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Editorial

En mis talleres de liderazgo, motivación y emprendedurismo es común que en alguna que otra actividad surjan como tema y como ejemplo las metas y sueños que los participantes tienen, en este sentido todos están de acuerdo en que siempre habrá algo que no hayan logrado y que quieran lograr, de ahí el referente a no conformarnos con una vida sin sueños, pero ¿pueden haber sueños sin vida?

Hazte esa misma pregunta ¿crees que puedan haber sueños sin vida? Si la respuesta es sí, cómo serían estos? Yo digo que sí, que si pueden haber sueños sin vida, ¿y cuáles serían esos? Aquellos que prácticamente solo fueran eso: ideaciones sin mayor vida que nuestro pensamiento pero sin ninguna acción que los dinamizara.

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Cuando en mis talleres junto estos dos momentos, es decir, aquel donde todos dicen los sueños que tienen y este donde les pido que en su interior los evalúen en función de las acciones que hay en ellos es cuando pasan cosas interesantes ya que si bien todos tienen sueños en su vida asombrosamente (incluso para ellos) hay quienes llegan a identificar que sus sueños no tienen vida, no hay acción en ellos.

Los sueños nos mueven, pero a la vez nosotros debemos mover a los sueños, eso a través de la acción en que transformemos la ideación que de cada uno tengamos, así que no lo olvides: nunca te conformes ni con una vida sin sueños ni con unos sueños sin vida.

¡Éxito!

Roberto Celaya Figueroa, Sc. D. Fundador y Editor en Jefe

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