CAPÍTULO II: ESTADO DE LA FAMILIA Objetivos: Comprender la naturaleza de la familia y su necesidad para la realización de la persona humana Comprender la necesidad de una perspectiva de familia
1. Situación actual de la familia La familia es el primer ámbito de humanización, la primera escuela de la persona en cuanto persona. En ella se establecen las relaciones fundamentales que sirven de modelo último de relación y de crecimiento de la sociedad. Una mirada al panorama mundial nos muestra que la institución familiar sufre una crisis que es consecuencia de la crisis de las personas. A su vez la crisis familiar origina las crisis personales selladas en buena parte por la ausencia de sentido. Esta crisis se manifiesta en fenómenos identificables tanto en la vida cotidiana como en las políticas internacionales sobre familia. Hagamos un recorrido por algunos de los tópicos que encontramos desde la perspectiva de familia. 1.1 Desarraigo y despersonalización. Asistimos a un proceso de desarraigo cada vez más grande en las personas. Las estructuras sociales, económicas y educativas parecen orientarse desde presupuestos despersonalizantes. La dinámica de las ciudades, la velocidad del cambio, la pérdida de la noción de sentido de la existencia en medio de un relativismo asfixiante producen una progresiva dimisión de lo humano.
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1.2 Redefiniciones de familia. En este contexto se producen redefiniciones de las relaciones fundamentales. Así la familia es vista como una construcción cultural relativa a los cambios que se producen con el tiempo. No se trataría de algo natural sino de algo “construido” socialmente y por lo tanto sometido a los cambios que una mayoría considere pertinente. La ideología homosexualista sostiene que la sexualidad no es intrínseca a la naturaleza humana sino un dato que puede ser sometido a la opción según los impulsos. De hecho lo primero que se niega es que exista una naturaleza humana objetiva por lo cual todo se hace depender de la experiencia subjetiva. 1.3 Crisis de paternidad. La paternidad como relación sufre también de una grave indefinición dada por la falta de madurez y compromiso. El individualismo reinante genera
un perfil de hombre que rehuye la
responsabilidad social. Por esta razón los hijos son vistos como una carga e incluso como un obstáculo para la realización que estaría dada por el éxito personal o profesional.
Mira el video “La Paternidad” de SC Productions.
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1.4 Crisis de maternidad. Con la maternidad ocurre algo similar. El feminismo radical se ha encargado de denigrar la imagen de la mujer madre reemplazándola por la de la luchadora social, profesional exitosa, mujer libre y sola que enfrenta el mundo machista. Si bien hay algo de cierto en la necesidad histórica de una reivindicación de derechos negados a las mujeres, no pocas veces el feminismo asume rasgos conflictivos que niegan la importancia de la maternidad en la realización femenina tildándola de instrumento de opresión.
Mira el video “La Mujer Invisible” y “Las mamás lo saben todo”
1.5 La problemática ideológica. El problema de las ideologías es que reducen la realidad a un determinado aspecto desde un solo punto de vista. Dicen algunas verdades pero ocultan otras. En cuanto al feminismo y su antagonista el machismo habría que decir que es verdad que no hay igualdad entre el hombre y la mujer y esto no sólo es desfavorable para la mujer sino también para el hombre. Tanto el machismo como el feminismo a ultranza, planteados en términos conflictivos, revanchistas, con aires de superioridad cultural o con tintes ideológicos que alejan la mirada de la realidad concreta, son tremendamente dañinos para comprender una igualdad real en términos
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de la dignidad que fundamenta los derechos humanos. La igualdad no puede fundarse en una identidad abstracta y absoluta como si las diferencias sexuales no existieran.
Los seres humanos somos hombres o mujeres y nuestra masculinidad o feminidad no son construcciones culturales sino datos fundamentales de nuestra propia humanidad personal. De un lado está el agudo problema del machismo. Es una especie de ideología tácita que convierte al hombre en tirano. Sobre todo en los países latinoamericanos el machismo ha dado lugar a un perfil reconocible: el hombre es más hombre cuantas más mujeres conquista, no tiene porqué dar cuentas ni hacerse cargo de los hijos, debe ser promiscuo sexualmente, imponerse a la mujer y sentirse un ser superior. Usualmente es el dueño de los medios económicos y ejerce el poder por esta razón. En este esquema el papel de la mujer se reduce a la casa. Y esto puede volverse un privilegio que da poder y que muchas mujeres en la historia han mantenido porque les es más cómodo. No es raro escuchar que muchas mujeres son las primeras machistas. Es que el machismo les conviene en términos de manutención y dominio también tiránico. Esto parece darse sobre todo en los niveles sociales altos. La mujer estudia por hobbie esperando casarse y el hombre carga la responsabilidad con una presión social que no raras veces termina en stress y problemas de salud que rara vez se consideran. Es también una enorme injusticia la situación de un hombre que se queda sin trabajo. El grado de exclusión y discriminación que sufre un hombre desempleado es
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altísimo y casi nunca denunciado. No ocurre así con la mujer porque se supone que el papel laboral lo tiene el hombre. Del otro lado y como reacción pendular, el feminismo radical no pocas veces simplifica la realidad dejando de lado hasta la más mínima posibilidad de pensar que hombres y mujeres podemos y tenemos que ser complementarios en nuestros roles. Toda la historia humana sería una gran confabulación patriarcal para someter a las mujeres. Los hombres deberían cargar con la culpa y vivir pidiendo perdón por ser hombres. Es otra forma de exclusión y discriminación. La mujer casada que trabaja en su casa, quiere a su marido, se dedica a sus hijos de forma libre, es para el feminismo radical una especie de retrasada mental engañada por el sistema y ciertamente discriminada del ámbito público en el que parece imponerse un pensamiento único: el feminismo radical. Otras tendencias más profundas subyacen a esta problemática y generan a su vez reacciones adversas a la familia. El liberalismo imperante está basado en dos ideas básicas: la autonomía y la igualdad propuestas como absolutos para la convivencia humana. El primer presupuesto, el de la autonomía absoluta pretende consagrar la acción del hombre dentro del marco de una libertad individualista por la que uno puede hacer lo que quiera “siempre y cuando no dañe a los demás”. Este primer presupuesto genera y es a su vez sostenido por el segundo que es el principio de igualdad absoluta. Si existe una autonomía absoluta
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que consagra cualquier acción humana necesariamente es igual de respetable un acto que otro. Esto está en la base de los planteamientos a favor de la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad que se propondrían como formas alternativas de familia ya que se basan en comportamientos perfectamente respetables como expresión del amor. Todo esto ha alcanzado en la vida política y jurídica expresiones francamente aberrantes y antidemocráticas que tomando visos de tiranía van ejerciendo una seria coerción sobre los que se oponen a saludar como normal y sana la relación homosexual u otras desviaciones.
Es cada vez más clara un suerte de confabulación en contra de la familia que tiene como estrategia la pretensión de convertirla en una opción más entre otras igualmente válidas para terminar por convertir a los individuos en seres incapaces de percibir la diferencia entre el bien y el mal moral al privarlos del contexto natural de humanización que significa vivir en relación con sus padres. Se
hace necesaria
una
reflexión
que
vaya
más allá
de
los
condicionamientos ideológicos. El problema no es sólo político y económico sino cultural, moral y por lo tanto educativo.
Lectura para profundizar. Revisar el artículo “Familia y tendencias de nuestro tiempo” del Dr. Alfredo García Quezada.
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2. Naturaleza relacional universal de la persona humana Como ya vimos al hablar de la persona humana lo relacional ocupa un lugar fundamental como expresión de su mismidad, de su unicidad espiritual, anímica y corporal. Es un dato de naturaleza, es decir, esencial al ser persona.
La relación aparece así como la manera de expresarse uno mismo y en ella uno encuentra a su vez su propia identidad más profunda. El encuentro con el otro es inevitable. Nacemos relacionados y morimos relacionados con otras personas semejantes a nosotros. Ciertamente nacemos de una relación y el dato de nuestra filiación no se borra nunca. Lo relacional en la persona es por lo tanto un dato universal y natural. No surge como una necesidad posterior sino que cualifica a la persona en cuanto tal. No es el fruto de un contrato social basado en la necesidad de satisfacer anhelos individuales sino una cualidad propia e innata que reclama un espacio. Esta cualidad se expresa en la vida psicológica como necesidades de afecto y valoración. La familia es por lo tanto uno de los lugares fundamentales de personalización porque constituye el primer ámbito de encuentro entre las personas. En ella la masculinidad y la feminidad se complementan fecundamente dando lugar a una estructura de relaciones fundamentales como la paternidad, la maternidad, la filiación y la fraternidad.
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3. Estructuras relacionales fundamentales 3.1 Paternidad- maternidad- filiación. La relación padre-hijo sella al hombre con una responsabilidad fundamental. La paternidad es un sello que se lleva de por vida. Si bien lo natural es que la responsabilidad directa por los hijos vaya disminuyendo con el tiempo -y es esencial que así sea para criar hijos libres-, el padre sigue siempre vinculado a su hijos por el cariño y el afán de protegerlos y promoverlos. La relación madre-hijo tiene otra forma más vinculada a la acogida y la comprensión íntima de las necesidades personales. La maternidad se experimenta como entrega absoluta de la vida. La dependencia inicial total y la dependencia casi total de los primeros años, sella también a la persona en su vida afectiva y valorativa. La relación hijo-padre es también permanente pero de naturaleza distinta. En ella el agradecimiento juega un profundo papel. La experiencia de haber recibido gratuitamente la oportunidad de crecer y aprender a vivir es clave en la filiación.
Lectura para profundizar. Revisa el Informe TFW 2015-I La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos: estabilidad familiar y desarrollo social de María Calvo Charro.
INFORME
TFW
2015-1
La importancia de la figura paterna en
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La relación hijo-madre porta la característica especial de la ternura, la acogida y la comprensión íntima típica de la feminidad. Todos los seres humanos somos hijos y como tales debemos reconocer en nuestra vida un componente objetivo sin el cual ésta se percibe sin sentido alguno: la necesidad de agradecer lo gratuito. La vida, para ser comprendida, debe arraigar en razones para agradecer, de lo contrario es leída desde una perspectiva de absurdo y desesperanza. Y en este asunto, la experiencia de paternidad, maternidad y filiación juegan un papel existencial de primer orden. 3.2 Fraternidad. La fraternidad propone a la existencia personal la primera la experiencia social entre iguales. La fraternidad está necesariamente referida a la filiación común. Así, el origen común constituye el núcleo de la relación entre hermanos. La vida afectiva y valorativa tiene en este origen su base más sólida. Es lo que algunos llaman la fuerza de la sangre. Este paradigma fraterno último constituye una dinámica educativa que prepara a la persona para la vida social entre pares. Es un fundamento de la comprensión interior de los derechos y deberes propios y ajenos. 3.3 Familia extendida. En un segundo plano, la familia extendida juega el papel de ir ampliando el círculo social de la persona. Las relaciones con los
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abuelos generan en la persona una conciencia histórica personal que le permite tener un horizonte de futuro.
4. Visión cristiana de la Familia Todo lo dicho alcanza con la Revelación cristiana su confirmación y al mismo tiempo su expresión máxima al relacionar la familia humana con el Amor de Dios. Así los tres datos fundamentales de la antropología cristiana iluminan la familia humana dándole una perspectiva de eternidad.
La creación: la estructura trinitaria humana (padre, madre, hijo) revela
el dato teológico de la creación a imagen y semejanza de Dios que es Uno y Trino.
El pecado original: el dato de la caída es fundamental para entender
que la comunidad humana primigenia que es la familia se ve oscurecida en sus relaciones por un acto de la libertad humana. Se trata de un llamado a la responsabilidad personal en el recurso a la gracia de Dios.
La reconciliación cristiana: finalmente la gracia de Dios que se hace
hombre es la única vía realmente eficaz para vivir una vida familiar auténtica.
Lectura para profundizar. Revisar el prólogo: El valor permanente de la familia del texto La Educación de las virtudes humanas y su evaluación de David Isaacs (2003, Pamplona: EUNSA, pp. 1730)
5. Perspectiva de Familia Terminamos este curso con un acápite que intenta plasmar una gran necesidad del mundo de hoy: la promoción de una perspectiva de familia. Una Curso: Persona, Matrimonio y Familia / Capítulo II: Estado de la Familia
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perspectiva es una manera de ver el mundo. En ella se establecen siempre valores fundamentales desde los cuales se comprende la realidad.
El valor central de la perspectiva de familia es el amor familiar que se experimenta como un profundo y fecundo encuentro entre personas de diversas generaciones desde el fundamento de la unión entre el hombre y la mujer. La persona es por naturaleza social. Encuentra en la comunidad el ámbito de su realización. A lo largo de la historia la familia ha constituido el lugar natural de encuentro entre las generaciones convirtiéndose en una fuente indispensable de educación y creación de cultura. Las necesidades fundamentales de afecto y valoración encuentran en ella una respuesta que configura a la persona y la prepara para su crecimiento en la sociedad. El amor familiar se convierte así en una necesidad social de primer orden. 5.1 El amor familiar: núcleo de la perspectiva de familia. El amor familiar sostiene y promueve una auténtica libertad como ejercicio de responsabilidad y solidaridad. No puede existir sin libertad en cuanto ejercicio de opción, adhesión y ruptura con otras opciones orientado por el bien mayor que se puede alcanzar. Así la perspectiva de familia está fundada en la libertad como dominio de sí para la entrega y el servicio solidario a las demás personas. La libertad es la característica del amor conyugal, del amor parental, del amor fraternal y amical que sostiene finalmente una mirada de libre y universal disposición al encuentro con todo ser humano.
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El amor familiar a su vez se caracteriza por la entrega de la vida, la donación gratuita que a su vez garantiza una existencia realmente humana y cálida que sabe ver en el otro una oportunidad de crecimiento mutuo. Esta entrega genera el compromiso que plenifica y llena de alegría y sentido la vida personal. La entrega de la vida a los demás juega en la perspectiva de familia un papel central. La entrega desinteresada de esposo a esposa y viceversa, la entrega de estos a los hijos, el cuidado de los miembros más débiles como los ancianos y los recién nacidos así como los no nacidos se asumen como un gozoso compromiso de madurez y plenitud. La perspectiva de familia busca así ayudar a comprender que la persona humana sólo alcanza su auténtica felicidad en la entrega y el compromiso con los demás. El amor familiar se caracteriza también por la indisolubilidad. Al ser compromiso con las personas concretas se propone a la existencia como una entrega estable y siempre renovada. Sólo la incondicionalidad en la entrega puede responder a las necesidades de afecto, pertenencia y valoración que alientan en el fondo del corazón de cada ser humano. Podemos decir por experiencia histórica que la indisolubilidad en cuanto entrega incondicional renovada constantemente en la vida cotidiana es una aspiración personal universal. Esta indisolubilidad es una permanente “apuesta” por la relación y por el otro en cuanto persona.
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El amor familiar es fiel, leal. La fidelidad es el respeto por el otro y por el compromiso concreto asumido con el. Así se convierte en condición indispensable del amor esponsal, parental, filial, fraternal, amical y finalmente universal. La fidelidad genera actitudes de confiabilidad en las personas, madurez para el servicio y abona a favor de una sociedad libre de agresiones y cálculos egoístas. La fidelidad es garantía de integración personal y autodominio que ayuda a construir estructuras sociales sólidas, confianza en las instituciones y apertura a la diferencia desde la propia identidad cultural. El amor familiar es fecundo, da frutos de bondad y madurez en las personas. La fecundidad propia de la relación conyugal se proyecta naturalmente a los hijos. La búsqueda del bien del ser querido es la característica central de la fecundidad. La fecundidad biológica que se atesora en la familia fundada en el matrimonio se convierte así en fuente de alegría y educación para los hijos. Y esta búsqueda del bien del otro se proyecta más allá de la familia en frutos de cohesión social y solidaridad. El amor familiar se caracteriza por ser trascendente. La trascendencia se expresa en dos sentidos fundamentales en la vida humana. El primero es que la persona logra salir de sí al encuentro del otro. Se trasciende a sí misma en el encuentro y por lo tanto deja una profunda huella educativa.
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Cuando esto es así aparece el segundo sentido de trascendencia que es la permanencia en el tiempo y a pesar del espacio. Las personas trascendentes son las que nos dejaron algo valioso: un buen ejemplo, actitudes de compasión y servicio, alegría de vivir y promover la vida humana, certeza de que el amor es posible a pesar de todos los contratiempos. El amor familiar es reconciliador porque percibe que no existe persona humana perfecta y que por lo tanto se requiere de la preparación y práctica del perdón como la capacidad de recuperar la relación por encima de las ofensas que de una u otra manera surgen en la vida familiar. Se requiere paciencia con todos y cada uno empezando por uno mismo.
Por todo esto la perspectiva de familia es profundamente educativa e indispensable para la construcción de una sociedad sana.
Las situaciones históricas y culturales concretas requieren de esta perspectiva para garantizar un auténtico desarrollo humano en el que todo lo demás, la política, la economía y la cultura estén al servicio de la persona y no al revés.
Mira el video “La Familia: célula fundamental de la sociedad.”
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5.2 Características de la perspectiva de familia. Veamos algunas de las características de la perspectiva de familia:
La perspectiva de familia es totalizante quiere alcanzar a todos
en todo momento porque responde a un clamor universal de la persona humana.
La perspectiva de familia es irrenunciable. No debemos temer
asumirla y promoverla como un ideal necesario para devolver la esperanza en un mundo cada vez más violento sino como una necesidad impostergable de las personas concretas.
La perspectiva de familia se adapta a las diversas situaciones pero
tiene su fundamento en el encuentro entre el hombre y la mujer que dan a luz una siguiente generación.
La perspectiva de familia es histórica porque lee la historia desde
una mirada personalizante y concreta que tiene en el encuentro la clave fundamental de interpretación.
La perspectiva de familia es realista porque parte de la realidad
concreta de la persona humana y las necesidades que su propia naturaleza la plantea en la vida. 5.3 La perspectiva de familia, la vida social y el Estado. Al ser la familia la célula básica de la sociedad, cuando esta perspectiva falta, la sociedad sufre división y una serie de problemas relacionados con la seguridad, la violencia, la desconfianza en las instituciones, etc.
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La familia fundada en el matrimonio es un bien humano fundamental del que dependen la identidad y el futuro de las personas y las comunidades sociales.
El matrimonio en cuanto compromiso que sostiene una relación estable y sólida es el fundamento de la familia y la base de crianza de los hijos. Numerosas legislaciones en el mundo defienden y promueven el matrimonio y la familia por considerarlos de interés para el bienestar de todos los ciudadanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo Nro 16 y por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo Nro. 23 lo ponen de relieve. Los Códigos Civiles de innumerables países prescriben que la regulación jurídica de la familia tiene por finalidad contribuir a su consolidación y fortalecimiento, en armonía con los principios y normas proclamados en la respectivas Constituciones Políticas. Por estas razones, el trabajo por el matrimonio y la familia así como la profundización, implementación y difusión de una perspectiva de familia es de interés. El Estado está comprometido por sus propias leyes en esta tarea. Muchos de los graves problemas que aquejan a nuestro país encuentran en el trabajo por el matrimonio y la familia una solución real y eficaz a corto, mediano y largo plazo.
Lectura para profundizar. Revisar el Capítulo VI Perspectiva de Familia del texto La Familia, desafíos para una nueva política de Eduardo Hertfelder (2011, Madrid: Instituto de Política Familiar, pp. 133-145).
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