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La mente maestra The French Dispatch

Arthur Howitzer Jr. es lo que podríamos considerar un “Junior” del periodismo, algo así como Carlos Loret de Mola si alguien considerase al padre o al hijo, periodistas… Mal ejemplo. Arthur Howitzer Jr. se lanza a la aventura al viejo continente y promete a su padre escribir para el Kansas Evening Sun una serie de artículos que los lectores empiezan a ubicar como La crónica francesa. sé, Arthur gana mucha popularidad dentro de los lectores del periódico familiar. Por lo que, en algún punto de su historia, decide independizar el suplemento a su cargo y La crónica francesa se convierte en un semanario de gran importancia gracias a sus escritores de entre los que destacan Roebuck Wright, Lucinda Krementz y J.K.L. Berensen. Desde luego no todo es para siempre y La crónica francesa termina con la muerte de su fundador. En su última voluntad deja de manera explícita que tras su fallecimiento la publicación de su semanario deberá parar. Dicho evento será acompañado por una última publicación en la que se mostrarán algunos de

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Por @AMAURY1984

los mejores textos publicados, acompañados de un breve obituario anunciando la muerte de Arthur.

El periodismo y el cine no son ajenos. Recordaba que cuando estas dos disciplinas se juntan hacen verdaderas obras maestras. En 1941 Orson Welles y Herman Mankiewicz abordaron el poder de los empresarios de los medios en Citizen Kane. En 1976, All the President ‘s men, de Alan Pakula, trajo al cine el escándalo político que cimbró la presidencia estadounidense. En 1981, Absence of Malice de Syndey Pollack cuestionó la “impoluta ética periodista” en la sentencia mediática de un hombre aún no juzgado. En 1999 Michael Mann abordó el poder de la información en manos del pueblo en The insider. Y en 2005 George Clooney (quien además ha tomado la bandera de la información pública muy en serio) nos recordaba la batalla entre el po-

En The French Dispatch, Wes Anderson honra al periodismo, más en específico, honra la tradición de la crónica literaria. A pretexto de la muerte de su protagonista Anderson nos pasea por una serie de historias publicadas y lo hace de una manera y con un ritmo poco conocido en él. Siempre me he imaginado a Anderson como un tipo sumamente calmado al que podrías hacer enloquecer con una taza de café después de las 4pm; vaya alguien demasiado tranquilo. Pero para llevar a cabo The French Dispatch, pareciera que Anderson estuvo a régimen de anfetaminas y bebidas energéticas. Desde los primeros minu-

tos hace de esta una experiencia llena de frenesí con una historia ambientada dentro de una Francia que plasmaba Jacques Tati en los años 1950. Todos sus personajes son protagonistas de una historia contada por alguien más. Una tras otra estas pequeñas crónicas que, de manera sutil, como lo suele hacer el periodismo de semanarios como The New Yorker, critican modos de vida remanentes en nuestra sociedad actual.

Acompañando la monumental cantidad de información con la que nos bombardea, Anderson, conocido por planear de

der político y el cuarto poder en Good night, and good luck.

manera obsesiva cada cuadro o movimiento; muestra una colosal construcción de colores y escala de grises. Una supervisión que crea una película cuyos cuadros son dignos de ver por más tiempo del que su propio realizador nos dará. La producción echó manos de todo lo que pudo: construcción de escenografías, animación, maquetas y demás. Es por mucho uno de los mejores trabajos de Anderson hasta la fecha.

He escuchado que muchos nombran a The French Dispatch como una carta de amor al periodismo. Yo creo, por el contrario, que Anderson aprovecha esta oportunidad para sutilmente burlarse de la santidad que el periodismo estadounidense intentó crear a su alrededor tras la administración Trump, como supuestos paladines de la verdad absoluta informada de manera objetiva. Y es que el clásico periodismo al que hace referencia Anderson, el de los semanarios, revistas y columnas, acompañado de la opinión de su autor, últimamente se tira al suelo agredido por aquellos que no piensan como ellos. Anderson muestra a los escritores de La crónica francesa dentro y fuera de la acción periodística. El caso más emblemático e hilarante de la película es el interpretado por Frances McDormand cuando intenta hacer una crónica de los eventos estudiantiles de los 1960 y termina escribiendo el manifiesto estudiantil. FICHA TÉCNICA

Título: The French Dispatch of the Liberty, Kansas evening Sun Escribe, Dirige y Produce: Wes Anderson Escribe y produce: Roman Coppola Escriben: Hugo Guinness y Jason Schwartzman Fotografía: Robert D. Yeoman Edita: Andrew Weisblum Musicaliza: Alexandre Desplat Protagonizan: Tilda Swinton, Frances McDormand, Léa Seydoux, Bill Murray, Benicio del Toro, Timothée Chamalet, Mathieu Amalric, Jeffrey Wright y más Año: 2021 País: E.U.A., Alemania Duración: 107 min.

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