Parroquia Santa María Micaela
16 FEBRERO, 2014 NÚMERO 66 Avenida de la Juventud, 29 52005 – Melilla Tfno: 952 673 760
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DIOS NOS HABLA LUNES 17 Mc 8, 11-13. “¿Por qué esta generación reclama un signo?” MARTES 18 Mc 8, 14-21. “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes”. MIÉRCOLES 19 Mc 8, 22-26. “El ciego estaba curado y veía todo con claridad”. JUEVES 20 Mc 8, 27-33. “¿Quién dice la gente que soy?” VIERNES 21 Mc 8, 34-9, 1. “El que pierda su vida por mí y por el Evangelio,la salvará”. SÁBADO 15: Cátedra del Apóstol San Pedro Mt 16, 13-19. “Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos”.
En los comienzos de su vida pública Jesús anuncia lo que va a ser el centro de su mensaje. Se siente con autoridad suficiente para clarificar el verdadero significado de las tradiciones de las leyes y las costumbres de su pueblo. Su intimidad con el Padre, le daba seguridad como para explicar la ley y las tradiciones desde una perspectiva nueva. Nueva y radical. Jesús no cambia la ley. Pero invita a ir más allá de la pura letra. Nos invita a descubrir el sentido profundo de la ley para nuestras vidas. Todos sabemos que hay formas de cumplir la letra de la ley y al mismo tiempo traicionar su espíritu. Posiblemente todos lo hemos hecho muchas veces en nuestra vida. Jesús simplemente nos invita a enfrentarnos con la realidad, con el auténtico significado de nuestros actos. El adulterio no es sólo el acto físico. El adulterio se produce ya en nuestro corazón cuando nos dejamos llevar por los deseos. Matar a una persona es un crimen horrendo, la inmensa mayoría de nosotros no lo hemos hecho nunca, ni lo haremos, pero ¿cuántas veces hemos matado con nuestro desprecio o con nuestras palabras? Para ser un buen cristiano no es necesario conocer todos y cada uno de los detalles de la ley. Para ser cristiano hay que dejarse llevar por esa sabiduría del Espíritu. Para ser cristiano es necesario conocer y asumir en nuestro corazón la ley del amor que es, o debe ser, el centro y origen de tdos y cada uno de los mandamientos.