12 minute read

Pág

Next Article
Pág

Pág

Cápsula de cienc a

Un plástico menos, un minuto más de vida para el planeta.

Advertisement

Bióloga Norma Edith Corona Callejas. Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero. Instituto de Ecología, A. C.

Foto1

Los plásticos son algo muy normal en nuestros días. Sin embargo, fue hasta la década de los años 60’s del siglo pasado cuando inició su desmedido uso. De acuerdo con el informe presentado por la Fundación Ellen MacArthur en el Foro Económico Mundial 2016, llegan al mar al menos ocho millones de toneladas de plásticos al año, lo que equivaldría a verter en los océanos el contenido de un camión de basura por minuto; de continuar, el volumen podría incrementar a dos camiones por minuto para el año 2030 y a cuatro en el 2050, de tal manera que para entonces habrá más de este material contaminante que peces en el mar. Se ha calculado que, si seguimos así, por cada tonelada de peces en su hábitat, habrá tres toneladas de estos residuos inorgánicos. ¿Te gustaría que esto ocurriera?, imagina las graves afectaciones para la vida acuática y terrestre.

El plástico usado y desechado inadecuadamente afecta a los ecosistemas marinos y terrestres contaminando el ambiente. Se ha reportado que este, mata cerca de un millón de aves y más de 100 mil mamíferos marinos cada año. ¡Usa un

plástico menos para salvar la vida de estos animales!

¿Sabías que en el océano Pacífico Norte se encuentran depositadas grandes cantidades de plástico equivalentes a dos veces el tamaño de Estados Unidos? Esta acumulación intoxica y mata a los organismos del mar, pues al degradarse produce partículas muy tóxicas que son confundidas con alimento. Desafortunadamente este contaminante es más abundante que el alimento base de la vida en el mar. ¡Un plástico menos para evitar ensuciar los océanos del mundo!

En México usamos diariamente al menos 120 millones de bolsas plásticas, fabricarlas es un proceso rápido. Sin embargo, sólo las usamos un promedio de 20 minutos y luego las desechamos. Una vez que están en la basura tardan entre 150 y 500 años para degradarse ¿te lo imaginas?

¿Conoces las botellas de PET?, supongo que sí, ya que México ocupa el 2° lugar en su consumo. En promedio, cada mexicano usa dos botellas de estas por día. La mitad de ellas se recicla para ori- ginar nuevos productos, las demás seguramente van a parar al océano.

Por salud, nos recomiendan beber ocho vasos de agua al día. Si la bebemos del grifo, utilizando los filtros adecuados, gastaríamos al año aproximadamente $3500 pesos y si la compramos embotellada gastaríamos 28 mil pesos, ¿cuánto quieres gastar?

¿Has observado que, al comprar algunos alimentos empaquetados en cajas, encontramos que hay plásticos en el interior y en la cubierta? Eso es mucho y se desecha rápidamente; hay datos que indican que a nivel mundial estas envolturas cuestan $120 mil millones de dólares por año. Dema- siado dinero para tirarlo en un ratito.

¡Es urgente que pensemos en una nueva forma

de convivir con estos polímeros! es nuestro deber reducir su consumo, te damos unas suge- rencias:

-Cuando salgas al supermercado no olvides llevar una bolsa de tela, esto reducirá el consumo de aquellas bolsas contaminantes que se usan sólo una vez. -Al llevar tu refrigerio a la escuela, puedes utilizar contenedores de alimentos que se empleen varias veces. -Consume productos a granel, empaquetados en cartón o vidrio y evita comprar aquellos que tienen más y más envolturas. -No compres agua en botella plástica, resulta muy cara y ensucia al planeta. También puedes omitir el uso de popotes plásticos.

En casa puedes platicar con tu mamá y tu papá para sustituir gradualmente tus trastes de este material por recipientes de cristal o de acero ino- xidable. Usa utensilios para cocina de madera, bambú o acero inoxidable. Recuerda que algunos contenedores de plástico sueltan productos químicos que afectan la calidad de tus alimentos y te pueden enfermar.

Si queremos vivir en un mundo saludable debemos participar urgentemente en una nueva e inteligente forma de usar los plásticos; reducir su consumo es un reto para la creatividad y la

innovación ¿te animas a vivirlo? ¿Se te ocurre alguna acción?, compártela con tu comunidad. Seguramente todos tenemos mucho que aportar para combatir esta problemática.

Para ampliar esta información, te sugerimos ver este video en nuestra fanpage:

https://www.facebook.com/BEspecializadas

Historias para llevar

El árbol de los problemas

Un hombre tomó la decisión de reparar una vieja granja que tenía en el campo. Para ello contrató a un carpintero que le ayudaría durante todo el proceso.

Un día se acercó a la granja para verificar cómo iban todos los trabajos. Llegó temprano y comenzó a ayudar al carpintero, parecía que las cosas no le iban bien. Su cortadora eléctrica se había quedado sin batería haciéndole perder dos horas de su tiempo. Más tarde un corte en el suministro eléctrico le había hecho perder una hora más.

Casi para terminar se le acabó el pegamento y no pudo finalizar las tareas que tenía programadas para ese día. Por si fuera poco, cuando se disponía a volver a casa, su camión no arrancaba. Ante esta situación el dueño de la granja se ofreció a llevarlo.

Mientras recorrían los paisajes de la zona, el carpintero iba en silencio. Parecía triste y cansado después de un día tan malo. A los treinta minutos de viaje llegaron a la casa del carpintero, y sorprendentemente lo invitó para que conociera a su fami- lia. Al dirigirse a la puerta, el carpintero se detuvo durante unos segundos frente a un pequeño árbol de un color verde intenso. Tocó varias ramas

cuidadosamente con sus manos, admirando sus preciosas hojas.

Al abrir la puerta ocurrió una increíble transformación. Su cara estaba llena de sonrisas, satisfa- cción y alegría. Sus hijos se abalanzaron sobre él. Le dio un beso a su mujer, y lo presentó. Le invitó una cerveza con una apetitosa empanada. Ya despidiéndose, lo acompañó hasta el coche.

Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, el hombre no pudo evitar la curiosidad y le preguntó

al carpintero acerca de lo que había hecho un rato antes frente al árbol.

-¡Oh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó. Acto siguiente comenzó a explicar diciendo: -Sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo, percances y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa sí es segura, esos problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el “árbol de los problemas” cada noche al llegar a casa. Luego por la mañana los recojo de nuevo, porque tengo que solucionarlos. Lo divertido es, dijo sonriendo el carpintero, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos problemas como los que recuerdo haber colgado la noche anterior-...

El dueño de la granja se subió a su coche, meditando sobre la estrategia del carpintero para ser más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Llegó a su granja y se dispuso a seleccionar su árbol de los problemas. Desde entonces cada vez que llegaba con su familia, ya saben lo primero que hacía.

Nos pasamos la vida trabajando duro, enfrentán-

donos a dificultades para lograr sacar nuestras profesiones adelante, y en esas horas surgen dia- riamente muchos problemas a los que debemos dedicarnos para solucionar; sin embargo, cuando regresamos a casa, muchas veces esos pro- blemas aún no han desaparecido y nos acompañan penetrando en la vida familiar y devorando esos momentos de paz y tranquilidad que dedicamos a nuestros seres queridos.

Reflexionemos sobre la necesidad que tienen las

familias de poder disfrutar de nuestras sonrisas, cariño y mejor actitud.

Ahora pregúntate, a falta de árbol ¿dónde colgarías tus problemas?

Fuente: Divulgación popular.

Una Mirada a la Lectura

Nos complace presentarles a un importante promotor de lectura, en particular de la cultura y el teatro: Iván Zepeda “El cuentero cordobés”.

Hola Iván, qué gusto saludarte. Cuéntanos sobre tus primeros encuentros con la narración oral.

Crecí escuchando las historias que contaba mi abuela, Lourdes Valdés de Zepeda, de un pueblito que se llama Tuxpango, entre Córdoba y Orizaba. Ella atendía una tienda en la cual escuchó muchas historias que la gente del pueblo contaba y las atesoró; historias de chaneques, de brujas, de nahuales, cosas que les habían sucedido, aquello sobrenatural en lo que todos ellos creían, anécdo- tas que contaban de su vida cotidiana.

¿Alguien más de tu familia eligió este camino para hacerlo profesionalmente?

Pues de manera profesional soy el único que hace esto, pero si tú vas a una reunión con mi familia, todos son cuenteros, son excelentes conversadores, las reuniones son súper divertidas donde siempre se termina contando una historia.

¿Cuánto te has preparado para lograr lo que podemos ver de ti en un escenario?

Yo creo que la preparación no es solamente técnica, ni profesional en sí. Yo estudié leyes, soy abogado porque mi abuela me obligó. Tuve que trabajar de todo y terminé como bibliotecario en una biblioteca pública municipal, ahí me invitaron a tomar un curso de narración oral en Puebla con la maestra Beatriz Calderón, una gran narradora. Descubrí que se puede trabajar de esto, que se puede vivir de contar historias y eso me da los principios básicos para entender qué era lo que yo quería hacer. Después me metí a estudiar teatro para tener más herramientas, mejor expresión corporal y oral, aprender a pararme frente a un público. Empecé a combinar la narración oral con el teatro, posteriormente tomé algunos talleres con narradores que considero grandes maestros, y esto prácticamente se convirtió en mi formación, he dado muchos talleres de estos y en ellos también vuelvo a aprender.

¿Existe mucha gente que se dedica a la narración oral en la actualidad?

Hay chavos a los que les gusta contar historias y yo creo que todos siempre tenemos algo que contar, pero cada quien lo hace a su manera, algunos hacen cine, otros toman fotografías y otros narramos, es la gran necesidad del ser

humano de comunicar lo que siente y todos encontramos alguna forma de hacerlo.

Háblanos un poco de lo que haces para preparar tu trabajo.

La historia te encuentra a ti y no al revés, una vez que eso pasa y esa historia te mueve y te genera algo, se empieza con el proceso técnico: estructuro la historia para tener claro cómo suceden los hechos, sin necesidad de aprenderme el relato de memoria, los enumero cronológicamente y así genero la historia, me la cuento varias veces y después la empiezo a probar con el público, pero no en un escenario, primero con amigos, familia, mi pareja, para recibir comentarios o preguntas que me hacen reflexionar y regresar al proceso hasta que puedo llevarla al escenario y la pruebo como parte de un espectáculo que ya fue escrito y ac- tuado anteriormente.

¿Hasta dónde llega tu compromiso y responsabilidad social como cuentacuentos?

Trato de ser muy consciente de lo que cuento, nunca narraría algo con lo que no esté de acuerdo, y si digo algo que provoca, que incita, es porque me lo pensé mucho antes de contarlo, difícilmente voy a trabajar nada más por salir del paso. Creo que todos los que nos consideramos artistas debemos de entender esta responsabilidad respecto a nuestra producción, tener claro lo que hacemos y porqué lo hacemos; lo que yo realizo pasa por un trabajo de mesa, es un trabajo creativo. Hago adaptaciones de algunos cuentos para poderlos trabajar y otros son creación totalmente mía, entonces eso me permite estar consciente de la responsabilidad que tengo del mensaje que quiero dejar; he aprendido a escuchar al público, reflexio- nar y modificar.

¿Qué actividades y eventos realizas como parte de tu trabajo?

Yo imparto talleres de manera permanente en dos escuelas sobre narración oral y teatro en primaria y secundaria, aparte tengo otro taller para ado- lescentes y adultos que se llama “Contando que es gerundio” en la Tasca del Cantor aquí en Xalapa. Respecto a los proyectos tengo dos: El Maratón de Cuentos, que se realiza cada 20 de marzo, Día de la Narración Oral; el otro es el Festival de Cuentos y Flores que este año haríamos la décima edición pero con las condiciones de la pandemia será difícil poder realizarlo, cada año traemos narradores de diferentes países, profesionales de la narración oral, casi siempre se realiza en el mes de octubre en la ciudad de Xalapa.

Durante la pandemia, ¿cómo has podido adaptar tu quehacer ante esta situación?

Durante los primeros meses fue desesperante, tuve que hacer todo un proceso de adaptación para poder realizar funciones virtuales, aunque esto me generaba ingresos, había siempre la necesidad de estar con el público. Gané una beca del FONCA para realizar el Festival de Cuentos y Flores por lo que el año pasado se logró el objetivo. Todavía sigue siendo difícil pero ya se vislumbra una luz para volver a hacer eventos presenciales con todas las medidas sanitarias pertinentes.

Agradecemos mucho tu presencia en esta sección y nos gustaría que dejaras un mensaje al público que nos lee.

La narración oral y la lectura son ejercicios de ima- ginación, en ese aspecto ambas actividades coinciden, cuando tú lees un cuento estas imaginando y vives un montón de aventuras, conoces nuevos lugares, es económico, es divertido, nos permite ejercitar la mente. Me parece maravilloso que por medio de la narración oral podamos cubrir la necesidad de comunicarnos y de escuchar a los otros. Actualmente, con la tecnología, la manera de contar las historias ha ido cambiado, pero ahí están y seguirán vigentes. La evolución del mundo nos hará cambiar la forma de contar cuentos pero continuarán junto con la necesidad de abrir un libro, leerlo, sentir ese olor del papel, de igual manera seguirá esa necesidad de escuchar a alguien contar sus historias, eso siempre existirá, así que no dejen de buscarlas.

This article is from: