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Honey Boy

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Tenki no ko

Tenki no ko

El niño que vino del crack

Prepotente, racista, violento y alcohólico. En algún punto de la producción de Transformers Michael Bay se sentía arrepentido de dos cosas: Megan Fox y Shia LaBeouf. Todo lo demás podía ser controlado por el maestro de las explosiones. Shia LaBeouf pasó en muy poco tiempo de ser el niño favorito de Hollywood a un verdadero dolor de cabeza para quien osara contratarlo.

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Por @AMAURY1984

A pesar de sus desplantes violentos y abuso de la bebida, Shia es un tipo con iniciativa, con visión y siempre con una propuesta. Ha dirigido y participado en pequeños proyectos independientes y esto ha lavado un poco su rostro. Así pues, en 2018 convenció a Amazon Studios de invertir en su “Mea Culpa” filmográfico, Honey Boy.

Corría el año de 2017 y el buen Shia se encontraba protagonizando el escándalo que lo llevase de manera obligatoria a rehabilitación. Tras insultar al personal de la policía que lo arrestó, por no parecer lo suficientemente estadounidenses; tuvo que pasar un buen tiempo en una clínica. Tiempo que decidió aprovechar para escribir cómo es que había llegado ahí.

Shia LaBeouf ha trabajado desde muy joven en la actuación, en parte impulsado por un padre encadenado a las adicciones y que en su juventud intentó acceder al medio artístico como payaso de rodeo. Por el otro lado, en esta revisión de su vida decide dejar absolutamente fuera de cámaras a su madre. Uno podría llegar a varias conclusiones, pero la que considero más viable es esta: Shia LaBeouf no cree que su madre sea la culpable del desarrollo de su personalidad y de sus hábitos autodestructivos.

La narración de esta biografía arranca con el pequeño Shia haciendo comerciales y pequeños papeles de TV. Sometido a la tutela de alguien que la requeriría, el niño debe mostrar profesionalismo en los estudios de filmación solo. El padre ha perdido el privilegio de estar presente por sus constantes interrupciones en el proceso de realización. A pesar de esto el padre le exigía practicar con él y lo sermoneaba sobre cómo él pudo ser alguien

en el mundo de la farándula.

Dada su reputación, era de pensar que Shia se lanzaría a la dirección, pero como pretendía protagonizar la película haciendo el papel de su padre, tuvo que buscar quien tomara las riendas. No habiendo una fila de gente esperando trabajar con él, optó por la documentalista israelí Alma Har’el. Una directora conocida en festivales de cine que Shia conoció cuando trabajaron junto en el video musical Fjögur pianó de la banda islandesa Sigur Ros. La dupla trabajó durante 19 días con un presupuesto reducido y presentaron el resultado de su colaboración durante el festival de cine de Sundance del 2019. Fue bien recibida por los críticos y llegó a México en abril de este 2020.

La estructura de la película está compuesta por dos líneas narrativas: el pasado de LaBeouf y el momento que llevó a su rehabilitación. El actor deja ver que su padre fue motivación y tropiezo de su carrera. El hombre que pretendía dejar la heroína y la marihuana terminó regresando a ellas varias veces, dejando a su joven hijo como el responsable de su vida, educación y carrera.

A pesar de este lastre emocional, el actor valora la compañía paterna. Con todo y periodo de pandemia, aún es muy temprano para saber si este sinceramiento frente de cámaras le regresará la carrera que lo llevó a trabajar al lado de Mark Walhberg, Will Smith, Keanu Reeves y Harrison Ford. Lo cierto es que ha estado muy activo en la escena independiente con proyectos tan relevantes como Nymphomaniac de Lars von Trier.

FICHA TÉCNICA Título: Honey Boy (2019) Dirige y produce: Alma Har’el Escribe: Shia LaBeouf Edita: Dominic LaPerriere y Monica Salazar Fotografía: Natasha Braier Musicaliza: Alex Somers Protagonizan: Noah Jupe, Lucas Hedges, FKA Twigs, Shia LaBeouf, Byron Bowers, Laura San Giacomo y más.

Viviendo bajo el agua, escondiéndose de la pandemia:

Underwater

There are things will happen and make you feel powerless, and make you feel insignificant, but that’s it. There are just feelings. and sometimes you have to stop feeling, and start doing. Norah Price.

Este año ha sido muy particular para el mundo interconectado, la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 ha generado grandes pérdidas económicas a las productoras, distribuidoras y exhibidoras cinematográficas además que ha forzado el cambio de estrategia para la distribución y proyección, algo que se veía venir lentamente. Ahora los servicios de streaming están albergando los estrenos que estaban planeados para exhibirse en salas de cine, creando la po-

Por Manuel Pineda

sibilidad de proyecciones simultáneas en salas de cine y en las plataformas digitales. Otra de las consecuencias de este evento extraordinario fue que se atrasó la distribución en formato físico de las películas ya estrenadas en el 2019 y las que se alcanzaron a estrenar antes de los cierres totales o parciales en el mundo, así que se tardó la distribución de blurays y dvds obligando al que pudiera a contratar servicios digitales.

Para este número de Super 8, el último del 2020, ya es una tradición escribir sobre la película que más nos gustó durante este año, para mí siempre es una tarea difícil ya que, generalmente, hay varios títulos que te generan una reacción única. Tan solo este año he visto películas como Tenet, Witches, Judy, The Grudge, 1917, Underwater, JoJo Rabbit, Birds of Prey, Queen of Hearts, Greenland, The New Mutants, Nomis, The SpongeBob Movie: Sponge on the Run, Mulan, The Devil All the Time, Onward, Train to Busain 2, Nuevo Orden, Enola Holmes, Extraction, Malasaña 32, Menendez: el día del señor, Parasite, Horse Girl, The Vast of Night, Cindy La Regia, La Marca del Demonio, por sólo nombrar las que recuerdo. Para los atentos, se habrán dado cuenta que estos títulos pertenecen de forma mixta a plataformas de streaming como a las productoras cinematográficas tradicionales. Sin duda alguna tenemos que adaptarnos a las diferentes formas de exhibición de las obras audiovisuales, al final muchos conocimos el cine a través de la televisión.

Escoger un solo título para escribir es complicado, sobre todo teniendo obras increíblemente hermosas (1917), emocionales (JoJo Rabbit), reflexivas (Nuevo Orden), y creativas (Tenet). Así que elegí una obra cinematográfica que contiene los elementos característicos de un género que amo y que es el pilar de mi vida: la Ciencia Ficción. Underwater fue la seleccionada porque tiene la herencia conceptual de Alien, ya que es una producción fílmica que presenta a la heroína en un ambiente violento, claustrofóbico, industrial, ajeno a los objetos armamentísticos, con una criatura impresionante y la necesidad de sobrevivir a toda costa.

Underwater es una producción estadounidense, dirigida por el cineasta William Eubank, quien sólo tiene tres títulos en su filmografía, pero son suficientes para definir su estilo y su gusto por el drama mezclado con la ciencia ficción. El guión esta coescrito por Brian Duffield (Jane Got a Gun, The Babysitter) y Adam Cozad (Jack Ryan: Shadow Recruit, The Legend of Tarzan), y es la última película de la 20th Century Fox Film Corporation ya que la compañía fue adquirida por Disney renombrándola como 20th Century Studios.

Amenaza en lo profundo, como se le tituló en México, trata sobre una plataforma submarina de perforación que se encuentra en La Fosa de las Marianas, el lugar más profundo de los océanos de la Tierra. El personal de la plataforma convive por varios meses sin ver el exterior y en un momento totalmente inesperado un terremoto genera consecuencias desastrosas tanto en la plataforma como a sus tripulantes.

El director William Eubank convenció a los estudios de que se podía filmar una película en un ambiente submarino sin usar cisternas, albercas o cuerpos de agua inmensos. Gracias a esta insistencia y al planteamiento ofrecido por el cineasta y su equipo, pudieron presentar un video concepto que convenció a los ejecutivos para que le dieran luz verde al proyecto. Underwater se filmó en un estudio cinematográfico en Luisiana, previamente fue un local comercial afectado por un huracán, que proporcionaba el espacio suficiente para que se construyeran escenarios grandes.

Pero, ¿cómo una película situada en un ambiente submarino podía filmarse sin usar agua? El equipo de producción creó una representación en tres dimensiones con la que se pudiera interactuar a través de visores de realidad virtual para manipular los escenarios, la iluminación, los movimientos de cámara, ángulos y el desplazamiento de los actores, así cuando se filmará ya todo estaría coordinado para dejar todo el trabajo como la recreación del agua al equipo de efectos digitales. Si uno ve el “detrás de cámaras” se puede percatar de cómo filmaron a los actores y sus dobles en un ambiente seco y que a través de la postproducción se creó el efecto de la sumersión, de los visores y del movimiento de los actores como si estuvieran desplazándose en el fondo de la fosa Marianas. Sin duda alguna una proeza técnica y visual para su disfrute en pantalla.

Respecto a los personajes, la principal es Norah Price, interpretada por Kristen Stewart, una ingeniera que busca la redención sobre los actos que ejerció en su vida en la superficie. La influencia de Ellen Ripley, de Alien, en la construcción de Price es evidente: una persona individual, responsable, lista, activa y solidaria. Conforme ves la película es inevitable pensar en la referencia, aunque toda la obra tiene varios guiños a la obra cinematográfica de ciencia ficción de 1979.

El Capitán Lucien, interpretado por Vincent Cassel, es otro personaje que también se lleva la empatía de la audiencia. El personaje es el de mayor experiencia dentro de la plataforma perforadora, estuvo en la primera exploración y se encuentra liderando la tripulación de la segunda exploración de la corporación Tian Industries. Sutilmente la historia de contexto del personaje nos revela detalles particulares sobre el argumento de la película y los misterios que la rodean. Los otros actores como T.J. Miller y Jessica Henwick complementan el reparto de forma equilibrada, pero quien se lleva los aplausos es el pequeño conejo de peluche que en las escenas alternas era un conejo real, pero por dificultades en la filmación fue cambiado por una versión de juguete.

Pero lo mejor es el enemigo principal, la naturaleza oscura, el terror submarino, la inmensidad, lo innombrable, el dios oculto, lo que se encuentra en la profundidad, y no puedo decir mas porque tienen que ver la película. Aunque la inspiración principal de lo descrito proviene del autor H.P. Lovecraft, así que pueden esperar algo inimaginable para una mente cuerda.

Underwater es una de esas películas que, para algunos, se producen en cualquier momento, sin embargo, pocos son los cineastas que logran contar una historia tan referenciada y aun así no aburrirte. Investigando descubrí que William Eubank es un cineasta prometedor, desde los 18 años ejerció como Cinematógrafo y trabajó para Panavisión como técnico, lo cual le dio mucha experiencia, ya que al visitar los sets de filmación como representante de la compañía pudo observar, hacer anotaciones y comparativas del momento de filmación con el resultado en pantalla. Ésta es una gran opción para el que busque una película en formato físico o digital, no es una mala adquisición ni perdida de tiempo al verla. Sin duda alguna se debe de dar una oportunidad al cineasta, a los actores y al argumento desarrollado en las profundidades del océano. Será inevitable pensar en otras películas o en los trabajos previos de los actores, pero se te va olvidando conforme avanza la obra cinematográfica. Aunque le fue mal en exhibición porque no recuperó el dinero invertido en el presupuesto, espero que los nuevos dueños decidan ampliar la historia, sobre todo por la gran influencia del terror cósmico.

Estamos viviendo tiempos interesantes, el cambio de los modos de consumo es inevitable, así que es momento de replantearnos como vemos, percibimos, consumimos, conceptualizamos, vivimos, producimos la cinematografía. Los sistemas tradicionales no dejaran de existir, sólo tiene que adaptarse y nosotros como audiencia también debemos hacerlo. El cine no deja de existir porque no lo vemos en una sala de cine, así como estamos limitados por una pandemia hay gente que no tiene acceso a una pantalla donde pueda ver una película. Así que sigamos apoyando la industria tanto en el consumo como en la producción porque esta en nuestra naturaleza humana.

Wonder Woman o A Quiet Place Part II son tan sólo dos de los ejemplos de las películas que prefirieron retrasar su estreno antes de arriesgarse a recaudar menos de los esperado en salas, otras casas productoras, responsables, por ejemplo, de producciones como Mulan o The SpongeBob Movie: Sponge on the Run optaron por lanzar directamente sus estrenos en distintas plataformas de streamig. La pandemia sin duda reconfiguró la vida, las rutinas, las costumbres y la forma en la que se

Por Azucena Mecalco

concibe la experiencia cinematográfica.

Sin embargo, antes de que las normas sanitarias se expandiesen hasta el punto de obligar a las exhibidoras a cerrar o mantener sus salas a la mitad (o menos) de su capacidad, se estrenaron en México algunas películas que alcanzaron a ser visualizadas por el público todavía con el olor a mantequilla, los pisos pegajosos, los comentarios inoportunos de algunos asistentes, los ruidos de la pareja de atrás que hacen sospechar que no ven la película, o el aire acondicionado tan frío que es necesario llevar ropa extra para la sala: la experiencia cinematográfica. Entre ellas se encuentra Onward, una de las más recientes producciones de los estudios Pixar.

Después del estreno de películas como Toy Story 4 (2019), que si bien apelan a la nostalgia del espectador que creció a lado de Woody y compañía, no terminan por desarrollar una historia digna de ser conta-

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