De la pluma de nuestros lectores Desierto modo ¿Qué pie...Sigue al otro? simplemente ya no lo recuerdo. Camino por este mar de arena interminable, mientras un cielo estrellado ahoga los días. No me siento solo, la luna ilumina mi enorme noche. Pienso en el camino y como avanzó sin cansancio, sin volver y sin querer, solo adelante esta mi porvenir ansioso a mi llegada. Espero no cansarme de avanzar, decepcionaría a la nada y las estrellas que acompañan el camino. Como cualquiera en este mundo, tengo a donde ir, por eso doy pasos sin dudar dado que me loremelipsum dolor met set espera crepúsculo efímero dequam mi momento, a pesar del nunc parum frío de la noche solo siento esos rayos de luz a la distancia tan cálidos como un abrazo.
2009
No desespero, todos llegan al final, por eso voltear a ver a los extremos se ha vuelto un gusto con el tiempo. Contemplar las arenas y la tranquilidad que hay en ellas, oscilan mi mirada como la marea que viene y va. Floto de pie sobre la arena mientras las estrellas me susurran, a veces no comprendo sus palabras pero entiendo su mensaje. Ojalá se quedaran conmigo pero las estrellas tienen que brillar aunque sea en otro lugar. Por fin lo veo llegar, son pocas las cosas que pasan por mi mente, solo la luna tiene mi atención. Volteo a ver atrás viendo un camino marcado por pisadas, sin saber dónde pise, tan solo que camino fue el que tome.
Mi larga noche acaba y el suspiro llega como el destino, siempre en su momento. Una despedida es lo apropiado pero un hasta luego es lo que mis labios dicen. Las estrellas bajan hechas polvo para volverse brisa... Una brisa cálida por el horizonte y tranquila por el lugar. Convergemos en un instante, entretanto mi mente olvida porque seré arena, me levanta, me arrulla, me abraza con la brisa, hasta quedarme dormido, poco a poco soy bajado pero solo cae arena. Sin prisa por llegar he llegado, quieto, ahora aguardo a un nuevo día como luz de mis noches que estuvo conmigo aunque siempre esperando a llegar contigo.
Valdemar Albino Barrera