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Porque te amaba, te dejé partir

Por: Erica de la O

“Aférrate a la vida cuando estás viviendo no cuando estás muriendo” – Erica de la O

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¿Eres de los que le suplica a Dios que no se lleve a tu ser amado aún y a pesar de que lo ves sufrir? Yo tenía escasamente 18 años, muchos sueños y un futuro prometedor al lado del hombre que con su semillita permitió que yo viniera al mundo. Él fue el primer hombre de mi vida, el que me enseñó a ser fuerte, valiente, trabajadora, luchadora, competitiva, entradora, atrevida, juguetona, bailarina, entregada, sonriente...

...una niña, joven y adulta de hierro y con un gran corazón.

Lo amaba tanto, que SIEMPRE estuve con él, en sus momentos más difíciles y en los de completa algarabía. Él era un hombre indestructible y cuando se ponía sensible era un pequeño buscando los brazos protectores de mamá, creo que desde ahí comenzó a florecer mi maternidad y protección hacia

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otro humano. Para él era muy complicado comunicar con palabras el amor profundo que sentía por su familia, pero sus HECHOS LO DECÍAN TODO, años después lo comprendí, pues siendo yo una persona altamente auditiva no alcanzaba a comprender porque no me lo decía cuando a gritos (sentido figurado) yo se lo pedía, muchas veces estuve enojada y triste por ello ¿Te ha pasado algo igual?

Un día, en un trágico accidente, así de la noche a la mañana, llegó a una sala de emergencias, a un helado hospital y por 11 días, en terapia intensiva y con varias intervenciones quirúrgicas, luchó para seguir estando a mi lado. No sabes cuánto lloré y le supliqué a la vida que no me lo arrebatara, mientras esperaba en una sala de espera helada y escalofriante, tirada en el suelo con unas cuantas cobijas por las noches y en el día donde hubiese lugar, esperando noticias sobre su salud. Cada que me tocaba verlo, por escasamente 10 minutos, quería ser yo la que estuviese en su lugar, definitivamente hubiese dado mi vida por él. Hablaba con él, lo acariciaba, lo besaba, y agarraba sus manos para que el acariciara mi rostro mientras mis lágrimas caían. Cuando él estaba un poco lúcido pedía unos tacos al pastor, creo que por eso son mis favoritos; y cuando estaba en completo dolor, lo amarraban para que no se quitara todos los tubos que tenía pues ya lo había intentado antes y eso no ayudaba, y claro, a mí me desgarraba. Tal vez esto te esté pasando ahora, y le pidas a toda persona que de blanco viste, que le salve, que haga todo lo que esté en sus manos para mantener con vida a tu ser amado, luego volteas al cielo y suplicas por su pronta recuperación; te entiendo perfectamente, no quieres sentir ese dolor que te está oprimiendo el pecho y desgarrando las entrañas, yo lo sentí, sin embargo, para el día 10, empaticé con mi padre, y no solo me puse sus zapatos, caminé con ellos. Fue entonces que me arrodillé, le rogué y le supliqué a Dios que se lo llevara, dejando a un lado mi egoísmo de querer quedármelo a como diera lugar; en ese momento comprendí que mis oraciones hacia Dios deberían ser desde ese

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momento y hasta el día de hoy “Hágase tu

voluntad y no la mía”

También me di cuenta de que no sufrimos tanto por el adiós de las personas que amamos, sufrimos porque no les dimos todo de nosotros, no nos entregamos por completo, y hoy te pregunto a ti que me lees ¿Les estás dando todo de ti a los seres que amas? ¿Realmente te esfuerzas por amar sin medida a esos que dices amar incluyéndote a ti? ¿Cuándo fue la última vez que tu padre, madre, hermanos, algún ser amado te pidió algo y te negaste pues considerabas que requería mucho sacrificio, tiempo o esfuerzo de tu parte, pero si hubo tiempo para tus amigos, vecinos o diversión? ¿No crees que es tiempo de comenzar a ver a las personas que amas y que te necesitan, y no esperar a que alguien se vaya de tu lado para entender? A partir del momento que le tuve que decir adiós a mi padre me prometí que a cada persona que amara le iba a entregar todo, para dejar espacio a que el universo me siguiera llenando de cosas lindas, y dejar a mi ser fluir como fuente de agua cristalina. También me propuse que el día que tuviese mi propia familia la iba a proteger, cuidar, darle lo mejor de mí, ponerla a ella en primer lugar para que el día que partiera me fuese con las manos vacías...

...bueno, el trabajo es de dos y en el camino pues nos damos cuenta de que no podemos forzar al otro a ser como pensamos, creemos o anhelamos que es lo correcto, y la familia ideal, se quebranta.

Esa es otra historia así que sigamos, por ahí se dice que no hay mal que por bien no venga, o bien, mal que dure 100 años, así que Dios me envío por partida doble el reflejo de mi padre, mis dos hijos varones a quienes les he enseñado a dar TODO en amor para que el día que partamos no nos debamos nada. Y sí, tal vez nos moverá la ausencia, pero el corazón estará en paz. La vida siempre te va a dar cosas lindas después de una trágica partida, en amor y en fe, créelo.

Y claro que entiendo que cuando amamos demasiado queremos que las personas nunca nos dejen, pero… la muerte es parte de la vida, de hecho, comenzamos a morir el mismo día que comenzamos de vivir, por ello, hay que entregarlo todo mientras estamos, hay que estar con esas personas a la que decimos amar cuando realmente nos

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necesitan y no solo cuando nosotros tenemos ganas, y por supuesto, dejarlas partir cuando a gritos sus dolencias nos lo están suplicando, así no nos quedaremos huérfanos, viudos, deshermanados o sin nombre, nos quedaremos satisfechos de haber cumplido como humanos, con un placer inmenso por haberlos conocido y felices de continuar con el legado que nos heredaron.

Algo que es importante hacer, si eres de los que no quiere que oren por tu estadía sino por tu partida debido a que estás sufriendo por ti y por los que dejas, es dejar una nota, yo aquí, les dejo la mía: corazón, mientras, sigámonos amando intensamente dándonos siempre lo mejor de cada uno, gracias” Erica de la O

Con la mano en mi corazón y puesta mi fe en Dios, les agradezco por leerme, y si estás en una situación difícil, te pido que en amor dejes tu egoísmo a un lado y ores o pidas cadenas de oración para que Dios haga su voluntad, y por favor, ama, solo porque sí.

Soy generadora de mejores seres humanos y sé que TODOS VALEMOS Y TODOS MERECEMOS SER AMADOS.

“Si estoy sufriendo en una sala fría de hospital, en estado de coma, en vida vegetal, con mi cuerpo destrozado, con una máquina que le permite a mi corazón bombear… pide que me desconecten, déjame ir, yo haría lo mismo contigo si me lo pides. Y por favor, no me entierres en una fría tumba, incinérame y arroja mis cenizas en medio del mar, siempre estaré en tus recuerdos y en tu

Te invito a elegir las mejores opciones para tu vida, por ti, por mí, por los que

nos rodean, por la humanidad. Si deseas conocer más de mi trabajo sígueme en Facebook @ericadelaousa, Instagram y Twitter @ericadelaousa, LinkedIn @ericadelao, Youtube #ericadelao o visita mi página de internet

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