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Samar, sanar para amar
Por: Martha Elena Rincón Agudelo
Nace del amor propio a lo heredado, honrando tradición y conocimientos ancestrales.
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Después de trasegar experiencias personales, laborales y espirituales, llego a un momento de la vida donde se hace un alto y donde se elige ser feliz.
Es así que empieza la reflexión sobre lo qué me haría feliz: Servir a los demás, tener un corazón dispuesto y una entrega a los seres que me rodean, y hacerlo tanto por mi existencia y por la de quienes están en mi entorno o llegan a mi camino en experiencias más positivas para sus vidas.
Es como me tomo a la tarea de recopilar el conocimiento adquirido y heredado, y los plasmo en lo que hoy en día es SAMAR: con dos líneas, una representada en sales terapéuticas y medicinales, y otra en las terapias del orden alternativo.
Todo ello como adyuvantes a pacientes que desean equilibrar o sanar su campo emocional, espiritual y físico.
SAMAR, un ser hecho de arena de colores y olores y sabores a mar.
Vivencias en la piel de tiempos remotos, con la tranquilidad y la paz que dan los años vividos, y con un gran deseo en su corazón de entregar amor a quien se cruza en su camino. Aún en la distancia se perciben sus aromas, su paz, su bienestar.
SAMAR, hecha de mar, de tiempo, de sal. Que viaja en pequeños frascos llenos de mensajes, sabiduría ancestral y una profunda gratitud, por vivir, existir, por amar.