Revista Zoco Flamenco Junio 2022, nº 44

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A Caracol

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REVISTA GRATUITA - JUNIO 2022


Editorial No añoramos prácticamente nada, salvo el impulso de sentir cómo el espíritu se sale del cuerpo cuando un cante te vapulea, es cierto que uno se hace cada vez más exigente y se corre el riesgo de buscar ya lo que no hay. Ocurre con el bacalao, con los tomates, con un buen bocadillo de gallinejas, con una triste pescadilla, no sé… pero parece que las buenas semillas están ya muy tratadas y nos encontramos con unos cantes, a veces tan modificados, que se pueden catalogar de transgénicos, dejan escaso sabor, y tenemos de nuevo que recurrir a los antiguos maestros para darnos un banquete. Aceptamos que nos cataloguen como rancios, suena hasta bien, pero que alguien, por favor, nos sorprenda como lo hicieron Manolo Caracol, Camarón o Paco de Lucia, a pelo, sí, incorporando al flamenco formas e instrumentos fuera de su entorno pero sonando rabiosamente flamenco, nombramos a estos astros porque son los protagonistas de una historia de aportación flamenca afilada, ahí están… todos los conocemos, y si no, lean, escuchen y vuelvan a escuchar. Se nos viene encima el verano y sus festivales, busquemos la buena sombra que nos ofrece este árbol frondoso del flamenco. Y, si es posible, a la luz de la luna también tendremos ocasión de disfrutar de algunos de los encuentros festivaleros que proponemos en nuestras páginas. Ahora que podemos presumir de agujeros negros, de lluvia de estrellas, de agua en marte, presumamos también de lo que tenemos más cercano: grandes artistas que son la esencia de lo que de alguna manera somos: alegres, melancólicos, filósofos y locos. Que así sea, y que el compás sea con ustedes, entre sus manos lo tienen. ¡Ole!

Vuelvan a escuchar

El flamenco es un arte minoritario, siempre lo ha sido. Un escaso séquito de fieles conserva las más antiguas manifestaciones de este arte. Ni las modas, ni las nuevas tendencias, han podido con ellos. Unos murieron, pero continúan floreciendo, algunos, pocos, mantienen la antorcha encendida y otros soplan las ascuas en busca de la llama viva del flamenco. Da la sensación de que los verdaderos flamencos, engarzados a una tradición oral de siglos, posiblemente permanezcan sentados en las puertas de sus casas, tranquilamente, ajenos al oficio y al beneficio, rondándoles posiblemente la escasez pero íntegros en su custodia e ignorando eso que llegó, con tanto boato, llamándose Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, abono para colar de rondón vanguardias de dudosa capacidad creativa, autores de coreografías ñoñas y desprovistas de duende, apartando la sustancia para lucir su alta capacidad de cultura contemporánea y de otras incluso más rebuscadas. Toda una suerte de roneadores subsidiados por los poderes públicos, presentes siempre en el ambicioso y arado campo de la cultura snob que nos pretenden vender. Y, ojo a esta otra actualidad, los señoritos están aquí, habitan entre nosotros, participan en misiones especiales de apropiación de la cultura popular, de la que tantas veces se han avergonzado, para hacer sus peculiares campañas y seguir mirando por encima del hombro a los artistas, como si fueran sus bufones.

REVISTA ZOCO FLAMENCO

Gratuita en los sitios flamencos y turísticos de Madrid, Sevilla, Jerez, Barcelona, Córdoba, Málaga, Granada, Cádiz, Valladolid y Festivales.

Edita: Revista Zoco Flamenco Redacción: Rosa Pérez Riesco. Colaboradores: Luisa De Larren, María Arjonilla, José M. Castaño, Juan J. Leonor, María Villatoro,

Caty Bermúdez, Fermín Lobatón, Teresa Fernández y Joaquín Albaicín. Diseño: A. Fuego. Impresión: Pacprint.

C/ Francos Rodríguez, 80 - 28039 Madrid. Tel.: +34 911 623 368 M.: +34 609 176 103 - +34 696 126 892 revista@zocoflamenco.es – www. zocoflamenco.com Depósito legal: M-17677-2015

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3 Fundación Municipal de Cultura


Entrevista Salomé Pavón Ortega: “Sangre y duende”, la nieta de Manolo Caracol recuerda momentos familiares de genialidad Por Rosa Pérez Riesco

Salomé Pavón Ortega es una artista de raigambre. Pertenece a las sagas flamencas más antiguas y nobles, como son Los Pavón (Tomás, Pastora, Arturo…) y Los Ortega (Enrique Ortega El Gordo, o su abuelo, Manolo Caracol).

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} Perteneces a una de las sagas más famosas y gloriosas del flamenco y el toreo, los Ortega y los Pavón. ¿Cómo se siente toda esta alcurnia artística?

n esta entrevista Salomé relata historias que pertenecen a su familia, pero que también pertenecen a la Historia del Flamenco: “Era y es así de natural. El flamenco lo vivíamos dentro de la familia. Es toda una vida de cultura flamenca”, comenta. Sus inicios, cómo celebraban las fiestas familiares, la importancia artística del tablao Los Canasteros que fundó su abuelo…. En definitiva, un testimonio real para este homenaje que dedicamos en Zoco Flamenco a uno de los genios del cante del siglo XX, Manolo Caracol, con motivo del Centenario del Concurso de Cante Jondo (13 y 14 de junio de 1922) de Granada, uno de cuyos premios especiales se llevó con tan solo 13 años, lo que le abriría las puertas grandes de la profesión a una temprana edad y durante los 50 años siguientes.

Dentro de la familia, de pequeña, no te das cuenta ni le das importancia. Empiezas a percibirlo según vas creciendo. Imagínate, una saga que comienza en 1760, banderilleros, toreros, guitarristas, cantaores … Es ya de mayorcita cuando empiezo a entender toda esa riqueza, esa herencia, ese árbol genealógico donde emparentan tantos nombres emblemáticos del mundo del flamenco y del toro: los Ortega con Enrique Ortega El Gordo, Gabriela Ortega, Rafael El Gallo, Joselito El Gallo, mi abuelo Manolo Caracol… Y los Pavón, una dinastía con tres genios, pues fue mi abuelo Arturo quien enseñó a cantar a Pastora [La Niña de los Peines] y a Tomás. Esta saga es la nobleza del flamenco, es la

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derado la cuna del flamenco de su época. ¿Qué recuerdos guardas de entonces? Sí, mi abuelo abrió Los Canasteros en 1963 y allí celebrábamos las fiestas familiares. Cinco años después de su muerte [en 1973] lo reabrió mi padre. La Duquesa de Alba lo bautizó como “el Teatro Real de los gitanos”. Pasamos allí muy buenos momentos, disfrutábamos de los mejores artistas. Yo he visto allí a El Güito, a Los Chorbos, a Manuela Carrasco, a Las Grecas, a Rocío Jurado, a Pansequito, a los Sordera, a los Habichuela, a La Perla, a Bambino… ¡A los mejores! Era como tener abierta una enciclopedia del flamenco y, en vez de leerla, estar viéndola en directo. De pequeña, todo eso lo absorbes como una esponja. Eso a mí se me ha quedado en la retina, en el recuerdo. Salomé Pavón en el regazo de su abuelo, con su abuela Luisa y su hermana Soraya

dinastía más larga del flamenco, pues nos remontamos hasta El Planeta.

}Según tu criterio, ¿qué representa Manolo Caracol para el flamenco? ¿Qué es lo más importante que ha aportado?

Al principio, cuando empecé a subir al escenario y cantar, todo esto, toda esa genialidad que me antecede, era como una carga y un temor. Claro, hay que demostrar la valía, pero terminé por entender que estos apellidos son una carga bendita. No soy Pastora ni Caracol, pero los llevo en mis genes, es lo que he escuchado, aprendido y vivido.

Manolo Caracol ha sido una enorme estrella del flamenco. Para mí, la más grande. Jondo y revolucionario, cambió muchas cosas. Creó las primeras escenografías, con ballet, con coros... Llevó el flamenco a un nivel muy alto. Ya no hablo como nieta, sino como aficionada. No ha pasado el tiempo por él ni por su arte y su forma de entender el espectá-

“Hasta Rosalía le recuerda en su último trabajo, en la bulería en que dice: “Yo soy la Niña de Fuego”. En una palabra, mi abuelo fue un genio que aportó muchísimo al flamenco. Lo popularizó, lo llevó al gran público que abarrotaba los teatros” }¿Cuándo comienza tu vocación como artista?

culo. ¡Aparte de aquel eco suyo, claro! Su manera de cantar es la más flamenca, la más gitana, la más personal y actual.

Mi abuela por parte de mi padre era una gran maestra de baile en Sevilla y cuando, con 4 o 5 años, íbamos de vacaciones a su casa, me puso mis primeros pasos de baile. Ya con 14 años entré en el Ballet Nacional de España, en la época de Antonio Gades, que para mí ha sido su mejor director. Ahí aprendí muchísimo. También asistí al conservatorio. Y claro, en familia, por Navidad o en las reuniones lo celebrábamos siempre todo con flamenco. Mi abuelo me escuchaba cantar por fandangos ya con 6 o 7 años. Luego me puse a prepararme más en serio con mi padre [Arturo Pavón], que fue el primer músico que trasladó el flamenco al formato de gran orquesta sinfónica. Nos transmitió una cultura muy abierta, muy completa, nos ponía música clásica, ópera, flamenco... De todo.

Todavía es un referente para los artistas. Entras en una tienda y sus discos están ahí. Hasta Rosalía le recuerda en su último trabajo, en la bulería en que dice: “Yo soy la Niña de Fuego”. En una palabra, mi abuelo fue un genio que aportó muchísimo al flamenco. Lo popularizó, lo llevó al gran público, que abarrotaba los teatros… Lo colocó en lo más alto. }Manolo Caracol era un artista de inspiración, ¿esto se percibía ya en la familia? Desde que se levantaba hasta que se acostaba, mi abuelo vivía en esa inspiración. Nunca cantaba nada igual, todo era diferente según el día, la hora y el momento. Ahora cualquier flamenco te calca un tema y lo canta igual, al milímetro, en cinco noches y sitios distintos, pero mi abuelo nunca cantaba igual. Ni el Carcelero, ni la siguiriya, ni el fandango… Me contaba una anécdota Jerónimo Maya, cuando fue a tocar a Alemania, en un gran teatro, y

Era y es así de natural. El flamenco lo vivíamos dentro de la familia. Es toda una vida de cultura flamenca. }El tablao que fundó tu abuelo Manolo Caracol, Los Canasteros. es consi-

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Entrevista Hace 5 años que vinimos a vivir a Extremadura, una tierra especial con muy buenos artistas y donde hemos emprendido muchas actividades, desde la zambomba jerezana en Navidad a espectáculos solidarios, como el de homenaje a las mujeres afganas, que dirigí y donde juntamos en el Teatro López de Ayala de Badajoz a 27 mujeres artistas extremeñas: Ostalinda Suarez, Noelia La Negri, La Kaíta, Celia Romero, Esther Merino, La Parreña… Fue un éxito y muy emocionante. En Extremadura hay mucho nivel, aquí están los últimos mohicanos del flamenco, como dice mi marido [el escritor Joaquín Albaicín]. Publicamos además, con el apoyo del ayuntamiento de Fuente de Cantos, la revista Cultural Flamenca Extremeña, de la que pronto sacaremos el segundo número, dirigida por Joaquín, y que ha tenido un éxito grandísimo.

Placa Homenaje a Los Canasteros en Madrid

proyectaron en el escenario imágenes sonoras de muchos artistas. Me dijo: “Sólo se escuchó un ¡olé! cuando salió tu abuelo”. Es que era personal. Cantaba como le salía, nunca cantaba igual. Los fandangos los hacía de veinte mil maneras diferentes. Por eso él decía que había que cantar con el corazón, lo que en ese momento te saliera. Esa era gran parte de su genialidad. Tenía un dominio tan grande del cante, que le surgía del corazón y le salía por la garganta.

Bueno, y tenemos la Noche de Arte Flamenco, ya en su cuarta edición, que programamos en julio y fundamentalmente con artistas extremeños más alguno de fuera como José Maya, Angelita Montoya, Herminia Borja, Mari Peña...

}¿Cómo encuentras el flamenco actualmente? Hay muy buenos artistas, figuras importantes y hasta geniales, pero desde que murieron Camarón y Paco no ha salido nadie con esa impronta de ídolo, con ese carisma arrollador. En el baile, aparte de ver cosas muy raras y muy poco flamencas, percibo que hay mucha técnica, pero que es todo el tiempo zapatear muy rápido

}En 2023 se cumple el 50 aniversario de la muerte de tu abuelo, Manolo Caracol. Sabemos que tenéis un gran proyecto… Sí, estamos preparando junto a la Consejería de Cultura de Andalucía un congreso sobre Manolo Caracol con ponencias, estudios... Y, sobre

Tenía un dominio tan grande del cante, que le surgía del corazón y le salía por la garganta. y pegar muchas vueltas. Yo el baile lo entiendo de otra forma. Para mí el baile es como el cante o el toreo: hay que templar, parar y mandar. Llega un momento en que a la técnica le tiene que ganar el corazón. Me quedo con José Maya, Farruquito y Manuela Carrasco, que escuchan lo que les están cantando y de ahí les sale el baile.

todo, actuaciones y un musical. El musical tendrá dos versiones, una para grandes eventos con 32 artistas en escena y otro formato más pequeño con 15 artistas. El espectáculo tratará sobre la vida de mi abuelo desde que ganó el Concurso de Cante Jondo de Granada con 12 años (1922) hasta su muerte. Recogemos toda su trayectoria, sus zambras, su tablao Los Canasteros... La dirección musical es de Pedro Ricardo Miño y yo me ocupo de la dirección artística. Contaremos con El Pele, Vicente Soto, Pedro El Granaíno, Jerónimo Maya, Miguel Vargas, José Maya, Angelita Montoya, Paco Cepero y un largo etcétera que iremos adelantando, porque aún estamos con los preparativos.

}Ahora y desde Fuente de Cantos, en Extremadura, estáis haciendo una maravillosa labor por el flamenco, con muchísimos proyectos…

}Por último, Salomé, ¿quieres añadir algo más? Pues mandar un abrazo y mi cariño a los lectores de Zoco Flamenco. Y animo a la afición y al público en general a que el año que viene no se pierdan ese musical en homenaje a Manolo Caracol que preparamos.

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A Caracol

CARACOLEOS

Joaquín Albaicín. Director de Cultural Flamenca Extremeña

No sé de dónde vienen las ideas”, decía Sabicas: “Simplemente, cojo la guitarra y empiezo a tocar. Pero cuando le toco a Caracol, me vuelan los dedos de la mano como palomas en un corral”...

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Joaquín Albaicín

s quizá Caracol, junto con Carmen Amaya y Porrina, el artista flamenco del pasado a quien más me hubiera gustado conocer. Con Porrina recuerdo haberme cruzado de niño, pero mi edad y su temprana partida me impidieron tratarlo. No guardo memoria en cambio de haber visto en mi infancia a Manolo Caracol, pero desde que tuve uso de razón escuché hablar mucho de él en mi casa, pues su familia y la mía se conocían desde al menos dos generaciones atrás y mis abuelos y la gente de Caracol habían veraneado juntos a finales de los 40 y a lo largo de los 50 en San Rafael, donde Caracol -en los altos que le permitían sus giras- formaba en el Bar Polo o el Hotel Lucía pareja de dominó con su hijo Enrique frente a su padre El del Bulto y mi tío Curro.

Artífice de un cante burilado en las juergas de la Alameda y ante todo gitano y personal, pues imprimió sus acentos propios a los melismas escuchados a Manuel Torre, Chacón, su primo Enrique El Almendro, El Gloria o La Moreno, fue precursor en muchas cosas: grabó con Arturo Pavón al piano como al cabo de los años lo haría Camarón con Benavent al bajo. Ligada para siempre su estampa a las de su yerno doblado sobre el teclado y Melchor de Marchena acunado en el diapasón, lo que en ciencia forense se llama cadena de custodia pasa en el cante, sí o sí, por Manolo Caracol, pues, más allá de gustos o querencias, creo incontestable que sin la influencia de sus modos e intuiciones resultarían hoy ilegibles -o costaría imaginar cómo habrían sonado- las carreras de Camarón, La Paquera, Pansequito, El Pele, Rancapino padre e hijo, Enrique Morente, Chato de la Isla o María Vargas, entre muchos otros. Artista tanto de cuarto como de grandes auditorios en la República, durante la Guerra Civil y en la prolongada posguerra, y capitán en Madrid de Los Canasteros, ese buque en el que casi todos cuantos entonces querían ser alguien en el flamenco se enrolaron, deslumbró con un quejido cantaor genial y tan tenebrosamente colorido como el toreo de su casi hermano Cagancho. ¡Todo o nada! Hoy, en 2022, transcurridos cien años de aquel concurso zuloaguesco y lorquiano en Granada, le seguimos escuchando. Su estremecimiento, esa pasión, aquella mirada de toro bravo, siguen ahí. ¡Cosas de eso que llamamos el Duende...!

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Reportaje Caracol y la gloria del flamenco Caty León Benítez. Escritora

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Niño Caracol, en el Concurso Cante Jondo 1922

eas de la ideología flamenca que seas (y hay varias) no puedes obviar una realidad incontestable en la que pocas veces se incide, aun siendo totalmente cierta: el balance más positivo, espectacular y verdadero del Concurso de Cante Jondo de Granada que se celebró en 1922, fue el nacimiento a la luz de los públicos de una figura que llenaría horas de flamenco a partir de entonces: Manolo Caracol. En aquel tiempo su edad lo convirtió en el Niño Caracol, pero no fue uno de esos “niños” efímeros ni tampoco de esos fandangueros similares que pueblan el devenir de este arte, sino una personalidad colosal, nada menos que el eje de una escuela de cante que perdura con total vigencia en nuestros días a través de otro genio que le dio al caracolismo “una vueltecita”: Camarón de la Isla. Dos heterodoxos.

se dio a conocer. El Concurso de Granada, que concitó casi tantos detractores como entusiastas, fue un trampolín definitivo para su carrera, que pasó de la nada al estrellato. Hoy nos puede parecer prematura esa actividad profesional en un chaval de esta edad, pero las cosas entonces eran muy distintas. Con la edad de Caracol los muchachos trabajaban en el campo, el mar, la construcción, los oficios diversos. Lo que no era tan normal era hallar a alguien con tanto conocimiento del cante y con tantos recursos. Quizá no haya que dejar de considerar el papel de su padre, Manuel Ortega Fernández, Caracol el Viejo o Caracol el del Bulto, que era de Cádiz y pertenecía a la casa de los Ortega, tan repleta de artistas en todas sus manifestaciones: cantaores, bailaores, guitarristas, toreros, recitadoras, banderilleros, un verdadero recital de arte en un mismo apellido, con interesantes añadidos por razón de matrimonio. El árbol genealógico de Manolo Caracol daría para un libro.

En junio de 1922, fecha de la celebración del concurso, Caracol estaba a punto de cumplir los trece años, pues nació el 7 de julio de 1909, según consta en su partida de bautismo que se conserva en el Archivo Parroquial de San Lorenzo Mártir, en Sevilla. Un adolescente que, como muchos otros nacidos en entornos familiares parecidos, era aficionado al flamenco y a los toros, manifestaciones ambas que en su familia directa se vivían con intensidad y estaba dando numerosas glorias. El ambiente del barrio en el que nació, la Alameda de Hércules sevillana, estaba a tono con esas aficiones. Realmente, el Niño Caracol no podía ser otra cosa que torero o cantaor. Y fue esto último gracias a un privilegiado instrumento, su garganta, que lo acompañó siempre.

De modo que fue el encuentro entre un muchacho de voz única y sabiduría precoz y un evento en el que todo parecía conjurarse para llegar a ser un referente en la historia del flamenco. Los organizadores (Falla, Lorca, Cerón, Zuloaga, Manuel Ángeles Ortiz…) y toda esa constelación de nombres que los apoyaban, pusieron tantos esfuerzos en aquella especie de locura, que alguno terminó decepcionado, como Manuel de Falla, que mostró su cansancio de tanto trámite y tanta burocracia. Se generaron anécdotas de todo tipo procedentes del encuentro original entre flamencos e intelectuales. Y hubo también cosecha escrita: tanto el opúsculo sobre el cante jondo que escribió aunque no firmó el propio

Pocas veces se pondera el privilegiado entorno cultural en el que Caracol

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A Caracol anclado en el pueblo y al que la profesionalización de los cafés cantantes había dañado, terminó dándose de bruces con la dura realidad: ni existía la fuente de lo jondo y, si había agua en alguna fuente estaba en las manos de los profesionales, que eran los que conocían los cantes, los que los matizaban y recreaban y los que han sostenido el flamenco desde que este existe. La palabra “profesional” tan denostada, en realidad se reforzó después del concurso de Granada, apareciendo incluso “profesionales de los concursos”, proliferando cantes que no se tenían por jondos y asistiendo al auge de la ópera flamenca, con todo lo que supuso de mixtificación y de, no lo olvidemos,

Caracol de joven

Manuel de Falla, como la conferencia de Lorca o los ríos de tinta que los periódicos fueron publicando antes y después del concurso.

De modo que fue el encuentro entre un muchacho de voz única y sabiduría precoz y un evento en el que todo parecía conjurarse para llegar a ser un referente en la historia del flamenco. El triunfo de Caracol fue la mejor cosecha artística de aquello, porque los demás ganadores y participantes (trabajito les costó encontrarlos según las bases del concurso) quedaron orbitando en el mundo de los aficionados y, aunque meritorios algunos de ellos por su esfuerzo y por sus destellos de sabor añejo, ninguno pudo alcanzar el grado de excelencia que Manuel Ortega Juárez logró en su carrera, larga carrera y fructífera carrera que entonces solo se adivinaba. Y gran cosa fue que su padrino artístico fuera, nada más y nada menos, que el Papa del cante, el gran Don Antonio Chacón, que le dio una especie de alternativa, a la par que lo avaló, después de escucharlo cantar, para que participara en el concurso. Con Chacón acaba la época de los cafés cantantes y con Caracol se consolida la de los espectáculos de masas, que atraían la atención de un público diverso que no estaba dentro de la élite de selectos oyentes que tenían al flamenco como un rito. Las puertas del flamenco se desbordaron.

Portada disco, Una Historia del cante flamenco

abrumadora asistencia de público (que pagaba su entrada) en los espectáculos. Puede decirse que es la puesta de largo del flamenco exterior. Una enorme paradoja que no le resta grandeza al empeño ni valor a sus promotores. Desde Granada, Caracol comienza a actuar en cosos importantes, primero al calor del propio concurso y después en compañías que encabezaban grandes artistas. Pronto él mismo fue cabeza de cartel y pronto comenzó a innovar, a tomar cosas de aquí y de allá (“cositas buenas” como dice el genio Paco de Lucía, otro creador admirable que también tuvo que sortear incomprensiones), a pisar terrenos diferentes, a producir espectáculos que daban un paso adelante en las formas estéticas y musicales del flamenco. La grandeza de Caracol está muy en consonancia con esa versatilidad única que lo hacía tanto un cantaor de aficionados, de cuartito, de espacios pequeños (ay, cuando venía hasta San Fernando y dejaba su garganta en las noches tan largas de la Venta de Vargas…), como de grandes escenarios, de estampas

Los objetivos del Concurso de Granada, en realidad, no se alcanzaron. Ese empeño tan ingenuo de los artistas e intelectuales que buscaban la pureza de un flamenco

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A Caracol

teatrales, de espectáculos variados y, dando un salto mortal, de películas. El cinematógrafo, la nueva gran afición de los jóvenes en la postguerra, vio las posibilidades dramáticas de Caracol y las aprovechó con sabiduría, contribuyendo así a que el flamenco (y también la copla) compitieran en el gusto de los jóvenes con las nuevas músicas que llegaban de Italia. La presencia imponente de Caracol en el escenario no solo tenía que ver con sus cualidades vocales, con su corte de voz tan especial, sino también con su forma de moverse, su vis dramática, su estilo poderoso y su buen ojo a la hora de elegir repertorio. La creación de las zambras flamencas fue todo un hito en su carrera, pero eso no significó nunca, como sus detractores han intentado decir, que dejara de lado el resto del flamenco, todo el flamenco. Como hacía tanta gente, creó su propio fandango, inspirado en el de El Almendro, pero lo cantaba todo y todo lo cantaba bien. Sin duda, una de esas personalidades únicas en las que se concita lo mejor del genio y del ingenio. La conmemoración del centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada en este año de 2022 debería servir, a su vez, para poner en valor la figura de Caracol en lo que significó y en lo que sigue significando. Su escuela de cante,

que se intentó dejar de lado ante la pujanza, desde mediados del siglo XX, de la ideología mairenista, protegida a todos los niveles, experimentada al máximo y apoyada por una fuerte base teórica que se quedó escrita, es la escuela de cante que hoy perdura con mayor fuerza, la que, partiendo de una depurada técnica abre el camino a la expresividad más absoluta; la que toma el flamenco y lo hermana con otros sones, sin que exista discordancia alguna; la que es capaz de presentarse ante grandes públicos y ante pequeños reductos, proporcionando la misma emoción intensa, la misma honda sensación de que un milagro se produce entre el cantaor y el oyente. Allá en la Venta de Vargas tuvo lugar en su día, un día indefinido, desconocido y sin previo aviso, el traspaso de poderes sin ceremonia, de la misma forma que se hizo en Granada en 1922. De Chacón a Caracol, de Caracol a Camarón, casi tan niño uno y otro. El cante de Caracol recogía el legado flamenco de su propia familia y todo aquello que había aprendido y, lo mismo que Camarón, lo inconfundible de su voz hacía el resto. El virtuosismo flamenco, que algunos llaman en forma despectiva “enciclopedismo”, tuvo en ellos una alta representación. Son, a la vez, el ejemplo del genio autóctono y del aprendizaje por transmisión. Esa continuidad en el legado flamenco es la que produce frutos incontestables. Nada se destruye, todo se modifica, todo se agranda y enriquece. Los cimientos continúan siendo fuertes y poderosos, pero cada vez más llenos de creatividad, de nuevas opciones, de formas que atraen la sensibilidad del público de una forma total. Eso es el flamenco al fin y al cabo. Su historia se escribe a partir de las genialidades y de las emociones. Por eso, la historia del Niño Caracol es uno de sus capítulos más asombrosos.

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A Caracol

Manolo Caracol, Camarón y Paco de Lucía, Tres Reyes Revolucionarios Por Juan José Leonor

inevitables experimentos sonoros, sus propuestas revolucionarias marcan las pautas a los artistas de nuevo cuño en sus creaciones. El listón es alto y solo de vez en cuando, muy de vez en cuando, aparecen genios de esta envergadura que remueven los cimientos y traen consigo la piedra que se arrojó al mar y que, con el tiempo, encontró su centro.

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Caracol, la revolución salvaje

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i posiblemente estuvieran en Dubái, ni en una cabalgata, ni en la baraja, pero reinan en algo mucho más importante, en nuestros corazones. No pretendemos hacer biografía, ni entrar en vericuetos, que los hay, y muchos, sobre estos Tres Reyes Revolucionarios de los que hablamos, tan solo, brindar porque en un momento de la historia flamenca entraran con su genialidad a formar parte de nuestras vidas. Tres Reyes que cambiaron o más bien ampliaron un arte que formaba parte de las sombras -en muchos momentos menospreciado-, nacidos bajo influjos poderosos, cada uno de los tres brilló con su luz, hubo conjunciones, fugaces encuentros repletos de arte y creación, pero cada uno de ellos fue dueño de su destino e inevitablemente marcaron con su estela nuestro firmamento flamenco. Los Reyes murieron, vivan los Reyes. Tres Reyes sin trono han marcado con su reinado y revolución los caminos del flamenco a través de un siglo escaso. Maestros de una escuela que, transformada, pervive, Caracol, Camarón y Paco de Lucia. La herencia de su arte no es solo música, forman parte de nuestra propia historia y con cada uno de ellos el flamenco destiló ese perfume evocador que nos hace tenerlos siempre presentes. Aun en estos momentos de constante evolución, de imparable e

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Manolo Caracol, descendiente de leyendas, no podía pasar por esta historia flamenca sin dar un pase de pecho al tiempo que le tocó vivir. Valiente, revolucionario, ambicioso en su forma de variar y conservar el don de doler con su cante, conocedor de su magia salvaje. Desde su primer premio recibido en el Concurso de Cante Jondo de Granada, en 1922, hasta su muerte, en una noche ventosa de 1973, en accidente de coche, la vida de este artista fue crear leyenda. Su cante fraguó en una sociedad ávida de emociones y llegó a ser la banda sonora para un público alejado de lo jondo. Sus películas y su alianza artística con La Faraona, otro tótem de temperamento y arte sin fisuras, fomentaron ese halo de artista cercano a los que llegaban de Hollywood, pero con duende. Sin la planta de un Gary Cooper pero con el atractivo que da la seguridad de saberse un pura sangre. Mantuvo siempre su cante en estado puro, pero fue un revolucionario y no le dio la espalda a incorporarlo a nuevas propuestas: “se puede cantar flamenco con una gaita”, toda una declaración revolucionaria de un flamenco que lo es. Nada mejor que escuchar su legado discográfico e indagar en su biografía para conocer a un imprescindible de la historia del flamenco y de cómo caló su arte en una sociedad reacia que tenía muchos prejuicios por la mala fama que siempre ha acompañado al flamenco. Camarón, la revolución dulce Quince mil personas esperando la salida al escenario de un cantaor flamenco era y es una ciencia ficción que sólo pudo hacer realidad Camarón. El privilegio de las soledades flamencas dejó de ser patrimonio de unos pocos y aunque perdiese intimidad se abrió como nunca se hubiera podido pensar que un artista llegado de lo jondo más hermético llegara a hacerlo. Familias gitanas, ejecutivos de Azca, personalidades del arte, de la política, de la cultura, rockeros y punkys, nunca un artista flamenco había reunido tal variedad de público. Fiel hasta la fecha. Alcanzar las ventas de discos que le pusieran en línea con las estrellas del pop más mediáticas se salía del concepto flamenco en el que estábamos encorsetados y eso que no fue un hombre ambicioso, según Antonio Pulpón, su representante durante veinte años. Sus últimos tres años frente al público


A Caracol contra la inseguridad y el miedo...”. Estas son declaraciones del propio Paco de Lucía, maestro del mejor flamenco y pionero en su evolución. Hubo un tiempo en el que sus constantes aportaciones le convirtieron en un revolucionario del género, su influencia ha sido tan radicalmente poderosa como para cambiar la concepción del toque de guitarra. Se pueden tener serias dudas sobre la cantidad de guitarristas que aprendieron a tocar con sus notas y cuántos dejaron de tocarla por frustración. Paco de Lucía siempre fue flamenco, la esencia la llevaba en la sangre e hiciese lo que hiciese sonaba flamenco. A él se acercaron y buscaron en el misterio de su toque músicos consagrados como Chick Corea o Larry Coryell, John Mclaguin o Al Di Meola, por tan solo dar una mínima expresión de la onda expansiva que Paco acumulaba en sus manos y la sensación que provocaba estar a su lado tocando o riendo, porque como persona fue un sabio que supo desde su humildad aguantar el peso de ser el más grande, algo a lo que siempre tuvo mucho respeto y le ponía en una situación muy difícil, superarse, lo que nunca dejó de hacer, para nuestro goce.

alcanzaron la máxima oferta conseguida por un cantaor flamenco en la historia, estando ya tocado por la enfermedad y sus consecuencias. Si de alguna manera el flamenco ocupa el lugar en el que está hoy día se le debe a él. Su voz llevaba el cante por otros caminos, calando entre un público muy alejado de la senda flamenca y se tatuó en el alma de una afición que le encumbró hasta convertirlo en un chamán de su raza y de todas las razas. Buscador incansable, incomprendido en alguna etapa de su vida artística pero consciente de su revolución. Su arte fue, es y será, la levadura madre que madure las nuevas aventuras flamencas que puedan venir. Resulta doloroso intentar escribir sobre Camarón y no padecer en el intento, tan sólo por si alguien -que puede ser, no ha tenido la ocasión de masajearse el alma con su cante, que se arrime sin prejuicios al cante de Camarón, nacido del más hondo sentimiento, y quedará herido de muerte. Paco, la majestuosa revolución “Rabia, yo siempre la he tenido, me viene de niño, cuando en el mundo del flamenco y mucho más fuera de él y, sobre todo, dentro de la guitarra clásica, a los guitarristas flamencos se les trataba con absoluto desprecio. Siempre he tocado con ese complejo y con la rabia de afirmarme en que lo que yo hacía era válido. Eso es lo que me ha movido a tocar con la velocidad con la que toco. Y eso, la velocidad, no se estudia porque es la forma de luchar

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Que el arte flamenco cuente con estos Tres Reyes Revolucionarios de arte, sensibilidad, magia, jondura y duende es algo que ennoblece, que nos hace sentir muy creyentes e inevitablemente evangelistas del veneno que penetra y no se va, pero para bien. Inocúlense.


Reportaje Lorca y el Flamenco Por Teresa Fernández, periodista

bailaores, poetas, actores y actrices, pintores, compositores, músicos, toreros, catedráticos, políticos… de todo el abanico social, porque el carisma de Federico García Lorca podría definirse como ese duende flamenco que nace de la entraña de quien lo posee y que él definió magistralmente en su conferencia Teoría del duende de 1933. Los Cantares populares armonizados al piano por Federico y cantados por la Argentinita, se siguen cantando hasta el día de hoy y están en el repertorio de todos los artistas flamencos. Quién no conoce Las tres hojas, Los cuatro muleros, Café de Chinitas, Los Pelegrinitos, Sevillanas del s. XVIII, Las morillas de Jaén, Anda jaleo, Los mozos de Monleón, Nana de Sevilla, Los reyes de la baraja, La Tarara…

Federico Garcia Lorca

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ablemos para empezar del Concurso de Cante Jondo, cuyo centenario se cumple el 13 y 14 de junio. Primer certamen de rango nacional celebrado en Granada, apoyado por las firmas de numerosos músicos, políticos, escritores y artistas. García Lorca y Manuel de Falla en la organización, que estuvo a cargo del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada y que contó con la asesoría de maestros del cante, como los jerezanos Don Manuel Chacón y Manuel Torre. Los ganadores fueron Diego Bermúdez Calas El Tenaza y el niño de trece años, Manuel Ortega, que pasaría a la historia como Manolo Caracol.

En 1928 el éxito de su Romancero Gitano le catapultó definitivamente a la fama. Este profundo poemario de amor y muerte del que resaltamos el Romance de la Guardia Civil española, narra un hecho luctuoso, y puede que único, de persecución a los gitanos de Jerez de la Frontera. En 1923, a causa de reivindicaciones campesinas la Guardia Civil prendió fuego a las gañanías de los cortijos y casas de vecinos en los barrios gitanos y flamencos de Jerez. Una guardia civil de hace un siglo, impensable hoy. 1929 es el año del viaje de García Lorca a Nueva York, como estudiante de inglés en la Universidad de Columbia. Ese año pasado entre la ciudad de los rascacielos, el verano en Vermont, a orillas del lago Edem Mills, el regreso a Nueva York y los tres meses en La Habana, llevaron a Federico a hacer una inmersión en el surrealismo que en España hubiera sido imposible. Su producto, el largo poemario Poeta en Nueva York y las obras de teatro Así que pasen cinco años y El Público. Mucho más tarde se convirtieron en cantes de culto en repertorios flamencos, así como La leyenda del tiempo, el verso que da comienzo al acto tercero de Así que pasen cinco años.

Un concurso que empezó a poner al cante jondo en categoría cultural y que a lo largo de los años se ha demostrado de importancia capital para el desarrollo del flamenco. Incluso podría aventurarse que fue el inicio de la larga trayectoria que llevaría al flamenco a ser declarado en 2010 por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Aquí hablaremos de las obras de Federico relacionadas con el flamenco y de las obras que Federico nunca habría soñado que artistas flamencos de las últimas décadas del siglo XX introducirían en sus cantes, toques y espectáculos de baile, incluidos fragmentos y versiones de obras de teatro. De este primer periodo que situamos entre 1918 y 1922, el Poema del Cante Jondo es todo un manifiesto de su cultura flamenca y de su amor por este arte.

Siempre involucrado en la justicia social, ¿cómo no iba a fijarse en los seres más vulnerables de Nueva York en 1929 y mucho después, en los negros del ghetto de Harlem y en los negros de Cuba? En sus antípodas, Wall Street. Federico vivió en directo el crash de su capitalismo despiadado en el otoño de 1929.

Federico vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid desde 1919 a 1928. Sus amigos de ese tiempo fueron el poeta Rafael Alberti, el escritor Pepín Bello, el cineasta Luis Buñuel, el pintor Salvador Dalí, el poeta Jorge Guillén, el primer director de la Residencia de Estudiantes, Alberto Jiménez Fraud, el escritor y periodista Rafael Martínez Nadal y el poeta Emilio Prados.

La recta final de la vida y obra de García Lorca está marcada por la Segunda República. Ese mismo año de 1931, García Lorca se convierte en activista cultural creando el Teatro Universitario La Barraca, para llevar el teatro clásico español por todos los pueblos de España. También publica El diván del Tamarit, obra de poesía arábigo-andaluza, muy presente en el flamenco de años recientes. Ahí están el drama de la homosexualidad y la obsesión por la muerte, presente en casi toda su producción literaria.

Se puede hacer un seguimiento exhaustivo de los amigos que lo influenciaron a lo largo de su vida, leyendo las dedicatorias de sus poemas, canciones, obras de teatro, obras en prosa, cartas y otros escritos. Amigos de la tertulia granadina El Rinconcillo en el café Alameda, amigos cantaores, guitarristas,

El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. torero amigo de Federico, muerto por un

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Reportaje poeta, es el libro del hispanista irlandés Ian Gibson El asesinato de García Lorca. Oficialmente, nunca se encontraron sus restos. Pero se cree que reposan en el cementerio antiguo de Fuente Vaqueros. Los flamencos y Lorca. Sería imposible nombrar a todos los flamencos que desde los años setenta del siglo pasado hasta hoy han cantado, tocado y bailado obras de Lorca. Pero sí decimos, que este constante interés, es fruto del duende de Federico. Es como si su obsesión por la muerte hubiera sido transformada por los flamencos en obsesión por la vida. toro en 1934, comienza a ritmo de son cubano, que repite de forma impactante la hora de la muerte, las cinco de la tarde. Y termina con estos versos que más tarde se han aplicado al mismo Federico: Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace Un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Terminó de escribir los Sonetos del amor oscuro en 1936, pero no fueron publicados hasta 1983. Parece que fueron inspirados por el último amor de su vida, Rafael Rodríguez Rapún, que solo le sobrevivió dos meses. Murió luchando por la República. Entre 1933 y 1936 escribe Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba. Teatro reflejo

Federico fue su impulsor, con aquellos Cantares populares, cantados por La Argentinita, por la Niña de los Peines, por Pepe Marchena, por Carmen Linares y hasta hoy por todos los flamencos. El nacimiento de los tablaos flamencos en los cincuenta, de los festivales en los sesenta, propició la introducción de ‘las letras cultas’ en los cantes flamencos revolucionándolos. Se añadieron a las letras procedentes del sufrimiento de los jornaleros del campo, de los fragüeros, de los mineros y a los cantes festeros para celebrar el amor y la vida. Paco de Lucía, Doce canciones populares de Lorca para guitarra. Los revolucionarios del cante: Camarón de la Isla. La leyenda del tiempo – incomprendida entonces, hoy objeto de culto- Romance del Amargo, Mi niña se

No hay un legado tan corto, pero tan intenso, que haya ennoblecido tanto y siga enriqueciendo la historia del flamenco como el de Federico García Lorca. de una sociedad afortunadamente ya desaparecida. Las mujeres lorquianas siempre son paradigmas de la sociedad granadina y quizá por extensión de la española de aquellos años.

fue a la mar. En Soy gitano, se incluyeron la Casida de las palomas oscuras y el Romance de Thamar y Amnón.

En Bodas de sangre narra el amor pasión que explota ante el rechazo a un matrimonio concertado, tan habitual entonces y bastante después. Yerma o la obsesión patológica de ser madre. La actriz musa de Federico, Margarita Xirgu, la estrenó en 1934. Doña Rosita la soltera. Última obra estrenada en vida de Federico en 1935, en Barcelona, por Margarita Xirgu. Un drama sin muertos, una historia repetida mil veces en la sociedad, sobre todo en la de Granada de entonces. La casa de Bernarda Alba fue escrita el año de su muerte, 1936. Basada en hechos de personajes cercanos a la familia García Lorca. Drama de la sociedad rural granadina, tragedia del ‘qué dirán’, del matrimonio de conveniencia, de las pasiones ocultas que explotan en silencio, de la muerte y la honra. Hoy esas mujeres serían imposibles. Hoy, estremecen. Agosto 1936. El asesinato. La mejor fuente de información para conocer exhaustivamente las causas cercanas y remotas del asesinato del

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Enrique Morente fue el gran adaptador de los textos de Lorca al flamenco. De 1972 data, El lenguaje de las flores, fragmentos de Doña Rosita la soltera por tangos; en 1996 Omega, sobre Poeta en Nueva York y en 1998 Lorca. Los poemas elegidos proceden de Doña Rosita la soltera, Yerma, Así que pasen cinco años, Poeta en Nueva York y Poema del cante jondo. La reciente Premio Princesa de Asturias de las Artes, Carmen Linares, una de las artistas que más ha puesto en valor los poemarios lorquianos. El patriarca Vicente Soto Sordera el mayor cantaor de los poetas del 27; Rocío Márquez, comisaria del Concurso Mundial del Flamenco 1921/22 organizado por el Instituto Cervantes; Mayte Martín, Marina Heredia, Miguel Poveda … artistas del cante, toque, baile, todos los que sin estar aquí, están. Federico nunca hubiera imaginado que tantos artistas fueran a ennoblecer las letras flamencas con sus letras cultas. Podía imaginar que algunos poemas de Poeta en Nueva York, que llevan compases de palos flamencos podrían cantarse. Pero ¿fragmentos y versiones de sus obras de teatro?


Opinión Perrate o el asombro permanente Por Fermín Lobatón. Periodista

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Perrate por Claudia Ruiz

a primera vez que escuché su eco denso, jondísimo y estremecedor, no lo conocía. Fue en una reunión: él se probaba él la voz justo detrás de mí y, al escucharlo, me volví asombrado para ver de dónde salía aquel metal tan antiguo. Sorprendentemente, tras él se escondía una persona joven y afable que se presentó con esa modestia tan propia de su linaje. Apenas un año después del encuentro, me llegó su primera grabación, Perraterías (Flamenco vivo, 2005). Fue empezar a escucharlo, con esos ‘Tangos del Piyayo’, en clave reggae, y una sonrisa se instaló en mí. El disco entero —incluidas sus seguidillas didácticas, sus tonás, bulerías o cuplés— me supo a festín, a celebración del flamenco, con ese difícil equilibrio entre el peso de la tradición y unos arreglos evolucionados. Después de tantos años, me sigue sirviendo esa suerte de dialéctica entre aparentes contrarios, que, en realidad, resultan falsos, porque, en el timbre de Perrate se diluye cualquier duda: su garganta, afinación, compás y sentido diciendo los cantes terminan tiñendo de flamenco todo cuanto toca.

lada con detalle. La dirección de Pedro G. Romero y la producción musical de Raül Refree (junto al propio Tomás) no son, evidentemente, ajenas. También están la fundamental participación de Antonio Moreno a la percusión y Juan Jiménez al saxo, el contrabajo de Miguel Ángel Cordero o las aportaciones instrumentales —especialmente al órgano— del propio Refree. Pero hay que insistir: la densidad y profundidad de Perrate, su carisma cantaor, es lo que termina definiendo la obra. Hay un tema que se antoja central y hasta simbólico. Tomás lleva al terreno de la toná el poema ‘Karawane’ del autor dadaísta alemán Hugo Ball. Es el corte ‘Los fonemas’ y en él no hay letra como tal, tan solo los sonidos guturales de unas silabas versificadas que transmiten un aire tan primitivo como es el propio cante. Para rematarlo, rescata la voz de su padre Perrate de Utrera haciendo una gitanísima toná. Que cada cual extraiga sus impresiones: ¿raíz junto a vanguardia, respeto junto a riesgo, pasado, futuro…? Hay otra toná, de Jacinto Almadén, y la selección de música

El cantaor de Utrera presenta Tres golpes, un trabajo que define como «una evolución natural del flamenco» antigua se completa con folía y jácara, ambas también del siglo XVII. Los cuatro cantes restantes remiten al Perrate esencial e imprescindible, canónico sin dejar de ser actual. El romance antiguo, tan afín a la familia y a la tierra, cuenta con el concurso a la guitarra de Alfredo Lagos, al igual que las seguiriyas de los Puertos y Jerez, que se rematan con el cambio de Juanichi El Manijero. El toque de Paco de Amparo lo acompaña en la tanda de soleares de la Serneta y en las bulerías finales. Con ellas regresamos al reino del desenfado y la alegría a través del vínculo con Morón de la Frontera, que preside el toque. Perrate dice que «quiere cantar para gente que se toma su tiempo». Tomárselo, no cabe duda, tiene su recompensa.

Aquel asombro y similares sensaciones —placidez, flamencura…— regresan con algunos de los cortes de su nueva grabación Tres golpes (El Volcán Música-Lovemonk), su tercer trabajo en solitario tras aquel Infundios (MRP), de 2011. Ocurre con una serie de interpretaciones de carácter festivo, como la de la celebre chacona ‘A la vida bona’ de Añarés (siglo XVII), inundada por una muy flamenca acentuación, la adaptación de las seguidillas del Alosno (‘Arde la casa de Cupido’)—llena de guiños moroneros y contratiempos de Paco de Amparo— o el fandango callejero sudamericano que da nombre al disco. Pero la celebración del cante va mucho más allá y se llena de una multitud de matices en una grabación compleja y cince-

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Opinión

La época áurea de Córdoba María Villatoro. Peña Flamenca Merengue de Córdoba

Colonia Patricia, capital de la Bética, ciudad marmólea, mora, judía y cristiana, sede del Califato Omeya… La importancia de Córdoba, no sólo en la península sino en el mundo, es más que notoria. Sin embargo, ¿qué hay de su relevancia en el panorama flamenco?

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ndalucía padeció, y quizás padece, el siglo del flamenco. En el caso de Córdoba, a mi parecer, ese momento corresponde con la segunda mitad del siglo XX. Un momento iniciado, en la guitarra, por Antonio el del Lunar, padre del afamado Juan Serrano, y seguido por distinguidos tocaores como Rafael Rodríguez “Merengue de Córdoba’’ o Juan “El Tomate”, maestros de maestros como Vicente Amigo o Jose Antonio Rodríguez. Mientras tanto, el baile se fraguaba en las manos y en los pies de Concha Calero y Blanca del Rey. El cante empezaba a llamarse Antonio Fernández Díaz, “Fosforito”, y Manuel Moreno Maya “El Pele”, quienes a día de hoy son considerados ilustres y revolucionarios del flamenco por derecho. Tantos y tantos nombres que se han perdido y se pierden en el ideario colectivo, como Talegón de Córdoba o Agustín Fernández “El Pollo”… Todos ellos

recuerdo persiste, es nuestra herencia, herencia que hemos recibido todos, palpable y accesible, si saben dónde buscar. Como bien solía decir Lavoisier, “la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”, es lo que ha ocurrido con el flamenco cordobés, se ha visto transformado, gracias a su sólida cimentación, gracias a los que hoy ya son viejos, a su sabiduría. El panorama actual, por más que no lo dejen brillar, es más que emocionante. Me da por pensar en cantaores que le dan sentido al cante por precisamente darle sentido al baile, y recuerdo el nombre de Miguel del Pino, siempre detrás de Manuel Jiménez, la joven promesa de nuestro baile, cordobés de la cabeza a sus talentosos pies, que ya han recorrido el mundo llevando siempre el nombre de Córdoba. Pienso en el cante por seguiriyas de los hermanos Calli, un auténtico regalo de su padre. Pienso en la guitarra de Juanma “El Tomate”,

Miguel del Pino en la Posada del Potro, por @ToniBlanco

solían reunirse en lugares míticos como Casa el Pisto al lado de la Iglesia de San Miguel, el tablao Zoco, o en algún rincón escondido más allá del Puente Romano en el barrio del Campo la Verdad. También todos ellos huyeron a Madrid, para recorrer más tarde el mundo, llevando a su paso la esencia de la ciudad que los vio nacer. Hoy nos queda alguna reminiscencia de aquel fructífero pasado, como las antiguas piedras del Templo Romano, o el viejo artesonado lleno de carcoma de la Mezquita. Ya saben, todo lo que no se cuida, al final acaba pudriéndose. No obstante, ese

y de tantas sonantas que se gestan en el conservatorio. Pienso en tantos nombres, que me hacen pensar que efectivamente el flamenco no se muere, al menos aquí. Todos ellos se reúnen como antaño en extensas tertulias en lugares míticos como la taberna La Fuenseca, en Ciudad Jardín, o en algún rincón escondido más allá del Puente Romano en el antiquísimo barrio del Campo la Verdad. Y es que, pese a que los políticos no han encontrado la forma de plasmar nuestro arte en los grandes festivales como la Noche Blanca, Córdoba es tierra fértil de cante, toque y baile.

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“Si no eres un transgresor flamenco, pá que te metes...” PorJ osé María Castaño @Caminosdelcante

Ocurre siempre que se presenta el programa de la llamada cita de las citas con el flamenco. Hablo de la Bienal de Sevilla pero podría ser otro festival al uso, ya que la mayoría está perdiendo su vinculación con la ciudad que los alberga. Son verdaderos ríos de ácidos comentarios los que se pueden leer estos días. Cada uno es libre de opinar pero estaréis conmigo que esto de las redes sociales amplifica el ruido de fondo.

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esde la organización de la Bienal se defiende un modelo que, a modo de calidoscopio, recoja todas las alternativas posibles. Si algo tiene el flamenco a su favor es la gran variedad de propuestas que es capaz de llevar a un escenario. Sin embargo, no siempre resulta fácil mantener un equilibrio entre todas las tendencias y que satisfaga a todos. Ya vengo diciendo, desde hace un tiempo, que tal vez nos tropezamos con un problema de nomenclatura que no nos permite discernir debidamente lo clásico de lo vanguardista. Juana la del Pipa y La Tremendita, por un decir, acaban en un mismo cajón de sastre cuando cada una pertenece a diferentes categorías dentro de un mismo género. Digo todo esto porque en los tiempos que corren hay como una tendencia a priorizar aquellas propuestas transgresoras con respecto a otras que se anclan en la tradición; a veces tachadas de costumbristas, o caducas en el peor de los casos. Cada vez con mayor intensidad se percibe un esnobismo que parece valorar más a los artistas que se salen de trasto que aquellos que se sustentan en los cánones como si tuviera más valor aquello. O sea, si no eres reaccionario y tienes un punto de provocación no puntúas lo debido de cara a estar presente en los ciclos oficiales, así de claro. Los más insensatos se justifican poniendo por delante a Morente o Camarón, quienes dicen les señalaron el

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camino, sin saber cómo ellos trabajaron sus cimientos desde lo clásico. Y los hay más allá en la estulticia que enarbolan la bandera del progreso. El problema es que se quieren construir las casas por el tejado. No nos llevemos a engaño; es un camino que está lleno de palos de ciego porque no es revolucionario quien quiere sino quien puede. El arte está lleno de falsos profetas que esconden sus limitaciones en lo abstracto o situando sus obras en terrenos de nadie. De ahí que un Niño de Elche tenga espacio para repasar su trayectoria en La Bienal frente a las ausencias de Pansequito, Sara Baras o Juan Carlos Romero, por citar algunos ejemplos significativos. El siempre criticado programador lo sabe y hace por atender esta corriente que está llevando a artistas ‘desobedientes’ al Olimpo; sobre todo en el entorno de la mixtificación del baile flamenco con la danza contemporánea que es la disciplina que se está llevando la orza. Recuerdo aquella letra que se cantaba cuando alguien en una reunión no sabía tocar las palmas a compás y se le decía aquello de ‘si no tienes soniquete, pá que te metes’... Pues eso mismo, si no intentas ser un transgresor o transgresora en el flamenco de hoy, con los debidos respetos a quienes pueden serlo, la cosa estará más cortita para subirse a un escenario así bailes como Faíco o La Macarrona. Hoy, que en los escenarios un inodoro con su cisterna está por delante de una silla de enea...


Noticias Carmen Linares y María Pagés, Premio Princesa de Asturias de las Artes

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os Princesa de Asturias a las Artes han premiado al flamenco. La cantaora Carmen Linares y la bailaora y coreógrafa María Pagés han sido galardonadas con el premio Princesa de Asturias de las Artes. Dos grandes estrellas del firmamento flamenco contemporáneo. El jurado ha destacado que se trata de dos de las figuras más importantes del flamenco de las últimas décadas y que en ambas «converge el espíritu de varias generaciones que, desde el respeto por la tradición y la hondura de las raíces del flamenco, han sabido modernizar y adaptar su esencia al mundo contemporáneo, elevándolo, aún más si cabe, a la categoría de arte universal».

Festival del Cante de las Minas, 27 de julio al 6 de agosto

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osé Mercé, India Martínez y Farruquito como cabezas de cartel del LXI Festival Internacional del Cante de las Minas. A ellos se sumarán, del 27 de julio al 6 de agosto, Rosario La Tremendita, Paco Cepero, la saga Rancapino, Reyes Carrasco y El Yiyo, además de los aspirantes a los máximos galardones del Festival que protagonizarán los concursos, la esencia de este evento flamenco. Y lo harán en su máxima sede, el Antiguo Mercado Público de La Unión, la ‘Catedral del Cante’. Hasta La Unión llegarán los artistas seleccionados en las 15 pruebas selectivas que se están realizado por diferentes puntos de la geografía española: Valladolid, Sagunto, Albacete, Madrid, Torrevieja, Rojales, Álora, Viator, Lorca, Andorra de Teruel, Ponferrada, Alicante, Denia y Yecla, a las que se suma Extremadura. Los días 3, 4 y 5 de agosto tendrán lugar las semifinales del concurso del LXI Festival Internacional del Cante de las Minas, tres galas de toque, baile, cante e instrumentación flamenca para conseguir los máximos galardones en cada categoría: el ‘Bordón minero’, ‘Desplante’ femenino y masculino, la ‘Lámpara Minera’ y el ‘Filón’, cuyos nombres se desvelarán en la gran final el 6 de agosto.

28 de junio, Antonio Canales recibirá el Premio Orgullo Flamenco 2022

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e han creado los Premios Orgullo Flamenco que nacen como apoyo a la cultura, la diversidad y la justicia. El galardonado de esta primera edición Orgullo Flamenco 2022 será el bailaor y coreógrafo Antonio Canales. La gala de entrega, presentada por Joaquín Hurtado y Sara Salazar, se celebrará en Madrid el 28 de Junio, Día Internacional del Orgullo LGTBI, en el teatro Gran Vía. Los artistas invitados son Kiki Morente, Naike Ponce, Lin Cortés, Paquete, Fernando Soto y el propio Antonio Canales, entre otros.

Abre el Tablao de la Villa

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n el palacio que ocupó Café de Chinitas, en pleno centro de Madrid, ha abierto el Tablao de la Villa. El programa de la inauguración ya mostró el gusto y flamencura del nuevo local, invitando a subir a sus tablas a Farruquito, Gema Moneo y Alfonso Losa. Tablao de la Villa ofrece un flamenco en una casapalacio del siglo XIX en la calle Torija. Un lugar de encuentro para aficionados y artistas, donde se abre paso el arte flamenco tradicional en el que aparecen el baile que sabe pararse, y la guitarra y el cante que conocen los silencios.

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Festival de la Guitarra de Córdoba, 1 al 9 de julio

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l internacional Festival de la Guitarra de Córdoba se celebra del 1 al 9 de julio de 2022 con un programa extraordinario. Inaugura Sara Baras, con el espectáculo Alma, el día 1 de julio, en el Gran Teatro. Destacamos además algunos de los espectáculos flamencos, como: en la Posada del Potro, 4 de julio, Dani Mejía: «Entelequia» y Pablo Heredia, con «Tripasarí». 5 de julio, José María Gallardo y Miguel Ángel Cortés, con el estreno “Albéniz Flamenco” con Ana Morales, al baile, en el Teatro Góngora. 6 de julio, Eos Guitar Quartet, ofrecerán “El alma de Paco. Tributo a Paco de Lucía”, también en el Teatro Góngora. Ese mismo día continuará el homenaje a Paco de Lucía en el Palacio de Viana por parte de Fran Tari: “Recuerdo a Paco”; Manuel Herrera: “Esencia Flamenca”; y Carlos Llave: “Por Paco». 8 de julio, Miguel Chércoles y Daniel Madrid, en la Casa de las Campanas. Mas información en www.teatrocordoba.es

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Noticias Getafe lanza un concurso internacional de guitarra flamenca

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atafi Flamenco’, el I Festival Internacional de Guitarra Flamenca de Acompañamiento al Cante, de Getafe, presenta un concurso con tres categorías, Palos sin compás; Palos con compás y una tercera que tiene como objetivo rescatar palos de flamenco poco empleados. El plazo de presentación de solicitudes es hasta el 10 de junio. Hay 3 modalidades de premio, valorados en 2.500 € cada uno, más un premio adicional de 1.000 € al guitarrista más completo, además pasará directamente a las semifinales del Festival de Cante de Las Minas y contratado para la gira de Flamencos en Ruta de SGAE.

Bienal de Flamenco de Sevilla, del 8 de septiembre al 1 de octubre

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a Bienal de Flamenco de Sevilla ha presentado la programación de su 22 edición, que tendrá lugar del 8 de septiembre al 1 de octubre en diversos teatros y espacios de la ciudad. En estos 24 días, se desarrollarán 68 actos diferentes, con 28 estrenos absolutos: Eva Yerbabuena, Olga Pericet, María Terremoto, La Tremendita, Marina Heredia, Accademia del Piacere y Dani de Morón, María Moreno, Rafaela Carrasco, Pastora Galván o Marco Vargas y Chloé Brûlé. Actividades paralelas, y 5 grandes coproducciones con Patricia Guerrero, David Coria, Ana Morales, Israel Galván y Rocío Molina. Otra novedad bien destacable es que por primera vez se hace una dotación económica de 10.000 euros en metálico a la entrega del Giraldillo Internacional de Flamenco Ciudad de Sevilla. Como cada año par, desde 1980, Sevilla se transforma en un escaparate abierto para mostrar la creación flamenca más actual, desde las propuestas más clásicas a las más vanguardistas y en todas las expresiones del arte flamenco: cante, baile y toque. La programación completa se puede consultar en www.zocoflamenco.com

Noche Blanca del Flamenco de Córdoba, 18 al 19 de junio

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a noche del 18 al 19 de junio no se duerme en Córdoba, se dedica a disfrutar del mejor flamenco. Así, la llamada Noche Blanca del Flamenco a Córdoba repartirá por las calles y plazas del casco histórico actuaciones de una selección destacada de artistas flamencos, de diferentes estilos y expresiones. Figuras consagradas del cante como Estrella Morente o Argentina, la “new generation”, como Lucía Fernanda o Soleá Morente. Las voces del jerezano Ezequiel Benítez y el lebrijano, José Valencia, o el cordobés Lin Cortés. El baile del Farru, el piano y cante de Diego Amador, las guitarras de Dani de Morón y José María Bandera, y un largo etcétera para disfrutar de una noche inolvidable

Potaje Gitano de Utrera, 25 de junio

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l Festival flamenco más antiguo de España, el Potaje Gitano de Utrera 2022, celebra su 66ª edición con un homenaje a María Jiménez el próximo 25 de junio y un cartel excepciona.l Este año subirán al escenario, entre otros: Argentina, Antonio Reyes, María Terremoto, Kiki Morente y el grupo Tierra Flamenca. El homenaje a María Jiménez*, según la entidad organizadora, Hermandad de los Gitanos de Utrera, «porque es una leyenda viva de la música española y revolucionar las formas de la canción flamenca».

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Jornadas Flamencas de Valladolid: del 7 al 11 de junio

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as Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid cumplen su 18 edición, del 7 al 11 de junio. El programa, muy completo, se celebrará en el Laboratorio de las Artes de Valladolid, LAVA, y recoge cante, baile y toque, con jóvenes promesas, como Juanfran Carrasco, o los veteranos Perico el Pañero, Caracolillo de Cádiz y Antonia Contreras. El baile de El Choro y la guitarra de Fernández del Moral completan la propuesta. Además, dentro de la programación tendrán lugar las pruebas selectivas del Festival Cante de las Minas. Se han programado, además, Cursos prácticos de Baile, Guitarra y Cajón flamenco, y las inscripciones son hasta el 31 de mayo. A precios populares, las entradas a los recitales se ponen a la venta el 25 de mayo en las taquillas del LAVA. Programa completo. Jornadas Flamencas Ciudad de Valladolid 2022 en www.zocoflamenco.com

Granada celebra el Centenario del Concurso de Cante Jondo 1922-2022

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ranada celebra el Primer Centenario del Concurso de Cante Jondo en el marco del Festival de Granada (del 13 de junio al 10 de julio), y será el eje temático del programa general con un total de 32 actividades con recitales de flamenco con algunos de los más destacados interpretes actuales. Además, la danza y el baile flamenco tendrán su protagonismo con el Ballet Nacional de España (en homenaje a Mario Maya) o las Compañías de María Pagés y Patricia Guerrero. Todo ello sin olvidar a los artistas emergentes que actuaran tanto dentro de la programación general del festival. La inauguración, los días 13 y 14 de junio, en la mítica Plaza de los Aljibes, donde hace 100 años cantara por primera vez en público el Niño Caracol (Manolo Caracol), reunirá a dos generaciones flamencas: Rancapino, José de la Tomasa, Juan Villar y Vicente Soto; y Antonio Reyes, Jesús Méndez y Antonio Campos. Toda la programación en zocoflamenco.com

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Noticias Tributo a Paco de Lucía, 30 de julio

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l próximo 30 de julio, en el Teatro Real de Madrid y como broche final al Universal Music Festival, tendrá lugar el homenaje a Paco de Lucía. John McLaughlin, Sara Baras, Miguel Poveda, Niña Pastori, Mariza, Farruquito, Farru, Jorge Pardo, Alain Pérez, Al Di Meola, Carles Benavent, Antonio Serrano, Antonio Sánchez y hasta veinte artistas más de los que le acompañaron en vida o para quienes la música del guitarrista fue una brújula, estarán allí esa noche para reencontrarse con el maestro. Y para tratar de explicar, una vez más, que hubo un músico capaz de encerrar la eternidad en las cuatro paredes de un teatro.

Festival Flamenco de Huelva,14 al 25 de junio

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l VII Festival Flamenco ‘Ciudad de Huelva’, que tendrá lugar del 14 al 25 de junio, presenta un cartel de lujo, con Tomatito, Duquende, Patricia Guerrero, Israel Fernández, Farruquito, David Palomar, La Tana, Antonio Molina ‘El Choro’, Rafael de Utrera, Niño de Elche, Antonio Reyes y Diego del Morao. Una programación muy completa, con una veintena de actividades, como el Congreso Mundial del Flamenco que Perlita de Huelva recibió el Premio Paco Toronjo de manos el Instituto Cervantes celebrará el día 14 de junio en la ciudad». del alcalde, Manuel Cruz

Cuando late el silencio. La España gitana

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e ha presentado en Madrid la primera novela del director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández, titulada “Cuando late el silencio. La España Gitana”, editada por Ocho y Medio S. L. Cuando late el silencio contiene una explicación sobre el nacimiento del flamenco en el que junto a una nueva etimología de la palabra proveniente del romaní, avanza en nuevas perspectivas históricas vinculadas a los ragas hindúes y su conexión con el maestro de la música persa lurí Ziryab y el lungo drom (largo camino) transitado por el Pueblo Gitano. El 6 de junio, se hará la presentación en el Tablao Cordobés de Barcelona.

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Zoco MANOLO CARACOL, CANTE Y PASIÓN Ahondar en una figura del flamenco como Manolo Caracol es encontrarse, frente a frente, con el paradigma del cantaor: cara y cruz de una misma moneda que aglutina afición, vista comercial, legado, innovación, sabiduría, riesgo, cabeza y corazón. Este libro trata de abrir puertas que den paso a un conocimiento más profundo y sistemático del arte de Caracol como referente máximo del flamenco a pesar de controversias, polémicas y exageradas militancias. Autora: Catalina León Benítez. Edita: Almuzara. NUEVO ÁLBUM,ZIRYAB Juan Carmona presenta su nuevo trabajo. Se trata de un álbum concepto con un reparto excepcional, basado en el periplo del músico poeta Zyrab, que hace escala en varios puntos del Mediterráneo, entre un oasis y algún que otro caravanserai, y recorre 6.743 kilómetros, de Bagdad a Córdoba. Con él han colaborado Ibrahim Maalouf, Duquende, Dorantes, El Pele, Naseer Shamma y otros. Edita: Karonte.

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ROCÍO MÁRQUEZ EXPLORA EN EL “TERCER CIELO” Tercer Cielo es el nuevo proyecto discográfico de la cantaora flamenca Rocío Márquez y el productor de música urbana y electrónica Bronquio. Un paraíso en el umbral donde los artistas se han permitido explorar desde sus respectivas carreras musicales en un viaje que va de lo conocido a lo desconocido, de la tradición a la creación. El resultado es un lenguaje propio que trasciende compartimentos estancos de los géneros musicales para seguir ensanchando el flamenco del siglo XXI. Edita: Universal Music Spain EL ARTE JONDO: IDENTIDAD Y SENTIMIENTO Estas páginas nos muestran un ambicioso estudio del flamenco desde un punto de vista histórico, lingüístico, social, formal y evolutivo; muy en línea con la obra de autores como Blas Infante y otros muchos que explican el fenómeno de lo jondo desde una mirada íntimamente ligada al propio acervo autóctono. Silva nos invita a viajar hasta las raíces del arte jondo —ocultas en la neblina del tiempo y en el sustrato sentimental de una cultura olvidada— con el fin de devolver a Andalucía lo que en Andalucía nació. Autor: Rafael Silva Martinez. Edita. Almuzara.


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