Al inicio de la iglesia dos grupos son claramente identificables: aquellos que continuaban con la práctica de guardar el sábado como día de reposo y otro grupo que comenzó, y con el tiempo se fortaleció, que consideraba al domingo como día de guardar. Es así como la discusión no estriba en que si los orígenes de uno u otro se remontan en el tiempo a los primeros días de la iglesia, sino más bien cuál de los dos grupos en cierta forma representaban la ortodoxia doctrinal sobre el tema, para lo cual es menester recurrir a la Escritura.