Caminos hacia la transformación Los abordajes son prácticas sociales que expresan los diversos intereses de los actores en un conflicto. Una distinción general se basa en la naturaleza del abordaje: según sea reactiva o proactiva (Hizkias, 2004, citado por Prada et al., 2014). El primer grupo tiende hacia la supresión del conflicto obteniendo como resultado muy poca participación mutua en la búsqueda de la solución. El segundo grupo obtiene una mayor participación para la transformación del conflicto, tal y como se ha explicado en la v. Estas herramientas se diferencian, esencialmente, por el alcance y la intención de quien utiliza los distintos recursos, encontrando una gama de posibilidades entre las vías que hacen uso de la fuerza, las herramientas de gestión y adjudicación, y las vías que se proyectan hacia la transformación de los conflictos y la reconciliación. De esta manera, fue posible analizar las estrategias adelantadas por las comunidades y el Estado, que además cuentan con un trasegar histórico particular para cada caso: este determina las herramientas adoptadas y muestra las formas de relacionamiento de las comunidades con las estructuras y actores relevantes del contexto. Teniendo en cuenta lo anterior, se establecieron cuatro grupos de abordajes: los reactivos, que privilegian el uso de la fuerza; los abordajes de gestión, que vinculan principalmente los mecanismos estatales de tramitación de conflictos y pueden ser tanto reactivos como proactivos (adjudicación, arbitraje); los proactivos de solución, que incorporan mecanismos dialógicos (negociación, mediación, MASC). Finalmente, se encuentran los abordajes proactivos hacia la transformación; estos vinculan la construcción de plataformas para el fortalecimiento de capacidades colectivas con la intención de desescalar las tensiones entre los actores a partir de una visión de futuro, con el objetivo de cambiar los factores estructurales causantes de los conflictos por la tierra, donde también tienen lugar las acciones tendientes a la reconciliación.
Los abordajes que privilegian el uso de la fuerza En los abordajes de los actores sociales y el Estado pueden presentarse mecanismos de fuerza e incluso de violencia, que alteran o influyen negativamente sobre la dinámica de las relaciones. Generalmente, estos traen como efecto el escalonamiento de las tensiones e implican cambios en “los patrones de percepción de las personas, lo que desean, lo que persiguen, y la manera cómo estructuran las relaciones interpersonales al igual que las intergrupales e intragrupales” (Lederach, 2003, p. 28). Dichas acciones de fuerza pueden moverse entre las esferas de lo legal y lo legítimo: es preciso recordar que el ejercicio del poder estatal se fundamenta en la legalidad y la legitimidad. Por una parte, el principio de legalidad implica el
Caracterización de los abordajes de los conflictos
CAPITULO 4
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