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La mente maestra One cut of the dead
from Super 8 No. 137
by super8
o cómo hacer cine con sentimiento
Era el 18 de noviembre del 2018, el Festival de Cine Fantástico, organizado por la Universidad de Málaga, estaba en su apogeo, como buen transeúnte me encontraba deambulando en las calles del centro cuando decidí comprar mi boleto para la proyección de una película japonesa, en el cine Albéniz, que tenía un poster llamativo con el título One cut of the Dead. Cuando lo vi pensé que sería buena opción para pasar la noche, ¿una película japonesa de zombis, con abundante sangre?, ¿por qué no?, ¿que podría pasar? Además, el costo del boleto era de dos euros, lo que en su momento habrían sido unos 42 pesos mexicanos de acuerdo con el cambio bancario. Entrar al cine Albéniz fue una experiencia única, es un edificio de estilo historicista que dista mucho de las salas contemporáneas instaladas en los centros comerciales a las que estamos acostumbrados en México. La sala 3 tiene las butacas al nivel del piso, no hay planos inclinados, hasta enfrente se encuentra la pantalla, los asientos son pequeños y algo duros, y el alfombrado azul genera un ambiente de tranquilidad, ahí estaba sentado, esperando solitariamente junto a decenas de personas el inicio de una película de la cual no tenía ni la más remota referencia, más allá del póster.
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Como parte del festival, antes de la proyección, se realizó una pequeña introducción a la película donde nos garantizaban
Por Manuel Pineda
que nos gustaría, que saldríamos muy satisfechos al final. La obra audiovisual inició con un zombi a punto de devorar a una de las protagonistas, esta escena se convirtió en uno de los mejores planos secuencia en la Historia de la Cinematografía.
One cut of the dead o como se tituló en México Zombis, Cámara, Acción, es una película japonesa producida en el 2017, dirigida, escrita y editada por el cineasta Shin’ichirô Ueda, convirtiéndose ésta en su mayor éxito hasta el momento gracias a la originalidad de su guion. ¿Pero qué tan original puede ser una película de zombis, cuando los contextos argumentales son muy similares gracias a la escuela de George A. Romero? Pues justo de eso les voy a contar en este corto texto. One cut of the dead trata sobre un equipo
de producción que se encuentra grabando, una película de zombis, en una planta purificadora de agua, pero al hacer un pequeño descanso son atacados por otros miembros del equipo convertidos en muertos vivientes. Hasta aquí todo parece común y corriente, pero no es así querida audiencia, ya que toda la secuencia de acción dura unos 40 minutos aproximadamente, así es, no hay ni un solo corte desde que inicia hasta el final.
Un momento, pero si buscamos en bases de datos sobre cine como la famosa IMDB.com, la película aparece listada con una duración de una hora y treinta y seis minutos, ¿acaso, redactor, nos quieres engañar? Pues no, pero si les digo que pasa después ya no tendría chiste. One cut of
the dead si tiene esa duración, pero es una experiencia única cuando la observas, más si eres un cinéfilo profundo que también estudia el lenguaje, la técnica y la teoría cinematográfica.
Cuando vi la película me percaté de cosas muy particulares, como reflejos y siluetas del equipo de producción que no deberían de aparecer en escena, ya que las películas nos muestran una realidad nueva, un mundo que es real para los personajes que vemos en las pantallas, así que cuando ves un elemento que delata lo irreal, como audiencia pierdes esa conexión que da credibilidad a lo que miras. One cut of the dead está repleta de esos
elementos que cortan, al principio no sabes que estás mirando, si de plano está es una producción de bajo presupuesto o si son unos genios que han hecho un trabajo extraordinario justificando todo a través del argumento.
Lo cierto es que la película sí es de bajo presupuesto, el dinero invertido por el cineasta, a través de su compañía Panpokopina, y por la compañía Enbu Seminar, que además aportó a los actores para la filmación, invirtieron alrededor de 25,000 mil dólares, lo cual es una cantidad muy baja para el estándar de cine; sin embargo, al estrenarse la película se convirtió en un éxito rotundo, generando hasta la fecha un aproximado de 31 millones de dólares de recaudación mundial. Nada mal para una película que rompe las expectativas de un simple espectador.
La película fue multi premiada, y bien recibida por la crítica especializada y los festivales de cine, sobre todo los de temática fantástica o de ciencia ficción. Aunque hay algo que se debe aclarar, en la película hay un giro argumental muy bueno que redirige al género. Sin duda, el trabajo de Shin’ichirô Ueda es algo que se debe seguir de cerca, puede que se siga superando o que repita su fórmula hasta el cansancio, pero eso lo definirá el futuro.
Cuando finalizó la película, los organizadores estaban en lo cierto, incluso se veían caras de satisfacción en ellos como cuando el cocinero se percata de que disfrutaste su comida. La proyección fue un éxito, la audiencia aplaudió, uno de los oradores habló maravillas de la producción y yo quedé atónito por lo que acababa de ver, sin duda esa película es un gran ejemplo para los estudiantes de cine y el cinéfilo.
One cut of the Dead es una de esas películas que se convierten instantáneamente en una obra de culto, si tienen la oportunidad de conseguirla con su proveedor de confianza, no lo duden, en este 2021 apenas se estrenó oficialmente en México, pero fue una estancia corta, así que búsquenla en las plataformas de streaming o si son clavados como uno, compren el Blu-ray desde Japón o Hong Kong, no se arrepentirán porque habrán visto una de las mejores películas del 2018.
Por Azucena Mecalco
Símbolo de la decadencia y metáfora de una humanidad dormida, poco receptiva y lejana a las cualidades atribuidas a lo «humano», la figura del zombi se encuentra arraigada en la cinematografía como una apuesta fructífera en el campo argumental. Los zombis atraen al público, lo aterrorizan tanto como lo seducen. La perspectiva de verse en medio de un escenario apocalíptico, en donde la única arma real contra la catástrofe es el instinto de supervivencia y el ingenio que de él deriva, despierta las más oscuras fantasías de los espectadores.
Con ello como punto de partida, no resulta extraño que las producciones donde los no vivos fungen como tópico principal se haya tornado en una mina de oro para las empresas productoras, que cada vez deben ser más ingeniosas para acomodar una figura ya gastada en nuevos escenarios o, por lo menos, en contextos suficientemente verosímiles y