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Los Derechos Humanos frente al Terror
Los Derechos Humanos frente al Terror Por: Graciela Large
Convertir el miedo en un estado permanente es el recurso de quien se siente huérfano y también de aquellos que quieren imponer su propia ley.
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“Tu libertad termina en donde empieza la del otro”. Me dijo un día mi maestro de filosofía en el aula del San Miguel del Rosario.
Un derecho y un compromiso que sólo comprendí cuando, como periodista, fui testigo de los excesos del terror: el asesinato de Galán, candidato a la presidencia; los muertos que vi bajar por el río Magdalena; o el olor a sangre, después de una matanza en Córdoba.
Fue entonces cuando supe que no hay Confianza si te aprisiona del miedo. Una línea muy fina custodia los derechos de los hombres y se cruza con el terror, que como pólvora se hace viral y global.
Hoy Europa, sus jóvenes idealistas, las personas de cualquier edad o condición, acostumbradas a caminar despreocupadas, creyéndose seguras, son el objetivo de
aquellos que rompen el primer derecho: a la Vida.
Se inmolan, sabedores o no, que llevarse a quienes puedan por delante, genera un estado de miedo permanente que rompe la confianza en uno mismo y también los cimientos de las libertades personales.
El derecho internacional conmina a los estados la promoción y defensa de los derechos y libertades fundamentales de 7000 millones de personas.
Una declaración universal aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1945 y 1948 que pareciera insuficiente frente al terror, cuando el miedo es uno más en la casa de todos. He aquí el nuevo reto mundial de Superación del Huérfano.
