco Ureña, pero el gran golpe de atención llegó en Sevilla con el toro Cobradiezmos.
Para la familia Victorino, su vida es el toro, todo se lo han entregado a él. “Es nuestra vida nuestra pasión, estamos muy orgullosos de ser ganaderos, estamos muy orgullosos de pertenecer a este mundo, es un mundo único en el que los valores humanos están muy presentes, tienes que tener muchas condiciones y muchos valores para sacar estas cosa adelante y nosotros la verdad somos felices haciendo lo que somos y además Dios y la providencia nos ha bendecido con años triunfales y estamos encantados”. 32 REVISTA TORO
“Es un toro que pone de acuerdo a todo el mundo, es el que le gusta al torero, al ganadero, al aficionado, ha sido un toro muy completo en todos los tercios, es un toro que lo sueña todo el mundo, tomó dos puyazos muy fuertes, de verdad, el segundo tardo un poquito pero luego lo tomó con mucha fuerza, mucho ímpetu, empleándose mucho con el rabo arriba, con la cara humillada, recargando en el caballo y el primero mucho más. El defecto quizás que tuvo el toro fue que escarbo un poquito, pero lo hizo desde el principio hasta el final y eso no le afectó para su lidia. Va a ser muy difícil igualar el juego de ese toro, ha sido un toro que ha puesto muy alto el listón, ha sido un toro que ha embestido y
que ha durado muchísimo, ha durado una eternidad”. “Las hechuras del toro son perfectas, el toro se definió desde el primer momento, desde los capotazos de recibo, se definió, definió su clase, su calidad y su bravura, por qué la forma como repetía el toro, con la cara por abajo, embrocaba los muletazos, como repetía, eso lo marcó desde el principio”. Aunque Cobradiezmos eclipsó toda la corrida, la tarde de Victoriano Martín en Sevilla fue variada y encastada, se destacaron los toros lidiados en segundo y tercer turno, a este último Paco Ureña le cortó las dos orejas. Plebeyo y Plantadito Pasada la feria de Abril en Sevilla, llegaron más citas importantes en el calendario como las tardes de Madrid y Bilbao, pero entre ellas, una cita con carácter de celebración. 50 años lidiando Victorinos, como Victorinos. Fue en Calasparra, en una corrida mixta. Un nuevo indulto, el segundo del año, fue ahí donde llegó el segundo indulto de la temporada y que le dio carácter de acontecimiento a la celebración. Plebeyo fue el nombre del toro indultado por Curro Díaz y nuevamente la corrida fue pareja, sus cinco hermanos ovacionados en el arrastre y excepcionales los lidiados tercero y sexto. Victorino Martín García salió a hombros al terminar la tarde, la misma que se había iniciado con un pasodoble en honor a su ganadería. El toro Planteadito se lidió en el coso de la Ribera de Logroño y fue otro toro excepcional al que se le rindió como homenaje una vuelta al ruedo. Solo eso, El Cid, que tuvo la suerte de llevárselo en el sorteo, hizo todo lo posible, de gran manera, por perdonarle la vida, pero la presidencia no lo considero así. “Fue un toro que se entregó, bravo, de infinitas y largas embestidas y que peleó hasta el último momento vendiendo cara su muerte”. Antes de su lidia, la corrida ya había mostrado otro que dio una gran pelea en el caballo al que acudió tres veces y al que Curro Díaz le cortó una oreja. Dos orejas también cortó El Cid, pero el protagonista de la tarde tenia nombre propio, Planteadito, el hermano de Cobradiezmos. 33 REVISTA TORO
La corrida total Llegaría el gran cierre de temporada. La plaza de Illescas celebró la corrida total. “Durante los últimos años se ha reducido la corrida solo al último tercio, se han ido acortando los primeros tercios, todo a favor de este último, es una locura que se juegue la corrida a una sola carta cuando tenemos tres. “ “No pretendimos que fuera una corrida concurso, ni que todos los toros entraran dos o tres veces al caballo, pero sí buscamos que los espectadores disfrutaran de un buen tercio de varas, de una buena brega o de un buen par de banderillas, para lo cual se escogieron cuadrillas de prestigio y una cuadra de caballos de total garantía. En la Corrida Total se pusieron en valor todos los tercios”. “Ha sido una tarde en la que teníamos depositas grandes ilusiones, no solo por la lidia de nuestros toros en la plaza sino por cómo se buscaba cuidar la pureza y seriedad del rito de la lidia del toro.” 34 REVISTA TORO
Gómez del Pilar indultó el quinto, se premió el primero con la vuelta al ruedo, incluso con voces de petición de indulto, destacó también, la vara al sexto toro que se arrancó al caballo del picador desde el otro extremo de la plaza. Seis orejas y un rabo se repartieron esa tarde entre Cristian Escribano, Gómez del Pilar y Raúl Rivera. Tres toreros jóvenes de la provincia de Toledo que se anunciaron en un cartel en el que también se leyeron los nombres de la cuadrillas en un gesto por recuperar el valor de los protagonistas de todos los tercios.
“Hay otras tauromaquias, hay otras alternativas, la fiesta es variedad, hay encastes importantísimos que no hay por qué despreciar, es más fácil que los toreros se adapten a torear un toro a que los toros se adapten a los toreros, está claro que una de las grandes riquezas que tiene el mundo del toro es la variabilidad genética de la cabaña brava, entre todos tenemos el deber de trabajar para preservar el mayor número de encastes posibles y para preservar el mayor número de toros diferentes.
LA SANTAMARÍA
TEMPORADA DE LA LIBERTAD
E
Por Diego Caballero
l pasado 19 de octubre el “Consorcio Colombia Taurina” se hizo cargo de manejo de la temporada bogotana. Ese día los aficionados entendieron que era posible volver a sentarse en un tendido de La Santamaría y empezaron a soñar tardes y carteles. Casi un mes después, las combinaciones salieron a la calle y los abonos a la venta, mientras se comprobaba que el camino no era fácil. La empresa, con muy poco tiempo para trabajar, se encontró con dificultades para rematar los carteles como era su deseo y el de todos. A la nómina le faltaron nombres de toreros que deberían haber estado y no están. Por encima de explicaciones y exigencias debería haber estado la causa común que supone la reapertura de una plaza que estuvo cerrada de manera arbitraria por cinco años. Una moda que parece extenderse sin importarle a los que no harán
parte del futuro del toreo. Por otro lado los aficionados, después de soportar su exilio taurino, se encontraron con una dificultad más al comprobar el incremento en el abono. Fueron cinco años sin la costumbre de acudir a la taquilla y eso se siente. Los precios preocupan, es verdad, como también es verdad que la plaza perdió una fila y 2.226 localidades. También, el porcentaje en la utilidad para el distrito aumentó aunque por el mes de marzo eso ya poco les importe. La apertura de La Santamaría llegó con varios obstáculos que deberemos superar en un juego que no podemos perder. La Santamaría se debe llenar a pesar de las dificultades, y debe estar por encima de todo. A la afición de Bogotá le llegó una durísima prueba, llenar la plaza por encima de carteles y de precios, es la hora de defender la libertad que tanto reclamamos durante casi cinco años. 35 REVISTA TORO
La
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BARCELONA esperada resolución llegado, ¿Y ahora? Por NICOLÁS SAMPEDRO A.
omo recordaremos, la plaza Monumental de Barcelona fue cerrada arbitrariamente en septiembre del 2011 por el parlamento autonómico de Cataluña, con 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones. Con esta prohibición se aseguraban en dicha institución que así se cargarían un símbolo muy fuerte de unión con el resto de España. No bastando con esto, el mismo parlamento blindó los correbous para descaradamente no perder a muchos de los votantes de las tierras del Ebro. El pasado jueves 20 de octubre, el Tribunal Constitucional Español ha dictado resolución sobre esta prohibición argumentando que un parlamento autonómico carece de potestad para prohibir tales festejos al ser considerada la fiesta de los toros bien de interés cultural; pero sí que tiene potestad para regularla, ahhhh amigo, esto es como dirían los mafiosos y los vendedores de contratos para celulares: “No has leído la letra pequeña, idiota”. En una ciudad en la que poner un cartel en las calles con la foto de un torero anunciando una exposición fotográfica o la feria de Zaragoza trae consecuencias legales para quien la exhibe y por lo mismo no dura más de un día expuesta ¿esperamos ver corridas de toros tal y como las conocemos? Me encantaría equivocarme pero es muy difícil. Por un lado la resolución del Tribunal Constitucional es un triunfo para la libertad de los pueblos
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ha
con algún tipo de tradición taurina y un precedente para futuras intentonas golpistas de las autonomías, pero por el otro lado la letra pequeña que podría haber sido redactada por el mismísimo Fredo Corleone, hace que puedan hacer con la integridad de la fiesta, lo que buenamente se les dé la gana en las autonomías. Inmediatamente salió la sentencia veía las noticias en las que una reconocida antitaurina decía que ya estaban trabajando para que dicha sentencia no tenga efecto, pero que de paso podrían exigir que no se maltratara al animal –en el caso de haber festejos- y que además podrían hacer que el torero llevara un tutú rosa. El gobierno autonómico decía que de ninguna manera cumplirían la sentencia –como muchas otras- con los medios de comunicación públicos catalanes como cómplices. Como es natural, lo ideal sería que las corridas de toros regresaran para primavera, que las figuras del toreo se comprometieran con la causa –cosa que dudo después de ver lo que ha pasado en Bogotá-, que la familia Balañá echara la pata palante al defender la tauromaquia como una tradición catalana -aún más imposible-, y que todo regresara a la normalidad. Pero como la realidad es otra y conocemos el percal, mirando los posibles escenarios dicha regulación hace que, con los pies en la tierra
nos planteemos dos situaciones o dos panoramas como posibles: El primero, que se puedan dar festejos taurinos en Barcelona con una fiesta absolutamente mutilada, bajo un reglamento autonómico. ¿Algo así como Campo Pequeño en Lisboa? Pues más o menos pero a la catalana, y aunque personalmente no esté de acuerdo, dicho panorama seguramente no estaría tan mal para muchos aficionados en una comunidad autónoma donde no hay ninguna presencia taurina desde hace más de cinco años y donde sólo es posible ver una corrida de toros por la televisión. Pero de ser así, si se llega a lograr este escenario portugués, a corto plazo servirá de efecto dominó en aquellas autonomías en las que el ego del político de turno no le permite prohibir pero si mutilar. Esto para el conjunto e integridad de la fiesta sería absolutamente negativo.
El segundo panorama es que no se lleguen a dar festejos en Cataluña –cosa muy posible por motivos más que taurinos, políticosy que la resolución del Tribunal Constitucional sirva de precedente para que todos aquellos que busquen su minuto de gloria intentando prohibir de manera autonómica la fiesta de los toros -como ahora mismo sucede en Baleares, Galicia y algunas otras-, no puedan conseguirlo. Muy a mi pesar creo que el escenario más beneficioso para la Tauromaquia es el segundo, porque dar festejos taurinos tal como los conocemos, con los políticos de esta comunidad es más que imposible, conociendo lo que son capaces de hacer con la foto de un torero en las calles. A simple vista se ve que podría llegar a ser peor el remedio que la enfermedad, por lo que es momento de sacar lo mejor de la resolución para de alguna manera blindar la fiesta en el conjunto del estado. Repito que lo ideal sería regresar a lo que se tenía antes de la prohibición, aunque se corriera el riesgo de morir por muerte natural.
De la arena al Capitolio En el 2017 los toros no solo volverán a la Santamaría de Bogotá sino que llegarán al Congreso de la República. Un proyecto para prohibir el ingreso de menores de edad a las plazas, y otro que propone solo corridas incruentas, ponen al país en la misma situación por la que atravesó Barcelona.
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Por RODRIGO URREGO BAUTISTA
uando a la media noche del 31 de diciembre las campanas den la bienvenida a un nuevo año, es probable que suenen como clarines y timbales en la cabeza de quienes se emocionan con el toreo, como si se anunciara la salida del primero de la tarde, o del último, según como se mire. No es para menos. El 2017 está llamado a ser un año definitivo para el futuro de la fiesta de toros en Colombia. Los aficionados de la Santamaría llevaban cuatro años esperando casi que a ‘portagayola’ la salida del 2017. La última corrida de la que se tuvo noticia ya se remonta al 19 de febrero de 2012, la última puerta grande de El Juli en Bogotá, la vez que Pepe Manrique hizo el paseíllo con una bandera de Colombia como capote de paseo, la vez que Talavante padeció con toros de Ernesto Gutiérrez. Después de que se arrastró el último toro, la plaza nunca volvió a abrirse. El dueño de las llaves las escondió y dejó la plaza al abandono. Las únicas faenas que se vieron desde entonces, fueron las de un puñado de novilleros, la mayoría no habían debutado en la Santamaría, que ofrecieron su vida y pasaron hambre para recuperar la plaza. La huelga de hambre más larga de la historia del toreo, porque quizás aún continúa.
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La prohibición de los toros en Bogotá ha sido un golpe al corazón del toreo, y como si se tratara de un efecto dominó, ha impactado en todos los pueblos del país. Desde aquel 2012, cada vez más son las noticias de plazas de toros, de ferias patronales, que dejan de hacer corridas de toros, y empiezan a tacharse los nombres que eran escalas tradicionales de la temporada de mitad de año. La dramática disminución la sufren los toreros, y también se ha sentido en las plazas grandes. Para los aficionados de Bogotá supondrá el fin de cuatro largos años de censura oficial, de obligado exilio. Para los novilleros de la huelga la oportunidad de torear en el ruedo que siempre ha cambiado destinos en el país. Sonará de nuevo el Gato Montés, el pasodoble con el que los toreros hacen el paseíllo en la capital colombiana, desde hace 85 años. Sin embargo, a ciencia cierta no se sabrá por cuanto tiempo sonará. Mientras los toros vuelven a la Santamaría para quedarse, también llegarán a un escenario que puede ser adverso: el Capitolio. Los toros serán asunto del Congreso, el único escenario, según la Corte Constitucional, que se puede pronunciar sobre la vigencia de las corridas de toros en el país.
Y llegarán por cuenta de dos proyectos de ley. El primero, del senador liberal Guillermo García Realpe, pretende prohibir el ingreso de menores de edad a las plazas de toros. En la exposición de motivos menciona argumentos tan cuestionables como que los niños sufren traumas por asistir a las corridas. Ese proyecto, entre otras, prohibiría las escuelas taurinas en el país, e impediría que menores de 18 años se vistieran de luces en las plazas colombianas. Este proyecto está impulsado, tras bambalinas, por varias ONG animalistas, como la plataforma Alto, y lo que pretende, en últimas, es impedir que surja nueva afición. En los años 90, Cataluña impuso esa restricción, fue el primer paso hacia la abolición aprobada en el parlamento catalán en 2011, y que el tribunal constitucional anuló Si este proyecto tiene peligro sordo, el que alcalde Enrique Peñalosa presentó en el Congreso, el mismo día en que su administración adjudicó la plaza de toros de Santamaría al Consorcio Taurino, tiene malas ideas El proyecto fue redactado por el senador Carlos Fernando Galán, hijo de Luis Carlos Galán, el asesinado candidato presidencial que le dio el nombre a la plaza de toros de Oiba (Santander), dice que no pretende prohibir las corridas de toros en Colombia, pero propone que en adelante sean incruentas. El proyecto tiene sólo siete artículos, pero su nuez se concentra en eliminar casi una decena de disposiciones de la Ley 916 del 2004, o Reglamento Taurino Nacional. Galán propone entonces eliminar 15 artículos del reglamento taurino nacional. El de la suerte de varas, el uso de banderillas y la muerte del toro, pues deroga el uso de estoques de muerte en las faenas. En últimas, lo que se denomina corridas incruentas en Portugal, único país taurino en el que los toros ni se pican, ni se banderillean, ni mueren en la plaza. Y como busca reformar una ley de la República, su alcance es nacional, no solo se circunscribe a la Santamaría de Bogotá. Por ende, se eliminan aquellas normas en las que se mencionen palabras como puyas, estoques, banderillas, descabellos y puntillas. Elimina los avisos (buena noticia para los toreros) y aquella sanción de que cuando un torero se negaba a matar un toro incumpliendo un contrato, debería pasar una noche en el calabozo, vestido de luces, como alguna vez tuvieron que hacerlo algunos famosos matadores. También se suprimen el corte de orejas, el premio que siempre han recibido los toreros en el ruedo y que a ellos
Los toros vivirán por siempre por Flavio Oliveros Hablar de la tauromaquia en Colombia, es hacer memoria de los trascendentales eventos culturales y festivos de nuestra histórica parroquia. Recordable la buena época de una ciudad sin que en ella falte el evento taurino, ese mismo que nos legaron los europeos que se aposentaron en nuestra patria evocando las tardes de clarines fiesta y flamenco. Cuenta la historia en la lectura de la tan noble novela “El Alférez Real”, de Eustaquio Palacios, que ya desde esas calendas se experimentaba el fervor por la suerte de cuchares; a ellas asistían la gleba y los “señores de la alcurnia” de cada villorrio. No existía en este nuevo mundo de occidente una celebración capaz de integrar
les significaban nuevos contratos. Sí a los toros, pero no a su muerte, podría entenderse la propuesta. La fórmula parece ser una solución salomónica para el debate entre taurinos y antitaurinos. Pero los hechos demuestran que las corridas incruentas son la antesala a la desaparición de la fiesta. El único antecedente de la prohibición de la muerte en un país taurino, por la vía de la legislación, es el referendo que impulsó el presidente Rafael Correa en Ecuador en el año 2011. Por voto popular, triunfó la pregunta que proponía prohibir la muerte de los toros en el cantón donde se circunscribe la ciudad de Quito. La consecuencia inmediata: la feria de Quito que ya estaba organizada tuvo que celebrar corridas sin el sacrificio del toro. Al año siguiente, en el 2012, la plaza Iñaquito, que en la pasada década se llegó a considerar la más importante de Suramérica, nunca volvió a abrir sus puertas. Para los taurinos, las suertes de la lidia que se ejecutan con las varas, las banderillas y el estoque son la esencia, la naturaleza de las corridas, y en caso de que se eliminen, temen que se acaben las corridas de toros. Es como un inamovible en la negociación. Sin embargo, las corrientes en contra de estos espectáculos los obligan a ceder y a replantearse la formas como los toros sean tolerados en los tiempos modernos. Es probable que durante décadas los taurinos no hayan dado argumentos suficientes para justificar el castigo y el sacrificio del toro, en su escenario natural, la arena de las plazas de toros. Ahora tendrán que hacerlo en un escenario indescifrable. Aunque el pasado mes de septiembre el toreo recibió un respaldo del Senado, cuando se archivó el proyecto que pretendía prohibir la destinación de bienes y recursos para los espectáculos con animales (por 56 senadores contra 12), no significa que se tenga las de ganar. Ya se sabe lo fácil como los políticos colombianos cambian de parecer. Más grave aún es si el debate llega a coincidir con un año electoral, como el 2018, donde las banderas animalistas tienen más caudal de votos que los tendidos de las plazas de toros. La faena que le espera al toreo colombiano en el 2017 puede ser la más decisiva. Y no precisamente tendrá lugar en el ruedo de la Santamaría, donde volverán a salir los toros bravos.
todas las clases sociales en torno a una ceremonia como lo es la taurina. Por eso, el noble arte del toreo con olor a manzanilla quesos y jamones, sigue siendo el mito de millones de almas sensibles respetuosas del toro y admiradores de la plasticidad y entrega del hombre que, desafiando la naturaleza, entrega su alma y con valentía suprema ofrenda su cuerpo en aras de hacer vibrar y enardecer cada nervio de los espectadores, que con entusiasmo responden con aplausos y el clásico grito del “ole”. Ahora que de nuevo la brisa el sol y el viento batirán los postines multicolores, banderas, pasodobles y gritos de ole, es cuando más tenemos que demostrar al pueblo el entrañable amor por el arte de torear y el amor a los toros de casta. La grandeza de este noble arte no morirá.
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ACHO Y SUS 250 QUILATES DE HISTORIA
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Por MAGALY ZAPATA
ucha agua ha pasado debajo del puente, mucha historia también, bajo ese puente de piedra que unía la Plaza Mayor con el barrio del Rímac, puente del que contó y cantó Chabuca Granda cuando vio transitarlo a su Flor de la Canela, paseando del puente a la Alameda, la que resguarda hasta hoy, y de cerca, con su antiguo Paseo Nabona o de Aguas, el coso taurino más antiguo de Amérca, la plaza de toros del Acho, porque desde “el hacho”, en ese lugar elevado se veía el mar, y donde antes de existir el coso firme, ya se daban festejos con toros. Acho ha cumplido 250 años dando toros ininterrumpidamente, con historias que empiezan a escribirse 228 años después que la capital del Virreynato del Perú aprendiera a vivir festejos con toros en su Plaza Mayor. Sobre su fecha de inauguración, solo eran imprescisiones hasta las celebraciones de su Bicentenario, cuando el intelectual y dueño del diario decano “El Comercio”, don Aurelio Miró Quesada Sosa, reveló lo que había descubierto en la Biblioteca Nacional de Chile (documentos extraídos por guerra) en listines de toros, pícara manera limeña de contar las tardes de corridas, decretando que la primera corrida Acho se dio un jueves 30 de enero de 1766, se lidiaron 16 reses de la Hacienda Gómez de Cañete, siendo el primer toro “El Albañil” de pelo blanco, la terna los peruanos Pizí, Maestro de España y Gallipavo. Eran tiempos del Virrey Amat, un catalán que no esperó el permiso real para 40 REVISTA TORO
inaugurarla, que llegó seis meses después. De siempre los aficionados hablaban de las celebraciones del Bicentenario, 1966, con el triunfo del maestro Ordoñez en 4 tardes que se realizaron en el Verano limeño. Una pena que en su Sesquibicentenario, no fuera festejada con la pompa que su historia merecía. Sólo un grupo de aficionados la acompañamos en su día, el sábado 30 de enero del 2016, paseando sus atrios, pisando su ruedo y, en el centro, le cantamos el cumpleaños feliz con profunda emoción. La historia del Perú siempre estuvo vinculada con Acho, corridas en honor al Libertador San Martín, al Libertador Simón Bolívar por los triunfos de Junín y Ayacucho, y también a los Santos limeños. En 1832 pasó a manos del Hospicio de los Pobres, administrado por la Junta Real de Beneficencia de Lima, propietaria hasta hoy del coso más antiguo de América. En 1848 volvieron las cuadrillas españolas con sus trajes de luces en buen estado, con monteras, capotes, muletas, banderillas y espadas, elementos que Lima no veía en lustros porque dominaba la Suerte Nacional, la de capear primero a los toros a caballo para cansarlos, su máximo cultor fue Esteban Arredondo. Desde 1860, llegarían las hazañas del peruano Angel Valdez “El Maestro”, un mulato que mató en solitario 12 toros en Acho, y entre ellos al famoso “Arabí Pachá”, un toro corraleado con 12 años y la plaza a reventar, toreó hasta los 71 años. Se va cerrando el Siglo XIX con dos problemas, el corto aforo de Acho y la falta de ganado de casta.
Juan Belmonte, Joselito “El Gallo” e Ignacio Sánchez Mejías, hacen parte de la lujosa lista de toreros que han pisado la Plaza de Acho. Imágenes tomadas del libro Plaza de Acho Historia y Tradición de Héctor López Martínez.
En 1896 la Municipalidad de Lima publicó el primer reglamento; en 1892 llegarían los primeros toros de Miura. En 1900 Lima tenía 130 mil habitantes y la secuela de la Guerra del Pacífico. Surgió la polémica por la suerte de varas para contar con el primer tercio “a la española”, según el reglamento de Madrid de 1880, y quedó instalada el 13 de abril de 1902, 4 de 6 toros fueron picados. En 1908 se filma la primera corrida de toros, con “Gordito”, Bonarillo y Padilla con toros de Chocas. España vivía la revolución del toreo con Belmonte y en 1916 llegó el primero de la Dinastía Bienvenida, el Papa Negro. Ese año también se presentó en Acho la primera figura en apogeo de su fama que Lima vio, el mexicano Rodolfo Gaona. Al año siguiente, debutó Belmonte, vino cinco temporadas más, convirtiéndose en un ídolo de multitudes.
El 14 de diciembre de 1919 José Gómez Ortega “El Gallo” toreó en Acho, no estuvo fino y del tendido gritaron “Viva Belmonte”. Actuó 10 tardes y mató 27 toros, única plaza fuera de España en la que toreó. Cuenta López Martínez que el traje que vistió la fatídica tarde de Talavera fue confeccionado en Lima. Un año después llegaría su hermano “El Divino Calvo” y al año, Ignacio Sánchez Mejías. De los años 30 al 40 vienen Cayetano Ordoñez, Vicente Barrera, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, Victoriano de la Serna, Fermín Espinoza “Armillita”, Domingo Ortega, Lorenzo Garza entre otros. De lo nacionales Sussoni, Elías Chávez, El Nene, Montani, Rovira y el surgimiento de la “Dios Rubia del Toreo”, Conchita Cintrón. Acho repercutía en la sociedad y los toros estaban de moda en Lima. España vivía su post guerra y Acho su modernidad.
En 1944 fue remodelada, Fernando Graña la amplió y le dio comodidad sin abandonar su perfil arquitectónico, amplió su aforo a 13 mil personas y redujo el ruedo a la dimensión que muestra hoy. Se reabrió el 7 de enero de 1945 con los españoles Rafael Ponce “Rafaelillo”, Juan Belmonte Campoy y el peruano Adolfo Rojas “El Nene”, en alternativa, con toros de La Viña. En un año llega Manolete como mandón del toreo. Bajó del Panagra el jueves 7 de marzo de 1946 a la 13:20 horas procedente de México, lo recibieron más de mil aficionados. Los toros seguían estando de moda en Lima. Se presentó en Acho el 10 de marzo, porque la temporada era en el Verano, con Belmonte Campoy y Carlos Arruza ante toros de La Viña. Volvió ese mismo año, en octubre, adelantándose la temporada e inciándose la primera Feria del Señor de los Milagros, en Primavera. Los cambios políticos en la segunda mitad del siglo XX cambian el perfil del público en Acho. Lima ya no sería más para los limeños y Acho dejaría de ser el bastión del criollismo, donde los nuevos limeños no se verían identificados.
Angel Teruel, marcó época con su encerrona en febrero del 72, y sus dos Escapularios consecutivos. Con la dictadura militar hubo el intento de prohibición, 1973, por ser espectáculo extranjero pero la afición respondió y fue año de triunfo histórico del peruano Rafael Puga, el domingo 11 de noviembre en Acho con el toro peruano “Rebujino” de “La Viña”, cortó orejas y rabo tras apoteósica faena. Llegaron los 80 y la democracia con el Presidente Belaúnde, gran aficionado. Décadas en que triunfan Paquirri,
Curro Vázquez, Paco 41 REVISTA TORO
Ojeda, Antonio José Galán, José Mari Manzanares (4 Escapularios de Oro), Ortega Cano y El Niño de la Capea en tardes de llenos de bandera. Todavía las corridas en su mayoría se dan con ganaderías peruanas. Cae el muro de Berlín, entra el fujimorismo en la arena política y vuelve el ganado importado (México), son los años de toreros como Víctor Mendes, Villafuerte, Pablo Salas, Emilio Muñoz, Vicente Barrera, Rafael Gastañeta, Manuel Caballero y El Juli, fenómeno que arrasó taquillas en 1998. Pero sobretodo, se inicia la era de Enrique Ponce, último “Torero de Lima” (antes Procuna, Bienvenida, Teruel y Manzanares) con 6 Escapularios conquistados y 25 años de romance con Acho hasta hoy. Se registra menos público en taquilla.
La Goyesca en 1992 por despedida de Antonio José Galán fue de los últimos llenos con papel agotado. El Siglo XXI, crisis económica y política, trajo inestabilidad en los tendidos. 2001, otro lleno, con el Rey Juan Carlos en la barrera de Acho, única plaza de toros que pisó fuera de España, el cartel con Ojeda (reaparecido), Gastañeta y El Juli. 2005 marcó inicio del ataque de los antis. 2015 emerge Andrés Roca Rey como rebulsivo, conquista su primer Escapulario.
Debió pasar 4 siglos de historia taurina para que el Perú tenga una figura del toreo mundial, consiguió el último lleno de bandera en Acho, el domingo 6 de noviembre del 2016, mano a mano con El Juli. Acho y sus 250 quilates de historia. DiegoPuerta, Miguel Márquez, Paquirri, Curro Vázquez, Enrique Ponce, José María Manzanares, Ángel Tereruel y Roca Rey. Algunos de los toreros ganadores del Escapulario de Oro.
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el toreo en colombia, 2016
más allá de las grandes plazas Terminadas las grandes ferias, el toreo en Colombia entra en un túnel casi sin salida. Difícilmente y más allá de las grandes plazas, un torero logra sumar una docena de corridas en el año. por diego caballero
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ás allá del toreo en las capitales, de las grandes plazas, hay otra temporada. Un circuito distinto y cada vez más corto, celebrado en los pueblos donde aún las corridas de toros son un espectáculo rentable. La temporada 2016, en las plazas de provincia dejó números preocupantes, el torero que más sumó tardes, solo llegó a 14 paseíllos. Ni hablar de la situación de los novilleros. Hay razones, también culpables, para que la temporada en la provincia ya no sea lo que alguna vez fue.
Por varias circunstancias, se perdió el camino iniciado a finales de los años 70 por Pepe Cáceres y Jorge Herrera, quienes quijotescamente se revelaron a los empresarios de su momento y les hicieron saber que en Colombia también se podían formar toreros. A ellos, se sumaron El Puno, El Cali, César Rincón y Gitanillo de América y le dieron categoría a los festejos de los pueblos. Las siguientes generaciones encontraron un camino despejado y hasta entrado el nuevo siglo, varios toreros terminaban el año con más de 50 festejos en sus cuentas, cifras parecidas o por lo menos muy cercanas a las que sumaban las figuras del torero en España. Si bien la corriente prohibicionista ha hecho mella, también es verdad que las malas gestiones de algunos empresarios han acabado con las buenas intenciones de alcaldes que terminaron por cortar los festejos taurinos de la programación de sus fiestas. Tampoco, se salvan de culpas los malos profesionales que terminaron dando una mala imagen del toreo, ni los ganaderos que no supieron llevar al ruedo lo que vendieron. Toros. Todo esto sumó en una cuenta que al final dio saldos negativos. Ahora, hay muchos toreros y pocas plazas, pero sobre todo, pocas ganaderías, lo que hace verdaderamente preocupante el futuro. Aunque más preocupante es la falta de profesionales en el ámbito de los empresarios de provincia que sin sonrojo alguno siguen cerrando puertas al toreo. Cuidar la presentación del toro será fundamental, como también lo será, el que los toreros se den su sitio. Sumar tardes por sumar, no siempre da un saldo positivo. 44 REVISTA TORO
Preocupa la situación de Sogamoso que parece recorrer el camino de las plazas de Palmira, Armenia, Ibagué, Pacho, Aipe o Ubaté, por citar algunas, que han cerrado sus puertas por distintas circunstancias. Alivian, las entradas que registraron las plazas que celebraron festejos el 14 de agosto y la intención de algunos pueblos que quisieron dar festejos y que no pudieron porque nuestro campo bravo se está quedado corto o se está exiliando. Terminada la temporada grande, por febrero, el parón normal se extendió y ya, los lideran el escalafón sumaban el 70% de sus actuaciones. Quedaba poco, muy poco para sumar en el resto de año. Las nuevas administraciones no se atrevían a estrenarse en su puesto con un espectáculo que, en tiempos prohibicionistas, genera polémica. Se mostraron reacios a los festejos taurinos y plazas como la de Garzón (Huila) suspendían su corrida de toros a última hora con la promesa de siempre…el próximo año. Una atípica, por fecha, corrida celebrada en Ubaque y otra en San José del Pare, fueron agua por mayo en la sequía que duró hasta finales del mes de junio. En Ubaque cortó una oreja Sebastián Vargas y pinchaba el triunfo Cristóbal Pardo ante un gran toro de El Paraíso, ganadería que apareció por ese día para volverla a extrañar. En San José del Pare y un día antes, Vargas, el mismo torero que hace no mucho se anunciaba en tantas tardes a lo largo del año, se anunciaba solo y así salía a hombros de la plaza tras cortar dos orejas. Los toreros colombianos en casi cuatro meses se tuvieron que conformar con coger los trastos solo para entrenar y ver los toros a través de Canal Plus. Algunos, pocos, iban al campo y lo hacían saber, porque en tiempos de sequía taurina, los toreros hasta su tiempo en el gimnasio lo anuncian. Todos, tiraban del teléfono para saber quién hacía empresa aquí y allá, pero casi siempre se escuchaba lo mismo…este año no hay toros. Como en La Santamaría, que por esas fechas era ya el desvelo de cada año, pues se tiene la esperanza de que abierta la Santamaría se abrirán esas puertas que se cerraron
Luis Bolívar y El Choni a hombros en Sogamoso, una imagen triunfal que poco tiene que ver con el presente de esta plaza.
con la moda prohibionista. Antes de que se anunciaran corridas, se anunciaban tragedias. Benjamin Herrera, el mozo de espadas, se marchaba y sería el primero de una lista en la que también nuestra fiesta iba a tener en el año un saldo negativo. Pocos festejos se anunciaron en junio, el mes que parte el año tuvo poco predicamento taurino esta temporada. San juan de Rio Seco se apuntó una fecha al final del mes y fue otra de las notas buenas. La Sanjuanera, como se llama su plaza, mejoró en asistencia con relación a años anteriores. Allí salieron a hombros Vargas y Andrés Chica tras cortar cada uno dos orejas a una corrida del Capiro de Sonsón. En la última semana de junio y la primera de julio se anunciaron cuatro festejos en dos plazas particulares, no solo por su acondicionamiento físico si no por su forma de entender el toreo. El Guamo y El Espinal fueron aire para algunos. En El Guamo, Pepe Manrique se estrellaba con la mansedumbre de una corrida de El Manzanal y el rejoneador Andrés Ruiz se las arreglaba para salir a hombros. Ocho días antes, la tarde fue mejor o por lo menos triunfal. Los toros, de la misma ganadería, dieron mejor juego. Noel Pardo llegó a indultar uno y logró salir a hombros junto a David Martínez que sería uno de los nombres que más sonarían a lo largo de tan corta temporada. El Espinal sumó dos festejos al año taurino, aunque alejados de los que se presenciaban en otros años. Dos festejos en los que los toreros lidiaban un toro o por lo menos eso anunciaron. La primera tarde la salvó un buen toro, Jarito, de la ganadería de Salento, bien presentado y de buen juego al que Santiago Gómez indultó y que como premio lidió un segundo toro que no dio opciones. Noel Pardo completó el cartel aquella tarde. La segunda corrida terminó en escándalo, en parte, por la presentación de los toros. Actuaron Juan Rafael y Andrés Rozo. El Espinal, fue un ejemplo de que sumar por sumar no siempre tiene un saldo positivo. Un día antes, Juan Rafael cortaba una oreja en la plaza de Charalá en una tarde en la que se lidiaron toros de Achury Viejo. Esa tarde Ricardo Rivera dejaba escapar un triunfo al no estar acertado con la espada. La tercera semana de julio volvió a ser taurina. El día 17 se anunciaron cuatro festejos. Chaparral, un año más se unió al calendario. Anuncio cuatro toros de El Manzanal, dos para el Willy que dejó ir un triunfo por el mal uso de su rejón y dos toros más para Noel Pardo y David Martínez que sumaban de a toro en una modalidad que empieza, malamente, a tomar forma en la provincia. Ese día, Martínez indultó un
buen toro ante una plaza que registró una buena entrada. Carmen de Carupa también anunció dos festejos, pero lejos de la categoría con la que se daban hasta hace un año atrás y en los que se anunciaron cuatro y seis toros por tarde. Este año se corrieron dos toros por festejo. En la primera triunfó de buena forma el rejoneador Andrés Rozo y en la segunda se silenció a Juan Ortiz que no tuvo posibilidades ante un lote de los herederos de José del Carmen Cabrera que, dicho sea de paso, ya lidia sus últimos ejemplares. Sebastián Vargas seguía repuntando y triunfaba ante toros de Acapulco y al lado de José Luis Robayo en Sardinata, donde la nota baja fue la asistencia de público. Andrés De Los Ríos compartía un cartel mixto en Carmen de Apicalá y lograba desorejar a su segundo toro de El Capiro. David Martínez, en La Uvita, sumaba una fecha más en la primera semana de agosto y salía a hombros con César Manotas que hacía de momento su único paseíllo. SOGAMOSO, UNA PLAZA EN RIESGO Hace tan solo una década la plaza La Pradera era el termómetro para el toreo colombiano. Los triunfos en su ruedo eran el pasaporte a las grandes ferias. Tiempos, en que la blanca plaza era el centro de atención de nuestra fiesta y en su ruedo se celebraban hasta cuatro festejos. Este año, la (única) corrida de la feria estuvo a punto de no celebrarse. Asuntos de orden público hicieron que la clásica fecha del 20 de julio se celebrara el cuatro de septiembre. La empresa Minotauro no ahorró esfuerzo por darle un respiro a la feria con el riesgo que supone no celebrarla en las fechas tradicionales. Incluso, anunció el debut de Luis Bolívar, un lujo para esta plaza. Ni el cambio de fecha, ni las fuertes lluvias que antecedieron el festejo y que se prolongaron durante la celebración del mismo, permitieron saber el resultado de la apuesta de la empresa. El desolador vacío en los tendidos siguió acumulando dudas al futuro de la plaza. Fue una buena tarde de toros para pocos, una lástima. Sogamoso podrá contar que en tiempos de crisis tiene un nuevo torero, El Choni, que cortó dos orejas en su segundo turno a un gran toro de Ernesto Gonzáles que aquella tarde completó la corrida de Garzón Hermanos y pudo acompañar a Luis Bolívar en la triunfal salida a hombros. Luis se ganó ese derecho con tres orejas en sus manos. En una tarde de lluvia, Luis se mojó pero no 45 REVISTA TORO
se despeinó, no tuvo necesidad. Ricardo Rivera no cortó orejas, su espada y una fuerte voltereta fueron la causa de que se marchara a pie. Fue, una buena tarde a la que contribuyó una notable corrida de Garzón Hermanos de la que volvíamos a tener noticias, aunque se rumora que son las últimas. La imagen de la salida a hombros de dos toreros, nos devolvió la esperanza de volver a esta plaza que necesita de un auténtico milagro. Arbeláez, el ejemplo a seguir El 14 de agosto es la fecha esperada por todo nuestro escalafón, años atrás se solía decir que el que no toreara ese día, no era torero. Hoy muchos toreros se quedan en casa. Este año hubo un pequeño repunte en cuanto a número de festejos e incluso pudo ser mayor pero ya por esa fecha, empezamos a comprobar que no había suficientes toros en el campo. Dentro de las corridas celebradas en esta fecha saca nota la celebrada en Arbeláez que en las últimas temporadas no solo ha logrado consolidarse económicamente, también, es dueña de la presencia de muchos aficionados de la capital. Esto, se debe a gestiones como la de César Camacho que durante tres años, supo darle vida a una plaza que agonizaba. Este año, otro torero, Nelson Segura, tomó las riendas de la plaza y supo, con lujo de detalles, continuar la labor de su compañero. Se lidió una buena y bien presentada corrida de Juan Bernardo Caicedo de la que sobresalió el tercer toro de la tarde, un toro con mucha calidad que encontró una muleta que supo entenderlo, la de Manuel Libardo que esa tarde se mostró como un torero pleno. Le cortó dos orejas a este gran toro y otra al que hizo quinto lugar en la corrida. Igual número de trofeos cortó Ramsés, el torero bogotano que triunfo de gran forma al comienzo de año en Lenguazque. Juntos y al lado del rejoneador Juan Rafael, que había cortado dos orejas, salieron a hombros en una corrida que se puede catalogar de histórica para esta plaza. Ese mismo día, el 14 de agosto, llegaban noticias de varios puntos del país, no tantas pero suficientes para pensar, por lo menos en ese día, que Colombia es taurina. La más lejana llegaba de la frontera con Venezuela, Sebastián Vargas se empeñó en poner en circulación una pequeña plaza que hace 20 años no daba un festejo taurino. En Santiago, Norte de Santander, Sebastián lograba salir a hombros tras indultar un toro de Altagracia, y al lado del venezolano César Venegas. 46 REVISTA TORO
Cristóbal Pardo regresaba de sumar muchas tardes en Perú, para “pescar” algo en su tierra. Así encadenó dos tardes, el 13 y el 14 de agosto. Coyaima y Capitanejo entraron en su triunfal lista. Gustavo Zúñiga también se ausentó de tierras peruanas para torear en su país en la fecha clásica de agosto y triunfó en la plaza de Chinácota que cambió su fecha de septiembre por la de agosto. David Martínez sumaba una puerta grande a su año en la plaza de Coello. Andrés Ruiz y Noel Pardo sumaron una fecha más en la plaza de Puerto Salgar, mientras la plaza de Santana se sumaba a la fecha a última hora con una corrida de toros en la que Leandro de Andalucía cortaba la única oreja y el rejoneador Sergio Colmenares veía escapar el triunfo por el mal uso del rejón. En Tocaima la tarde fue escandalosa por la falta de presencia en los toros que enfrentaron Pepe Manrique y Ricardo Rivera, que solo lidió uno, pues su segundo toro murió antes de salir al ruedo. Terminado el 14 de agosto, muchos toreros acabaron su temporada, tendrían que esperar el mes de diciembre y la temporada grande. Al mes de agosto le quedaban dos tardes, distantes geográficamente. La primera en El Tambo (Cauca) donde el agua llegó al cuello, no solo por el agua que inundó el ruedo, si no por las complicaciones que presentaron los toros de San Antonio de Los Lagos. Andrés de los Ríos, David Martínez y un mexicano, David Aguilera se marcharon sin trofeos tras naufragar en la lluviosa tarde. El otro festejo registró el triunfo de Manuel Libardo que indultó su segundo toro de la ganadería de Vistahermosa en Tena (Cund), lejos de El Tambo y de la lluvia. Una tarde más y un nuevo triunfo sumaría Manuel Libardo. En Nilo, el torero de Ubaté, sumaba dos orejas a su cuenta personal, las de un toro de Vistahermosa en una plaza que va escalando en importancia dentro del calendario taurino. Ya era septiembre y habría que esperar el último mes del año para sumar tardes. Llegó diciembre, pero tampoco se sumaron las tardes de otros años. La plaza de Villapinzón registró el triunfo de Sebastián Vargas que indultó un toro de Altagracia y se puso a la cabeza de un escalafón que casi siempre lidera, pero ya lejos de grandes números. Cristóbal Pardo viajó a la selva colombiana para triunfar ante una plaza llena, la de Puerto Inírida. Otra fecha sumaría Pardo en Cáchira. En Une, ya a las puertas de las grandes ferias, se llenó la plaza para ver a salir a hombros a Ramsés y a Luis Miguel Castrillón, tras lidiar una encierro de J.B.Caicedo que envío una bien presentada corrida de toros, como meses atrás en Arbeláez.
Los exiliados Ante la situación de nuestra provincia, Perú se ha convertido en el alivio de algunos colombianos. Dos de ellos, Cristóbal Pardo y Gustavo Zúñiga, juntos, sumaron más de 80 tardes, un número soñado por cualquier torero en nuestro país. En España José Arcila logró actuar cuatro tardes y en tres de ellas salió a hombros. Luego viajaria a México para sumar otras cuatro tardes a su año. También en España, sumó dos festejos Sebastián Ritter, cortó una oreja en la siempre exigente plaza de Cenicientos. Guerrita Chico actuaba en un festejo mixto y se metia en el escalafón español. En México, Luis Miguel Castrillón, sumó una tarde y David Martínez tres. David sumaría a su año la tarde de su debut en Ecuador. También en México, el rejoneador Andrés Rozo sumó 14 tardes. Una muy interesante cifra que poco le ha valido de cara a las ferias de su país. Jacobo Botero, en Portugal, también sumó varias tardes. Comienzan las grandes ferias, doce toreros nuestros harán el paseíllo en ellas. Buscarán un triunfo para aspirar a que ese número aumente, también en los pueblos. Un triunfo para alimentar el tanque de la ilusión y aguantar, un año más, en espera de las grandes plazas. Y nosotros, esperamos que el próximo año nuestra temporada necesite más de dos páginas para contarla.
Castrillón y Ramsés a hombros en Une, otra plaza rescatada. Foto de Farley Batancourt
Rafael Rubio de verdad POR JOSÉ GUILLERMO CARDONA PALACINO
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ació en Murcia, un 16 de julio del año 1979, bautizado como: Rafael Rubio Luján, por sus padres. Se hizo torero llamándose “Rafaelillo”, un diminutivo que a veces no encaja en su grandeza. De verdad, rubio y corto de estatura, pero grande en garra y corazón. Así es Rafael Rubio, una ventana abierta al pasado, un sorbo refrescante de gran reserva, de toreo antiguo entre tanto toreo moderno; así es Rafaelillo. ¡De verdad! Con la misma ilusión de los aficionados colombianos de hueso colorado, soñaba con la reapertura de la guapa Santamaría en sus tardes dominicales de toros mientras recordaba: “Fui a acompañar al maestro Enrique Ponce, mi padrino, que toreamos juntos en San Cristóbal, hicimos escala en Bogotá, él toreaba en la Santamaría, me acuerdo perfectamente estuve ahí lo vi triunfar, estuvimos en el hotel 48 REVISTA TORO
Tequendama hospedados y pude ver esa afición maravillosa, es lo único que conozco”. Con la mente clara, la ilusión intacta y la cabeza fuerte, empezó un año nuevo con la satisfacción del deber cumplido. Madrid y Miura ya lo habían relanzado tras el paseíllo más duro de la vida en la pasada temporada, el 2016 pintaba muy bien para la plenitud y la verdad del hombre, que es al tiempo persona y personaje, que es torero y héroe; artista y guerrero. Así se planteó una temporada marcada de hitos y tardes de gloria donde la pureza de Rafael, pudo con todo. Valencia y Victorino; corta una oreja, pero Sevilla después de dos años era algo especial y “fue una tarde muy bonita y poderle cortar una oreja, esa tarde, a un toro de Miura, tiene mucha repercusión, mucha fuerza”. La tarde de Beziers tenía hito propio, era la tarde que sumaba la corrida número 50 de Miura en su cuenta personal,
un puerto de montaña fuera de categoría, un puerto que pocos han logrado. “50 corridas de Miura... una de las tardes más importantes de mi vida, tres orejas, cuajando un toro de Miura, poder disfrutar y los más bonito es el momento en el cual he llegado. Estos toros que no son nada fáciles y cuando te permiten una tanda, ahí uno saca el corte de lo que me gusta hacer, torear bien. Miura es la ganadería más ligada a mi carrera”, con la que Rafaelillo a escrito las páginas más importantes en su toreo, aquel arte de lidiar toros bravos. Madrid, Madrid, Madrid: que lo quiere sacar en hombros “¡y yo también!” dice Rafael entre risas. “Madrid es la plaza más importante del toreo, la que marca; me ha dado mucho -me tiene un respeto distinto como torero y para que suceda eso tienen que pasar muchas cosas” reflexiona el rubio torero murciano, al tiempo que disfruta de la satisfacción de haber entrado en el corazón de Madrid,
del 1 al 10 pasando por el temido 7, todos los aficionados le quieren y le respetan, porque ven en Rafael, el último sorbo de toreo antiguo, en sus doblones, en la pureza con la que baila con la fiera, en el rito ancestral del toreo. También, hay momentos en el año que tocan las fibras y la humanidad del héroe vestido de luces, muestran los más puros valores de la tauromaquia, de verdad, donde todo es sentimiento y sensibilidad; “Adrian, es un chaval fenomenal ¡que lo quiero muchísimo! Su ilusión de hacer un festival, no para homenajearlo a él, sino, para ayudar a niños que están pasando por lo mismo que él”. Esos son los verdaderos valores de la fiesta más culta de todas. De verdad, Este torero, lidiador, hombre soñador, que hace las veces de marido y padre, amigo y profesional, no se detuvo en su lucha, ahora torea mejor que antes y a pesar de estar encajado dentro de las corridas duras, le encontró la pista y le toca las teclas a todos los encastes y a todos los toros, hace el toreo caro en condiciones casi que imposibles y de verdad, verdad, y es ahora
“20 años después que voy a confirmar mi alternativa en una plaza preciosa, que me encanta, de las más bellas qué hay en Sudamérica” la Santamaría de Bogotá. Con una corrida de la casa y que este año homenajea a su ganadero, a don Fermín quien no pudo ver de nuevo su plaza, la que lleva su
apellido porque es de su familia y de su gente, de nuevo abierta. Mondoñedo y Bogotá un idilio de amor:
“... una ganadería que tiene sus dificultades y si iba a torear en la Santamaría, el aficionado torista, exigente, era con la que me iba a llamar y Mondoñedo es una ganadería torista, tiene ese sello. Una ganadería muy respetada por el aficionado exigente de Colombia”. El mismo que quiere ver la tarde del próximo 5 de febrero, a los toros leyenda de Colombia, escribir una página más de gloria cuando, Rafaelillo, confirme su alternativa y la verdad de su toreo en la temporada de la reapertura, de la libertad. 49 REVISTA TORO
EL MILAGRO DE VER A UN TORO EMBESTIR Por Óscar Hernán Correa
Para ver la corrida hay que mirar al toro. Donde está el toro, está la corrida. Gregorio Corrochano
Cuando va a iniciar la corrida de toros, hay una pregunta recurrente en nosotros: ¿DARÁN JUEGO LOS TOROS?
S
in excepción, todos los que estamos dispuestos a congregaremos en una la plaza de toros, anhelamos que haya orejas; pero mucho más allá del otorgamiento de trofeos físicos, esperamos cada tarde sumergirnos en aquella magia enorme y sublime que brinda una espléndida faena. Ansiamos los triunfos de los toreros. No obstante, nos asalta una importante pregunta, y ésta debe plantearse sin el ánimo de convertirnos en aves de mal agüero: ¿cuántos toros embestirán con bravura en los festejos que ofrece la empresa? Nadie, pero absolutamente nadie, lo puede vaticinar. Que a un tiempo los aficionados deseemos que todos los toros cumplan con las siguientes condiciones, es verdad. Y estas condiciones, son: Que tenga acometividad, que se arranque de largo y con viveza a los estímulos ofrecidos, que embista galopando, que remate en los burladeros, que sea pronto y embista con codicia; codicia que debe mantener durante los tres tercios. Que no intente saltar al callejón, que no escarbe, que no se distraiga, que no huya de los engaños, que tenga fiereza y fuerza cuando recargue en el peto, que baje la cabeza en el embroque. Que no trate de quitarse el palo, que meta la cabeza en la cabalgadura con ánimo de levantar al caballo. Que meta riñones mientras empuja al caballo, que tenga fijeza en los engaños, que no se raje; es decir, que nunca busque el refugio de las tablas, que humille, que no desarrolle sentido, que no lance gañafones, que no rebrinque. Que no embista por oleadas, que no lance tarascadas, que sea claro en su embestir, que tenga raza; que es casta con clase. Como lo expresa de manera muy atinada el periodista español Felipe 50 REVISTA TORO
Garriguez: “¡Qué difícil es ser toro de casta!”. La pregunta del millón de pesos: ¿Todas las condiciones exigidas a un toro, arriba relacionadas, se cumplen en cada corrida? Difícil, verdad. ¿Cómo va uno a saber con anterioridad que los toros van a dar respuesta a los requisitos tan necesarios que les hemos impuesto? He aquí el dilema. Nadie lo sabe. Como bien lo manifiesta el crítico Pepe Alameda: “La corrida no es un espectáculo sino un resultado histórico”. Goza de toda razón el escritor español. Hay que esperar hasta el arrastre del último toro de la tarde para evaluar cómo fueron los comportamientos de los toros. Y lo que hay que esperar, en verdad, es que en la plaza suceda un milagro, el milagro de ver a un toro embestir. Y no todas las tardes suceden milagros de esa naturaleza. En un diálogo con el ganadero Ernesto González Caicedo, expresó lo siguiente: “El exceso de consanguinidad en la cabaña brava está contribuyendo a incrementar la suavidad en la embestida de un toro, al punto de llevarlo a un estado sumamente deprimente: la mansedumbre”. Y no olvidemos que el toreo es el arte de la emoción, y la emoción, definitivamente, la da el toro. Recordemos lo que dice el escritor colombiano Antonio Caballero: “No hay nada más aburrido en la vida que una mala corrida”. ¿De quién es la culpa? -“¡De los toreros!”-, increpa el ganadero sevillano Juan Guardiola. Y prosigue su disertación: -“El torero quiere un toro dulce para la muleta, y de ahí a que no embista hay un paso”-. El propietario de la desaparecida ganadería Las Mercedes, doctor Ernesto González Piedrahita, quien
fue precursor de ganado bravo en Colombia, cada vez que alguien lo interrogaba acerca de un determinado toro que no había dado juego, solía contestar: -“Por qué no embistió el toro, misterios de la genética, mi chato”-. Creo que fue el matador de toros Marcial Lalanda, quien dijo: -“Llegó la hora de preocuparnos, pienso que se le está echando demasiada agua al vino”-. Buena metáfora para explicar la mansedumbre en algunos toros. Así nos detengamos en grandes deliberaciones sobre las diferentes recomendaciones y advertencias que nos prodigan los especialistas, es necesario ser claros: no es preciso pretender encontrar la casta, la fiereza, la codicia, la raza y otras tantas exigencias en todos los toros, una misma tarde. Que no se olvide que asistir a una corrida de toros es esperar a que ocurra un milagro, el milagro de ver a un toro embestir. Generalmente, la mayoría de público que se da cita en una plaza de toros, piensa en deleitarse con seis actuaciones apoteósicas, y como compra localidades costosas, más se aferra a la idea de ir a presenciar un festejo que tiene garantizado el éxito. ¡Qué gran equivocación! ¿Cuántos milagros hemos visto en las plazas? ¿Cuántos milagros veremos en las ferias colombianas? Lo único realmente cierto es que el día de la celebración de la corrida de toros, allí estaremos los aficionados, sentados, esperando pacientemente a que el presidente desde el palco ordene que suenen ‘clarines y timbales’, que dan inicio a esta gran pasión que es el toreo; a esta magia que tanto nos embriaga, así no sepamos lo que se nos venga encima.
EL ARTE Y RITO DEL TOREO Por Leonardo Medina Patiño
O
bservar unas zapatillas clavadas en la arena, solitarias en mitad del redondel, puede ser una imagen propicia para que un pintor o artista plástico, recree un momento de la tarde de toros. Y mejor observar, a escasos centímetros de las zapatillas unos pies juntos, estáticos, inmóviles, que se adueñan del cuerpo de un hombre vestido de luces que mueve un capote -o quizá una muleta- mayestáticamente, y deja deslizar dos pitones con diamante afilado en su punta cada uno, alrededor de su inmune humanidad. También esa imagen es un cuadro espléndido para el fotógrafo artístico, que busca el mejor momento de la tarde, para capturarlo con su obturador. Pocos conocen que siente ese hombre que esta frente al animal, antes de salir al redondel, a buscar la gloria o la muerte. Y se ha envuelto previamente en un traje apretado a su cuerpo que es toda una fantasía, por lo artesanal de su hechura. Luces, lentejuelas, hilos de oro, chaquetilla, montera -que tiene todo un rito cuando la deja caer de su mano antes de iniciar la faena para saber su suerte con el toro-, que está presto embestirlo. En esta descripción hay que evocar, inevitablemente, al músico Español Joaquín Turina, quien compuso una obra maestra del repertorio clásico como es “La oración del torero”, inspirado en esos solitarios momentos que viven estos hombres – ya vestidos de lucesante un altar. Instantes previos al inicio de la faena que los corona con el honor o la deshonra. Al respecto, dijo Turina, lo siguiente: “Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, aquella plaza vieja, armónica y graciosa, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos. Allí, tras una puerta pequeñita, estaba la capilla, llena de unción, donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte. Se me ofreció entonces, en toda su plenitud, aquel contraste subjetivamente musical y expresivo de la algarabía lejana de la plaza, del público que esperaba la fiesta, con la unción de los que ante aquel altar, pobre y 52 REVISTA TORO
A Víctor Barrio (in memoriam), torero muerto en una faena el 9 de julio de 2016, a los 29 años de edad.
lleno de entrañable poesía, venían a rogar a Dios por su vida, acaso por su alma, por el dolor, por la ilusión y por la esperanza que acaso iban a dejar para siempre dentro de unos instantes, en aquel ruedo lleno de risas, de música y de sol”. Está bien, allí la música ha reflejado un sentimiento que una tarde de toros ha permeado en un ser sensible y noble como el músico, pero también lo ha hecho en la fotografía como en Manuel H -quien hace algunos años dejó de existir-, o en la pintura del maestro Diego Ramos, que siempre enaltece el orgullo caleño en España, y ha adornado carteles importantes de temporada con su obra. Dije Ramos, para no insistir en Botero, o en Roda, o Goya, o Walter Zúñiga, que son ya clásicos de la escenificación pictórica de la tauromaquia. Y seguimos en el ruedo. Allí se puede observar, bellamente, el ballet con el que un banderillero adorna esa faena antes de adornar el toro, danzando de una manera estilizada frente a la testuz, para dejar entre las carnes del animal un par de banderillas que merman la potencia del astado, y a su vez permiten ver un rito – casi sagrado-, de la pelea del hombre con un animal indómito. ¡ Ay del torero que pierda de vista el toro !. Regla de oro en la tauromaquia. Y ha habido quien de manera confiada lo ha hecho, y los dolores que ha padecido son insoportables. Aunado a ello, viene ese afán de gloria, que se ha sintetizado en el pasodoble “Novillero”, que dice: “Torero, quién sabe si el precio del triunfo, lo paguen tu vida y tu sangre. Muchacho te arrimas lo mismo en un quite gallardo que en las banderillas.” Y si, lo acompaña la virgen inmaculada de “La Macarena”, quien con su lágrima en el rostro ve a sus toreros cada tarde en el albero obtener triunfos y desdichas, cuando el pitón hace de las suyas; pero siempre atenta a la bella faena, a la Verónica – otra virgen-, y a todo aquello que envuelve la magia del toreo. Tanto, que “La Macarena” está mirándome escribir estas líneas en el estudio donde la conservo, como un bello retrato, para tal vez saber que estoy diciendo de sus toreros, a quienes protege, incansablemente.
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É
l, ensimismado en el vacío, ese en el que a veces se pierden los toreros. En el silencio, en el miedo, esa barrera que sólo él, su mente y su corazón pueden vencer. Él, solitario en su andar, rebelde en su carrera, amante del silencio, la oscuridad y de repente todo luz. Rebeldía, constante preguntar y darle vuelta tras vuelta a todo, el escuchar los silencios del algarabío de sus pensamientos. Castella en solitario se rebela a su cabeza, para darle luz al arte de sus muñecas. La rebeldía es buena, nunca ha sido mala si hay que romper los moldes, salir del sistema que por momentos nos agobia, nos empuja al barranco. Esa rebeldía con causa: “que para mí esa es la rebeldía, toda rebeldía tiene su causa, si no, no es rebeldía” y su causa es justa; alcanzar sus sueños, sus metas sin llevarse a nadie por delante, respetando. Sebastian Castella, hoy mira atrás en su carrera y ve como ha avanzado haciendo su propio mundo de figura, nunca pretendió ser como los demás, su rebeldía con causa lo hizo fiel a sus pensamientos, a lo que él consideraba correcto. Nunca estuvo en los G y si lo fue, fue el G-1. Encontró la plenitud y la felicidad: la familia; esposa e hijas; bendecido entre las mujeres. Castella, ahora marcó su carrera, el momento torero de la madurez, la clarividencia, la resolución y la magia del toreo. Todo se juntó en Sebastian, tras un año pleno, donde triunfó en todas las plazas: el 2015, ese año de ensueño donde, el hombre: espacio corporal y mental donde se funden el corazón y la razón, la persona y el personaje. Fue el mejor de todos. Para dejar un 2016 marcado por hitos: todo empezó en la América, esa que le abrió las puertas cuando de niño soñaba con ser hombre. Manizales y México puerta grande de tabaco y oro; enero y febrero las fechas. Arles de grana y oro y Granada de azul y oro, dieron comienzo a una temporada de gusto, de sensibilidad y sentimiento. Y como el lo dijo: “Visto el panorama tocó torear para mí” 4 tardes en San Isidro, una con los Adolfos, donde detuvo el tiempo toreando los grises al natural, o, naturales en escala de grises. Bayona y un único protagonista, la rebedia no para; ser el número uno. Sus encerronas, en el año de Castella en Estado puro, él solo, él y al natural: Nimes y 6 de Adolfo.Sevilla y 2 orejas al primero de la tarde, su feudo más difícil, en el que el miedo aparece en otras formas, o, el compromiso que le agobia, muy cerca de su casa. Pero este año ni Sevilla se le fue, era tan puro que la plenitud y la felicidad le dieron la tarde y el toro que le faltaba en Sevilla, la del color especial, la maestranza torera y caballeresca. 3ro en el escalafón, con 49 festejos y 8vo. en la clasificación al cortar 33 orejas en plazas de 1ra. y 2da. Pero es Sebastian un torero distinto, de alto impacto, de emociones fuertes, con valor genuino y muleta templada, un hombre en el que fluyen su personaje, su profesión y su persona, su ser en casa, es Sebastian Castella, El Niño rebelde que se convirtió en hombre, en figura y que bendecido por las mujeres de su casa, encontró la felicidad y la plenitud del torero que vive en el sueño: del hombre sólo y callado, rebelde con causa, del torero en Estado Puro. 54 REVISTA TORO
Castella, un rebelde solitario. Por José Guillermo Cardona Palacino
PABLO
HERMOSO DE
SEBASTIÁN
ANDRÉS
LUIS
MENDOZA CASTELLA ROCA REY BOLÍVAR
Venta de boletas:
Organiza: Chopera-Castella Corporación Taurina
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