Revista Toro Colombia Nº2

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1 REVISTA TORO



CONTENIDO ramsés del olvido a la gloria

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memorias de la temporada colombiana

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Roca rey triunfador en lima

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la méxico con nuevo rumbo

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el monstruo de córdoba pasó por la santamaría

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con pocos triunfos renace sevilla

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salento el presente paraíso santacoloma

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alfonso otoya feria de cali, 2017

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palomo linares idolo de colombia

28

memorias de la temporada colombiana

20,26,34

feria de pamplona 2017

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fandiño, adiós torero

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Revista Toro

el legado de pepe cáceres

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Edición 02 Agosto 2017 Foto portada: Rodrigo Urrego

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Director(s) Rodrigo Urrego Bautista @rodriurrego Diego Caballero @puertagrande3 Alejandro Vargas Rodríguez @allejocali

LA PROVINCIA SE RESISTE Ix gala juventud taurina badajoz, cantera de figuras los colombianos resisten en europa

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fandiño, adiós torero

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ACHURY vIEJO 60 AÑOS DE LEYENDA

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gregorio sánchez maestro de maestros

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sevilla, madrid y pamplona

fandiño, dolor en alma del toreo

garrido y tocayito, un duelo que hizo historia en la santamaría

8

el legado de pepe cáceres

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Editor Alejandro Vargas Rodríguez Columnistas David Jaramillo @DavidJara6t6 Nicolás Sampedro Arrubla @nicosampedro José Guillermo Cardona Palacino @cauchitojr Oscar Hernan Correa Magaly Zapata @magalyzapata

Fotografía Rodrigo Urrego Bautista Diego Caballero David Osorio Giraldo Publicidad Alejandro Vargas Rodríguez revistatoropublicidad@gmail.com Arte y diagramación bppublicidad.net Impresión Imprenta departamental IMPRETIC’S www.impretics.gov.co ISSN: 2539-2395 Publicación Semestral

Revista toro es una publicación semestral alianza informativa de puertagrande.net y clarín taurino. www.facebook.com/RevistaToroCo www.instagram.com/RevistaToro

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RAMSÉS, DEL OLVIDO A LA GLORIA Ramsés fue el gran triunfador de la pasada temporada colombiana. Cali, Manizales y Bogotá confirmaron su categoría. Los años que vivió en el olvido fueron el descanso para un guerrero que volvió a las grandes plazas para conquistarlas, sin importar el precio a pagar. Fue, el regreso de un torero que no se había marchado.

Por DIEGO CABALLERO

A

ntes de la pasada temporada, poco o nada se hablaba de un torero condenado al infierno emocional que significa el olvido injustificado. Se sabía que era el torero triunfador de la Santamaría, que no es poco, pero es que Ramsés era el torero de una plaza cerrada para el toreo y por si fuera poco, las otras le cerraron sus puertas. “Estar en el olvido me dejó una lección que no quiero olvidar. Aprendí que cada tarde se debe aprovechar como si fuera la última, a hacer cualquier esfuerzo para no volver a vivir esos momentos que tuve que pasar durante meses sin poder disfrutar de una embestida aunque fuera de una vaca”. El teléfono dejó de sonar y si sonó fue para ofrecer un trato indigno “El toreo es algo serio, aquí la vida se juega de verdad y lo mínimo es pedir un trato digno. Hoy, después de salir de aquellos malos días, miro atrás y no me arrepiento. Hoy puedo seguir pidiendo ese trato digno con mayores argumentos”. Dando olvido a los que olvidaron, Manizales le dio un nuevo aire en la corrida de la oportunidad del pasado octubre “Cuando se cerró Bogotá me di cuenta que tenía que empezar de cero. Estuve detrás de esta corrida en el 2014 y el 2015 pero no fue posible. Cuando me llamaron (2016) tenía claro que esa era mi carta para volver a las ferias, no era fácil, eran 6 toreros y solo tendría una oportunidad y además abría plaza. Pero en esta profesión el tiempo juega un papel importante y me aferré a mi experiencia para demostrar mis condiciones y la seguridad que solo el tiempo te da”. Esa tarde con poco, por el juego del toro de Dos Gutiérrez, se mostró como un torero con ambiciones y poso. No solo se ganó entrar en la feria de enero, sino que entró a la feria de Cali. Allí fue ese primer llamado de atención en su temporada. Un torero bogotano prácticamente desconocido cortó la primera oreja de la feria y cerca estuvo de cortar otra en el segundo. Ramsés, aquella tarde, clavó sus zapatillas a la arena y ofreció sus muslos a Peluquero, el toro de Juan Bernardo Caicedo que vendió caras sus embestidas. La faena fue emocionante desde el primer momento.

Fotos RODRIGO U.

“Sabía que era pisar una plaza en una feria importante pero pareciera que lo hubiese olvidado, estuve muy tenso los días previos a la corrida, incluso durante la primera parte de la lidia pero cuando quedé solo con el toro y mi muleta, me entregué. Volví a sentir esos oles que solo se sienten en estas plazas, sentí la seriedad de su afición y la del toro que se lidia. Esas sensaciones me reafirmaron que no quería volver a estar ausente de las grandes ferias”. Tres orejas en Manizales, que no fueron cuatro por que el presidente quiso ser protagonista, y en uno de los carteles estrella de la feria. Fue una tarde para convencer a todos. “Deseaba esa tarde, me había ganado el puesto en la corrida de concurso y la empresa me había puesto en un gran cartel, quería demostrarles que no se habían equivocado en su elección”. Esa tarde reivindicó el puesto de los toreros colombianos. La emoción en los tendidos nos traía a la memoria las tardes que nos cuentan de Pepe Cáceres, de Jairo Antonio y las de César Rincón, tardes de triunfos contundentes en los que el feudo se defendía ante las más encopetadas figuras españolas. “Manizales tiene una gran afición que sabe reconocer cuándo un torero se entrega y ese día estaba dispuesto a darlo todo, a demostrar mis ganas desde el primer momento. Tenía a mi lado a una figura del toreo (Miguel Ángel Perera) y una corrida de garantía (Juan Bernardo Caicedo) de mi dependía. Aun sueño con lo que Manizales me hizo sentir ese día”. Volver a Bogotá representaba para Ramsés un trago doble. No solo era regresar a casa, también era soportar la responsabilidad que ya suponía para él ser el torero colombiano más esperado de los anunciados. “Volví a mi plaza como siempre he ido, preparado y responsabilizado de pisar la primera plaza del país. Además, me sentía con la obligación de rematar de la mejor manera la que sería la mejor temporada de mi carrera. Sabía que me esperaban y lo sentí desde el primer momento cuando no tuve suerte en mi primer toro, pero tuve otra carta”. 5 REVISTA TORO


Con el último toro de la tarde, último de la temporada colombiana llegó su consagración. Las dos orejas del toro de Santa Bárbara fueron el premio a un torero dispuesto que no se quiso marchar a pie de su plaza, que no quiere volver a perder el lugar que le quitaron hace cuatro temporadas. Al finalizar la tarde en Bogotá, ya con la noche saludando, Ramsés salía a hombros de los novilleros que unos meses atrás hicieron huelga con la esperanza de ver abierta La Santamaría. “Fue emocionante, fue como verme en esas fotos antiguas donde el futuro se alegraba con el triunfo del presente, ellos son el futuro de nuestra fiesta, deben insistir en sus sueños y resistir, sobre todo eso, resistir. Dios mediante los momentos difíciles quedarán atrás y el toreo tomará un nuevo aire”. Ramsés fue el dueño de los mejores números de la temporada. Ya no solo es el torero de Bogotá, sino de Colombia. Una oreja de peso en Cali, la puerta grande de Manizales ganada con tres orejas y la de Bogotá que logró tras cortar las dos últimas orejas de la temporada grande. Difícilmente los carteles de las próximas ferias olvidarán su nombre.

punto final Han aportado en mi vida… En los momentos malos mi familia, en los buenos pocos. Una afición… El gimnasio El primer torero que me impacto… César Rincón Una suerte del toreo que me gusta… La Gaonera Lo que me dijo César Rincón el día de mi alternativa… Que respetará al toro y que fuera honesto con la profesión Una superstición… No tengo Una película… No las recuerdo Un toro que tengo presente…. Almacenero de Jerónimo Pimentel Mi canción… Flor pálida Marc Anthony Mi sueño… Ser figura del toreo



Memorias de la temporada Por Rodrigo Urrego Bautista

CALI Un bogotano triunfa en Cali Cali, 25 de diciembre de 2016 Cañaveralejo no ha sido arena fértil para los toreros bogotanos. Salvo César Rincón, todo un ídolo nacional, se cuentan con los dedos de una mano los toreros capitalinos que han podido conquistar al público de Cali. Muchas veces hostil con todo lo que lleva el sello nacional. La temporada grande comenzó con terna de colombianos, y a pesar de los antecedentes, la tarde llevó el nombre de un torero bogotano. Ramsés. No solo cortó la única oreja de la tarde, sino que su toreo fue el que más emocionó en una tarde con esporádicas alegrías. Ramsés y ‘Peluquero’, de Juan Bernardo Caicedo fueron los protagonistas. El público se levantó cada vez que el torero se lo pasaba a milímetros del cuerpo, una, otra y hasta cinco veces, las mismas veces que el público se levantó de sus asientos en la faena de muleta. Volvió a saltar el público como un resorte con la estocada. La vuelta al ruedo fue muy aclamada. Paco Perlaza jugaba de local pero pasó por visitante en Cañaveralejo. El público de su tierra esta vez lo trató como forastero, pero el caleño del cartel supo dar la vuelta a la moneda. Se midió en una auténtica batalla al primero de la tarde, y le pidieron la oreja tras una emocionante estocada; y con el cuarto hasta se dio permitió la licencia de torear por naturales con la mano derecha. Si hubiera repetido la estocada del primero sus paisanos lo hubieran podido sacar a hombros. Cristóbal Pardo tuvo enfrente un toro para abrir la puerta grande, pero se fue caminando de la plaza. Drama, valor y puerta grande 26 de diciembre de 2016 Se abre por primera vez en la feria la puerta del Señor de los Cristales. Un peruano, Andrés Roca Rey fue el primero en conseguirlo. Al último toro del encierro de Paispamba le cortó las dos orejas. Todo después de una auténtica paliza, y quedar con el cuerpo adolorido. Había arriesgado su pecho, su corazón, el que estuvo expuesto en el único momento en que le quitó la mirada a los ojos del toro, el de la suerte suprema. Jailoso, un serio toro jabonero, fue el sexto toro en salir al ruedo. 8 REVISTA TORO

Intimidó desde que se asomó por los toriles. Tumbó al picador Rafael Torres, persiguió a los banderilleros que se atrevieron a pisar sus terrenos. Embistió con furia y Roca Rey sin inmutarse aunque la muerte le respirara a centímetros, por delante y por detrás de su cuerpo, una y otra vez, en suertes imposibles. La plaza no paraba de aplaudir. Cuando hubo silencio se perfiló con la espada y se tiró a vencer o morir. Por poco pasa lo segundo. El toro lo arrolló de fea manera, como si se tratara de un tren. Pareció que los pitones se hubieran clavado en el pecho del torero y lo levantó con violencia. En el suelo, el toro se ensañaba con el peruano. Cuando el torero por fin pudo levantarse, Jailoso caía. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro de Paispamba. El Fandi emocionó en banderillas. Luis Miguel Castrillón tuvo que ponerse el overol. Un premio de consolación 27 de diciembre de 2016 Con media hora de retraso a causa de la lluvia, el español Miguel Abellán, el colombiano Gustavo Zúñiga y Pablo Hermoso de Mendoza hicieron el paseíllo en la tercera tarde. Los de a pie lidiaron toros de Achury Viejo, el rejoneador lo hizo ante toros de Las Ventas. Precisamente, ante el sexto, Hermoso de Mendoza cortó la única oreja de la tarde, un trofeo que supo más consolación, en una tarde con pocos motivos para emocionarse. En esta corrida, el banderillero Wilson Chaparro ‘El Piña’ sufrió el percance que lo obligó a poner fin a su temporada. Tarde de nubarrones, en el cielo y en el ruedo. Contra todo pronóstico Miércoles 28 de diciembre de 2016 Ni José María Manzanares, el torero que Cali tuvo paciencia de esperar. Ni Roca Rey, el que hasta el momento no conocía salir de Cañaveralejo sino por la puerta grande. El triunfador, el que se fue a hombros bajo la mirada del señor de los cristales, fue el colombiano Guerrita Chico. Parecía reducido al papel de telonero, pero en el cuarto de la tarde se puso el traje de protagonista. Brindó faena a sus compañeros de cartel, y se puso de rodillas en la mitad del redondel. Náufrago, el toro de Ernesto Gutiérrez, persiguió la muleta como si se le fuera la vida, y Guerrita, aún de rodillas, le dio pases hasta que la plaza se volvió un manicomio. La plaza fue un estruendo. La plaza volvió a rugir cuando el torero caleño se fue tras la espada. La estocada fue tan efectiva que le supuso al torero el doble trofeo. La llave de la puerta grande. La que ni Manzanares ni Roca Rey pudieron cruzar. Ambos se quedaron con una oreja.


El que pega primero Jueves 29 de diciembre de 2016 Bolívar pegó primero. Le bastó un solo toro, el primero de la tarde, para dejar hechos todos sus deberes. En un año en el que pocas noticias suyas se tuvieron, volvió a vestirse de blanco y plata en Cañaveralejo, como si tuviera ilusiones de novillero, y aprovechó la primera carta que tuvo, la marcada con el nombre de ‘Chanelo’, el toro de Salento con que el caleño puso las cosas en su lugar, y volvió a dejar en claro quién es la máxima figura del toreo nacional. Para empezar, larga cambiada de rodillas mientras el público que a punto estuvo de llenar los tendidos se acomodaba. Tras un largo sorbo de agua se fue al propio centro de la arena para desafiar a Chanelo. Nada de probaturas. El de Salento se fue por la muleta Bolívar logró dos puertas grandes en Cali. como si se la quisiera comer, y el torero se la ofrecía sin que los pitones la tocaran. Una, otra y hasta seis veces, y tras el pase de pecho la plaza era un clamor. Los oles se repitieron en las series sucesivas, Chanelo no paraba de embestir una y otra vez, como con la convicción de que podía agarrarla. Bolívar tampoco se cansó de ofrecerle la muleta y pasárselo alrededor de su cuerpo. La estocada dejó al toro sin puntilla, y el palco presidencial sacó los tres pañuelos, el de la vuelta al ruedo para Chanelo, y las dos orejas para el torero. Bolívar pegó primero, y el que lo hace pega dos veces. Las faenas de Pablo Hermoso de Mendoza y David Mora López Simón, Castella y Bolívar a hombros fueron silenciadas. bajo una tormenta en Cali. Tormenta en Cañaveralejo 30 de diciembre de 2016 Nadie se hubiera imaginado que del cielo caería lo que no caía desde el diluvio universal. Dicen que no hay quinto malo, pero a la altura de ese toro, el cielo abrió las llaves y descargó con furia toda el agua que llevaba dentro. Vendaval incluido. Tal cantidad de agua no fue suficiente para apagar las emociones que brotaron desde el ruedo, incluso cuando este se había convertido en una auténtica laguna.

Sebastián Castella triunfó en su paso por Manizales al cortar tres orejas.

Guerrita Chico salió a hombros en Cali.

López Simón fue el encargado de encender las pasiones en los tendidos. Ninguno como el torero madrileño enloqueció tanto a Cañaveralejo con su toreo en las seis corridas de la feria. Nadie como él arrancó oles que no venían de las gargantas, más bien desde las entrañas. En el tercero de la tarde, se tiró de rodillas con la muleta, cerca de las tablas, donde empezó a parar los corazones. En el centro del ruedo, ya iba a poner a los aficionados a saltar de sus asientos pero los dejó con las ganas, sus primeras series fueron cortas. Era apenas el prólogo, porque las pulsaciones se elevaron cuando el torero se fue acercando más y más a los pitones del toro. Cuando ya los tenía a milímetros, movía la muleta para provocar la embestida, pero el toro se resistía, una y otra vez. Hasta que de tanto insistir, el de Las Ventas se fue a perseguir la tela, y López Simón nunca se la dejó agarrar, en las cinco veces que repitió, en las cinco veces que se lo pasó delante de su cuerpo. Cinco embestidas en las que el toro pasó sus pitones por los muslos de López Simón, cinco oles que se escucharon más allá de Cañaveralejo. Dos orejas.

Si López Simón toreó como para llevarse el Señor de los Cristales, el toreo de Sebastían Castella, al primero de la tarde, fue de auténtica figura. Se jugó la vida para imponerse ante el que fue el toro de su reencuentro con Cali, donde siempre ha jugado de local. No tuvo tino con la espada. Cortó las dos orejas que le daban la llave de la puerta grande en el cuarto. Se fue al centro del ruedo para dejarse venir el toro a distancia y cambiarle la muleta por la espalda, su fórmula para emocionar a Cañaveralejo. A Luis Bolívar San Pedro se lo puso muy cuesta arriba. En cuestión de minutos le mandó una tormenta y el agua le cubrió más arriba de los tobillos. A diferencia de los que buscaron refugio en los tendidos altos, Bolívar le puso el pecho al vendaval, y para júbilo de los que escampaban, toreo con la tranquilidad de quien se pasea por la playa, cuando en realidad se jugaba la vida para sostenerse, con los pies en un lodazal. Relevista, como se llamaba el toro, perseguía la muleta como un niño que no se cansa de jugar con furia bajo la lluvia. Y es que ambos, toro y torero jugaron bajo la lluvia. Lo toreó tanto que Relevista (número 205, 488 Kg.) fue indultado. Al toro de la ganadería de César Rincón la tormenta fue un regalo caído del cielo.

MANIZALES Empate a cero 2 de enero de 2017 La feria de Manizales comenzó con un empate a cero. Cristóbal Pardo, Luis Bolívar y Ginés Marín no pudieron cortar una sola oreja de los seis toros de Dosgutiérrez. La fama de duros de los toros hubiera permitido predecir ese resultado, pero detrás de ese empate sin orejas se fueron inéditas algunas faenas. Hasta tres toros pudieron irse desorejados. Los toreros tuvieron los trofeos en el bolsillo pero fallaron en la suerte suprema. Chupatintas, cuarto de la tarde, fue el mejor del encierro. Malicioso paga la boleta 3 de enero Malicioso salió de toriles con la misión de salvar la segunda tarde, el honor de la divisa de Santa Bárbara y la boleta que pagaron los aficionados que llenaron la plaza. El sexto de la tarde, más que bravo fue una auténtica fiera. Embistió como un huracán a la muleta de José Garrido, que lo padeció. Al público se le hizo corta la faena del torero, pues el toro jabonero seguía dando pelea. Hubo petición de indulto, pero no se concedió. Garrido cortó una oreja mientras Malicioso fue arrastrado en vuelta al ruedo. José Arcila cortó una oreja del segundo de la tarde, y Luis Bolívar se fue con la montera puesta y con el ceño fruncido. Saldó sin orejas su paso por la Monumental de Manizales. Castella, en solitario 5 de enero Sebastián Castella y Roca Rey estaban anunciados para dar la alternativa al colombiano Juan Viriato. Apenas en el primer toro, la terna quedó en un mano a mano. El que parecía ser el día más importante en la vida de Viriato se truncó cuando llevaba al toro al caballo. Ni siquiera alcanzó a que 9 REVISTA TORO


le cedieran los trastos. Por si fuera poco en el segundo de la tarde Roca Rey también cayó cuando apenas toreaba con el capote al primero de sus animales. El toro de Ernesto Gutierrez le perforó la pantorrilla, y así, con la media rosa teñida de sangre se mantuvo en el ruedo herido, pero lo limitó toda la tarde. Castella pareció quedarse en solitario. Cortó tres orejas, fabricó un indulto, el de Millonario, tercero de la tarde, y se marchó a hombros.

Ramsés a hombros en Manizales.

El Juli fue declarado triunfador en Manizales.

P. H. de Mendoza y Bolívar a hombros en Cartagena.

Ramsés se viste de Cáceres 7 de enero Habría que remontarse a las épocas de Pepe Cáceres, de Jairo Antonio Castro, del César Rincón número uno del mundo, o a la feria del 2012 de Luis Bolívar, para ver a un torero colombiano triunfar con tanta contundencia. Ramsés apareció este 7 de enero en la plaza de toros de Manizales para protagonizar un alboroto, semejante a los de aquellas páginas de gloria. Con Capote, muleta y espada, el torero bogotano firmó una actuación de cuatro orejas, como aquella que protagonizó en sus comienzos en la Santamaría de Bogotá. El palco presidencial le robó tal hazaña, y lo dejó sin premio redondo. No importó. Ramsés cortó tres orejas a un imponente encierro de Juan Bernardo Caicedo, desde los hombros de los monosabios vio como Miguel Ángel Perera, el que tiene el record de abrir las puertas más grandes del toreo en una sola temporada, y Pablo Hermoso de Mendoza, una leyenda del toreo que en Manizales estuvo lejos de sus días gloriosos, se marchaban caminando. Ramsés, vestido de azul y oro, fue el amo y señor de la cuarta corrida. El toro Marino II, lidiado en cuarto lugar por el bogotano, fue premiado con la vuelta al ruedo. Manizales se enfada; El Juli la contenta 8 de enero. Manizales vio a Morante, en todas sus facetas, pero la cara más sonriente, fue insuficiente para saciar tanta expectativa. El sevillano llegó sonriente, risas en el paseíllo, y esfuerzo en el primer toro, animal que embistió con poca sed de gloria. El tercero no embistió a gusto del maestro. Fue a buscar un muletazo, pero como quien no quiere encontrarlo. No se lo pensó dos veces y se fue por la espada. Durante tres avisos tuvo que soportar la rabia del público. En el quinto recuperó la sonrisa. Salió a torear hasta la última embestida del toro, pero este se fue en contra de todos los anhelos. Lo mucho que hizo Morante fue poco para lo que Manizales le sueña.

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Castella preparó la fiesta, pero se llevó los peores regalos. A sus tres toros los tuvo que terminar enfrentando cerca a las tablas. El francés se impuso al viento, y sorprendió a sus toros sacándoles faena. La más emocionante, la del séptimo de la noche. Cortó una oreja. En Cartagena Pablo Hermoso de Mendoza pareció tocar fondo. Pero tras caer en la arena volvió a la carga, herido en el orgullo, y se la jugó para estar a la altura de su leyenda. BOGOTÁ Oles y sonidos de guerra Domingo 22 de enero En Bogotá no se oían los oles desde hacía cinco años. Volvieron a hacer crujir la plaza de toros de Santamaría tras 1.272 días sin que un toro saliera al ruedo. Los sonidos que salían del redondel fueron tan estruendosos como los estallidos de los gases lacrimógenos, las papas bomba, con los que el escuadrón antidisturbios de la Policía trataba de contener una protesta antitaurina, que se anunciaba pacífica, pero que se desbordo hasta convertirse en violenta y agresiva. En tarde de alegría y tensión, de sonrisas pero de nudos en la garganta. El público se emocionó cuando El Juli sacó de su repertorio la ‘lopecina’, una suerte con el capote de su invención; o cuando Luis Bolívar, haciendo respetar su patio, toreo de rodillas, con el capote y la muleta, y cuando se puso de pie firmó naturales soberbios; y sobretodo cuando Roca Rey brindó a los novilleros de la huelga, toreó por arrucinas con apenas media muleta. El peruano confirmó alternativa con el toro Libertad, de Ernesto Gutiérrez, pero fue a Esperanza, sexto de la tarde, al que le cortó las dos orejas. La santamaría se vuelve a sentir Domingo, 29 de enero

Manizales también se enfadó con los toros de Ernesto Gutierrez. Y por eso El Juli fue el encargado de contentarla. Hizo la lopecina, se puso de rodillas, toreó mirando al tendido. Cuatro orejas y salida a hombros como es tradición Manizales se enfurece, pero El Juli sabe contentarla. Por eso le entregaron las llaves de la catedral.

Algo más de siete mil valientes aficionados volvieron a los tendidos. Pablo Hermoso de Mendoza encabezaba el cartel y en la Santamaría firmó la mejor actuación de su temporada. Cortó la única oreja. Manuel Libardo volvió a sentir la dureza de un sector del público, y Miguel Ángel Perera malogró con la espada dos faenas de oreja.

Cartagena

Señores toros y señores toreros José Garrido indultó a Tocayito. Rafael Rubio Rafaelillo cortó una oreja. Paco Perlaza da la cara ante un fiero encierro de Mondoñedo. Domingo, 5 de febrero

Contra viento y toros mansos

Enrique Ponce y Fernando Botero en el patio de cuadrilla de La Macarena.

Rey fue baja por la cornada en Manizales. Castella y Luis Bolívar tuvieron que resolverlo en un mano a mano, acompañados por Pablo Hermoso de Mendoza. A las seis de la tarde, bajo un cielo malva, los toros en la heroica parecían volver nacer. Bolívar entró en escena con una larga cambiada y el público se emocionó como si nunca hubiera visto algo semejante, el torero colombiano estuvo en plan arrollador, y a punta de orgullo, cortó cuatro orejas, y el público lo aclamó como si se tratara del libertador.

Sebastián Castella se vistió de luces y de empresario, como si la Monumental Cartagena de Indias fuera para él lo que la Maestranza de Ronda era para Antonio Ordóñez. Le vaticinaban un pinchazo y para colmo Roca

Si hay una forma de defender la fiesta es como lo hicieron los encastados toros de


J. Garrido Y Rafaelillo confirmaron en Bogotá

L.M. Castrillón confirmó en La Santamaría.

Mondoñedo y los tres toreros, también encastados. A Rafaelillo le tocaron dos toros más altos que su diminuto cuerpo. Les sacó pases con la derecha, con la izquierda, de rodillas, y hasta arrojó la muleta, se arrodilló y le agarró el pitó a un toro de la confirmación. Y la espada aún nadie sabe cómo las dejó en el morrillo. Una oreja y los gritos de ¡Torero, torero! Fueron su botín. El segundo levantó del piso a Paco Perlaza y en el ruedo se ensañó con él.- El torero tuvo que agarrarse del pitón para librarse del percance. Se levantó como león herido y se impuso en el duelo. A su segundo lo toreó relajado, varios naturales fueron la prueba. José Garrido se consagró. No se vistió de gladiador, aunque tuvo que soportar embestidas que parecían torbellinos. A su primero le negaron la segunda oreja, y a Tocayito, sexto de la tarde, lo indultó. Tarde de emociones al límite.

Bronca y milagros 12 de febrero de 2017 El cuarto toro del serio encierro de Juan Bernardo Caicedo destrozó el burladero de matadores. Sebastián Castella salió al quite citó al toro con el envés del capote, pero el quite se convirtió en drama porque el animal se llevó con uno de sus pitones las piernas del torero. Dos vueltas tremendas en el aire, como si lo hubiera atropellado un tren, y una caída sobre la arena que hizo pensar que nunca se levantaría. El trance, sin embargo, estaba lejos de terminar. El toro, segado y enseñado, se devolvió antes de que aparecieran los capotes de los toreros, buscó con sus pitones la yugular del torero, milagrosamente solo dio con la chaquetilla, por detrás del cuello, y lo volvió a levantar de forma impresionante, a primera vista parecía que los cuernos del torero habían partido el pecho de Sebastián. Los gritos de terror pararon cuando Castella, se levantó. Se había consumado el milagro. Co la muleta, remontó el duelo, y el público se levantaba para aplaudirlo y gritarle ¡Torero, torero! El palco le negó la oreja y la plaza le dedicó una bronca. Dos vueltas al ruedo para el francés. Roca Rey volvió a salir a hombros tras cortar dos orejas. Y Luis Miguel Castrillón puntuó nada menos que en la Santamaría al cortar una oreja al toro de su confirmación. ‘El colombiano’ Domingo 19 de febrero En el último suspiro de la temporada, el sexto toro de la última corrida, llegó la consagración. Ramsés puso ronca la Santamaría de gritar oles. Desde cuando se pasó el toro de Santa Bárbara pasó por la espalda con la muleta, dos veces, cuando salía de cada serie con la taleguilla cada vez más manchada de sangre, en esos dos circulares invertidos, en las manoletinas en las que el toro pareció atravesar sus piernas como si fueran humo. Las dos orejas le concedió el palco, y el torero se marchó con la bandera tricolor en la mano, como si se hubiera consagrado como el torero de Colombia. Sebastián Vargas y Cristóbal Pardo completaron la terna, el cucuteño cortó una oreja del cuarto toro de la tarde.

Juan de Castilla se doctoró en Medellín.

Medellín Adiós sin despedida Viernes, 28 de enero Fue una noche que entró en la historia cinco meses después. A nadie se le pasó por la cabeza que sería la última vez que La Macarena vería a uno de sus toreros más queridos, Iván Fandiño. Era su única corrida en la temporada colombiana, Medellín siempre estuvo de su lado en los momentos de gloria, pero también los difíciles. Los toros de Santa Bárbara se alejaron de su fama, Pablo Hermoso de Mendoza pasó inadvertido y solo Luis Miguel Castrillón estuvo a punto de conseguir el triunfo. Fandiño se fue entre aplausos en la que sería un adiós sin despedida. Pasión por Ponce y Roca Rey Sábado, 28 de enero La feria de la Macarena comenzó con la extraña sensación de que fuera la última, aunque para Juan de Castilla era la primera. Llegó a la plaza para doctorarse de manos de Enrique Ponce y Roca Rey, y ante la mirada, en una de las barreras de uno de sus mecenas, el maestro Fernando Botero, a quien los toreros homenajearon en sus brindis. Ponce estaba vestido de grana y oro, pero en el cuarto de Ernesto Gutiérrez parecía estarlo de frac y guantes de seda. Y con la elegancia de quien se toma el té a la cinco de la tarde en Londres, toreó hasta convertir la plaza en un delirio. Roca Rey asustó con Estatuarios y pases cambiados, y fue cogido al inicio de la segunda faena. Se salvó de milagro. Milagro que se repitió otras dos veces hasta que consiguió la puerta grande. Tres Orejas La salida a hombros, apoteósica, solo le faltó la presencia de Juan de Castilla. Los dos toros dejaron en evidencia que se trataba de su primera tarde, como también lo demostró la actitud de perro de presa, de afrontar la vida con la casta necesaria para imponerse a las adversidades. Una encerrona cuesta arriba Sábado, 11 de febrero Apenas era el primer toro de la tarde y a la segunda serie con la muleta, Sebastián Castella ya tenía el público parado de sus asientos. En la siguiente, el torero francés volvió a emocionarlos tanto que en los tendidos se empezaban a hacer cuentas de las orejas que cortaría en su encerrona en el ruedo de La Macarena de Medellín. Se daba por hecho que cortaría las dos del primero de los seis toros, y si así era el comienzo, todos apostaban porque dos horas y media después sería la apoteosis. Sin embargo al paso de ese tiempo Castella solo tenía dos orejas en su esportón, una del cuarto, otra del quinto. No quería salir a hombros. Pero algunos que se habían tirado del tendido lo levantaron. Salía victorioso de su encerrona, pero no fue una tarde fácil. Tuvo que imponerse ante muchas adversidades. 11 REVISTA TORO


lima, Temporada 2016

Andrés Roca Rey se llevó el ‘Escapulario de Oro’ pero la historia hablará de Manzanares. Por MAGALY ZAPATA

Así de rotundo puede ser, si me apuras con un titular que resuma la Feria del Señor de los Milagros 2016, año en el que nuestra plaza de toros del Acho cumplió sus 250 años y lució un albero renovado. Pausa sin prisas, porque primero debo contar que el gallo limeño Roca Rey abrió serial el domingo 6 de noviembre, reapareciendo tras varios meses de baja por los percances y golpes en la cabeza, y se midió en un mano a mano con El Juli. Era para mojarse y salió salpicado, y también a hombros. Salpicado porque con una plaza que lució un entradón, vivimos una tarde de ribetes históricos, en la que Julián López cuajó dos faenas de antología pero sin espada y lo que iba para cuatro apéndices se quedó en una oreja. Parecía aquel Julián de 1998, nuevo en Acho, arrollando como un ciclón, hasta lopecinas instrumentó. Sin embargo, por y con sus argumentos, Roca Rey cortó 12 REVISTA TORO

las dos de su segundo, el mejor toro del encierro español de Garcigrande que tomó antigüedad en el coso más antiguo de América y que envió un encierro disparejo de hechuras, algunos demasiado cómodos de cabeza, con tremenda calidad para embestir, humillados, fijos, entregados por abajo y rebosándose en las muletas. Y llegó el siguiente domingo, tarde con sol y sin brillo porque los toros de Camponuevo no fueron material para lucimiento. Midiendo y reservones, incluso con peligro sordo, tanto que tempranamente el 1º echó mano del banderillero “Manco” y el 5º aviesamente prendió al sevillano Daniel Luque de la pierna y lo mandó al hule. Antes, fue todo esfuerzo y empeño de la terna, Juan Bautista y también Ginés Marín, que dejó sus credenciales. La tercera de abono fue un mano a mano entre el madrileño López Simón y el peruano Joaquín Galdós que estrenaba

su alternativa en Acho. Magro resultado numérico, a oreja cada uno, aquel una de su tercer toro y el limeño otra de su segundo. El encierro de Zalduendo tuvo feas hechuras, altos y sin descolgar, con poca fuerza, complicados y de escaso juego, no terminaron de empujar para el éxito de la corrida a pesar de la voluntad y capacidad de los toreros. Mal rematada con la presentación de los recortadores españoles en un deslucido toro. En la cuarta tarde nazarena el maestro Enrique Ponce volvió a dar cátedra y sentimiento, plástico y estético, de su genial toreo, sin fisuras. Otra tarde para la antología poncista en Acho, y van… es que son más de 20 años pasándose por Lima. Y aunque el resultado numérico no hizo justicia a lo que se vivió, porque Ponce, Adame y Talavante pasearon apenas un trofeo cada uno, dejaron y firmaron cuatro faenas, cuatro, a un encierro de Juan Pedro Domecq, que volvía desde el


2000 cuando Ponce cortó un rabo al toro Halcón de Parladé, el otro hierro de esa casa. La corrida tuvo nobleza pero tan poca fuerza que condicionó su entrega, pero no la fruición del toreo en los tendidos. Porque Acho vibró y se emocionó. Hasta el delirio con el toreo quintaesenciado de Enrique Ponce, en dos extraordinarias faenas. Ambos, aunque el segundo más, de su lote fueron débiles, y a los dos los cuidó y sujetó con tersura, con suavidad, lanceando con extrema torería con su alado capote, que sujetaba y fijaba pero también mimaba porque no quebrantó a los toros, imprimiendo exquisito temple y torería, gusto, parsimonia, finura, en su andar, en el citar, al embarcar y más aún, al dibujar el trazo con sutileza, bajaba la mano y luego la subía suavemente para impedir la caída del toro, y sostener su obra. Torero de Lima, como lo fueron Gaona, Bienvenida, Teruel, Manzanares (padre)… vitola que ostenta por sus triunfos y porque el encandilamiento de Lima con él es evidente nada más pisar la arena del Rímac. Lo que hizo al 4º era de rabo y aunque pinchó, la vuelta al ruedo fue de clamor ¡torero-torero! Fue tanto que lo demás parecía insulso pero vino Talavante ante el 5o, y sacó de su chistera lances cadenciosos, templados, con garbosos remates. Toreó de rodillas con la franela, en un trasteo que no careció de nada, ligazón, magia, cambiados, arruzinas, inspiración y corazón. Todo muy quieto y sin enmendar pero pinchó. Convidado -y no de piedra- fue el mexicano Joselito Adame que vive un romance con Lima. Su faena al 3º, al que le cortó oreja, fue variada desde el capote, templado y ligando en un palmo, atacando y acortando distancias en muleta, caló su labor pero no tuvo material para redondear su tarde. Y se nos acababa la feria al llegar al domingo 4 de diciembre, con un cerrojazo en la edición número 70 del ciclo y con un cartel que replicó en este 2017 la Resurrección sevillana: Morante de la Puebla, Manzanares y Roca Rey. Aquí, con toros de García Jiménez, de escaso trapío, nobles con poca fuerza, destacando el 5o y 6o. El artista sevillano tocó pelo en el primero y pechó con el lote más esaborío, insulso, sin fuerzas, justos. Roca Rey volvió y convenció a su público cuando tomó la muleta y se lo pasó por delante y por detrás poniendo lo que el toro no traía, boyantía, aunque nobleza tuvo y poca fuerza también. Espada desprendida pero efectiva y dos orejas –quizás generosas- que refrendó en el ‘cierraferia’, un galopón ante el que toreó de rodillas por verónicas y trasteó en Sol, templada y por bajo la primera parte pero menos limpia por enganchada la siguiente, y otra vez la espada pelín abajo y dos orejas. Pero sí Roca Rey se montó y armó el lío, Manzanares, escribió la historia en oro porque acarició el toreo. Casi como en Madrid, salvando distancias por el trapío-volumen del toro, pero con el mismo sentimiento, con la misma suavidad, con la misma despaciosidad, pasándose el toro de pitón a rabo en los de pecho y esculpiendo uncapolavoro por naturales, con profundidad y hondura, pero sobre todo porque cuanto hizo detuvo el tiempo. Espadazo y orejas y salida triunfal a hombros con el peruano. Salía del coso y preguntaba a los que encontraba, el trofeo era para Manzanares, faena dibujada como hace muchos años no veíamos, pero el jurado ferial se lo concedió al peruano, un voto hizo la diferencia.

Arriba, Roca Rey en su primera salida a hombros tras cortar dos orejas de un toro de Garcigrande el día del mano a mano con El Juli. En su segunda tarde cortaría cuatro orejas a los toros de García Jiménez. Escapulario de Plata que premia al mejor toro fue para el toro Veraneante, del hierro español de Hermanos García Jiménez lidiado en la de cierre y El Escapulario de Oro al triunfador de Acho 2016 al Matador peruano, Andrés Roca Rey.

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Temporada grande 2016-17

FOTO CRISTHIAN CABALLERO

“La México” con nuevo rumbo

Nueva empresa, Tauroplaza de Alberto Bailleres y Javier Sordo. La temporada tuvo un inicio prometedor, en el ya lejano noviembre, con un cartel que anunció a José M. Manzanares que cortó una oreja, a Alejandro Talavante y al maestro Zotoluco que ya había anunciado su despedida para febrero. La confirmación de Luis David Adame por parte de su hermano Joselito se frustró por un percance sufrido por el menor de los Adame días antes, dejando el cartel en el primer mano a mano de la temporada entre su hermano y Andrés Roca Rey. Confirmó su alternativa el día del regreso de los toros de Llaguno a la capital, Gines Marin. Más adelante también lo harían los españoles José Garrido y Paco Ureña. A la altura del cuarto festejo, cerrando el mes de noviembre, llegaría la primera puerta grande de la temporada, Sergio Flores fue el encargado de romper el cerrojo con los toros de El Vergel, esa tarde cortó también una oreja Fermín Rivera. El segundo mano a mano llegó también por la baja de Luis David Adame quien aún no se recuperaba del percance sucedido en su natal Aguascalientes. El francés Sebastián Castella y Octavio García “El Payo” midieron fuerzas ante la ausencia de Adame. El mexicano inclinó sutilmente la balanza a su favor al corta la única oreja de la tarde. La empresa anunció cuatro festejos para los primeros días de diciembre en un ciclo al que llamó Feria Guadalupana, finalmente se realizaron tres. Un domingo antes del ciclo, Juan Pablo Sánchez cortaría una oreja de peso. Presentó la Feria Guadalupana dos grandes atractivos, Morante de la Puebla y la actuación en solitario de Joselito Adame con toros de San Isidro, Montecristo y Barralva. Confirmó en este ciclo Gerardo Rivera, Diego Silveti cortó una oreja a los de Barralva y Fermín Rivera sustituyó a Roca Rey. Las dos grandes expectativas que presentó dicha feria se saldaron a favor; Morante de la Puebla salió por la puerta grande gracias a su faena a “peregrino”, un toro de Teófilo Gómez al que se le concedió el arrastre lento y Joselito Adame también cruzó la puerta grande tras pasear tres trofeos. 14 REVISTA TORO

Para cerrar la primera parte de esta temporada grande se programó un festejo de rejones para la despedida del “Centauro Potosino” Rodrigo Santos, quien alcanzó la puerta grande. Emiliano Gamero cortaría un trofeo. La temporada grande regresó a finales de enero y con ella Miguel Ángel Perera, Juan Pablo Sánchez y Diego Silveti. Se dio el reencuentro de Sebastián Castella con la afición del coso de Insurgentes en la corrida de Los Encinos en la que el toro “Arbolero” mereció el arrastre lento y Castella la puerta grande. Los festejos de aniversario presentaron la despedida de Zotoluco en mano a mano con Enrique Ponce, Morante de la Puebla en la del 5 de febrero para confirmar por fin a Luis David Adame en compañía de El Juli. Todos, menos Luis David abandonaron la plaza a hombros. En el último festejo de la temporada y en el que actuó Pablo Hermoso de Mendoza, Sergio Flores alcanzó una nueva puerta grande. En el nuevo rumbo de la plaza México, la empresa al igual que en el inicio de la temporada con los festejos menores programó para matadores de toros, tres festejos de oportunidad en los que se anunciaban cuatro toreros nacionales, los dos que se destacarán en su toro lidiarían los dos restantes y participarían en la final el 2 de abril. El triunfador de esta temporada de oportunidad tendría puesto asegurado en la temporada grande 2017-2018 y así mismo actuaria por cuenta de este premio en Pachuca, Juriquilla, Aguascalientes, Ciudad Juárez, San Luis Potosí, Zacatecas y alguna otra. Este ciclo de oportunidad supuso el regreso de Piedras Negras, legendaria ganadería que lidio luego de 22 años de no anunciarse en la plaza de la calle Insurgentes. No hubo un triunfador natural por trofeos y por ello la empresa decidió distribuir las corridas pactadas entre los espadas, Fabián Barba, Juan Luis Silis, Antonio Romero y Gerardo Adame estos últimos quienes sufrieron graves percances en la corrida de Piedras Negras y de Marco Garfias respectivamente. Se celebraron 12 novilladas por la que pasaron 72 jóvenes, los triunfadores fueron Ricardo de Santiago y José María Pastor.



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CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE MANOLETE

EL MONSTRUO DE CÓRDOBA PASÓ POR LA SANTAMARÍA En abril de 1946, Manuel Rodríguez “Manolete” se presentó en la plaza de toros de Santamaría ante una expectación sin antecedentes. Fue la única temporada en plazas colombianas del torero cordobés que también pisó el ruedo de La Macarena de Medellín. Su imagen quedó grabada en el recuerdo de quienes tuvieron la oportunidad de verlo y en las fotos de Manuel H, que se hizo mundialmente conocido por los instantes que logró capturar del torero más importante de los días posteriores a la guerra civil española.

Por RODRIGO URREGO

H

ace 71 años, Colombia recibió la visita del “Monstruo de Córdoba”. Manolete, en la cima del toreo había decidido cruzar el Atlántico y conmocionar los ruedos más importantes de la América taurina e inició una espléndida temporada en el nuevo mundo en la Plaza de Toros “El Toreo” de México. Ante una expectación sin antecedentes, el cuarto Califa cordobés rindió al público azteca, llenó los tendidos de las plazas y precipitó la clausura de las construcciones y la inauguración de la Monumental de México, la más grande del mundo. Por primera vez un torero reunía en un coso taurino a más de cincuenta mil personas y lo hizo en repetidas ocasiones; incluso, alteró la cotidianidad del pueblo mexicano que entre semana interrumpían sus actividades para ocupar una localidad en el coso de insurgentes. Las noticias que llegaban de México sacudieron el ambiente taurino en Sur América, pues la afición de Colombia y Perú especialmente, ante la cercanía del torero más importante de la post guerra española, clamaban a gritos y rezaban porque su aureola de figura se presentará en sus respectivos ruedos. Los empresarios de entonces no escatimaron esfuerzos ante la posibilidad de tener a un torero histórico. Por eso, las principales conversaciones en Bogotá, a comienzos de 1946, conducían a la figura dramática de Manuel Rodríguez “Manolete”. En ese entonces, el municipio, dueño de la Santamaría, firmó un contrato con el empresario Enrique Cebrián, quien había prometido traer al torero cordobés y afirmaba tener letras firmadas con su apoderado José Flores Camará.

Fotos MANUEL H

La presentación del torero fue toda una incertidumbre, ya que a medida que se aproximaban los días para el comienzo de temporada, las fechas pactadas parecían no cumplirse debido a que los diarios registraban cada uno de los pasos de Manolete en México, lo que hacía vaticinar que el español no vendría. La afición guardaba esperanzas. Manolete sufrió una cornada en la Monumental de México por lo que Cebrián solicitó una prórroga en su contrato con el municipio. Simultáneamente, en los teatros Lux, Alameda y Atenas, al centro de la capital colombiana, se proyectaba un cortometraje sobre las actuaciones de Manolete en la plaza de El Toreo de México en un noticiero llamado “Como México no hay dos”. Mientras se solucionaba el caso Manolete, la Santamaría se veía obligada a albergar espectáculos de la cuadrilla de toreros bufos “Los Alegres” y la intervención de novilleros como el venezolano Diamante Negro y el colombiano Efraín Barrera que lidiaban erales media casta. Los medios de comunicación habían anunciado que Manolete debía actuar en febrero en Bogotá, pero como el segundo mes ya había iniciado, un empresario anónimo tomo la iniciativa de contactar a Camará y le realizó el siguiente ofrecimiento: “Manolete se comprometería a torear una corrida el 3 de marzo lidiando dos toros de casta de la ganadería de Vistahermosa. El empresario le pagaría la módica suma de 30 mil dólares (90 mil pesos) y el 33% de las utilidades. La empresa le pondrá avión expreso desde México a Bogotá, para que una vez cumplido su compromiso pudiera seguir hacia Lima donde debe torear el segundo domingo de marzo”. La casi desesperada propuesta salió publicada en los 17 REVISTA TORO


principales diarios de la capital: El Tiempo y El Espectador, aunque nunca se hizo mención de la identidad de aquel empresario. Tanto Manolete como su representante jamás respondieron al ofrecimiento. A Cebrián le fueron despojados los poderes de organizar la temporada, por lo que salió la mano salvadora del taurino mexicano Andrés Gago (años más tarde apoderado de Pepe Cáceres en sus comienzos). Gago, representante de Carlos Arruza, ofreció llevar a Bogotá a su representado y a Manolete pero que, sin hacerse cargo de la organización y demás tareas, se llevaría junto con Camará el total del producido de las taquillas. Cosa que poca gracia le pareció al municipio capitalino. Finalmente, la temporada la organizó Antonio Reyes “Nacional” que anunció la primera corrida de la prensa el 24 de marzo sin la presencia de Manolete. Actuaron Luis Castro “El Soldado” y Manolo Escudero en una corrida que resultó triunfal.

Manolete y Arruza Consiguió El Nacional contratar a Manolete y Arruza, así que el torero español llegó a la capital el 5 de abril. A su llegada, en un cuarto del hotel Granada, le otorgó las siguientes declaraciones al legendario cronista Jorge Forero Vélez “ Roseta”: “Como todas las tardes saldré a triunfar en la plaza bogotana. Mis deseos no son otros que dejar mi toreo en todo lo que tiene de grande y de nuevo, para que la afición de esta gran ciudad no se sienta defraudada. Tenga seguro mi triunfo. Y ojalá que los toros me salgan bravos y me embistan, ya que mi voluntad es la mejor”, fueron las primeras palabras del Monstruo a su llegada al país. Manolete debutó en la Santamaría el domingo 7 de abril de 1946 ante toros de Mondoñedo, y alternando con el mexicano Jesús Solórzano y el peruano Alejandro Montanini. A la presentación de Manolete pocos quisieron perderse la posibilidad de tener cabida en los tres tendidos que entonces había en la Santamaría (Sombra, Sol y Sombra y Sol). Varios días antes, una boleta era una de los tesoros terrenales más deseados en Bogotá y en el país, pues hubo demanda de ciudades como Cartagena y Cali. Y el presidente de la República, Alberto Lleras Camargo ocupó una de las barreras de la plaza. Manolete triunfó en su primera actuación. Al primero de su lote le tuvo que plantear cara muy cerca de los pitones, pues el de Mondoñedo era remiso a embestir. Según el cronista Ciro F Retana, “el público tuvo que contener la respiración”. Ante su segundo realizó la mejor de sus faenas en la capital, la cual fue vivida con intensidad por el público que la vio de pies. 18 REVISTA TORO

Series por naturales y derechazos mirando al tendido. Colofón con manoletinas y gran estocada. Lluvia de pañuelos en los tendidos y máximos trofeos concede la presidencia. Siete días después, el 14 de abril, repitió actuación aunque no triunfo. En ese entonces se lidiaron toros de Clara Sierra que poco colaboraron, y junto a Manolete actuaron Carlos Arruza y Gitanillo de Triana. Manolete viajó a Medellín y actuó el 21 de abril en el ruedo de la antigua plaza de la Macarena. Finalizó su gira colombiana y se despidió del público de la Santamaría el 28 de abril, en un mano a mano que sostuvo con uno de sus principales rivales en los ruedos, el mexicano Carlos Arruza. La corrida, con toros de Mondoñedo, tampoco resultó triunfal.

HISTORIA DE UNA FOTO Precisamente, en la tercera y última de las actuaciones de Manolete en Bogotá, su rostro quedó inmortalizado en las fotos que logró capturar su homónimo colombiano Manuel Rodríguez Hernández, conocido como ManuelH y quien falleció en el año 2009. En el mano a mano con Carlos Arruza, Manolete fue abandonado por la suerte y sus toros de Mondoñedo no le permitieron despedirse de forma tan triunfal como esperaban los 14 mil bogotanos que abarrotaron los tendidos de la primera plaza del país. Según contó el veterano fotógrafo, Manolete, tras la muerte de uno de sus toros, se fue al callejón y allí, sobre las tablas de la barrera, dejó caer recostado su brazo derecho. Manolete, se veía destrozado. Sobre su frente se dejaba caer un mechón de pelo desordenado y su mirada se perdía en un horizonte imperceptible. Su rostro reflejaba tanto dramatismo que causaba estupor. Un año después, cuando Manolete murió corneado en Linares por el toro Islero de Miura, la foto adquirió un aroma premonitorio y la firma de Manuel H le dio la vuelta al mundo. La foto tan mundialmente reconocida, es tan particular como la que registra un momento de Manolete que, en los medios de la plaza, aparece con la montera en una de sus manos y el capote de brega descolgado sobre la otra. ManuelH confesó que todos los que tienen la oportunidad de ver la foto le preguntan que si fue el final de una vuelta al ruedo, por su aspecto triunfal. Sin embargo, el fotógrafo manifiesta que Manolete terminaba de hacer un quite, se destocó de la montera para pedir el cambio de tercio, y con ella en la mano cambiada se dirigió a las tablas para sorber un buchito de agua y cambiar los trastos para protagonizar la faena de muleta. 2017 es el año del centenario de Manolete, hace 71 años, el Monstruo paso por Colombia.


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FOTOS LA MAESTRANZA PAGÉS

con pocos triunfos Sevilla renace Antonio Ferrera, Pepe Moral, Roca Rey, José Garrido y el palco fueron protagonistas de una feria en la que la Puerta del Príncipe no corrió su cerrojo.

L

a plaza se abrió el domingo de Resurrección y un minuto de silencio recordó a Manolo Cortés que días antes había partido. Solo una ovación, para Roca Rey, se contó en el inicio del ciclo que terminó con Pepe Moral, la última ilusión de Cortés, a hombros por la calle iris.

El Cid y Joselito Adame cortaron una oreja en una corrida de Fuente Ymbro que se vio aislada entre el domingo de resurrección y el resto de la feria. Dos orejas que también quedaron aisladas por la poca importancia que se les dio. Tras esa corrida celebrada un martes, llegó el grueso de la feria y bien vale empezar por nombrar los toros de la feria, que hacen parte de una lista con más reglones que la de toreros triunfadores de la feria.

Una lista en la que se leen los nombres de Ruidoso de Torrestrella; Platino y Mudéjar, de Victorino Martín, Enemigo, de Daniel Ruiz; Caudillo e Ilusión, de Jandilla; Novelero, de Núñez del Cuvillo; Derramado, de Victoriano del Río; Bellito, de El Pilar, y Amapolo, de Miura. Si bien la feria tuvo momentos, poco contenido dejó para las frías estadísticas. Solo una faena de doble premio se cuenta en ellas junto al nombre de Roca Rey que desorejó a un toro de la ganadería de Cortés. El peruano fue el único, en trece corridas, capaz de alcanzar el doble trofeo en un toro tras una faena que luego sería catalogada como la faena de la feria. Supo meter en su muleta al manso que no tuvo, en los adentros, más remedio que seguirla. Todo, con el viento de por medio y con la plaza puesta en pie. Le faltó poco para ver desde las alturas al Guadalquivir, su espada, en su segundo toro, se lo negó. El primer golpe de la feria lo dio José Garrido que bordó el toreo con el capote y dejó claro que será referente en el escalafón. Esa tarde Ginés Marín y Álvaro Lorenzo que perdió un posible trofeo por su manejo de la espada, despacharon una corrida de Torrestrella que no dijo mucho al cartel del futuro. 20 REVISTA TORO

Derramado, un toro de Victoriano del Río, fue el toro de la feria. Se marchó con las orejas puestas después de recorrer el anillo en una clamorosa vuelta al ruedo como premio a su bravura. Toro serio, largo y que abrió la cara: un toro. De salida humilló en el capote y luego empujó de buena manera al caballo. Tuvo brío y humilló con ritmo y clase. Frente a él, Sebastián Castella que logró rápidamente la comunicación con el tendido y con la banda que pronto arrancó a tocar. Su mano derecha estuvo a la altura del toro y la faena siempre se mantuvo arriba. La espada y el descabello, dejaron sin premio a un torero al que parece haberle cambiado la suerte de los sorteos en La Maestranza. Victorino Martín y Antonio Ferrera fueron de los nombres más mencionados en los resúmenes de la feria. Un torero en una exquisita plenitud y un toro con los matices de su casta y mucha trasmisión. Ferrera, de verde y oro, luchó aquella tarde por irse arriba en un batalla con cierta estética, una batalla vivida con intensidad en los tendidos y sin sensibilidad en el palco que dejó todo en una oreja. Ferrera y Platino , el toro de Victorino, marcaron la feria muy pronto, apenas era el quinto festejo. Aquella tarde volvía Manuel Escribano a Sevilla a encontrarse con los de Victorino, pero en su lote no había un Cobradiezmos. Paco Ureña cortó una oreja en una tarde en la que se recordó a Manolo Montoliú con un brindis de Ferrera a su hijo en el ruedo y con la mirada, de los dos, al cielo. Al finalizar la feria, Antonio Ferrera sería catalogado por la mayoría de los jurados, como el triunfador de la misma. A ello contribuyó su gran tarde con los toros de El Pilar en la que dio una vuelta al ruedo en cada uno de sus toros en una tarde en la que sublimó el toreo con el capote y en la que la Maestranza se le entregó. Esa tarde López Simón sorteó uno de los toros de la feria. Bellito , que fue despedido con una gran ovación y con las orejas puestas tras una faena tan pulcra como fría del torero de Barajas.


FOTOS LA MAESTRANZA PAGÉS Antonio ferrera, cortó una oreja a este toro de Victorino Martín.

Cayetano y un toro de Daniel Ruiz al que le cortó una oreja.

José Garrido fue la primera sorpresa grata de la feria.

Pepe Moral y Amapolo de Miura al que le cortó una oreja.

El Juli dictó cátedra en Sevilla en la tarde de los toros de Gracigrande. Tarde con lluvia y sin billetes. El madrileño cuajó una faena de valor, empaque y despaciosidad. Una de la obras de la feria que fue coronada con un espadazo que se tragó el toro y que precisó de un descabello. Oreja de Feria. El lunes 1 de mayo, Cayetano cortaría una oreja a un toro de Daniel Ruiz en la tarde de la despedida de la Maestranza de su hermano Francisco Rivera Ordóñez que también cortó una oreja con distinto sabor. La corrida de Jandilla tuvo los suficientes matices para no aburrir a nadie. Con ella se fueron de vacío Juan José Padilla, Manuel Escribano y El Fandi. Este último por capricho del presidente que no supo valorar la mejor tarde del granadino en esta plaza y que toreó muy despacio con una cornada. José María Manzanares cortó una oreja a cada uno de sus toros de Juan Pedro Domecq gracias a su contundente espada en tarde en la

que Enrique Ponce prolongó su mala racha en Sevilla. Alejandro Talavante cortó una oreja a un toro del Nuñez del Cuvillo tras una faena tan ajustada como corta en la que su espada aseguró el premio. Esa tarde David Mora sorteó a Novelero, otro de los toros de la feria con el que no tuvo mayor acierto. Pepe Moral cerró la feria toreando y cortándole una oreja a cada uno de sus toros de Miura, hierro que andaba celebrando 175 años de historia. La primera oreja se la cortó a Amapolo, toro con mención de honor en la feria. Así fue una feria a la que el público volvió al clamor de los grandes nombres, un serial en el que la lluvia fue testigo casí permanente y a la que le faltaron mejores faenas, incluidas las tan esperadas de Morante de la Puebla que fue base de la feria con cuatro tardes y que solo estuvo cerca del premio en su última tarde con un toro de Núñez del Cuvillo que pinchó. 21 REVISTA TORO


FOTO DAVID OSORIO GIRALDO

SALENTO

EL PRESENTE PARAÍSO SANTACOLOMA Por JOSÉ GUILLERMO CARDONA PALACINO

H

oy la familia González “Rincón”, de un encaste que resurge para triunfar, de un gris que ha vuelto a dejar el hierro, de un paraíso terrenal, en lo más alto de la tauromaquia colombiana, Salento, vuelve con los grandes nombres.

Todo comenzó en el año de 1979, cuando toma antigüedad la ganadería, al dividirse lo que era: “Las Mercedes”, y allá en el Quindío, específicamente en el Valle del Cócora, Antonio González Caicedo; Don “Tuco” como se le conoce cariñosamente, determina que es el terreno adecuado, propicio e idóneo para continuar con el sueño de chico, de su padre y el que ahora llena hasta sus nietos, todos poseídos por la enfermedad del corazón gris, del amor puro por el Santacoloma. Allí arropados por el “morro gacho” bañados en las aguas del río Quindío, sobre el césped verde y largo; con las caricias del viento que bambolea las gigantescas y delgadas palmas de cera, la finca “El Vergel” es la reserva natural del toro bravo de Salento. Como sin darse cuenta, empezaron los triunfos y siguieron, los inicios de los 80, marcaron un binomio, Salento y Armenia, Armenia y Salento, triunfo a triunfo, golpe a golpe, éxito a éxito, 22 REVISTA TORO

sin descuidar Cali, su plaza, la de siempre donde siempre hubo toros destacados en actuaciones brillantes de “El Soro”. Así empezó la vida ganadera de Don Tuco, Su hermano y sus familias. Para los años 90, con la ganadería ya consolidada en manos de figuras de renombre, también brindó triunfos a los nuestros al abrirse paso en Medellín, César Camacho fue el afortunado. Seguían pasando los años, las décadas, los toreros, las plazas y los triunfos seguían en la casa ahora González Rincón en solitario, sonada década: Juan Mora, Emilio Oliva, Pedrito de Portugal, Manuel Caballero, y a las anteriormente mencionadas súmele: Manizales, y su feria tan linda, tan querida. Y Un novillero que venía empujando duro, Ramiro Cadena, al igual que Sebastián Vargas, también tomaron de las mieles de Salento. Hasta que el día menos pensado vino el bajón, la ganadería no tuvo sus mejores tardes, las figuras empezaron a desaparecer y con ellos Salento de los grandes carteles, lo que motivo a Mauricio y Antonio José González Rincón, a meterle los cuatro hombros, las cuatro piernas, las dos cabezas y todo su empeño, por recuperar el camino, el nombre y los grandes carteles.


Abrieron líneas, hablaron con el tío, Dr. Ernesto González Caicedo, fueron a España, se asesoran con los mejores y empezaron a trabajar fuerte con la meta clara. Entonces volvieron los triunfos y los nombres importantes en la casa: “Conejo”, “Coquito”, “Pascual” “Fuego Lento” y el último “Chanelo”, si el del triunfo de Luis Bolívar, Cali volvió a ser su feudo, Pablo Hermoso de Mendoza disfrutó del toreó a la jineta, pero fueron David Mora y Luís Bolívar quienes tomaron del elixir triunfal de los Salento, quienes triunfo a triunfo, por cada año, éxito en cada tarde y así regresó Salento, con la nueva era cargada de triunfos, el amuleto de la suerte que baja desde la finca y una sangre Santacoloma-Murube, que gracias a su bravura, ahora está en el lugar que nunca debe dejar el de los grandes nombres y los grandes carteles, con sangre y corazón gris, pero sobre todo con nobleza y bravura integral. 23 REVISTA TORO


“No vamos a hacer solo un evento especial, vamos a entregarle a Cali una temporada a la altura de la ocasión”

“Cali tendrá los carteles que se merece en los 60 años de Cañaveralejo” alfonso otoya

Por alejandro vargas

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A

lfonso Otoya develó los planteamientos de la próxima feria que llega a su edición número 60. Serán seis tardes de toros del 26 al 31 de diciembre, se recupera la fecha del 31 de diciembre que cierra el año taurino, atendiendo al reclamo que desde su llegada a la presidencia de la sociedad plaza de toros de Cali, se ha dado por parte de aficionados, abonados y prensa en general. El festival taurino que también ha sido un reclamo de la afición está de pleno descartado para esta temporada, y serán seis corridas de toros en donde en cada tarde dos figuras de primer nivel alternarán con lo mejor del escalafón nacional. Antes del 26 de diciembre se celebrará la temporada pre feria que estará compuesta por dos corridas de toros y una novillada picada. Antes de buscar los nombres que se anunciarán en la feria, se ha tenido especial cuidado en la selección de las ganaderías que harán parte del ciclo.

“Se ha hecho la tarea, se visitaron 11 ganaderías que podrían tener un encierro a la altura de Cali y su feria. Se maneja la posibilidad de lidiar dos corridas de toros españolas de las cuales hay vistas cuatro. Finalizando el mes de agosto muy seguramente tendremos respuesta y podremos anunciar la nómina de encierros para la feria.” “Ambalo, Paispamba y Ernesto González en el Cauca, en el Quindio, Salento. En el Valle del Cauca, Fuentelapeña. Vistahermosa, Punta Umbría, Las Ventas del Espíritu Santo, Juan Bernardo Caicedo, Achury Viejo y Dos Gutiérrez en el centro del país, son las once ganaderías que se visitaron para elegir las corridas de la temporada 2017” Sobre las corridas españolas expreso.

“Garcigrande, Hermanos García Jiménez, Núñez del Cuvillo y Juan Pedro Domecq son las ganaderías que interesan a Cañaveralejo.” La máxima novedad del escalafón europeo y el triunfador de la

feria pasada ya hacen parte de los nombres que se anunciarán en la próxima temporada.

“La feria tendrá los mejores carteles posibles y se ha trabajado para buscar un equilibrio tarde a tarde, a falta de muy poco para tener la nómina completa de actuantes en nuestra feria. Están cerrados los dos triunfadores del año anterior, Alberto López Simón y Andrés Roca Rey quienes antes de la feria y como el año anterior en un evento especial, estarán en la ciudad para recoger los trofeos de la feria.” José María Manzanares, Sebastián Castella y Luis Bolívar también hacen ya parte de la nómina de toreros, según declaró el empresario que se mostró positivo de cara a la formación de los carteles, pues ya tienen una buena base y espera cerrarlos de mejor manera.

“Finalizando Septiembre estaremos entregando a la opinión pública los carteles de la temporada de los 60 años de Cañaveralejo” Alfonso Otoya quien fue reelecto como presidente de la sociedad plaza de toros de Cali a principio de año, estuvo en España y espera en muy pocos días entregarle a la afición los nombres, de primer nivel, que se sumarían a la feria de los 60 años. Los descuentos en los abonos se cerraron hace poco con resultados similares a los del año anterior, a pesar de que el lanzamiento de dichos abonos se vio retrasado por la espera al concepto del Ministerio de Cultura ante la solicitud para intervenir la plaza de modo parcial, dotándola de silletería como regalo a la ciudad y a la afición en los 60 años, lo cual obligaba a recalcular el aforo del coso caleño, concepto que finalmente no fue favorable. Permanece el abono joven, el más económico de la temporada colombiana, un abono para aficionados entre los 7 y los 25 años de edad, y que además les brinda la posibilidad de tener una ubicación de privilegio en los tendidos de sombra (especial 6 y 7) en las filas 21 a la 25 por $200.000 Todo apunta a una gran feria. 25 REVISTA TORO


SAN ISIDRO, 2017

El triunfo de una figura y uno que POR DAVID JARAMILLO

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i algo nos dejó la pasada feria de San Isidro, la primera de la era “Simón Casas” en Las Ventas, ha sido la confirmación de que, con Enrique Ponce, estamos ante un figurón histórico del toreo. Uno que, tras 27 años de alternativa, sigue siendo un atractivo por la maestría y la capacidad de renovación que demuestra cada día. Y, con él, la agradable sorpresa de un Ginés Marín que se sube al tren de los jóvenes que quieren mandar en esto, la generación del relevo, en la que también cabe un Juan del Álamo, último gran triunfador del serial. Analizar el pasado San Isidro en pocas líneas no es fácil, pues en 32 días de toros pasan muchas cosas que merecen ser contadas y analizadas desde diferentes puntos de vista. Sin embargo, a grandes rasgos, la feria sí que nos dejó unas conclusiones muy interesantes. La primera de ellas tiene que ver con las puertas grandes, con los triunfos obtenidos por los toreros. Sólo uno de ellos, Ginés Marín, consiguió el consenso absoluto en una clamorosa faena de dos orejas al toro “Barberillo” de Alcurrucén, pues las salidas a hombros de Enrique Ponce y Juan del Álamo, absolutamente válidas y merecidas, correspondieron a que cortaron un trofeo de cada uno de sus lotes de Domingo Hernández, el primero, y de Alcurrucén, el segundo. Algo que sabe a poco, pues ha sido una feria en la que han embestido muchos toros. Pocos, si mira desde el punto de vista de que han saltado al ruedo de Madrid un total de 202 reses, pero un porcentaje importante si se tiene en cuenta el volumen que tienen que tener –algo en lo que se siguen empeñando los veterinarios sin saber muy bien cuál es el criterio que siguen–, el tamaño de este ruedo, el hecho de que deban pasar al menos dos veces por el caballo y las lidias, muchas veces en contra, a las que son sometidos muchos de ellos. Sin embargo, que han destacado toros como ese “Barberillo” que cuajó Ginés Marín; o el bravo “Hebreo”, de Jandilla, premiado con la vuelta al ruedo después de una importantísima faena de Sebastián Castella, cuya espada le negó el doble trofeo; o “Liebre”, de Rehuelga, otro buen toro que 26 REVISTA TORO

fue merecedor, quizás de forma exagerada, de una vuelta al anillo venteño, tras una faena de mucho conocimiento y generosidad con el toro por parte de Alberto Aguilar, que no sólo se llevó una ovación, sino que salió herido de este encuentro. Pobre premio para tanto esfuerzo: o el encastado “Pastelero” de Victorino Martín, un toro que fue paradigma de raza y codicia, con el que Paco Ureña firmó una excelente faena, que sólo fue premiada con una aclamada vuelta al ruedo. Pero si seguimos repasando la feria, salen nombres de toros como “Libertino”, “Inclusero” y “Granaíno”, los tres de una magnífica corrida de toros como lo fue la de Domingo Hernández, la más brava y completa de la feria, que le correspondió a David Mora, Varea, que confirmó alternativa, y con la que sólo Enrique Ponce encontró la ratificación de su categoría, pues tras varios años de ser resistido en Madrid, se ha encontrado con el reconocimiento de toda una afición que ve en él a un torero histórico, no sólo por lo que ya ha conseguido, sino por lo que sigue demostrando en la actualidad. Se me quedan muchos más en el tintero, pero no hay duda de que este año, en Madrid, el porcentaje de toros importantes ha sido mayor al de muchos años anteriores. También por eso se han cortado muchas más orejas que en pasadas ediciones, aunque en este punto cabe dejar claro que los distintos criterios de los diferentes presidentes que han ocupado el principal palco del toreo ha dejado mucho qué desear. Unos días por generoso y otros días por estrecho. Toreros como Paco Ureña, Alberto Aguilar o, el caso más flagrante, el novillero Jesús Enrique Colombo, se han visto seriamente afectados por la racanería de Usía, mientras que otros se han visto beneficiados por una benevolencia exagerada a la hora de sacar el pañuelo. Más allá de todo esto, no hay duda de que de Madrid salen reforzados nombres como el de Ginés Marín, que está respondiendo a las expectativas en ferias posteriores a la de la primavera Madrileña, igual que Juan del Álamo. El triunfo del salmantino, sobre la hora, es la ratificación de una realidad, pues


gran quiere serlo Enrique Ponce, Ginés Marín y Juan del Álamo abrieron la Puerta grande. Sebastían Castella con la oreja de Hebreo de la ganadería de Jandilla, uno de los toros de la feria.

no han sido pocas las orejas cortadas por este torero en esta plaza desde su presentación como novillero. También Antonio Ferrera pasó por Las Ventas con la fuerza de su Tauromaquia actual, una que se tiene que escribir con letras de oro, por el altísimo nivel que está demostrando. Y, aún sin cortar orejas, la feria de Fortes, Gonzalo Caballero y Paco Ureña ha valido para ganar en categoría. Y cumplieron las figuras, pues toreros como Alejandro Talavante, con tres orejas, y El Juli, Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella, cortaron una oreja, que pudieron ser más si no fallan con la espada. José María Manzanares cumplió, Cayetano demostró que quiere más y Morante de la Puebla poco pudo decir. En los demás escalafones quedó claro que el momento de Diego Ventura es inmejorable, pues además posee una de las mejores cuadras de todos los tiempos, con un caballo, “Sueño”, como el gran bastión de su ejército de estrellas, que le ha permitido completar su puerta grande número 14, las mismas que El Viti consiguió en Madrid. También salieron a hombros Leonardo Hernández y Sergio Galán, dos jinetes que son sinónimo de calidad a caballo. Y puntuó Léa Vicens, que sigue su crecimiento con base en una equitación elegante y en una muy pura ejecución de las suertes, la misma escuela de un Hermoso de Mendoza que, sin cortar orejas, dejó muestras de su maestría imperecedera. Más preocupante es lo sucedido con el escalafón menor, pues a excepción de un entusiasta y entregado Jesús Enrique Colombo, que no obtuvo trofeo alguno por desidia de la presidencia, no hubo ningún novillero que destacara sobre los demás. Sólo Juan Miguel cortó una oreja a sangre y fuego, pero lamentablemente de poco le va a valer, pues el sistema devora toreros como él. Sin duda ha sido una feria interesante, en la que echamos de menos la presencia de toreros colombianos. Ojalá en Otoño y el San Isidro venidero, del que habrá que esperar cómo se realizará tras las obras a las que se debe someter la primera plaza del mundo, tengan en sus carteles los nombres de los nuestros. 27 REVISTA TORO


Palomo Linares: Ídolo de Colombia

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Por DIEGO CABALLERO

ue figura del toreo en una de las décadas más brillantes de la tauromaquia, la de los años 70. Las nuevas generaciones lo recordaran por su hito histórico que representó cortar el último rabo concedido en Las Ventas de Madrid (1972) o al repasar la cinta que protagonizó, Nuevo en esta Plaza, donde encarna el sueño de muchos. Palomo fue eso y más, fue el torero de mil batallas, el que tuvo una carrera hecha a sangre y fuego, alimentada con arrimones y cornadas. Palomo Linares fue un auténtico ídolo en América. Triunfó en sus plazas, pero por encima de todas había una que lo idolatraba desde el mismo día de su debut, La Santamaría de Bogotá. Pocos toreros han despertado tantas pasiones entre los aficionados bogotanos como el torero de Linares. Su nombre, así como su toro de regalo, fueron garantía para los aficionados capitalinos; pocos como Palomo se han ganado a la afición bogotana. La Santamaría, fue la plaza de su presentación en Colombia en 1966, fue, la plaza de su primera retirada, en 1982 y también el ruedo de su última tarde en Colombia en 1999, tarde en la que por última vez hizo un paseíllo. También fue Bogotá, la primera ciudad que supo de sus pinturas en el año de 1977. La tarde de su presentación en Colombia fue un auténtico acontecimiento. El 9 de diciembre de 1966, con su montera en la mano, con su sonrisa de niño listo y en medio de El Viti y Joselillo de Colombia cruzó el ruedo de La Santamaría que estaba llena de aficionados que querían ver al maletilla de la película que unos meses antes habían visto en el ya desaparecido Teatro Ariel. Esa tarde toreó toros de la ganadería de Mondoñedo y fue ovacionado. Al día siguiente lidió, con Diego Puerta y Oscar Cruz, toros de Félix Rodríguez y logró cortar una oreja. Aquella tarde, Palomo se metió en su boca el pitón de uno de de sus toros impresionando no solo a la afición que gritaba enardecida, también a los maletillas que esa tarde se colaron para verlo, que recibieron el brindis del toro del triunfo y que luego lo sacaron a hombros hasta el hotel, después de que Palomo diera hasta tres vueltas al ruedo. Días después, algunos de esos maletillas imitaron la hazaña del pitón en una plaza de barrio y ante un cebú. La última tarde en “su” Santamaría fue de corto, para actuar desinteresadamente en un festival para recaudar fondos para los damnificados de terremoto de Armenia. Aquella soleada tarde de febrero de 1999, estoqueó un novillo de Achury Viejo al que recibió con una larga de rodillas. Palomo volvía a su feudo americano después de 17 años y tenía que defender, una vez más, su sitio que esa tarde asediaban Antoñete, Roberto Domínguez, Dámaso Gonzales, Jorge Herrera y César Rincón. Un festival con aroma a la nostalgia de la primera plaza del país. Le cortó las dos orejas al novillo que minutos antes le había brindado a Laura, la 28 REVISTA TORO

hija del presidente Andrés Pastrana que fue su amigo y ferviente admirador, así como lo fue Eduardo Santos director del diario El Tiempo. También Eduardo de Vengoechea, cronista del diario El Siglo, fue su defensor y no se sonrojaba al aceptar que sus crónicas eran “palomistas”. La última vuelta al ruedo de Palomo Linares en su Santamaría, fue lenta, casi eterna; sabia Palomo, ya con muchas canas, que sería la última en un país que siempre le brindó su admiración. Días después, Palomo decidió que esa tarde en Bogotá, sería la última de su carrera. En Cali ganó en tres oportunidades (72-74-81) el trofeo Señor de los Cristales de su feria, una plaza en la que debutó el 29 de diciembre de 1967 cortando dos orejas a un toro de Fuentelapeña. En Manizales no llegó a ser dueño de Catedral que se otorga al triunfador de la feria pero si fue dueño de una curiosa anécdota. Ocurrió en la feria del año 70, Palomo que toreó (11 de enero) día y tarde pues la corrida de la tarde anterior se había suspendido por lluvia, cortó hasta cuatro orejas a lo largo de aquel día, una de ellas no otorgada por la presidencia sino entregada por el fervoroso Eduardo de Vengoechea que se lanzó al ruedo a entregarle el despojo llevándole la contraria al presidente de la corrida que no consideró tal premio. Y para llevarle, aún más, la contraria a la presidencia, un grupo de colegas de Vengoechea, izó en hombros al periodista tras su “hazaña” Terminada la feria, el primer veredicto del jurado declaró el trofeo de la Catedral desierto. Vengoechea y su corte de amigos movieron cielo y tierra para que esto no quedara así, y lo lograron. Pero para sorpresa de ellos el trofeo fue otorgado a Gabriel de la Casa. Vengoechea y su corte de “palomistas” al enterarse de la decisión del jurado procedieron a “robarse” la réplica de la Catedral por lo que Gabriel de la Casa no llegó a tener la foto oficial con el trofeo la misma noche de la entrega y el periódico La Patria tuvo que publicar un fotomontaje en su primera página. El trofeo apareció al día siguiente en el baño de damas del Club Los Andes donde se celebró la entrega de dicho trofeo. La anécdota, es una muestra del fervor que producía en algunos aficionados el torero de Linares. En la Macarena de Medellín son incontables sus tardes y sus triunfos así como en la plaza de Cartagena donde se le tenía especial devoción y a donde Palomo solía acudir con especial gusto. También la pérdida plaza de Barranquilla vio hacer el paseíllo al maletilla de Linares. El pasado 24 de abril a Palomo Linares le falló su corazón. La noticia de su muerte inundó las noticias de los diarios y noticieros. Al día siguiente en Colombia, el diario El Tiempo recordó en una página completa su figura. Que un diario colombiano le brindara un generoso espacio al toreo, demuestra el impacto de esta figura del toreo en nuestro país.


Fandiño, dolor en el alma del toreo La tarde del 17 de junio ha sido una de las más dolorosas en la historia reciente del toreo. Un toro de Baltasar Ibán mató a Iván Fandiño y conmocionó a toda la fiesta. Por RODRIGO URREGO

Todas las muertes son dolorosas, pero no hay una muerte más dolorosa que la de un torero en la plaza. Once meses después de la conmoción por la mortal cornada que sufrió Víctor Barrio, el 9 de julio de 2016 en la plaza de Teruel, la muerte volvió a posarse, esta vez en el ruedo de Aire-Sur-l’Adour, el sábado 17 de junio para llevarse la vida de Iván Fandiño, un torero que había acuñado como lema aquello de “vencer o morir”, quizás marcando lo que sería su destino. Aquel día, la corrida de la pequeña localidad francesa no era el epicentro de la agenda taurina. En Madrid, Morante de la Puebla reaparecía en la plaza de Las Ventas, en la primera corrida de la Cultura organizada por Simón Casas. Tarde soleada, hasta el sexto toro, de gran expectación y sin boletos en la taquilla. Antes de salir el último toro la noticia empezó a correr en los tendidos. A Fandiño lo mató un toro de Baltasar Ibán. A esa misma hora, en Granada, Enrique Ponce, El Fandi y Roca Rey estaban a punto de marcharse a hombros, cuando el torero granadino estalló en llanto. La noticia que provenía de Aire-Sur-l’Adour arrugaba los corazones de todo el toreo. Fandiño había cortado una oreja del primero de la tarde, y la tragedia vino cuando menos se esperaba. ‘Provechito’ era el tercero de la tarde y le correspondió a Juan del Álamo. Fiel a su norma, Fandiño no perdió oportunidad para salir al quite después del segundo puyazo. Lo quiso hacer por chicuelinas, en la segunda el toro se fue contra el cuerpo del torero y lo empujó. Fandiño se enredó en el capote y cayó al piso. El toro no hizo caso a ningún capote y volvió a empitonar el cuerpo del torero, lo levantó. Cuando Fandiño fue levantado por los subalternos no podía ocultar su dolor, pero nadie, por un segundo, alcanzó a imaginar que la cornada llevara el color de la tragedia. Solo Fandiño. “Me muero” le alcanzó a pronunciar al torero francés Thomas Dufau, quien completaba la terna. Desde ese momento hasta que se confirmó la noticia pasaron tres toros. Fandiño fue trasladado a un hospital de Mont de Marsan, a casi 30 kilómetros de Aire-Sur-l’Adour, donde nada se podía hacer. Entre el sábado y el domingo, a falta de un parte médico oficial, mucho fueron las especulaciones. Horas más tarde la familia del torero expedía un comunicado en el que agradecía y reconocía a los médicos de la plaza por haber hecho todo lo que estaba al alcance para salvar la vida del torero.

El domingo se celebraron toros en Madrid, quizás la única vez que los toreros (novilleros en este caso) hicieron un paseíllo sin música. Una ofrenda floral permaneció ese rincón del patio de cuadrillas donde Fandiño hizo su espacio previo a sus actuaciones en Las Ventas, donde salió a hombros el 13 de mayo del 2014, y en la que cortó ocho orejas como matador. Mientras tanto el cuerpo de Fandiño era trasladado desde Francia hasta Orduña, donde nació el 29 de septiembre de 1980. El lunes, al atardecer, las campanas de iglesia Santa María rompían el silencio. Banderas a media asta y todo el pueblo en la misa para despedir al embajador más importante de Orduña. Todo el torero reunido, como pocas veces. La muerte de uno de los suyos congregó a todas las figuras, desde José Tomás, Enrique Ponce, El Juli, Perera, Urdiales, Ureña, Padilla, Espartaco, Javier Conde, El Fandi. Casi todo el escalafón y figuras de otras épocas fueron a despedir entre lágrimas a un torero. Raúl Martín Jarocho, banderillero de la cuadrilla de Fandiño, era uno de los más conmovidos. La tragedia lo ha rondado dos veces. Hace once meses hizo parte de la cuadrilla de Víctor Barrio en Teruel. Esta vez volvió a estar a órdenes de un torero que perdía la vida en la arena. La muerte de Fandiño no solo conmovió a España. En Ecuador no solo se le tenía como ídolo, sino que era el país de su esposa, Cayetana García Barona, hija del ganadero Luis Fernando García, del hierro Campo Bravo, que tiene procedencia Baltazar Ibán, ganadería del toro que acabó con su vida. En Francia era muy respetado. Y en Colombia hizo lazos de amistad en todas las ciudades en las que actuó desde su debut en 2011. Probablemente el destino se haya empecinado con Fandiño, aquel que de niño no pintaba dibujos de toreros triunfando en los cuadernos de colegio, sino que pintaba cornadas mortales, como la de Granero en Madrid. Ese joven que primero fue pelotari y que con casi 90 kilos de peso quiso hacerse torero. Tuvo que recorrer el camino más duro, el de las capeas por la zona de Guadalajara, donde se afincó. Y luego el camino de la independencia para alcanzar la cima, más difícil que subir el Everest. A Fandiño le quedó un brindis por hacer. Le había prometido a su único apoderado, Néstor García, que le brindaría dos toros en su carrera. El de la alternativa, como en efecto lo hizo el 25 de agosto de 2005, en Bilbao, y el último de su carrera, el de la despedida. El destino quiso que a ese torero que le costó el doble o hasta el triple llegar a la cima del toreo, también se convirtiera en mártir. Fandiño, dolor en el alma del toreo. 29 REVISTA TORO


ACHURY VIEJO 60 AÑOS DE LEYENDA Por diego caballero

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l domingo 5 de febrero de 1956 la ganadería fundada por don Benjamín Rocha Gómez, 23 años antes, adquirió su antigüedad. Esa tarde, como de costumbre, la plaza de toros de Santamaría de Bogotá se llenó para ver a Chicuelo II, César Girón y Dámaso Gómez. Se repartieron 10 orejas, dos rabos y una pata. Podría tratarse de la corrida más apoteósica en la historia de la plaza, pero los testimonios de la época dicen otra cosa. La apoteosis en el ruedo pudo ser provocada para disimular el miedo que se vivió en los tendidos. Por algo aquella tarde se le conoce como la ‘Corrida de la masacre’. Eran tiempos de la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que no existe un solo registro periodístico, más allá que esa fotografía en la que el patriarca de los Rocha, con traje y sombrero, daba la vuelta al ruedo junto a los tres toreros. Ocho días antes, el 29 de enero, María Eugenia Rojas, hija del General, había asistió al tendido de sombra y fue abucheada. Rojas Pinilla no toleró semejante agravio y envió a agentes de la policía política a infiltrarse en los tendidos en la siguiente corrida. Tras un nuevo intento de abucheo, el régimen se sintió en la Santamaría. La plaza vivió una “batalla” en sus tendidos y muchos cuerpos volaron al ruedo y al patio de cuadrillas desde distintas alturas. La solución para detener a la muchedumbre, fue arrancar el paseíllo antes de la hora tradicional. Por única vez, en La Santamaría se inició una corrida de toros a las tres de la tarde. La fórmula dio resultado y gracias a la apoteosis de los toreros y a las embestidas de los toros de Achury Viejo todo se calmó, por lo menos en la plaza de toros. 30 REVISTA TORO

Lo que paso antes de esa corrida y después, pertenece a una leyenda en la que se recuerda a los toros de Achury Viejo. Pero la ganadería de los Rocha tiene su propia historia escrita a lo largo de seis décadas. Un viejo cuaderno iniciado por don Benjamín Rocha Gómez y cuidado con hermetismo por su hijo, don Felipe Rocha Marulanda, cuenta con lujo de detalles cada momento ocurrido en sus tierras y desde antes de la primera importación de toros del Conde de la Corte que llegó a la hacienda Achury Viejo en 1952 y que tiene a los nombres de ‘Bienvenida’ y ‘Zachador’ como los fundadores de hierro. En él se leen por igual triunfos y fracasos de toreros. Críticas o buenas notas a toros que han saltado en distintas plazas. Todo escrito con el puño y la letra de dos hombres que representan la generación de Achury Viejo y que tendrá continuidad en otro Felipe, que desde hace diez años es la sombra de su padre. En ese libro de pasta de cuero vinotinto, ilustrado con dibujos realizados por el patriarca de los Rocha, aparecen los nombres de toreros, toros y festejos que hacen parte de la historia del emblemático hierro. César Girón, El Cordobés, El Viti, Pepe Cáceres, josé Ortega Cano, José Miguel Arryo “Joselito”, Enrique Ponce, César Rincón y Sebastían Castella son los nombres más repetidos en hojas que se resisten a envejecer. Auténticas figuras del toreo que lograron muchas de sus tardes importantes en Colombia con los toros de la divisa oro, verde y grana.


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1. Don Benjamín Rocha y Los Dominguín en Bogotá. 2. Pepe Cáceres y don Felipe Rocha en Medellín. 3. Don Benjamín Rocha toreando en La Santamaría en un festival benefico. 4. Don Felipe Rocha y Ortega Cano a hombros en Cali. 5. Don Felipe Rocha en Achury Viejo. 6. Don Felipe Rocha durante el descanso de un tentadero junto a Manolo Lozano, César Camacho, El Puno y su hijo Felipe.

Entre las tardes subrayadas en el libro y con un sitio especial en las paredes de la hacienda donde se cuelgan imágenes de su recuerdo, está la celebrada el 20 de enero de 1957, tarde en la que debutó Pepe Cáceres en Manizales y que tras una voltereta sufrida en su primer toro se fue a la enfermaría, a donde César Girón fue a sacarlo para no quedarse solo ante la imponente corrida que don Benjamín Rocha había enviado. O la tarde de 1983, que recuera con especial emoción don Felipe Rocha, y en la que los toros de Achury fueron lidiados en Isla Margarita, Venezuela, y que significaron la resurrección de un torero que muchos habían condenado al ostracismo: Antonio Chenel, ‘Antoñete’. Un toro de Achury le inyectó la ilusión

necesaria para que regresara a España y se convirtiera en figura del toreo. Así mismo lo reconoció en vida el torero. Los libros de las plazas de Cali y Bogotá recuerdan a la ganadería como dueña de muchas tardes triunfales. Pero muchas otras plazas que por desgracia no tienen en un libro su historia taurina, han vivido tardes de gloria en sus ruedos con los toros de Achury Viejo. Por fortuna, el viejo libro que cuenta la historia de los toros de Achury las recuerda. Como aquella vivida en Cartagena de Indias donde dos artistas disfrutaron con los toros de la casa. La tarde del 6 de enero de 1977, José María Manzanares consiguió una de sus tardes más 31 REVISTA TORO


rotundas en Colombia. Cortó dos orejas en su primer toro y dio hasta tres vueltas al ruedo tras pinchar a su segundo ejemplar tras una hermosa faena. La obra del maestro de Alicante tuvo réplica por parte de Paco Camino. El torero español había abreviado más de la cuenta en sus dos lidias, pero tras la faena de Manzanares levantó su mano y regaló el sobrero al que le cortó las dos orejas. Una faena calificada como “cumbre” por la prensa, y de “magnífica” en las notas del viejo cuaderno de don Benjamín. En las tardes que alimentan la leyenda, hay espacio para una noche. La del 28 de diciembre de 1998 en la que “Cañaveralejo” vivió una corrida que difícilmente olvidaran los aficionados que tuvieron la fortuna de verla. Hasta siete orejas se repartieron César Rincón, Manuel Caballero y Vicente Barrera de los toros de Achury Viejo. Las crónicas del siguiente día se llenaron de elogios para los toros dejando poco espacio para las actuaciones de los toreros. Y es que los seis toros tuvieron un emocionante comportamiento en todos los tercios. También hay espacio para nombres de toros, como el de “Marinero” que fue el mejor toro de la feria de Cali del año 2000. Un toro bravo que con la espada de Eugenio de Mora, hundida hasta los gavilanes, se quiso ir desde las tablas a morir en el centro del ruedo en medio de una estruendosa ovación de quienes durante veinte minutos habían disfrutado de su bravura. Al toro se le dio la vuelta al ruedo y al torero las dos orejas. Las notas más recientes traen a la memoria los toros ‘Salcillero’, al que se le pidió el indulto en Bogotá en 2007 y fue premiado con la vuelta al ruedo, tras permitirle el triunfo a Pepe Manrique; ‘Pianista’, aquel toro con que Sebastián Castella se llevó el trofeo de la temporada de Bogotá en 2008; “Campesino” lidiado por Iván Fandiño en La Macarena y que le permitió al torero de Orduña llevarse el trofeo de la feria del año 2015; “Alentejo” al que Sebastián Castella le cortó las dos orejas en Manizales en la temporada de 2016; o “Cautivo” que se ganó el honor de la vuelta al ruedo no sin antes escuchar cómo le pedían el indulto mientras lo toreaba Sebastián Castella en Medellín hace solo seis meses. Pero el toro que cría don Felipe Rocha, de expresiones finas, armoniosas y cornaduras serias que imponen al que se pone en frente, no solo escribe su leyenda en las plazas grandes. Sin dejar atrás su idea de presentar el toro en toda la extensión de la palabra, y sin importar la plaza donde se lidie, Achury Viejo acude a la provincia con imponentes encierros en los que nombres como “Alfarero” o “Madrileño” han pasado a la notas de la vieja libreta y toros como “Herrerito”, lidiado por Sebastián Vargas en 2015 en Nilo (Cundinamarca), tras ser rechazado en los corrales de Medellín, han vuelto a la dehesa para continuar su legado de bravura. Faltarían hojas para registrar la importancia de lo que ha representado Achury Viejo en el campo bravo colombiano. Seis décadas de uno de los hierros más tradicionales y selectos del país y que ya llega a su tercera generación de ganaderos para continuar el legado de don Benjamín Rocha Gómez.

Don Benjamín Rocha, Chicuelo II, César Girón y Dámaso Gómez en la tarde de la presentación de Achury Viejo en La Santamaría. 5 de febrero de 1956.

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cayetano debutó en Pamplona tras diez años de alternativa y logró salir a hombros.

Pamplona, 2017

Renovación y consolidación en San Fermín Ginés Marín, López Simón, Cayetano, Rafaelillo, Roca Rey, que terminó en la enfermería y Antonio Ferrera, sin premio, fueron los nombres propios de San Fermín. Jesús Colombo destacó entre los novilleros.

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a feria empezó con el recuerdo de Iván Fandiño, un toro le había quitado, unos días antes, la vida a uno de los últimos ídolos de esta plaza. Su concepto de hierro tenía especial acogida en esta plaza donde salen los toros cabeza de camada.

Debutó Cayetano Rivera Ordóñez en Pamplona. Lo hizo 50 años después que lo hiciera su padre y más de diez años después de su alternativa. Con el clasicismo de su abuelo Cayetano y la raza de su padre Paquirri, Cayetano salió en solitario por la puerta grande e inscribió su nombre en la lista de los grandes triunfadores de la feria. Esa misma tarde, Roca Rey, también se ganó el derecho de abandonar la plaza a hombros por la puerta grande pero la tuvo que abandonar por la puerta de la enfermería, no sin antes haber emocionado a los tendidos. Entre los dos, le cortaron a la desigual corrida de Jandilla cuatro orejas. La feria había empezado, una semana atrás, con una puerta grande. La que abrió, en la novillada, Jesús Enrique Colombo 34 REVISTA TORO

gracias a su labor con un novillo del Parralejo, voltereta incluida, que puso al público a su favor y que le valió las dos orejas que avalaron su salida a hombros. Román que se presentó en Pamplona el día del Santo Patrón cobró una oreja del toro de su presentación que perteneció al hierro de Cebada Gago gracias a su disposición y a su Estocada. Pepe Moral la ganó por una gran faena al natural al mejor toro de la corrida de José Escolar. Ambos, sumaron al saldo de la feria. La corrida de rejones resultó triunfal y extraña; triunfal para Roberto Armendáriz y Leonardo Hernández quienes cortaron seis orejas, extraña para Hermoso de Mendoza quien se marchó de su feria sin trofeos, como casi nunca. Las orejas de Paco Ureña y de José Garrido, que también se presentaba en Pamplona y que logró su premio tras una faena de garra y decisión, furon el saldo positivo de la corrida del Puerto de San Lorenzo, ganadería que por primera vez corría los encierros. La noticia negativa fue la gravisima cornada al banderillero Pablo Saugar ‘Pirri’ en esta corrida. Gonzalo Caballero, en la corrida de José Escolar, también resultó herido.


José Garrido escaló con éxito otro puerto de su temporada.

Rafaelillo salió a hombros en la corrida de Miura.

Ginés Marín fue el triunfador de la feria.

El lunes de la segunda semana destacó Manuel Escribano con su muleta al natural, al mejor toro de la tarde del hierro de Fuente Ymbro, en corrida de toreros rehileteros; Juan José Padilla, que estuvo sin su acostumbrado nivel en esta feria y El Fandi que cuajó un soberbio tercio de banderillas del que aún se habla, completaron un cartel que volvió a ser novedad en la feria, pero que no resultó lo triunfal que se esperaba. Ginés Marín fue el gran nombre de la feria. Debutó precedido de ser el gran triunfador de San Isidro y arrasó. Supo leer el guión de la plaza y se llevó todos los premios, sustitución incluida, la de Roca Rey y poniendo a todos de acuerdo, incluidos a los del tendido de sol, que fijaron su atención en el torero desde el primer momento. Se le escapó el triunfo en su primer toro por el mal manejo de su espada, pero no falló en su segundo turno y aseguró con su espada y su toreo al natural las dos orejas que le abrieron la puerta grande y le dieron los trofeos de la feria. Fueron las dos únicas orejas cortadas a un solo toro en la feria. López Simón lo acompañó en esa triunfal salida al cortar una oreja de cada uno de sus toros, recuperando el ángel que lo acompañó en su triunfal campaña de la temporada 2015. Esa tarde Sebastián Castella cortó una oreja tras torear a su primer toro por bajo, templado y despacio. La corrida fue de Victorino del Río. Con la sustitución de Ginés Marín por Andrés Roca Rey, en

la

penúltima tarde, la convirtió en cartel de toreros extremeños. Fue, tarde con muy poco premio tangible. Una solitaria oreja para Alejandro Talavante saldó la tarde en la que Ginés Marín se estrelló con el peor lote de Núñez del Cuvillo. Poco saldo si tenemos en cuenta que en esta tarde Antonio Ferrera firmó, en el quinto toro, una gran y comentada faena que se quedó sin premio por el criterio presidencial. San Fermín, resultó en esta edición, una feria extraña vista desde al palco, con días de exagerados premios y otros en los que la injusticia fue protagonista. En el tradicional cierre con los toros de Miura, tres verdaderos especialistas, casi gladiadores, hicieron el paseíllo. Rafaelillo, Javier Castaño y Rubén Pinar, le cortaron cuatro orejas a la corrida de Miura en tarde de emociones. Rafaelillo salió a hombros, como hace nueve años lo había hecho con toros de este mismo hierro. Esta vez lo hizo tras una tarde casí heroica en la que tuvo que pelearse con su segundo toro para lograr arrancarle la oreja. Castaño toreó sentado en una silla y pudo acompañar a Rafaelillo en la salida a hombros si su descabello hubiera estado más certero. Rubén Pinar dio argumentos y demostró que a los de Miura también se les puede hacer el toreo. Cortó una oreja al toro que cerró la feria. Ginés Marín fue el nombre de la feria, gusto, triunfó y acaparó los premios de la feria. 35 REVISTA TORO


FAdiรณs ANDIร O, Torero

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No quiero irme nunca. Me quedaré en el recuerdo, en la mente, en el alma…Donde nunca muero…!

Ya estás ahí, en la gloria, ese lugar sin lugar en donde, como se lo dijiste al padre de Víctor Barrio, la mayoría de los mortales quieren estar y no pueden. Ya estás ahí, perseguías esa gloria, porque no estabas aquí para ser uno más. Pasan los días y aún cuesta creerlo. Aun te veo en el restaurante de cualquier hotel, pidiendo un café con leche en un vaso de vidrio antes de subirte en busca de esa habitación donde habita el miedo en los días de corrida. Pegándote una bocanada de humo sin que el apoderado se dé cuenta o buscando algún dulce. Aun veo tu capote tirado en el piso y frente a la boca del burladero mientras te calas la montera, apuras un sorbo de agua y te mojas la espalda esperando a que anuncien tu próximo toro. Aun te veo Fandiño, con la mirada de león en un patio de cuadrillas. Me hubiese querido quedar con esos recuerdos y solo haber leído la fatídica nota de un tuit en el que leí que un toro te había matado en una plaza. No quería saber más, no quería ver imágenes, ni de la tragedia, ni de nada, ya no importaba, ya no estabas Fandiño. Pero tuve que hacerlo y veo y leo, que ahora eres ese héroe que todo torero quiere ser y hasta los que te negaron el pan hoy te ponen de ejemplo. Ahora todos reconocen que te negaron en los despachos ese lugar que te ganaste en los ruedos. Ya es tarde. Nunca nada te fue fácil. Tuviste que dejar la vida en una plaza para que se volviera a hablar de Fandiño. Al final como siempre ganaste, ahora ya nadie se va a olvidar de Iván Fandiño. El que apenas empezar a soñar con ser torero ya tenía su primer reto, luchar con su condición física, luego, salir de casa a buscar un lugar donde se pudiera respirar el olor a boñiga y a piel de toro. Buscaste suerte en las capeas y la encontraste, allí estaba Néstor, tu apoderado y hermano a quien le juraste seguir hasta el fin. Se lo cumpliste a pesar de todo y de todos. Habías podido tomar el camino menos duro, una exclusiva, un apoderado influyente, una casa grande, pero tenías esa virtud maravillosa a la que llaman memoria. Y eso que sabías que para repetir los triunfos tenías que hacer el doble de esfuerzo porque a las personas libres todo les cuesta dos veces. Hoy, Néstor debe caminar sin alma, sin saber que hacer mañana y pasado mañana, porque llevaba media vida pensando en la tuya. Los fieles, nos quedamos esperando un nuevo rugido del león. Esperaba que llegara Bilbao y que taparas bocas. Me contaba Néstor que estabas cuajando toros, que era cuestión de tener un poco de suerte para que todo tomara de nuevo el cauce. Parecía, que hablábamos de un torero que llevaba años sin triunfar y que clamaba una oportunidad. La realidad era que hablamos de un torero que se asomó a la cima sin pedir permiso y que al primer traspié le cobraron lo de ayer y lo de mañana. Eso, de que te estaban esperando lo tenías claro, por eso no podías bajar la guardia, ni perder un quite… Nunca te perdonaron que llegaras con aires independientes al toreo y que la afición te hiciera su torero. A ti y a David (Mora) las nuevas generaciones de toreros les deberán el haber roto esa dura barrera que antecede a los puestos altos del escalafón, el haber abierto plazas y carteles a puñetazos. Pero sobre todo a ti, porque ese lugar que abriste fue para ellos, no fue para ti porque no quisiste perder tu libertad y en una profesión que clama esa libertad, ser libre es un pecado, así te lo hayas ganado a sangre y fuego. No les fue suficiente que en solo cuatro temporadas abrieras tres veces la puerta grande de Pamplona, que cortaras 11 orejas en Madrid, que abrieras la Puerta Grande de Las Ventas, que te ganaras el Manolete de Linares, que salieras a hombros en Valencia por marzo y en julio. Que fueras ídolo en Francia. Que triunfaras en Bilbao, una plaza donde el palco te trató tan duramente como casi te trató el sistema. Que en esos cuatro años, te llevaras en dos de ellos la Oreja de Oro que distingue al mejor de la

temporada, poco importó que tuvieras el gesto de encerraste con seis toros en plazas como Madrid, Bilbao, Valencia y tantas otras. Que pronto olvidaron que una tarde te fuiste a la puerta de chiqueros a esperar un toro y pegarle una gaonera en Pamplona o que en Madrid te tiraras a matar sin muleta porque ya sabías lo que era perder la puerta grande. A pocos les importó que hubieras visitado un montón de enfermerías o que fueras dueño de la mejor faena en un San Isidro. Nos dejas, una entrega sin límite, una verónica pura, el poder de una delicada y encajada muleta, la forma despaciosa y segura al buscar las embestidas de los toros, las distancias para esperar las mismas con la muleta y una espada que llegó a ser catalogada de escuela. Ahí está tu carrera y los videos para el que la quiera revisar, pocas veces un torero ofrece tanto en tan poco tiempo. Bastaron tres temporadas para ganar con rebeldía un lugar que te quitaron en una. Te cobraron el ir a tumba abierta, en la plaza y en los despachos. Como aquella tarde de marzo que apostaste por seis grises en Madrid. Agotaste el papel y eso empezó a hacer llagas. Pero esa apuesta resultó tan gris como los toros y como tu vestido de esa tarde. Fue, la oportunidad que esperaba el enemigo. Daba rabia leer las crónicas aquella noche, tanto veneno en tan pocas líneas. Algunos parecían tener la crónica lista y la ilustraron con fotos de otros compañeros tuyos, que con otros toros, habían salido airosos del gesto. Y eso que solo ocho meses antes habías salido a hombros de esa plaza y habías toreado la corrida de la Beneficencia en la que cortaste la que resultó ser la última oreja en tu plaza de Madrid. Por cierto, que poco te cantaron esa oreja, las crónicas de aquella tarde se empeñaron en poner un grito al cielo porque decidiste no brindarle un toro al Rey. Dos años después, José Tomás, en Jerez, tampoco brindó al Rey y no hay una sola línea al respecto en las crónicas que firmaron los mismos que te quisieron crucificar aquella tarde de Madrid. Tu pecado fue querer mandar. ¿es malo querer mandar? No es eso lo que clama el toreo y las crónicas o eso no está al alcance de los hombres libres. Seguramente no, y tú y Néstor se equivocaron al pensar que el toreo podría volver a ser ese del que nos hablan los libros, las revistas, los toreros y los aficionados de los años 60 y 70. Un toreo que era una guerra planeada en los despachos y que se empezaba a ejecutar en el mismo patio de cuadrillas. Tú y Néstor se equivocaron de tiempo. Tras el gesto de Madrid todo cambio, llevabas la derrota en el pecho y luchabas tarde tras tarde por sacarla de ahí. Tu suerte se alejó de las papeletas en los sorteos de las tardes claves y se te veía ajeno, estabas sin estar. Volviste casi a los lugares donde todo empezó. No importaba, lo que necesitabas era torear para encontrar ese sitio que ahora buscabas con las armas que te dictaba el alma. Poner un poco de seda al león sin que este dejara de rugir. Aún recuerdo como hace unos pocos meses, y con la ilusión de un novillero me mostrabas un video en el que cuajabas una vaca de la forma que buscabas y guiñabas el ojo como solías hacerlo mientras decías, poquito a poco, ya verás. No hubo tiempo. La temporada pasada, en Bilbao, pude comprobar lo que tanto buscabas en medio del olvido y sin desesperarte. La faena a Lagunero, un toro de Jandilla, fue quizás la mejor de tu vida. De nuevo se prendieron las alarmas. Fue, una faena sin tirones, casi de caricias, casi sin toques, sin dejarte de cruzar, sin dejar de clavar las zapatillas, sin dejar de coger la muleta por el centro del estaquillador y pasándote el toro cerca; sin dejar la pureza. Me contaba Néstor que esta temporada, en lugares alejados, estabas encontrando lo que querías, que estabas toreando mejor que nunca pero que algunos, se empeñaban en decir que estabas toreando peor que siempre. El puto destino no te dio revancha, o mejor, no te dio tiempo. Se te cruzó un toro que no era tuyo y estaba escrito, era, el momento de tu gloria y de morir libre. Se te escapó la vida amigo.

Adiós Fandiño, Adiós Torero... Por DIEGO CABALLERO

FOTO ARCHIVO

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el legado de

PEPE CÁCERES Ese tolimense temperamental que desafió al destino y se convirtió en figura del toreo puede ser considerado el patriarca de la fiesta brava en el país. Durante treinta años recorrió rincones de Colombia fundando plazas, como si fuera un colonizador.

Por RODRIGO URREGO

A

comienzos del siglo XX, cuando Joselito y Belmonte despertaban pasiones por toda España, Colombia empezó a consolidarse como país taurino. Bogotá alcanzó a tener una decena de plazas de toros, la más famosa la del Circo de San Diego. Pero solo hasta la década del 30 la fiesta se consolidó. Dos hechos marcaron el sino taurino del país. El 8 de febrero de 1931 se inauguró la plaza de toros de Santamaría, y cuatro años después, el 16 de marzo de 1935, nació en Honda (Tolima) un niño al que bautizaron José Humberto Eslava Cáceres. Con el tiempo se hizo llamar Pepe, y se hizo figura del toreo. Se radicó en Manizales desde muy joven tras quedar huérfano de padre. De la mano del picador de toros Melanio Murillo incursionó en el mundo de los toros; logró presentarse en plazas de la categoría de Bogotá y Manizales, no sin antes haber recorrido muchas provincias donde el ganado criollo era el que se lidiaba con mayor frecuencia. De aquella época quedan los recuerdos de aquel joven que se anunciaba en los carteles como Joselito Eslava. En Colombia adquirió el oficio justo que se convirtió en el pasaporte indispensable para presentarse como novillero en España. Fue recomendado al taurino y apoderado Andrés Gago que le permitió verse anunciado en 14 tardes durante su primera temporada, la de 1955. Su debut en plazas ibéricas fue el 10 de abril en Málaga, donde fue herido de gravedad por uno de sus oponentes, perteneciente al hierro de José de la Cova. Cáceres consiguió duplicar el número de contratos para la temporada del 56, año en que se presenta como novillero en la Maestranza de Sevilla y en la monumental de Las Ventas de Madrid. En la capital de Andalucía cortó una oreja el día de su presentación y otra más el de su repetición.

Fotos MANUEL H Y ARCHIVO

Luego de 28 novilladas en dos temporadas en España, Pepe Cáceres tomó la alternativa en la Maestranza de Sevilla el 30 de septiembre del 56. En plena feria de San Miguel, Antonio Bienvenida, en presencia de José María Martorell, le cedió la muerte del toro “Secretario” de Joaquín Buendía. Meses después, Cáceres debutó como matador de toros en Colombia el 20 de enero de 1957 en la plaza de Manizales, la cual sería la primera de las 19 ferias de las que siempre fue cabeza de cartel. En la del 58, consiguió su primera “Catedral de Manizales”, la misma que conquistó hasta por cuatro veces en su carrera. Las siguientes fueron en 1959, 1962 y 1968. Regresó a España en el 58 para confirmar su alternativa en Las Ventas el día 1 de mayo, haciendo el paseíllo junto a Rafael Ortega y Antonio Chenel “Antoñete”. El toro de la ceremonia se llamó “Saltador”, al que el colombiano le cuajó una gran faena que, sin embargo, malogró con la espada. Dio dos vueltas al ruedo. Los dos últimos años de aquella década del 50 significaron para Pepe sus mejores temporadas españolas, pues en cada una de ellas hizo 21 paseíllos y la mayoría en plazas de categoría. En 1962 cortó su primera oreja en Madrid, la primera de un colombiano en Las Ventas. Sucedió y se convertiría, a la postre, en la única que paseó Cáceres por el exigente ruedo madrileño. Tras la temporada del 63, Pepe basó su carrera en ruedos americanos donde consolidó su figura y alcanzó a convertirse en el torero más importante del nuevo mundo. Su último paseíllo en Las Ventas fue el 12 de octubre de 1981 en la corrida de la Hispanidad. Diecinueve años antes había hecho su único paseíllo en la feria de San Isidro, el 15 de mayo de 1962, tarde en la que alternó junto a Julio Aparicio y Manolo Vázquez, sustituyendo a Antonio Ordóñez. 39 REVISTA TORO


En la temporada del 58, consiguió su primera “Catedral de Manizales”, la misma que conquistó hasta por cuatro veces en su carrera. Las siguientes fueron en 1959, 1962 y 1968.

Cáceres se llevó todos lo trofeos de las principales ferias colombianas. En la imagen en una vuelta al ruedo triunfal en la plaza de Cali.

Con el toro de su confirmación en Las Ventas de Madrid.

Desde su alternativa, Cáceres paseó su arte y profesionalismo durante 31 años ininterrumpidos por ruedos europeos y americanos. En América fue considerado primera figura del toreo y fue catalogado como el mejor intérprete del toreo con el capote del continente. Se caracterizó por su temperamento fuerte y recio, condiciones que convirtió en cualidades de su personalidad y que fueron fundamentales para mantenerlo en activo durante tres décadas. Colonizó la geografía colombiana pues fue de los pioneros de la provincia. Organizó corridas en sitios que jamás habían tenido fiesta brava y que hoy se han consolidado en el calendario taurino colombiano. Inauguró 7 plazas de toros, incluida la Monumental de Iñaquito en la capital del Ecuador, o La Pradera de Sogamoso, sin imaginarse que tendría un lugar en su biografía. Abrió el camino para que nuevos toreros pudieran hacer campañas en España y reivindicó la categoría y calidad de los toreros nacionales en el exterior. Consolidó un cupo por corrida para los toreros nacionales y alternó en Colombia con las máximas figuras del toreo, quienes le profesaban un profundo respeto. Amó tanto su profesión a la que le entregó su vida misma. En 20 oportunidades derramó sangre debido a su entrega y su amor propio que le impedía dejarse ganar la pelea de cualquiera de sus alternantes. Su penúltimo percance fue el 9 de enero de 1987 en Manizales, cuando un toro de Ernesto Gutiérrez le infirió una grave cornada en el muslo derecho. Teñido de sangre hasta los tobillos caminó hasta la enfermería no sin antes haber lidiado su último toro en la plaza caldense. Testigos de su gesto fueron Ortega Cano y José Miguel Arroyo “Joselito”, que esa tarde debutaba en Manizales. La vida de Pepe Cáceres fue segada por el toro Monín de la ganadería San Esteban de Ovejas el 20 de julio de 1987 en Sogamoso. Entrando a matar, suerte que no fue su especialidad, fue cogido contra las tablas de donde salió con uno de sus pulmones perforados por el pitón. Tras los graves destrozos, Cáceres murió el 16 de agosto en la Clínica Santafé de la capital colombiana. Pepe, fue el verdadero precursor de la tauromaquia colombiana.

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Garrido y ‘Tocayito’,

un duelo que hizo historia en

la Santamaría Por RODRIGO URREGO

L

a tarde más emotiva de la temporada en Bogotá fue la que tuvo como protagonistas a los toros de Mondoñedo. José Garrido cortó tres orejas e indultó al sexto, y se consagró con la ganadería más querida por los capitalinos.

‘Tocayito’ había nacido en la ganadería Mondoñedo meses después de la última corrida que se lidió en la Santamaría, en febrero del 2012. Ese año José Garrido era apenas un prometedor alumno de la escuela taurina de Badajoz. No había debutado con picadores, y quizás por su cabeza no se imaginaba torear en la Santamaría de Bogotá. Ambos se encontraron el 5 de febrero del 2017, en el ruedo de la capital. Sus nombres resumen la tarde más emocionante de la temporada colombiana. Garrido parecía ser el menos experimentado en corridas duras. La de Mondoñedo puede considerarse de este tipo, pues no la pone fácil a los toreros. Casta, fiereza, temperamento, y emoción, son palabras que pueden definir a la ganadería más antigua del país. Era la primera vez que el de Badajoz los enfrentaba, era su confirmación en Bogotá.Y no lo hizo como un león peleador, los toreó como si no pasara miedo en aguantar las embestidas que parecían oleadas, torbellinos, pues sus dos toros fueron los más bravos y fieros. Confirmó con Motilón, y Garrido pudo creer que la plaza más difícil del mundo no era Las Ventas de Madrid, sino la Santamaría de Bogotá. Tras su emocionante faena, que arrancaba oles y alaridos de los aficionados, nadie sabe qué faltó, pero solo le dieron una oreja al torero y el toro se lo llevaron en línea recta, no en redondo como merecía. La tarde había tenido de todo, picadores en el suelo, toros rompiendo tablas de burladeros, persiguiendo banderilleros. Y el público gritando ¡Viva Mondoñedo! Tocayito, como si hubiera escuchado tantos rugidos de emoción desde el toril, salió a poner el colofón. En vía de extinción los toros que humillan y embisten con tanta fuerza, con tanta fiereza, y emocionante como un torero se lo pasa una y otra vez cerca de su cuerpo. Pañuelos blancos, Tocayito fue indultado en la Santamaría. Garrido y Gonzalo Sáenz de Santamaría se marcharon a hombros.

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Gregorio Sánchez hizo parte del cartel inaugural de Cañaveralejo con Joaquín Bernardo y Joselillo de Colombia.

GREGORIO

SÁNCHEZ, MAESTRO MAESTROS

DE

Por ÓSCAR hERNÁN cORREA

P

ara la temporada inaugural de la Plaza de Toros de Cali (diciembre 1957 - enero 1958), los empresarios de la región contrataron a lo más ilustre de la torería colombiana como española. Entre los diestros anunciados figuraba el del torero toledano Gregorio Sánchez. Su nombre no podía faltar en la apertura de la Plaza si se tiene en cuenta que ese mismo año, él había liderado el escalafón de los matadores de toros con 87 corridas. El 1 de abril de 1954 había recibido la alternativa en Sevilla de manos de Antonio Bienvenida; por tanto, su crédito aumentaba cada día (en el año 1958 también lideró el escalafón de matadores con 73 corridas). Para la primera corrida en Cali (28 de diciembre) anunciaron a Joselillo de Colombia, Joaquín Bernadó y Gregorio Sánchez, quienes despacharon un encierro de “Venecia”, de doña Clara Sierra. Desde aquella época, quienes vieron torear al maestro Gregorio Sánchez, entre ellos Pepe Castoreño, han ponderado su toreo de “corte clásico y dominador” El torero español tiene en su reputación el hecho de ser el único matador de toros de haber cortado siete orejas en una misma tarde en la Plaza de Las Ventas, el día de su encerrona con toros de Sánchez Cobaleda, suma hasta ahora no superada. Fue el 19 de junio de 1960. El cartel de dicha corrida anunciaba a Antonio Bienvenida y a Fermín Murillo. Por problemas de salud no compareció Bienvenida; Fermín Murillo tampoco cumpliría el compromiso por una cornada recibida en Zaragoza. Quedó solo en el cartel Gregorio Sánchez. Cortó siete orejas. A propósito de la importancia de salir en hombros por la Puerta Grande de Las Ventas, el maestro Gregorio Sánchez lo consiguió en diez ocasiones; nueve de matador de toros y una de novillero. En Las Ventas toreó 50 corridas y cortó 39 orejas. Gregorio Sánchez, con trece años cumplidos, fue testigo de la 44 REVISTA TORO

orden de fusilamiento a su padre. De familia humilde. Tuvo once hermanos, de los que murieron siete. Su sueño era llegar a tener una casa con baño. Se bañaba cada ocho días en casa de uno de sus vecinos. No solamente llegó a tener una con baño, sino con piscina y demás comodidades. El maestro Gregorio Sánchez acuñó las siguientes frases: “El miedo es sólo una oportunidad de ser valiente”. También dijo: “El toreo no es sólo una profesión sino una manera de ser, de vivir y de sentir” Uno de sus sueños: dejar de ser albañil y llegar a ser matador de toros para salir de la pobreza. Luego: ser figura del toreo. Más tarde: ser profesor de la Escuela de Tauromaquia de Madrid “Marcial Lalanda”. Con lo que nunca soñó fue que iba a descubrir a un niño genio que iba a convertirlo en máxima figura del toreo: Julián López “El Juli”. Dijo el maestro Gregorio Sánchez que sus máximos trofeos en la vida son sus hijos y decirle al mundo que hoy existe “El Juli”, un mandón en el toreo. La Comunidad de Madrid le descubrió un azulejo en la Plaza de Toros como reconocimiento por haber sido uno de los toreros más grandes de la historia. Llegó a ser concejal de Talavera de la Reina por el PSOE. Este año 2017, la Plaza de Toros de Cali cumplirá 60 años de existencia. El maestro Gregorio Sánchez no estará en su cumpleaños. La última vez que contamos con su presencia fue para celebrar los 40 años de la Plaza cuando los tres diestros que la inauguraron, torearon un festival en Cali. El toreo está de luto, el maestro nos dejó el pasado 22 de junio, a la edad 86 años.


Ramsés, Manuel Libardo, L.M. Castrillón y Juan de Castilla registran actuaciones y triunfos en la provincia.

LA PROVINCIA RESISTE

T

ras el receso de la temporada grande, llega la temporada de provincia que cada año resta festejos a su lista. Por distintas razones se van perdiendo plazas. Ya los alcaldes no solo tienen la excusa del prohibicionismo que se dio en Bogotá y que tomaron como ejemplo, ahora, también encuentran en las malas gestiones de los empresarios o en la falta de profesionalismo de algunos toreros, una nueva excusa para no dar toros. Plazas como Charalá, Carmen de Carupa o Tocaima, entre otras, se borraron de la lista de este año y será difícil rescatarlas. En la conciencia de los culpables quedará. Por eso hay que recalcar y agradecer la quijotesca labor que llevan algunos empresarios que quieren hacer de las corridas de toros un acontecimiento digno de lo que es el toreo. Gracias a ellos la actividad taurina en la provincia se resiste a desaparecer. Sogamoso y su plaza La Pradera es un ejemplo. El 20 de julio se celebró una corrida a la que acudió menos público del que el esfuerzo demandaba. Al llamado de un cartel con interés para la zona y una corrida digna de cualquier plaza colombiana, acudieron 1.400 personas. La lluvia que acompañó a la mañana resto gente. Quedó, eso sí, la sensación que la plaza se está recuperando. Esa tarde Luis Miguel Castrillón se llevó el triunfo al indultar un enclasado toro de Juan Bernardo Caicedo, se presentó el mexicano Antonio Lomelín que estuvo cerca del triunfo y Juan Rafael Restrepo cortó una oreja. La Pradera, está a punto de cumplir 50 años, esperemos que la celebración sea digna de su categoría y que la plaza se llene. Unos días antes, el 16 de julio, se celebraron dos festejos. Lo ocurrido en Sardinata (Norte de Santander) fue otro ejemplo de organización. Se anunció un

POR DIEGO CABALLERO

mano a mano entre Ramsés y Manuel Libardo con una corrida de Guachicono. Entre los dos se repartieron siete orejas y la noticia fue que la plaza se volvió a llenar. La gente salió con ganas de volver a toros. Ese mismo día en Chaparral (Tolima), Cristian Restrepo regresaba tras una larga convalecencia producto de una voltereta que lo alejó por años de la actividad. Cortó una oreja a un toro de Vistahermosa ante una plaza que estuvo a punto de llenarse y se volvió a meter en una larga lista de espera. El Espinal (Tolima) es un caso particular, tan distinto como su plaza. Celebró dos corridas de toros en las que los palcos, que congregan a más de 10.000 espectadores, se vieron llenos, no solo los días de corrida, también en los festejos menores. Es otra fiesta, con un público distinto, pero con el toro, casi siempre, bien presentado. En esta feria salieron a hombros David Martínez, Sebastián Vargas y Moreno Muñoz. El rejoneador Andrés Ruiz completó el cuadro de esta feria sin mayor resultado. El Guamo (Tolima) fue la plaza donde se reactivó la temporada de mitad de año. En el último domingo de junio se lidió una corrida de Armerías y con ella triunfaron y salieron a hombros Cristóbal Pardo y Ramsés que esa tarde cortó cuatro orejas. El torero de Bogotá sigue en plan arrollador. La segunda tarde trajo la grata noticia de volver a ver lidiar los toros de Clara Sierra que dieron un gran juego. Ante ellos sumaron méritos Pepe Manrique, que salió a hombros tras cortar las dos orejas de su primer toro, y Paco Perlaza que cortó una oreja. Otra plaza que volvió a ver gente en sus tendidos fue la de San Juan de Rioseco (Cundinamarca). El 2 de julio Manuel Libardo indultó un gran toro de

Vistahermosa y sumó tres orejas a su año en una tarde agridulce para él. El toro del indulto regresó de manera improvista al ruedo mientras Manuel daba la vuelta al ruedo, cogió a su padre que estaba haciendo fotografías propinándole una cornada debajo del brazo y una fractura de peroné. Andrés Ruiz rejoneó dos bien presentados toros de los herederos de José del Carmen Cabrera y dejó escapar un triunfo por el mal uso de su rejón de muerte. Gustavo Zúñiga actuó ese día en la plaza de Viallacaro (Norte de Santander) la primera semana de julio. Lidió dos toros de La Ahumada y les cortó las cuatro orejas. Moreno Muñoz, también ese día, triunfó en Cimitarra (Santander). Cortó tres orejas a los toros del Capiro de Sonsón en tarde en la que actuó con el rejoneador Pedro Abril ante una plaza que rozó el lleno. Lo ocurrido en Puente Piedra, el 29 de julio, fue motivo de esperanza. Ver la plaza llena, en su gran mayoría de público muy joven fue realmente alentador y más si sumamos que la empresa también lo era y que acertaron en todo. Fue una tarde para el recuerdo aunque solo Juan de Castilla lograra el gran triunfo. Cortó tres orejas, abrió la puerta grande y los espacios en otras plazas. Ni Rafaelillo, ni Manuel Libardo lograron sumar trofeos pero si aplausos en la tarde de los toros de Mondoñedo, tres de ellos dignos de una plaza de mayor categoria. Para agosto, hasta el momento solo se anuncian dos festejos. En Chinácota (Norte de Santander), con toros de La Ahumada, harán el paseíllo el mexicano Antonio García “El Chihuahua”, Paco Perlaza y David Martínez. Ese mismo día, en Arbeláez se anuncia al rejoneador Willy Rodríguez que actuará junto a los matadores de toros Luis Miguel Castrillón y Juan de Castilla. Poco, muy poco. 45 REVISTA TORO


IX Gala de Premios del Foro de la Juventud Taurina

La gran celebración del toreo POR JULIANA MORENO

El Foro de la Juventud Taurina lo ha vuelto a hacer, a pesar de que anunciaron semanas antes que la Gala estaba en peligro, no sólo sacaron el evento adelante, sino que consiguieron volver a sorprender y a brindar un espectáculo muy emotivo, ameno y con categoría suficiente para consolidarse como la verdadera celebración del toreo. En esta oportunidad, Enrique Ponce se alzó triunfador de la temporada, entre el recuerdo siempre presente de Víctor Barrio. Cuando en abril de 2008, la aficionada italiana Federica Piazza decidió crear, junto al colombiano David Jaramillo y el español Domingo Pimentel, una asociación de jóvenes que fuera distinta a una peña al uso, algo que proyectara la tauromaquia fuera del circulo de aficionados en el que normalmente se mueve y promoviera el mundo del toro con un lenguaje distinto, no se imaginaban que sus ideas les llevaría a crear, con los años, quizás la entrega de premios más importante de cuantas se dan cada temporada en Europa. Sin embargo, el Foro de la Juventud Taurina no es sólo la Gala de Premios. Entre las muchas actividades de esta asociación, el espontáneo toreo de salón en las calles de Madrid, que rápidamente se expandió como uno de los gérmenes de promoción más usado por empresas y otras asociaciones para llamar la atención al mundo de la tauromaquia, y el descuento en las entradas para los aficionados menores de 25 años, patrocinado primero por los toreros, que se sumaron a la iniciativa, y después por los propios empresarios, hasta conformar lo que hoy se conoce como el “abono joven” en casi todas las plazas, no sólo de España, sino del mundo, son sólo una muestra de su influencia y del éxito de su desinteresado trabajo en pro de los toros. Pero está claro que es la Gala de Premios del FJT la de más repercusión en la actualidad. Su formato de trofeos, con tres nominados en cada categoría, reconocimientos especiales y ese toque de ceremonia distinta, sin complejos, pero al mismo tiempo, con mucha altura, la han convertido en referencia y en los premios que toreros, subalternos, ganaderos y empresarios desean tener. Este año, el martes 7 de marzo, se celebró la IX edición y no hay duda de que fue la gran noche del toreo, como no dudaron en llamarla todos los medios nacionales e internacionales que la cubrieron. Desde que Mateo, el menor de los socios del Foro (tiene 6 años), dejó un ramo de flores en el vestido de Víctor Barrio que presidió el escenario y dedicó la Gala a su recuerdo, la noche se convirtió en una sucesión de fuertes y variadas emociones. El segoviano siempre fue uno de los más activos partícipes en las actividades de esta asociación hasta trenzar amistad con muchos de sus socios. De ahí que el Foro decidiera echar para adelante un evento que estuvo a punto de ser cancelado por la falta de apoyos, pero no estaban dispuestos a que Víctor se quedara sin su homenaje. Por eso no se bajó el listón de años anteriores, sino que volvió a superarse. Esta vez el gran acierto ha sido contar con la musicalización en vivo de la velada, a cargo de una orquesta de veinticinco músicos bajo la batuta del maestro Carlos López Onate, que en varias oportunidades interactuó

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graciosamente con los toreros y con Marco Rocha, un anfitrión que volvió a conducir la noche con ritmo y acertado equilibrio. En el apartado de los galardones, el acto conservó su estilo de desvelar in situ el ganador entre tres nominados y Enrique Ponce se llevó el trofeo más codiciado, el de Triunfador de la Temporada, superando en las votaciones a Andrés Roca Rey y Alejandro Talavante y; mientras que Victorino Martín recogió el correspondiente a la Mejor Ganadería; Roca Rey obtuvo el de Torero Revelación; Diego Ventura repitió premio por segundo año consecutivo como Mejor Rejoneador; Luis David Adame fue elegido como Joven Promesa y la empresa de Albacete recibió el reconocimiento a Mejor Feria; mientras que la Mejor Cuadrilla quedó conformada por el picador Pedro Iturralde; Iván García como Mejor Lidiador; Curro Javier, Mejor Banderillero; y Javier Gómez Pascual, Mejor Tercero. Entre uno y otro trofeo, se reconoció el decidido apoyo del Patronato de Turismo de Melilla a la Fiesta con el premio Fomento de la Afición, así como también se exaltó la labor en defensa de la Tauromaquia en Colombia del empresario Felipe Negret, que subió al escenario a recoger la ovación unánime de la sala. Además, Rosa Conde y Agustín Díaz Yanes fueron los encargados de entregar a Vicente Zabala de la Serna, en representación del diario El Mundo, el trofeo que reconoció el tratamiento de la información taurina en medios de comunicación. También hubo espacio para el ya tradicional “selfie” del presentador con muchos de los toreros que no se quisieron perderse esta cita, como Ortega Cano, El Fundi, Juan José Padilla, Manuel Caballero, Óscar Higares, Luis Bolívar, Fernando Robleño, José Arcila, Guerrita Chico y Cristina Sánchez, que también vivió uno de los momentos más emocionantes de la noche, pues recibió el Homenaje a la Trayectoria, premio que se le concedió sin ella saberlo y con la sorpresa adicional de que fueron sus hijos, Alejandro y Antonio, quienes le entregaron la estatuilla. Una de las novedades de este año fue el carácter benéfico que se le imprimió a la Gala con la campaña #TodosConPaola, una iniciativa apoyada por el FJT, con la que el picador Pedro Iturralde donó dos chaquetillas para ser sorteadas y conseguir así el dinero suficiente para pagar un chaleco especial que permitirá respirar normalmente a Paola, la hija del banderillero Juan Martín Soto, que padece fibrosis quística. La buena noticia es que lo recaudado, tanto en los mismos teatros como a través de internet y un especial apoyo de El Fundi y Juan José Padilla, es suficiente para cubrir los gastos de este dispositivo. Además, de las brillantes intervenciones de la orquesta, que dotaron de máxima categoría al evento, las actuaciones musicales se completaron con los cantaores Diego Carrasco y Fernando Soto y el bailaor Pablo Fraile. El presidente del FJT, Felipe Mansilla, y el Director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Manuel Ángel Fernández, cerraron el acto con sus discursos, pero, sin duda, el homenaje a Víctor Barrio, con todos los matadores de toros presentes en el escenario, fue el cénit de la noche, pues las palabras de Esther y Raquel, la madre y la viuda del fallecido diestro segoviano, tocaron el corazón de todos. Ellas recibieron el trofeo Valores de la Tauromaquia, que a partir de ahora y para siempre llevará el nombre de Víctor Barrio. Lo dicho, una gala para el recuerdo, una auténtica celebración de la Fiesta.


LITOGRAFIA DEPARTAMENTAL


Badajoz, cantera de figuras Extremadura ha sido tierra fértil para que broten nuevos matadores. José Garrido y Ginés Marín hacen parte de la nueva cosecha, que apunta a seguir los pasos de Ferrera, Perera y Talavante. Las grandes figuras de esta región, en la frontera con Portugal.

POR RODRIGO URREGO BAUTISTA

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xtremadura es tierra de los más famosos conquistadores del Nuevo Mundo. Francisco Pizarro y Hernán Cortés, conquistadores de los imperios Inca y Azteca, o Pedro Valdivia, conquistador de Chile, nacieron en esta región al sudeste de la península ibérica. También es tierra de encinas y toros bravos, pues hasta 120 ganaderías pastan en sus 41.000 kilómetros cuadrados, tanto en la provincia de Cáceres como en la de Badajoz. Y se ha convertido, en la última década, en tierra de toreros. Hasta cinco matadores nacidos en esta zona, fronteriza con Portugal, han consolidado su lugar en el vagón de las figuras del toreo y en los carteles de las principales ferias de España y Francia. Hoy los nombres de Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante, defienden el pabellón verde, blanco y negro y lo han puesto en la cima del toreo mundial. A ese lugar apuntan a llegar José Garrido y Ginés Marín, los más recientes exponentes de la escuela de Badajoz, y en quienes están cifradas las ilusiones de una pequeña ciudad de 150.000 habitantes que desde la cuna le profesa devoción al toro bravo. Algo tendrá Extremadura que hasta El Juli, nacido en Madrid, decidió afincarse en esa región, donde situó su ganadería de El Freixo. “Extremadura era conocida taurinamente solo por las ganaderías que estaban aquí ubicadas. Ahora, afortunadamente, se conoce más a los toreros, se ha dado un vuelco”, asegura Luis Reina, director artístico de la escuela de Badajoz, que cuenta con 46 alumnos, la mayoría de la región, pero también del Puerto de Santamaría o de Jaen. Ellos, los que sueñan con la gloria vestidos de luces, tienen como espejo a Ferrera, Talavante, o Perera, y ahora a Garrido y Marín. Este curso cuenta con 46 alumnos de Badajoz, Cheles, el Puerto de Santa María o, incluso, Jaén. Reina admite que el curso está abierto para todos aquellos que quieran intentar hacerse un hueco en este complicado mundo. La plaza de toros de Badajoz se inauguró el 24 de junio de 1967 por iniciativa de la familia Martínez Elizondo ‘Chopera’, Paco Camino, Paquirri y Pedro Benjumea hicieron el paseíllo y desde entonces se convirtió en el principal epicentro taurino de Extremadura. En esa plaza han sucedido numerosas alternativas, desde la del portugués José Falcón, en 1968, hasta las más célebres, como las de Pedrito de Portugal, Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera, entre otros. Tiene capacidad para 13.000 espectadores, y cada mes de junio, después de la feria de San Isidro, abre sus puertas durante la feria de San Juan. En sus tendidos se habla mucho portugués, a tan solo un kilómetro de la frontera, es lugar de peregrinación de aficionados de ese país. Rostros veteranos pero también infantiles.

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La Fusión Internacional por la Tauromaquia, empresa que administra la plaza, destinó más de un centenar de localidades para niños menores de 15 años. Este año, la plaza de Badajoz cumplió sus bodas de oro, y los encargados de la celebración fueron precisamente los vecinos de la ciudad. Marín y Garrido salieron a hombros de españoles y portugueses. Y eso que la feria del cincuentenario de la plaza contó con la presencia de las máximas figuras del escalafón. Enrique Ponce y Manzanres sucumbieron ante una floja corrida de El Pilar, en la que el peruano Roca Rey cortó una oreja y resultó con una cornada interna en el muslo; Morante de la Puebla no quiso ver a sus dos toros de Jandilla y Vegahermosa y se marchó bajo una lluvia de reproches en español y en portugués, y custodiado por la Policía; Talavante no tuvo opciones de triunfar en su tierra. Ginés Marín nació en Jerez de la Frontera (Cadiz), pero cuando tenía 7 años su familia se radicó en Badajoz. Guillermo Marín, su padre, combinaba su oficio de guardia civil con el de picador de toros, y hoy integra su cuadrilla. De niño, se escondía en los días de corrida para colarse en los tendidos de la plaza, y se inscribió en la Escuela Taurina en el año 2010. Tomó la alternativa en Nimes y este año asaltó la cima del toreo desde la catedral de Las Ventas de Madrid. El pasado 25 de mayo confirmó su alternativa en plena feria de San Isidro y con El Juli de padrino. En sexto lugar le correspondió lidiar al toro Barberillo, de Alcurrucén. Lo toreó con intensidad y haciendo levantar al público de sus asientos. Cortó las dos orejas y abrió la puerta grande, y acaparó todos los trofeos como triunfador de la feria madrileña. Volvió a emocionar con su toreo y su seco valor en la tarde del 17 de junio, la corrida de la cultura, donde encontró lugar tras imponerse en San Isidro. Ese día la espada le privó de salir a hombros, y tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo. Precisamente, después de esa tarde, hizo el paseíllo en Badajoz. Allí lo esperaba un enjambre de niños que jugaban a la salida a hombros en el patio de cuadrillas, y que interrumpieron su juego para hacerse fotos con el nuevo ídolo de la ciudad. Marín, jugando de local, se impuso al cortar tres orejas y se marchó aclamado como un conquistador, a seguir abriendo puertas grandes.

La imagen de Garrido en traje de luces se extendía en vallas publicitarias y paraderos de autobuses en Badajoz. Actuó en la tercera corrida de la feria, en mano a mano con Joselito Adame ante toros de El Torreón, de César Rincón. Garrido torea desde que tenía ocho años, cuando su padre, José Garrido Palomo, mayoral de los caballos de Domecq durante 18 años, le regaló sus primeros trastos de torear. A los ocho años participó en su primer tentadero, y en el 2009, cuando tenía 16, entró a formar parte del equipo de jinetes de la finca “Los Alburejos” y, de la mano de Álvaro Domecq Romero, comenzó a participar en espectáculos de acoso y derribo. Mientras tanto su proyección de novillero era fulgurante. Desde el 2010 se hacía llamar ‘Gallero’ en los carteles. Comenzó en bolsines hasta que asomó cabeza en las novilladas de las principales ferias. El 1 de junio de 2014 salió a hombros por la puerta del Príncipe en Sevilla, y el 22 de agosto de 2014 se despidió matando seis novillos en solitario en la plaza de toros de Bilbao, donde protagonizó la gesta de cortar seis orejas. Su paisano, Antonio Ferrera, fue uno de sus apoderados en esta etapa. Tomó la alternativa en la Maestranza de Sevilla, en la feria de abril del 2015, con Enrique Ponce de padrino y Sebastián Castella de testigo, y la confirmó ese año en la feria de San Isidro. En ambas plazas se ha ganado el respeto a punta de valor y buen toreo. Pero quizás sea la plaza Vista Alegre de Bilbao el escenario de sus cimas. Porque además de su épica despedida de novillero, el año pasado cortó dos orejas a un toro de Fuente Ymbro, y salió a hombros de una puerta que muchos matadores no han podido abrir. De esa lista de plazas talismán, la Santamaría de Bogotá probablemente esté en corazón de Garrido. El pasado 7 de febrero el de Badajoz mandó al público a torear en las calles, cuajó un toro de Mondoñedo al que le cortó una oreja e indultó a Tocayito. Como los conquistadores de su tierra Garrido puso la bandera de Badajoz en los 2.600 metros de altura de la capital colombiana. Garrido tuvo que echar de valor estoico para imponerse ante sus paisanos. Hasta se puso a torear de rodillas para encontrar el pasaporte de la Puerta Grande. Badajoz profesa orgullo por sus toreros. Hoy, Garrido y Marín son los nuevos héroes, la nueva camada que brotó de la nueva cantera de toreros. 49 REVISTA TORO


Los colombianos resisten en Europa POR DAVID JARAMILLO Desde que Luis Bolívar renunció a hacer campaña española durante 2016 y que Juan de Castilla abandonó el escalafón menor como uno de los más destacados en el circuito europeo al finalizar el año, la presencia de toreros colombianos en la temporada en el viejo continente ha sido escasa, salvo, eso sí, la grata irrupción de José Arcila, quien está haciendo un más que destacable esfuerzo para rodarse en estos ruedos. Antes de la explosiva aparición de Andrés Roca Rey en la órbita taurina mundial, el peso de la torería extranjera en Europa durante los últimos años recaía en un grupo reducido de toreros colombianos y mexicanos, tanto en el escalafón de matadores como en el de novilleros, que permitían a los nuestros mantener cierto grado de protagonismo en la temporada, pero que principalmente les valía a ellos, los toreros, para mantener su cartel de cara a las ferias americanas, en las que juegan de locales. Entre los matadores de toros, los nombres de Luis Bolívar, Joselito Adame, Diego Silveti, Arturo Saldívar, o los novilleros Juan de Castilla, Guillermo Valencia, Leo Valadez, Luis David Adame, el venezolano Manolo Vanegas y, en su momento, Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós, las naciones latinoamericanas tenían una presencia más o menos constante en la temporada, pero desde la llegada del peruano, la América taurina parece haberse resumido en su nombre. Tras la estela de Roca Rey, en 2017 los toreros colombianos han quedado relegados a plazas de tercera y cuarta categoría, pues los pocos sitios de las ferias importantes están hipotecados a las figuras, unos pocos toreros jóvenes que han despuntado y aquellos con un apoderado poderoso, de esos que se cubren las espaldas con alguna plaza en la que dan toros y que les permite cambiar la inclusión de su torero, por otro puesto en la suya. Por esta razón, el esfuerzo que está haciendo José Arcila es más que encomiable y elogiable, pues poco a poco va sumando festejos que le hacen mantener la actividad y vivir en torero. Su inclusión temprana en la primera feria del calendario español, la de Ajalvir (Madrid), con toros de Eduardo Mateos, ya fue una sorpresa, y aunque se saldó con dos silencios, sirvió de tarjeta de presentación para decir que había venido para quedarse. El 12 de junio, en la localidad jienense de Arenas de San Juan volvió a vestirse de luces, esta vez para lidiar, junto a Guerrita Chico –por cierto, hacía muchos años que dos colombianos no compartían cartel en España-, una corrida de toros de Toros del Ojailén, a la que le cortó tres orejas y un rabo, para compartir puerta grande con el caleño, que también cortó tres apéndices. En Prádena (Segovia), el 1 de julio, cortó otras dos orejas a una corrida de Fuentespino y ya prepara los compromisos estivales en Cebreros (Ávila) y

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Tafalla (Navarra), los días 14 y 15 de agosto, cuando estoqueará toros de Los Ronceles y del Marqués de Albaserrada, respectivamente. Seguramente no serán los últimos de su campaña europea, pues el sobrio y sentido toreo de Arcila se está haciendo un hueco en España y será cuestión de tiempo para verle confirmar la alternativa en Madrid. Valdría la pena que las empresas de las plazas colombianas valoraran su esfuerzo y pudieran abrirle un espacio en el que José consiguiera potenciar su cartel para seguir creciendo como torero. Se lo merece. Hablábamos también de Guerrita Chico, que triunfó en Arenas de San Juan y que está anunciado el día 30 de agosto en la Puebla de Don Rodrigo, con toros de Torrehandilla y Torreherberos. Un día antes también estará en Barrancos, la única localidad portuguesa en la que se estoquean los toros en una plaza singular, empalizada, y en la que dará cuenta de un ejemplar de Murteira Grave. El torero de Cali atraviesa una interesante etapa de madurez y mantiene viva su presencia en varios festejos a lo largo y ancho de la península. Esto le ha valido para ganar en capacidad y en expresión, algo que ha demostrado en Cali y Manizales recientemente. Sebastián Ritter y Juan de Castilla, dos toreros que aunque han gozado ya de cierto cartel en España, se han quedado parados por razones distintas. Sebastián ha tenido sus oportunidades en Madrid y lo que ganó el día de su debut y posterior alternativa, se ha ido diluyendo hasta desaparecer casi completamente del escalafón. Por eso su actuación en la feria de Azpeitia se antoja definitiva para sus intenciones de volver a sonar. Habrá televisión este 31 de julio y esa es una oportunidad que no puede dejar pasar para mostrar su evolución, aunque seguramente la corrida de Celestino Cuadri no se lo pondrá muy fácil. Tampoco lo tiene fácil Juan de Castilla, que como novillero llamó la atención del público de Madrid, pero que tras su reciente alternativa en la pasada feria de Medellín tendrá, prácticamente, que volver a empezar a ganarse el favor de los aficionados. Su campaña en España comenzará el próximo 15 de agosto, cuando la feria de Roa de Duero, abra las puertas. Estoqueará toros de Antonio San Román y será la primera fecha de un largo peregrinaje en la búsqueda de la confirmación de alternativa. De quien seguimos esperando noticias en España es de Luis Bolívar. El más internacional de nuestros toreros ha vuelto a España y se encuentra inmerso en una intensa preparación sin que, por ahora, tenga una fecha segura para la reaparición en estas tierras. De cualquier manera, es Bolívar quien tiene más segura su presencia en el ruedo venteño en la presente temporada. Aún queda tiempo para que se hagan oficiales los carteles, pero todo indica a

que la próxima Feria de Otoño tendrá en sus carteles al diestro caleño. En el escalafón menor, el de los novilleros, aparece el nombre de Guillermo Valencia, el único que en este momento está anunciado en firme en el primer ruedo mundial, fecha que, además, será la primera de su temporada. Será el próximo sábado 5 de agosto, cuando el torero de Popayán toree los nada fáciles toros de Araúz de Robles, aunque Guillermo está acostumbrado a lidiar con la dureza, pues en sus anteriores campañas se ha labrado un admirable camino en los pueblos franceses. No en vano, el colombiano estará el día 16 de agosto en Parentis en Born, donde se las verá con los “veraguas” de Prieto de la Cal. También será nuestro único representante en la más importante feria de novilladas de la temporada, la del “Zapato de Oro” de Arnedo, donde estará el día 28 de septiembre, ante utreros del Conde de la Maza. Aunque Juan Viriato, que se quedó sin alternativa tras resultar herido en Manizales el pasado mes de enero, se encuentra anunciado en Blanca (Murcia), el próximo 14 de agosto, con utreros de El Cortijillo, lo cierto es que se echa de menos que otros novilleros colombianos vengan a Europa a formarse, pues es aquí donde la actividad es más constante y la exigencia que les permita crecer es mayor, aunque está claro que no es fácil. Por eso mismo el loable que los nóveles sin picadores Santiago Fresneda, José Luis Vega y Santiago Viloria, entre otros, se estén fraguando poco a poco en bolsines y certámenes en España y Francia. A caballo, el que sigue una buena progresión es Jacobo Botero, que en Portugal tiene un interesante cartel, por su valentía y arrojo. El rejoneador de Armenia tuvo que aplazar para el mes de junio el comienzo de su temporada, pero desde el día 4 de ese mes, en la plaza de Benedita, las cosas le han salido rodadas. Dos vueltas al ruedo ese día fueron el prólogo de su regreso a Lisboa. Su actuación en la plaza de Campo Pequeño el jueves 20 de junio, ante un toro de Veiga Teixeira le valió la repetición dos semanas después, el día 6 de julio, en el que corrió con menos suerte con su lote de Falé Filipe y sólo recibió una ovación, aunque fue suficiente para que, una semana después, Hermoso de Mendoza el invitara, el día que toreó mano a mano con José María Manzanares, a que pusiera un par de banderillas a su lado en la lidia del tercer toro de la noche, honor que Botero supo agradecer con una notable ejecución de las suertes. Posteriormente se anunció en Arraiolos, donde volvió a triunfar y este 29 de julio estará en Caldas da Rainha, sexta parada de la que promete ser una interesante temporada para el colombiano, otro de los que se merece ser tenido en cuenta en Colombia, pues parece más difícil hacer patria en Colombia, que fuera de ella.




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