Diastema
Ricardo Avenda単o 2014
Al Cielo y al Mar, a Irene, a Gabriel, a Uriel y a Kato.
La distancia aumenta el cari単o.
El diastema dental es el espacio o separación existente entre dos o más dientes, el cual se observa con mayor frecuencia en los incisivos centrales del maxilar superior. Esta condición puede ser la causa de la falta de una pieza dental, de una desproporción en el tamaño de los dientes, de un frenillo labial demasiado grande e incluso de malos hábitos orales.
Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que estรกn destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.
Preludio He preparado un escenario, un lugar para el afecto, un espacio que quiere ser habitado. Un universo etéreo, nublado, envolvente, atmosférico, construido por la luz, donde los deseos se enraízan en un terreno fértil, mutable, en una permanente transformación. Es el territorio donde transitan distintas sensibilidades del afecto. Una extensión de las dinámicas de la búsqueda del otro, el encuentro y el vínculo desde la óptica del equilibrio entre la proximidad y la lejanía como agente inevitable de la pareja. El tratamiento de la luz como atmósfera y como constructora de los objetos y seres animados que protagonizan el espacio -bañado por trances de azules- definen las sensaciones de temperatura y evanescencia.
Andรกbamos sin buscarnos pero sabiendo que andรกbamos para encontrarnos. Julio Cortรกzar
Echar raíces Morar-Residir –Habitar-RevisitarDesvanecerse-Permanecer. Tener bases y construir una relación sobre un afecto sólido, un terreno fértil (contrario a lo hostil, árido, desértico). Es como entrar a una habitación para quedarse allí, hacerla propia y dibujar una intimidad para compartirla con otro. Es preparar el suelo de la realidad y a partir de él sembrar con suficiente agua, tierra y luz sin importar la futura cosecha, donde lo necesario es agarrar la relación por medio de raíces fuertes y seguras para anclar el sentimiento y cada vez que sea posible absorber los nutrientes y el agua que alimenta la construcción de los dos.
Las raíces son lazos comunicantes que permiten la discusión y el diálogo porque la palabra es necesaria y volver al origen siempre es reconfortante. Echar raíces es de otra manera sujetarse de la realidad. No ser tan idealista, más bien realista, reconociendo que el error hace parte del azar y de la humanidad, sabiendo que todo llega a un límite y a un ciclo que inicia y termina, porque esa es la única certeza: todo lo que comienza algún día finaliza. Las raíces permiten arraigarse, habitar, compartir y hacer uno el espacio de los dos, un universo donde es necesario el espacio de cada uno y llegar a uno en común para los dos. Aunque las raíces pueden llegar al extremo del apego hay que siempre dejar ir y hallar el justo equilibrio entre el permanecer y el despojar. Parte de las relaciones caóticas y críticas se asemejan al vaivén del mar: una relación que no quieres dejar ir porque el dolor es placentero.
Donde no puedas amar no te demores. Frida Khalo
Estas cosas le pasan a todos, ¿No?. Ese momento donde ves el jardín que está creciendo a lado tuyo y sonríes, y de alguna manera esperas que se cruce hacía tu Casa, pero por alguna razón, simplemente se queda ahí, en el límite entre lo irreal y lo irrisorio. Pero ¿alguna vez fuiste hasta ese borde y lo plantaste tu mismo? Quizás, es el oficio de cualquier jardinero solo cuidar su propia obra, quizás son las raíces de todos los árboles quienes deciden pertenecer a un solo lugar, quizás de quizaces irrelevantes que podemos ir inventando a medida que todos los Jardineros entiendan, que hay un solo suelo, y ahí abajo, todas las raíces terminan encontrándose. Eduardo Vega
Hay diez centĂmetros de silencio entre tus manos y mis manos una frontera de palabras no dichas entre tus labios y mis labios y algo que brilla asĂ de triste entre tus ojos y mis ojos. Mario Benedetti
Metamorfosis Vicisitudes-turbaciones-reiterar-insistirvástago-renuevo-brote-germenrenovar-cambiar-trasnformar. Destierro-éxodo-salir de sí para ir al encuentro del otro. Tomar la iniciativa, dar el paso, ir, salir al encuentro. Cuando una relación atraviesa una metamorfosis vital emprende un proceso de cambio, de crisis, de necesaria transición, un momento donde el espacio se vuelve caos, la habitación se desordena y el sin sentido impregna de color el espacio. Pero después de la turbación el universo reclama equilibrio, y el azul reina como la paz que envuelve al afecto en armonía, donde lo sensato y lo mesurado revisten la habitacióncompensándola de vacío y lleno, de cercanía y distancia.
Las ruinas son el camino a la transformaci贸n.
Ternura tan frágil pero tan sólida en la fuerza del cariño: a ti te debo la compañía.
La imposibilidad de abrazar el sentir del otro es una realidad. Solo hay certeza de lo que siento. De lo que siente él no lo sé. Algo podría deducir de lo que me dice pero a veces por no hacernos daño decimos lo que el otro quiere escuchar y eso ya es cariño, no falsedad, porque si algo te impulsa a decirlo está cargado de esperanza.
Interludio Diastema reúne una serie de piezas en porcelana, pinturas al óleo y esculturas en madera y tela de lienzo como resultado de una exploración pictórica y espacial para generar imágenes que se presentan sugerentes ante el espectador. Las siguientes imágenes hacen parte una búsqueda, un conjunto de encuentros y desencuentros, hallazgos y decisiones. En otras palabras, una mirada anunciada al estado concluyente de la materia hecha luz, pintura, espacio, atmósfera, afecto.
En la pintura he encontrado un lugar para la meditaciรณn, un espacio de combate, de reflexiรณn, un lenguaje, una conjugaciรณn de las sensaciones dispuestas en la superficie, en ese paisaje llano que quiere ser intervenido. Una traducciรณn de las imรกgenes recurrentes que se me presentan porque quieren morar en el color y la textura.
Un biombo se despliega en el espacio y es ba単ado por la luz, una pintura sobre la pintura.
Me gustan las paredes que se extienden hasta el cielo y los horizontes que se encuentran en el mar.
He visto la necesidad de transitar entre la pintura y los objetos como una forma de alterar el espacio, de darle protagonismo a la imagen y hacerla mรกs presente, mรกs aun cuando el juego de escala me permitiรณ ver el espacio como posibilidad para habitar y dar lugar al afecto.
Cómplices Las imágenes que se encuentran en las siguientes páginas han sido compañeras, sugerencias y detonantes del proceso creación, distintas luces a lo largo del camino.
Edward Hopper
Shirley: Visions of Reality - Gustav Deutsch
Pablo Picasso
Sigur R贸s - Dauoalogn
El viejo y el mar - Aleksandr Petrov
Dolls - Takeshi Kitano
Espacio Abrí los ojos y me enfrenté a un espacio amplio, casi infinito, casi vacío, solo unos pocos objetos se encontraban en el lugar, mudos pero con deseos de hablar. No había nadie, estaba solo y cuando pasó el tiempo hice de ese mundo, mi espacio, en un instante suspendido, sin razón, simplemente ahí.
VacĂos, mudos, baĂąados de silencio.
Cuerpo Esperé un tiempo, tal vez unas horas, miré por la ventana y deseé una compañía, alguien para compartir ese lugar que cada vez me era más familiar. Y aunque era mi espacio personal quería que no fuera solo mío. De repente alguien entró allí, no dije nada, ni él tampoco, estábamos distantes, fríos, lejanos, perdidos, sencillamente arrojados en el espacio y cuando el tiempo avanzó nos convertimos en presencias ausentes, él en su mundo y yo en el mío, pero en el mismo espacio, el espacio que nos unía y nos conflictuaba.
Cuerpo Esperé un tiempo, tal vez unas horas, miré por la ventana y deseé una compañía, alguien para compartir ese lugar que cada vez me era más familiar. Y aunque era mi espacio personal quería que no fuera solo mío. De repente alguien entró allí, no dije nada, ni él tampoco, estábamos distantes, fríos, lejanos, perdidos, sencillamente arrojados en el espacio y cuando el tiempo avanzó nos convertimos en presencias ausentes, él en su mundo y yo en el mío, pero en el mismo espacio, el espacio que nos unía y nos conflictuaba.
Una conversación íntima es aquella en la que callar tiene sentido. José Pardo
AĂşn en momentos y actos de extrema intimidad, el amante es incapaz de abrazar los pensamientos de la persona amada. George Steiner
Epifanía del encuentro Nos miramos, nos encontramos, nos reconocimos porque nos buscamos y gozamos del encuentro, de la caricia y del deseo, nuestros cuerpos reclamaban ternura, compasión y protección. Pero yo me anticipé y brotó el cariño que develó una bruma informe. Una sensación que te afectó y devino en reciprocidad. Dos rostros que se fundieron en un solo cuerpo sin pretensión alguna, porque el amor no apresa, llega, emerge.
El eros como trascendencia no ética y tránsito fecundo. Lectura de la fenomenología del Eros de E. Levinas. Ángel E. Garrido-Maturano. 1
La caricia consiste en no apresar nada, en solicitar lo que se escapa sin cesar de su forma hacia un provenir jamĂĄs lo bastante porvenir, en solicitar eso que se oculta como si no fuese aĂşn. Busca, registra. No es una intencionalidad de desvelamiento, sino de bĂşsqueda: marcha hacia lo invisible. En cierto sentido expresa el amor, pero sufre por incapacidad de decirlo. Emmanuel Levinas
A veces necesito que no hables, que estés en silencio, no porque no quiera oírte, simplemente para que estés ahí sin decir nada, mientras mi mente se calla.
La seriedad es una variante del olvido: nos ayuda a ser otro, a construir distancias, a creer que la piel es un lĂmite‌, gracias a nuestra seriedad el impacto no logra hacernos perder el equilibrio. Chantal Maillad
El cuidado se da en un entre, algo que se da entre las personas, entre los lenguajes, entre los cuerpos, entre los lugares, entre los saberes. Entonces cuidar es una forma de guardar las distancias… de perder las distancias malas (las del poder, las de la indiferencia, las de la hostilidad, las de la vigilancia, las que nos separan mal de nosotros mismos, del mundo y de los otros) y de tomar las buenas (las de la conversación, las de la libertad, las de la compañía, las de la atención, las de la hospitalidad, las que nos acercan bien a nosotros mismos, al mundo y a los otros). Cuidar exige buscar y conseguir la justa distancia: ni demasiado cerca ni demasiado lejos, en el equilibrio justo entre el estar y el no estar, entre las presencias y ausencias, entre las palabras y los silencios, entre el hacer y el no hacer, entre la intervención y el dejar en paz.
Cuidar supone mantener la diferencia como diferencia. Y desde ahí, desde la diferencia, establecer una relación. Jorge Larrosa
Tan cerca pero tan lejos.
Presencias ausentes.
La ausencia se hace presente.
La transición entre la distancia y la cercanía, entre lo cálido y lo frío, entre los cuerpos y el vacío se debate en la compañía y la soledad.
Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable. Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan, son los que cambian, los que olvidan. Su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan. Los amorosos andan como locos porque están solos, solos, solos, entregándose, dándose a cada rato, llorando porque no salvan al amor. Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben. Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte. Esperan, no esperan nada, pero esperan. Saben que nunca han de encontrar. El amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro. Los amorosos son los insaciables, los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos. Los amorosos son la hidra del cuento. Jaime Sabines
Color Un azul extraño bañó los muros, el techo y el suelo del lugar, todo tornó a grises azulados en exquisitos trances de luz y sombra en el espacio. La luminosidad llenó la atmósfera vacía que se emplazaba en el lugar. El silencio tomó también otro color y una mirada bastó para no sentirnos solos.
Esos azules nos envolvieron, nos rodearon, nos acercaron, nos abrazaron, nos abrazamos deseando que todo tornara cรกlido. Pronto, sentados, uno al lado del otro, juntos, en un universo azul con deseos de metamorfosis, de un cambio vital, para ponernos de pie y atravesar la puerta.
El azul tambiĂŠn es un color cĂĄlido.
El Viaje He preparado una embarcaciĂłn al final del muelle, una canoa sobria, equipada para los dos, el medio para emprender la fuga, el vehĂculo de nuestras almas, el madero donde reposarĂĄn nuestros cuerpos. Dos remos y un mar infinito.
Y tambiĂŠn el silencio. Porque las mejores palabras del amor estĂĄn entre dos gentes que no se dicen nada. Jaime Sabines
DespuĂŠs de la noche oscura esperamos el naranja del amanecer.
Attraversiamo!
Agradecimientos Mariana Dicker Javier Gil Héctor D’Allemand Lina Pardo Ligia Rodríguez Andrés Católico Juan David Medina Diego Camacho Marlon Garzón
Este libro se terminรณ de imprimir el 23 de Octubre de 2014 para el Proyecto de Grado dentro del Programa de Artes Plรกsticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotรก D.C.