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Castigo: Dios en el Antiguo Testamento Pág

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Dios y Castigo. El Antiguo Testamento

Dios castiga los pecados de los hombres

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Dios castiga a las naciones paganas

Dios castiga como un padre amoroso

Dios castiga los pecados de los hombres.

Gen. 2, 15 - 17 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén,

para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo

árbol del huerto comerás; Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de

él; porque el día que de él comieres, morirás.

Gen. 3, 14 – 19: Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita

serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida: Y enemistad pondré entre ti y la

mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le

herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás los hijos; y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará

de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de

ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; Espinos y cardos te producirá,

y comerás hierba del campo; En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que

vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás

tornado.”

Gen. 3, 22 – 24: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros

sabiendo el bien y el mal: ahora, pues, porque no alargue su mano, y tome también

del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto de

Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y

puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se

revolvía a todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Dios castiga a las naciones paganas.

1 Sam. 15, 2: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. 1 Cro. 16, 21: No permitió que nadie los oprimiese; antes por amor de ellos castigó a los reyes. Sal. 59, 5: Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah

Sal. 94, 10: El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia? Sal. 149, 7: Para ejecutar venganza entre las naciones, y castigo entre los pueblos; Is. 2, 19: Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Is. 10, 12: Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos. Is. 13, 11: Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Is. 26, 21: Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. Jer. 25, 12: Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre. Jer. 27, 8: Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su

mano.

Dios castiga como un padre amoroso

Deut. 8, 5: Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

2 Sam. 7, 14: Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

Prov. 3, 11-12: No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección; Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.

Jer. 31, 18: Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios.

Jer. 30, 11: Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Jer. 46, 28: Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo; porque destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Jer. 30, 20: Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores.

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