CUADERNO DE TRABAJO No. 4 - Las ideas políticas cruceñas

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CUADERNO DE TRABAJO No. 4

LAS IDEAS POLÍTICAS NACIONALISMO CAMBA1

CRUCEÑAS:

DEL

NACIONALISMO

BOLIVIANO

AL

Gustavo Pinto Mosqueira Lic. en Filosofía de la UCB. Mgr. en Ciencias Sociales, ILADES, Santiago de Chile-Pontificia Universidad Gregoriana Católica de Roma. Diplomado en Educación Superior de la Universidad Nur, Santa Cruz de la Sierra. Docente universitario Investigador en el área social y humanística.

Santa Cruz de la Sierra, octubre de 2010

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El contenido inicial de este ensayo fue elaborado para situar lo que hemos venido en llamar “25 tesis del nacionalismo camba”, texto que aún no se ha publicado en forma física como No. 2 de la serie Cuaderno de Trabajo. Para que circule en forma digital, se ha corregido, mejorado y ampliado significativamente el contenido del mismo.

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Hoy existe una ruptura o inflexión en la evolución de las ideas políticas del pensamiento camba (cruceño, beniano y pandino). Lo provocó el Memorándum de 2001 del Movimiento Autonomista Nación Camba 3 (llamado hoy Movimiento Nación Camba de Liberación). Antes de este documento, en el siglo pasado las ideas políticas en Santa Cruz y el Oriente boliviano en general frente al Estado boliviano, demandaron integración económica, sin medir las consecuencias que tendría en el coste cultural para los cambas aquella exigencia. Eso se pidió a inicios del siglo XX, por ejemplo, en el Memorándum de 1904 de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, 4 redactado por tres cruceños: Plácido Molina Mostajo, Ángel Sandoval Peña y José Benjamín Burela. Sabemos también que en el último cuarto del siglo XIX, se exigió la descentralización del poder estatal o político vía la federalización de Bolivia. En busca de este objetivo político luchó, incluso militarmente, es decir, con las armas, Andrés Ibáñez. Así, en 1876, una vez Ibáñez fundó el Club Federalista con el objetivo de proclamar la “federalización” de Santa Cruz y Bolivia, la Junta Superior del Oriente, se manifestó diciendo, entre otros ideales, estos: “Una era de paz, igualdad y fraternidad se abrirá a través de cuantos 5 obstáculos le presenta la centralizadora y tiránica forma de gobierno”; la crítica política, se sobreentiende, era dirigida contra los políticos andinos y dictadores que dirigían el Estado de Bolivia. Un año antes de la sublevación de Ibáñez, en 1875, la Asociación Federal, frente a las falencias del poder unitario de la República boliviana, había declarado el consiguiente “derecho [que tenía el pueblo cruceño, hay que 6 entenderlo así] a gobernarse por sí y trabajar en su mejoramiento local”. En 1876, Antonio Vaca Díez en su “Diario de Viaje” al norte del Oriente boliviano, hablando de Santa Cruz y el Beni –departamento a donde ya se habían ido a vivir muchos cruceños, entre criollos, mestizos e indígenas –, decía también que “no hay pueblo más dispuesto al gobierno civil [es decir, al autogobierno] que los de Santa Cruz y el Beni (Pando en ese entonces, no existía aún como departamento). Si no ha progresado con tantos elementos de vida con que los ha dotado la naturaleza, es por las trabas que opone el “centralismo”, al que podríamos llamar gobierno militar [entiéndase tiránico]”. Unas tres décadas después del Memorándum de 1904, o sea, en los años 30 del siglo XX, Rafael Chávez Ortiz –el más lúcido de los intelectuales cruceños de aquel entonces –sostenía que tanto el federalismo y la descentralización administrativa como el separatismo, eran expresión de un “profundo anhelo de autonomía del Oriente boliviano”. Señalaba que las aspiraciones autonomistas del Oriente boliviano eran “justas” porque una “economía diferente (a la andina, que ese entonces era predominantemente extractiva minera), 7 necesita una política económica diferente, y por ende una administración política diferente”. Hay que recordar aquí que el año 1931 en el referéndum por la descentralización del Estado y las autonomías 2

En otro trabajo hemos realizado un escudriñamiento histórico más largo del vocablo “camba”. Circula en forma virtual en la web: igualitarios.com/ Si desconocer que aún puede tener una carga negativa en ciertos sectores sociales del Oriente boliviano, para este ensayo aclaramos que usamos dicho término para identificar a todo habitante (hombre y mujer) de los llanos chaco-amazónicos, portador de una historia, cultural y forma de ser particular y distinta dentro de Bolivia. Deriva de la palabra guaraní “ciumbae”, vocablo que al pasar al habla popular cruceña, cambia su grafía y se convierte en “camba”. Etimológicamente significa “hombre amigo”, o empleado en el saludo en su lengua entre los guaraníes significaba “señor” o “señora”, amigo o amiga. En un periodo de más de dos siglos, el vocablo camba en su uso se expandió por todo el Oriente boliviano. Y los últimos ¾ de siglo, sobre todo después de la Guerra del Chaco, comenzó a ser asumido también por los criollos y mestizos de esta parte oriental de Bolivia. De manera que es la palabra más universal para definir y caracterizar desde el punto de vista sociológico y antropológico, a la identidad sociocultural común del hombre y la mujer de Santa Cruz, Beni y Pando. Vid. artículo “Cronología de la palabra camba y la cultura camba actual”, 2011, en la web: www.igualitarios.com o bien en www.nacionalismo.net. Aunque aclaro que en esta última web el texto es la versión del año 2010 y no la más reciente del 2011 que está sobre todo “ampliada” en su contenido. 3 Vid. documento en la web: nacioncamba.net 4 Vid. documento en C. Dabdoub, La revolución del patujú, Santa Cruz de la Sierra 2006, 141-154. 5 Cit. en R. Ferreira, “Andrés Ibáñez, un jacobino cruceño”, L. Correa Vera (Comp.), Santa Cruz en el Siglo XIX. Ponencias presentadas en el II Ciclo de Historia Cruceña, Santa Cruz de la Sierra 1997, 42. 6 Cit. en H. Pruden, “Ser tinaja o ser nación: pensamiento desarrollista e historiografía en Santa Cruz de la Sierra (1935-1952)”, en Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, Nos. 1-2 (2008), 102. 7 Cit. en H. Pruden, Op. cit., 103.

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universitarias, Santa Cruz y Beni (también Tarija y curiosamente Potosí), votaron a favor de la misma. Los otros departamentos andinos no apoyaron dicho proceso político-administrativo estatal. En los años 40 del s. XX, las autoridades y pensadores cruceños exigieron al Estado de Bolivia planes de desarrollo económico, así como modernización urbana. La consecución de estas demandas se logró de alguna manera a través de la conquista de las regalías petroleras del 11% que por ley del año 1938 se debía otorgar al departamento de Santa Cruz. Los recursos económicos de esas regalías que se reconocieron y otorgaron recién a partir de 1958 hicieron posible que en la siguiente década se iniciaran las obras públicas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Ahora bien, todas esas ideas, seguidas de sus acciones y consecuencias, se movieron dentro del marco ideológico del nacionalismo estatal andino boliviano, el mismo que se había elaborado y difundido a partir de la primera década del s. XX hasta la asunción al poder en 1952 del MNR, que como sabemos, actuó bajo el paraguas ideológico de lo que se llamará después el “nacionalismo revolucionario”, influenciado, también, 8 por el nacionalsocialismo alemán. Ese nacionalismo estatalista altoperuano, elaborado por los pensadores andinos de Bolivia (tales como Carlos Montenegro, Unzaga de la Vega, Sergio Almaraz y otros), es el que se propagó por todo el Oriente boliviano, vía MNR, es decir, a través de su estructura partidista y militantes. Es bajo este marco ideológico nacionalista altoperuano que los académicos, escritores e historiadores cruceños (p. ej., Plácido Molina Mostajo, Humberto Vásquez Machicao, Enrique Finot y otros como Hernando Sanabria y algunos que aún viven), hablaron de Santa Cruz, o bien como una mera región, pero sin su contenido sociológico de “pueblo”, o bien, del “pueblo cruceño”, pero como parte del pueblo boliviano. También éstos pensadores cruceños, con más razón, defendieron la integración de Santa Cruz o del Oriente camba al occidente andino boliviano. Pero esa “integración” la entendieron como integración nacional, vale decir, se buscaba que el “pueblo cruceño o camba” se asimilara (mimetizara) al pueblo boliviano andino que era visto y presentado como la expresión auténtica, el prototipo, de la “bolivianidad”, es decir, de la “nación boliviana”. Por tanto, los cambas en general tenían que asumir la historia, la cultura, la forma de ver el mundo y la vida de los collas. En otras palabras, los cambas tenían que dejar de ser cambas para “ser altoperuanos”. Es por eso que más de un cruceño, que sobre todo escribió la historia de Santa Cruz, se afanó, por ejemplo, por mostrar que la región oriental camba o el pueblo cruceño era un apéndice más del mundo cultural o del Estado andino 9 boliviano. Ahora bien: tampoco podemos acusar a aquellos cruceños de todas las consecuencias negativas que tuvo ese nacionalismo altoperuano para los cambas del Oriente boliviano. Después de todo, esos pensadores cruceños son hijos de su época y contexto histórico. Además, antes de los años 50 del s. XX no todas las ciencias sociales se habían desarrollo hasta adquirir su estatus científico. La Sociología en América Latina, por ejemplo, aún no había salido de su etapa ensayística. La Ciencia Política seguía siendo una disciplina más del Derecho. La Antropología recién estaba formándose como disciplina independiente y científica. Por tanto, esos pensadores cruceños no contaban con las disciplinas sociales para ver a Santa Cruz y al pueblo camba cruceño con otros ojos, esto es, para estudiarlo con otros conceptos y categorías de análisis. Recién en los años 60 del siglo pasado vino a Santa Cruz un etnógrafo norteamericano a estudiar al camba cruceño. Siendo que más de 100 años antes, en 1831, ya Alcides D’ Orbigny había identificado al pueblo cruceño como un país distinto dentro del Estado de Bolivia. Así, escribió: 8

Un estudio histórico de la evolución de ese nacionalismo boliviano, signado por ideólogos andinos, lo hace I. Lorini, El nacionalismo en Bolivia de la pre y postguerra del Chaco (1910-1945), La Paz-Bolivia 2006, passim. 9 Haciendo historia cruceña bajo el paradigma del nacionalismo altoperuano boliviano, H. Vázquez Machicao, p. ej., llegó a afirmar que la fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1561 tenía un origen andino y no asunceno; cuando la historiografía más contemporánea, en base a nuevos documentos encontrados y publicados, dicen todo los contrario, es decir, que Santa Cruz de la Sierra fue fundada por españoles y mestizos que vinieron desde Asunción del Paraguay o de la Provincia del Río de la Plata como también se le llamaba en el siglo XVI.

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“Los cruceños, por su lenguaje, sus hábitos y llanuras húmedas que habitan, se diferencian en todo de los otros habitantes [es de decir de los habitantes andinos] de la república [de Bolivia]. Extraños, por su alejamiento de los centros de población, a todas las disputas políticas que agitan a las ciudades de las montañas, creen inútil su intervención, puesto que no sacan ningún provecho […]. Prefieren sobre todo la vida apacible de la campiña, donde una vida independiente sin límites les brinda una existencia dulce […]. [...] Nada iguala el espíritu de hospitalidad que anima a unos y a otros [campesinos, mestizos y criollos cambas], a tal punto que el vagabundo que quiere vivir en el ocio es recibido en todas partes meses enteros y considerado como de la casa. El viajero es recibido allí con todas las demostraciones posibles de afecto. ...Por eso en este dichoso país [el autor se refiere al pueblo cruceño habitando en su territorio], el anciano y el enfermo nunca son una carga y no tienen necesidad de recurrir a asilos públicos [estatales], desconocidos en Santa Cruz. El sentido de 10 humanidad suple a todo”. Hoy, hacer un estudio más objetivo del pueblo camba, ya es posible. De ahí que no sólo la Historia sino también otras disciplinas sociales, como la Sociología y la Antropología, llevan a describir y explicar al pueblo camba (que incluye a cruceños, benianos y pandinos) como una realidad que “está ahí”, que está 11 12 13 presente y existe. Hay una historia camba, un ámbito socia-cultural, económico y político que identifica y diferencia al pueblo camba de cualquier otro pueblo o nación que esté dentro de Bolivia o incluso en Sudamérica. Quizás el único pueblo o nación semejante a los cambas es el pueblo paraguayo por los vínculos históricos, étnicos y culturales que se tienen desde los inicios de la colonia española en América y por la experiencia de las misiones jesuíticas en Mojos y Chiquitos. Al respecto, es muy ilustrativo leer lo que dijo de los cruceños en una carta de inicios de los años 40 del siglo XIX el alemán M. Bach que acompañaba en su viaje por Santa Cruz a D’ Orbigny: “Teniendo uno en cuenta los que le rodean, uno se puede imaginar que los cruceños actuales son una mezcla de españoles, paraguayos, chiquitanos y chiriguanos; la lengua española, la cual es aquí la única que se habla, contiene muchas palabras locales de esas naciones [Bach alude a los chiquitanos, guaraníes, chiriguanos...y por supuesto a los mestizos paraguayos que se habían venido a vivir a Santa Cruz de la Sierra]. El carácter de los mismos se compone, por así decirlo, de cuatro caracteres nacionales, a saber, el español, el del Paraguay, el de Chiquitos y el de los 14 Chiriguanos...”. 10

A. D’ Orbigny, Viajes por tierras cruceñas, Santa Cruz-Bolivia 1999, 64-65. [El subrayado es nuestro] Quitando algunas ideas nacionalistas bolivianas que aún tenían el cruceño H. Sanabria F. y el beniano José L. Roca, esa historia camba se la puede estudiar, respectivamente, en sus obras: En busca de el dorado. La colonización del Oriente boliviano, La Paz-Bolivia 1988; Economía y Sociedad en el Oriente boliviano. Siglos XVI a XX, Santa Cruz de la Sierra 2001. 12 La obra que mejor expone la cultura camba, aunque circunscrita a los cruceños, es la tesis de maestría de A. Bergholdt, Cambas y Collas. Un estudio sobre la identidad cultural en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, Arahus-Dinamarca 1999. Vid. también en esta línea P. Peña Hasbún et. al., La permanente construcción de lo cruceño. Un estudio sobre la identidad en Santa Cruz de la Sierra, La Paz-Bolivia 2003. Una observación pertinente al uso del gentilicio “cruceño” en esta obra: a pesar de que los resultados de la encuentra arrojan que más del 70% de los entrevistados se autoidentifica como “camba”, no sabemos las razones que llevaron a los autores a usar dicho gentilicio en el título del libro en vez del vocablo “camba”. Alguna vez, sugiero, lo tendrían que aclarar al público lector. 13 Se ha hecho una historia de la economía camba. En efecto, José Luis Roca de alguna forma lo logra en su obra referenciada en la nota 10 de este ensayo. R. Ardaya también intenta exponerla en su libro Historia del desarrollo socioeconómico de Santa Cruz hasta 1952, Santa Cruz-Bolivia 1997. Una descripción y análisis de la historia económica contemporánea cruceña, logran hacerla D. Sandoval et. al., en el libro Santa Cruz. Economía y poder. 1952-1993, La Paz-Bolivia 2003. Una lectura más política de la historia cruceña camba expone D. Dory en su libro Las raíces históricas de la Autonomía cruceña. Una interpretación política, Santa Cruz de la Sierra 2009. 14 M. Bach, “La ciudad de Santa Cruz de la Sierra”, Santa Cruz de la Sierra, 15 de enero de 1842. [El subrayado es nuestro] 11

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Por esa descripción de Bach, más mestizos los cruceños o cambas no podrían ser. Y como decimos en otros escritos que tenemos y lo demuestra también H. Sanabria en su libro En busca de el dorado, fue ese cruceño mestizo quien pobló con esmero, esfuerzo, sacrificio e inteligencia, lo que hoy se llama los llanos chaco-amazónicos camba (Santa Cruz, Beni y Pando). Es esta nueva mirada, o la relectura de la historia camba, de la cultura camba, de la identidad camba en el Oriente boliviano planteado por el Memorándum del año 2001, la que ha despertado la idea o pensamiento político llamado “nacionalismo camba; nacionalismo que, en el contexto del pensamiento político postmoderno, defiende la existencia de una nación o nacionalidad a partir de una identidad histórico-cultural como lo es la identidad camba (cruceña, beniana y pandina). Este nacionalismo camba postula lo siguiente: 1) Que el pueblo camba en su devenir actual hoy más que nunca se viene asumiendo como Nación camba. 15 Los elementos que tiene esta nación (que ya los hemos descrito y explicado en otros trabajos ) son estos: Está asentada en un territorio determinado que tiene su delimitación a partir de la ex Gobernación de Mojos o de Santa Cruz creada en 1560. Hoy mantienen gran parte de ese territorio los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Son más de 661.000 kilómetros cuadrados sumando sólo los territorios de los tres primeros departamentos. Este es un territorio histórico de los cambas. b) Tiene una población que se auto identifica, mayoritariamente, como mestiza. Así, según una encuesta de auto percepción étnica realizada el año 2004, en Beni el 55, 52% de su población, mayores de 14 años se considera mestiza, un 26, 42 % blanca y un 15,05 indígena-originaria; en 16 Santa Cruz, 57, 36% se percibe mestiza, 30,42% blanca y 8,3% indígena-originaria. En el caso de Pando, según el Censo de Población y Vivienda de 2001, el 83, 8% se consideraba mestizo-criollo, y el saldo de su población tiene una identidad indígena-originaria del lugar o del interior. Por todos los datos que hemos visto y analizado, la cantidad de la población que se asume como camba (mestiza, criolla e indígena-originaria) no es menor a 1’ 800.000 habitantes. Y si a esta cantidad le sumamos la gente que, venida del interior o del exterior por emigración, se ha asimilado libremente a la cultura camba, esa cifra con seguridad aumentaría. Por eso, urge hacer nuevos censos departamentales en estos tres departamentos cambas. a)

Esta población conforma un “pueblo”, porque a lo largo ya casi 450 años de historia (1561 hacia delante) desarrolló en dicho territorio histórico, y mantiene, un conjunto de tradiciones, valores culturales y forma de ser que se manifiestan en varias costumbres, fiestas que se celebran, juegos, 17 forma particular de hablar la lengua castellana, en una religión predominantemente cristiana católica, etc. A la conformación de este “pueblo camba”, como hemos visto, aportaron con su sangre, costumbres, lenguas, valores y formas de ser las etnias o pueblos indígenas como los guaraníes, los chiquitanos y con el tiempo los movimas, mojeños, reyesanos....todos ellos pertenecientes a lo que algunos etnógrafos llaman “raza pampeana”. Estos pueblos nativos son subnacionalidades de la Nación camba. Y ésta no se la explica cabalmente sin la presencia de los cambas indígenas que hay en Santa Cruz, Beni y Pando. Por los datos estadísticos precedentes, la población camba indígena originaria en todo el territorio camba llega alrededor de un 12%.

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Vid. G. Pinto Mosqueira, La Nación camba. Fundamentos y desafíos, Santa Cruz de la Sierra 2003; Pueblos Nación y Nacionalismo Camba, Santa Cruz de la Sierra 2008. 16 J. C. Urenda, Separando la paja del trigo. Bases para constituir las autonomías departamentales, Santa Cruz de la Sierra 2006, 78. 17 El habla popular camba cruceña ha sido estudiado por autores identificados con esta cultural. Cfr. para el caso del habla cruceño a H. Sanabria F., El habla popular de Santa Cruz, Santa Cruz de la Sierra 2008; para el caso del habla cruceña y su expansión por todo este territorio histórico camba, con sus especificidades o variaciones en algunas subregiones, cfr. L. A. Roca, Breve historia del habla cruceña y su mestizaje, Santa Cruz de la Sierra 2007.

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Tiene una historia propia que está escrita. Se la puede leer, entre otras, en la obra mencionada del cruceño Hernando Sanabria: En Busca de el dorado (1988) y en la también ya mencionada y más reciente del beniano José Luis Roca: Sociedad y Economía en el Oriente Boliviano, S. XVI al XX (2001). d) Tiene aspiraciones políticas de autonomía. Y esto desde 1561, primero ante la administración colonial española y, después, frente a la República de Bolivia y sus gobiernos andinos de turno. Los cabildos realizados en los últimos 4 años demandando autonomía son otras de las expresiones de dichas aspiraciones. e) Hay un vínculo psicológico y cultural entre los cambas, así como un sentimiento fuerte y profundo, de sentirse y querer seguir siendo camba. Es una especie de simpatía y empatía entre los cambas. Sobre todo cuando descubrimos que la palabra “camba” significa hombre amigo (señor o señora), y tiene su origen etimológico en la lengua guaraní, y es una palabra que fue registrada por primera vez en forma escrita en una Relación sobre los Mojos (ca. 1675) que hizo el Hno. jesuita Joseph del Castillo. Es la palabra más universal y la que mejor contenido sociológico y antropológico tiene. Por tanto, permite auto identificarse y sentirse distinto al cruceño, beniano y pandino ante los “otros”. Así, ya en 1938 el beniano F. Bascopé G. escribió del Camba: c)

“...En el Sudeste, en el Oriente y en Noroeste [...] se formó, en una briosa palpitación de causas mesológicas, un elemento humano de incomparable valor social: EL CAMBA [...] El Camba es un producto de su espacio; domina su bravía instintividad una intuición devastadora, y fue siempre libre como el viento de la planicie [...]. Acostumbrado a vencer, rompió las trabas del mestizaje. Sin luz ni freno, su desbordante naturaleza abonó durante centurias el campo de su especie. De este modo, dentro de su constelación étnica, el Camba tiene un solo valor político y una sola altura social desde el Sur Guaranítico hasta el Norte Tacana y Mosetén [...] En su primer periodo fue avasallador y triunfador. Las alboradas contra las tesoneras empresas extremeñas y vizcaínas retardaron la velocidad de la campaña conquistadora Europea. Más tarde se transformó. Cincuenta años antes de la Intendencia de Viedma era el Camba el auxiliar más enérgico de la civilización. Necesitó doscientos años para florecer prodigiosamente como una fuerza nueva, con otro carácter y 18 con otro destino”. El etnógrafo norteamericano Heath en los años 50 del s. XX dice del Camba: “Los Cambas constituyen un grupo de individuos que en forma deliberada se relacionan entre sí. Para ser camba se necesita haber sido socializado como miembro de un grupo que ha persistido durante generaciones; un grupo cuyos miembros comparten modalidades comunes en el 19 pensamiento, sentimientos, creencias y modos de comportarse”. “Las artes y oficios de los Cambas hoy reflejan su herencia indígena, a pesar de que su modo de vestir es completamente Española [sic.]. En su arquitectura, alimentos e idioma podemos ahora discernir elementos tanto de las tradiciones nativas como Españolas. Sus juegos, fabricaciones caseras, cuentos folklóricos, farmacopea, y un sinnúmero de otros aspectos de su cultura igualmente emergen de su ancestro dual. Por consiguiente, debemos reconocer que los Cambas no son ni indígenas ni Andaluces pero son un pueblo nuevo que aún se halla en proceso de formación en cuanto a sus costumbres de vida. Su cultura no es copia de ningún molde antiguo sino una cultura 20 nueva poseída de una vitalidad que concuerda con su estado emergente”. “Los Cambas forman una nueva constelación en el universo de la cultura humana. Todo parece 21 indicar que esta constelación se hallase en ascenso”. F. Bascopé G., “El camba a la luz de la historia”, Revista Moxos (18-11-1938). D. B. Heaht, “Los cambas: un pueblo emergente”, A. Sandoval R., ed., Marcador de rumbos en la vida cruceña, Santa Cruz, Boletín de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos (2000), 78 20 Idem [El subrayado es nuestro] 21 Idem [El subrayado es nuestro] 18 19

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2) Que a esta nacionalidad camba, los otros pueblos o naciones del Estado de Bolivia, las NN.UU., los organismos internacionales, los otros Estados de América y las naciones del mundo entero que aún permanecen en estado de dependencia o dominación por parte de un Estado o de otra nación que se ha vuelto dominante dentro de un Estado (como el caso de las naciones quechua y aimara en el Estado boliviano, hoy llamado Estado Plurinacional) no pueden ignorarla ni desconocerla, menos negarle su derecho de libre autodeterminación dentro de este Estado. Los cambas mestizos y criollos del Oriente boliviano no pueden quedar reducidos a “ser interculturales”, como lo prescribe la NCPE aprobada el 2009. No se nos puede prohibir el derecho humano a tener una identidad cultural y, por ende, una nacionalidad, en este caso, camba. Esto atenta contra la dignidad de cualquier ser humano. 3) La defensa de la Nación camba, esto es: defiende la historia, el territorio con todos sus recursos naturales, los derechos humanos, los intereses, la identidad cultural, las aspiraciones políticas de autonomía y liberación de los cambas como grupo humano o comunidad distinto a otros dentro de Bolivia. 4) La posibilidad de que la Nación Camba se convierta en un Estado confederado de Bolivia. Los otros Estados serían el Estado del Kollasuyo y el Estado Tarijeño. 5) Que este nacionalismo camba no es igual al regionalismo ni al integracionismo cruceño del s. XX. Tampoco se reduce a exigir sólo autonomía departamental dentro del Estado de Bolivia. Por tanto, rompe con aquellas posturas cruceñas planteadas en el marco del nacionalismo altoperuano boliviano que buscó construir “la nación boliviana” en base a las culturas andinas, sobre todo, la aimara. Ahora bien, el nacionalismo camba no es igual al Movimiento Nación Camba de Liberación (MNC-L), aun cuando algunos de los que han aportado a este nacionalismo sean miembros, simpatizantes o fines a dicho movimiento. El nacionalismo camba sí es una ideología política a la cual han aportado y están aportando estudiosos y profesionales de todas las edades, simpatizantes o no del MNC-L (dicho sea de paso, este movimiento no es un partido político ni una agrupación ciudadana, menos una fundación); aunque con esta ideología, tienen la posibilidad, los que tengan la convicción ideológica, de conformar un partido político que aspire a conquistar el poder político en el Oriente boliviano. El nacionalismo camba es el nuevo ideario político que los cambas requerían para continuar luchando por el derecho humano de libre autodeterminación como Nación frente a un Estado boliviano dirigido hasta ahora por los andinos que ejecutan un colonialismo interno (que es otra forma de violencia) contra los cambas, vía 22 educación pública, expoliación de los recursos económicos, desprestigio social, político y racial. El nacionalismo camba es la expresión filosófica e ideológica de la nacionalidad camba. Y será el ideario con el que actuarán los actores políticos, sociales, económicos, culturales e institucionales cambas que defiendan esta Nación frente a cualquier intento de agresión o de negación de nuestros derechos, intereses, bienes, identidad cultural, etc. Este ideario que define el nacionalismo camba recoge el aporte de más de un libro o trabajo escrito, sobre todo, por estudiosos cambas. Estamos seguros que también recoge el sentimiento y las aspiraciones de todos los que se asumen como cambas y como parte de la Nación Camba: realidad histórica, sociológica, cultural y política que no se la puede negar ni tapar con un dedo como cuando se lo quiere hacer con el sol. Entre otros libros o documentos que han contribuido directa o indirectamente, conscientemente o no, con diversos puntos y aspectos al surgimiento del nacionalismo camba, se pueden citar estos:

Hay que observar cómo en la propaganda oficialista de la “Ley contra el racismo y la discriminación”, son los cambas los que aparecen como racistas; en los anteriores spot televisivos o discursos, los cambas eran los oligarcas, los separatistas, los terroristas, etc. Ese discurso andino contra los cambas se repite como antes de la Guerra del Chaco cuando los cruceños demandada “ferrocarril o nada”, o como después de ese conflicto, o como cuando el Pueblo camba cruceño demandó en los años 50 del siglo XX el pago de las regalías petroleras que por ley le correspondía recibir. 22

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Sergio Antelo, Los cruceños y su derecho de libre determinación (2003). Paula Peña et. al., La permanente construcción de lo cruceño. Un estudio sobre la identidad en Santa Cruz de la Sierra (2003) Gustavo Pinto Mosqueira, La Nación Camba. Fundamentos y Desafíos (2003). Hugo Añez M., Santa Cruz: Una Nación subyugada (2005). Gustavo Pinto Mosqueira, Pueblo, Nación y Nacionalismo Camba (2008) Carlos Dabdoub Arrien, Iyambae (Sin dueño) (2008) Sergio Antelo, “Los cambas: Una Nación sin Estado”, www.nacioncamba.net (30.06.08) Orlando Mercado Chávez, La nación oriental de las llanuras (Una sociedad cautiva y colonizada en Sudamérica) (2007)

Esa es la inflexión, el cambio, que ha generado a nivel ideológico político el Memorándum del 2001 del Movimiento Autonomista Nación Camba. A esta línea de ideas, reflexiones, críticas y planteamientos políticos, se han sumado varios estudiosos, profesionales y analistas cambas. Son otros los lentes teóricos, las herramientas conceptuales, las convicciones, los esquemas mentales, los valores morales y éticos…con los cuales los cambas han comenzado a verse, entenderse y explicarse, en un mundo que valora más la pluralidad, la diversidad, la diferencia, el disenso, que defiende el derecho humano de la libre determinación de los pueblos o naciones…que rechaza la existencia de Estados etnocráticos en los cuales, a pesar de su definición como plurinacionales o pluriculturales, una etnia o cultura incrustada en el poder político estatal quiere definir e imponer su forma de vida, de pensar y actuar a las demás que forman parte del mismo. Este Estado etnocrático, por supuesto, es lo que los cambas de hoy no aceptan en Bolivia., y el cual se ha comenzado a cambiar vía las autonomías departamentales. De la demanda de descentralización del Estado boliviano, el pensamiento político cruceño camba, condicionado por el nacionalismo altoperuano o boliviano, pasó a demandar la integración nacional del Oriente boliviano al mismo Estado y de esta demanda ha pasado a exigir autonomía con identidad cultural camba; en el entendido de que esta identidad es el sustento de la “nacionalidad camba”.

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