1 minute read

Editorial

Luchar por tus sueños, metas y objetivos, todos hemos oído esa frase, pero ¿luchar contra qué? Obvio, algunos responderán, contra todos esos obstáculos y retos que uno enfrenta, y está bien, pero la lucha también implica luchar contra uno mismo y lo que uno haga o no para lograr lo que se desea.

Es muy cómodo achacar a los demás, al sistema, al mundo la responsabilidad de lo que no hemos logrado, cómodo y hasta agradable pues no nos hace sentir culpables en ningún modo. Pero cuando cambias de perspectiva y te enfoca en lo que pudiendo hacer no haces o dejando de hacer haces es cuando realmente estás en posesión de tus capacidades y puedes crecer hasta dominarlas sin adoptar el papel de víctima donde todo lo que nos pasa es lo que decide lo que somos.

Advertisement

Esa es la lucha principal, contra uno mismo, o más bien, contra las facetas negativas de uno mismo que constantemente buscan sabotear lo que deseamos lograr con nuestra vida. De esa lucha se desprenderán las demás, incluso contra los obstáculos que enfrentemos. Y mira que no minimizo lo que puede pasarnos, entiendo que a veces pueden ser cosas de consideración, lo que te propongo es cambiar el enfoque para pasar de una actitud pasiva donde lo externo nos domina, a una proactiva donde uno hace todo lo que esté a nuestro alcance por lograr lo que deseamos.

La vida es un combate constante, por lograr lo que queremos y, tal vez más importante, por realizarnos en lo que podemos ser, así que no olvides: si no has logrado lo que crees merecer, revisa que no sea porque no has luchado lo suficiente.

¡Éxito!

Roberto Celaya Figueroa, Sc. D. Fundador y Editor en Jefe

This article is from: