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La caja de pandora Godzilla VS. Kong

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Monsters

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En 1933, justo en el periodo de entreguerras en el cual el cine comenzaba con la creación de películas como Alice in Wonderland (Norman Z. McLeod) o The Invisible Man (James Whale), con las que se iniciaría el camino hacia las grandes producciones de ciencia ficción, terror o fantasía, apareció en pantallas una obra que sorprendió y cautivó al público King Kong, dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. La historia del

monstruo gigante, obligado a salir de su entorno natural para adaptarse a las manías de los hombres, cautivó al público con sus características humanas que lo transformaban en un ente mucho más racional y afectivo que los humanos que lo capturaron.

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Por otra parte, en 1954, casi diez años después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial, tras los desastrosos ataques de las bombas atómicas

Por Azucena Mecalco

contra Hiroshima y Nagasaki, se presentó por primera vez en pantalla un personaje que, de acuerdo con la cultura popular, reflejaba la frustración, el miedo y la impotencia de la sociedad japonesa frente al horror de las explosiones atómicas y la pérdida de la guerra: Godzilla.

Aquella primera entrega fue dirigida por el famoso Ishirô Honda, quien además de dedicarse al mundo del tokusatsu; participó como director de segunda unidad en trabajos como Hachigatsu no rapusodi (Akira Kurosawa, 1991), Yume (Akira Kurosawa, 1990), Ran (Akira Kurosawa, 1985), entre otros.

Ambos personajes destacaban de forma crítica una visión del mundo en el cual la naturaleza pierde su equilibrio debido a la ambición humana. Tanto Kong como Godzilla representaron, en sus propias culturas y bajo sus distintos contextos, un acercamiento a la oscura naturaleza del ser humano en su afán por dominar y controlar todo, aún en contra de la propia naturaleza.

Sin embargo, en algún punto de la historia, por allá de la década de los 60, el propio Ishirô Honda, con ayuda

de Tom Montgomery, dirigió un filme con guion de Shinichi Sekizawa, Paul Manson, y otros intrépidos que vieron en el enfrentamiento de ambas criaturas una oportunidad para abarrotar las salas de cine. A partir de ese momento, ambos personajes aparecieron en distintas adaptaciones y cada vez que su inmensa personalidad se hizo presente, el público acudió a las salas para encontrarse de nueva cuenta con ellos.

Aunque el universo de los monstruos siempre ha sido redituable, e incluso las últimas entregas de ambos personajes generaron ganancias considerables, no todas las películas podían tener aceptación, con el fracaso taquillero de Godzilla: King of the Monsters (Michael Dougherty, 2019), la esperada lucha entre titanes pasó a ser casi una fantasía para los fanáticos. Sin embargo, aunque casi más por compromiso que por verdadero interés, y debido a que el rodaje llevaba ya bastante tiempo e inversión, este 2021 se estrenó finalmente la esperada batalla entre monstruos, bajo el título de Godzilla VS. Kong.

Con dirección de Adam Wingard, guion de Eric Pearson y Max Borenstein, presenciamos una batalla con cortes, encuadres, movimientos de cámara y explosiones dignas de Michael Bay. La historia no tiene nada de novedoso, y eso es porque no existe una historia real detrás de tanto plano holandés y plano contra plano. El escaso argumento, en el que los personajes salen del sombrero del mago y hay tantos hilos sueltos como en una sábana deshilachada no es más que un pretexto bien estructurado, eso sí, para ver la batalla entre el rey de los monstruos y el rey de la Isla Calavera.

Los personajes interpretados por seres humanos no son sino patiños, diseñados para acompañar a los grandes personajes digitales. Esto no significa que la película sea mala o carezca de solidez. Simplemente deja claro que es un filme diseñado para ver peleas.

Más que pertenecer al universo de la ficción, la fantasía o el de los monstruos, esta película podría adherirse sin problema a el cine de acción del estilo encarnado por Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone o JeanClaude VanDamme en la década de los 80.

No sólo los encuadres, cortes, música e hilo argumental se ciñen a este parámetro; también lo hacen los propios monstruos, ejemplo cómico y claro es el momento en que, segundos antes de que explote una embarcación, Kong salta de ésta para caer en las profundidades del océano en donde lo aguarda su contrincante.

Si bien aún existe, de forma velada, una muy sutil crítica a la ambición humana, encarnada de manera eficiente por Demián Bichir en su papel de Walter Simmons y la empresa que dirige, ésta no representa la esencia de la trama; sino que se transforma en el pretexto para dejarnos ver cada una de las batallas y la infinita destrucción en CGI que le da vida a los enfrentamientos entre los personajes principales.

En resumen, Godzilla VS. Kong es una excelente opción si lo que uno busca es un montón de buenas batallas para pasar el rato.

FICHA TÉCNICA

Título: Godzilla VS. Kong Dirección: Adam Wingard Guion: Eric Pearson y Max Borenstein Música: Junkie XL Fotografía: Ben Seresin Elenco: Alexander Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Shun Oguri, Demián Bichir Año: 2021 País: E.U.A., Australi, Canadá, India Duración: 113 min.

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