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La vida es una fiesta

Por: Patricia Escobedo

¿Te has detenido a pensar por un momento siquiera que, la vida es una fiesta?

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¡Sí! Siempre es una fantástica fiesta en la que tú eres el invitado especial y tú traes lo que se necesita para que el evento sea tal y cómo lo planeaste.

La idea es que disfrutes de tus 86,400 segundos que cada día la vida te regala para que el esplendor de tu fiesta sea total e inolvidable. Y la verdad es que no necesitas de nada que no poseas ya para disfrutar de esta fiesta, ¡tu fiesta!

Sólo debes sacar tus recuerdos positivos, contigo, con tu familia y con tus amigos y compañeros de trabajo; debes visualizar todos los momentos y motivos por los que dar gracias cada mañana; debes invitar a tus anhelos, a tus sueños y a tus proyectos por realizar con la plena convicción de que vas a luchar por ellos y que los vas a lograr; debes

allegarte de tus dones y talentos y ponerlos primero a trabajar en ti y después a darlos a conocer en ésta, tu fiesta; para el servicio y beneficio de todas las personas, instituciones y lugares con los que interactúas; debes preparar tus instantes más entrañables y al invitarlos a venir a tu fiesta de vid, darles las gracias por todo lo que te han brindado y pedirles que se reproduzcan de mil y un maneras y a cada instante, para perpetuarlos en tu celebración; debes vestirte con tus mejores galas, no para impresionar a nadie sino para estar a la altura de un festejo tan relevante como es la fiesta de la vida; es decir, vestirte para la ocasión, con tonalidades de alegría, con destellos de ilusión, con colores de franca esperanza y celebración plena pues mientras más te veas y te sientas bien, más motivado estarás de disfrutar tu fiesta y hacer partícipes a tus cercanos de la Magia del Amor y la coincidencia.

Por eso te invito a ocupar tus 86,400 segundos cada día y celebrar esta fiesta prodigiosa que es tu vida, hónrala, celébrala, hazle un homenaje con tus acciones, tus alegrías, tus afectos, tu cercanía cotidiana y amorosa con todos tus cercanos y con las personas con las que convives en tu diario andar; festeja sin reparo, con Amor y con deseos de trascender en acciones con los otros; vislumbra todo lo que te falta por lograr y no lo pospongas, cuídate, agasájate, coincide con lugares, acciones, personas, sucesos, instantes, afectos, momentos, historias, textos, palabras, en fin, con todo aquello que hace que nuestra vida tenga sentido y fortaleza.

Te invito sinceramente a darte cuenta que la vida es una fiesta, ¡Tu fiesta! Disfrútala, no te vas a arrepentir de celebrarla.

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