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ultimoround número 4 - abril de 2014
DISEÑO JUAN MANUEL VILLASUSO MANUELA CATTANEO LUCAS LAGREcCA
ENTREVISTA / Perfil JAVIER CAMPOS Cocó Muro - karina ocampo
FOTOGRAFÍA DINA CANTONI
ARTÍCULOS / RELATOS LEONARDO PERNA Patricia Morante Mariano massone FLORENCIA IGLESIAS FEDERICO ACOSTA RAINIS marcia lo feudo FABRICIO LOMBARDO
ILUSTRACIÓN DIEGO PARPAGLIONE GUSTAVO DE TANTI paula lupo DANIEL PITO CAMPOS GOGA - MAXI FALCONE CARLÍN - LEANDRO MAYORGA maría chevalier
WEB / FACE GERMAN BATALLa
Emile Gri f f i t h y Be n N y Pa re t e n e l p e s a j e p re vi o a la p e l e a d e 1 9 6 2 e n e l Ma d i s o n S q u a re Ga rd e n .
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sumario
Staff. Editorial. Federico, defensor de la libertad. Gatillo fácil. No todo es tan color de rosa. Filetes de chota. Entrevista: Lohana Berkins. Emile Griffith, la ira de un hombre amable. Entrevista: Marta Dillon (Edición digital). Enrique Symns, una bestia infeliz y sensible. Por dónde la ves, izquierda? Sillita alta.
DISTRIBUCIÓN
f a c e b o o k : r e v i s ta u lt i m o r o u n d
ARI DE TOMASI
r e v i s ta u lt i m o r o u n d @ g m a i l . c o m
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www.revistaultimoround.com.ar
MIRTA SAAVEDRA
EDITOR RESPONSABLE FABRICIO LOMBARDO
“El beso de la vida” por Rocco Morabito
Foto: Henri Cartier-Bresson (1908-2004)
Problema de ellos, porque los expulsados del paraíso central y los autoexiliados del sentido común están convencidos de haber encontrado su lugar en el mundo. Y aunque se los niega y reprime: ellos ahí. Los mandan al psiquiatra, a la cárcel, a hablar con el juez, y ellos ahí. Definitivamente, algo debe haber en los márgenes para que millones y millones de seres humanos decidan habitar esas tierras y enfrentar, algunas veces, la angustia de la desesperanza, y otras, el vértigo de encontrar alegría en medio de una caminata hacia un mundo sin márgenes. No vamos a ensayar ahora qué es lo que falta para que ese mundo sea real
más allá de los márgenes. Pero sí diremos que existe en ellos algo que raya lo inexplicable y que proviene directamente de la pulsión de vida. Algo bello e inconcluso que no se activa en la normalidad central porque iría en contra de su natural quietud. Un movimiento deliberado que intenta escapar permanentemente a la inercia del dejarse llevar. Por nuestra parte, en eso estamos o, al menos, en eso queremos estar. La certeza de que lo común y lo esperable guardan aún una lejanía asombrosa nos invita una vez más a ser arrastrados por esa fuerza centrífuga que nos acompaña desde el principio y que siempre nos termina arrojando a los márgenes.
La España de los años 30 no era el mejor lugar para que un hombre amase a otro hombre. Juan Ramírez de Lucas ocultó su romance con Federico García Lorca hasta poco antes de morir, pero decidió guardar en una caja de madera la memoria de aquel amor interrumpido por la dictadura fascista.
Por Patricia Morante Ilustración: Maxi Falcone ¿Por cuánto tiempo se puede guardar un secreto? La sola idea de mantener a raya la intimidad frente a la opinión pública —más cuando esa intimidad incluye nombres conocidos y cuando existe la tentadora posibilidad de contarla hasta en redes sociales— parece hoy un acto arcaico y admirable. Ese fue el caso de Juan Ramírez de Lucas, el periodista y crítico de arte nacido en 1917 en Albacete, que prefirió callar su romance con Federico García Lorca hasta poco antes de morir. Lo que Ramírez de Lucas tenía para contar excedía ampliamente el morbo de un romance homosexual en la convulsionada España de la Guerra Civil. Su relato, guardado en una caja de madera con poemas, dibujos, cartas y hasta un diario, ha sido un aporte de gran valor para los estudiosos de la obra de García Lorca. El legado que Ramírez de Lucas dejó a su hermana —una caja llena de recuerdos— sirvió además para que el escritor Manuel Francisco Reina documentara su novela Los amores oscuros. Allí recrea la relación entre García Lorca y Ramírez de Lucas desde la tarde en que se conocieron hasta los últimos días del periodista. Manuel Francisco Reina expresa con vehemencia la intención de su novela: «¡Que se acabe la vergüenza! Ya es hora de descorrer este velo de silencio que, por absurdas cuestiones morales, lleva a la gente a destruir papeles históricos aun en estos tiempos en los que hay libertad de expresión». El autor afirma que este libro debe leerse como un homenaje a todos los amores oscuros. Reconoce, tres cuartos de siglo después de la muerte de Lorca, que las cosas han cambiado un poco: «Antes todos eran conservadores. Los padres de Ramírez de Lucas porque eran muy católicos, pero los propios padres de Lorca también eran conservadores aunque votaran socialista; su madre apenas le hablaba y su padre mantenía con él una relación muy protectora. Eso ha ido cambiando pero todavía nos encontramos cada día con destellos homófobos (...) Lorca fue un defensor de la libertad». No es difícil de entender que en la dura posguerra española muchas familias prefirieran deshacerse de todos aquellos documentos que pudieran comprometerlas. El temor a ser detenido o encarcelado era tan fuerte que a nadie se le ocurría guardar o esconder pruebas incriminatorias en cuanto a sexualidad o a ideologías. Ramírez de Lucas, en cambio, siguió el camino más difícil: a pesar del silencio de más de setenta años, eligió guardar en una caja la memoria de
su gran amor de juventud, el poeta Federico García Lorca. En vano espero tu palabra escrita
¿Qué tiene de extraordinario hoy en día una pareja homosexual? Nada, gracias a Dios —por meter una frase hecha— y gracias a la lucha que se lleva desde hace años para que nuestra atención se centre en los verdaderos escándalos. Sin embargo, según en qué contextos el amor entre personas del mismo sexo puede dar escalofríos. Por ejemplo, situarlo en la Uganda actual —donde existe una Ley Antihomosexualidad—, en la Alemania nazi o en la Guerra Civil Española. Juan y Federico se conocieron en la convulsa Madrid de 1934 y ese no fue un buen momento. Allí mantuvieron su idilio de espaldas a sus familias, marcadamente conservadoras. Juan era un joven culto y atractivo que soñaba con ser actor y Federico prometía llevarlo por los teatros del mundo. García Lorca ya se había convertido en un autor de éxito y su situación en Madrid se hacía cada vez más peligrosa. Si bien detestaba la política partidaria, sus numerosas declaraciones sobre la justicia social o su amistad con personajes de izquierda como
Margarita Xirgu y el ministro socialista Fernando de los Ríos, lo convirtieron en un personaje odiado por la derecha. Sus amigos le advirtieron del peligro que corría, y fue entonces que Juan y Federico decidieron viajar a México. Ramírez de Lucas, con diecinueve años, no contaba todavía con la mayoría de edad y debía pedirle permiso a su familia para poder salir del país. Por eso se despidieron en la estación de Atocha: Juan iría hacia Albacete y Federico hacia Granada para despedirse de sus padres. Desde ese último abrazo en Madrid, nada salió bien para ellos. Juan fue amenazado por su padre con poner el asunto en manos de la Guardia Civil si intentaba salir de Albacete sin su autorización: lo había mandado a Madrid para estudiar Administración Pública, no para ser actor. Uno de sus diez hermanos, Otoniel, que era miembro de las Juventudes Socialistas y el único que conocía su doble vida, trató de interceder por él. Pero fue en vano. Simultáneamente, desde la Huerta de San Vicente en Granada, Lorca telefoneaba animándole a que fuera paciente y comprendiera a su familia. Pensaba que se impondría la razón y acabarían entendiéndolo. En la última carta que recibió, fechada el 18 de julio de 1936, Federico le dice:
Juan Ramírez de Lucas delante de su colección de objetos de arte popular
«Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y te pido que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: es preciso que vuelvas a reír. A mí me han pasado también cosas gordas, por no decir terribles, y las he toreado con gracia». Luego sucedió la infamia. Una historia que aún hoy cuesta digerir. Lorca fue arrestado y fusilado. El asesinato del poeta dejó a Ramírez de Lucas sumido en un profundo dolor que no hizo más que aumentar con el paso de los años. Juan Ramírez de Lucas trató de limpiar su pasado ingresando en la División Azul, la fuerza de unidad de voluntarios españoles que sirvió a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Luego regresó a Madrid y pudo rehacer su vida. En 1955, el escritor Agustín Penón — que estaba exiliado en Estados Unidos— viajó a Granada para investigar la muerte de Lorca. Él fue el único que descubrió la relación entre Lorca y Ramírez de Lucas. Dejó constancia de ello en sus anotaciones, publicadas luego de su muerte por el hispanista lorquiano Ian Gibson y recogidas también por la escritora granadina, amiga de Penón, Marta Osorio. La mención sobre el amante de Lorca en las anotaciones de Agustín Penón apenas fue de unas pocas líneas perdidas entre cientos de páginas. Juan Ramírez de Lucas alentó ese anonimato al no contestar a los requerimientos de ninguno de los estudiosos. Perdido en el ruido de una gran ciudad, recurrió al poeta Luis Rosales, gran amigo de Lorca, para que lo ayude a entrar en el diario ABC. Allí comenzó su carrera como crítico de arte y arquitectura para seguir desarrollándola en otros medios especializados.
¿Por cuánto tiempo se puede guardar un secreto? Juan Ramírez de Lucas tuvo la generosidad de no llevárselo a la tumba y la decencia de no lucrar con su dolor. Esa caja de madera con dibujos y cartas es el conmovedor legado de alguien que amó en la oscuridad y al morir dejó su balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo.) El segador siega el trigo. (Desde mi balcón lo siento.) ¡Si muero, Dejad el balcón abierto!
*Nota: Los amores oscuros es un título inspirado en Sonetos del amor oscuro o simplemente Sonetos, obra póstuma, que Lorca escribiera en 1936 y dedicara a Juan Ramírez de Lucas y no a Rafael Rodríguez Rampún, como se había creído durante años. Fuentes consultadas: -Poesías completas. Federico García Lorca. Colección Literaria Universal. Editores Mexicanos Unidos. 1981 -Revista Sudestada. Cultura, política y actualidad. Año 8 N° 80. Julio, 2009. http://buscameenelciclodelavida.blogspot.com.ar/ -http://Cultura.elpais.com/cultura/2012/05/10/ actualidad/1336676221_353822.html -http://www.andalucesdiario.es/cultura/ yo-soy-espanol-integral-pero-antesque-esto-soy-hombre-del-mundo-y-hermano-de-todos/
En Latinoamérica los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales avanzan de manera desigual y contradictoria. ¿Cuáles son los desafíos para la conquista de una verdadera igualdad? El escritor Mariano Massone nos sumerge en la lucha de esta comunidad transnacional y pujante.
por Mariano Massone América Latina y el Caribe tienen un panorama muy contradictorio con respecto a los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (en adelante, comunidad LGBTI). Por un lado, tenemos grandes avances en países como Argentina, Uruguay, Brasil y México y, por otro lado, existen países realmente complicados para la comunidad con casos atroces de crímenes de odio y vía libre para la discriminación, como es el caso de Honduras, Perú y Colombia. Mientras que en Jalisco, un estado mexicano destacado por su conservadurismo y por las reiteradas muestras de homofobia de sus autoridades, se promulga la Ley de Convivencia, que es un paso anterior a la unión civil o matrimonio igualitario, en Perú, los crímenes de odio están a la orden del día y los congresistas derogan una tras otra cada una de las leyes antidiscriminatorias con argumentos absurdos basados en lo «natural», lo «normal» y su contrario, lo «enfermo», lo «erróneo» para una sociedad. Desde 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) sacó de las enfermedades mentales a la homosexualidad. Ese paso es muy importante para entender que ni siquiera la comunidad científica puede dar argumentos a favor de la enfermedad mental de una persona que ama a otra de su mismo sexo. Otro grave problema de la región es que los avances en materia de derechos existen pero no se logra concientizar a la población y, sobre todo, a los funcionarios públicos sobre estos avances. A la hora de la verdad, las legislaciones, los avances que se están dando, no son garantía de nada cuando uno sale a la calle con su pareja homosexual o trans. En Argentina, en febrero de 2014, después de casi cuatro años de promulgada la Ley de Matrimonio Igualitario, golpean salvajemente a un joven por decir que es homosexual en una discoteca. Al grito de «enfermo» los patovicas del local y la policía provincial de La Pampa le hicieron tragar gas pimienta y lo golpearon en la cabeza, en brazos y piernas. En Chile, a pesar de ser aprobada la Ley Antidiscriminatoria o «Ley Zamudio», mataron a una persona homosexual de cincuenta y cuatro años en su casa, torturándolo antes. La brecha que existe entre las legislaciones y la práctica real es muy grande. Sobre todo porque muchas veces es la misma policía la que no defiende los derechos de las minorías, ridiculizándolas o acoplándose a la violencia y a la discriminación. Después de la fiesta que supuso la promulgación de derechos en países como Argentina, Uruguay, México y Brasil, y una vez pasada la resaca, podemos decir que la violencia y la discriminación hacia la comunidad LGBTI siguen siendo prácticas cotidianas.
Argentina, el imperio de LAS contradicciones Particularmente, en nuestro país podemos dar cuenta de un panorama bastante dual: varias de las leyes promulgadas iniciaron un gran avance en el tema pero todavía no existe una plenitud de derechos lo suficientemente considerable. Si bien la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género son de avanzada a nivel mundial, hoy, si alguien de la comunidad LGBTI quiere donar sangre para un familiar no puede por el simple hecho de tener sexo con personas de su mismo sexo. Además, el artículo 19 del Código Civil (actualmente en el Congreso para su debate) que expresa que «la existencia de la persona humana comienza con la concepción» deja grandes dudas sobre el futuro de la comunidad, debido a que las fertilizaciones asistidas y el alquiler de vientres ya no podrían hacerse por el simple hecho de gestar vida en el momento de unir un óvulo con un espermatozoide.
Es decir, si un matrimonio quiere tener un hijo o hija mediante fertilización asistida o alquiler de vientre sería un problema para el profesional que utilizara los espermatozoides y óvulos, ya que en el momento de su unión ya crearían “vida”. O sea, en el caso de algún inconveniente con los embriones se lo podría sancionar por mala praxis o, incluso, asesinato. Gran responsabilidad para un profesional de la salud que, creo, ninguno querrá correr. Igualmente, según el diario Página/12, la protección de los embriones no implantados quedó fuera del Código Civil y estará sujeta a una nueva ley. Habrá que esperar qué decisiones se toman en el momento de sancionar esa ley omitida por ahora. Por otro lado, este artículo veta de antemano un derecho sexual y reproductivo importantísimo como es el derecho a un aborto legal, seguro y gratuito y deja de lado toda posibilidad de un avance futuro en la materia de este derecho. Muchos analistas piensan que esta modificación del artículo 19 tiene que ver con una presión de la Iglesia católica, ya que fue cambiado a último momento. Algunos periodistas creen que este cambio radical se dio debido al «efecto Francisco», es decir, a la asunción de Jorge Bergoglio en la curia papal y todo lo que eso conlleva políticamente para nuestro país.
Contraste entre Ecuador y Uruguay En una manifestación a favor del matrimonio igualitario en Venezuela una chica llevaba un cartel que decía “+ Mujica Correa”. Esto me llamó mucho la atención y ahora explicaré el porqué. Mientras que Uruguay parece ser la nueva tierra prometida para la comunidad LGBTI por sus avances —no solo en cuanto a matrimonio igualitario y Ley de Identidad de género, sino también con respecto a derechos sexuales y reproductivos como el acceso al aborto— en Ecuador, según el mismísimo presidente Correa, el matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género no son prioridades para el país. Correa, además de decir que había temas más urgentes, señaló que la familia debía constituirse por un hombre y una mujer. En Argentina, los senadores y diputados que se oponían al matrimonio igualitario esgrimían el mismo discurso.
Venezuela, todo por hacerse En Venezuela, la organización «Venezuela Igualitaria» logró juntar el apoyo de cuarenta y siete organizaciones y veinte mil firmas para que la Asamblea Nacional de Venezuela trate el tema del matrimonio igualitario. Dentro de las organizaciones que apoyan el proyecto hay chavistas y antichavistas, lo que hace que el proyecto cruce las barreras de las ideologías políticas. El proyecto se tratará entre agosto y diciembre de este año. Lo que deja todo por hacerse. Por supuesto, la Iglesia ya salió al ataque con el eslogan “No al matrimonio igualitario, no permitas esas aberraciones en Venezuela”. Sin embargo cabe destacar que el setenta por ciento de los que firmaron el proyecto de ley para que entre en la asamblea son heterosexuales.
Colombia, donde dicen «no» al matrimonio En Colombia el año pasado se cayó la Ley de Matrimonio Igualitario y los senadores que votaron en contra se escudaron en proposiciones religiosas y fundamentalistas de la «ley natural». Los defensores de esta “ley natural” sostienen que el sexo solo tiene el fin de procrear, dejando de lado el erotismo y la sensualidad. Para ellos, lo natural, lo que Dios dijo (ya que se mezcla, en esta teoría, la naturaleza y los designios divinos) es que las relaciones sexuales deben ser realizadas por un hombre y una mujer con el fin de generar descendencia. Todo lo que no acate esa ley es anormal, pecaminoso y erróneo. A esta teoría, que todavía siguen sosteniendo y enseñando universidades y colegios religiosos y que está muy inserta en nuestra sociedad, se enfrenta una teoría más social y constructivista que es la que defiende a la comunidad LGBTI. La “teoría queer” propone un revisionismo histórico para desentrañar cómo la sociedad occidental y cristiana, a partir de discursos de poder como la psiquiatría, la criminalística y la religión, generó una norma que es entendida como natural
La historia comienza cuando Danielle Wiley y su esposa Anna Richards decidieron ser madres. Pero a diferencias de sus amigas que se embarazaban con donantes anónimos, Danielle y Anna querían algo más, alguien que participara. Ahí es donde contactaron con Kangro, un buen amigo de Anna y le invitaron a compartir la paternidad. Redactaron un contrato para dejar claro cómo funcionaría la familia. La pareja de chicas se haría cargo de la custodia y la manutención económica de Della. Kangro figuraría como tutor con derechos de acceso. La Ley de Derecho de Familia, que entró en vigor en marzo de 2013, permite inscribir hasta cuatro padres. Los donantes pueden ser considerados padres si firman un acuerdo por escrito antes de la concepción. La familia de la pequeña Della ha recibido mucho apoyo de familiares y amigos. Una de sus madres reconoce que entre seis abuelos la tienen muy consentida. FUENTE: http://ovejarosa.com/
pero que no deja de ser contextual e histórica. Por lo tanto, como norma asociada a una coyuntura histórica puede ser cuestionada y reformulada. Esta teoría, más inclusiva para la comunidad LGBTI, perdió la batalla en Colombia contra el oscurantismo de la Iglesia.
Brasil y el matrimonio igualitario En Brasil, el año pasado se promulgó la Ley de Matrimonio Igualitario para todo el país. Esto lo pone en el tercer país latinoamericano que promulga la ley, después de Argentina y Uruguay. Además, hace unos meses, se presentó como proyecto la Ley de Identidad de Género basada en la ley actualmente vigente en Argentina.
No seremos el primer mundo, pero… En el mundo hay setenta y seis países que criminalizan a la comunidad LGBTI, pero el caso de Rusia es escalofriante por la importancia y peso político que este país tiene a nivel mundial. En los últimos meses Rusia —aunque es parte del consejo de seguridad de la ONU— aprobó una ley por la cual se criminaliza cualquier tipo de «propaganda» a favor de actos homosexuales. También en este país se manejan impunemente grupos fascistas que matan, torturan y violan a personas de la comunidad. Esto hace que se vuelva un lugar inhabitable para aquel que no tiene la orientación sexual permitida por el Gobierno. En Buenos Aires se hicieron protestas frente a la embajada de Rusia y en el resto del mundo surgió la iniciativa de no mirar
los juegos olímpicos de Sochi que tenían, paradójicamente, el lema central de la «integración de las minorías». Pero no solo el problema es en Rusia. En la España de Rajoy se quiere dar un paso atrás en la Ley del aborto aprobada durante el gobierno de Zapatero. Ese retroceso puede significar un paso hacia adelante para cercenar los derechos sexuales y reproductivos en España. Frente a los avances y la lucha que lleva la sociedad civil en América Latina, el antiguo continente parece ponerse cada vez más oscurantista y violento con las minorías sexuales y los derechos reproductivos. Hacia Anita y sus dos mamás en toda América Latina El panorama de nuestra región no es ni tan alentador ni tan desalentador. Hay todavía muchísimo por hacer en materia de derechos sexuales y reproductivos. Pero, por sobre todo, es completamente necesaria una educación que integre a las minorías para que no ocurran más los hechos de violencia y los crímenes de odio. Es necesario educar para la igualdad. En ese sentido, hace poco salió un libro para niños en Argentina que se llama Anita y sus dos mamás de la editorial Molinos de Viento, donde, desde una mirada infantil, cuenta la historia de una familia homoparental que no dista mucho de ser igual que las familias heterosexuales. Este es el tipo de educación que necesitamos para que los niños integren a la comunidad LGBTI como algo natural, común en sus vidas cotidianas. Como dice Susy Shock en su copla: «desde la escuela/ de chiquitos/ hay que educar/ yo no quiero salita rosa/ quiero salita de trans».
Norma Castillo y Ramona Arévalo, primer matrimonio de lesbianas en Latinoamérica. Se casaron en Buenos Aires, en el 2010.
REVOLUCIÓN
travesti
¿Cómo anda tu progre interior? Esto no es un test, pero Lohana Berkins te va a dejar pensando. «¿Por qué las marchas por el aborto las hacemos mujeres y travas?». Militante travesti y referente en la conquista de la Ley de Identidad de Género, hoy es directora en la Oficina de Género e Identidad Sexual. Desde ahí sigue peleando contra la marginalidad, la violencia y la discriminación cultural. por javier campos /// Fotografía: Dina Cantoni
“somosLaseltravestis deseo ilícito de la derecha capitalista, ¿cuándo seremos el deseo lícito de la izquierda revolucionaria?”
porque cuando vos te emancipas ya tenés claro quién es el enemigo: del ostracismo de la ignorancia ya salimos. Obviamente me gustaría que venga un gobierno que sea revolucionario, que profundice el modelo, que haga una distribución de la riqueza mejor, bah, una distribución real ¿no? Falta mucho para cambiar, cambiaremos cuando las putas estemos en el Congreso, cuando estemos las travas, los negritos, los villeros… Y realmente peleando por nuestros derechos, ahora si vamos a seguir siendo interpretadas por otros el cambio va a ser medio tramposito. —Entonces… —Y bueno para mí hay dos campos bien determinados: la derecha reaccionaria, fascista. Y el otro campo, ¡que se dividirá en quién sabe cuántos sectores! (risas). Pero hay dos caminos, chaboncito, te ponés de un lado o te ponés del otro: los grises no existen porque son cambios de sistemas muy profundos. Y cuando elegimos no lo hacemos solo porque obtuvimos la ley, porque eso sería hipócrita. En general tenemos que apoyar a quien haga un cambio mucho más profundo, que garantice y que supere estos logros, ahí tenemos que sumarnos. Yo voy a hacer todo para que no suba la reacción, hay que crecer en eso. Y se han dado luchas mucho más importantes pero hay que hacer más cosas, hay que ejecutar lo que se promulgó. Nosotras discutimos que no es lo mismo esto que aquello. Sabemos que el capitalismo es el capitalismo, entonces venga quien venga, así sea alguien no favorable a nuestras luchas, tampoco le va a ser fácil corrernos. Cuando vos conocés la libertad no es fácil que te vuelvan a encerrar
“
Quiero que me reciba el Santo Padre. Fue él quien habló de la guerra santa, por eso quiero saber si las cosas van a cambiar realmente. Yo soy muy católica, no creo en las instituciones pero defiendo mi creencia: en Salta, los quince de diciembre, todo el mundo se infarta, yo voy con mi mantilla: misa, confesión y procesión. ¿Por qué voy a dejarles a ellos que administren mi fe?”
“
La Iglesia es la institución más dañina para nosotras. Se opuso a la patria potestad compartida, al divorcio, al matrimonio igualitario, al aborto… (…) Mirá, cuando me reciba Francisco y me invite a la Santa Sede ahí voy a creer que la Iglesia empezó a cambiar.”
en las marchas, contra los políticos siempre se le escapa «eh, no seas puto; eh, sos un puto de mierda». ¡Las veces que me he trepado a camiones de grandes dirigentes a decirle: «che, ¿no ves que los putos estamos acá?». Pero en la izquierda siempre es un tema que viene atrás, primero es la revolución y después, las mujeres, los travestis, etcétera. La cuestión de género es muy importante, atraviesa la política; y ya debería estar discutido el vocabulario, los insultos, las proclamas. Con las mujeres se nota mucho y los varones tienen que reflexionar sobre la desigualdad y los problemas de acceso a lo cotidiano. Mirá el movimiento piquetero: fueron mujeres las que salimos a cortar la calle, fueron las cacerolas las que se golpeaban, que es un elemento unido a la mujer. ¡Pero a la hora de la representatividad quedaron varones; los grandes dirigentes piqueteros son todos hombres! Y desestimo lo difícil que debe ser para los varones romper con esta cultura: es una guerra ideológica la que tenemos que dar. ¿Por qué el aborto termina siendo una demanda donde solo van a la marcha mujeres y travas? ¿Y qué pasa en los movimientos de izquierda cuando decimos
que somos gays o lesbianas? Me acuerdo que una vez un dirigente me dijo: Lohana no empecés porque eso divide al sujeto. Tiempo después lo encontré y le dije que él estaba errado: ¡enaltece el sujeto! Yo no tengo que ser comunista acá, trotskista allá… A mí, con otra gente, me une la ideología: no voy a agitar banderas a un gay de derecha, a un gay del PRO. Ya lo dijeron las feministas: lo personal es político. Encima, cuando se hace un encuentro de un movimiento o partido se dice allá están las compañeras de género: dos chicas, una travesti, y se terminó. ¡No! Pasó una hora y media, Lohana no tomó ni un sorbo de agua y sigue hablando como si nada. Empezamos a pararnos para ir terminando, pero antes tira dos frases para dejar pensando a más de un tipo, una de Mujeres Creando: «Lo más parecido a un machista de derecha, es un machista de izquierda». Y otra que la deja anónima: «Las travestis somos el deseo ilícito de la derecha capitalista, ¿cuándo seremos el deseo lícito de la izquierda revolucionaria?». Estamos saliendo, se vuelve y me repite: «Subila a Facebook, es importante que se discuta la cuestión del género, es clave culturalmente».
Enrique Symns
Una
bestia
infeliz y sensible
L
POR KARINA OCAMPO ILUSTRACIÓN: DIEGO PARPAGLIONE
eer cualquier libro de Symns o escucharlo hablar es adentrarse en la oscuridad, ver lo que pasa del otro lado. El sobreviviente de una generación autodestructiva es un personaje que se reinventó como la suma de todos los hombres que alguna vez fue y de los que todavía quiere escapar.
S on pocos los que se arriesgan a aban-
donar el confort para buscar una respuesta que se esconde lejos de las convenciones sociales. Tal vez por eso, aun en su vejez más solitaria, Enrique Symns me resulta fascinante. Tarea compleja la de ordenar las piezas de la biografía de Enrique Symns y escribir mi impresión sobre ella. Sesgada, imprecisa, más cuando conozco solo una parte y el resto lo construyo con flashes de mis lecturas y recuerdos. Antes de nuestro primer encuentro me habían contado que en sus mejores épocas fue un pendenciero capaz de provocar a cualquiera con tal de pelear, que era común verlo sacar una navaja o terminar a las piñas, como si gozara con la posibilidad de degradarse. Lo vi dos veces y estuvo lejos de ser aquel hombre del que me habían hablado. Con sesenta y siete años y un bastón que soporta el peso de sus elecciones, o de la determinación de su código genético, bastaron algunas palabras y un mail que me envió una mañana para sospechar que había aspectos de su personalidad que nunca había observado ni en sus crónicas, ni en los libros, ni en las entrevistas. Pienso en quien todavía no lo conoce ¿cómo transmitirle lo que me produce su lectura? Al que lo considera un escritor de culto ¿encontrará en mi retrato un trazo original? Y si lo leyera Symns ¿podría reconocerse en la deformación de mi mirada?
Antes de nuestro primer encuentro me habían contado que en sus mejores épocas fue un pendenciero capaz de provocar a cualquiera con tal de pelear, que era común verlo sacar una navaja o terminar a las piñas, como si gozara con la posibilidad de degradarse. Lo vi dos veces y estuvo lejos de ser aquel hombre del que me habían hablado.”
El chico que perdió la inocencia Cuenta Enrique Symns en su autobiografía El Señor de los Venenos que nunca fue al colegio. En realidad, aclara que fue una vez y le provocó tal grado de terror salir de su casa y subir al micro escolar solo, que los maestros recomendaron a sus padres enviarlo a un psiquiatra. «Ese día envejecí para siempre, algo en mí se endureció y me preparó para aceptar del mundo todas las perversas propuestas que después, efectivamente, se sucedieron». Nació en 1946, o quizás nació antes y lo anotaron ese año, el mismo en que Juan Domingo Perón llegaba a la presidencia de Argentina y Europa comenzaba un proceso de reordenamiento tras la Segunda Guerra Mundial. Criado en Monte Grande, partido de Lanús, Enrique-niño supo enseguida que era distinto a los demás. La impresión de no adaptarse al entorno lo transformó desde chico en un marginal de clase media que sufrió el cambio determinante y traumático de ser arrancado del pueblo para mudarse al barrio de Barracas. «La adultez fue una ropa que me pusieron como si fuera un presidiario; nunca dejás de ser niño, te obligan a dejar de serlo». Con doce años ya se escapaba por las noches para probar y probarse de lo que era capaz. Ese —recuerda— fue su primer contacto con el alcohol y la libertad. En un bar cercano a la estación de trenes se quedaba horas mirando el movimien-
to y fantaseaba con viajar solo a la gran ciudad. A los catorce cumpliría ese sueño: se fugaría de su casa para convertirse en ladrón. El cronista del tiempo Del asalto de negocios a mano armada hasta la cárcel y el periodismo hubo un camino que incluyó el cruce de fronteras. Pronto el país le quedó chico y extendió el radio de ilegalidad a Brasil en donde vivió en una comunidad hippie y también pasó por la cárcel. Cuando volvió, arruinado por el LSD y el rencor, pasó una breve estadía en el hospital psiquiátrico Borda del que escapó en peor estado del que había entrado. Cuenta que su acercamiento al periodismo fue en España, donde huyó a mediados de los setenta. Había sido buscavidas y vendido autos usados en Ámsterdam, helados en trenes suizos, había hecho encuestas como tapadero de otras actividades y se las había ingeniado para mantenerse hasta que encontró trabajo en una editorial para la que hizo una investigación sobre represión sexual en la etapa de Franco, además de cientos de entrevistas que le sirvieron para foguearse y ejercer un oficio. Cuando volvió al país durante la guerra de Malvinas probó la escritura como ejercicio del pensamiento en la revista
Cuando volvió, arruinado por el LSD y el rencor, pasó una breve estadía en el hospital psiquiátrico Borda del que escapó en peor estado del que había entrado.”
Pan Caliente. La memoria asombrosa y su vocación antropológica le sirvieron para ocupar lugar como jefe de redacción. Después aplicó esa destreza en Clarín. Cuenta que, antes de empezar a colaborar con ese medio, aprovechó un contacto que tenía, se hizo pasar por estudiante y acabó robando centenares de libros de la biblioteca. También dejó su marca en las redacciones de Satiricón, Eroticón y los diarios La Voz y Sur. Pero si hay una obra por la que Symns será recordado es por la revista Cerdos y Peces. Nació como suplemento cultural de El Porteño cuando lo convocó su amigo Gabriel Levinas. Symns le propuso crear un espacio en donde se mostrara lo oculto, los bordes de la sociedad. Inspirado en publicaciones españolas, se transformó en cronista delincuencial y entrevistó al mundo que le atraía: ladrones, travestis, prostitutas, violadores, artistas del Parakultural y músicos de rock que por entonces daban sus primeros acordes durante la democracia restituida. Sin avisar incorporó ficción en los relatos, inventó personajes, eventos y hasta escritores. Firmó con seudónimos imposibles. Transformó bares en redacciones, tuvo sexo con cientos de lectoras anónimas en todos sus rincones, trabajó con su pareja Vera Land como editora y provocó una ruptura cultural en el nombre de Nietzsche, Bukowski, Burroughs y Artaud.
La revista de este sitio inmundo —Cerdos y Peces— fue embargada y cerrada tres veces por apología. Resistió los problemas económicos y los embates del gobierno de Alfonsín, pero por sobre todas las cosas, soportó la marea destructiva de sus creadores hasta que llegó al coma editorial durante el menemismo. Después le sucedieron otros proyectos. Se mudó a Chile para comandar el periódico de humor político The Clinic, en donde continuó con el descontrol hasta fastidiar tanto a la sociedad que lo había idolatrado, que tuvo que volver. Escribió para THC, Crítica de la Argentina y Orsai, en donde regresó al estilo autobiográfico. El escritor del under La escritura fue su oficio desde la primera vez que inventó una historia de necrofilia y comprobó que ganaba la atención de los compañeros de juegos si alteraba sus fantasías sexuales. Ni siquiera sospechaba que después, no solo aprendería a leer, sino que relataría la contracultura de su época. Pero por entonces adivinaba los diálogos de las historietas y en su interior ya palpitaba el escritor en ese pequeño monstruo que creaba redes de oralidad. Su hermana era profesora de filosofía y tenía libros como El Ser y la Nada de Sartre y Crítica de la razón pura de Kant. Ella le enseñó a leer y él, autodidacta, se acostumbró a cuestionar los dogmas con una lucidez asombrosa. No fue el colegio, entonces, el que llenó su cabeza de ideas estructuradas y de nombres de ciudades y de ríos. Fueron conceptos diferentes que surgieron por su trabajo de heladero en la Boca, por la traición y el robo que comenzaron a pervertirlo, por aquel revólver oxidado que lo hizo sentir poderoso, por la esclavitud con horarios establecidos de la fábrica en la que trabajó y por la otra esclavitud: la de los barrotes de hierro. Además de ingresar en el periodismo, él afirma que se convirtió a la religión de la escritura en la provincia de Badajoz, España. Consiguió un trabajo como encuestador, pero en lugar de preguntar, optó por llenar páginas de datos inventados con historias verosímiles y, probablemente, más interesantes que las de los propios habitantes. De esa forma construyó un pueblo al estilo del videojuego casi homónimo «The Sims». ¿Depende la literatura de la personalidad del autor, de sus elecciones, de su suerte? ¿Habría sido diferente su escritura si no se hubiese topado con las drogas, el alcohol, la traición y el desamor? Apuesto a
si hay una obra por la que Symns será recordado es por la revista Cerdos y Peces. Nació como suplemento cultural de El Porteño cuando lo convocó su amigo Gabriel Levinas. Symns le propuso crear un espacio en donde se mostrara lo oculto, los bordes de la sociedad. Inspirado en publicaciones españolas, se transformó en cronista delincuencial y entrevistó al mundo que le atraía: ladrones, travestis, prostitutas, violadores, artistas del Parakultural y músicos de rock que por entonces daban sus primeros acordes durante la democracia restituida.”
que sí, la apropiación desquiciada de los libros fue solo una parte del aprendizaje pero la cárcel, la cocaína y los viajes le dieron las herramientas para fabricar conexiones en su cabeza y sensaciones que después describió con absoluta precisión y cinismo. Enrique Symns limpio no habría contado el mundo con las mismas palabras, la oscuridad que nubló su mente no lo hubiese atravesado: el sacrificio humano fue necesario para desnudar al literario. Como lector, se refiere a algunos libros como drogas poderosas y transformadoras. Leopoldo Marechal, Roberto Arlt, Fiódor Dostoyevski, Henry Miller, Jack Kerouac y los poetas malditos le hicieron comprender, mejor que su familia, quién era en realidad y quién nunca podría ser. Sin embargo Enrique-escritor reniega de la literatura porque dice que el formato del libro atrapa y es un espacio mezquino que pierde valor ante la palabra hablada. «El arte es una coquetería instalada en el código genético para entretener a un pobre mono usurpado». El artista de la desmesura Periodista, escritor y librepensador, como lo define Gillespie en una entrevista para su programa de Rock & Pop, es probable que la ropa que mejor le calce sea la de artista: el hombre que con su simulación de lo real provoca emociones. Muy temprano descubrió que con su histrionismo podría manipular con el encantamiento de la serpiente: hombres y mujeres quedaban atrapados por la oratoria de un chamán. En España para esquivar la miseria se ganó la vida como artista callejero y a su regreso a la Argentina, en los ochenta, estrenó sus monólogos en un Centro Cultural de la zona de Congreso. Ahí lo vio la Negra Poli, la «bruja con forma de mujer» que lo conquistó con su energía y lo atrajo para abrir los shows de la incipiente banda de la que era manager: Los Redonditos de Ricota. La historia es conocida. Para Symns significó meterse entre el público de rock desde el inicio. Acompañó a la banda en su crecimiento, compartió pensamientos, drogas y creencias pero cuando el grupo se hizo masivo, su papel como presentador perdió relevancia y se volvió un indeseable al que borraron de un plumazo. Tal vez por las críticas despiadadas que les había empezado a hacer desde Cerdos y Peces, o por la ingratitud que demostró, o porque era el grano en el culo de lo que ellos habían dejado atrás. En varias entrevistas en las que recuerda aquella época, Symns desnuda la falsa rebeldía de los rockeros. A medida que
la figura misteriosa del Indio Solari se agigantaba, Enrique Symns, lejos de su entorno, criticaba al músico y lo tildaba de egocéntrico. Miraba resentido a la estrella encerrada en su prisión lujosa, incapaz de conectarse con el público que lo idolatraba. A pesar del distanciamiento parece guardarle cierto cariño y todavía recuerda actos de generosidad del compositor de «El héroe del whisky», como haber visitado a los amigos encarcelados y haberle donado sangre a su propio padre. El sobreviviente Dice Symns que probar marihuana significó la conexión con un plano más real, fuera de la matrix de la vida cotidiana. Se había mantenido apartado de las drogas hasta que el efecto fue tan potente —lo describe como una radio conectada a su cerebro— que supo que no sería la última vez. «Para eso están las drogas, para ayudarnos a dejar de ver esa obstinada tranquera que nos impide ingresar en lo desconocido, para obligarnos a ser nosotros mismos». De consumidor ascendió a dealer, una ocupación sencilla para un hombre que había aprendido el arte del engaño; lo hizo para poder mantener su propio consumo y como una certeza de seguridad material, pero sin ambición. La droga fue un medio para conseguir más droga. Fue en Río de Janeiro donde le convidaron el primer ácido. Así como algunas personas tienen memoria fotográfica para los momentos trascendentes: el casamiento, el nacimiento de los hijos, las muertes cercanas, Symns puede detallar cada una de las personas que lo guiaron por el trip de las drogas. En 1971 probó el LSD, y no fue con una mujer, como con la marihuana, sino con un peruano que depositó en su lengua el químico para desestructurar su mundo y convertirlo en átomos de colores. En 1973 llegó la mescalina y el tiempo y el espacio perdieron consistencia a través de la percepción del paisaje en cámara lenta. Pero si hablamos de un clímax instantáneo de placer, tendremos que nombrar a su amante infiel: la cocaína. El saque inicial fue en el otoño de 1982 y se lo metió un compañero de la revista Pan Caliente antes de un monólogo. Después los buscó como antídoto de la muerte cotidiana en las noches de los bares de San Telmo y se hizo cliente habitual. Capaz de regular la droga y pasar días sin dormir, la existencia se convirtió en una excusa para aspirar. «Duele la cocaína, y a medida que pasa el tiempo y se
aumenta el consumo, duele más porque anestesia el dolor». Así dice haber escrito los mejores textos con la facilidad de contar con voces del inconsciente susurrando palabras en su mente. Pero después del susto que le dio un ACV tuvo que dejar las drogas y el alcohol durante unos años. La obligada vida sana y el yogur demoraron el proceso de escritura que antes fluía sin esfuerzo. Al igual que para otro escritor, Rodolfo Fogwill, la cocaína fue su musa más recurrente, demandante y vengativa.
¿Depende la literatura de la personalidad del autor, de sus elecciones, de su suerte? ¿Habría sido diferente su escritura si no se hubiese topado con las drogas, el alcohol, la traición y el desamor?”
Muchos de los que compartieron con él las noches de excesos: dealers, cadetes, delincuentes, periodistas y rockeros no superaron la década del ochenta ni llegaron a la pizza con champagne. Otros se resetearon y empezaron a cuidarse, aburguesados por el dinero y la edad. Unos pocos continuaron sus vidas igual que antes, dejando que el tiempo los consuma como polvo blanco. El extraterrestre En uno de los capítulos de su autobiografía Symns relata el período en que dejó de ser humano para transformarse en extraterrestre. Pero la otredad apareció antes. Un hecho recurrente era la sensación de mirar sus manos como si no pertenecieran a su cuerpo, una pesadilla en estado consciente que lo acompañó desde la niñez, mucho antes de sus viajes lisérgicos. Aunque la explicación fue que el chico tenía mucha acetona en sangre, pudo haberse tratado del «Síndrome de la mano extraña» como se clasifica a la enfermedad en la que los hemisferios cerebrales se separan y producen ese síntoma. Siempre distante, las personas eran como sus manos, ajenas. «No me siento humano, mucho menos argentino y casi nada vecino. Apenas por instantes tengo amigos» me dice en un mail cuando le pregunto por su experiencia. Declara haber sido un extraterrestre llamado Fuch. Había pasado por varias escuelas esotéricas y sectas de las que se alejaba decepcionado. Lo guiaba la intuición, quizás la necesidad de respuestas que la filosofía no le daba. Hasta que dio con sus Maestros en Madrid, tres seres que lo iniciaron en la tradición mitológica tebana. Durante un año y medio se perdió con ellos y aprendió a camuflarse para comprobar la existencia de un complot perverso que hunde a los humanos en la irrealidad del guion de sus vidas. El linyera En Big Bad City Symns cuenta cómo a los sesenta y cinco años se quedó en la
En varias entrevistas en las que recuerda aquella época, Symns desnuda la falsa rebeldía de los rockeros. A medida que la figura misteriosa del Indio Solari se agigantaba, Enrique Symns, lejos de su entorno, criticaba al músico y lo tildaba de egocéntrico. Miraba resentido a la estrella encerrada en su prisión lujosa, incapaz de conectarse con el público que lo idolatraba.”
ller. Los pelos blancos, que crecían descuidados, sobresalían del gorro verde. Todavía le quedaban restos del linyera que había sido. La charla, que fue más bien un monólogo, enlazó temas de forma caprichosa. Solo interrumpido por nuestra curiosidad y alguna pregunta de Palacios, habló sobre su carrera, las drogas y la falta de sexo. Golpeó la mesa para subrayar ideas. Se sintió viejo. Se mostró vulnerable. Lloró, como suele hacerlo, como si pudiera con sus lágrimas exorcizar el dolor y la miseria. Se limpió la cara con manos temblorosas y una servilleta.
más completa soledad y se volvió un linyera que deambuló por el barrio de San Telmo y durmió en el Parque Lezama. Lejos del buen salvaje de Rousseau y más parecido al hombre regido por los deseos y el temor a la muerte de Thomas Hobbes, la pobreza lo devolvió al estado animal que las drogas habían inhibido durante tanto tiempo. Así sobrevivió hasta ser rescatado del abismo. El arrepentido Jorge Lanata en el prólogo del libro de entrevistas y ensayos Senderos Extraviados consideró que Symns, como todo escritor, se odia a sí mismo y que siempre se está por morir. Pero el tipo se obstina y no lo hace, deja la droga y después la encuentra, escribe menos pero sus palabras siguen atrapando lectores que cuando lo descubren se vuelven adictos. También viaja para dar talleres y pasea su mito por las provincias. En la presentación que se hizo en la desaparecida Casa Orsai, a principios de noviembre de 2013, el hombre lloró —ante un auditorio colmado— arrepentido. —No fui una buena persona nunca. Traicioné a mis amigos. Los humillé —dijo esa noche con un vaso de whisky en la mano. Entre el público, todavía lo acompañaban Tom Lupo y Julieta Ortega. Dentro de ese grupo de amigos debe haberse acordado de Fito Páez, del que escribió una biografía en la que retrató sus logros y miserias. El cantante alguna vez le prestó cinco mil dólares que jamás devolvió. También habrá pensado en las mujeres que dejó por no creer en ningún tipo de atadura. Pero cuando le pregunto por el pecado de Judas me contesta que la verdadera traición es el pacto, así que transgredirlo es un acto de lealtad. Y cita al autor de El Padrino, Mario Puzo: «La mafia sabe que la lealtad no existe, por eso castiga severamente a quienes lo demuestran». El viejo La diabetes mal tratada le endurece las piernas. En 2010 pagó todas las facturas juntas, volvió a pisar los hospitales que siempre odió y tuvo que empezar a inyectarse insulina. En Bariloche, al cuidado de un amigo, sufrió un ACV. La mala vida, o la buena —depende de cómo se mire—, le erosionó la salud y cada tanto lo tira al piso. Pero él se levanta y sigue. Una tarde de agosto de 2013 fue como invitado al taller de Periodismo Policial de Rodolfo Palacios. Yo trabajaba en el mismo lugar en el que se dictaba ese ta-
En 2010 pagó todas las facturas juntas, volvió a pisar los hospitales que siempre odió y tuvo que empezar a inyectarse insulina. En Bariloche, al cuidado de un amigo, sufrió un ACV. La mala vida, o la buena —depende de cómo se mire—, le erosionó la salud y cada tanto lo tira al piso. Pero él se levanta y sigue.”
Amparada por la distancia de la mesa le pregunté sobre lo que le gustaría escribir antes de morir. Los ojos oscuros me miraron por un rato, irónicos, pero se guardó la respuesta. Después habló de la clase de cosas que lo conmovían. —Las únicas noticias que tenemos para contar se refieren al dolor del mundo. Pero del mundo que es próximo, y del dolor que se ha experimentado. Cuando se fue hablamos sobre él con los alumnos del taller. Me quedó grabado lo que nos contó Rodolfo Palacios acerca de su conexión con los animales. Dijo que bastaba mirarlos a los ojos para comprenderlos, que podía leer en ellos la tristeza. Enrique Symns era, después de todo, un hombre sensible. Hace tres años descubrió lo que significaba la vejez, y sobre ella elige reflexionar. En Mar del Plata, en donde vive y cobra una pensión, charla con los amigos del bar y capta conversaciones de otras mesas que lo inspiran a elaborar teorías pesimistas. Pero todavía prefiere describir el sufrimiento que antes anestesiaba a no tener experiencias nuevas. El dolor le recuerda que no se entregó a la rutina que, cuando llega y se vuelve insoportable, le pide una dosis de cocaína. El hombre que renegó de la escuela, los hospitales y cualquier tipo de institución que limitara la libertad, se contradice en su nostalgia. Le pregunto por mail: ¿Te hubiera gustado en algún momento vivir dentro de la mentira que para vos significa la familia y el amor de pareja, en oposición al deseo? Me responde: Sí, me hubiera gustado. Pero «hubiera» está preso en la celda de al lado de «casi seguro». Fui dichoso de a ráfagas pero en la memoria recuerdo a una bestia infeliz. Una bestia infeliz y sensible. Un periodista que quiere morir pero le teme a la muerte. Un fantasma fabricado por las proyecciones de lo irreal. Un viejo que busca respuestas entre los párrafos de este sitio inmundo y todavía no escribió sus últimas palabras. m
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DÓNDE LA VES,
IZQUIERDA
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Se reconstruyen los frentes populares
Por Leonardo Perna Goga. http: www.artlib.ru
Pequeña y fragmentada pero profundamente combativa, la izquierda argentina se encuentra ante un nuevo escenario político que comenzará a exigirle respuestas. ¿Cuáles son los análisis y propuestas de sus diferentes sectores? Desde una perspectiva maoista Leonardo Perna abre el juego y analiza la reprivatización de los ramales de trenes, el rol del clasismo sindical y la reconstrucción de los frentes populares.
E
l periodo político obliga a repensar las propuestas de las fuerzas populares y de izquierda al escenario actual y a futuro. Entre las muchas tareas por hacer, una de las principales es la reconstrucción del frente popular para ser una opción ante la actual crisis política y económica. Hay hechos que desnudan plenamente el carácter de fondo del Gobierno nacional. La reciente reprivatización de los ferrocarriles urbanos dejó en evidencia para grandes sectores que el Gobierno es incapaz de resolver una de las necesidades más básicas de la sociedad como lo es el transporte público. Este hecho, hoy evidente, es desenmascarado tras muchos años de lucha y padecimiento de usuarios y trabajadores que se pusieron de pie centralmente luego de la tragedia de Once en el 2012, donde murieron 52 personas. Solo la Línea Sarmiento se mantiene bajo órbita estatal. Imposible de ser gerenciada por el momento, es una muestra de las penurias que sufre todos los días el Oeste del conurbano. Interpretando este hecho como detonante, corresponde poner en su lugar algunos elementos para un análisis más completo de la situación. En primer lugar en el Oeste del conurbano estamos frente a una de las peores caras del capitalismo y la crisis post 2001. La situación del Sarmiento es producto de la privatización en los noventa, concesionado a Cirigliano y su grupo, vinculado con capitales del transporte de colectivos, que vaciaron el ramal llevándolo a una situación precaria, angustiante y peligrosa. Al empobrecimiento general de la población con la devaluación, la falta de creación de empleo, el trabajo precario, la inflación y el hambre, se le suman ingredientes históricos no menores: el intendente vitalicio de Merlo, Raúl Othacehé —el geronte pejotista más vil y amoral del que tengo noticia (recientemente “fugado” al massismo)—, la relocalización de la sede del CBC de la UBA de Merlo a Moreno con patotas y causas judiciales del Rectorado, más el recordado encarcelamiento y persecución por la quema de vagones orquestada y dirigida contra Sobrero y los delegados de la Unión Ferroviaria. La falta de planes de vivienda (las casas que se construyeron fueron gracias a la lucha popular), los códigos de ordenamiento urbano a la medida del negocio inmobiliario y los countries, la cadena de prostíbulos en Morón, son también
“la lucha en defensa del ferrocarril es clave. Si bien es cierto que muchos de los referentes del nuevo clasismo como Sobrero y Reinoso son parte de agrupamientos electorales que no trabajan una perspectiva de gobierno popular en lo inmediato, sino que plantean junto al FIT el socialismo de inicio, el programa de estatizaciones con control popular es parte de un proceso más amplio de protagonismo del pueblo”
Carlín. http: carlincaturas.blogspot.com.ar
pequeñas postales de un sector de la provincia de Buenos Aires que sufre una parte de la política oficial. Como contracara a esto, tenemos la recuperación y permanencia por parte de una corriente clasista de trabajadores de la Seccional Gran Buenos Aires Oeste de la Unión Ferroviaria, con un modelo democrático de participación de los ferroviarios con asambleas generales regulares, con paros de alto acatamiento y un programa de estatización del ferrocarril con control de trabajadores y usuarios. Este programa -quizás el más avanzado del movimiento obrero popular- logró transformarse en una referencia imprescindible para una salida popular a la crisis. Recientemente estos sectores hicieron un encuentro sindical nacional con el dirigente jujeño “Perro” Santillán y comisiones internas cercanas al Frente de Izquierda. Previamente el PO lanzo una coordinadora tras el acuerdo con la CTA. Al calor de la lucha docente se viene logrando la unidad de acción para un paro nacional en defensa del salario. La lucha hacia adentro de estos espacios es garantizar la partici-
pación y el protagonismo de las bases sin contraponerlos entre sí. Y como lo muestra la historia, la real unidad de la izquierda se define en instancias democráticas de la clase obrera.
CONTRADICCIONES Ahora bien, ¿cómo puede un punto tan transcendente de la política no ser tomado por una parte de las fuerzas populares? O dicho de otra manera, ¿cómo es que algunos dirigentes que se referencian con el campo popular prácticamente no sumen fuerza en este sentido? Para ver esto, la lucha en defensa del ferrocarril es clave. Si bien es cierto que muchos de los referentes del nuevo clasismo como Sobrero y Reinoso son parte de agrupamientos electorales que no trabajan una perspectiva de gobierno popular en lo inmediato, sino que plantean junto al FIT el socialismo de inicio, el programa de estatizaciones con control popular es parte de un proceso más amplio de protagonismo del pueblo. Por ejemplo tras el último choque en Once algunos candidatos salieron a plantear el mismo 19 de octubre que
“no es momento de dilucidar si este nuevo desastre es resultado de la corrupción y el negociado o un sabotaje”, ayudando a que no se traduzca la tercera tragedia en el ferrocarril en solo veinte meses en un golpe electoral al Gobierno. Y en consonancia con la línea de que el problema a afrontar son las supuestas limitaciones del kirchnerismo. Lejos quedaron de plantear la renuncia del ministro Randazzo y de los directivos de la UGOMS. Ahora el gobierno reprivatizó el resto de los ramales dándoles la gestión a los mismos que lo quebraron, otorgándole más control al grupo de Benito Roggio (Metrovías). El Sarmiento, que se mantiene estatal pero con una importante injerencia de los privados, sirve de ejemplo para mostrar qué problemas debe afrontar el campo popular para resolver acertadamente los desafíos del periodo. Obviamente, este debate se plantea ante la necesidad de superar la propuesta de los oportunistas de derecha, que en sus diferentes vertientes apostaron a que el pueblo termine detrás de reagrupamientos panradicales (incluyendo a Binner, Carrió y Alfonsín) o directamente al tren fantasma (de Menem, Duhalde, Narváez, la Rural y la UIA) frente al kirchnerismo. Estos sectores son los promotores del ajuste clásico con recorte del presupuesto social y la devaluación del peso ante la crisis económica. Estos son actores políticos que el pueblo ya desenmascaró. Mientras, el Gobierno nacional, con Capitanich como cara cotidiana —el exgobernador de la provincia más pobre del país— no se quedó atrás y luego del desboque de la inflación y la devaluación del peso, ahora busca tomar más deuda externa mientras define un pago millonario a REPSOL y banca la cadena perpetua a los trabajadores petroleros de Las Heras que lucharon contra el impuesto al salario en 2006. De esta forma se va profundizando una matriz exportadora intrínsecamente dependiente, atada al precio internacional de las comodities, tendiente al desabastecimiento interno y a una moneda inflacionaria o hiperinflacionaria. A esta altura del partido la intelectualidad de Carta Abierta no tiene ya mucho que aportar a un debate serio hacia la izquierda. Aunque sí podría pedir la incorporación del término “destituyente” a los manuales de la FLACSO.
EL PROBLEMA DEL PROGRESISMO Frente a esto es esencial la cons-
“Obviamente, este debate se plantea ante la necesidad de superar la propuesta de los oportunistas de derecha, que en sus diferentes vertientes apostaron a que el pueblo termine detrás de reagrupamientos panradicales (incluyendo a Binner, Carrió y Alfonsín) o directamente al tren fantasma (de Menem, Duhalde, Narváez, la Rural y la UIA) frente al kirchnerismo. Estos sectores son los promotores del ajuste clásico con recorte del presupuesto social y la devaluación del peso ante la crisis económica. Estos son actores políticos que el pueblo ya desenmascaró”
“Se va profundizando una matriz exportadora intrínsecamente dependiente, atada al precio internacional de las comodities, tendiente al desabastecimiento interno y a una moneda inflflacionaria o hiperinfl fl acionaria. A esta altura del partido la intelectualidad de Carta Abierta no tiene ya mucho que aportar a un debate serio hacia la izquierda. Aunque sí podría pedir la incorporación del término ‘destituyente’ a los manuales de la FLACSO”
trucción de frentes gremiales unitarios de los sectores combativos en sus diferentes tradiciones. Pero esta no es la limitación principal del momento político. Porque no es la simple suma de los frentes gremiales y sindicales lo que resuelve programáticamente una salida popular a la crisis en curso. Si bien es indispensable la unidad de todo el campo popular, es necesario elevar el esquema político imperante con un programa que jerarquice las instancias de participación y control obrero y popular. Pero no de manera ingenua para ser rueda de auxilio del Estado sino como alimento de un camino revolucionario y al socialismo. Una cuestión importante es que llevamos de lastre algunas experiencias políticas con balance incompleto. Y para las fuerzas populares una especialmente presente es la experiencia electoral del FREPASO de Chacho Álvarez (y también de Ibarra, Meijide y Puiggros) que representa la cúspide de una tradición muy particular del llamado “progresismo” que hoy algunas corrientes reproducen. Lo que se reproduce y se entiende como deseable son frentes de partidos y movimientos que se paran como opción de recambio u opción de salida para sectores del gobierno de turno que se encuentra en un fin de ciclo político. Frentes que concilian con corrientes salientes del poder ejecutivo, en el caso del FREPASO fue la izquierda del peronismo en el final del menemismo. Todo esto con la expectativa de engordar su caudal de votos, en la ilusión de poder llevar ese número de votos para sus diferentes proyectos políticos en el caso de un frente. ¿Pero por qué esto nunca resulta? Porque esta política se traduce en una forma específica de reagrupamiento electoral. Con programas lavados, donde predominan principalmente aspectos democráticos y donde las tareas populares aparecen deformadas, dejadas de lado y tratadas superficialmente. No se les da el lugar correspondiente a las experiencias de avanzada que construyen en concreto y ponen en contradicción la política dominante. En Capital Federal este aspecto es reforzado por la presión gorila de los barrios acomodados. Así es que asistimos en 2013 a varios reagrupamientos que se disputan esta tradición, hoy caduca, y su caudal de votos. En las últimas décadas los que siguieron este esquema terminaron subordinados a frentes similares a la Alianza. Lamentablemente muchas de estas experiencias son referenciadas como parte de la izquierda pero
no lo son. En verdad son parte de experiencias de “frentes progresistas” y sus correlatos históricos-electorales.
DESAFIOS
Para pasar esta página de la historia las fuerzas populares, antiimperialistas y de izquierda tienen el desafío de construir frentes con un planteo de auténtica salida para los trabajadores y el pueblo. Frentes que jerarquicen las tareas con claridad para este momento de la lucha en la Argentina: poniéndose al servicio del nuevo clasismo combativo, impulsando un programa de estatizaciones con control obrero y popular, que proponga transformar la economía nacional removiendo las palancas de la economía a monopolios imperialistas, especuladores y oligarcas, que plantee una reforma agraria latifundio por latifundio, que plantee la nacionalización de las finanzas y el comercio exterior, que remueva los impuestos que gravan el salario y el consumo de productos básicos, plantee el pleno empleo, política de sanidad, educación y vivienda al servicio del pueblo, cultura y deporte en correspondencia con las necesidades populares, proponga derogar toda la legislación represiva con amnistía general para los luchadores populares, que vaya por el desmantelamiento de la estructura represiva y de vigilancia, con política internacional en unidad con los pueblos y procesos revolucionarios de Latinoamérica y del mundo. Es posible abrir este capítulo. Tras la rebelión popular de 2001, el Argentinazo, las clases dominantes golpeadas se dividieron y se fue armando una polaridad por arriba. Una parte de las fuerzas populares y de izquierda quedaron atrapadas en la polarid ad que fue imperando entre los grupos dominantes. La construcción de estos frentes es parte indispensable del rearmado del campo popular que fue llevado una parte a la cooptación económica del kirchnerismo y otra parte a la cooptación política de la oposición conservadora. Es posible salir de la trampa y aprovechar la situación a nuestro favor. En todo el país los programas reivindicativos construidos en duras décadas de lucha popular se empiezan a elevar como programas políticos y nuevas corrientes clasistas ganan influencia en centros de concentración del proletariado. Por eso el verdadero cambio es la iniciativa de las fuerzas políticas que ponen en el centro las tareas populares desde esta nueva óptica política. La cuestión es construir estos frentes junto al pueblo. m
Leandro Xavier Mayorga. http: www.flickr.com/photos/leandrox
“Si bien es indispensable la unidad de todo el campo popular, es necesario elevar el esquema político imperante con un programa que jerarquice las instancias de participación y control obrero y popular. Pero no de manera ingenua para ser rueda de auxilio del Estado sino como alimento de un camino revolucionario y al socialismo”
Sillita Por Marcia Lo Feudo
marcialofeudo.com.ar
Ilustración: María Chevalier mariachevalier.com.ar
alta
Todos los que me dejaron han modelado a esta niña lamentosa/ lamentable, que ha quedado sin nada ni nadie para jugar. Sentada en la sillita esa para comer, la sillita alta en una mesa larga, una mesa puesta, llena de cubiertos, platos y vasos. Pero sola. No ha venido nadie. A ella la sentaron y ya no puede irse, el piso está muy bajo y ella muy alta. Tampoco puede llorar porque la retan. Así que se queda con cara de puchero, cachetes colorados, conteniéndose, huracán tragado, casi sin respirar para que no salten las lágrimas.
Tampoco puede quedarse dormida, porque sería una falta de respeto. La panza ya le hace ruido pero aún no viene nadie. Siente olorcito a comida calentita, se le cae la baba, se limpia el vestido. Perra de Pavlov en sillita alta. Abandonada/ Babeando/ Una vez más/ Sola/ Tan alta y el piso tan bajo. En una mesa puesta pero sin comensales, con tanto hambre (pero sin hombre) y sin comida a la vista. O sí, ahora sirven los manjares en la mesa, pero un camarero de moñito aclara: “Es para cuando vengan los convidados, ahora no se toca nada”. La comida humea, espera, llama.
Yo que no tengo boca, ni hambre, ni hombre, ni sueño, ni sueños, ni nada. Decido morirme ahí mismo pero sin que nadie se dé cuenta, para no faltar el respeto, en esa sillita alta y el piso tan bajo. En esa sillita alta, yo muero.