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El silencio sanador

Muchas veces creemos que en una conversación o durante una discusión mientras más palabras usemos para plantear argumentos o respuestas más saldremos beneficiadas y, por el contrario, aplicar la disciplina de quedarse callada resulta mucho mejor.

“Se cuenta que un día Subhutti estaba sentado bajo un árbol cuando, repentinamente, y cuando no era la estación de las flores, comenzaron a caer flores sobre él. Así que abrió los ojos y preguntó qué ocurría, de dónde venían esos repentinos millones de flores. Miró y vio muchas deidades que lo rodeaban desde todos lados y le dijeron que le estaban agradeciendo –con esas flores- el perfecto sermón que había dado acerca del vacío. Entonces, Subhutti respondió ‘pero si no he dicho ni siquiera una sola palabra’. Las deidades le respondieron: ‘Ni hablaste ni oímos, ese es el perfecto sermón sobre el vacío”. Este extracto de “Un pájaro al viento” de Osho, pone en relieve el verdadero valor del silencio. ¿Recordás cuándo fue la última vez que permaneciste en silencio durante unos minutos? ¿Cuándo fue? ¿Dónde estabas? ¿Qué sentías?

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Vivimos en medio del ruido constante y la comunicación se vuelve cada vez más vertiginosa e imposible. Y naturalizamos ese modo de ser y hacer y, entonces, te propongo frenar y plantearte esta idea del silencio. Del silencio sanador que contribuye a entendernos mejor, a nosotros mismos y al resto. Del silencio que dice más que las palabras. Del silencio que suma.

Dicen que el discurso es plata pero el silencio es oro. Ser callada no significa no hablar nada o no participar sino disponerme amorosamente a la escucha activa, usando las palabras suficientes y necesarias para hacer preguntas interesantes, responder de manera acertada o brindar argumentos sólidos de los que valga la pena hablar luego. Ser respetuosa, escuchar a la otra parte y entender que su verdad es igual de importante que la mía, aunque no todos los vínculos se desenvuelvan del mismo modo.

Hacer silencio construye, cuando se lo ejecuta de modo positivo. El silencio significa calmar nuestro entorno y nuestra mente, nos permite escuchar, reflexionar, nos da espacio para pensar y alimenta nuestra mente, genera paz, reduce el estrés.

Al mismo tiempo, está científicamente comprobado que el silencio mejora nuestra salud física general y el bienestar (reduce la fatiga y el agotamiento físico y mental). Según un estudio publicado en 2016 por “Heart”, dos minutos de silencio alivian la tensión en el cuerpo y en el cerebro ya que modifican la presión arterial y la circulación sanguínea por lo que redunda en beneficios a la actividad química cerebral. Y dos horas de silencio podrían crear nuevas células en la región del hipocampo (área del cerebro relacionada con el aprendizaje, los recuerdos y las emociones).

Tal vez, antes de decir cosas de manera impulsiva de las que más tarde vamos a arrepentirnos, deberíamos practicar el silencio como disciplina espiritual en medio del caos reinante.

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